La decisión está tomada por las cúpulas de CC OO y UGT y la fecha elegida para la huelga general en toda España es el jueves 29 de marzo. Sin embargo, la convocatoria no llegará hasta que los órganos competentes de ambas centrales den su conformidad la próxima semana. Era un secreto a voces que el paro contra la reforma laboral, el primero de carácter nacional que sufrirá el Gobierno de Mariano Rajoy, se llevaría a cabo, pero faltaba por decidir la fecha, que va a coincidir con la anunciada el pasado día 16 por las centrales nacionalistas ELA y LAB en Euskadi, lo que permitirá que por primera vez en casi 20 años una protesta de este alcance tenga el respaldo de todas las fuerzas sindicales en la comunidad autónoma.
La posición oficial de las centrales es, no obstante, esperar y dar todavía una oportunidad a la negociación con el Gobierno y los grupos políticos. Y, además, situar la decisión formal sobre la huelga en el ámbito que le corresponde: los consejos confederales que se celebrarán el viernes 9 de marzo, un día después de que el Congreso convalide la reforma laboral.
La decisión de proponer a sus comités nacionales la huelga general para el 29 de marzo fue adoptada el pasado martes por la tarde en un reunión de las cúpulas de CC OO y UGT celebrada en Madrid, precisaron fuentes sindicales confederales. En la cita se analizaron los pros, los contras y otras opciones. A favor de retrasar la protesta a mayo estaba el hecho de dar tiempo a las organizaciones sociales para que se sumaran y a las propias centrales para extenderla. En contra, la dificultad de mantener la tensión durante un tiempo tan dilatado y el elevado coste económico, agravado por el recorte del 20% en las subvenciones del Gobierno a los sindicatos y la caída de ingresos fruto de la crisis.
El precio a pagar en esfuerzo y en dinero fue también la causa de que se rechazara una propuesta de una marcha sobre Madrid de columnas de protesta desde toda España el fin de semana del 10-11 de marzo. Finalmente los sindicatos optaron por manifestaciones en las principales ciudades para esos días, en las que esperan tener al menos el mismo seguimiento que en las del domingo 19 de febrero
Por el contrario, la opción del 29 de marzo tiene a su favor el elevado nivel de sensibilización que la campaña sindical ha logrado hasta ahora entre sus seguidores y otras organizaciones de izquierda, y la repercusión social y el respaldo que han tenido algunas protestas sectoriales, como la de los estudiantes de Valencia. Además, es el día anterior al anunciado por el Gobierno para presentar, por fin, sus Presupuestos Generales del Estado.
Se la juegan
Las centrales se la juegan más que nunca con esta huelga general y su futuro estará ligado, en alguna medida, al éxito o no de la protesta. Desde hace meses vienen temiendo que la mayoría absoluta del PP no circunscriba sus cambios únicamente al mercado laboral. Fuentes sindicales han confesado a EL CORREO su presunción de que las reformas que les afectan «no han hecho más que empezar» y que uno de los próximos objetivos del Gobierno de Rajoy será el entramado de derechos sindicales que, aunque anclados en la Constitución, pueden ser recortados. Ya ha habido dos medidas que apuntan en esa dirección: la rebaja de las subvenciones del Ejecutivo central y la supresión del derecho de los delegados sindicales a ser los últimos en ser incluidos en los EREs.
Si finalmente los órganos de ambas centrales optan por aprobar la convocatoria de huelga general para el 29-M, la decisión acabará con la incertidumbre de CC OO y UGT en Euskadi, que estaban pendientes de decidir la fecha de la protesta, conscientes de que una diferente a ese día, el elegido con antelación por las organizaciones nacionalistas, repercutiría negativamente en el éxito que pudiera lograrse en la comunidad autónoma.
No obstante, el mensaje oficial de ambos sindicatos en el País Vasco sigue siendo todavía que la fecha «está abierta». Así lo aseguró ayer el secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado, tras enfatizar que «va a haber una huelga general para movilizar a todos los trabajadores para que peleen duro». En Navarra, los secretarios generales de CC OO y UGT, José María Molinero y Juan Goyén, respectivamente, admitieron que, si se convoca una huelga general antes de Semana Santa, será el 29 de marzo. Desde Bruselas, el líder de Comisiones, Ignacio Fernández Toxo, se limitó a indicar que los sindicatos están aún «en un escenario de negociación» para retomar el diálogo con el Gobierno y cambiar la reforma. En términos similares se expresó Cándido Méndez, quien anunció el envío de una carta a Rajoy para darle «una penúltima oportunidad a la negociación».
Sobre la posibilidad de un paro general, el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, señaló que su Gobierno está abierto al diálogo y que el temor que tiene es a la cifra del paro -5,3 millones de personas- y no a la huelga. La patronal CEOE indicó que respetará a los sindicatos si convocan la protesta, aunque alertó de que una medida así implica «desgaste» para todas las partes.