Abro este tema para saber la opinión que mantenéis acerca del arte en un Estado socialista.
Para mí se ha vuelto sumamente corriente encontrar ciertas afirmaciones respecto a la censura de la URSS en lo que a determinados directores de cine se refiere. No dispongo de los medios para concretar la veracidad de dicha información, pero me inclino a pensar que artistas como el mismo Tarkovsky no mienten cuando hablan de una falta de libertad creadora o, simplemente, poco interés de financiar determinados filmes.
Debe entenderse que, al financiar el cine el propio Estado, se realice una supervisión para que ese dinero no caiga en saco roto, pero muchas de las páginas que visito insisten en el hecho de que muchos cineastas estuvieron presos por mostrar en sus obras una marcada sensualidad, religiosidad o exaltación de la cultura del resto de Repúblicas Socialistas Soviéticas, como por ejemplo la armenia. Sinceramente, no creo esta última razón, y probablemente tampoco la anterior; pero, en todo caso, tampoco escribo para abrir un debate sobre si se trata de propagando burguesa o no (aunque si alguien conoce sobre el tema, la información será bien recibida).
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A nadie se le ocurriría negar lo mucho que el primer Estado proletario ha aportado al cine mediante figuras tan inconmensurables como Kuleshov, Vertov o Eisenstein, entre otros. Sin embargo, ¿qué ocurre con Paradjanov o Tarkovski? Se puede entender que sus postulados sean sumamente rompedores con la estética del Realismo Socialista que, impulsada durante el gobierno de José Stalin, rompió a su vez con el Constructivismo soviético y las vanguardias, y que, por lo tanto, no gozasen del mismo beneplácito que el resto de cineastas que se dedicaban al realismo socialista (cabe aclarar que en la URSS también había directores dedicándose al cine fantástico, de amoríos o de aventuras); pero he llegado a leer, sobre estos dos artistas, acerca de la injerencia de las autoridades para cambiar algún que otro final o boicotear la presentación de sus filmes en Festivales Internacionales.
Que me perdone quien sienta el texto como acusador pero, de ser ciertas muchas de las cosas que he leído (muchas otras he podido adivinar que están sacadas totalmente de contexto), el revisionismo soviético cometió otro error garrafal con el arte, aparte de la desviación política, claro. Y hablo de revisionismo porque los casos que conozco corresponden a dicho período y no sé demasiado del cine ajeno al Realismo, si es que se daba, durante el período de Stalin como para escribir nada.
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Realmente, el debate que quiero propiciar no es el histórico, cómo puede parecer debido a esta introducción con referencia a la época soviética. El debate que me interesa es el siguiente: ¿el arte debe ponerse al servicio de la revolución? ¿Sí?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿siempre? ¿Con qué propósito?, ¿hacer calar el espíritu revolucionario en un sector del proletariado, el cual debería de ser mínimo si la dictadura del proletariado ha triunfado?, ¿unir a las masas frente a un ataque imperialista? ¿O, por el contrario, el arte debe ser plenamente libre, no en el terreno económico sino ideológico?, ¿puede ocasionar ésto una vía para la entrada de propaganda burguesa entre el proletariado?, ¿debe temer el socialismo esta posible injerencia propagandística si el Partido se encuentra ampliamente ligado y con base en la clase trabajadora? ¿si se diese este caso, no sería otra constatación de la lucha de clases dentro de un Estado socialista, la cual tendría que vencer la clase trabajadora?
Un gran saludo y perdón por el entramado de preguntas.
Para mí se ha vuelto sumamente corriente encontrar ciertas afirmaciones respecto a la censura de la URSS en lo que a determinados directores de cine se refiere. No dispongo de los medios para concretar la veracidad de dicha información, pero me inclino a pensar que artistas como el mismo Tarkovsky no mienten cuando hablan de una falta de libertad creadora o, simplemente, poco interés de financiar determinados filmes.
Debe entenderse que, al financiar el cine el propio Estado, se realice una supervisión para que ese dinero no caiga en saco roto, pero muchas de las páginas que visito insisten en el hecho de que muchos cineastas estuvieron presos por mostrar en sus obras una marcada sensualidad, religiosidad o exaltación de la cultura del resto de Repúblicas Socialistas Soviéticas, como por ejemplo la armenia. Sinceramente, no creo esta última razón, y probablemente tampoco la anterior; pero, en todo caso, tampoco escribo para abrir un debate sobre si se trata de propagando burguesa o no (aunque si alguien conoce sobre el tema, la información será bien recibida).
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A nadie se le ocurriría negar lo mucho que el primer Estado proletario ha aportado al cine mediante figuras tan inconmensurables como Kuleshov, Vertov o Eisenstein, entre otros. Sin embargo, ¿qué ocurre con Paradjanov o Tarkovski? Se puede entender que sus postulados sean sumamente rompedores con la estética del Realismo Socialista que, impulsada durante el gobierno de José Stalin, rompió a su vez con el Constructivismo soviético y las vanguardias, y que, por lo tanto, no gozasen del mismo beneplácito que el resto de cineastas que se dedicaban al realismo socialista (cabe aclarar que en la URSS también había directores dedicándose al cine fantástico, de amoríos o de aventuras); pero he llegado a leer, sobre estos dos artistas, acerca de la injerencia de las autoridades para cambiar algún que otro final o boicotear la presentación de sus filmes en Festivales Internacionales.
Que me perdone quien sienta el texto como acusador pero, de ser ciertas muchas de las cosas que he leído (muchas otras he podido adivinar que están sacadas totalmente de contexto), el revisionismo soviético cometió otro error garrafal con el arte, aparte de la desviación política, claro. Y hablo de revisionismo porque los casos que conozco corresponden a dicho período y no sé demasiado del cine ajeno al Realismo, si es que se daba, durante el período de Stalin como para escribir nada.
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Realmente, el debate que quiero propiciar no es el histórico, cómo puede parecer debido a esta introducción con referencia a la época soviética. El debate que me interesa es el siguiente: ¿el arte debe ponerse al servicio de la revolución? ¿Sí?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿siempre? ¿Con qué propósito?, ¿hacer calar el espíritu revolucionario en un sector del proletariado, el cual debería de ser mínimo si la dictadura del proletariado ha triunfado?, ¿unir a las masas frente a un ataque imperialista? ¿O, por el contrario, el arte debe ser plenamente libre, no en el terreno económico sino ideológico?, ¿puede ocasionar ésto una vía para la entrada de propaganda burguesa entre el proletariado?, ¿debe temer el socialismo esta posible injerencia propagandística si el Partido se encuentra ampliamente ligado y con base en la clase trabajadora? ¿si se diese este caso, no sería otra constatación de la lucha de clases dentro de un Estado socialista, la cual tendría que vencer la clase trabajadora?
Un gran saludo y perdón por el entramado de preguntas.