LAS CLASES Y LOS SUJETOS SOCIALES
texto de José Sotomayor Pérez (camarada Altamira), del PCPr
publicado en la web de la Juventud Comunista de Bolivia - JCB - en noviembre de 2011
Las diversas corrientes revisionistas surgidas a fines del siglo pasado renunciaron abiertamente al análisis de clase y no sólo niegan el rol del proletariado como clase revolucionaria sino que han inventado toda una teoría sobre “los sujetos y actores sociales”. Después de especular sobre el rol de los “nuevos sujetos” en la sociedad preguntan triunfantes “¿dónde quedaron las clases?”.
La verdad es que, la teoría de “los nuevos sujetos sociales” no es otra cosa, con nuevo ropaje, que la vieja tesis sobre la extinción de la lucha de clases en la sociedad capitalista. El revisionismo ha hecho suya esta teoría reaccionaria cuyo propósito no es otro que el de distraer y desorientar a las grandes masas populares y al mismo proletariado al que pretende convencerlo de que sus objetivos pueden ser conquistados sin necesidad de una revolución.
La conquista revolucionaria del poder, según los revisionistas modernos, pertenece a los años del siglo pasado, por que hoy en día la revolución científico - técnica y la “difusión de la propiedad”, la “coparticipación social” y el surgimiento de nuevos “sujetos sociales”, han relegado al pasado las clases y la lucha de clases.
Esta es una afirmación audaz y falsa que no corresponde a la realidad. Es cierto que en el siglo XX, junto al proletariado han participado activamente en el movimiento social amplias masas de campesinos, intelectuales, estudiantes, nutridas capas medias y semiproletarias urbanas. Pero este hecho solo confirma lo que dijo Lenin sobre la imposibilidad de que la revolución socialista sea alguna vez y en algún lugar “pura”, en la que se enfrenten únicamente el proletariado y la burguesía. Tal “pureza” no ha existido nunca; junto al proletariado lucharon y luchan amplias capas medias, diversas corrientes y movimientos progresistas, democráticos, nacionalistas y antiimperialistas, pero estos no son “sujetos” revolucionarios a cabalidad. Están influidos por la ideología de la pequeña burguesía y mantienen sus prejuicios aún después de incorporarse al movimiento revolucionario. Quiérase o no traen sus vacilaciones, su inestabilidad y sobre todo su inclinación hacia los compromisos. Son estos los “nuevos sujetos sociales” que según el revisionismo habría sustituido a las clases explotadas en su lucha por liberar a los pueblos de la opresión y la explotación.
Los “nuevos sujetos sociales” a los que el revisionismo les atribuye carácter revolucionario no son otros que el movimiento feminista (relaciones de género), movimientos indígenas (relaciones étnicas), movimientos de juventudes (relaciones generacionales), movimiento de homosexuales (preferencias sexuales), ecologistas, religiosos, informales, etc.
Fácil es comprender que estos “sujetos sociales”, por su propia naturaleza y carácter, nunca pueden proponerse la supresión de la explotación del hombre por el hombre y un cambio radical del modo de producción capitalista.
texto de José Sotomayor Pérez (camarada Altamira), del PCPr
publicado en la web de la Juventud Comunista de Bolivia - JCB - en noviembre de 2011
Las diversas corrientes revisionistas surgidas a fines del siglo pasado renunciaron abiertamente al análisis de clase y no sólo niegan el rol del proletariado como clase revolucionaria sino que han inventado toda una teoría sobre “los sujetos y actores sociales”. Después de especular sobre el rol de los “nuevos sujetos” en la sociedad preguntan triunfantes “¿dónde quedaron las clases?”.
La verdad es que, la teoría de “los nuevos sujetos sociales” no es otra cosa, con nuevo ropaje, que la vieja tesis sobre la extinción de la lucha de clases en la sociedad capitalista. El revisionismo ha hecho suya esta teoría reaccionaria cuyo propósito no es otro que el de distraer y desorientar a las grandes masas populares y al mismo proletariado al que pretende convencerlo de que sus objetivos pueden ser conquistados sin necesidad de una revolución.
La conquista revolucionaria del poder, según los revisionistas modernos, pertenece a los años del siglo pasado, por que hoy en día la revolución científico - técnica y la “difusión de la propiedad”, la “coparticipación social” y el surgimiento de nuevos “sujetos sociales”, han relegado al pasado las clases y la lucha de clases.
Esta es una afirmación audaz y falsa que no corresponde a la realidad. Es cierto que en el siglo XX, junto al proletariado han participado activamente en el movimiento social amplias masas de campesinos, intelectuales, estudiantes, nutridas capas medias y semiproletarias urbanas. Pero este hecho solo confirma lo que dijo Lenin sobre la imposibilidad de que la revolución socialista sea alguna vez y en algún lugar “pura”, en la que se enfrenten únicamente el proletariado y la burguesía. Tal “pureza” no ha existido nunca; junto al proletariado lucharon y luchan amplias capas medias, diversas corrientes y movimientos progresistas, democráticos, nacionalistas y antiimperialistas, pero estos no son “sujetos” revolucionarios a cabalidad. Están influidos por la ideología de la pequeña burguesía y mantienen sus prejuicios aún después de incorporarse al movimiento revolucionario. Quiérase o no traen sus vacilaciones, su inestabilidad y sobre todo su inclinación hacia los compromisos. Son estos los “nuevos sujetos sociales” que según el revisionismo habría sustituido a las clases explotadas en su lucha por liberar a los pueblos de la opresión y la explotación.
Los “nuevos sujetos sociales” a los que el revisionismo les atribuye carácter revolucionario no son otros que el movimiento feminista (relaciones de género), movimientos indígenas (relaciones étnicas), movimientos de juventudes (relaciones generacionales), movimiento de homosexuales (preferencias sexuales), ecologistas, religiosos, informales, etc.
Fácil es comprender que estos “sujetos sociales”, por su propia naturaleza y carácter, nunca pueden proponerse la supresión de la explotación del hombre por el hombre y un cambio radical del modo de producción capitalista.