texto del sociólogo Justo de la Cueva
publicado en BOLTXEVIKE, NEGUA-2002, Nº3
tomadado en septiembre de 2012 de la web de red Roja, en donde se publicó en diciembre de 2011
La independencia: Imprescindible y urgente para las naciones sin estado
Hoy la biodiversidad cultural de la Humanidad está en peligro. Es, literalmente, una cuestión de vida o muerte para un buen puñado de pueblos, de naciones sin Estado. Hoy, dentro de la que muchos pensamos que es la crisis terminal del Modo de Producción Capitalista, el Capital Monopolista Internacionalizado ha desencadenado una agónica y feroz ofensiva a escala planetaria para recuperar su desfalleciente tasa de ganancia.
Esa ofensiva incluye un bárbaro esfuerzo por destruir culturas, por arrasar las diferencias, por eliminar las señas de identidad construidas durante siglos o milenios por los pueblos del planeta. Se trata de uniformar, de homogeneizar, de eliminar lo que hace peculiares, originales, diferentes y específicas a las naciones. Se trata de barrer de la superficie del planeta un grandísimo número de variantes del Homo Sapiens Nationalis. No matándolos, sino mutándolos. Convirtiéndolos a todos en lo que el africano Joseph Ki-Zerbo nombró como Homo Coca Colens.
Es claro que esa barbarie del capitalismo actual tiene un propósito racional detrás, y que parte de la evidencia de que el uniformado Homo Coca Colens, troquelado al yanqui modo, es un consumidor compulsivo y un explotado más dócil, más sumiso, más alineado que cualquier Homo Sapiens Nationalis.
Ese es el motivo de que el recurrente asunto que se enuncia como “El marxismo y la cuestión nacional” tenga hoy una actualidad mayor que nunca. Porque, para las naciones sin Estado (por ejemplo Euskal Herria, por ejemplo Galiza, por ejemplo los Países Catalanes, por ejemplo Canarias, por ejemplo Bretaña, por ejemplo Córcega), la consecución urgente de un Estado propio es hoy una condición necesaria, aunque no suficiente, para defender sus señas de identidad y sus culturas propias y, a la vez resistir al intento capitalista de incrementar la explotación y la extracción de plusvalor.
Lo triste es que haya aún, en tantos Estados opresores (el español y el francés entre otrros) tantos que se atreven a llamarse comunistas y que aún no han entendido eso de “El marxismo y la cuestión nacional”. Se trata de una vieja y triste cuestión. Se trata de un empecinamiento y una alineación que ignora la clarísima formulación de la correcta teoría y de la correcta práctica que tantos marxistas eminentes han hecho. Se trata de una increíble pero extendidísima mala lectura de nuestros clásicos.
Son legión, por ejemplo, los autonominados comunistas españoles que, aquejados de lo que Otto Bauer llamó “cosmopolitismo ingenuo”, despachan este importantísimo tema con una torpe cita del Manifiesto Comunista, la que recita la frase “Los obreros no tienen patria”, callando lo que a continuación escribieron Marx y Engels. El párrcafo completo dice:
“Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen. Más, por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués”.
Hay muchísimos más textos de Marx y Engels, tan enfáticos y nítidos como éste, o más.
Por ejemplo, Marx, en una carta a Engels el 2 de Noviembre de 1867, escribe:
“He tratado de suscitar por todos los medios una manifestación de los obreros ingleses a favor del fenianismo...Antes yo consideraba imposible la separación de Irlanda e Inglaterra. Ahora la considero inevitable”.
Por ejemplo, Marx, en otra carta del 30 de Noviembre del mismo año, escribe:
“¿Qué debemos aconsejar a los obreros ingleses? A mi juicio, deben hacer del Repela (ruptura) de la unión (de Irlanda con Inglaterra, es decir, con la separación de Irlanda e Inglaterra) un punto de su programa”.
Por ejemplo. El 18 de Noviembre de 1869, Marx escribe a Engels que ha pronunciado un discurso de una hora y cuarto, en el Consejo de la Internacional, sobre la actitud del gobierno británico respecto a la amnistía irlandesa, y que ha propuesto entre otras cosas:
“Se resuelve que, en su respuesta a la exigencia irlandesa de poner en libertad a los patriotas irlandeses, el señor Gladstone ultraja deliberadamente a la nación irlandesa; que Gladstone liga la amnistía política a condiciones igualmente humillantes, tanto para las víctimas del mal gobierno, como para el pueblo que ese gobierno representa; que el Consejo General de la asociación Internacional de los Trabajadores expresa su admiración ante la valentía, la firmeza y la elevación conque el pueblo irlandés desarrolla su campaña por amnistía”.
¡Menos mal que Marx está fuera del alcance del felón del juez Garzón! Porque, si no, le habría encarcelado como a los camaradas de Gestora pro Amnistía.
Sigamos, el 10 de Diciembre de 1869, Marx dice escribe:
“La clase obrera inglesa no podrá hacer nada, mientras no se desembarque de Irlanda.., la reacción inglesa, en Inglaterra, tiene sus raíces en la esclavización de Irlanda”.
Por ejemplo. En una carta del 20 de Noviembre de 1868, Engels señala “el odio que existe entre los obreros ingleses contra los irlandeses”, y cerca de un año más tarde ( 24 de Octubre de 1869), volviendo a este tema, escribe:
“Por el ejemplo de la historia irlandesa puede verse que desgracia es para un pueblo el haber sojuzgado a otro. Todas las infamias inglesas tienen su origen en la esfera irlandesa”.
Eso decían Marx y Engels. ¿Y Lenin? Bastará con decir que todas las citas anteriores están tomadas del fundamental libro de Lenin “Sobre el Derecho de las naciones a la autodeterminación”.
Dicho rápidamente: para cualquier comunista vasco es un deber luchar por la independencia de Euskal Herria. Y para cualquier comunista español o francés TAMBIÉN es un deber luchar por la independencia de Euskal Herria.