He traducido un breve texto enviado por el Premio Nobel de Literatura Anatole France en 1922 a las redacciones de Izvestia y L’Humanité. Pueden ver el scaneo original aquí. Primero tiene una introducción del editor (en cursiva) de la publicación francesa:
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Anatole France celebra el quinto aniversario de la Revolución soviética. Fue enviado al Izvestia y al L’Humanité su saludo a la República proletaria, «nacida pobre e invencible». Nuestro más grande escritor lleva a la Rusia triste y gloriosa su homenaje. Y, porque no abdica, sino que continúa, en su septuagésimo octavo año, manteniendo la fe, portando la antorcha, su homenaje toma, a nuestros ojos, a ojos de todos los revolucionarios, un valor inestimable.
«La Revolución rusa recorrerá el mundo», proclamó Henri Barbusse. Y Trotsky: «Tarde o temprano la revolución proletaria se desatará en Europa y en América». Anatole France los confirma y saluda a la República de los Soviets en la esperanza de un mundo libre.
Hace cinco años, la República de los Soviets nació pobre e invencible. Ella trajo un nuevo espíritu, amenazante para los gobiernos de la opresión y la injusticia que parten la Tierra. El viejo mundo no se engañó. Sus jefes reconocieron a su enemigo. Se armaron contra ella con sus calumnias, su riqueza y su violencia. Trataron de sofocarla: enviaron en su contra hordas de bandidos. La República de los Soviets levantó sus ejércitos rojos y aplastó a los bandidos.
En toda Europa los amigos de la justicia saludan el quinto aniversario de la Revolución que, después de tantos siglos, trajo al mundo el primer ensayo de un gobierno para el pueblo y por el pueblo. Nacida en la pobreza, crecida entre el hambre y la guerra, ¿cómo podrían los soviéticos realizar su gran plan e instaurar la justicia plena?
Por lo menos han establecido el principio. Ellos sembraron las semillas que, si el destino las favorece, se extenderán desde Rusia y fertilizarán Europa.
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Anatole France celebra el quinto aniversario de la Revolución soviética. Fue enviado al Izvestia y al L’Humanité su saludo a la República proletaria, «nacida pobre e invencible». Nuestro más grande escritor lleva a la Rusia triste y gloriosa su homenaje. Y, porque no abdica, sino que continúa, en su septuagésimo octavo año, manteniendo la fe, portando la antorcha, su homenaje toma, a nuestros ojos, a ojos de todos los revolucionarios, un valor inestimable.
«La Revolución rusa recorrerá el mundo», proclamó Henri Barbusse. Y Trotsky: «Tarde o temprano la revolución proletaria se desatará en Europa y en América». Anatole France los confirma y saluda a la República de los Soviets en la esperanza de un mundo libre.
Hace cinco años, la República de los Soviets nació pobre e invencible. Ella trajo un nuevo espíritu, amenazante para los gobiernos de la opresión y la injusticia que parten la Tierra. El viejo mundo no se engañó. Sus jefes reconocieron a su enemigo. Se armaron contra ella con sus calumnias, su riqueza y su violencia. Trataron de sofocarla: enviaron en su contra hordas de bandidos. La República de los Soviets levantó sus ejércitos rojos y aplastó a los bandidos.
En toda Europa los amigos de la justicia saludan el quinto aniversario de la Revolución que, después de tantos siglos, trajo al mundo el primer ensayo de un gobierno para el pueblo y por el pueblo. Nacida en la pobreza, crecida entre el hambre y la guerra, ¿cómo podrían los soviéticos realizar su gran plan e instaurar la justicia plena?
Por lo menos han establecido el principio. Ellos sembraron las semillas que, si el destino las favorece, se extenderán desde Rusia y fertilizarán Europa.