El 8 de agosto de este año, una prestigiosa revista cultural rusa, Literatúrnaya Gazeta, realizó una entrevista al líder del Partido Comunista Obrero Húngaro sobre la figura de János Kádár. Me parece que la entrevista es interesante y tiene cierta polémica.
Hago una traducción desde el original húngaro del texto:
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NOTAS:
1: Mi experiencia personal y también numerosas encuestas, muestras que sí hay una nostalgia masiva por Kádár, aunque quizás cada vez es más débil porque afecta solo a los que vivieron el régimen, no tanto a los jóvenes que han nacido después y que están más bien influidos por la propaganda anticomunista. Otra cosa es que esa nostalgia no sea nada organizado y no es nostalgia por el socialismo, sino más bien una nostalgia apolítica por el kadarismo, una época en la que es evidente que se vivía mucho mejor que en la Hungría actual (muy pocos estarían dispuestos a defender lo contrario).
2: se trata del célebre "Nú Pogadí", una de las series de dibujos animados más famosas de la URSS.
3: Partido Socialista Obrero Húngaro (1956-1989) - el partido marxista-leninista gobernante en Hungría.
4: Mátyás Rákosi, líder del Partido Comunista Húngaro y mas tarde del Partido de los Trabajadores Húngaros. Principal dirigente de la Hungría socialista entre 1948 y 1953, la época en la que se instaura el socialismo en Hungría.
5: MDP - Partido de los Trabajadores Húngaros, es el producto de la unión del Partido Comunista Húngaro y del Partido Socialista Húngaro, en 1948. Estuvo en el poder en Hungría hasta 1956. Tras la derrota de la contrarrevolución de 1956 el partido dirigente fue el Partido Socialista Obrero Húngaro.
6. Drama de Mijaíl Bulgákov, escrito en 1926, en el que describe la vida de una familia aristócrata anticomunista durante la Guerra Civil.
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TRIUNFOS Y DERROTAS DE JÁNOS KÁDÁR
Hace 100 años nació János Kádár. Hombre de estado, primer ministro, destacada personalidad del movimiento obrero húngaro e internacional. A su nombre se asocia la época más existosa de la historia húngara del siglo XX, los años del socialismo en Hungría.
No hay calles ni monumentos que guarden su nombre. En vida él mismo se opuso a que se vincularan los éxitos comunes del pueblo húngaro a su nombre. La élite política actual en cambio se esfuerza en librarse de todo lo que recuerda a su época. En enero del 2007 "autores desconocidos" saquearon su tumba, la investigación policial fue cerrada rápidamente.
Sin embargo, muchos, estas semanas, visitan la tumba de Kádár. Quizás sería exagerado hablar de una nostalgia masiva por Kádár(1), pero una cosa es seguro: en los actuales tiempos de crisis, cada vez hay más gente que piensa que el dinero no lo es todo. Muchos entienden ahora que los grandes logros de la época de Kádár, el pleno empleo, la enseñanza y sanidad gratuitas y un futuro previsible son cosas positivas. La Hungría actual no puede vanagloriarse de ninguna de esos logros.
12 AÑOS CON KÁDÁR
Kádár y yo trabajamos juntos los últimos doce años de su vida. Le escribí conferencias, en innumerables ocasiones fui su intérprete, viajamos miles de kilómetros en tren entre Budapest y Moscú. Lo ví reir, no muchas veces, pero sí con sinceridad. En Moscú, en la casa de huéspedes de la entonces Avenida Vorobiovskoie, vimos juntos el "Corre que te pillo"(2), lo vi alegrarse de los triunfos del conejo. En la fábrica ZIL de Moscú se rió con las muchachas obreras cuando le decían: aquí se vive bien, camarada, !pero a ver si nos consigue un buen novio!. Se reía sinceramente, como los niños y los hombres justos.
Llorar lo ví dos veces. En diciembre de 1983 tuve un encuentro con un antiguo conocido, Igor Andrópov, el hijo del, por aquel entonces, secretario general del PCUS. "Mi padre le comunica que aunque a veces siente alguna mejoría, los médicos han dejado bien claro que le quedan uno o dos meses, no más". Kádár me recibió en cuanto volví a Budapest. Le dije lo que sabía. El primer hombre de Hungría, del partido húngaro se echó a llorar. Lloró ante mí. Iba a perder a un buen amigo, y quizás incluso la esperanza para la salvación del socialismo.
En febrero de 1989 estábamos tres reunidos. Kádár hablaba con Károly Grósz, el nuevo secretario general del MSZMP(3), pero a mí también me invitó. "Hable con la dirección china. Él solo no va a poder hacer nada. No puede contar con Gorbachov. Mantengan las relacciones con él, pero no tengan ninguna esperanza en él. Apáñense como puedan, pero yo ya no tengo ningún apoyo en esta dirección. Hazedlo por mí, otra cosa no pido"- dijo Kádár y como quien se libra de un peso en el pecho lloró, por así decir, aliviado. Aquel fue mi último encuentro con él.
NUEVA VISIÓN DE KÁDÁR
En el verano de 1989 murió Kádár y a los dos meses el partido, el MSZMP siguió su mismo camino. Unos miles de hombres decentes creamos un nuevo partido, que hoy se llama Partido Comunista Obrero Húngaro. Decidimos que seríamos los continuadores de legado de Kádár. Reconozco que me dí cuenta enseguida: si queremos continuar la lucha por el socialismo, que es lo que desearía Kádár, primero tenemos que enfrentarnos al mismo Kádár. Tenemos que liberarnos de todo lo que por un lado la época, por otro él mismo Kádár, nos dejó. Tenemos que decirle al país, al mundo, todo lo que estuvo bien y lo que estuvo mal.
En la época de Kádár había ciertos tabúes. Por ejemplo cuál fue su papel antes de 1956. Parece como si Kádár hubiera ingresado en la política en 1956, y encima como una especie de "virgen" política. Hoy sabemos que no es así. Kádár fue participante, conocedor y él mismo acabó sufriendo las decisiones erroneas, equivocadas de la política de la primera mitad de la década de los cincuenta. Kádár llegó entonces a la cumbre, se convirtió en ministro de interior, incluso en secretario general suplente de Mátyás Rákosi(4). Su firma se encontraba en los documentos más destacados del MDP(5).
Kádár tenía una visión diferente de las cosas en muchos aspectos a la de Rákosi y los otros miembros de la dirección, pero no fue un opositor, no organizó ningún tipo de oposición frente a la dirección rákosista. Y cuando la Dirección del CC del MDP reconoció sus errores, en junio de 1953, Kádár ya estaba en la cárcel. Kádár defendió siempre, hasta el final de su vida, que aquel proceso de reconocimiento de errores fue correcto, incluso que es una prueba de que en el socialismo funcionan los mecanimos de autocorrección. Los errores y fallos cometidos en nombre del socialismo eran corregibles ya que no partían de la esencia del socialismo sino de errores humanos. El mismo Kádár le dijo esto mismo a Gorbachov en septiembre de 1985. Gorbachov lo entendió perfectamente, pero no quiso extraer las consecuencias de ello.
1956 KÁDÁR, ¿CRIMINAL O REAL-POLITIK?
En realidad sería mejor dejar a un lado el problema de 1956. Independientemente de cómo lo valoremos, no habrá más puestos de trabajo ni más pan en la mesa de uno. La Hungría oficial ha elevado a fiesta nacional 1956, la ha canonizado según su propia visión interesada de la realidad.
Y eso que merecería la pena dejar a un lado el filtro ideológico y los intereses políticos diarios. La actuación de Kádár en 1956 muestra un dilema que ya ha estado presente en numerosas ocasiones en la historia húngara, y posíblemente volverá a estarlo en el futuro. ¿Qué puede hacer un pequeño país frente a las grandes potencias, frente a la presión de las relacciones internacionales?
Antes que nada, en 1956 János Kádár fue un político práctico. Sabía que había solo dos posibilidades, o el regreso al régimen capitalista o un paso adelante, hacia un socialismo liberado de sus errores. No había un tercer camino, ni entonces, ni más tarde.
Sabía que en 1956 el interés de la URSS y del mundo socialista era que en Hungría se reimplantara el socialismo. Además estaban todavía en vigor los acuerdos de las grandes potencias, que concluyeron la Segunda Guerra Mundial. Imre Nagy, que a consecuencia de la oleada de acontecimientos de octubre de 1956 se convirtió en primer ministro, confiaba en la llegada de los norteamericanos. En cambio Kádár reconoció que los EEUU no se enfrentarían a Hungría por la URSS. El único camino real era continuar como aliado de la URSS y conseguir el mayor cambio de acción para luchar por los intereses nacionales húngaros.
LA RESPONSABILIDAD DEL FRACASO
Kádár era muy popular en la URSS. Los soviéticos supieron interpretar lo que significaba que en un país hubiera suficiente carne y no hubiera que hacer colas por ella. Durante la época de Kádár (1956-1988) millones de personas salieron de la pobreza. Todo el que quería podía trabajar. Con un trabajo diario de 8 horas se podía vivir decentemente. Nadie podía hacerse millonario, pero la gran mayoría tenía una vida aceptable, un presente seguro y un futuro previsible.
Kádár fue uno de los forjadores de este éxito. Pero no solo eso. En la práctica, en el socialismo húngaro hubo también numerosos errores, que no se derivan del papel de Kádár. Kádár sabía que el MSZMP, como partido de masas no estaba unido, era más bien una alianza de distintas corrientes. En la propia dirección había a la vez una corriente pequeño burguesa-socialdemócrata-liberal, y un ala marxista revolucionaria.
En 1956-57 Kádár asumió este compromiso conscientemente porque pensaba que era inevitable para el reforzamiento del poder obrero-campesino. Más tarde este compromiso hizo posible que la rama pequeño-burguesa-socialdemócrata-liberal extendiera su poder y que desde los años sesenta fuera cada vez más fuerte. Ellos eran los principales defensores de la reforma económica. El mismo Kádár aceptó la reforma, pero tenía claro que, en su esencia, suponía la adopción de métodos capitalistas. Sabía que a consecuencia de eso una parte de la sociedad iba a enriquecerse y crecerían las diferencias sociales. Sin embargo, pensaba que estos conflictos eran asumibles y manejables.
La atención del ala marxista revolucionaria del partido se relajó y Kádár no pudo detener este proceso. El partido, la opinión pública, se volvió la presa de los éxitos de la reforma. Kádár sabía que la atención de los países capitalistas caía sobre Hungría, que caminaba por un camino diferente al resto de países socialistas. Confiaba que el partido fuera lo suficientemente fuerte como para compensar los esfuerzos de las fuerzas capitalistas. Pero no fue así. El socialismo estaba en peligro, pero la dirección no quiso reconocerlo.
Viendo los éxitos de la construcción del socialismo desde los años 70, la dirección del MSZMP extrajo unas conclusiones, que a la postre fueron erroneas y fatales: la victoria del socialismo es definitiva y irreversible. A consecuencia de estos errores estratégicos el sistema empezó a caminar en la dirección de una liberalización. No tomó en serio a la oposición burguesa, cada vez más organizada, ni a sus apoyos extranjeros. Los obreros, en cambio, se acostumbraron a las comodidades del socialismo y se olvidaron de que las conquistas del socialismo solo eran posibles porque existía el poder obrero- el socialismo.
ASÍ VENCERMOS - A LA MANERA DE KÁDÁR
En 1979 Mijail Shatrov escribió el drama "Así venceremos". En él, Lenin reflexiona sobre lo que debe hacerse contra los peligros que acechan al socialismo. El drama fue también presentado en Budapest. Kádár no pudo verlo personalmente, pero lo conocía bien. El público vió toda la obra en un tenso silencio. ¿Qué pasará si Lenin no lo consigue? ¿qué pasará si nosotros no lo conseguimos?
János Kádár sabía desde 1985 que el socialismo estaba en peligro. Sabía que las fuerzas capitalistas luchaban por acabar con la URSS y el socialismo. Contaba con la posibilidad de un cambio de régimen, pero opinaba que era evitable. E intentó salvar lo salvable.
Ideó una nueva concepción para salvar el socialismo. De este tema no se hablaba ni siquiera entonces, y naturalmente hoy todavía menos. Para definir las tareas hay que partir de las realidades, no de las quimeras e ilusiones. Consideremos un desvío de la historia las reformas, pero aceptemos que vamos a retroceder unos metros. Usemos mejor las fuentes nacionales, nuestros rasgos nacionales. Renovemos la colaboración de los países socialistas.
Kádár reconoció que la perestroika ponía en peligro el socialismo. Confiaba en el fortalecimiento del socialismo chino. Consideraba China no como un mero socio económico, sino como un aliado estrateǵico para la creación de un nuevo socialismo.
La nueva concepción de Kádár era correcta, pero llegó tarde. La dirección soviética ya no era un "socio", por aquel entonces, ya actuaban para implantar el capitalismo en la URSS. China -a la vista de la impotente URSS - se retiró del "campo de batalla" de Europa Oriental y se dedicó al fortalecimiento de sí misma.
Por supuesto, la historia no ha llegado a su fin. La actual crisis indica claramente que el sistema basado en el poder del dinero no funciona. Debe llegar algo nuevo. Cito a Nikolka, de "Los días de los Turbin"(6), "Señores, la tarde de hoy es el gran prólogo para una nueva pieza de la historia".
NOTAS:
1: Mi experiencia personal y también numerosas encuestas, muestras que sí hay una nostalgia masiva por Kádár, aunque quizás cada vez es más débil porque afecta solo a los que vivieron el régimen, no tanto a los jóvenes que han nacido después y que están más bien influidos por la propaganda anticomunista. Otra cosa es que esa nostalgia no sea nada organizado y no es nostalgia por el socialismo, sino más bien una nostalgia apolítica por el kadarismo, una época en la que es evidente que se vivía mucho mejor que en la Hungría actual (muy pocos estarían dispuestos a defender lo contrario).
2: se trata del célebre "Nú Pogadí", una de las series de dibujos animados más famosas de la URSS.
3: Partido Socialista Obrero Húngaro (1956-1989) - el partido marxista-leninista gobernante en Hungría.
4: Mátyás Rákosi, líder del Partido Comunista Húngaro y mas tarde del Partido de los Trabajadores Húngaros. Principal dirigente de la Hungría socialista entre 1948 y 1953, la época en la que se instaura el socialismo en Hungría.
5: MDP - Partido de los Trabajadores Húngaros, es el producto de la unión del Partido Comunista Húngaro y del Partido Socialista Húngaro, en 1948. Estuvo en el poder en Hungría hasta 1956. Tras la derrota de la contrarrevolución de 1956 el partido dirigente fue el Partido Socialista Obrero Húngaro.
6. Drama de Mijaíl Bulgákov, escrito en 1926, en el que describe la vida de una familia aristócrata anticomunista durante la Guerra Civil.