Groenlandia avanza hacia récord absoluto de deshielo
Groenlandia avanza este año hacia el récord absoluto de deshielo desde que empezó a medirse con satélites, en 1979, según han alertado ya los científicos. Y todavía no han llegado las mediciones de septiembre, cuando el fenómeno alcanza su máximo antes de que empiecen a bajar las temperaturas en la región. Los datos previos son alarmantes: en la primera semana de agosto ya se había superado el récord total de deshielo de 2010, y todavía faltaba casi un mes antes del máximo anual.
La pérdida de capa helada registrada en Groenlandia este año ha sido extrema y prolongada en prácticamente todas las regiones, pero sobre todo en las zonas elevadas del Sur. Allí el hielo y la nieve suelen derretirse unos pocos días como mucho, pero este verano han sido dos meses. La estación de deshielo se extiende cada año desde junio, cuando aparecen las primeras charcas de agua líquida, hasta principios de septiembre.
A mediados del pasado mes de julio se registró un proceso muy pronunciado de fusión de hielo, que se observó, en alguna medida, en la superficie del 97% de la capa helada de Groenlandia durante unos días, cuando normalmente, en verano, el deshielo afecta aproximadamente a la mitad de la capa helada allí. “Fue un fenómeno excepcional en el sentido de que es algo extremadamente poco corriente, como una nevada en Río de Janeiro”, explica ahora Tedesco, uno de los investigadores que detectaron aquel el fenómeno. El agua líquida generada en la fusión de julio se volvió a congelar a los pocos días, formando una capa helada. El proceso coincidió con una ola de calor, una especie de cúpula de aire caliente, sobre Groenlandia.
Pero Tedesco ahora se refiere al deshielo acumulado cada año, que los científicos determinan calculando la duración y la extensión del deshielo a lo largo de toda la estación estival.
A la hora de sacar conclusiones, Tedesco aconseja prudencia, porque los registros son de unos pocos años en comparación con los milenios de historia de Groenlandia. “Pero, por lo que sabemos ahora, el calentamiento que observamos en el Ártico desencadena procesos que refuerzan el deshielo y mecanismos de retroalimentación que lo prolongan en el tiempo”.
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