El FBI hurga hasta en la basura
texto de Juana Carrasco
publicado en 2011 - tomado de la web Debate socialista
Los 14 000 agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) tienen nuevos poderes y cada uno de ellos merma los derechos civiles de los norteamericanos, sometidos a un escrutinio paranoico del poder gobernante. Entre las últimas potestades está el poder revisar hasta la basura casera de la ciudadanía en busca de cualquier indicio que permita chantajearlo y convertir al sujeto en un informante, y no tienen que llevar un récord o registro de tales acciones de espionaje. Y esto suena más sucio que los propios desechos que van a husmear.
Las ordenanzas están contenidas en su manual de operaciones, que data del año 2008, cuando fue revisado en la administración de George W. Bush, pero dice ahora The New York Times que pronto tendrá una nueva edición. Se trata de la Guía para las investigaciones domésticas y operaciones (Domestic Investigations and Operations Guide), pero ya están siendo denunciadas por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), incluso por Michael German, un ex agente del FBI que ahora trabaja como abogado en esa institución, quien bien debe saber de qué se trata y destaca el uso potencial de técnicas de vigilancia cada vez más intrusivas, especialmente contra grupos de derechos civiles, pacifistas, sindicales, de la disidencia política y mezquitas.
Algunos comentarios de los lectores de esta noticia aseguraban que en nombre de la seguridad nacional estaban destruyendo las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses, y que estos contemplaban pasivamente cómo perdían los derechos que les otorgaban las Enmiendas Cuarta, Quinta y Sexta de su Constitución, por lo tanto, Estados Unidos se ha convertido en un estado de vigilancia policiaca… y también en un imperio militarista, añadía otro.
Las opiniones dejan ver cosas bien interesantes, y cualquiera podría decir que tanto fisgoneo y acecho también ha creado en no pocos ciudadanos una respuesta que linda a su vez en la paranoia. Así, uno de ellos daba recomendaciones de cómo burlar tanto entrometimiento, indagación, búsqueda enfermiza y violación de la privacidad: pague todo al contado, rehúse tener un chip en sus tarjetas bancarias, done la ropa vieja luego de quitarle todas las etiquetas, borre las llamadas telefónicas, use guantes finos cuando toque objetos en público, asuma que en cada grupo, club o círculo social en que esté hay un informante de la policía, ni hablar de lo que dice de textos, fotos, blogs y comentarios en Internet que pueden ser registrados y utilizados en cualquier procesamiento que quieran hacerle, y recomienda también que no debe olvidar nunca que durante TODO el tiempo está bajo vigilancia.
Pero ahí viene lo mejor del consejero, cuando asegura: «Cualquiera que tome estas precauciones puede asumirse que tiene algo que esconder, e inmediatamente será puesto bajo investigación policial. Si usted no tiene nada que ocultar, no tiene que temer»… y esta especie de palo porque bogas, palo porque no bogas, no es cosa de risa, a fin de cuentas George Orwell lo advirtió en su libro 1984, y aunque él hablaba contra un estado totalitario comunista, resulta que la democracia capitalista estadounidense va poniendo en práctica las ordenanzas de un estado policiaco y militarista. En este mismo momento ¿por cuántas guerras ya van?
Ah, se me olvidaba, dice el trabajo publicado en The New York Times que el FBI abre miles de estas investigaciones de bajo perfil cada mes, aunque la vasta mayoría no genera información que justifique la apertura de pesquisas más intensivas…
Hummm, otro olvido, hasta no hace mucho el FBI recolectaba el ADN de todos los encarcelados en EE.UU. y algunos más, por lo que tenía un perfil genético de 6,7 millones de personas, pero ya lo hace también junto a 15 estados norteamericanos de todos los que esperan juicio —culpables o no—, de los inmigrantes detenidos, y quién sabe de cuántos más se lo permitirá la nueva Guía, pero su meta para 2012 es lograr 1,2 millones de nuevas entradas cada año …
Vaya, que lo de husmear en la basura, parece apenas una basurita.
texto de Juana Carrasco
publicado en 2011 - tomado de la web Debate socialista
Los 14 000 agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) tienen nuevos poderes y cada uno de ellos merma los derechos civiles de los norteamericanos, sometidos a un escrutinio paranoico del poder gobernante. Entre las últimas potestades está el poder revisar hasta la basura casera de la ciudadanía en busca de cualquier indicio que permita chantajearlo y convertir al sujeto en un informante, y no tienen que llevar un récord o registro de tales acciones de espionaje. Y esto suena más sucio que los propios desechos que van a husmear.
Las ordenanzas están contenidas en su manual de operaciones, que data del año 2008, cuando fue revisado en la administración de George W. Bush, pero dice ahora The New York Times que pronto tendrá una nueva edición. Se trata de la Guía para las investigaciones domésticas y operaciones (Domestic Investigations and Operations Guide), pero ya están siendo denunciadas por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), incluso por Michael German, un ex agente del FBI que ahora trabaja como abogado en esa institución, quien bien debe saber de qué se trata y destaca el uso potencial de técnicas de vigilancia cada vez más intrusivas, especialmente contra grupos de derechos civiles, pacifistas, sindicales, de la disidencia política y mezquitas.
Algunos comentarios de los lectores de esta noticia aseguraban que en nombre de la seguridad nacional estaban destruyendo las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses, y que estos contemplaban pasivamente cómo perdían los derechos que les otorgaban las Enmiendas Cuarta, Quinta y Sexta de su Constitución, por lo tanto, Estados Unidos se ha convertido en un estado de vigilancia policiaca… y también en un imperio militarista, añadía otro.
Las opiniones dejan ver cosas bien interesantes, y cualquiera podría decir que tanto fisgoneo y acecho también ha creado en no pocos ciudadanos una respuesta que linda a su vez en la paranoia. Así, uno de ellos daba recomendaciones de cómo burlar tanto entrometimiento, indagación, búsqueda enfermiza y violación de la privacidad: pague todo al contado, rehúse tener un chip en sus tarjetas bancarias, done la ropa vieja luego de quitarle todas las etiquetas, borre las llamadas telefónicas, use guantes finos cuando toque objetos en público, asuma que en cada grupo, club o círculo social en que esté hay un informante de la policía, ni hablar de lo que dice de textos, fotos, blogs y comentarios en Internet que pueden ser registrados y utilizados en cualquier procesamiento que quieran hacerle, y recomienda también que no debe olvidar nunca que durante TODO el tiempo está bajo vigilancia.
Pero ahí viene lo mejor del consejero, cuando asegura: «Cualquiera que tome estas precauciones puede asumirse que tiene algo que esconder, e inmediatamente será puesto bajo investigación policial. Si usted no tiene nada que ocultar, no tiene que temer»… y esta especie de palo porque bogas, palo porque no bogas, no es cosa de risa, a fin de cuentas George Orwell lo advirtió en su libro 1984, y aunque él hablaba contra un estado totalitario comunista, resulta que la democracia capitalista estadounidense va poniendo en práctica las ordenanzas de un estado policiaco y militarista. En este mismo momento ¿por cuántas guerras ya van?
Ah, se me olvidaba, dice el trabajo publicado en The New York Times que el FBI abre miles de estas investigaciones de bajo perfil cada mes, aunque la vasta mayoría no genera información que justifique la apertura de pesquisas más intensivas…
Hummm, otro olvido, hasta no hace mucho el FBI recolectaba el ADN de todos los encarcelados en EE.UU. y algunos más, por lo que tenía un perfil genético de 6,7 millones de personas, pero ya lo hace también junto a 15 estados norteamericanos de todos los que esperan juicio —culpables o no—, de los inmigrantes detenidos, y quién sabe de cuántos más se lo permitirá la nueva Guía, pero su meta para 2012 es lograr 1,2 millones de nuevas entradas cada año …
Vaya, que lo de husmear en la basura, parece apenas una basurita.