Foro Comunista

¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

    "Las Cenizas de Gramsci", de Pier Paolo Pasolini - Prólogo y traducción de Elena Tardonato

    avatar
    pedrocasca
    Colaborador estrella
    Colaborador estrella

    Cantidad de envíos : 9582
    Reputación : 18558
    Fecha de inscripción : 31/05/2010

    "Las Cenizas de Gramsci", de Pier Paolo Pasolini - Prólogo y traducción de Elena Tardonato Empty "Las Cenizas de Gramsci", de Pier Paolo Pasolini - Prólogo y traducción de Elena Tardonato

    Mensaje por pedrocasca Jue Sep 27, 2012 10:08 pm

    "LAS CENIZAS DE GRAMSCI", de PIER PAOLO PASOLINI

    Prólogo y traducción de Elena Tardonato

    Prólogo

    Es su poesía más madura en la que no se aísla, sino que se confronta con el país. Es su laceración más lúcida y despiadada. Es la descripción del drama histórico de Italia y del mundo occidental. Es el tema de la Resistencia que tiene un encuentro en los Apeninos; en la visión del paisaje natural y urbano que se vuelve expresión de un drama histórico Ceneri di Gramsci fue escrita en 1960 es decir después que Hungría en 1956 sufriera la despiadada invasión rusa, crisis que mostró el resquebrajamiento del comunismo internacional con sede en Moscú ,y anuncia lo que ocurriría en Italia con las Brigadas Rojas, con la muerte por desentendimiento de Aldo Moro.

    El comunismo de Pasolini se transforma en este poema en romántico y pasa a una poesía civil no triunfal ni celebratoria ya despojado de toda ilusión pues no cree en la posibilidad de una revolución o de un cambio por un pueblo fagocitado por este nueva sociedad, e indiferente.

    En L´Usignolo gritaba su herejía: aquí quema todo en el juego de la historia y el poeta queda con su mundo interior quemado y documento su crisis: cuenta, describe, razonano desde el yo sino desde un intenso interés por la vida con los demás. Descubre entonces a Gramsci que lo acerca a un lenguaje social con una nueva conciencia histórico ideológica.

    Cuando en 1947 fueron publicadas las Lettere dal carcere de Antonio Gramsci provocaron una profunda impresión en toda la cultura italiana. Se trataba de una de las obras maestras de la literatura italiana del siglo, pero este no era el único motivo pues Benedetto Croce escribió que el libro pertenecía a alguien opositor pero a quien respetaba porque "tuvo alta dignidad de hombre y aceptó peligros, persecuciones, sufrimientos y muerte por un ideal.", y agregó "Gramsci con fortaleza, serenidad y simplicidad como hombre de pensamiento fue uno de los nuestros, de aquellos que en los primeros decenios del siglo formaron una mente filosófica e histórica adecuada a los problemas del presente, entre los que me encontré como anciano".

    Croce justamente declaraba de haber encontrado en las Lettere dal carcere los frutos mejores de aquellos decenios tan ampliamente plasmados por su enseñanza "el renovado concepto de la filosofía en su tradición especulativa y dialéctica y no ya positivista y clasificatoria, la amplia visión de la historia, la unión de la erudición con el filosofar, el sentido vivísimo de la poesía y del arte en su carácter original y con ello el camino abierto a reconocer en su positivismo y autonomía todas las categorías ideales."El reconocimiento de Croce ponía en relieve la originalidad y complejidad del marxismo de Gramsci".

    De las líneas esquemáticas de la biografía de Gramsci surge la unidad fundamental entre su vida y su obra con un compromiso ideológico político enérgicamente revolucionario, socialista primero, y luego comunista. Es esta la nota fundamental de la personalidad gramsciana así como toda su existencia dirigida a la realización de un concreto y bien definido ideal político y social asumido como misión. Sus escritos inclusive los literarios, son una dilucidación y una sistematización teórico práctica de aquel ideal.

    Unidad de pensamiento y acción que ofrece otra imagen del intelectual, aquella del "intelectual orgánico" constructor y organizador, antítesis de la clásica imagen del intelectual italiano y humanista.: "el gran intelectual debe zambullirse en la vida práctica, convertirse en un organizador de los aspectos prácticos de la cultura si quiere continuar dirigiendo, debe democratizarse, ser más actual; el hombre del Renacimiento ya no es posible en el mundo moderno cuando en la historia participan activa y directamente masas humanas siempre más diferentes".

    En la formación y madurez de Gramsci contribuyeron tres experiencias fundamentales que fueron aquellas del conocimiento juvenil de la realidad humana y social de Cerdeña donde naciera en 1891 y donde permaneció hasta los 20 años, luego el acercamiento al mundo universitario y obrero de Turín, y por último el largo y doloroso encarcelamiento que concluyó con su vida en 1937. Después del ascenso al poder de Mussolini, Gramsci forja entonces claramente la idea de la formación del Partido Comunista, tan clara que fue el mismo Mussolini quien ordenara que lo encerraran pues no quería volver a escuchar su voz. Fue encarcelado en el 1926 y salió para morir en 1937, vencida ya toda su resistencia física.

    En la cárcel escribió las Lettere dal carcere y Quaderni dal carcere con un estilo sobrio, esencial con un constante y ardiente amor por la verdad armado con la ironía y el sarcasmo, imponiendo podemos decir sin posibilidad de error un estilo que modificó el estilo de la lengua italiana anterior. Podemos insistir que las Lettere dal carcere además de la problemática presentada en Quaderni repropuestas de manera distinta y más laxa, conllevan acentos conmovidos y enternecidos al dirigirse al mundo familiar y doméstico en las líneas dedicadas a sus hijos a quienes de manera sutil trata de educar, de darles sentido de honor, y que se han convertido en modelo en el mundo literario italiano.

    Páginas de abandono confidencial y afectuoso en las que el ambiente sardo es revocado con tonos nostálgicos. Le Lettere son un documento del largo período que Gramsci pasó en el encierro carcelario, y testimonio de un ininterrumpido diálogo con parientes, familiares, amigos, conocidos, además de un itinerario de sus intereses políticos y culturales. Asume en estas cartas actitud valiente y digna aceptando la desventura que lo golpeaba, la injusticia pues como diputado hubiera debido ser considerada su inmunidad parlamentaria. Aparecen allí una innegable serenidad, firmeza, tranquilidad interior y de ética: " no creas que mi serenidad haya disminuido. He envejecido, tengo muchos cabellos blancos, he perdido los dientes, no río más como lo hacía una vez pero creo que me he vuelto más sabio y he enriquecido mi experiencia de los hombres y de las cosas.

    Por otra parte no he perdido el gusto por la vida "El epistolario de Gramsci es evidentemente una forma de mantenerse en contacto con el mundo y con su mundo afectivo, una toma de conciencia, una forma autobiográfica de mostrar su formación en el clima intelectual del renacimiento del idealismo italiano, organizado por Croce y por Gentile, y que en ese clima absorbió numerosas ideas y fermentos.

    En un célebre artículo escrito en 1918 comentando los sucesos revolucionarios en Rusia, el joven Gramsci afirmaba que la revolución de los bolcheviques estaba materializada más por ideologías que por hechos, agregando que "ésta era una Revolución contra El Capital de Marx" Señalaba así que los bolcheviques habían roto el esquema del marxismo ortodoxo según el cual una revolución socialista no era posible en un país atrasado privado de aquel desarrollo capitalista que habría creado las condiciones aptas para el Socialismo rompiendo el esquema del marxismo ortodoxo y rompiendo lanzas contra los bolcheviques, afirmaba que habían renegado de algunas afirmaciones de El Capital pero reconocía asimismo que no habían renegado del pensamiento vivificador. Agregaba luego que Lenin y sus compañeros "vivían el pensamiento marxista, aquel que no muere jamás, que es la continuación del pensamiento idealista italiano y alemán, y que en Marx estaba contaminado de incrustaciones positivistas y naturalísticas."

    Gramsci ubicaba como máximo factor de la historia no los hechos económicos sino a los hombres que desarrollan una voluntad social colectiva, que comprende los hechos económicos y los adecuan a su voluntad hasta que ésta se vuelve el motor de la economía, que plasma la realidad objetiva.

    Esta concepción en la que la voluntad colectiva, el proyecto político y la cultura dependiente de éste se volvían los elementos primarios y decisivos, encontraría una formulación madura, amplia y articulada en los Quarderni dal carcere. El concepto central, la llave decisiva del marxismo de Gramsci es "la sociedad civil" la cual como ha revelado Bobbio, comprende no ya todo el complejo de las relaciones materiales como ocurría con Marx, sino todo el complejo de las relaciones ideológico culturales, no ya todo el complejo de la vida comercial e industrial sino todo el complejo de la vida espiritual e intelectual. Lo que más interesa a Gramsci es precisar la posición de los intelectuales respecto a las otras fuerzas sociales, su rol en la política y el Estado, entender qué características debería tener este nuevo tipo de intelectual que debiera ser orgánico con el proletariado. Es importante remarcar que para Gramsci el concepto de intelectual comprende a quienes cumplen cargos directivos, organizativos y educativos.

    La sociedad civil así entendida se convierte para Gramsci en el momento primario y subordinante respecto al cual la estructura económica es el momento secundario y subordinado.

    La relación estructura-sobrestructura como había sido formulado por el marxismo clásico, permitió a Gramsci desarrollar en toda su amplitud el concepto de "hegemonía".

    Para el pensador sardo en efecto, en los países occidentales desarrollados y por lo tanto complejamente articulados, la clase obrera y su partido político no podían limitarse al ejercicio del dominio marxística y leniniscamente entendido, sino que debían conquistar y conservar ese dominio sólo si eran capaces de ejercitar la propia hegemonía en la sociedad civil, es decir si eran capaces de elaborar una nueva cultura, una gran reforma intelectual y moral como para plasmar toda la sociedad.

    Es evidente en esta concepción el notable esfuerzo cumplido por Gramsci para elaborar una estrategia revolucionaria basada sobre el consenso y no simplemente sobre la fuerza y sobre la coerción. Los instrumentos teóricos usados para actuarlos hacen de Gramsci el pensador marxista más agudo y más interesante de nuestro siglo. Sin embargo nos equivocaríamos si se quisiera ver en su concepción "expansiva" y complejamente articulada del poder político una especie de pluralismo, o de "desviación" liberal
    democrática respecto al marxismo-leninismo.

    Volver a visitar a Gramsci como lo hiciera Pier Paolo Pasolini en su poema Ceneri di Gramsci para mantener un diálogo con él, consigo mismo y con Italia en el cementerio de los protestantes donde está enterrado, y hablar contra la pérdida de memoria, releer su despiadada historia personal, meditar sobre la prolongación de los tiempos sin luz, marca la existencia de seres que como él llevaron más allá de los dolores y
    preocupaciones personales su ideales adelante, a pesar de la vida. Como Pasolini lo describiera en el poema:

    "Tu joven en aquel mayo en que el horror
    era aún vida, en aquel mayo italiano
    que a la vida agregaba al menos ardor
    ... delineabas el ideal que ilumina
    ... este silencio.

    La expansión de los hechos políticos y sociales produjo en el mundo un nuevo tipo de escritor a mitad de camino entre la militancia y la escritura; en éstas de Pasolini el lenguaje de lugar privilegiado tiende a devenir signo autosuficiente de compromiso. Esto creo sean estas ilustres Cenizas de Gramsci.

    Canto 1

    No es de mayo este impuro aire
    que el oscuro cementerio extranjero
    hace aún más oscuro, o lo ilumina
    con ciegas claridades...este cielo
    de babas sobre techos amarillentos
    que en semicírculos inmensos velan
    las curvas del Tíber, los turquesas
    montes del Lacio...Expande una mortal
    paz, desamorada como nuestros destinos
    entre las viejas murallas el otoñal
    mayo. En él está el gris del mundo
    el fin del decenio en el que nos aparece
    entre las inmundicias concluido el profundo
    e ingenuo esfuerzo de rehacer la vida,
    el silencio, putrefacto e infecundo...
    Tú joven, en aquel mayo en que el error
    significaba aún la vida, en aquel mayo italiano
    que a la vida agregaba al menos ardor,
    por lo menos despreocupado e impuramente sano de nuestros padres-no padre, pero
    humilde hermano- con tu flaca mano
    dibujabas el ideal que ilumina
    (pero no para nosotros: tú muerto, y nosotros
    muertos igualmente, contigo, en el húmedo
    jardín) este silencio. No puedes,
    lo ves? que descansar en este lugar
    extraño, aún confinado. Tedio
    patricio te rodea. Y desteñido
    sólo te llega algún golpe de martillo
    de los talleres del Testaccio aquietado
    en el atardecer entre miserables techos, desnudos
    montones de lata, hierros viejos, donde
    canta inútilmente un muchachón que concluye
    su jornada, mientras alrededor la lluvia cesa.

    Canto 2

    Entre los dos mundos, la tregua en la cual no estamos...elecciones, abandonos, otros
    sonidos no tienen que éstos del jardín acongojado
    y noble, en el que el tenaz engaño
    alentaba la vida, queda en la muerte.
    Los círculos de los sarcófagos no hacen más
    que mostrar la sobreviviente suerte
    de gente laica de laicas inscripciones
    en estas grises piedras, cortas
    e imponentes. Aún de pasiones
    sin freno sin escándalo han ardido
    los huesos de los poderosos de naciones
    más grandes: silban, casi nunca desaparecidas
    las ironías de los príncipes, de los pederastas
    cuyos cuerpos están en las urnas esparcidos
    ya cenizas y no aún castos.
    Aquí el silencio de la muerte es fe
    de un civil silencio de hombres permanecidos
    hombres, de un tedio que en el tedio
    del parque, discreto cambia: y la ciudad
    que indiferente, lo confina en medio
    de tugurios y de iglesias, sacrílego en la piedad
    allí pierde su esplendor. Su tierra
    plena de ortigas y verdores alimenta
    esos flacos cipreses, esta negra
    humedad que mancha los muros alrededor
    de los flacos entrelazamiento de los tallos, que el anochecer
    apaga serenando desnudos
    olores de alga...este pasto débil
    e inodoro, donde se hunde violeta
    la atmósfera, con un temblor de menta
    o heno podrido, y quietamente anuncia
    con diurna melancolía, la apagada
    trepidación de la noche. Aspero
    de clima, dulcísimo de historia, está
    entre estos muros el suelo que suda
    otro suelo; esta humedad que
    recuerda otra humedad; y resuenan
    familiares de latitudes y
    horizontes donde inglesas selvas coronan
    lagos perdidos en el cielo, entre praderas
    verdes como billares fosfóricos o como
    esmeraldas: "and O ye Fountains..."las piadosas
    invocaciones

    Canto 3

    Un trapo rojo como aquel
    enroscado en el cuello de los partisanos
    y cerca de la tumba, sobre el terreno calcinado
    diferentemente rojos, dos geranios.
    Allí yaces, señalado con adusta elegancia
    no católica, en el elenco de los extraños
    muertos: Las cenizas de Gramsci...A la esperanza
    y a la vieja desconfianza te acerco,
    caminante sin rumbo en esta flaca tierra, frente
    a tu tumba, a tu espíritu apresado
    acá entre estos liberados (O existe algo
    diferente, quizás de mayor éxtasis
    y también de mayor humildad, ebria simbiosis
    adolescente de sexo y muerte...)
    y desde este país en el que no tuvo descanso
    tu alerta, percibo qué error
    aquí en la quietud de las tumbas- junto
    a qué razón -en el inquieto destino
    nuestro- tuviste escribiendo las supremas
    páginas en los días de tu asesinato.
    Aquí para testimoniar el semen
    aún no esparcido del antiguo dominio,
    estos muertos aferrados a una posesión
    que ahonda en los siglos su abominación
    y su grandeza: y al mismo tiempo obsesión
    esa vibración de yunques, sordamente
    sofocada y profunda- del humillado
    barrio-para verificar el fin.
    Y heme aquí...pobre, vestido
    con ropas que los pobres espían en las vidirieras
    de chillón fulgor, y que han perdido
    la suciedad de perdidas calles
    de los bancos de tranvías que vuelven
    confuso mi día: mientras siempre más raras
    son estas vacaciones, en el tormento
    de mantenerme vivo; y si me ocurre
    de amar el mundo no es más que por un violento
    e ingenuo amor sensual
    así como, confundido adolescente, en una época
    lo odié, si me hería el mal
    burgués a mi burgués: y ahora, dividido
    -contigo- objeto parece
    de rencor y sí casi de místico
    desprecio, la parte que tiene el poder?
    sin embargo sin tu rigor, subsisto
    porque no elijo. Vivo en la apatía
    de la eclipsada postguerra: amando el mundo que odio- su miseria
    despreciable y perdida- por un oscuro escándalo
    de la conciencia...

    Canto 4

    El escándalo de contradecirme, de estar
    contigo y contra tí; contigo en el corazón
    a la luz, contra tí en las oscuras vísceras;
    de mi paterno estado traidor
    en el pensamiento, en una sombra de acciónme
    sé a él aferrado en el calor
    de los instintos, de la estética pasión;
    atraído por una vida proletaria
    anterior a tí, es para mí una religión
    su alegría, no su milenaria
    lucha; su naturaleza, no su
    conciencia; es la fuerza originaria
    del hombre que en el acto se ha perdido
    que da a la ebriedad de la nostalgia
    una luz poética; y más
    no sé decir. que no sea
    justo pero no sincero, abstracto
    amor, no profunda simpatía...
    Como los pobres, pobre, me aferro
    como ellos a humillantes esperanzas,
    como ellos por vivir lucho
    cada día. Pero en la desolada
    condición mía de desheredado
    yo poseo: y es la más exultante
    de las posesiones burguesas, el estado
    más absoluto. Pero como yo poseo la historia
    ésta me posee: me ha iluminado
    pero para qué sirve la luz?

    Canto 5

    No menciono al individuo, al fenómeno
    de ardor sensual y sentimental
    y de hábitos, otro es el nombre
    y la fatalidad de su pecar.
    Pero en él mezclados como comunes
    vicios uterinos, y como
    preciso el pecar! No son inocentes
    los internos y extremos actos, que lo hacen
    encarnarse a la vida, y por ninguna
    de las religiones que en la vida están,
    hipoteca de muerte, instituidas
    para engañar la luz, para dar luz al engaño.
    Destinados para ser sepultados
    sus despojos en el Verano, es católica
    su lucha con ellas: jesuíticas
    las resistencias con que dispone el corazón
    y aún más adentro; tiene bíblicas astucias
    su conciencia...e irónico ardor
    liberal... y torpe luz, entre los disgustos
    de dandy provincial, de provincial
    salud...Hasta los mínimos detalles
    con que se desdibujan, en el fondo animal
    Autoridad y Anarquía...bien protegido
    por la impura virtud y por el ebrio pecar,
    defendiendo con ingenuidad de fanático
    con mucho entusiasmo !Vive el yo :yo
    vivo, eludiendo la vida, teniendo en el pecho
    el sentido de una vida que signifique el olvido
    profundo, violento...Ah como
    entiendo, mudo en la fraternal caricia
    del viento, aquí donde permanece muda Roma
    entre los cipreses cansadamente sacudidos
    cerca de tí, el alma de la que el grafito susurra
    Shelley...comprendo ahora el remolino
    de sentimientos, el capricho (griego
    en el corazón del patricio, nórdico
    viajero) que lo tragó en el ciego
    celeste del Tirreno, la carnal
    alegría de la aventura, estética
    y pueril, mientras yaciendo Italia
    como dentro del vientre de una enorme
    cigarra, abre los blancos laterales
    esparcidos en el Lacio con veladas
    muchedumbres de pinos barrocos, de amarillentos
    espacios la radicha donde duerme
    con el miembro hinchado entre jirones un sueño
    goethiano, el joven pastor romano...
    En la Maremma, oscuros, de soberbias cuevas
    de hierbas, entre las que se destaca claramente
    el almendro, por los senderos que la huella
    de su juventud colma ignorando.
    Ciegamente perfumadas en las secas
    curvas de Versilia, que sobre el mar
    enroscado, ciego, las tersas pinceladas
    de los encastres leves de su pascual
    campaña enteramente humana
    expone, oscurecida en Cinquale
    desovillada bajo la tórrida Apuana
    los azules vítreos sobre el rosa...De escollos,
    rotos, sacudidos, como por un pánico
    de fragancia en la Ribera, blandura
    ríspida donde el sol lucha con la brisa
    para dar suprema suavidad al aceitoso
    mar...Y alrededor zumba alegremente
    el exterminado instrumento de percusión
    del sexo y de la luz: así acostumbrada
    está Italia que no tiembla, como
    muerta en vida: gritan con ardor
    desde cientos de puertos el nombre
    del compañero y los jóvenes sudorosos
    en la oscuridad del rostro, entre gente
    de la ribera, en los huertos de cardos en sucias playas...
    Me pedirás tú, muerto descarnado
    abandonar esta desesperada
    pasión de estar en el mundo?

    Canto 6

    Me voy, te dejo en el atardecer
    que aunque triste, tan dulcemente desciende
    para nosostros los vivos, con la luz de vela
    que al barrio en penumbra descubre.
    Y lo desordena. Lo hace aún más grande, vacío
    más amplio y lejano, lo enciende
    de una vida inquieta, y del ronco
    rodar del tranvía, de los gritos humanos
    dialectales, conjuga un concierto sordo
    y absoluto. Y sientes cómo en aquellos lejanos
    seres que en la vida gritan, ríen,
    en aquellos sus vehículos, en aquellos tristes
    caseríos donde se consume el infiel
    y expansivo don de la existencia esa
    vida no es más que un temblor,
    corpóreo, colectiva presencia;
    sientes la ausencia de toda religión
    verdadera, no vida sino sobrevivencia
    -quizás más dulce que la vida- como
    de un pueblo de animales, en el que el misterioso
    orgasmo no tenga otra pasión
    que la del actuar cuotidiano:
    humilde fervor a la que da sentido festivo
    la humilde corrupción. Cuanto más vano es
    en este vacío de la historia, en esta
    ronroneante pausa en la que la vida callantado
    ideal, mejor se manifiesta
    la estupenda, adusta sensualidad
    casi alejandrina, que todo lima
    e impúdicamente enciende, cuando acá
    en el mundo algo se derrumba, y se arrastra
    el mundo, en la penumbra al volver
    a plazas vacías, a talleres sin entusiasmo...
    Ya se encienden las luces, ribeteando
    vía Zabaglia, vía Franklin, todo el
    Teataccio, despojado de su gran
    escuálido monte, los caminos a lo largo del Tíber,
    la negra profundidad, más allá del río,
    que Monteverde amasa o esfuma invisible sobre el cielo.
    Diademas de luces que se pierden
    brillantes y frías de tristeza
    casi marina...Falta poco para la cena;
    brillan los pocos ómnibus del barrio
    con racimos de obreros en las puertas
    y grupos de militares van, sin apuro
    hacia el monte que cobija en medio de montones
    sucios y muchos cestos de basura
    a la sombra, subrepticias mujerzuelas
    que esperan ansiosas sobre la basura
    afrodisíaca; y no lejos, entre casillas
    abusivas a los costados del monte, o en medio
    de las casonas, como mundos, muchachones
    livianos como jirones juegan en el aire
    no ya frío, primaveral; ardientes
    de desenfado juvenil su romana
    tarde de mayo, oscuros adolescentes
    silban por la calle, en la fiesta
    vespertina; y estruenden las persianas
    de los garages de golpe, alegremente
    si la oscuridad vuelve sereno el atardecer,
    y en medio de los plátanos de la plaza Testaccio
    el viento que cae en lenguas de tempestad
    es muy dulce, aunque afeite los sombreros
    y los olores del matarife, se odorice
    con sangre putrefacta, y por doquier
    sacuda rechazos y olor de miseria.
    Es un murmullo la vida, y estos perdidos
    en ella, la pierden serenamente
    si el corazón tienen colmo de ella: a gozar
    he los miserables, el atardecer; y potente
    en ellos, inerme para ellos, el mito
    renace...Pero yo con el corazón consciente
    de quien solamente en la historia tiene vida
    podré alguna vez por pura pasión actuar
    si sé que nuestra historia ha concluido?
    avatar
    pedrocasca
    Colaborador estrella
    Colaborador estrella

    Cantidad de envíos : 9582
    Reputación : 18558
    Fecha de inscripción : 31/05/2010

    "Las Cenizas de Gramsci", de Pier Paolo Pasolini - Prólogo y traducción de Elena Tardonato Empty Re: "Las Cenizas de Gramsci", de Pier Paolo Pasolini - Prólogo y traducción de Elena Tardonato

    Mensaje por pedrocasca Dom Mar 24, 2013 1:26 pm

    En el Foro hay publicados un importante número de temas relacionados con Antonio Gramsci, incluyendo su propia sección y la posibilidad de descargar algunas de sus obras. Se localizan con facilidad utilizando el buen Buscador del Foro o el conocido buscador Google.

      Fecha y hora actual: Vie Abr 26, 2024 7:47 pm