Mienten como bellacos, es un rescate
El presidente del Gobierno y su Ministro de Economía mienten, y tratan de evitar la palabra rescate. “Es un préstamo con condiciones ventajosas”. La necesidad de la mentira viene de la manifiesta situación de quiebra de la economía española, y del intento de tratar de disimular la intervención de la UE sobre este Gobierno.
Cien mil millones de euros (equivalentes al 10% del PIB de España) ponen al descubierto hasta donde ha llegado el fracaso del sistema bancario español. Y si este sistema bancario está en quiebra ¿cómo devolverá este préstamo? Se cae el discurso de que la empresa privada funciona mejor que la pública, pues queda claro que las principales empresas privadas del país –los bancos- resultan absolutamente inviables si no es por la ayuda del estado; y no es la primera vez que esto ocurre.
Y, ¿por qué el préstamo es al Estado Español y no directamente a la banca?. Pues precisamente por eso que el gobierno niega. Porque solo convirtiendo al Estado en deudor de esa cantidad es como se podrá intervenir sobre el mismo, y vigilar que se cumplen las condiciones políticas impuestas como parte del trato.
¿Quiénes son los vigilantes? Pues ya lo han dicho ellos mismos en estos días, el FMI, el BCE y la UE. Es decir, la troika, como en Grecia, Irlanda y Portugal. Paradigma de los países rescatados.
Y la UE, ¿por qué se presta a este juego de engaños?. Sencillamente porque los rescates al estilo de Grecia, Irlanda y Portugal gozan ya de un gran rechazo social. La imagen de una UE que, para entregar el dinero, pone condiciones tales como rebajas de salarios, despidos masivos en la función pública, o privatizaciones de servicios sociales, tiene un gran desgaste y facilita la respuesta social.
En España ha habido un reparto de papeles. Primero el Gobierno Rajoy aplica una serie de medidas contra la clase obrera según las exigencias de la UE, luego se concede el rescate-préstamo “a petición de España”, y luego en las semanas siguientes Rajoy y sus boys aplicarán el resto de medidas políticas con que se ha pactado el rescate, eso sí, diciendo que estas medidas “no tienen nada que ver con los cien mil millones”. Así se redondea la disimulada operación tratando de generar el menor rechazo social.
Miente también el Gobierno cuando dice que este préstamo no supondrá un incremento del déficit, y es el mismo FMI quien lo desautoriza cuando ha dicho tajante que ese objetivo de limitación del déficit no se cumplirá ni de lejos, y que sí se contabilizará a la hora de calcular la desviación -al menos los intereses; que ascienden a tres mil millones anuales por el total del préstamo.
El dinero se dará de poco a poco, porque la UE quiere ir comprobando que se cumplen las condiciones, tanto las de entrega de cantidades a las distintas entidades bancarias, como las de reforma política general. Al tiempo se advierte –otra vez “los hombres de negro”- que se considera la hipótesis de dejar caer a ciertas entidades que en determinado momento se consideren “inviables”. Significa que quienes tengan depositados/invertidos sus ahorros en esas entidades perderían esos capitales, y no estarían cubiertos por esta aportación de capital de la UE. El fin del “capitalismo popular”.
En resumen, el fin del capitalismo.
Se subasta un Estado
A la hora de situar y actualizar nuestro programa, cometeríamos un craso error si no tuviéramos en cuenta las consecuencias ideológicas y culturales que tiene en España la crisis estructural capitalista entre la clase obrera y los sectores populares por un lado y el bloque de dominación oligárquico – burgués por otro. Nada más alejado del materialismo sería desdeñar la influencia que lo económico tiene en la superestructura y menospreciar, cual si no pasara nada, evidencias palpables y cotidianas del progresivo deterioro del consenso ideológico que aun hoy permite a la oligarquía mantener su dominación pese a las evidentes y cotidianas dosis de violencia estructural que se ve obligada a utilizar.
Hoy cuando empieza a ser evidente que el grupo social dominante ha agotado su función, no podemos dejar de tener en cuenta que, paralelamente a ello, su ideología tiende a desintegrarse y, por ello, progresivamente sustituye, claramente y sin pudor alguno, el consenso por la coacción y la violencia más extrema.
Persecución a quienes luchan, golpes, multas, detenciones, cárcel… son, junto a la exclusión social, los suicidios, la miseria, el analfabetismo, la incultura política de las masas y su embrutecimiento mediante los medios de comunicación… parte de un todo de la realidad actual del capitalismo, al que el Partido Comunista se debe enfrentar propulsando una nueva cultura, moral y proyecto histórico irreconciliable con el burgués que, determinado por la posición de la clase obrera en la producción, proclame el carácter emergente de ésta y la necesidad de una nueva sociedad sin explotación compuesta por hombres y mujeres libres y cultos.
A esto es a lo que hoy el bloque oligárquico burgués (alianza de oligarquía + burguesías nacionales) hegemónico en España, cuando da evidentes muestras de agotamiento, debería estar enfrentándose ya, si todas las organizaciones de la clase obrera estuvieran jugando el papel que les corresponde y no se conformaran con ser los nuevos bufones de la Corte proclamando la construcción social de la Unión Europea y la democratización del FMI.
Tras el rescate anunciado el mes pasado y la evidencia de los nuevos que se sucederán en fechas próximas, es necesario levantar una alternativa radical de sociedad y proyecto nacional basado en nuevas bases, actores y principios que sustituyan la fracasada partitura hispánica que el bloque dominante pretende seguir tocando por cuenta de terceros con los instrumentos –incluidos los de tortura- más afinados.
El fracaso histórico de la burguesía para levantar un proyecto nacional integrador, más allá de la demostración por la muchedumbre de los más bajos instintos gregarios - como estamos viendo estos días con la identificación de bandera y Patria con un deporte de masas- se inició el 18 de Julio de 1936 y podemos afirmar que ha culminado –o debería hacerlo- con la pérdida absoluta de soberanía por parte del estado español con la cesión de la misma a la UE y al FMI.
Su España ha muerto y es urgente levantar una nueva España Socialista que, desde las bases materiales del nuevo modo de producción y los valores de la nueva clase emergente – la clase obrera- , construya una nueva superestructura que, en todos los campos de la cultura, el conocimiento , las relaciones sociales , de género… acabe conformando una nueva sociedad.
¿Por dónde camina la Europa imperialista?
Las estrategias de la oligarquía para el mantenimiento del poder.
El rescate de las estructuras imperialistas de la UE a España se produce en un momento particularmente importante del desarrollo de las contradicciones en el seno del polo imperialista europeo, pues estamos asistiendo a un proceso en el que cada vez es más fácil visualizar que la estrategia fundamental del capital pasa por el más absoluto engaño y manipulación contra los pueblos a falta de otras vías de legitimación de las políticas y la propia naturaleza de la Unión Europea. La esencia de la UE, es decir, el proceso de concentración y centralización de capital, imparable si no es desde postulados socialistas, sigue su rumbo le pese a quien le pese, ahondando en la realidad de un desarrollo desigual entre los propios estados miembros que facilita que los monopolios de ciertos países partan con gran ventaja en el reparto del pastel de privatizaciones y demás medidas similares.
El ataque sistemático que la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional están desarrollando contra los derechos de la clase obrera y el pueblo trabajador en los distintos países que conforman la Unión no hace sino demostrar que, a las estructuras imperialistas, servidoras del gran capital monopolista, sólo les vale la elevación de la tasa de explotación de la clase obrera para remontar una crisis estructural de enormes dimensiones. Esta realidad, que el PCPE y otros partidos comunistas ya habíamos denunciado al analizar el desarrollo del capitalismo en nuestro entorno, no es sólo una expresión coyuntural de la naturaleza de la UE, fruto de unas políticas determinadas impulsadas por sectores neoliberales o conservadores, sino la confirmación de que la propia UE, todo el entramado institucional y normativo que la compone, es en sí una herramienta del gran capital para lograr sus fines, y no una estructura neutra que pueda ser reformada o modificada en función de unas u otras orientaciones políticas. Asumir este hecho es de importancia fundamental si queremos formular una táctica adecuada en beneficio de los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador en nuestros respectivos países.
Los y las comunistas hemos de ser capaces de explicar a las masas una serie de elementos que son básicos a la hora de enfocar y orientar las luchas hacia la perspectiva del socialismo. En este sentido, el papel de la UE es crucial y podemos tomar distintos ejemplos de otros países cercanos. Si observamos el caso francés, donde recientemente hemos visto cómo se ha producido un vuelco electoral en beneficio del Partido Socialista, vemos cómo funciona a la perfección, igual que ocurrió en España en las pasadas elecciones generales y municipales, la alternancia entre partidos perfectamente entrenados en la gestión del capitalismo. Las primeras medidas anunciadas por François Hollande, nuevo presidente francés, como la derogación del retraso en la edad de jubilación, no son sino una medida oportunista inicial que sin duda vendrá acompañada, con el paso del tiempo, por nuevos ataques y recortes laborales y sociales, y no porque los plantee Alemania, sino porque es el propio capital monopolista de origen francés, estrechamente vinculado al Partido Socialista, el que los exigirá ante la evidencia de que no hay otras vías de hacer remontar su tasa de beneficio.
Por otra parte hemos visto el caso griego, donde las últimas elecciones han arrojado un resultado que hará respirar de alivio a los oligarcas, que no han dudado ni un solo minuto en aplicar las más descarnadas técnicas de manipulación y terror de masas para tratar de evitar que el fantasma de una posible salida de ese país del euro se hiciera realidad. Ante el descrédito de la socialdemocracia liberal del PASOK, promovieron la opción de Syriza como gestor amable de la crisis, asegurándose de que esta organización dulcificara sus posturas hasta convertirse en una apuesta perfectamente válida dentro de los parámetros del sistema, al mismo tiempo que se recrudecía el ataque sobre el Partido Comunista de Grecia (KKE), único partido que realiza una propuesta que rompe con el capitalismo.
Son sólo dos ejemplos de cómo la oligarquía es capaz de reconducir las situaciones más adversas En todo caso, la UE se sigue enfrentando a los mismos problemas que antes, que no son otros que los propios límites del sistema capitalista y su descomposición. En esta tesitura, serán el reforzamiento del Partido Comunista y del sindicalismo de clase las únicas herramientas que permitan a la clase obrera desembarazarse del pesado yugo de la explotación.
Cien mil millones de euros (equivalentes al 10% del PIB de España) ponen al descubierto hasta donde ha llegado el fracaso del sistema bancario español. Y si este sistema bancario está en quiebra ¿cómo devolverá este préstamo? Se cae el discurso de que la empresa privada funciona mejor que la pública, pues queda claro que las principales empresas privadas del país –los bancos- resultan absolutamente inviables si no es por la ayuda del estado; y no es la primera vez que esto ocurre.
Y, ¿por qué el préstamo es al Estado Español y no directamente a la banca?. Pues precisamente por eso que el gobierno niega. Porque solo convirtiendo al Estado en deudor de esa cantidad es como se podrá intervenir sobre el mismo, y vigilar que se cumplen las condiciones políticas impuestas como parte del trato.
¿Quiénes son los vigilantes? Pues ya lo han dicho ellos mismos en estos días, el FMI, el BCE y la UE. Es decir, la troika, como en Grecia, Irlanda y Portugal. Paradigma de los países rescatados.
Y la UE, ¿por qué se presta a este juego de engaños?. Sencillamente porque los rescates al estilo de Grecia, Irlanda y Portugal gozan ya de un gran rechazo social. La imagen de una UE que, para entregar el dinero, pone condiciones tales como rebajas de salarios, despidos masivos en la función pública, o privatizaciones de servicios sociales, tiene un gran desgaste y facilita la respuesta social.
En España ha habido un reparto de papeles. Primero el Gobierno Rajoy aplica una serie de medidas contra la clase obrera según las exigencias de la UE, luego se concede el rescate-préstamo “a petición de España”, y luego en las semanas siguientes Rajoy y sus boys aplicarán el resto de medidas políticas con que se ha pactado el rescate, eso sí, diciendo que estas medidas “no tienen nada que ver con los cien mil millones”. Así se redondea la disimulada operación tratando de generar el menor rechazo social.
Miente también el Gobierno cuando dice que este préstamo no supondrá un incremento del déficit, y es el mismo FMI quien lo desautoriza cuando ha dicho tajante que ese objetivo de limitación del déficit no se cumplirá ni de lejos, y que sí se contabilizará a la hora de calcular la desviación -al menos los intereses; que ascienden a tres mil millones anuales por el total del préstamo.
El dinero se dará de poco a poco, porque la UE quiere ir comprobando que se cumplen las condiciones, tanto las de entrega de cantidades a las distintas entidades bancarias, como las de reforma política general. Al tiempo se advierte –otra vez “los hombres de negro”- que se considera la hipótesis de dejar caer a ciertas entidades que en determinado momento se consideren “inviables”. Significa que quienes tengan depositados/invertidos sus ahorros en esas entidades perderían esos capitales, y no estarían cubiertos por esta aportación de capital de la UE. El fin del “capitalismo popular”.
En resumen, el fin del capitalismo.
Se subasta un Estado
A la hora de situar y actualizar nuestro programa, cometeríamos un craso error si no tuviéramos en cuenta las consecuencias ideológicas y culturales que tiene en España la crisis estructural capitalista entre la clase obrera y los sectores populares por un lado y el bloque de dominación oligárquico – burgués por otro. Nada más alejado del materialismo sería desdeñar la influencia que lo económico tiene en la superestructura y menospreciar, cual si no pasara nada, evidencias palpables y cotidianas del progresivo deterioro del consenso ideológico que aun hoy permite a la oligarquía mantener su dominación pese a las evidentes y cotidianas dosis de violencia estructural que se ve obligada a utilizar.
Hoy cuando empieza a ser evidente que el grupo social dominante ha agotado su función, no podemos dejar de tener en cuenta que, paralelamente a ello, su ideología tiende a desintegrarse y, por ello, progresivamente sustituye, claramente y sin pudor alguno, el consenso por la coacción y la violencia más extrema.
Persecución a quienes luchan, golpes, multas, detenciones, cárcel… son, junto a la exclusión social, los suicidios, la miseria, el analfabetismo, la incultura política de las masas y su embrutecimiento mediante los medios de comunicación… parte de un todo de la realidad actual del capitalismo, al que el Partido Comunista se debe enfrentar propulsando una nueva cultura, moral y proyecto histórico irreconciliable con el burgués que, determinado por la posición de la clase obrera en la producción, proclame el carácter emergente de ésta y la necesidad de una nueva sociedad sin explotación compuesta por hombres y mujeres libres y cultos.
A esto es a lo que hoy el bloque oligárquico burgués (alianza de oligarquía + burguesías nacionales) hegemónico en España, cuando da evidentes muestras de agotamiento, debería estar enfrentándose ya, si todas las organizaciones de la clase obrera estuvieran jugando el papel que les corresponde y no se conformaran con ser los nuevos bufones de la Corte proclamando la construcción social de la Unión Europea y la democratización del FMI.
Tras el rescate anunciado el mes pasado y la evidencia de los nuevos que se sucederán en fechas próximas, es necesario levantar una alternativa radical de sociedad y proyecto nacional basado en nuevas bases, actores y principios que sustituyan la fracasada partitura hispánica que el bloque dominante pretende seguir tocando por cuenta de terceros con los instrumentos –incluidos los de tortura- más afinados.
El fracaso histórico de la burguesía para levantar un proyecto nacional integrador, más allá de la demostración por la muchedumbre de los más bajos instintos gregarios - como estamos viendo estos días con la identificación de bandera y Patria con un deporte de masas- se inició el 18 de Julio de 1936 y podemos afirmar que ha culminado –o debería hacerlo- con la pérdida absoluta de soberanía por parte del estado español con la cesión de la misma a la UE y al FMI.
Su España ha muerto y es urgente levantar una nueva España Socialista que, desde las bases materiales del nuevo modo de producción y los valores de la nueva clase emergente – la clase obrera- , construya una nueva superestructura que, en todos los campos de la cultura, el conocimiento , las relaciones sociales , de género… acabe conformando una nueva sociedad.
¿Por dónde camina la Europa imperialista?
Las estrategias de la oligarquía para el mantenimiento del poder.
El rescate de las estructuras imperialistas de la UE a España se produce en un momento particularmente importante del desarrollo de las contradicciones en el seno del polo imperialista europeo, pues estamos asistiendo a un proceso en el que cada vez es más fácil visualizar que la estrategia fundamental del capital pasa por el más absoluto engaño y manipulación contra los pueblos a falta de otras vías de legitimación de las políticas y la propia naturaleza de la Unión Europea. La esencia de la UE, es decir, el proceso de concentración y centralización de capital, imparable si no es desde postulados socialistas, sigue su rumbo le pese a quien le pese, ahondando en la realidad de un desarrollo desigual entre los propios estados miembros que facilita que los monopolios de ciertos países partan con gran ventaja en el reparto del pastel de privatizaciones y demás medidas similares.
El ataque sistemático que la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional están desarrollando contra los derechos de la clase obrera y el pueblo trabajador en los distintos países que conforman la Unión no hace sino demostrar que, a las estructuras imperialistas, servidoras del gran capital monopolista, sólo les vale la elevación de la tasa de explotación de la clase obrera para remontar una crisis estructural de enormes dimensiones. Esta realidad, que el PCPE y otros partidos comunistas ya habíamos denunciado al analizar el desarrollo del capitalismo en nuestro entorno, no es sólo una expresión coyuntural de la naturaleza de la UE, fruto de unas políticas determinadas impulsadas por sectores neoliberales o conservadores, sino la confirmación de que la propia UE, todo el entramado institucional y normativo que la compone, es en sí una herramienta del gran capital para lograr sus fines, y no una estructura neutra que pueda ser reformada o modificada en función de unas u otras orientaciones políticas. Asumir este hecho es de importancia fundamental si queremos formular una táctica adecuada en beneficio de los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador en nuestros respectivos países.
Los y las comunistas hemos de ser capaces de explicar a las masas una serie de elementos que son básicos a la hora de enfocar y orientar las luchas hacia la perspectiva del socialismo. En este sentido, el papel de la UE es crucial y podemos tomar distintos ejemplos de otros países cercanos. Si observamos el caso francés, donde recientemente hemos visto cómo se ha producido un vuelco electoral en beneficio del Partido Socialista, vemos cómo funciona a la perfección, igual que ocurrió en España en las pasadas elecciones generales y municipales, la alternancia entre partidos perfectamente entrenados en la gestión del capitalismo. Las primeras medidas anunciadas por François Hollande, nuevo presidente francés, como la derogación del retraso en la edad de jubilación, no son sino una medida oportunista inicial que sin duda vendrá acompañada, con el paso del tiempo, por nuevos ataques y recortes laborales y sociales, y no porque los plantee Alemania, sino porque es el propio capital monopolista de origen francés, estrechamente vinculado al Partido Socialista, el que los exigirá ante la evidencia de que no hay otras vías de hacer remontar su tasa de beneficio.
Por otra parte hemos visto el caso griego, donde las últimas elecciones han arrojado un resultado que hará respirar de alivio a los oligarcas, que no han dudado ni un solo minuto en aplicar las más descarnadas técnicas de manipulación y terror de masas para tratar de evitar que el fantasma de una posible salida de ese país del euro se hiciera realidad. Ante el descrédito de la socialdemocracia liberal del PASOK, promovieron la opción de Syriza como gestor amable de la crisis, asegurándose de que esta organización dulcificara sus posturas hasta convertirse en una apuesta perfectamente válida dentro de los parámetros del sistema, al mismo tiempo que se recrudecía el ataque sobre el Partido Comunista de Grecia (KKE), único partido que realiza una propuesta que rompe con el capitalismo.
Son sólo dos ejemplos de cómo la oligarquía es capaz de reconducir las situaciones más adversas En todo caso, la UE se sigue enfrentando a los mismos problemas que antes, que no son otros que los propios límites del sistema capitalista y su descomposición. En esta tesitura, serán el reforzamiento del Partido Comunista y del sindicalismo de clase las únicas herramientas que permitan a la clase obrera desembarazarse del pesado yugo de la explotación.