Los mineros se habían puesto en huelga tras haber comprobado que la paga de julio no alcanzaba ni siquiera el salario mínimo
Un directivo ha encontrado la muerte el 3 de agosto durante el conflicto que se desarrolla en la mina de carbón de Collum en el sur de Zambia. Los mineros se habían puesto en huelga después de haber comprobado que la paga de julio no alcanzaba ni siquiera el salario mínimo recientemente obtenido por los empleados del comercio (1,1 millón de kwachas al mes, 182 euros). La ira de los mineros y de habitantes del lugar se ha caído sobre los responsables chinos de la mina, de los cuales uno ha sido mortalmente herido por una carretilla lanzada en su dirección.
Los mineros independientemente del salario tienen múltiples motivos para rebelarse. Las condiciones laborales que les imponen los responsables de las minas de cobre o de carbón son insoportables.
Según testimonios, en Collum Coal, les hacen bajar a pie una mil escalones para estar chapoteando, la mayor parte del día, doce horas al día, dieciocho a veces, en oscuras galerías, estrechas y peligrosas. Nada de iluminación, ningún apuntalamiento correcto, ni siquiera una máscara para protegerse del polvo del carbón, como declaraba en octubre de 2010, un joven minero sobreviviente de un desprendimiento donde permaneció sepultado varios minutos. “Después de las detonaciones, solo se respira polvo. Y si ralentizas el ritmo los chinos te golpean”, añadía haciendo alusión al acoso permanente de los mineros por parte de los responsables que rechazan esperar a que la polvareda desaparezca. Los mineros sospechosos de estar sindicados son inmediatamente despedidos, tanto más cuanto que la ausencia de contrato de trabajo es corriente. En aquel momento ya, una huelga estalló en el pozo nº 3 de Collum tras la disminución de la paga, debido a unos días de paro técnico sin preaviso, anunciados de un día para otro a los mineros. Dos responsables habían disparado sobre los mineros, hiriendo a trece de ellos. Detenidos por la policía, fueron rápidamente liberados bajo fianza y, un año más tarde, el gobierno abandonaba las diligencias judiciales.
Esto ocurre, según una ONG, en las minas de carbón como en las minas de cobre que suministras las tres cuartas partes de las exportaciones del país y los dos tercios de los ingresos del Estado. Corrupción gubernamental, condiciones laborales peligrosas, bajos salarios, así es la vida cotidiana de los obreros en esta ex colonia británica de alrededor de trece millones de habitantes. Pobres, pero en un país con un subsuelo rico, ampliamente explotado por los Glencore y otras multinacionales sudafricanas, británicas y chinas.
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El gobierno chino utiliza todo su internacionalismo socialista... para los patronos: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Esto hay que enseñárselo a todos los defensores del imperialismo chino, a los que llaman a China "socialista".
Un directivo ha encontrado la muerte el 3 de agosto durante el conflicto que se desarrolla en la mina de carbón de Collum en el sur de Zambia. Los mineros se habían puesto en huelga después de haber comprobado que la paga de julio no alcanzaba ni siquiera el salario mínimo recientemente obtenido por los empleados del comercio (1,1 millón de kwachas al mes, 182 euros). La ira de los mineros y de habitantes del lugar se ha caído sobre los responsables chinos de la mina, de los cuales uno ha sido mortalmente herido por una carretilla lanzada en su dirección.
Los mineros independientemente del salario tienen múltiples motivos para rebelarse. Las condiciones laborales que les imponen los responsables de las minas de cobre o de carbón son insoportables.
Según testimonios, en Collum Coal, les hacen bajar a pie una mil escalones para estar chapoteando, la mayor parte del día, doce horas al día, dieciocho a veces, en oscuras galerías, estrechas y peligrosas. Nada de iluminación, ningún apuntalamiento correcto, ni siquiera una máscara para protegerse del polvo del carbón, como declaraba en octubre de 2010, un joven minero sobreviviente de un desprendimiento donde permaneció sepultado varios minutos. “Después de las detonaciones, solo se respira polvo. Y si ralentizas el ritmo los chinos te golpean”, añadía haciendo alusión al acoso permanente de los mineros por parte de los responsables que rechazan esperar a que la polvareda desaparezca. Los mineros sospechosos de estar sindicados son inmediatamente despedidos, tanto más cuanto que la ausencia de contrato de trabajo es corriente. En aquel momento ya, una huelga estalló en el pozo nº 3 de Collum tras la disminución de la paga, debido a unos días de paro técnico sin preaviso, anunciados de un día para otro a los mineros. Dos responsables habían disparado sobre los mineros, hiriendo a trece de ellos. Detenidos por la policía, fueron rápidamente liberados bajo fianza y, un año más tarde, el gobierno abandonaba las diligencias judiciales.
Esto ocurre, según una ONG, en las minas de carbón como en las minas de cobre que suministras las tres cuartas partes de las exportaciones del país y los dos tercios de los ingresos del Estado. Corrupción gubernamental, condiciones laborales peligrosas, bajos salarios, así es la vida cotidiana de los obreros en esta ex colonia británica de alrededor de trece millones de habitantes. Pobres, pero en un país con un subsuelo rico, ampliamente explotado por los Glencore y otras multinacionales sudafricanas, británicas y chinas.
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