El Estado Terrorista enseña su verdadera cara
El lunes pasado pudimos conocer el último crimen del Estado Terrorista español: el asesinato impune de Iñigo Cabacas Liceranzu, que recibió una pelota de goma en la cabeza después del partido entre el Athletic de Bilbao y el Schalke 04.
Después del partido, cuatro furgones de los antidisturbios vascos aparecieron, y varios Ertzaintzas, armados con escopetas y con el rostro completamente cubierto, salieron de ellos. No tardaron mucho en empezar la cacería contra los aficionados: apenas en unos minutos, los mastines del capital habían empezado a disparar a los allí presentes, impactando uno de los proyectiles (esas criminales balas de goma que tantos ojos han destrozado en Barcelona) en la cabeza de Iñigo, destrozándole el cerebro y dejándolo en un estado de coma hasta el lunes, en que murió.
Parece que la práctica tan común que emplean los Mossos d'Esquadra consistente en disparar a la cabeza (provocando como resultado de ello el destrozo de varios ojos) está creando escuela: también la emplea la Ertzaintza, y además a una distancia irrisoria (entre veinte y treinta metros de distancia), solo que con resultados más nefastos: en vez de ojos, sesgan vidas.
Un Estado que, de manera sistemática y arbitraria, utiliza a sus perros, las Fuerzas de (in)Seguridad para reprimir y asesinar no solo a quién ose alzar la voz contra él, sino ya contra cualquier persona de manera indiscriminada, como en los peores tiempos del fascismo, no puede ni debe representarnos a nosotros: trabajadores, campesinos, estudiantes, inmigrantes, jubilados, en definitiva, al pueblo.
Un sistema, el capitalista, que en su fase más pútrida y agonizante, necesita practicar el terrorismo de Estado para mantenerse en pie, no puede ser más que un anacronismo: un sistema que debería haber caído ya hace tiempo.
Pero el sistema no caerá solo: será necesaria la fuerza del pueblo, de todas las clases sociales que lo integran, para echarlo abajo: la unión de las Asambleas de Trabajadores en las fábricas y curros con las Asambleas Populares en los barrios, las Asambleas de Estudiantes en institutos y universidades y las Asambleas de Campesinos y Jornaleros en las tierras y campos, cuya unidad conforme el Frente Único del Pueblo, que, dirigido por el Partido Comunista, acabe con ésta podrida sociedad capitalista y nos conduzca al socialismo, con el norte puesto en la sociedad sin clases, sin explotación del hombre por el hombre, en el comunismo.
Fuente y original en catalán
Fuente 2
El lunes pasado pudimos conocer el último crimen del Estado Terrorista español: el asesinato impune de Iñigo Cabacas Liceranzu, que recibió una pelota de goma en la cabeza después del partido entre el Athletic de Bilbao y el Schalke 04.
Después del partido, cuatro furgones de los antidisturbios vascos aparecieron, y varios Ertzaintzas, armados con escopetas y con el rostro completamente cubierto, salieron de ellos. No tardaron mucho en empezar la cacería contra los aficionados: apenas en unos minutos, los mastines del capital habían empezado a disparar a los allí presentes, impactando uno de los proyectiles (esas criminales balas de goma que tantos ojos han destrozado en Barcelona) en la cabeza de Iñigo, destrozándole el cerebro y dejándolo en un estado de coma hasta el lunes, en que murió.
Parece que la práctica tan común que emplean los Mossos d'Esquadra consistente en disparar a la cabeza (provocando como resultado de ello el destrozo de varios ojos) está creando escuela: también la emplea la Ertzaintza, y además a una distancia irrisoria (entre veinte y treinta metros de distancia), solo que con resultados más nefastos: en vez de ojos, sesgan vidas.
Un Estado que, de manera sistemática y arbitraria, utiliza a sus perros, las Fuerzas de (in)Seguridad para reprimir y asesinar no solo a quién ose alzar la voz contra él, sino ya contra cualquier persona de manera indiscriminada, como en los peores tiempos del fascismo, no puede ni debe representarnos a nosotros: trabajadores, campesinos, estudiantes, inmigrantes, jubilados, en definitiva, al pueblo.
Un sistema, el capitalista, que en su fase más pútrida y agonizante, necesita practicar el terrorismo de Estado para mantenerse en pie, no puede ser más que un anacronismo: un sistema que debería haber caído ya hace tiempo.
Pero el sistema no caerá solo: será necesaria la fuerza del pueblo, de todas las clases sociales que lo integran, para echarlo abajo: la unión de las Asambleas de Trabajadores en las fábricas y curros con las Asambleas Populares en los barrios, las Asambleas de Estudiantes en institutos y universidades y las Asambleas de Campesinos y Jornaleros en las tierras y campos, cuya unidad conforme el Frente Único del Pueblo, que, dirigido por el Partido Comunista, acabe con ésta podrida sociedad capitalista y nos conduzca al socialismo, con el norte puesto en la sociedad sin clases, sin explotación del hombre por el hombre, en el comunismo.
¡IÑIGO, NI OLVIDO NI PERDÓN!
¡ESTADO ESPAÑOL, ESTADO TERRORISTA!
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
COLECTIVO JOAN COMORERA DE LA FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE CATALUÑA (FJCC)
¡ESTADO ESPAÑOL, ESTADO TERRORISTA!
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
COLECTIVO JOAN COMORERA DE LA FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE CATALUÑA (FJCC)
Fuente y original en catalán
Fuente 2