ALMATY, Kazajstán, 10 ene (IPS) - El gobierno de Kazajstán canceló primero y volvió a autorizar después esta semana el derecho al voto de los habitantes de una localidad petrolera donde se produjeron fuertes protestas de trabajadores.
Ello permitirá finalmente a los votantes de la occidental ciudad de Zhanaozen su participación en las elecciones legislativas del domingo 15.
Desde que comenzaron las manifestaciones el 16 de diciembre, la ciudad se encuentra bajo estado de emergencia, y los arrestos de líderes huelguistas continúan.
Las protestas y la represión de las fuerzas de seguridad dejaron al menos 16 muertos y más de 40 edificios incendiados.
Un diplomático y varios periodistas y activistas por los derechos humanos dijeron a IPS que solo pudieron ingresar a la localidad, de 120.000 habitantes, con una fuerte escolta policial, que además les restringió con quién hablar.
Asimismo, informaron que fueron eliminados casi todos los rastros de los disparos efectuados durante la represión, y que las autoridades reparaban el incendiado edificio de la municipalidad, en la plaza central, y la adyacente sede de la petrolera estatal UzenMunaiGaz.
Durante la primera semana de enero, el presidente del país, Nursultan Nazarbayev, firmó un decreto que extiende hasta fines de mes el estado de emergencia, que debía expirar el día 5.
Esto llevó a la Comisión Central Electoral a negar a los habitantes de la ciudad la oportunidad de votar en las elecciones parlamentarias.
La actual asamblea legislativa está compuesta exclusivamente por miembros del gobernante partido Nur Otan.
Aunque el gobierno reconoció que la situación en la localidad había vuelto a la normalidad, el presidente de la Comisión Central Electoral, Kuandyk Turgankulov, sostuvo que allí no se podrían abrir las urnas debido al estado de emergencia.
"Solo hay 50.000 votantes en la ciudad", afirmó. "Como se espera se una gran concurrencia a las urnas en todo Kazajstán, (la medida) no tendrá efectos tangibles en el resultado de la votación", afirmó.
Al ser consultado sobre si eso podía significar una violación a los derechos de los votantes, Turgankulov señaló: "El Consejo Constitucional no cree que sea el caso".
Por su parte, el comentarista político Aidos Sarym dijo creer que la medida tenía en realidad motivos electorales, y no de seguridad.
"No creo que muchas personas (en Zhanaozen) voten al partido de gobierno", aseguró, señalando que la causa de los huelguistas había tenido eco en otros habitantes de la ciudad, afectada por constantes cortes de agua y de electricidad y por un alto desempleo.
Pero, cuatro días después, el gobierno decidió revertir la medida: los ciudadanos de Zhanaozen sí podrían participar de los comicios.
"El presidente tuvo en cuenta el temor de los residentes de Zhanaozen de que sus derechos electorales fueran limitados por la decisión del Consejo Constitucional", señaló el gobierno en una declaración.
"Su único objetivo es darle a los residentes de Zhanaozen la oportunidad de ejercer su derecho constitucional a votar y a elegir al gobierno y a los concejos locales", añadió.
La población de la ciudad pasó de 55.000 habitantes en 1999 a 120.000 en 2009, mientras se expandió el trabajo en torno al campo petrolero. Pero eso no fue acompañado por un incremento en el número de viviendas, escuelas y hospitales, según reportes locales.
A pesar del espectacular crecimiento económico en la última década, los gastos de Kazajstán en salud y educación equivalen a la mitad de los de otras exrepúblicas soviéticas.
Además, la corrupción institucionalizada hace que solo parte de esas inversiones lleguen a los beneficiarios, según muestran varios estudios.
Las encuestas de opinión indican que Nazarbayev sigue siendo muy popular. Ha gobernado desde 1989 este país rico en petróleo de Asia central, con un territorio cinco veces mayor al de Francia.
No obstante, observadores occidentales han constatado irregularidades en todas las elecciones previas, donde los resultados a favor del mandatario exceden 90 por ciento de los votos.
El líder del opositor Partido Socialdemócrata, Bulat Abilov, prometió organizar protestas al estilo de las registradas en 2011 en varios países árabes, si los comicios de este año no eran transparentes.
Después de haber organizado a un grupo de manifestantes que realizaron un minuto de silencio por las víctimas de Zhanaozen en la central Plaza de la República en Almaty, la capital económica del país, alertó: Las protestas serán realizadas "justo aquí".
Cerca de 10.000 trabajadores en OzenMunaiGaz y KarazhambasMunaiGaz, los dos principales sitios de exploración y producción de la compañía estatal KazMunaiGas, se declararon en huelga en mayo de 2011.
La protesta comenzó luego de que se les informara que una asignación especial por costo de vida se aplicaría solo a una pequeña parte de su salario.
Al iniciarse las protestas, la producción cayó en forma automática.
Para julio, la mayoría de los empleados habían regresado a sus puestos de trabajo sin los aumentos que exigían, y la producción se recuperó. Pero unos 2.000 huelguistas fueron despedidos y remplazados.
Durante la protesta, estos recibieron varias ofertas laborales de diversos contratistas, pero las rechazaron porque el sueldo era mucho menor que el de su empleo original.
La huelga causó la pérdida de 1,1 millones de toneladas de petróleo, por unos 700 millones de dólares, señaló KMG EP. La compañía reporta anualmente ganancias por 1.000 millones de dólares.
En julio de 2011, varios cientos de huelguistas instalaron un campamento de protesta en la plaza central de Zhanaozen, dijeron testigos.
El 16 de diciembre, funcionarios del gobierno instalaron un escenario y organizaron un concierto de música pop para celebrar los 20 años de la independencia kazaja de la antigua Unión Soviética, mientras la policía intentaba expulsar de la plaza a los huelguistas.
Esto desató una serie de disturbios que, según el gobierno, terminaron con el incendio de 46 edificios. Varias imágenes publicadas en el sitio web de vídeos Youtube muestran a policías disparando contra multitudes.
El gobierno informó que 16 personas murieron y más de 100 resultaron heridas, pero no divulgó sus nombres.
Un líder huelguista que pidió no ser identificado señaló que 30 cadáveres más con heridas de bala y evidencias de de golpes fueron devueltos a sus respectivas familias. Los certificados de defunción señalaban que habían fallecido en accidentes o por causas naturales.