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“Han dicho que tengo tres ídolos: Cristo, Marx y Freud. En realidad mi único ídolo es la Realidad. Si he elegido ser cineasta al mismo tiempo que escritor, se debe al hecho de que en lugar de expresar esta Realidad a través de esos símbolos que son las palabras, he preferido el cine como medio de expresión: expresar la Realidad a través de la Realidad”.
Pier Paolo Pasolini nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia (Italia). Su padre era oficial del ejército italiano, y Pasolini se educó en varias ciudades del norte de Italia en las que su padre estuvo destinado. La relación con su padre nunca fue buena, al contrario de la que mantuvo con su madre, Susanna, una maestra rural que dejó la profesión por su familia.
Asistió a la Facultad de Letras de Bolonia, donde estudió historia del arte y literatura. Se interesa por la poesía, la pintura moderna, el cine, Freud y la política.
El estallido de la Segunda Guerra mundial acrecienta su conciencia social y política, y se agudiza su antifascismo. Su único hermano, Guido, influido por las ideas políticas de su hermano mayor se une a la Resistencia que se está organizando en el pueblo contra los fascistas y los nazis. Pero en 1945, en una pelea interna entre partisanos, Guido muere. Pasolini se sentirá culpable de su muerte, pero aún así nunca abjurará de sus ideas políticas.
En 1942 se publicó su primera colección de poesías, escritas en friulano, el dialecto que utilizaban los campesinos de la región. Fue la primera manifestación de su nostalgia por otros mundos alejados tanto temporal como geográficamente de los horrores de la Italia de este siglo.
En 1948 se incorpora al Partido Comunista Italiano (PCI) y se convierte en maestro de escuela. Su vida durante la posguerra transcurre sin colmarse sus ansias de poeta, y con un único motivo de felicidad: los jóvenes del pueblo. Ello provoca que sus enemigos políticos le acusen de corrupción de menores y de realizar actos obscenos en público.
El 22 de octubre de 1949 es acusado, y un tribunal le absuelve de los cargos de corrupción, pero no de los de obscenidad, aunque dos años después le absuelven también de esto. Pero para entonces su carrera en la enseñanza había terminado con su expulsión, y también fue expulsado del PCI. Y, sobretodo, se había ganado el desprecio de todo el pueblo. Por ese motivo, en enero de 1950 parte del Friul hacia Roma con su madre, en busca de trabajo y un futuro más prometedor.
Las dos novelas que escribió en esa década, "Ragazzi di vita" (1955) y "Una vita violenta" (1959), están pobladas de ladrones, buscones y chaperos, extraídos de sus experiencias personales. Estas obras le hacen famoso, pero también produjeron escándalo y fue acusado de obscenidad. También publica varios libros de poesía como "Las cenizas de Gramsci" (1957), "La religión de mi tiempo" (1961) y "Poesía in forma di rosa" (1964).
En Roma conoce a quienes serán sus mejores amigos de por vida: los escritores Alberto Moravia, Elsa Morante, Atilio Bertolucci, Dancia Mariani... y los cineastas Fellini, Antonioni o Rosellini, quienes le introdujeron en el mundo del cine, primero como guionista y después como director de películas.
“Razones de tipo personal me pusieron en contacto con el cine, primero como guionista y ahora como director. Mis antiguas experiencias de estudiante -años en los que vi films de Chaplin, Eisenstein y Dreyer- no estaban olvidadas cuando me puse a dirigir mi primer largometraje. Estos directores y otros de esa época, como Renoir y Clair, hicieron mucho para desarrollar mis primeros gustos”. (PPP)
Convencido de que el cine era el medio del futuro, tras una amplia actividad como guionista para Fellini (colabora en los diálogos de "Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria)", 1957), Bolognini ("La notte brava", 1959; "El bello Antonio (Il bell' Antonio)", 1960; "La giornata balorda", 1960), Franco Rossi ("Muerte de un amigo (Morte di un amico)", 1960) y Carlo Lizzani ("El jorobado de Roma (Il gobbo)", 1960), Pasolini comenzó a hacer películas en los años sesenta.Debuta como director con el magnífico "Accattone" (1961), una descripción de ese subproletariado que representa la última estirpe de un mundo campesino, amenazado por la inminente llegada del bienestar, que ya había sido protagonista de dos de sus famosas novelas, "Ragazzi di vitao" (1955) y "Una violenta violenta" (1959). Son temas que Pasolini tratará de forma más tradicional en su sucesiva película, "Mamma Roma" (1962), historia de una salvación imposible, intentada por una prostituta, ya no tan joven, por amor de su hijo. "El evangelio según Mateo" (1964) le vale el respeto como cineasta y le excluye de la marginación a la que estaba sometido.
"Pajarracos y pajaricos" (1966) es concebida como oposición a la cultura de masas. Después dirige "Edipo rey" (1967) y "Medea" (1969), ambas recreaciones de los clásicos griegos. "Teorema" (1968) es una de sus películas más interesantes, en la cual se ven los estragos que provoca en una apacible familia la llegada de un fascinante extraño.
A principios de los años setenta viajó a Irán, Yemen y Nepal para filmar su ambiciosa Trilogía de la vida, compuesta por "El Decamerón" (1971), "Los cuentos de Canterbury" (1972) y "Los cuentos de las mil y una noches" (1973). Todas ellas reflejan la pasión de Pasolini por la vida y el sexo. Con la "trilogía de la vida" recupera el carácter fabuloso, la felicidad creativa y el sentido poético del cine: "Decamerón" (1971), "Los cuentos de Canterbury (I racconti di Canterbury)" (1972) y "Las mil y una noches (Le Mille e una notte)" (1972) ofrecen una dimensión edénica y primitiva de la vida y exaltan una sexualidad libre y natural. Pero al terminarlas, Pasolini las repudió como respuesta contra la manipulación que la sociedad de consumo había realizado sobre ellas, en su reflexión titulada "Abjuración de la Trilogía de la Vida".
Sin embargo, el director se despedirá prematuramente con "Salo o los 120 días de Sodoma (Saló o le centoventi giornate di Sodoma)" (1975), distribuido tras su trágica muerte. Censurada en muchos países, la película adapta el famoso texto del marqués de Sade al periodo final del fascismo y lleva a las últimas consecuencias los discursos que el autor hacia sobre el genocidio del pueblo perpetrado por el Poder en nombre del desarrollo y de la homologación al consumismo. Violaciones, torturas, coprofagia y mucho más se muestran mediante imágenes que hieren duramente y dejan huella: para muchos, el resultado es abominable, para otros, terrible, pero en cualquier caso el elevado valor formal de la película es indiscutible.
Fue, desde siempre, eso que algunos denominan "un intelectual incómodo", lo que unido a su declarada homosexualidad lo convirtió en blanco perfecto de una derecha recalcitrante que no le perdonó ni sus películas ni sus penetrantes razonamientos públicos en contra del poder establecido.
El 2 de noviembre de 1975, Pier Paolo Pasolini fue asesinado. "Crimen pasional", reiteró una masiva y mal intencionada propaganda, tratando de reducir el asunto a una "disputa espuria" entre el artista y el joven de 17 años, Pino Pelosi, dedicado a vender favores sexuales. No faltaron entonces voces que denunciaron la existencia de una trama más compleja, entre ella la de la periodista Oriana Fallaci, que sustentó la convicción de "conspiración política".
Existían sospechas y hasta fuertes evidencias de que Pelosi no era el asesino, o al menos había estado acompañado en la acción, pero el joven reiteró ante los tribunales su absoluta responsabilidad (de reconocer la participación de otras personas hubiera podido ser sentenciado a 30 años y no los nueve que le correspondieron).
Tres décadas de conjeturas y misterios, hasta que en mayo de este año, en un programa de televisión, Pelosi, todo un señor maduro, dice ante las cámaras de televisión de su país que Pier Paolo Pasolini, en un momento en que él había salido del auto donde ambos se encontraran, había sido asesinado por tres personas. "Y mientras lo golpeaban despiadadamente le gritaban "apestoso, puto y sucio comunista". ¿Por qué no lo dijo ante los tribunales?, le preguntaron. "Porque amenazaron con matarme a mí y a mis padres si hablaba". Según Pelosi, su revelación se debía a que sus padres ya estaban muertos y posiblemente también los asesinos.
El caso ha sido reabierto a petición de la familia de Pasolini y quizá se preste atención esta vez a lo que siempre sustentó Sergio Cinti, director y amigo de la víctima, que dedicó buena parte de su vida a reconstruir los hechos minuto a minuto: "Los jueces hicieron un proceso deshonesto... los agresores fueron cinco y Pelosi les sirvió de cebo porque se requería de alguien a quien colgarle el delito; él tuvo que aceptar el juego de esta gente, `gente respetable' que cansada de Pasolini había ordenado el homicidio para callarle la boca".
La noche antes de morir dio una entrevista, hoy famosa, a Stampa Sera, en la que recuerda del peligro del fascismo:
[http://www.girodivite.it/Siamo-tutti-in-pericolo-intervista.html intervista di Furio Colombo a Pier Paolo Pasolini].
Fuente:Rebeldemule
“Han dicho que tengo tres ídolos: Cristo, Marx y Freud. En realidad mi único ídolo es la Realidad. Si he elegido ser cineasta al mismo tiempo que escritor, se debe al hecho de que en lugar de expresar esta Realidad a través de esos símbolos que son las palabras, he preferido el cine como medio de expresión: expresar la Realidad a través de la Realidad”.
Pier Paolo Pasolini nació el 5 de marzo de 1922 en Bolonia (Italia). Su padre era oficial del ejército italiano, y Pasolini se educó en varias ciudades del norte de Italia en las que su padre estuvo destinado. La relación con su padre nunca fue buena, al contrario de la que mantuvo con su madre, Susanna, una maestra rural que dejó la profesión por su familia.
Asistió a la Facultad de Letras de Bolonia, donde estudió historia del arte y literatura. Se interesa por la poesía, la pintura moderna, el cine, Freud y la política.
El estallido de la Segunda Guerra mundial acrecienta su conciencia social y política, y se agudiza su antifascismo. Su único hermano, Guido, influido por las ideas políticas de su hermano mayor se une a la Resistencia que se está organizando en el pueblo contra los fascistas y los nazis. Pero en 1945, en una pelea interna entre partisanos, Guido muere. Pasolini se sentirá culpable de su muerte, pero aún así nunca abjurará de sus ideas políticas.
En 1942 se publicó su primera colección de poesías, escritas en friulano, el dialecto que utilizaban los campesinos de la región. Fue la primera manifestación de su nostalgia por otros mundos alejados tanto temporal como geográficamente de los horrores de la Italia de este siglo.
En 1948 se incorpora al Partido Comunista Italiano (PCI) y se convierte en maestro de escuela. Su vida durante la posguerra transcurre sin colmarse sus ansias de poeta, y con un único motivo de felicidad: los jóvenes del pueblo. Ello provoca que sus enemigos políticos le acusen de corrupción de menores y de realizar actos obscenos en público.
El 22 de octubre de 1949 es acusado, y un tribunal le absuelve de los cargos de corrupción, pero no de los de obscenidad, aunque dos años después le absuelven también de esto. Pero para entonces su carrera en la enseñanza había terminado con su expulsión, y también fue expulsado del PCI. Y, sobretodo, se había ganado el desprecio de todo el pueblo. Por ese motivo, en enero de 1950 parte del Friul hacia Roma con su madre, en busca de trabajo y un futuro más prometedor.
Las dos novelas que escribió en esa década, "Ragazzi di vita" (1955) y "Una vita violenta" (1959), están pobladas de ladrones, buscones y chaperos, extraídos de sus experiencias personales. Estas obras le hacen famoso, pero también produjeron escándalo y fue acusado de obscenidad. También publica varios libros de poesía como "Las cenizas de Gramsci" (1957), "La religión de mi tiempo" (1961) y "Poesía in forma di rosa" (1964).
En Roma conoce a quienes serán sus mejores amigos de por vida: los escritores Alberto Moravia, Elsa Morante, Atilio Bertolucci, Dancia Mariani... y los cineastas Fellini, Antonioni o Rosellini, quienes le introdujeron en el mundo del cine, primero como guionista y después como director de películas.
“Razones de tipo personal me pusieron en contacto con el cine, primero como guionista y ahora como director. Mis antiguas experiencias de estudiante -años en los que vi films de Chaplin, Eisenstein y Dreyer- no estaban olvidadas cuando me puse a dirigir mi primer largometraje. Estos directores y otros de esa época, como Renoir y Clair, hicieron mucho para desarrollar mis primeros gustos”. (PPP)
Convencido de que el cine era el medio del futuro, tras una amplia actividad como guionista para Fellini (colabora en los diálogos de "Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria)", 1957), Bolognini ("La notte brava", 1959; "El bello Antonio (Il bell' Antonio)", 1960; "La giornata balorda", 1960), Franco Rossi ("Muerte de un amigo (Morte di un amico)", 1960) y Carlo Lizzani ("El jorobado de Roma (Il gobbo)", 1960), Pasolini comenzó a hacer películas en los años sesenta.Debuta como director con el magnífico "Accattone" (1961), una descripción de ese subproletariado que representa la última estirpe de un mundo campesino, amenazado por la inminente llegada del bienestar, que ya había sido protagonista de dos de sus famosas novelas, "Ragazzi di vitao" (1955) y "Una violenta violenta" (1959). Son temas que Pasolini tratará de forma más tradicional en su sucesiva película, "Mamma Roma" (1962), historia de una salvación imposible, intentada por una prostituta, ya no tan joven, por amor de su hijo. "El evangelio según Mateo" (1964) le vale el respeto como cineasta y le excluye de la marginación a la que estaba sometido.
"Pajarracos y pajaricos" (1966) es concebida como oposición a la cultura de masas. Después dirige "Edipo rey" (1967) y "Medea" (1969), ambas recreaciones de los clásicos griegos. "Teorema" (1968) es una de sus películas más interesantes, en la cual se ven los estragos que provoca en una apacible familia la llegada de un fascinante extraño.
A principios de los años setenta viajó a Irán, Yemen y Nepal para filmar su ambiciosa Trilogía de la vida, compuesta por "El Decamerón" (1971), "Los cuentos de Canterbury" (1972) y "Los cuentos de las mil y una noches" (1973). Todas ellas reflejan la pasión de Pasolini por la vida y el sexo. Con la "trilogía de la vida" recupera el carácter fabuloso, la felicidad creativa y el sentido poético del cine: "Decamerón" (1971), "Los cuentos de Canterbury (I racconti di Canterbury)" (1972) y "Las mil y una noches (Le Mille e una notte)" (1972) ofrecen una dimensión edénica y primitiva de la vida y exaltan una sexualidad libre y natural. Pero al terminarlas, Pasolini las repudió como respuesta contra la manipulación que la sociedad de consumo había realizado sobre ellas, en su reflexión titulada "Abjuración de la Trilogía de la Vida".
Sin embargo, el director se despedirá prematuramente con "Salo o los 120 días de Sodoma (Saló o le centoventi giornate di Sodoma)" (1975), distribuido tras su trágica muerte. Censurada en muchos países, la película adapta el famoso texto del marqués de Sade al periodo final del fascismo y lleva a las últimas consecuencias los discursos que el autor hacia sobre el genocidio del pueblo perpetrado por el Poder en nombre del desarrollo y de la homologación al consumismo. Violaciones, torturas, coprofagia y mucho más se muestran mediante imágenes que hieren duramente y dejan huella: para muchos, el resultado es abominable, para otros, terrible, pero en cualquier caso el elevado valor formal de la película es indiscutible.
Fue, desde siempre, eso que algunos denominan "un intelectual incómodo", lo que unido a su declarada homosexualidad lo convirtió en blanco perfecto de una derecha recalcitrante que no le perdonó ni sus películas ni sus penetrantes razonamientos públicos en contra del poder establecido.
El 2 de noviembre de 1975, Pier Paolo Pasolini fue asesinado. "Crimen pasional", reiteró una masiva y mal intencionada propaganda, tratando de reducir el asunto a una "disputa espuria" entre el artista y el joven de 17 años, Pino Pelosi, dedicado a vender favores sexuales. No faltaron entonces voces que denunciaron la existencia de una trama más compleja, entre ella la de la periodista Oriana Fallaci, que sustentó la convicción de "conspiración política".
Existían sospechas y hasta fuertes evidencias de que Pelosi no era el asesino, o al menos había estado acompañado en la acción, pero el joven reiteró ante los tribunales su absoluta responsabilidad (de reconocer la participación de otras personas hubiera podido ser sentenciado a 30 años y no los nueve que le correspondieron).
Tres décadas de conjeturas y misterios, hasta que en mayo de este año, en un programa de televisión, Pelosi, todo un señor maduro, dice ante las cámaras de televisión de su país que Pier Paolo Pasolini, en un momento en que él había salido del auto donde ambos se encontraran, había sido asesinado por tres personas. "Y mientras lo golpeaban despiadadamente le gritaban "apestoso, puto y sucio comunista". ¿Por qué no lo dijo ante los tribunales?, le preguntaron. "Porque amenazaron con matarme a mí y a mis padres si hablaba". Según Pelosi, su revelación se debía a que sus padres ya estaban muertos y posiblemente también los asesinos.
El caso ha sido reabierto a petición de la familia de Pasolini y quizá se preste atención esta vez a lo que siempre sustentó Sergio Cinti, director y amigo de la víctima, que dedicó buena parte de su vida a reconstruir los hechos minuto a minuto: "Los jueces hicieron un proceso deshonesto... los agresores fueron cinco y Pelosi les sirvió de cebo porque se requería de alguien a quien colgarle el delito; él tuvo que aceptar el juego de esta gente, `gente respetable' que cansada de Pasolini había ordenado el homicidio para callarle la boca".
La noche antes de morir dio una entrevista, hoy famosa, a Stampa Sera, en la que recuerda del peligro del fascismo:
[http://www.girodivite.it/Siamo-tutti-in-pericolo-intervista.html intervista di Furio Colombo a Pier Paolo Pasolini].
Fuente:Rebeldemule