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El racismo persiste enraizado en la sociedad cubana…¿tenemos conciencia de esto?
El racismo persiste enraizado en la sociedad cubana…¿tenemos conciencia de esto?
Soy cubano y negro, sin orgullos ni prejuicios, simplemente lo soy. Mi abuelo es español, mi tatarabuelo esclavo combatió con Quintín Bandera, y mi familia étnicamente es un ARCOIRIS.
Recientemente conversando con una compañera de trabajo me entero de orientaciones generales para promover en cargos de dirección a mujeres y negros. Me resultó risible esto, por que no veo condición en ninguna de estas características nada para obtener un cargo, simplemente veo la capacidad, inteligencia y transparencia como principales baluartes para tal.
La compañera me dijo que no entendía por qué esto y de hecho no sabía la existencia del racismo, y cuando conversé con ella y le di ejemplos, se quedó perpleja. En lo personal me molesta mucho la frase “es política de cuadros”, ¿y qué es un cuadro?, yo no tengo ni idea, pero mezclar racialidad o sexo con capacidad para ocupar un puesto, es cuanto menos risible, y esto lo digo como negro.
He leído a Esteban Morales y su magnífico libro sobre la racialidad en Cuba, y como negro cubano he descubierto una perspectiva social de nuestra realidad totalmente desconocida y que se nos presenta cada día. Simplemente no se crearon las condiciones sociales, para que la esclavitud y la marginación con que fueron tratados por más de 2 siglos antes del triunfo de la Revolución, se borrara de un plumazo cuando Fidel abordó el tema luego del 59.
Se dejó de debatir el racismo simplemente porque se estimó que con una declaración se eliminaría, y lo que hizo simplemente fue esconderse y convertirse en enemigo invisible. Cuando estudiaba en la universidad tenía como compañeros de aula muchos blancos, simplemente demasiados con la proporción poblacional de nuestra sociedad, éramos 2 negros 2 mestizas y 21 blancos.
Uno de los más destacados y que ocupaba cargos en la UJC, me decía en su visión totalmente racista (las cosas por su nombre) que para él los mejores amigos eran negros, pero para novios de su hermana no los quería, es más, si ocurría esto no dudaba que su hermana fuera expulsada de su casa.
Le comentaba que su posición era tan racista que me provocaba repulsión, y él me comentaba que eso era lo que todos creían lo que no lo decían, peor todavía. Al inicio de la Revolución se estableció que esta era sin colores y para todos, pero no se debatió a plenitud el problema del racismo imperante en nuestra sociedad que aún sigue camuflado al no existir un debate real de connotación nacional del tema.
Hace unos años recuerdo en una Mesa Redonda que se mencionaba la población carcelaria americana y su procedencia étnica, lo más peliagudo es que en la TV se han presentado nuestras cárceles y los negros son mayoría. Entonces se critica al vecino sin hacer un análisis real de lo que pasa acá, en diferentes ciudades que he visitado, los barrios más insalubres son habitados en su mayoría por negros, en diferentes debates con amigos se asume que somos buenos para la música y el deporte, pero ver alguno en la universidad es cosa rara.
Conozco profesores que no dan clases en determinadas escuelas primarias porque es una zona de mayoría negra. Mirando en la capital, hay barrios que en su mayoría son blancos y otros a la inversa, lo más contradictorio es que aún así, el comportamiento demográfico cubano tiende a la homogenización. Nuestros cubanos blancos no dudan en alegrarse de nuestro equipo de pelota, voleibol o de los que nos representen en atletismo, identificándolos como suyos o bailando con los Van Van, pero afloran sentimientos distintos si estos fueran sus madrastas o sus cuñados.
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El racismo funciona en ambos sentidos: los discriminados pueden también asumir un esquema discriminatorio.
El racismo funciona en ambos sentidos: los discriminados pueden también asumir un esquema discriminatorio.
Este racismo es peor para toda la sociedad porque la persona racista no se reconoce como tal. En los últimos años se han visto un poco mas representados los negros en nuestros medios de difusión, dígase protagónicos en televisión, en series y programas. Aclaro que el racismo es en los dos sentidos, me he encontrado con negros que dicen la frase “somos negros y tenemos que ayudarnos”, entonces simplemente me aparto.
En la universidad que estudié (Matanzas), existió un profesor (por suerte pidió la baja), que de manera despectiva se refería a los negros como que no daban para graduarse de la carrera, esto lo hacía en el aula y lo sabían los de la UJC, y de la FEU del grupo. No se le enfrentaba nadie porque daba una asignatura complicada y además era del Partido (no entiendo que hacia allí).
Los cubanos al no debatir un mal enraizado y bien escondido en nuestra sociedad, no colaboramos en su eliminación. Creer que por escribir una Declaración y proclamar el carácter antirracista de la Revolución, ya hemos solucionado el problema, es estar ciegos a la realidad. Cuba no se cambia con proclamas y este tema necesita un estudio sociológico muy fuerte, es que no se trata de ideologías, se trata de las personas y sus prejuicios, algo mucho más complicado que la política misma.
En la actualidad hay una lucha sobre igualdades sexuales, debate promovido por Mariela Castro Espín y con logros gigantes en una sociedad con tremendo machismo enraizado, pero en cambio, no se debate el racismo y se reconocen las cosas tal como son en términos raciales. Lo peor de todo es que el tema se politiza demasiado a menudo.
Desde fuera tratan de agredir a la Revolución aludiendo a esta situación, con la consabida negación automática por parte del Estado, porque cada vez que dicen algo afuera acá dicen lo contrario, sin pensarlo mucho. Y también se politiza al utilizar el tema racial como uno de los logros de la Revolución (que en muchas aristas lo es) pero olvida mencionar las numerosas dificultades que aún existen, o en el mejor de los casos, las minimiza.
El tema es grave aunque no lo hayamos notado y lo veamos como “normal”, conozco a mestizos que no se quieren reconocer como tal, wow!, ni hablar. Les hago una anécdota: estando en el preuniversitario, un amigo fue a sacar su carnet de identidad y lo anotaron como mestizo, cuando su abuela vio en casa el detalle del carnet fue a la oficina que lo emite, y formó un revolico enorme, porque la oficinista no veía que su nieto era blanco, je,je,je, la oficinista simplemente la complació y le creó un carnet nuevo (aunque el color no cambia por anotarlo distinto en un papel).
Se deben crear oportunidades para todos, de la misma forma que debemos eliminar élites de colores o procedencias, que existen, si no pregúntele a un director de empresa dónde vive, cuántos directores más viven en su entorno y cuántos son negros. Se deben llamar las cosas como son, como hace la FIFA, que racismo es racismo sea en Cuba o en Francia, sea en un partido de futbol o en el paso de escalera de una universidad.
Se debe debatir de lo que esta mal y no simplemente ignorarlo o establecer procesos selectivos por colores, ejemplos hay miles y así no se soluciona el problema, no hay que promover colores ni sexos, sino capacidades y habilidades, crear OPORTUNIDADES para todos, y combatir todos los actos racistas.
Quizás el primer paso sea crear un debate real en toda la sociedad, veremos si los decisores aprender a llamar las cosas por su nombre, en todo caso, abordar el fenómeno de forma abierta y profunda, me parece mucho más “revolucionario” que dar falsas apariencias o preservar el orden de las cosas. En los temas de raza, también se decide el futuro de este país.