22 años de la muerte Pizarro

22 años sin Carlos Pizarro

Carlos Pizarro Leóngomez fue asesinado el 26 de abril de 1990. Para ese momento era candidato presidencial y su popularidad crecía día a día. Esa mañana, el máximo líder del desmovilizado M-19 viajaba de Bogotá a Barranquilla en su gira de campaña a la primera magistratura del Estado. Antes de que el avión despegara, un joven de 15 años disparó contra su cuerpo, dándole muerte inmediata. Con éste homicidio ya eran tres los jefes de esa guerrilla asesinados después de que se firmara el acuerdo de paz que terminó con la dejación de armas y la entrada a la vida política del país.
María José y María del Mar Pizarro, dos de las hijas del ‘comandante papito’, como se le conoció, realizaron hoy un evento de conmemoración al que asistieron los compañeros de batallas de su padre, viejos amigos y algunos familiares. Ante la tumba de Pizarro en el Cementerio Central de Bogotá, se presentó el cantautor argentino Piero, quien por los días del magnicidio había venido a Colombia a realizar un concierto. También asistieron Ana Marta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro; Miriam Rodríguez, quien fuera su compañera sentimental; Camilo González Posso, director del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, de la Alcaldía de Bogotá, así como también Maria Eugenia Guzmán De Antequera y su hijo José, familia del también asesinado José Antequera.
Fue una ceremonia modesta, entre la alegría y la tristeza. Lo viejos amigos del comandante, con los achaques del tiempo, asistieron con la mirada clavada en el ayer. “Lo conocí en Cuba”, recordaban unos. “Lo ví por primera vez en Corinto”, rememoró otro. “Peleamos juntos en el Cauca”, afirmó ‘Rigo’, quien fuera explosivista del ‘eme’ y hoy se encontraba en vísperas de cumplir 72 años: “Yo no era jefe, pero en vista de que a todos los mataron y siendo el más viejo en la línea de mando, hoy, 20 años después, yo sería el comandante”, agrega. “No vinimos a conmemorar los 22 años del vil asesinato de Carlos o ‘carroloco’, como le decíamos los que luchamos con él en Yarumales (…) vinimos a revivir nuestra historia”, proclamó otro señor de unos 70 años, con los ojos encendidos, como si volviera a ser el joven aventurero que se incorporó a esa guerrilla en los años 80.
Al cierre del evento, María José, su hija, leyó una de las cartas del comandante Pizarro les dejó escritas en un papel que hoy es amarillo. “Rebélate contra las injusticia, cuando las sientas, no aceptes el dolor que alguien cause en otro (…) ama con toda tu fuerza (viste tu alma de fiesta, pues nadie se puede resistir a un corazón alegre”, fueron algunas de las palabras que se escucharon con voz entrecortada.
Pero a pesar de las más de dos décadas del magnicidio, la investigación no ha avanzado lo suficiente. Aún no se sabe del autor intelectual del crimen, y de éste asesinato sólo se supo que el joven que disparó contra Pizarro tenía 15 años y un papel entre el zapato que decía: la plata por éste trabajo quiero que se la entreguen a mi madre para que compre una casa. El joven murió también en el avión, ultimado por los escoltas del comandante.

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