Aquí tenemos la última mierda presentada por ese gran diario llamado El Correo.
La metamorfosis de Kim Jong-Un
Espías de Seúl aseguran que el líder norcoreano se ha sometido a cirugía para parecerse a su abuelo, el fundador de la dictadura comunista
06.02.12 - 02:28 -
ZIGOR ALDAMA | SHANGHÁI
Por mucho que el régimen le cuelgue medallas en el pecho y le otorgue títulos pomposos, la legitimidad del joven Kim Jong-Un no está nada clara. Da igual que la prensa oficial haya asegurado que los norcoreanos están dispuestos incluso a proteger su vida convirtiéndose en escudos humanos. La población sabe de él muy poco, y antes de la muerte de su padre, Kim Jong-Il, solo lo había visto en público en un par de ocasiones. Sin duda, al nuevo dictador le falta tirón.
Por eso, según el servicio de inteligencia surcoreano, el régimen habría urdido un plan perfecto para conseguir la aceptación del nuevo líder: hacerle parecer la reencarnación de su abuelo, Kim Il-Sung, fundador de la patria y semidiós de Corea del Norte. A juzgar por las imágenes difundidas en directo durante el multitudinario funeral del segundo Kim, la estrategia ha dado buenos frutos. Algunos asistentes a las exequias incluso lloraron al verlo, pero no porque les apenara su extraña obesidad en un país de famélicos.
Lloraban porque el sucesor al trono comunista realmente tenía gran parecido con el Gran Líder que fundó la saga. «Le hicieron engordar y le dieron clases para comportarse de forma similar a él. Algunas fuentes incluso aseguran que han utilizado cirugía plástica», declaró el director del Centro para la Estrategia con Corea del Norte, Kim Kwang-in, al diario 'The New York Times'. Según el representante de esta organización, con base en Seúl y dedicada a conseguir información de la hermética vecina comunista, eso explicaría también que el joven vista y camine como su abuelo, e incluso que aplauda de igual forma.
Algunas fotografías distribuidas por diferentes agencias de noticias muestran las similitudes existentes entre los gestos del nuevo dictador, que no ha cumplido todavía la treintena, y los que han inmortalizado las esculturas dedicadas a la figura del Presidente Eterno. «Cuando los norcoreanos miran a Kim Jong-Un, ven a Kim Il-Sung cuando tenía 33 años -momento en el que se proclamó libertador de un pueblo oprimido por los japoneses-», afirma al rotativo americano un ex oficial norcoreano, An Chan-Il. «Después de todos estos años de dificultades -los que el país ha estado bajo el yugo de Kim Jong-Il-, el pueblo quiere un nuevo libertador», añade.
Custodia de China
Es evidente que esta forzada metamorfosis puede dar ciertos resultados a corto plazo. Pero de Kim Jong-Un se espera algo más que un disfraz. Muchos albergan la esperanza de que abra la puerta al mundo como hizo Deng Xiaoping en China. El hecho de que Corea del Norte respondiera a la petición de Seúl para regresar a la mesa de negociaciones y discutir el programa nuclear militar es un rayo de luz.
Pero el primogénito de Kim Jong-Il, Kim Jong-Nam, ya ha dejado claro que no otorga mucha vida al régimen. Y el hecho de que esté siendo custodiado por China ha provocado preguntas. ¿Estará Pekín protegiéndolo por si la sucesión no cuaja a pesar de la cuidada puesta en escena?
La metamorfosis de Kim Jong-Un
Espías de Seúl aseguran que el líder norcoreano se ha sometido a cirugía para parecerse a su abuelo, el fundador de la dictadura comunista
06.02.12 - 02:28 -
ZIGOR ALDAMA | SHANGHÁI
Por mucho que el régimen le cuelgue medallas en el pecho y le otorgue títulos pomposos, la legitimidad del joven Kim Jong-Un no está nada clara. Da igual que la prensa oficial haya asegurado que los norcoreanos están dispuestos incluso a proteger su vida convirtiéndose en escudos humanos. La población sabe de él muy poco, y antes de la muerte de su padre, Kim Jong-Il, solo lo había visto en público en un par de ocasiones. Sin duda, al nuevo dictador le falta tirón.
Por eso, según el servicio de inteligencia surcoreano, el régimen habría urdido un plan perfecto para conseguir la aceptación del nuevo líder: hacerle parecer la reencarnación de su abuelo, Kim Il-Sung, fundador de la patria y semidiós de Corea del Norte. A juzgar por las imágenes difundidas en directo durante el multitudinario funeral del segundo Kim, la estrategia ha dado buenos frutos. Algunos asistentes a las exequias incluso lloraron al verlo, pero no porque les apenara su extraña obesidad en un país de famélicos.
Lloraban porque el sucesor al trono comunista realmente tenía gran parecido con el Gran Líder que fundó la saga. «Le hicieron engordar y le dieron clases para comportarse de forma similar a él. Algunas fuentes incluso aseguran que han utilizado cirugía plástica», declaró el director del Centro para la Estrategia con Corea del Norte, Kim Kwang-in, al diario 'The New York Times'. Según el representante de esta organización, con base en Seúl y dedicada a conseguir información de la hermética vecina comunista, eso explicaría también que el joven vista y camine como su abuelo, e incluso que aplauda de igual forma.
Algunas fotografías distribuidas por diferentes agencias de noticias muestran las similitudes existentes entre los gestos del nuevo dictador, que no ha cumplido todavía la treintena, y los que han inmortalizado las esculturas dedicadas a la figura del Presidente Eterno. «Cuando los norcoreanos miran a Kim Jong-Un, ven a Kim Il-Sung cuando tenía 33 años -momento en el que se proclamó libertador de un pueblo oprimido por los japoneses-», afirma al rotativo americano un ex oficial norcoreano, An Chan-Il. «Después de todos estos años de dificultades -los que el país ha estado bajo el yugo de Kim Jong-Il-, el pueblo quiere un nuevo libertador», añade.
Custodia de China
Es evidente que esta forzada metamorfosis puede dar ciertos resultados a corto plazo. Pero de Kim Jong-Un se espera algo más que un disfraz. Muchos albergan la esperanza de que abra la puerta al mundo como hizo Deng Xiaoping en China. El hecho de que Corea del Norte respondiera a la petición de Seúl para regresar a la mesa de negociaciones y discutir el programa nuclear militar es un rayo de luz.
Pero el primogénito de Kim Jong-Il, Kim Jong-Nam, ya ha dejado claro que no otorga mucha vida al régimen. Y el hecho de que esté siendo custodiado por China ha provocado preguntas. ¿Estará Pekín protegiéndolo por si la sucesión no cuaja a pesar de la cuidada puesta en escena?