Guerra y expolio en Somalia: el terrorismo como excusa y la ayuda humanitaria como camuflaje
texto de Alfredo Embid
publicado en Boletín armas contra las guerras nº 142 - año 2007
se publica en el Foro en tres mensajes por su tamaño.
---mensaje nº 1---
En diciembre de 2006 el ejército etíope ha invadido Somalia por tierra y la ha bombardeado en colaboración con el apoyo marítimo, aéreo y logístico de Estados Unidos. Las justificaciones de la invasión difundidas en los medios de desinformación son falsas. Los intereses de las corporaciones Norteamericanas y del pentágono están detrás. Muchos africanos temen que esta guerra se extienda y que se convierta en un nuevo genocidio. Pero tal vez ese es uno de los objetivos.
LAS FALSAS EXCUSAS DE LA INVASIÓN.
Somalia ha sido denominada el "segundo frente de Al–Qaeda". La excusa del Pentágono es como siempre el terrorismo. La organización terrorista Al Qaeda supuestamente localizada en Somalia, y supuestamente cobijada por la Unión de las Cortes Islámicas UCI era el objetivo oficial. Por supuesto sin dar ninguna prueba de ello. El Teniente Gral. Guillermo G. ("Jerry") Boykin, Subsecretario de Defensa para la Inteligencia que ordenó el ataque ha dado un argumento contundente que revela su nivel de inteligencia: "el Dios de un jefe militar musulmán somalí era ' un ídolo ' y ' mi Dios es el verdadero Dios".
La invasión de Somalia por Etiopía ha sido promocionada claramente por Estados Unidos. Los primeros ataques, ejecutados por aviones AC-130 procedentes del comando central norteamericano en Djibuti, fueron contra poblados de Elnadow, Kudha y Hayow y fracasaron en su objetivo declarado: no mataron a ningún supuesto terrorista. Pero desde otro punto de vista fueron un éxito porque la lucha contra el terrorismo solo es una tapadera.
El portavoz del parlamento provisional de Somalia (Sharif Hassan Sheikh Ada) criticó la versión oficial que justifica los ataques. "Estados Unidos recientemente ha bombardeado civiles aunque dicen que estaban bombardeando ‘terroristas’... ¿dónde están los terroristas?"(1)
Incluso en el país agresor hay voces disidentes como la de un líder de la oposición al presidente Etiope Meles Zenawi, que declaró: “no había ninguna fuerza de Al Qaeda en Somalia” y que “el ataque es una táctica de la Administración Bush para apoyar militarmente al presidente etíope Meles”, cuyo ejército invadió Somalia (2).
El fraude es evidente. La Administración Bush admitió que “ningún sospechoso de Al Qaeda había resultado muerto durante los ataques” estadounidenses sobre Somalia.
En contraste fuentes de la oposición etíope aseguran que " miles de civiles somalíes, incluso niños, han sido masacrados en la invasión” (3).
Los oficiales militares dijeron que el objetivo del ataque aéreo eran unas diez personas sospechosas de estar vinculadas al terrorismo, pero no ningún líder de la organización terrorista Al Qaeda (4).
Según la agencia británica Oxfam, “los ataques feroces de las fuerzas especiales operativas de EEUU contra los terroristas islámicos de 'Al Qaeda' que huían de Somalia a Kenia, resultó ser un grave error, ya que los 70 muertos eran unos indefensos pastores nómadas"(5).
Las fuerzas etíopes que apoyan al gobierno somalí tomaron el control de la capital, Mogadiscio, el 28 de diciembre pasado, luego de la retirada de los combatientes del Consejo de Cortes Islámicas. Entre las fuerzas que apoyan al gobierno minoritario de Somalia hay milicias vinculadas a líderes militares locales y soldados enviados por el gobierno de Etiopía (unos 20.000) con militares estadounidenses incrustados en ellas. Las tropas etíopes han sido demostradamente entrenadas y armadas por los norteamericanos (6, 7).
Hay testimonios del entrenamiento de los soldados etíopes y de la participación de Estados Unidos en su financiación. Este apoyo se ha materializado ya descaradamente en enero con la intervención directa de las fuerzas aéreas USA en los bombardeos y de militares norteamericanos en la ocupación terrestre. Es destacable el hecho de que Las Cortes Islámicas se retiraron sin haber lanzado un sólo disparo.
El tratamiento que los medios de desinformación han dado al tema es patético. Un ejemplo lo tienes en la editorial de "El País" su opinión, sesgada, incompleta, falta de análisis causales y favorable a los lobbies militaristas [8]. Según este editorial la invasión es “para ayudar al Gobierno reconocido”. El editorialista se olvida de que es un gobierno minoritario. “e intentar evitar que caiga en manos del islamismo fundamentalista” y también se olvida de decirnos que las cortes islámicas son quienes gozan del apoyo de la mayoría de la población somalí. “El espectro de un conflicto regional con decisivas implicaciones religiosas cobra fuerza con el llamamiento de los integristas somalíes a los musulmanes del mundo para que se alisten a la yihad y lleven su lucha hasta la misma Addis Abeba”. Como siempre se presenta como excusa la fraudulenta guerra de civilizaciones y la fraudulenta lucha contra el terrorismo para ocultar los auténticos motivos de la guerra.
Reconoce “El hecho de que Washington apoye al Gobierno secular somalí y a Etiopía.” pero omite que ambos gobiernos son títeres creados por Estados Unidos. Nos presenta al Somalia como “campo de batalla de encontrados intereses regionales”. Intereses que se guarda mucho de explicar y oculta que estas miserias han sido promocionadas por las multinacionales occidentales. Su esbozo histórico nos cuenta que la dictadura de Siad Barre “fue sostenida durante 30 años por la URSS” olvidando que fue precisamente Siad Barre quien vendió la mayoría del país a 4 multinacionales norteamericanas desde 1986 como veremos. Habla de “las milicias islamistas que pretenden imponer la sharía” pero se olvida de que las Cortes Islámicas impusieron el orden y en las crecientes regiones que fueron controlando y que gracias a ellas por primera vez en 16 años hubo paz en Somalia según han reconocido, como veremos, observadores independientes. etc, etc.. Este es sólo un ejemplo del lamentable tratamiento que los medios de desinformación han dado al conflicto de Somalia. No es el único. Kofi Annan ha hecho su moderada declaración: “le pediría a los países vecinos que se mantengan al margen de la crisis de Somalia, y que respeten la soberanía y la integridad territorial de Somalia”(9), omitiendo que la soberanía corresponde al pueblo que en su mayoría apoya a las Cortes Islámicas.
Ignacio Ramonet en su más reciente editorial (10) no hace ningún comentario mínimamente crítico sobre la versión oficial de la invasión, ni de la excusa de combatir el terrorismo, ni de la ayuda “humanitaria” que encubre la ocupación, etc. No solo eso, también reproduce acríticamente los argumentos oficiales sobre el fraude made in USA de Al Qaeda y no dice una palabra de los verdaderos intereses que esconde la guerra.
Como ya sucedió en el 93 cuando la invasión militar fue camuflada de ayuda humanitaria, ahora se camufla como lucha contra el terrorismo. Los medios de comunicación colaboran en vendérsela al público y hacerla aceptable ocultando los intereses de las multinacionales, pero antes de explicar cuales son esos intereses echemos un vistazo a la historia reciente de Somalia.
Recuerdo histórico de algunos hechos significativos para entender la guerra actual: Empecemos con los datos básicos para situarte geográficamente: Somalia comparte fronteras con Yibuti (58 kms.) al norte, Etiopía (1.600 kms.) al este y Kenia (682 kms.) al sur. Tiene una superficie de 637.660 km2.
Somalia, es un país islámico sunita prácticamente en su totalidad. Su población de unos 9 millones de personas es bastante homogénea (al contrario que la de Etiopía) de raza somalí en un 85 por ciento, el restante 15 por ciento esta compuesto por tribus dispersas, como los bantúes y a solamente hay 30 mil árabes puros. Lo que representa solo un 0.3 por ciento del total. La mortalidad infantil es muy alta 122/1000.
Según la ONU en Somalia hay un médico por cada 100.000 habitantes y hay gente que tiene que viajar 700 km para llegar al centro de salud más próximo (70) . Actualmente es un país fragmentado cuya división ha sido fomentada por las multinacionales para robarles mejor sus recursos: La región nor-occidental declaró su independencia como "República de Somalilandia", el ridículo nombre que tenía cuando era una colonia Inglesa. La parte nororiental, el estado de Puntland también ha reivindicado su autonomía.
La mayor parte del país en el sur ha sido recientemente el escenario de una incomoda revolución que lo ha pacificado y ha sido la causa de la invasión. La historia reciente de Somalia es un completo desastre para su población y los que han podido hacerlo han emigrado a países limítrofes.
En los años 80 la intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial fue según algunos analistas el factor fundamental para desestabilizar al país. Devaluación de la moneda nacional dictada por el FMI, importación de alimentos presentada como ayuda de Occidente, obligación impuesta por el Banco Mundial de aplicar las leyes del mercado, etc. Resultado: abandono de los cultivos de subsistencia, destrucción de sus sistemas tradicionales en ganadería, reducción del presupuesto de sanidad (78%, entre 1975 y 1989), del de educación de 82$/año/niño en 1982 a 2$ en 1986. Y por supuesto aumento de la deuda y, por lo tanto de la dependencia, con los bancos occidentales. Ver al respecto (59, 60, 61).
El régimen del dictador Mohamed Siad Barre, era apoyado de Estados Unidos. Como en innumerables casos, el país campeón de los derechos humanos y de la democracia hizo oídos sordos a sus masacres y a su corrupción. Funcionarios, militares del régimen y comerciantes enchufados a él, se apropiaban del 80% de la ayuda alimenticia internacional. (59, 62) aumentando la mortandad de sus propios compatriotas. Solo entre 1981 y 1989 los EEUU le vendieron al dictador armas por un valor de 200 millones de dólares. (59, 63) Esto, inevitablemente, me recuerda que hacían lo mismo más o menos en las mismas fechas con otro de sus aliados: Sadam Hussein e, incluso, con sus enemigos: Irán (58). Y lo más significativo: En plena dictadura, desde 1986, cuatro corporaciones transnacionales del petróleo recibieron el permiso para buscarlo del gobierno títere de Somalia. Y encontraron reservas importantes como veremos más adelante. En enero del 1991 se produjo el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barre, que era apoyado de Estados Unidos y con razón. Había vendido la mayor parte de su país a 4 compañías petroleras. "Cerca de dos tercios de los campos petroleros de Somalia habían sido asignados a las trasnacionales de EEUU , Conoco, Amoco, Chevron y Phillips " (11) Siguieron 2 años de caos y luchas entre los señores de la guerra.
En 1993 Estados Unidos invadió Somalia con 30.000 soldados de infantería de marina en una operación militar llamada “restaurar la esperanza”. Entiéndase esperanza para las multinacionales. Esta operación fue presentada por EEUU, la ONU y los medios de desinformación como humanitaria, pretendiendo que la ayuda no llegaba a la población. Era cierto (como siempre) pero sólo el 20% no le llegaba en contraste con el 80% que les era robado cuando tenían el régimen títere de Estados Unidos. (59,62) Así que se podría decir que la intervención fue justamente lo contrario de lo que prendía ser. Los medios de comunicación en su mayoría se mantuvieron fieles a la versión oficial de Washington presentándonos la invasión como una misión de ayuda internacional que estaba dirigida únicamente a alimentar a las masas hambrientas de Somalia. La versión difundida por los medios de desinformación fue como una película; aunque era una operación multinacional en la que estaba incluida Francia, los heroicos marines de EEUU monopolizaron las pantallas de TV, desembarcando en las playas de Somalia para salvar a los hambrientos somalíes. La invasión humanitaria contrastaba con el desastre creciente en toda África provocado por el imperialismo de EEUU y de los países ricos que roban sus recursos. Pero eso se ocultó. Tampoco se explicó cómo los fondos destinados a la ayuda humanitaria fueron a sumirse en la construcción de una bunkerizada zona para el personal de EEUU y de la ONU (59, 63). No informó de que las bombas destruyeron infraestructuras vitales y que su primer objetivo fue silenciar a los medios de comunicación, además de otros objetivos civiles como fábricas y hospitales, locales de organizaciones humanitarias. (59, 66) Además para más INRI los marines desembarcaron cuando lo peor de la hambruna ya había pasado (67).
Como explica Chomsky “…mientras el conflicto seguía activo el hambre era terrible, la población moría y se producían muchas muertes, los EE.UU. simplemente se mantuvieron al margen sin mostrarse dispuestos a hacer nada al respecto. Cuando la lucha disminuyó, cuando parecía que iba a producirse una buena cosecha y había considerables posibilidades de que acabara el hambre, y cuando la Cruz Roja y otras organizaciones eficaces estaban suministrando comida, en ese momento los EE.UU. entraron en el país realizando una demostración de fuerza y una enorme operación de relaciones públicas, esperando recibir al menos una enorme publicidad favorable por su intervención”. (69)
Los medios ocultaron la situación, como se les manda. Al mando de ellos en la zona estaba el enviado de EEUU, Jeff Eller, para coordinar la desinformación. El mismo que se había ocupado de presentarnos la invasión de Panamá en 1989 cerrando el acceso a los periodistas no elegidos para cubrirla (59).
Lo esencial fue ocultado y es que los intereses de la invasión no eran en absoluto humanitarios.
La multinacional Conoco estuvo directamente involucrada en la invasión militar camuflada como ayuda humanitaria de la ONU a principios de los años 90 como está bien documentado (12).
Aunque no era la única multinacional interesada en robar los recursos del país, Conoco Somalia Ltd. fue la única corporación multinacional importante que mantuvo una oficina activa en la capital Mogadiscio antes y durante la invasión. La empresa permitió que sus infraestructuras e instalaciones de Mogadiscio fueran utilizadas por EEUU a modo de embajada unos días antes que los marines de EEUU llegaran a la capital, utilizándose después como cuartel general temporal del convoy especial de las tropas norteamericanas. El presidente de la sucursal de la compañía en Somalia recibió elogios oficiales por servir como “facilitador” voluntario del gobierno durante la intervención de EEUU, así como en los meses anteriores (13).
Pero en realidad es al revés porque, de hecho, el ejército de Estados Unidos intervino para facilitar las operaciones en curso de las multinacionales y en cierta forma estaba especialmente a las órdenes de Conoco que les alquilaba sus infraestructuras. Un portavoz de Conoco describió el acuerdo acertadamente como “una relación de negocios” y reconoció que el gobierno de EEUU estaba pagando un alquiler por el uso de sus instalaciones (14). John Geybauer, portavoz de Conoco Oil en Houston, dijo que la compañía estaba actuando como “un buen colectivo ciudadano y vecinal al acceder a la petición de EEUU de que les alquilara las instalaciones ya que la embajada de EEUU y la mayoría de los demás edificios de la capital están destrozados debido al vandalismo y a las batallas con artillería durante las guerras de los clanes que han consumido a Somalia y que han matado de hambre a su gente” (15).
En su revista mensual, Conoco publicó extractos de una carta de recomendación escrita por el marine de EEUU General de Brigada Frank Libutti, que actuó como asesor militar del enviado de EEUU Robert B. Oakley. En la carta, Libutti elogió al dirigente petrolífero por su papel en la operación para desembarcar marines en las playas de Mogadiscio en diciembre, y el general concluyó: “Sin su valiente contribución y su servicio desinteresado, la operación no habría tenido éxito”(16).
Las multinacionales del petróleo mandaron a las tropas estadounidenses a invadir Somalia pero naturalmente no se presentó así a la opinión pública. La invasión fue presentada en los medios de desinformación como una misión humanitaria que iba a salvar unos 2 millones de somalíes mediante la apertura de líneas de suministro y la pacificación de una nación asolada por el hambre. El portavoz de Conoco Somalia Ltd insistió cínicamente en que “Conoco estaba orgullosa de la contribución del director general Raymond Marchand al esfuerzo humanitario dirigido por EEUU.” Había pues que asegurar los intereses de las multinacionales que tenían compradas las concesiones de prospección desde hacía años, pero también había que vender los aumentos de presupuestos militares y presentarlos como humanitarios. “Acciones humanitarias (innecesarias), desembarcos anfibios de los marines de EEUU en la playa ante las mirada de las cámaras de TV se consideraban propaganda favorable” (68). Pero a pesar de que iban armados a la última el ejército invasor de EEUU tuvo que retirarse vergonzosamente. El hecho cúlmen se produjo el 3 de octubre de 1993, cuando los ocupantes de Estados Unidos fracasaron en una operación militar en Mogadiscio, la capital de Somalia, que le costó la vida a 18 soldados norteamericanos e hirió a 73 y que incluyó el derribo de 5 poderosos helicópteros de combate "Black Hawk.
Lo que no se dice es que el incidente se produjo en respuesta a un ataque masivo e indiscriminado del ejército norteamericano a la ciudad que mató a incontables somalíes (17). Esta operación fue incluso llevada a la pantalla en la película “Black Hawk, derribado en combate” dirigida por Ridley Scott, por supuesto convirtiéndola en heroica propaganda de los intereses humanitarios de la intervención del ejército de los EEUU y ocultando su verdadero contexto.
Más tarde el equipo del cineasta se implicó en la realización de una película, difundida por todos los medios de desinformación, sobre el heroico salvamento de una mujer del ejército USA durante la última guerra de Iraq. Lo que vimos era un fraude de guerra presentado como un reportaje, como ella misma denunció: No había sido secuestrada, al contrario los iraquíes la asistieron médicamente tras un accidente, intentaron devolverla a sus líneas (pero les dispararon) y no había ninguna resistencia en el hospital donde se encontraba atendida. También hubo una secuela del incidente y de la película en forma de videojuego para ir entrenando a los niños en las invasiones “humanitarias”.
En Somalia es destacable el hecho de que los helicópteros fueron derribados por algunos señores de la guerra, a los que luego Estados Unidos terminó apoyando para contrarrestar el creciente poder de los Tribunales Islámicos. Aunque nunca lo reconocieron, en su invasión de 1993 hay pruebas de que los Estados Unidos utilizaron armas radiactivas en Somalia como lo indica un comunicado en octubre 1993 de advertencia a los médicos norteamericanos de que “podrían encontrarse con soldados contaminados radiactivamente” (18). Los señores de la guerra somalíes durante los16 años que dominaron el país, lo dividieron en feudos, lo hundieron en el caos, en una creciente miseria, en la violencia y el desorden, pero lo más importante es que lo sometieron a una conveniente dependencia. Por eso no se planteó nunca en occidente una intervención humanitaria. En 1998, el mismo año en que Clinton y Al Gore bombardeaban en Sudán una fábrica de medicamentos de nuevo con la excusa del terrorismo (19), se creaba la Iniciativa Estadounidense de Respuesta a las Crisis Africanas (ACRI). Con la excusa de realizar “misiones humanitarias” se desarrolló un amplio programa de entrenamiento militar con varios países africanos. Con la Administración Bush en 2001 el programa cambió de nombre y pasó a llamarse “African Contingency Operations Training and Asístance”, duplicándose su presupuesto. En 2005, ya se planteaba oficialmente la formación de 40.000 militares africanos en los cinco años siguientes, según un comunicado de la Casa Blanca. Los entrenamientos incluyeron además de Etiopía a Uganda, Malawi, Ghana, Senegal, Costa de Marfil, Benin, Malí o Kenia (20). Las Cortes Islámicas Unidas ICU fueron creciendo como una organización de base de la mayoría de la población a pesar de que los señores de la guerra somalíes, al igual que los de Afganistán, eran financiados por los Estados Unidos.
Progresivamente pero en poco tiempo la ICU logró llevar la ley y orden a todo el país, eliminaron las drogas y las armas de las calles, hicieron accesibles los servicios básicos de atención sanitaria y educación, aportaron estabilidad a la sociedad civil, se aseó la ciudad, los puertos marítimos y los aeropuertos volvieron a abrirse para el tráfico comercial, etc. (21)
Un mal ejemplo. A pesar de estos logros, o más bien a causa de ellos, el gobierno de Bush los metió en el amplio saco del terrorismo. Sin ninguna evidencia de que Somalia albergase a terroristas de Al Qaeda y mucho menos que representase una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Mientras, la CIA trabajaba en secreto con los señores de la guerra somalíes. Pero a pesar del dinero de Estados Unidos inyectado a varios señores de la guerra, no pudieron imponer su autoridad sobre la población harta de sus desmanes (22).
Mientras tanto, el Pentágono también trabajaba con el ejército de Etiopía por si acaso su estrategia con los señores de la guerra somalíes fracasaba, como efectivamente sucedió. En la revista del ejército norteamericano “Stars and Stripes”, del 30 de diciembre puedes leer el estúpido testimonio de uno de los instructores americanos que estaban entrenando a soldados etíopes, Hill Flippo del campo Hurso cerca en la ciudad de Dire Dawa, en Etiopía: “Siento que ahora estoy ayudando a luchar en la guerra en terror. El conocimiento que estamos dando a estos soldados es lo que él utilizará si entra y lucha en Somalia, Eritrea o dondequiera que sea” (23).
En 2006 la mayoría de la población de Somalia, harta del caos y encabezada por la Unión de Cortes Islámicas UCI, fue ganando terreno a los señores de la guerra. En junio 2006 Estados Unidos creó el Grupo de contacto internacional sobre Somalia intentando adelantarse a lo que iba a pasar inevitablemente.
En julio 2006, apoyados por una mayoría de la población los tribunales expulsaron a los llamados "señores de la guerra" no solo de la capital Mogadiscio, si no también de la mayor parte del país.
Como ya dije antes los medios de desinformación están ocultando qué sucedió realmente en Somalia tras este cambio.
Observadores neutros han reconocido que, por primera vez desde la caída del antiguo presidente Siyad Barre en 1991, por fin reinaban la calma y el orden.
Amina Mire, miembro eminente de la diáspora somalí reconoce que: “muchos somalíes que no son religiosos han visto como su seguridad mejoraba bajo la dirección de los Tribunales Islámicos. Queremos darles a estos tribunales el tiempo necesario para limpiar las calles de violencia. Después de haber restablecido el orden, estos tribunales habían podido progresivamente modernizar sus interpretaciones y aplicaciones de las leyes islámicas.
Una gran parte de los somalíes que viven en el extranjero estaban dispuestos a volver al país una vez que la paz y la seguridad fuesen restablecidas. Pero hoy, hemos vuelto a esta horrible época, en la que se veía a adolescentes armados con AK-47 instalados detrás de una camioneta aterrorizando a la población” (24) Recordemos que la emigración en Somalia es importante. Desde 1991, unos 3 millones de somalíes han salido del país, fundamentalmente hacia los países limítrofes: Etiopía, Djibuti y Kenia.
Mohamed Hassan, hijo de un miembro de la resistencia contra el régimen del emperador Haile Selasie y escritor independiente en política medio-oriental y africana describe así la situación de los emigrantes: “Una gran cantidad de diáspora somalí estaba dispuesta a volver a Somalia, y reconstruir el país, una vez que la paz y la seguridad fueran aseguradas. Muchos son gente secular moderna que intenta ayudar a su país a pesar de la corrupción de los señores de la guerra. Y son muy ingeniosos en hacer eso. Por ejemplo, a pesar de todo el caos, Somalia es uno de los pocos países africanos en donde cada aldea tiene buenas instalaciones de comunicación del teléfono. Hay un sistema de actividades bancarias informal (1 mil millones $ por año). Hay cinco vías aéreas privadas y así sucesivamente. Cuando los hombres de negocios somalíes fueron a la embajada de EEUU en Nairobi a invitarlos a que viniesen a Somalia y viesen por sí mismos, que no había miembros de Al Qaeda en las cortes islámicas. Los norteamericanos rechazaron la oferta.”(25)
Evidentemente, los EEUU no aceptaron el desafío, porque ya sabían que no había terroristas de Al Qaeda en el país. Al Qaeda era una vez más su coartada para iniciar una nueva guerra contra el terrorismo para justificar cualquier intervención en cualquier parte del mundo cuando les de la gana hacerla.
Estados Unidos con la complicidad de los medios de desinformación occidentales han demonizado a la UCI como los «Tribunales islámicos » y los han acusado sin pruebas de estar ligados a Al-Qaeda. Esto no es más que otra tapadera para justificar otra invasión absolutamente ilegal. Un montaje parecido al que se hizo en 2001 con los Talibanes para invadir Afganistán, con Iraq y sus terroríficas armas de destrucción masiva que cuatro años después de la invasión seguimos esperando que se encuentren.
Los logros de la población somalí y de la UCI para mejorar la vida de la mayoría de la gente en materia de pacificación y de independencia han sido ocultados por los medios de desinformación ya que eran evidentemente un mal ejemplo para la región y para todo el mundo.
Estados Unidos estuvo desde el principio implicado en el montaje de la guerra actual.
Estados Unidos por mediación de su títere Etiopía destrozó las Conversaciones de Paz en Somalia. La invasión tiene también como fin consolidar ese objetivo. El portavoz del parlamento provisional de Somalia (Sharif Hassan Sheikh Ada) ha criticado la intervención militar de Etiopía en Somalia, diciendo que las tropas etíopes no pueden conseguir la paz en las áreas anteriormente gobernadas por el movimiento islamista.
“Etiopía estaba detrás del colapso de las conversaciones de paz entre el gobierno provisional y los islamistas", dijo en Djibouti.
“Creo que la seguridad creada por los islamistas durante su gobierno de seis meses no puede ser recreada por las tropas etíopes, incluso si permanecen en Somalia durante otros seis años" (26).
El General John Abizaid, el comandante militar de EEUU que supervisó las operaciones militares en Oriente Medio, Asia Central, y el Cuerno de África, tuvo una reunión con el Primer Ministro de Etiopía el 4 de diciembre de 2006.
Unas tres semanas antes de que los Estados Unidos y Etiopía invadieran militarmente Somalia (27).
EEUU organizó una operación de la CIA, desde Nairobi, para levantar a los caudillos de la guerra, odiados por la población de Somalia contra los tribunales islámicos, según un ex-agente de inteligencia que conoce bien la región.
Un analista de Somalia en Nairobi dijo que “los islamistas se llevaron la mayor parte de la culpa injustamente, ya que el gobierno minoritario de Somalia que de hecho había sido acorralado no tenía intenciones de compartir el poder en ningún momento. Yo creo que la decisión de ir a la guerra fue tomada en algún momento de octubre por Etiopía y Estados Unidos” (28). Estados Unidos no solo incrementó su intervención en Etiopía y en Somalia, además presionó a la ONU para que votase una resolución ambigua que supuestamente justificaba a Etiopía para invadir Somalia (29, 30).
texto de Alfredo Embid
publicado en Boletín armas contra las guerras nº 142 - año 2007
se publica en el Foro en tres mensajes por su tamaño.
---mensaje nº 1---
En diciembre de 2006 el ejército etíope ha invadido Somalia por tierra y la ha bombardeado en colaboración con el apoyo marítimo, aéreo y logístico de Estados Unidos. Las justificaciones de la invasión difundidas en los medios de desinformación son falsas. Los intereses de las corporaciones Norteamericanas y del pentágono están detrás. Muchos africanos temen que esta guerra se extienda y que se convierta en un nuevo genocidio. Pero tal vez ese es uno de los objetivos.
LAS FALSAS EXCUSAS DE LA INVASIÓN.
Somalia ha sido denominada el "segundo frente de Al–Qaeda". La excusa del Pentágono es como siempre el terrorismo. La organización terrorista Al Qaeda supuestamente localizada en Somalia, y supuestamente cobijada por la Unión de las Cortes Islámicas UCI era el objetivo oficial. Por supuesto sin dar ninguna prueba de ello. El Teniente Gral. Guillermo G. ("Jerry") Boykin, Subsecretario de Defensa para la Inteligencia que ordenó el ataque ha dado un argumento contundente que revela su nivel de inteligencia: "el Dios de un jefe militar musulmán somalí era ' un ídolo ' y ' mi Dios es el verdadero Dios".
La invasión de Somalia por Etiopía ha sido promocionada claramente por Estados Unidos. Los primeros ataques, ejecutados por aviones AC-130 procedentes del comando central norteamericano en Djibuti, fueron contra poblados de Elnadow, Kudha y Hayow y fracasaron en su objetivo declarado: no mataron a ningún supuesto terrorista. Pero desde otro punto de vista fueron un éxito porque la lucha contra el terrorismo solo es una tapadera.
El portavoz del parlamento provisional de Somalia (Sharif Hassan Sheikh Ada) criticó la versión oficial que justifica los ataques. "Estados Unidos recientemente ha bombardeado civiles aunque dicen que estaban bombardeando ‘terroristas’... ¿dónde están los terroristas?"(1)
Incluso en el país agresor hay voces disidentes como la de un líder de la oposición al presidente Etiope Meles Zenawi, que declaró: “no había ninguna fuerza de Al Qaeda en Somalia” y que “el ataque es una táctica de la Administración Bush para apoyar militarmente al presidente etíope Meles”, cuyo ejército invadió Somalia (2).
El fraude es evidente. La Administración Bush admitió que “ningún sospechoso de Al Qaeda había resultado muerto durante los ataques” estadounidenses sobre Somalia.
En contraste fuentes de la oposición etíope aseguran que " miles de civiles somalíes, incluso niños, han sido masacrados en la invasión” (3).
Los oficiales militares dijeron que el objetivo del ataque aéreo eran unas diez personas sospechosas de estar vinculadas al terrorismo, pero no ningún líder de la organización terrorista Al Qaeda (4).
Según la agencia británica Oxfam, “los ataques feroces de las fuerzas especiales operativas de EEUU contra los terroristas islámicos de 'Al Qaeda' que huían de Somalia a Kenia, resultó ser un grave error, ya que los 70 muertos eran unos indefensos pastores nómadas"(5).
Las fuerzas etíopes que apoyan al gobierno somalí tomaron el control de la capital, Mogadiscio, el 28 de diciembre pasado, luego de la retirada de los combatientes del Consejo de Cortes Islámicas. Entre las fuerzas que apoyan al gobierno minoritario de Somalia hay milicias vinculadas a líderes militares locales y soldados enviados por el gobierno de Etiopía (unos 20.000) con militares estadounidenses incrustados en ellas. Las tropas etíopes han sido demostradamente entrenadas y armadas por los norteamericanos (6, 7).
Hay testimonios del entrenamiento de los soldados etíopes y de la participación de Estados Unidos en su financiación. Este apoyo se ha materializado ya descaradamente en enero con la intervención directa de las fuerzas aéreas USA en los bombardeos y de militares norteamericanos en la ocupación terrestre. Es destacable el hecho de que Las Cortes Islámicas se retiraron sin haber lanzado un sólo disparo.
El tratamiento que los medios de desinformación han dado al tema es patético. Un ejemplo lo tienes en la editorial de "El País" su opinión, sesgada, incompleta, falta de análisis causales y favorable a los lobbies militaristas [8]. Según este editorial la invasión es “para ayudar al Gobierno reconocido”. El editorialista se olvida de que es un gobierno minoritario. “e intentar evitar que caiga en manos del islamismo fundamentalista” y también se olvida de decirnos que las cortes islámicas son quienes gozan del apoyo de la mayoría de la población somalí. “El espectro de un conflicto regional con decisivas implicaciones religiosas cobra fuerza con el llamamiento de los integristas somalíes a los musulmanes del mundo para que se alisten a la yihad y lleven su lucha hasta la misma Addis Abeba”. Como siempre se presenta como excusa la fraudulenta guerra de civilizaciones y la fraudulenta lucha contra el terrorismo para ocultar los auténticos motivos de la guerra.
Reconoce “El hecho de que Washington apoye al Gobierno secular somalí y a Etiopía.” pero omite que ambos gobiernos son títeres creados por Estados Unidos. Nos presenta al Somalia como “campo de batalla de encontrados intereses regionales”. Intereses que se guarda mucho de explicar y oculta que estas miserias han sido promocionadas por las multinacionales occidentales. Su esbozo histórico nos cuenta que la dictadura de Siad Barre “fue sostenida durante 30 años por la URSS” olvidando que fue precisamente Siad Barre quien vendió la mayoría del país a 4 multinacionales norteamericanas desde 1986 como veremos. Habla de “las milicias islamistas que pretenden imponer la sharía” pero se olvida de que las Cortes Islámicas impusieron el orden y en las crecientes regiones que fueron controlando y que gracias a ellas por primera vez en 16 años hubo paz en Somalia según han reconocido, como veremos, observadores independientes. etc, etc.. Este es sólo un ejemplo del lamentable tratamiento que los medios de desinformación han dado al conflicto de Somalia. No es el único. Kofi Annan ha hecho su moderada declaración: “le pediría a los países vecinos que se mantengan al margen de la crisis de Somalia, y que respeten la soberanía y la integridad territorial de Somalia”(9), omitiendo que la soberanía corresponde al pueblo que en su mayoría apoya a las Cortes Islámicas.
Ignacio Ramonet en su más reciente editorial (10) no hace ningún comentario mínimamente crítico sobre la versión oficial de la invasión, ni de la excusa de combatir el terrorismo, ni de la ayuda “humanitaria” que encubre la ocupación, etc. No solo eso, también reproduce acríticamente los argumentos oficiales sobre el fraude made in USA de Al Qaeda y no dice una palabra de los verdaderos intereses que esconde la guerra.
Como ya sucedió en el 93 cuando la invasión militar fue camuflada de ayuda humanitaria, ahora se camufla como lucha contra el terrorismo. Los medios de comunicación colaboran en vendérsela al público y hacerla aceptable ocultando los intereses de las multinacionales, pero antes de explicar cuales son esos intereses echemos un vistazo a la historia reciente de Somalia.
Recuerdo histórico de algunos hechos significativos para entender la guerra actual: Empecemos con los datos básicos para situarte geográficamente: Somalia comparte fronteras con Yibuti (58 kms.) al norte, Etiopía (1.600 kms.) al este y Kenia (682 kms.) al sur. Tiene una superficie de 637.660 km2.
Somalia, es un país islámico sunita prácticamente en su totalidad. Su población de unos 9 millones de personas es bastante homogénea (al contrario que la de Etiopía) de raza somalí en un 85 por ciento, el restante 15 por ciento esta compuesto por tribus dispersas, como los bantúes y a solamente hay 30 mil árabes puros. Lo que representa solo un 0.3 por ciento del total. La mortalidad infantil es muy alta 122/1000.
Según la ONU en Somalia hay un médico por cada 100.000 habitantes y hay gente que tiene que viajar 700 km para llegar al centro de salud más próximo (70) . Actualmente es un país fragmentado cuya división ha sido fomentada por las multinacionales para robarles mejor sus recursos: La región nor-occidental declaró su independencia como "República de Somalilandia", el ridículo nombre que tenía cuando era una colonia Inglesa. La parte nororiental, el estado de Puntland también ha reivindicado su autonomía.
La mayor parte del país en el sur ha sido recientemente el escenario de una incomoda revolución que lo ha pacificado y ha sido la causa de la invasión. La historia reciente de Somalia es un completo desastre para su población y los que han podido hacerlo han emigrado a países limítrofes.
En los años 80 la intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial fue según algunos analistas el factor fundamental para desestabilizar al país. Devaluación de la moneda nacional dictada por el FMI, importación de alimentos presentada como ayuda de Occidente, obligación impuesta por el Banco Mundial de aplicar las leyes del mercado, etc. Resultado: abandono de los cultivos de subsistencia, destrucción de sus sistemas tradicionales en ganadería, reducción del presupuesto de sanidad (78%, entre 1975 y 1989), del de educación de 82$/año/niño en 1982 a 2$ en 1986. Y por supuesto aumento de la deuda y, por lo tanto de la dependencia, con los bancos occidentales. Ver al respecto (59, 60, 61).
El régimen del dictador Mohamed Siad Barre, era apoyado de Estados Unidos. Como en innumerables casos, el país campeón de los derechos humanos y de la democracia hizo oídos sordos a sus masacres y a su corrupción. Funcionarios, militares del régimen y comerciantes enchufados a él, se apropiaban del 80% de la ayuda alimenticia internacional. (59, 62) aumentando la mortandad de sus propios compatriotas. Solo entre 1981 y 1989 los EEUU le vendieron al dictador armas por un valor de 200 millones de dólares. (59, 63) Esto, inevitablemente, me recuerda que hacían lo mismo más o menos en las mismas fechas con otro de sus aliados: Sadam Hussein e, incluso, con sus enemigos: Irán (58). Y lo más significativo: En plena dictadura, desde 1986, cuatro corporaciones transnacionales del petróleo recibieron el permiso para buscarlo del gobierno títere de Somalia. Y encontraron reservas importantes como veremos más adelante. En enero del 1991 se produjo el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barre, que era apoyado de Estados Unidos y con razón. Había vendido la mayor parte de su país a 4 compañías petroleras. "Cerca de dos tercios de los campos petroleros de Somalia habían sido asignados a las trasnacionales de EEUU , Conoco, Amoco, Chevron y Phillips " (11) Siguieron 2 años de caos y luchas entre los señores de la guerra.
En 1993 Estados Unidos invadió Somalia con 30.000 soldados de infantería de marina en una operación militar llamada “restaurar la esperanza”. Entiéndase esperanza para las multinacionales. Esta operación fue presentada por EEUU, la ONU y los medios de desinformación como humanitaria, pretendiendo que la ayuda no llegaba a la población. Era cierto (como siempre) pero sólo el 20% no le llegaba en contraste con el 80% que les era robado cuando tenían el régimen títere de Estados Unidos. (59,62) Así que se podría decir que la intervención fue justamente lo contrario de lo que prendía ser. Los medios de comunicación en su mayoría se mantuvieron fieles a la versión oficial de Washington presentándonos la invasión como una misión de ayuda internacional que estaba dirigida únicamente a alimentar a las masas hambrientas de Somalia. La versión difundida por los medios de desinformación fue como una película; aunque era una operación multinacional en la que estaba incluida Francia, los heroicos marines de EEUU monopolizaron las pantallas de TV, desembarcando en las playas de Somalia para salvar a los hambrientos somalíes. La invasión humanitaria contrastaba con el desastre creciente en toda África provocado por el imperialismo de EEUU y de los países ricos que roban sus recursos. Pero eso se ocultó. Tampoco se explicó cómo los fondos destinados a la ayuda humanitaria fueron a sumirse en la construcción de una bunkerizada zona para el personal de EEUU y de la ONU (59, 63). No informó de que las bombas destruyeron infraestructuras vitales y que su primer objetivo fue silenciar a los medios de comunicación, además de otros objetivos civiles como fábricas y hospitales, locales de organizaciones humanitarias. (59, 66) Además para más INRI los marines desembarcaron cuando lo peor de la hambruna ya había pasado (67).
Como explica Chomsky “…mientras el conflicto seguía activo el hambre era terrible, la población moría y se producían muchas muertes, los EE.UU. simplemente se mantuvieron al margen sin mostrarse dispuestos a hacer nada al respecto. Cuando la lucha disminuyó, cuando parecía que iba a producirse una buena cosecha y había considerables posibilidades de que acabara el hambre, y cuando la Cruz Roja y otras organizaciones eficaces estaban suministrando comida, en ese momento los EE.UU. entraron en el país realizando una demostración de fuerza y una enorme operación de relaciones públicas, esperando recibir al menos una enorme publicidad favorable por su intervención”. (69)
Los medios ocultaron la situación, como se les manda. Al mando de ellos en la zona estaba el enviado de EEUU, Jeff Eller, para coordinar la desinformación. El mismo que se había ocupado de presentarnos la invasión de Panamá en 1989 cerrando el acceso a los periodistas no elegidos para cubrirla (59).
Lo esencial fue ocultado y es que los intereses de la invasión no eran en absoluto humanitarios.
La multinacional Conoco estuvo directamente involucrada en la invasión militar camuflada como ayuda humanitaria de la ONU a principios de los años 90 como está bien documentado (12).
Aunque no era la única multinacional interesada en robar los recursos del país, Conoco Somalia Ltd. fue la única corporación multinacional importante que mantuvo una oficina activa en la capital Mogadiscio antes y durante la invasión. La empresa permitió que sus infraestructuras e instalaciones de Mogadiscio fueran utilizadas por EEUU a modo de embajada unos días antes que los marines de EEUU llegaran a la capital, utilizándose después como cuartel general temporal del convoy especial de las tropas norteamericanas. El presidente de la sucursal de la compañía en Somalia recibió elogios oficiales por servir como “facilitador” voluntario del gobierno durante la intervención de EEUU, así como en los meses anteriores (13).
Pero en realidad es al revés porque, de hecho, el ejército de Estados Unidos intervino para facilitar las operaciones en curso de las multinacionales y en cierta forma estaba especialmente a las órdenes de Conoco que les alquilaba sus infraestructuras. Un portavoz de Conoco describió el acuerdo acertadamente como “una relación de negocios” y reconoció que el gobierno de EEUU estaba pagando un alquiler por el uso de sus instalaciones (14). John Geybauer, portavoz de Conoco Oil en Houston, dijo que la compañía estaba actuando como “un buen colectivo ciudadano y vecinal al acceder a la petición de EEUU de que les alquilara las instalaciones ya que la embajada de EEUU y la mayoría de los demás edificios de la capital están destrozados debido al vandalismo y a las batallas con artillería durante las guerras de los clanes que han consumido a Somalia y que han matado de hambre a su gente” (15).
En su revista mensual, Conoco publicó extractos de una carta de recomendación escrita por el marine de EEUU General de Brigada Frank Libutti, que actuó como asesor militar del enviado de EEUU Robert B. Oakley. En la carta, Libutti elogió al dirigente petrolífero por su papel en la operación para desembarcar marines en las playas de Mogadiscio en diciembre, y el general concluyó: “Sin su valiente contribución y su servicio desinteresado, la operación no habría tenido éxito”(16).
Las multinacionales del petróleo mandaron a las tropas estadounidenses a invadir Somalia pero naturalmente no se presentó así a la opinión pública. La invasión fue presentada en los medios de desinformación como una misión humanitaria que iba a salvar unos 2 millones de somalíes mediante la apertura de líneas de suministro y la pacificación de una nación asolada por el hambre. El portavoz de Conoco Somalia Ltd insistió cínicamente en que “Conoco estaba orgullosa de la contribución del director general Raymond Marchand al esfuerzo humanitario dirigido por EEUU.” Había pues que asegurar los intereses de las multinacionales que tenían compradas las concesiones de prospección desde hacía años, pero también había que vender los aumentos de presupuestos militares y presentarlos como humanitarios. “Acciones humanitarias (innecesarias), desembarcos anfibios de los marines de EEUU en la playa ante las mirada de las cámaras de TV se consideraban propaganda favorable” (68). Pero a pesar de que iban armados a la última el ejército invasor de EEUU tuvo que retirarse vergonzosamente. El hecho cúlmen se produjo el 3 de octubre de 1993, cuando los ocupantes de Estados Unidos fracasaron en una operación militar en Mogadiscio, la capital de Somalia, que le costó la vida a 18 soldados norteamericanos e hirió a 73 y que incluyó el derribo de 5 poderosos helicópteros de combate "Black Hawk.
Lo que no se dice es que el incidente se produjo en respuesta a un ataque masivo e indiscriminado del ejército norteamericano a la ciudad que mató a incontables somalíes (17). Esta operación fue incluso llevada a la pantalla en la película “Black Hawk, derribado en combate” dirigida por Ridley Scott, por supuesto convirtiéndola en heroica propaganda de los intereses humanitarios de la intervención del ejército de los EEUU y ocultando su verdadero contexto.
Más tarde el equipo del cineasta se implicó en la realización de una película, difundida por todos los medios de desinformación, sobre el heroico salvamento de una mujer del ejército USA durante la última guerra de Iraq. Lo que vimos era un fraude de guerra presentado como un reportaje, como ella misma denunció: No había sido secuestrada, al contrario los iraquíes la asistieron médicamente tras un accidente, intentaron devolverla a sus líneas (pero les dispararon) y no había ninguna resistencia en el hospital donde se encontraba atendida. También hubo una secuela del incidente y de la película en forma de videojuego para ir entrenando a los niños en las invasiones “humanitarias”.
En Somalia es destacable el hecho de que los helicópteros fueron derribados por algunos señores de la guerra, a los que luego Estados Unidos terminó apoyando para contrarrestar el creciente poder de los Tribunales Islámicos. Aunque nunca lo reconocieron, en su invasión de 1993 hay pruebas de que los Estados Unidos utilizaron armas radiactivas en Somalia como lo indica un comunicado en octubre 1993 de advertencia a los médicos norteamericanos de que “podrían encontrarse con soldados contaminados radiactivamente” (18). Los señores de la guerra somalíes durante los16 años que dominaron el país, lo dividieron en feudos, lo hundieron en el caos, en una creciente miseria, en la violencia y el desorden, pero lo más importante es que lo sometieron a una conveniente dependencia. Por eso no se planteó nunca en occidente una intervención humanitaria. En 1998, el mismo año en que Clinton y Al Gore bombardeaban en Sudán una fábrica de medicamentos de nuevo con la excusa del terrorismo (19), se creaba la Iniciativa Estadounidense de Respuesta a las Crisis Africanas (ACRI). Con la excusa de realizar “misiones humanitarias” se desarrolló un amplio programa de entrenamiento militar con varios países africanos. Con la Administración Bush en 2001 el programa cambió de nombre y pasó a llamarse “African Contingency Operations Training and Asístance”, duplicándose su presupuesto. En 2005, ya se planteaba oficialmente la formación de 40.000 militares africanos en los cinco años siguientes, según un comunicado de la Casa Blanca. Los entrenamientos incluyeron además de Etiopía a Uganda, Malawi, Ghana, Senegal, Costa de Marfil, Benin, Malí o Kenia (20). Las Cortes Islámicas Unidas ICU fueron creciendo como una organización de base de la mayoría de la población a pesar de que los señores de la guerra somalíes, al igual que los de Afganistán, eran financiados por los Estados Unidos.
Progresivamente pero en poco tiempo la ICU logró llevar la ley y orden a todo el país, eliminaron las drogas y las armas de las calles, hicieron accesibles los servicios básicos de atención sanitaria y educación, aportaron estabilidad a la sociedad civil, se aseó la ciudad, los puertos marítimos y los aeropuertos volvieron a abrirse para el tráfico comercial, etc. (21)
Un mal ejemplo. A pesar de estos logros, o más bien a causa de ellos, el gobierno de Bush los metió en el amplio saco del terrorismo. Sin ninguna evidencia de que Somalia albergase a terroristas de Al Qaeda y mucho menos que representase una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Mientras, la CIA trabajaba en secreto con los señores de la guerra somalíes. Pero a pesar del dinero de Estados Unidos inyectado a varios señores de la guerra, no pudieron imponer su autoridad sobre la población harta de sus desmanes (22).
Mientras tanto, el Pentágono también trabajaba con el ejército de Etiopía por si acaso su estrategia con los señores de la guerra somalíes fracasaba, como efectivamente sucedió. En la revista del ejército norteamericano “Stars and Stripes”, del 30 de diciembre puedes leer el estúpido testimonio de uno de los instructores americanos que estaban entrenando a soldados etíopes, Hill Flippo del campo Hurso cerca en la ciudad de Dire Dawa, en Etiopía: “Siento que ahora estoy ayudando a luchar en la guerra en terror. El conocimiento que estamos dando a estos soldados es lo que él utilizará si entra y lucha en Somalia, Eritrea o dondequiera que sea” (23).
En 2006 la mayoría de la población de Somalia, harta del caos y encabezada por la Unión de Cortes Islámicas UCI, fue ganando terreno a los señores de la guerra. En junio 2006 Estados Unidos creó el Grupo de contacto internacional sobre Somalia intentando adelantarse a lo que iba a pasar inevitablemente.
En julio 2006, apoyados por una mayoría de la población los tribunales expulsaron a los llamados "señores de la guerra" no solo de la capital Mogadiscio, si no también de la mayor parte del país.
Como ya dije antes los medios de desinformación están ocultando qué sucedió realmente en Somalia tras este cambio.
Observadores neutros han reconocido que, por primera vez desde la caída del antiguo presidente Siyad Barre en 1991, por fin reinaban la calma y el orden.
Amina Mire, miembro eminente de la diáspora somalí reconoce que: “muchos somalíes que no son religiosos han visto como su seguridad mejoraba bajo la dirección de los Tribunales Islámicos. Queremos darles a estos tribunales el tiempo necesario para limpiar las calles de violencia. Después de haber restablecido el orden, estos tribunales habían podido progresivamente modernizar sus interpretaciones y aplicaciones de las leyes islámicas.
Una gran parte de los somalíes que viven en el extranjero estaban dispuestos a volver al país una vez que la paz y la seguridad fuesen restablecidas. Pero hoy, hemos vuelto a esta horrible época, en la que se veía a adolescentes armados con AK-47 instalados detrás de una camioneta aterrorizando a la población” (24) Recordemos que la emigración en Somalia es importante. Desde 1991, unos 3 millones de somalíes han salido del país, fundamentalmente hacia los países limítrofes: Etiopía, Djibuti y Kenia.
Mohamed Hassan, hijo de un miembro de la resistencia contra el régimen del emperador Haile Selasie y escritor independiente en política medio-oriental y africana describe así la situación de los emigrantes: “Una gran cantidad de diáspora somalí estaba dispuesta a volver a Somalia, y reconstruir el país, una vez que la paz y la seguridad fueran aseguradas. Muchos son gente secular moderna que intenta ayudar a su país a pesar de la corrupción de los señores de la guerra. Y son muy ingeniosos en hacer eso. Por ejemplo, a pesar de todo el caos, Somalia es uno de los pocos países africanos en donde cada aldea tiene buenas instalaciones de comunicación del teléfono. Hay un sistema de actividades bancarias informal (1 mil millones $ por año). Hay cinco vías aéreas privadas y así sucesivamente. Cuando los hombres de negocios somalíes fueron a la embajada de EEUU en Nairobi a invitarlos a que viniesen a Somalia y viesen por sí mismos, que no había miembros de Al Qaeda en las cortes islámicas. Los norteamericanos rechazaron la oferta.”(25)
Evidentemente, los EEUU no aceptaron el desafío, porque ya sabían que no había terroristas de Al Qaeda en el país. Al Qaeda era una vez más su coartada para iniciar una nueva guerra contra el terrorismo para justificar cualquier intervención en cualquier parte del mundo cuando les de la gana hacerla.
Estados Unidos con la complicidad de los medios de desinformación occidentales han demonizado a la UCI como los «Tribunales islámicos » y los han acusado sin pruebas de estar ligados a Al-Qaeda. Esto no es más que otra tapadera para justificar otra invasión absolutamente ilegal. Un montaje parecido al que se hizo en 2001 con los Talibanes para invadir Afganistán, con Iraq y sus terroríficas armas de destrucción masiva que cuatro años después de la invasión seguimos esperando que se encuentren.
Los logros de la población somalí y de la UCI para mejorar la vida de la mayoría de la gente en materia de pacificación y de independencia han sido ocultados por los medios de desinformación ya que eran evidentemente un mal ejemplo para la región y para todo el mundo.
Estados Unidos estuvo desde el principio implicado en el montaje de la guerra actual.
Estados Unidos por mediación de su títere Etiopía destrozó las Conversaciones de Paz en Somalia. La invasión tiene también como fin consolidar ese objetivo. El portavoz del parlamento provisional de Somalia (Sharif Hassan Sheikh Ada) ha criticado la intervención militar de Etiopía en Somalia, diciendo que las tropas etíopes no pueden conseguir la paz en las áreas anteriormente gobernadas por el movimiento islamista.
“Etiopía estaba detrás del colapso de las conversaciones de paz entre el gobierno provisional y los islamistas", dijo en Djibouti.
“Creo que la seguridad creada por los islamistas durante su gobierno de seis meses no puede ser recreada por las tropas etíopes, incluso si permanecen en Somalia durante otros seis años" (26).
El General John Abizaid, el comandante militar de EEUU que supervisó las operaciones militares en Oriente Medio, Asia Central, y el Cuerno de África, tuvo una reunión con el Primer Ministro de Etiopía el 4 de diciembre de 2006.
Unas tres semanas antes de que los Estados Unidos y Etiopía invadieran militarmente Somalia (27).
EEUU organizó una operación de la CIA, desde Nairobi, para levantar a los caudillos de la guerra, odiados por la población de Somalia contra los tribunales islámicos, según un ex-agente de inteligencia que conoce bien la región.
Un analista de Somalia en Nairobi dijo que “los islamistas se llevaron la mayor parte de la culpa injustamente, ya que el gobierno minoritario de Somalia que de hecho había sido acorralado no tenía intenciones de compartir el poder en ningún momento. Yo creo que la decisión de ir a la guerra fue tomada en algún momento de octubre por Etiopía y Estados Unidos” (28). Estados Unidos no solo incrementó su intervención en Etiopía y en Somalia, además presionó a la ONU para que votase una resolución ambigua que supuestamente justificaba a Etiopía para invadir Somalia (29, 30).
---fin del mensaje nº 1---
Última edición por pedrocasca el Dom Ago 26, 2012 7:53 pm, editado 1 vez