Sinceramiento nacional
Por Viorel Lupescu (Enmerkar)
El modelo “nacional y popular” encabezado por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner entró en la etapa de sintonía fina, tal y como prometió la primera mandataria en las cenas de la Unión Industrial Argentina (burguesía intermediaria del imperialismo) a fines de 2011.
La “profundización del modelo” se ha expresado en la eliminación de subsidios a los servicios de luz y gas a los barrios más ricos de Capital Federal y el Conurbano bonaerense. Se habla desde entonces de la fórmula de “redireccionamiento de subsidios” que permitiría un desarrollo un poco más ecuánime de las obras públicas y del trabajo en todo el país. Aunque tampoco se dijo que los requisitos para conservar el subsidio serán más que imposibles para la clase media porteña, pues muchos afrontan alquileres, y no todos tienen la “dicha” de vivir en villas de emergencia, ser jubilados o estar desocupados. Aún así tienen que hacer cuentas para llegar a fin de mes, y los aumentos que les esperan en la factura pueden rebasar el 100%. Si tenemos en cuenta que la inflación que se pronostica para 2012 es del orden 20-25%, entonces estos aumentos van a erosionar el poder adquisitivo de la clase media y obrera –que no se va a salvar- de la Capital Federal y el Conurbano, que posee los mejores salarios del país pero no puede tirar manteca al techo. La canasta básica (sin incluir alquiler de departamento) está estimada en 6000 pesos (€1017). Huelga señalar que no se tomará esta referencia a la hora de quitarle al completo el subsidio a los hogares.
También los trabajadores porteños y del Conurbano –que, como no hay trabajo en la Provincia de Buenos Aires, tienen que gastarse 4 horas diarias en viajes hasta su lugar de trabajo- recibieron el hachazo del aumento del Subterráneo de Buenos Aires, cuyo boleto aumentó en 127%. El gobierno también comienza una operación para la adquisición de la tarjeta SUBE, con la cuál se podría acceder a subsidios “personalizados”. El aumento del boleto del colectivo es un hecho: pero han decidido dejarnos los huevos en la garganta hasta marzo, esperando posiblemente que este se eleve 100%.
Cierto es que el sistema de subsidios no se podía mantener mucho tiempo más. El gobierno nacional tampoco impidió que se acumulara esta plétora durante ocho años, y que ahora nos reviente en la cara. Eso sí: no le exige a los empresarios del sector transportes que sincere sus libros contables. Pero nos exige a todos un “sinceramiento” de nuestras cuentas y que aceptemos sin chistar aumentos brutales en el transporte, sin cualquier atisbo de solución gradual y medida.
Nadie cuestiona la necesidad de una política real de redireccionamiento de subsidios. Pero ayer, cuando las Cámaras de Diputados y Senadores se dieron para sí propias un aumento de las dietas (sueldo) de más de 100%, uno no puede evitar pensar y/o decir que parte de ese “redireccionamiento” fué a parar a los bolsillos de los legisladores nacionales.
La oposición a este aumento vino por parte de los bloques legislativos de Proyecto Sur (izquierda nacionalista) cuyo líder Pino Solanas calificó el remarque como una “barbaridad”, y que el mismo debía ajustarse a la inflación. Similares declaraciones dio Victoria Donde (Movimiento Libres del Sur), quien puntualizó que su sueldo pasó de $13.500 a $34.700. Significa un incremento de 157%. Supera ampliamente el 100%. Ambos exigieron que la movilidad se trate en las Cámaras, y no como una decisión de los presidentes de algunos bloques legislativos. Pero para estas cosas sí sirve la mayoría parlamentaria en el Congreso que tiene el Frente para la Victoria que prometió que esas bancas servirían para “pisar el acelerador” de un proceso con el cual los jruschovistas y los progresistas se ilusionan como revolucionario. En realidad se apunta –como siempre apuntó el peronismo en su historia- a la “conciliación de clases”. Nada que no sea aceptar el zapato del patrón por encima de nuestras cabezas. Desde los años 70 el peronismo inició una regresión en el famoso “fifty-fifty” patronal-obrero que completaría de la forma más brutal Carlos Menem. Hoy, el nivel de ingreso de los trabajadores, a excepción de algunos gremios, no se ha recuperado respecto del 2000.
Cabe resaltar que esos sueldos netos no incluyen los 10 pasajes de avión y micro, y un plus por desarraigo que reciben los diputados y senadores del interior. Si no se usan los 10 pasajes, se cobran como sueldo de bolsillo.
La Confederación General del Trabajo (CGT) enfrentada al Gobierno desde fines del año pasado, ya ironiza con la posibilidad de que el 100% de aumento de los salarios de los legisladores sea “una referencia para la discusión de las paritarias”. El Ministerio de Trabajo viene presionando para que se firmen acuerdos por debajo del 20%. En tanto, los jubilados recibieron un miserable incremento de 17,5% que pronto lo chupará la inflación. La Asignación por Hijo no tuvo ninguna actualización hasta el momento. Los planes sociales como Argentina Trabaja llevan dos años sin ningún aumento en el monto. Cobran 1200 pesos (€204) desde 2009. En 2010 y 2011 la inflación promedio fue de 20% en cada año. Imagínense lo cuanto que se puede comprar con ese dineral.
Llama la atención que la “sintonía fina” no solo incluye un sinceramiento de las buenas relaciones del gobierno con la UIA, sino también el comienzo del “diálogo”. Aquél que reclamaban la UCR, el PRO, la CC: que se acordaran políticas fijas del Estado capitalista para que se mantengan pétreas durante al menos veinte años. Ayer el Congreso dio el puntapié para el diálogo: el acuerdo para las dietas, sin dudas, fue del más amplio consenso que podíamos esperar. La “sintonía fina” viene en paquete con el “sinceramiento” de los “negros laburantes” y el comienzo de un gran diálogo nacional. Entre los capitalistas y sus siervos del Congreso, claro.
[ORIGINAL: http://noticiasconclase.blogspot.com/2012/02/sinceramiento-nacional.html ]
Por Viorel Lupescu (Enmerkar)
El modelo “nacional y popular” encabezado por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner entró en la etapa de sintonía fina, tal y como prometió la primera mandataria en las cenas de la Unión Industrial Argentina (burguesía intermediaria del imperialismo) a fines de 2011.
La “profundización del modelo” se ha expresado en la eliminación de subsidios a los servicios de luz y gas a los barrios más ricos de Capital Federal y el Conurbano bonaerense. Se habla desde entonces de la fórmula de “redireccionamiento de subsidios” que permitiría un desarrollo un poco más ecuánime de las obras públicas y del trabajo en todo el país. Aunque tampoco se dijo que los requisitos para conservar el subsidio serán más que imposibles para la clase media porteña, pues muchos afrontan alquileres, y no todos tienen la “dicha” de vivir en villas de emergencia, ser jubilados o estar desocupados. Aún así tienen que hacer cuentas para llegar a fin de mes, y los aumentos que les esperan en la factura pueden rebasar el 100%. Si tenemos en cuenta que la inflación que se pronostica para 2012 es del orden 20-25%, entonces estos aumentos van a erosionar el poder adquisitivo de la clase media y obrera –que no se va a salvar- de la Capital Federal y el Conurbano, que posee los mejores salarios del país pero no puede tirar manteca al techo. La canasta básica (sin incluir alquiler de departamento) está estimada en 6000 pesos (€1017). Huelga señalar que no se tomará esta referencia a la hora de quitarle al completo el subsidio a los hogares.
También los trabajadores porteños y del Conurbano –que, como no hay trabajo en la Provincia de Buenos Aires, tienen que gastarse 4 horas diarias en viajes hasta su lugar de trabajo- recibieron el hachazo del aumento del Subterráneo de Buenos Aires, cuyo boleto aumentó en 127%. El gobierno también comienza una operación para la adquisición de la tarjeta SUBE, con la cuál se podría acceder a subsidios “personalizados”. El aumento del boleto del colectivo es un hecho: pero han decidido dejarnos los huevos en la garganta hasta marzo, esperando posiblemente que este se eleve 100%.
Cierto es que el sistema de subsidios no se podía mantener mucho tiempo más. El gobierno nacional tampoco impidió que se acumulara esta plétora durante ocho años, y que ahora nos reviente en la cara. Eso sí: no le exige a los empresarios del sector transportes que sincere sus libros contables. Pero nos exige a todos un “sinceramiento” de nuestras cuentas y que aceptemos sin chistar aumentos brutales en el transporte, sin cualquier atisbo de solución gradual y medida.
Nadie cuestiona la necesidad de una política real de redireccionamiento de subsidios. Pero ayer, cuando las Cámaras de Diputados y Senadores se dieron para sí propias un aumento de las dietas (sueldo) de más de 100%, uno no puede evitar pensar y/o decir que parte de ese “redireccionamiento” fué a parar a los bolsillos de los legisladores nacionales.
La oposición a este aumento vino por parte de los bloques legislativos de Proyecto Sur (izquierda nacionalista) cuyo líder Pino Solanas calificó el remarque como una “barbaridad”, y que el mismo debía ajustarse a la inflación. Similares declaraciones dio Victoria Donde (Movimiento Libres del Sur), quien puntualizó que su sueldo pasó de $13.500 a $34.700. Significa un incremento de 157%. Supera ampliamente el 100%. Ambos exigieron que la movilidad se trate en las Cámaras, y no como una decisión de los presidentes de algunos bloques legislativos. Pero para estas cosas sí sirve la mayoría parlamentaria en el Congreso que tiene el Frente para la Victoria que prometió que esas bancas servirían para “pisar el acelerador” de un proceso con el cual los jruschovistas y los progresistas se ilusionan como revolucionario. En realidad se apunta –como siempre apuntó el peronismo en su historia- a la “conciliación de clases”. Nada que no sea aceptar el zapato del patrón por encima de nuestras cabezas. Desde los años 70 el peronismo inició una regresión en el famoso “fifty-fifty” patronal-obrero que completaría de la forma más brutal Carlos Menem. Hoy, el nivel de ingreso de los trabajadores, a excepción de algunos gremios, no se ha recuperado respecto del 2000.
Cabe resaltar que esos sueldos netos no incluyen los 10 pasajes de avión y micro, y un plus por desarraigo que reciben los diputados y senadores del interior. Si no se usan los 10 pasajes, se cobran como sueldo de bolsillo.
La Confederación General del Trabajo (CGT) enfrentada al Gobierno desde fines del año pasado, ya ironiza con la posibilidad de que el 100% de aumento de los salarios de los legisladores sea “una referencia para la discusión de las paritarias”. El Ministerio de Trabajo viene presionando para que se firmen acuerdos por debajo del 20%. En tanto, los jubilados recibieron un miserable incremento de 17,5% que pronto lo chupará la inflación. La Asignación por Hijo no tuvo ninguna actualización hasta el momento. Los planes sociales como Argentina Trabaja llevan dos años sin ningún aumento en el monto. Cobran 1200 pesos (€204) desde 2009. En 2010 y 2011 la inflación promedio fue de 20% en cada año. Imagínense lo cuanto que se puede comprar con ese dineral.
Llama la atención que la “sintonía fina” no solo incluye un sinceramiento de las buenas relaciones del gobierno con la UIA, sino también el comienzo del “diálogo”. Aquél que reclamaban la UCR, el PRO, la CC: que se acordaran políticas fijas del Estado capitalista para que se mantengan pétreas durante al menos veinte años. Ayer el Congreso dio el puntapié para el diálogo: el acuerdo para las dietas, sin dudas, fue del más amplio consenso que podíamos esperar. La “sintonía fina” viene en paquete con el “sinceramiento” de los “negros laburantes” y el comienzo de un gran diálogo nacional. Entre los capitalistas y sus siervos del Congreso, claro.
[ORIGINAL: http://noticiasconclase.blogspot.com/2012/02/sinceramiento-nacional.html ]