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    LA POLÍTICA SOCIAL PERONISTA Y LA SUPRESIÓN DE LA LUCHA DE CLASES.

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    Mensaje por AnarcComunis Miér Feb 15, 2012 7:24 pm

    Dejo esta información (ojo con vomitar) sobre el Peronismo.

    En las mejores condiciones de vida que puede alcanzar la masa popular radica la razón de ser de la prosperidad general del país, que llega a perfeccionarse, precisamente, cuando desaparecen las causas que originan los grandes desequilibrios sociales en que fructifican los gérmenes de la disolución, en la paz social donde pueden desarrollarse aquellas mejores condiciones de vida de los pueblos, y esa paz social, a su vez, está supeditada al más acertado equilibrio entre los distintos sectores componentes de la colectividad, equilibrio que, por su parte, sólo es susceptible de ser establecido sobre una sólida base de justicia en la distribución de los dones naturales y de la riqueza producida por la actividad industriosa del hombre.
    Sentada esta premisa general, de amplios alcances, veamos cómo ha ido evolucionando en la Argentina la organización social hasta llegar al punto de equilibrio sustentado por el JUSTICIALISMO.
    Comencemos por determinar qué son, en función social, el CAPITAL y el TRABAJO. El primero constituye lo que podríamos llamar la posibilidad inicial o directriz de la realización de la riqueza económica, posibilidad que está contenida en los distintos medios o elementos conducentes a tal fin (dinero, máquinas, instalaciones, organizaciones comerciales, etc), mientras que el segundo es la fuerza humana capaz de producir, con su labor directa, aquella riqueza.
    Determinados así ambos conceptos, si ha de quererse realizar una obra efectiva de prosperidad general se hace indispensable que el capital y el trabajo no sean considerados como fuerzas opuestas sino en un todo concurrentes, ya que únicamente con el concurso de ambas puede obtenerse la finalidad que cada una de ellas persigue por su parte.
    Con ese criterio, EL ESTADO DEBE ACTUAR PARA FORTALECER LOS LAZOS DE UNIÓN ENTRE CAPITAL Y TRABAJO, A LA VEZ QUE PARA ELIMINAR TODA POSIBLE CAUSA DE RESENTIMIENTO O FRICCIÓN ENTRE ELLOS.
    Queda con esto definido que es función principalísima del Estado ARMONIZAR LOS INTERESES DEL CAPITAL Y DEL TRABAJO, para producir entre ambas fuerzas el equilibrio económico del que necesariamente debe surgir el equilibrio social dentro del cual sea factible la prosperidad de la Nación, paralelamente con el bienestar general de la colectividad.
    Pero, ante todo, es necesario tener en cuenta que una cosa es considerar al "CAPITAL" y otra muy distinta al "CAPITALISMO". Este último es, en general, internacional, frío, inhumano, materialista, formado por grandes consorcios financieros para la explotación de bienes industriales y riquezas naturales, consorcios en los que, por principio, desaparece el hombre y sólo tiene existencia el dinero a través de lo que se denomina "negocio" o "especulación".
    El capital, en cambio, es el patrimonio fundamental de la industria y el comercio. Como tal constituye un factor esencial en el economía de la Nación y merece la consideración del Estado, por cuanto es la herramienta con que se forja la riqueza económica y, con ella, la grandeza y la prosperidad del pueblo.
    Así, pues, el CAPITALISMO INTERNACIONAL, arma imperialista, es un mero instrumento de explotación, en tanto que el CAPITAL PATRIMONIAL es instrumento de bienestar social. El primero representa miseria para el pueblo, mientras que el segundo significa prosperidad.
    El capitalismo internacional pronto se erige en oligarquía que disputa a la Nación todos sus derechos y quita al Estado la posibilidad de ejercer su defensa contra las fuerzas que le oprimen, justamente, para que sirva los intereses foráneos que representa, El capital patrimonial, por su parte, es una fuente de progreso para la Nación, progreso dentro de cuyo marco el Estado desarrolla su libre acción en beneficio de la colectividad.
    De lo que dejamos expresado se deduce que el capital debe ser creado tal como lo es el trabajo, para que de la acción combinada de uno y otro surja el beneficio colectivo.
    Por lo demás, EL TRABAJO NO DEBE SER CONSIDERADO COMO UNA MERCANCÍA, pues entonces desaparecería su condición de FUERZA CONCURRENTE, para el capital y se convertiría en mero ELEMENTO DEPENDIENTE del capital, de donde resultaría, de modo inevitable, el sometimiento del trabajador a condiciones económicas que le sumirían en la pobreza, a la par que el capital iría fortaleciéndose más y más en la riqueza de que iría haciéndose único usufructuante.
    Como consecuencia de estas enunciaciones, el ideal consiste en el equilibrio de ambas fuerzas económicas (capital y trabajo), lo que únicamente puede lograrse por vía de una metódica organización funcional, factible cuando el Estado arbitra los medios legales para sujetarlas a designios inspirados en el bien común. De ahí nace la JUSTICIA SOCIAL, no como simple expresión ideal sino como forma real de convivencia de la organización de la sociedad dentro de los cánones de la paz y bienestar que hacen la felicidad de los pueblos.
    Los expresados objetivos pueden obtenerse SUPRIMIENDO LA LUCHA DE CLASES MEDIANTE EL SOSTENIMIENTO DE LOS POSTULADOS DE LA JUSTICIA SOCIAL, en lo que están comprendidos los acuerdos entre patronos y obreros, al amparo de las instituciones del Estado. Es indudable que mantener los factores favorables a la lucha de clases significa facilitar un estado de cosas totalmente contrario a los intereses generales, pues no cabe suponer bienestar par ninguna de las partes interesadas (capital, trabajo y Estado) de una situación de tirantez, en la que no se resuelven ninguno de los problemas que ella plantea que satisfaga por igual a unos y otros.
    Debe inferirse, entonces, que en la convivencia de patronos y obreros, reglada por concepciones que signifiquen respeto por la condición moral del hombre y por normas jurídicas que representen la preeminencia del bien común sobre los intereses individuales, se halla el eje de toda organización económico-social que posibilite la evolución de la Nación hacia el logro de su mayor prosperidad. Para ello es indispensable, en primer lugar, que desaparezca la explotación del hombre por el hombre para llegar, paulatinamente, a la equiparación de las clases sociales, en procura de que no haya individuos demasiados ricos ni demasiados pobres y de que el conjunto de la colectividad signifique que ninguno de los intereses en juego, vale decir, los del Estado, los de la sociedad y los del hombre, carezcan de la debida protección. Todo esto se consigue por conducto de la acción directriz del Estado en favor de la organización de las fuerzas que paralelamente deben actuar en favor de la organización de las fuerzas que paralelamente deben actuar para elaborar las condiciones económicas en que la sociedad pueda alcanzar el anteriormente citado equilibrio.
    Orientada hacia el establecimiento de una perfecta armonía entre el capital y el trabajo, la nueva política social argentina constituye el auténtico exponente de la voluntad que anima a la revolución justicialista en el sentido de dar a la sociedad una organización que contemple, como condición esencial e incuestionable, la jerarquía moral del hombre.
    En este sentido, la POLÍTICA SOCIAL ARGENTINA se caracteriza hoy por los conceptos de hondo contenido humano que cimentan toda la legislación de fondo y muy especialmente, desde luego, la que tiene relación directa con los distintos aspectos de la actividad propia del hombre.
    Vemos así cómo, a través de esa legislación, se han cambiado los antiguos conceptos de "propiedad" y "señorío" por los de "solidaridad", "función" y "dignidad" y cómo al viejo concepto de "valor o importancia de clases" se ha antepuesto el nuevo de "VALOR HUMANO".
    Condensa de ese modo la legislación actual argentina los siempre sostenidos ideales de solidaridad entre los hombres, de justicia para los componentes de la colectividad humana, de respeto a la dignidad del individuo, y lo hace con el fundamento de referir sus disposiciones al interés colectivo. Es decir, que la legislación argentina ha dejado de ser INDIVIDUALISTA y sólo toma al individuo, para garantizarle en sus derechos, como elemento integrante de toda la organización social.
    De ahí se deriva la relación armónica entre capital y el trabajo establecida por la nueva legislación social del país, pues tanto a uno como a otro dicha legislación lo toma desde el punto de vista del interés general de la colectividad y no del de las conveniencias particulares de cada uno de ellos. Tenemos de ese modo centralizadas en el Ministerio de Trabajo y Previsión las funciones de fiscalización y represión de todas las normas que rigen las relaciones entre patronos y obreros, en lo que atañe al ejercicio de los poderes tutelares que competen al Estado.
    Dicho ministerio tiene así su cuerpo de inspectores, encargados de la permanente fiscalización del cumplimiento de las leyes de trabajo, de todo el engranaje de disposiciones conducentes a garantizar los derechos que la sociedad reconoce al capital y al trabajo para que sea posible la coordinación de sus esfuerzos en beneficio común.
    Pero no está solamente en el seno del Ministerio de Trabajo y Previsión, como entidad de orden administrativo, la organización estatal tendiente al establecimiento de armónicas relaciones entre el capital y el trabajo; también están otras entidades oficiales que complementan esa organización y contribuyen a darle más solidas formas. Tal, por ejemplo, los Tribunales del Trabajo, de Conciliación y Arbitraje, par conflictos individuales o colectivos por cuestiones de esa índole, que significan un adelanto importantísimo en materia de aplicación de las normas de derecho social emergentes del nuevo ordenamiento jurídico de la Nación.
    Y formando parte, asimismo, de todo el mecanismo orgánico institucional del Estado, figuran también las entidades sindicales.

    MANUAL DE DOCTRINA NACIONAL, 1954.
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    Mensaje por cpablo Jue Feb 16, 2012 2:49 am

    La verdad tengo varias coincidencias con el documento, la necesidad de que el se mantenga un rol activo en el estado en el control de los contratos laborales es evidente ya en cualquier nación moderna.

    Discrepo con la diferencia que hace entre capitalismo nacional e internacional. Todo el capital es indistinto a la hora de generar actividad, y toda inversión debe ser bienvenida mientras se apegue a la ley y deje trabajo, divisas, técnologia. También todo los aspectos negativos del capitalismo se hallan presentes en el capital nacional y en el internacional, incluso cuando hablamos de sus fascetas explotadoras, especuladoras, cartelistas y mafiosas. El capital no tiene otra ideologia que el obtener mayores tasas de ganancia. Si es cierto que el tema de responsabilidad empresaria esta pegando demasiado estos días, pero no acabo de tragarmelo

    La otra crítica es que considera que el capital es algo que "necesariamente" esta en manos de un capitalista, cuando el capital es máquina, inversión y no tiene porque estar en manos de un capitalista. Puede estar en manos del estado o una copeeradora y no genera ningun problema lógico. De esa forma, dice que el capitalista(dueño del capital) es un sujeto necesario en la relación economica.

    Tampoco creo que se pueda suprimir la lucha de clases, atemperar tal vez, llevarla por vias más pacificas, evitar que grupos paraestatales se maten a tiros entre sí. Pero más que un conflicto ideologico, es un conflicto materialista que deriva en uno ideologico. La única salida suele ser crecimiento economico y leyes que aseguren las condiciones minims de trabajo sin reducir la competitividad.

    Por que aunque no sea una condición sin la cual no, lo cierto es que el capital y los medios de producción hoy estan en manos empresariales, y la capacidad de inyectar inversiones capitales para movilizar una economia estan en manos de empresarios que hoy en día poco o nada tienen que ver con el capitalismo nacional(salvo pequeños empresarios, la globalización cambio mucho eso). Nos guste o no así funciona el mundo moderno.
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    LA POLÍTICA SOCIAL PERONISTA Y LA SUPRESIÓN DE LA LUCHA DE CLASES. Empty Re: LA POLÍTICA SOCIAL PERONISTA Y LA SUPRESIÓN DE LA LUCHA DE CLASES.

    Mensaje por ajuan Jue Feb 16, 2012 8:17 am

    Es bastante gracioso mas que nada como se contradice todo lo que dicen en ese texto me llamo la atencion este parrafo:

    Debe inferirse, entonces, que en la convivencia de patronos y obreros, reglada por concepciones que signifiquen respeto por la condición moral del hombre y por normas jurídicas que representen la preeminencia del bien común sobre los intereses individuales, se halla el eje de toda organización económico-social que posibilite la evolución de la Nación hacia el logro de su mayor prosperidad. Para ello es indispensable, en primer lugar, que desaparezca la explotación del hombre por el hombre para llegar, paulatinamente, a la equiparación de las clases sociales, en procura de que no haya individuos demasiados ricos ni demasiados pobres...
    Quiere eliminar la explotación pero quiere a la vez que haya convivencia entre explotador y obrero... atravez de fines "hermosos"...

    Sobre la critica vacia y sin sentido que hace ademas de dividir el capitalismo en dos que no tienen sustentno es una barbarie en general el texto. Es una política totalmente socialdemócrata que lo que quiere es adormecer a las masas y ademas quiere un poder duradero . Eso es lo que intenta encubrir esta idiotez .

    Luego uno escucha ¡Peronismo Revolucionario! y se debe pegar la cabeza contra la pared ya que estoy seguro que si buscamos discursos o textos de políticos Estadounidenses o del resto del mundo prometiendo cosas se igualaría a este texto (sin la mención del capitalismo,imperialismo y "Lucha de Clases) pero el resto igual... "Unión de explotadores de manera moral", "Estado fuerte capitalista pero guarda no es capitalismo mundial...sino bien nacionalista(ja)", etc.
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    Mensaje por Aelito Jue Feb 16, 2012 10:46 am

    Siempre recomiendo leer el libro "El peronismo" de Milcíades Peña, allí hay muchos extractos de los discursos de Perón y de Evita (la bonapartista con faldas) como la llama.

    Está bien cpablo pero ellos en la marchita siguen cantando "combatiendo al capital".

    Cuando uno lee a John Willliam Cooke se da cuenta de el gran error (más allá de sus buenas intenciones) de querer forzar los límites ideológicos de este movimiento, eso inspiró a mucha de la militancia de la resistencia peronista y de las agrupaciones armadas del movimiento, pero al final esta mirada que presenta acá el compañero AnarcComunis se terminó tragando a las posturas que nacieron o se inspiraron en Cooke, lo lamentable es que todavía hoy hay grupos peronistas que creen poder hacer lo que no se pudo en los 70's y se van a dar la cabeza contra la pared otra vez.
    Cuando uno escucha a D'elía por la radio decir que está bien que la presidenta haya dicho en el G20 que hay que desarrolllar el capitalismo en el país, porque según él, esa es la única forma de llegar al Socialismo del siglo XXI y además remata la frase diciendo que el Socialismo del siglo XXI es el peronismo del 45, uno se da cuenta de los grandes límites por no decir murallas ideológicas que hay dentro de este movimiento, y todo se ha transformado en una gran farsa dentro de él, lleno de neoliberales hoy disfrazados de socialdemócratas de cartón, repitiendo los mismos versos del 45-55, esto es, se puede mejorar al capitalismo, pero sin tocar nada de los factores que lo hacen un sistema detestable. Saludos.

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