Una realidad espacial alternativa 2: ¿y si los soviéticos hubiesen sido los primeros en llegar a la Luna?
La carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética se inició con el lanzamiento del Sputnik en 1957 y finalizó con el pequeño paso de Neil Armstrong sobre la Luna en julio de 1969. A principios de 1968 ya era evidente que la URSS no podría poner un hombre sobre la Luna antes que la NASA, pero sí que pudo adelantarse en una misión alrededor de la Luna.
Los éxitos de los Apolo 8 y Apolo 11 enterraron los programas lunares soviéticos L1 -sobrevuelo lunar- y L3 -alunizaje-, respectivamente. A partir de entonces la URSS negaría categóricamente la existencia de un programa lunar tripulado soviético. ¿Pero qué hubiese pasado si los soviéticos hubieran sido los primeros en enviar un hombre alrededor de nuestro satélite? Sin duda, la historia de la conquista espacial habría sido muy distinta.
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Como en toda ucronía más o menos rigurosa, es necesario ser sincero con el lector y señalar el punto de divergencia con nuestra realidad. En este caso, he decidido que la ruptura tenga lugar antes del accidente de la Soyuz 1, un punto de inflexión clave en la historia del programa espacial soviético. En esta línea temporal imaginaria el gran Serguéi Koroliov no fallece en 1966 y el programa lunar N1-L3 no se resiente de su pérdida. Por otro lado, no se trata de un simple relato de ficción, así que he intentado ser lo más riguroso posible en mis especulaciones. Aunque en realidad sólo se traten de eso, simples especulaciones sobre lo que pudo haber sido y no fue. Dejo como ejercicio para el lector averiguar qué partes del relato son imaginarias y cuáles son reales total o parcialmente.
Con estas premisas en mente, prepárate para viajar a una realidad espacial alternativa. Allá vamos...
Camino a la Luna
Unión Soviética, 14 de enero de 1966. El Ingeniero Jefe Serguéi Koroliov se somete a una rutinaria operación quirúrgica. Koroliov sale por su propio pie del hospital, pero durante la intervención se le detecta un cáncer. No es la primera vez que el viejo ingeniero se enfrenta cara a cara con la muerte, pero esta ocasión parece la definitiva. Koroliov no sabe cuánto tiempo de vida le queda, aunque tiene muy claro que lo poco o mucho que le quede se va a dedicar a consolidar la posición de su oficina de diseño, la mítica OKB-1, rebautizada en 1965 como TsKBEM. Koroliov sabe que el resto de oficinas de diseño están esperando como hienas el mínimo signo de debilidad para hacerse con el control del programa espacial soviético. De hecho, Vladímir Cheloméi, el estirado jefe de la OKB-52 o TsKBM, ya le había arrebatado el desarrollo de importantes proyectos espaciales durante el mandato del voluble Nikita Jruschov. Para evitar que algo similar vuelva a ocurrir, Koroliov espera consolidar en su puesto a su fiel lugarteniente, Vasili Mishin, y convertirlo en un digno sucesor al frente de la OKB-1.
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Serguéi Koroliov (izquierda) y Vasili Mishin, los primeros jefes de la OKB-1/TsKBEM/Energía.
Serguéi Koroliov (izquierda) y Vasili Mishin, los primeros jefes de la OKB-1/TsKBEM/Energía.
La prioridad de Koroliov en esos momentos es el programa lunar. El Ingeniero Jefe hubiese preferido viajar a Marte, pero los americanos se habían empeñado en convertir la Luna en el nuevo campo de batalla mediático y los políticos soviéticos habían picado el anzuelo de Kennedy. Bien es cierto que habían empezado tarde y mal, pero en cualquier caso la Luna era el objetivo a alcanzar.
Mientras los Estados Unidos centran ingentes recursos en el programa Apolo, a mediados de los años 60 la URSS se dedica a malgastar un presupuesto muy inferior en una pléyade de proyectos espaciales. En esos momentos la URSS mantiene dos programas lunares tripulados. Sí, no uno, dos. El primero es el L1, cuyo objetivo es dar una vuelta a la Luna. El otro recibe el nombre de L3 y es el rival directo del Apolo. El programa L1 es una especie de monstruo de Frankenstein espacial. Aunque originalmente propuesto por Koroliov, Cheloméi se hizo con el control del mismo con la bendición de Jruschov. Cheloméi pretendía usar su flamante cohete Protón UR-500K para lanzar la nave LK-1 alrededor de la Luna, pero Koroliov volvió supervisar el programa una vez Jruschov fue apartado del poder. De acuerdo con el nuevo plan, se usaría el UR-500K de Cheloméi, pero con una nave Soyuz modificada y una etapa superior Blok-D, ambas fabricadas por la OKB-1.
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Programas L1 (izquierda) y L3 (Paco Arnau/Eureka).
Programas L1 (izquierda) y L3 (Paco Arnau/Eureka).
Pero es el programa L3 el verdadero dolor de cabeza de Koroliov. El L3 debe usar el cohete gigante N1 para lanzar una nave Soyuz LOK y un módulo lunar LK hacia la Luna. El N1 no fue diseñado originalmente para una misión de este tipo y a duras penas será capaz de poner en la superficie lunar el pequeño módulo lunar LK con un único cosmonauta. Aunque el gobierno soviético ha dado su apoyo oficial al programa N1-L3 de Koroliov en repetidas ocasiones, ese apoyo no se ha materializado en forma de rublos y los retrasos se acumulan. Para agravar la situación, el resto de oficinas de diseño sigue presentando proyectos para hacerle la competencia a la OKB-1. Koroliov se propone luchar con todas sus fuerzas para asegurarse el compromiso de las autoridades soviéticas con el programa lunar.
1967, el punto de inflexión
En abril 1967 la versión orbital de la nave Soyuz -denominada 7K-OK- ya está lista para llevar a cabo su primera misión tripulada. La Soyuz es la piedra angular de los dos programas lunares L1 y L3, de ahí el interés de Koroliov en sacarla adelante cuanto antes. Sin embargo, durante una inspección para asegurar la calidad de los vehículos ordenada por Koroliov unos meses antes, los ingenieros descubren que las dos primeras cápsulas que debían alcanzar el espacio presentan un defecto potencialmente letal. De acuerdo con lo previsto, las dos naves habían recibido un tratamiento de resina en un horno a alta temperatura para formar así el escudo térmico de ablación. El problema es que el tratamiento se llevó a cabo sin las cubiertas de los contenedores de los paracaídas. La comisión llega a la conclusión de que esta resina podría dificultar el despliegue de los paracaídas y causar una tragedia, así que se decide posponer la misión hasta subsanar este y otros problemas de la Soyuz.
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Nave Soyuz 7K-OK.
Nave Soyuz 7K-OK.
El 10 de marzo de 1967 le toca el turno a la versión de la Soyuz para sobrevuelos lunares, la 7K-L1 (básicamente, una Soyuz 7K-OK sin módulo orbital acoplada a una etapa de propulsión Blok-D). En esta misión no tripulada de prueba, el primer cohete Protón UR-500K de cuatro etapas logra situar la nave 7K-L1 2P en el espacio, aunque en ningún momento se intenta llevar a cabo una misión a la Luna o recuperar la cápsula. De esta forma se quiere evitar que los países occidentales averigüen la verdadera naturaleza de la nave, que será bautizada como Kosmos 146. Koroliov se muestra satisfecho con los resultados de esta misión, aunque el programa L1 también lleva un retraso más que considerable. En un principio, el Ingeniero Jefe pensó que sería viable lanzar un vuelo tripulado alrededor de la Luna en 1967, coincidiendo con el 50º aniversario de la revolución bolchevique, pero ahora resulta obvio que es imposible cumplir los optimistas plazos iniciales. A principios de año los estadounidenses sufren un serio revés con el accidente del Apolo 1, lo que le da a Koroliov una pequeña ventaja no esperada.
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Nave 7K-L1 para vuelos alrededor de la Luna (RKK Energía).
Nave 7K-L1 para vuelos alrededor de la Luna (RKK Energía).
Menos de un mes después, le toca el turno a la siguiente 7K-L1 no tripulada, que también alcanza el espacio y será conocida fuera de la URSS como Kosmos 154. No obstante, la etapa Blok-D no logra cumplir su función y la nave no alcanza la Luna. La OKB-1 iniciará un plan de choque para mejorar la 7K-L1 y la etapa Blok-D. Los dos siguientes lanzamientos, el 28 de septiembre y el 22 de noviembre, se saldarán en fracaso por culpa de fallos del UR-500K. Indignado, Koroliov se dirigirá al mismísimo Brezhnev para que presione a la oficina de Cheloméi y le exige que éste mejore la calidad del cohete Protón. Cheloméi cede y a finales de 1967 se realizarán varias pruebas suborbitales del Protón para depurar su diseño.
En verano de 1967 todo está preparado para el primer vuelo de la nave Soyuz después de haber recibido las modificaciones pertinentes. El 23 de julio despega desde Baikonur la Soyuz 1 -en realidad la Soyuz 7K-OK (A) nº 4- con Vladímir Komarov a bordo. El propio Yuri Gagarin, tripulante de reserva, lo acompaña hasta la nave. El vuelo se desarrolla con normalidad y al día siguiente despega la Soyuz 2 (7K-OK (P) nº 5) con Valeri Bykovsky, Alexéi Yeliseyev y Yevgueni Jrunov. Komarov acopla la Soyuz 1 con la Soyuz 2 haciendo uso del sistema de acoplamiento Iglá. Poco después, Yeliseyev y Jrunov realizan un paseo espacial con trajes espaciales Yastreb para pasar de la Soyuz 2 a la Soyuz 1, regresando a la Tierra junto con Komarov. Es el segundo paseo espacial en la historia de la cosmonáutica soviética y la primera vez que se intercambian tripulaciones en órbita, un paso muy importante de cara al programa lunar.
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Paseo espacial entre la Soyuz 1 y la Soyuz 2 (A. Sokolov).
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Tripulaciones de la Soyuz 1 y Soyuz 2 con Yuri Gagarin.
Paseo espacial entre la Soyuz 1 y la Soyuz 2 (A. Sokolov).
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Tripulaciones de la Soyuz 1 y Soyuz 2 con Yuri Gagarin.
En diciembre se repetirá el acoplamiento y actividad extravehicular en la misión de la Soyuz 3 y la Soyuz 4, en la que tomarán parte Vladímir Shatalov, Valeri Volynov, Valeri Kubasov y Víktor Gorbatko. Con esta misión, la URSS adquiere una amplia experiencia en el acoplamiento de vehículos en órbita. Koroliov está satisfecho, pero sabe que el futuro del programa lunar depende del desarrollo del cohete gigante N1, ahora convertido en un monstruo con 30 motores NK-15 en la primera etapa. Koroliov presiona para que las autoridades soviéticas destinen los fondos necesarios para realizar pruebas en tierra de la primera y segunda etapas del cohete, así como del sistema KORD que gestiona el encendido de múltiples motores. Koroliov tiene un éxito limitado, pero al menos logra que Brezhnev le pare los pies a Cheloméi y sus planes lunares, que pasaban por sustituir el N1 por el cohete UR-700.
1968, el año en el que los ojos humanos vieron la cara oculta de la Luna
El 2 de marzo de 1968 despega la siguiente Soyuz 7K-L1. Esta vez el cohete UR-500K funciona correctamente y la nave parte hacia la Luna. La URSS no puede esconder el objetivo real de esta misión, aunque la denomina oficialmente Zond 4 con la esperanza de que los estadounidenses no se den cuenta de su relación con el programa tripulado. Pero los americanos no pican el anzuelo. La nave aterriza el 9 de marzo tras una misión exitosa alrededor de la Luna. En abril, la Zond 5 repetirá el éxito de su hermana y realizará otra misión sin contratiempos, aunque debido a un problema en los sistemas de guiado la nave amerizará en el océano Índico y no en Kazajistán tal y como estaba previsto. Efectivamente, las naves 7K-L1 deben realizar una reentrada doble -o, como dicen al otro lado del charco, skip reentry- sobre el Polo Sur a 11 km/s para poder aterrizar en territorio de la URSS sin que los cosmonautas sufran una deceleración excesiva. Si la maniobra falla, la cápsula puede amerizar en el Índico. En cualquier caso, y a pesar de los fallos, al fin el programa L1 empieza a dar sus frutos.
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Un cohete UR-500K-L1 para misiones tripuladas alrededor de la Luna.
Un cohete UR-500K-L1 para misiones tripuladas alrededor de la Luna.
No obstante, justo entonces la desgracia golpea el programa espacial soviético. Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, muere en marzo durante un accidente de aviación mientras se entrenaba de cara a su próxima misión espacial en junio. Es un golpe demoledor para el cuerpo de cosmonautas y, especialmente, para Koroliov. Los héroes también pueden morir.
Pero la vida sigue y en junio de 1968 tiene lugar otra misión del programa Soyuz en órbita baja. En esta ocasión, se lanzan nada más y nada menos que tres naves 7K-OK en el espacio de pocos días. La Soyuz 5 con Andrián Nikolayev y Vitali Sevastyanov filman el acoplamiento en órbita de las Soyuz 6 y 7 a 400 metros de distancia. Dentro de las otras dos Soyuz viajan Georgi Shonin, Georgi Grechko, Anatoli Filipchenko y Víktor Gorbatko. Pese a algunos problemas, todo se desarrolla con normalidad.
Los planes lunares soviéticos no pasan desapercibidos. En agosto de 1968 la CIA informa a la NASA de los progresos en el programa lunar tripulado soviético y de la verdadera naturaleza de las sondas Zond. La CIA sabe que la URSS no puede poner un hombre en la superficie lunar antes que el Apolo, pero sí que podría lanzar un cosmonauta alrededor de la Luna. A resultas del informe de la CIA, cunde el pánico dentro de la agencia espacial norteamericana, temerosa de que se repita otro 'momento Sputnik'. Se decide entonces que el Apolo 8 vuele hacia la Luna en diciembre de 1968, en vez de limitarse a probar en órbita baja el módulo lunar como estaba previsto en un principio. De todas formas, el módulo ya acumula varios retrasos y no estará listo hasta 1969. La decisión será oficialmente anunciada el 12 de noviembre por el administrador de la NASA Thomas Paine.
Koroliov se encuentra contra la espada y la pared. Su salud empeora y los americanos amenazan con arrebatarle el triunfo. Pero no es la primera vez que trabaja bajo presión. El lanzamiento del Sputnik y de Gagarin tuvieron lugar en circunstancias muy parecidas. Koroliov vuelve a insistir ante el gobierno soviético para que destine más fondos al programa lunar. Sin un compromiso firme por parte del Kremlin, no tiene sentido jugar a este juego.
El 15 de septiembre despega otra nave 7K-L1, la Zond 6. Esta vez el vuelo es totalmente perfecto y la cápsula realiza la maniobra de skip reentry sin problemas. Durante el vuelo, los cosmonautas Popóvich y Bykovsky simulan las comunicaciones con la nave desde la estación de Yevpatoria, Ucrania, y hablan con el control de tierra como si fuera una misión tripulada real. Las fotografías de la Tierra desde la Luna tomadas por las cámaras de la nave entusiasman a los cosmonautas. Es posible que ojos humanos puedan contemplar ese paisaje muy pronto.
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Una 7K-L1 antes de su lanzamiento acoplada a su etapa Blok-D (RKK Energía).
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Lanzamiento de un Protón UR-500K-L1.
Una 7K-L1 antes de su lanzamiento acoplada a su etapa Blok-D (RKK Energía).
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Lanzamiento de un Protón UR-500K-L1.
En octubre la NASA lanza con éxito el Apolo 7, la primera misión después del accidente del Apolo 1. La carrera se acelera. Quedan tres ventanas de lanzamiento adicionales para un viaje tripulado hacia la Luna desde Baikonur antes del vuelo del Apolo 8 en diciembre. La ventana de diciembre se abre antes para la URSS que para los EEUU, así que incluso en caso de elegir esa fecha, la Unión Soviética podrá adelantarse al Apolo 8. En octubre y noviembre se lanzan las Zond 7 y 8, que resultan un éxito rotundo. Koroliov decide entonces que es hora de ir a por todas. En diciembre despegará la primera misión tripulada hacia la Luna.
¿Pero quién debe viajar en este vuelo histórico? El general Nikolái Kamanin, encargado del Centro de Entrenamiento de Cosmonautas TsPK selecciona varias tripulaciones. En principio, Alexéi Leónov y Oleg Makárov son los favoritos. No en vano, Leónov, el primer ser humano en realizar un paseo espacial, es un héroe nacional. Pero a medida que la fecha del lanzamiento se acerca, Kamanin se decanta por Valeri Bykovsky y Nikolái Rukavíshnikov, una elección que es del agrado de Koroliov. En cualquier caso, cuatro tripulaciones llevan desde enero entrenándose de forma intensiva en el simulador de la Soyuz 7K-L1 de la Ciudad de las Estrellas, apodado Volchok.
El 9 de diciembre de 1968 es un día histórico. Bykovsky y Rukavíshnikov se dirigen hacia la rampa de lanzamiento bajo la atenta mirada de la comisión estatal. Por primera vez, un cohete Protón cargado con combustibles altamente tóxicos despegará con tripulación. Los dos cosmonautas suben en ascensor por la torre de servicio móvil y se introducen en la pequeña cápsula de la 7K-L1 a través de la escotilla superior. Sin módulo orbital, el espacio interno de la L1 es ciertamente claustrofóbico, pero nadie dijo que entrar en los libros de historia fuese fácil.
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El Protón UR-500K-L1 camino de la rampa. La escotilla roja es por dónde se introducen los cosmonautas (RKK Energía).
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Esquema de una misión Zond/L1 (Paco Arnau/Eureka).
El Protón UR-500K-L1 camino de la rampa. La escotilla roja es por dónde se introducen los cosmonautas (RKK Energía).
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Esquema de una misión Zond/L1 (Paco Arnau/Eureka).
El cohete Protón UR-500K-L1 despega sin problemas y la nave alcanza la órbita baja. Ahora le toca el turno a la etapa Blok-D, que enciende su motor a base de queroseno y oxígeno líquido para que la nave alcance la velocidad de escape de 11 km/s. Bykovsky y Rukavíshnikov se convierten así en los primeros seres humanos en viajar a la 'Segunda Velocidad Cósmica'. La unión Soviética anuncia a bombo y platillo el lanzamiento. Como es tradición en el programa espacial soviético, se decide poner un nombre propio a la primera misión tripulada de la nave 7K-L1. El nombre 'Zond 9' no es demasiado llamativo, como tampoco lo es 'Soyuz 8'. Finalmente, se escogerá el nombre Zaryá ('amanecer' o 'aurora' en ruso) para este histórico vuelo.
El viaje hasta la Luna se desarrolla sin incidentes y la tripulación supervisa el funcionamiento de los sensores de la nave, realizando varias tareas de navegación suplementarias usando un sextante. Los dos cosmonautas sobrevuelan la cara oculta de la Luna a 3000 kilómetros de distancia. Las imágenes de televisión de los cráteres lunares, aunque borrosas, cautivan al mundo. Tras realizar varios encendidos del motor S5.53 para corregir la trayectoria, la Zaryá 1 aterriza en las estepas de Kazajistán una semana después de haber despegado. Las fotografías de la Tierra vista desde la Luna tomadas por los cosmonautas se convierten en un icono de la época
El triunfo propagandístico para la URSS es demoledor. Aunque los soviéticos no hayan puesto un hombre sobre la Luna, lo cierto es que poca gente se da cuenta de la diferencia. La sensación de derrota en la NASA es apabullante y la Casa Blanca empieza a pedir explicaciones sobre cómo es posible que el proyecto espacial más caro de la historia no haya conseguido vencer a la URSS. Por otro lado, el éxito es una oportunidad de oro para que las autoridades soviéticas se comprometan plenamente con el programa N1-L3. Ahora que el mundo sabe que la URSS tiene un programa lunar tripulado, no hay marcha atrás. El 21 de diciembre la NASA lanza el Apolo 8. Borman, Lovell y Anders no se limitan a sobrevolar nuestro satélite y por primera vez entran en órbita lunar, pero para el público norteamericano su misión sabe a poco después del éxito soviético.
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La Tierra vista desde una nave Zond/L1.
La Tierra vista desde una nave Zond/L1.
Del Apolo 11 en adelante
El 20 de enero la URSS intenta repetir el éxito de la Zaryá 1. Alexéi Leónov y Oleg Makárov se sientan dentro de su nave 7K-L1. Desgraciadamente, un fallo de la primera etapa del cohete Protón durante el despegue obliga a abortar el lanzamiento. La torre de escape SAS se activa y la cápsula con los cosmonautas se aleja del cohete en llamas. Leónov y Makárov aterrizan ilesos a pocos kilómetros de distancia de la rampa sanos y salvos. La URSS intenta ocultar el incidente, pero la inteligencia norteamericana pronto lo averigua y rumores sobre cosmonautas muertos recorren Occidente. Está claro que a pesar del reciente programa de calidad, el Protón puede mejorarse aún más. Se inicia un nuevo plan de choque para aumentar la fiabilidad del lanzador.
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Alexéi Leónov
Alexéi Leónov
El 19 de febrero, apenas un mes después del accidente, se lanza la primera sonda lunar Ye-8 con otro cohete Protón. A resultas de la comisión de investigación del último accidente del Protón, se descubre que la cofia diseñada para esta misión no era la apropiada y se cambia poco antes del lanzamiento. La sonda Ye-8 nº 201 será conocida como Luna 15, pero una vez en la superficie lunar la URSS revela que se trata en realidad de un vehículo automático denominado Lunojod. La misión del primer Lunojod provoca otro revuelo mediático en Estados Unidos. Está claro que la URSS parece ir en cabeza en esta competición.
Tras el éxito del programa L1, ahora le toca el turno al L3. El 21 de febrero despega el primer cohete N1, el mayor lanzador soviético jamás construido. El cohete, con el número de serie 3L, resulta destruido por un fallo del sistema KORD a la hora de gestionar los 30 motores NK-15 de la primera etapa. Obviamente las pruebas en tierra y el aumento de fondos no han sido suficientes. Koroliov peleará con todas sus fuerzas con el fin de conseguir los fondos necesarios para un programa de pruebas a gran escala, poniendo especial énfasis en las vibraciones del cohete causadas por efecto de las ondas de choque acústicas.
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Cohete N1 (Paco Arnau/Eureka).
Cohete N1 (Paco Arnau/Eureka).
En marzo y mayo la NASA lleva a cabo sin incidentes las misiones Apolo 9 y Apolo 10, respectivamente. Aunque el mundo espera que en cualquier momento despegue por sorpresa una misión de alunizaje soviética, eso no va a ocurrir. Los Estados Unidos no tienen competidor real en la carrera por el primer alunizaje y la URSS sólo puede esperar que una catástrofe retrase lo inevitable.
El simpático Lunojod 1 logra desviar la atención del programa Apolo durante cierto tiempo, pero poco a poco el temor al éxito del Apolo 11 se impone. La URSS intentará traer muestras del suelo lunar antes que el Apolo usando una sonda automática Ye-8-5. El 14 de junio despega la Ye-8-5 nº 204, conocida como Luna 16. Desgraciadamente, la sonda se estrella poco después al intentar alunizar.
El 3 de julio la oficina de Koroliov vuelve a intentar lanzar el N1 desde el Área 110 de Baikonur. Esta vez es el vehículo 5L, un cohete que ha recibido varias mejoras en su diseño a raíz del accidente del 3L. Debido a un fallo en la segunda etapa, el cohete no alcanza la órbita, pero al menos se comprueba que la primera etapa es capaz de funcionar correctamente. Sin duda, las pruebas en tierra empiezan a mostrar su influencia positiva en el diseño de este complejo lanzador.
Poco después de este fracaso, el 21 de julio Neil Armstrong se convierte en el primer ser humano en pisar la Luna. Todo el mundo se olvida de los éxitos del Lunojod y la NASA disfruta de un triunfo merecido, aunque no todo lo rotundo que hubiese esperado. El 7 de agosto despega la Zaryá 2 -apodada Zaryá 2B en Occidente- con Pável Popóvich y Vitali Sevastyánov. Tras rodear la Luna, amerizarán el 15 de agosto en el océano Índico, ya que un fallo de los sensores de posición impide que la nave realice la reentrada doble. Los cosmonautas sufren algunas heridas leves debido a la elevada aceleración de la reentrada, pero son rescatados por los buques soviéticos estacionados en la zona. Su misión resulta menos dramática después del Apolo 11, pero al menos demuestra que los soviéticos siguen plantando cara a la NASA.
Lamentablemente, a finales de agosto fallece Serguéi Koroliov y el mundo conoce al fin el nombre del mítico 'Ingeniero Jefe'. Su nombre había sido un secreto de estado hasta esos momentos. Koroliov desaparece después de haber logrado encarrilar el programa lunar tripulado y tras desactivar la competencia directa de las otras oficinas de diseño. Al frente de la OKB-1 lo sucede Vasili Mishin. Aunque no dispone de los contactos ni del carisma de su predecesor, al menos tiene el camino allanado.
El 23 de septiembre se lanza la sonda Luna 17, la Ye-8-5 nº 403, que traerá muestras de la superficie lunar a la Tierra de forma automática. La URSS afirma entonces que su combinación de vuelos circumlunares tripulados y sondas automáticas de superficie es más eficiente que el programa Apolo. Por supuesto, no se menciona la existencia del programa L3.
Precisamente, en octubre tiene lugar una misión tripulada Soyuz para probar el sistema de acoplamiento Kontakt que usarán la Soyuz LOK y el módulo lunar LK en una misión de alunizaje. Hasta ese momento, las Soyuz 7K-OK habían empleado el sistema Iglá. La Soyuz 8 con Anatoli Filipchenko y Georgi Grechko actuará como nave activa, mientras que la Soyuz 9 con Georgi Dobrovolski y Víktor Patsayev será la nave pasiva, imitando el papel del módulo lunar LK.
Un mes después parte hacia la órbita baja terrestre sin tripulación una nave 7K-L1E. Varios lanzamientos de estas naves servirán para probar en el espacio determinados sistemas de las complejas Soyuz LOK lunares. En diciembre de 1969 despega por fin el tecer cohete N1. Es el 4L, el primer vehículo que ha recibido modificaciones exhaustivas tras las pruebas en tierra. El cohete funciona correctamente y sitúa una nave 7K-L1S en órbita terrestre, aunque el complejo no logra poner rumbo a la Luna y reentra en la atmósfera poco después. Aún así, son muy buenas noticias para Mishin. Por primera vez, un N1 ha demostrado que puede alcanzar la órbita.
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Soyuz 7K-L1S. Una 7K-L1 con sistemas de la LOK.
Soyuz 7K-L1S. Una 7K-L1 con sistemas de la LOK.
En abril de 1970 se lleva a cabo otra misión tripulada Soyuz para probar el sistema Kontakt. Las Soyuz 10 y 11 son lanzadas con Lev Vorobiov, Valeri Yazdovski, Valeri Lazarev y Valeri Kubasov. Lazarev y Kubasov sufrirán una despresurización parcial de la cápsula durante la reentrada. Aunque los cosmonautas logran cerrar la válvula defectuosa y salvan su vida, la OKB-1 decide entonces introducir trajes de presión Sokol en todas las naves Soyuz.
El N1-6L despega con éxito en mayo de 1970 con una Soyuz LOK sin tripulación y una maqueta del LK como lastre. La Soyuz LOK entra en órbita lunar y se dedica a fotografiar en alta resolución posibles lugares de alunizaje. Días después, ameriza en el Índico. Es la primera misión exitosa de una Soyuz LOK a la Luna, aunque en esta ocasión el vehículo no estaba dotado de sistemas de soporte vital. Durante todo 1970 y 1971 se lanzan varias naves T1K y T2K en órbita baja. Las T1K son modelos de ingeniería de la Soyuz LOK, mientras que las T2K son misiones para probar el módulo lunar LK en órbita terrestre. Al mismo tiempo, Bykovsky, Jrunov y Leónov se entrenan intensivamente para el primer alunizaje soviético usando helicópteros Mil Mi-9 modificados.
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Soyuz LOK en la Luna
Soyuz LOK en la Luna
En septiembre, el lanzamiento de la Zaryá 3 con Valeri Voloshin y Nikolái Rukavíshnikov vuelve a recordar al mundo que la URSS no se ha olvidado de la carrera lunar. El tercer vuelo soviético a la Luna transcurre sin problemas. El primer N1 equipado con naves Soyuz LOK y LK plenamente operativas despega en noviembre. Sin embargo, un fallo en la primera etapa del N1-7L impide que alcancen la órbita. A estas alturas, la NASA ya ha enviado dos misiones a la superficie lunar, aunque el accidente del Apolo 13 vuelve a dar a los soviéticos algo de ventaja.
Por fin, en febrero de 1971 el N1-8L logra mandar a la Luna una Soyuz LOK y un LK completos. Se trata del primer N1 con motores mejorados NK-33 en su primera etapa, lo que permite aumentar la capacidad de carga en órbita baja en unas cuantas toneladas. Una vez en órbita lunar, el LK realiza un descenso automático hasta la superficie usando la etapa Blok-D, mientras que la Soyuz LOK cartografía la Luna antes de regresar a la Tierra. El LK aluniza en el Mare Imbrium cerca del Lunojod 1, la zona elegida para el primer alunizaje tripulado.
En junio de 1971 tiene lugar el primer lanzamiento tripulado de un N1. La misión N1-9L, denominada Zaryá 4, manda una Soyuz LOK a la órbita lunar con Yevgueni Jrunov y Víktor Patsayev. En esta ocasión, el N1 no transporta ningún módulo LK para simplificar el plan de vuelo. Jrunov y Patsayev comprueban el buen funcionamiento de los sistemas de la LOK en órbita lunar y fotografían la región del Mare Imbrium.
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Los LK llevarían un pequeño rover y sondas automáticas (Novosti Kosmonavtiki).
Los LK llevarían un pequeño rover y sondas automáticas (Novosti Kosmonavtiki).
Mishin se muestra confiado y en enero de 1972 se lleva a cabo el lanzamiento del N1-10L. En la misión Zaryá 5, Anatoli Voronov y Georgi Shonin orbitan la Luna durante varios días y supervisan el descenso automático de un LK. Posteriormente se acoplan en órbita lunar con el LK mediante el sistema Kontakt y realizan una actividad extravehicular con los trajes Krechet y Orlán.
Por fin, en diciembre de 1972 tiene lugar el primer alunizaje tripulado soviético. Oleg Makárov y Alexéi Leónov parten al espacio en el N1-11L. Una vez en órbita lunar, Leónov se pone su traje Krechet y realiza un paseo espacial hasta el LK, situado bajo la Soyuz LOK y rodeado por una cubierta protectora. El aterrizaje es arriesgado. A diferencia del LM del Apolo, el LK no realiza el descenso hasta la superficie con sus motores exclusivamente, sino que también emplea la etapa Blok-D. A poca altura, la etapa es descartada y el motor del LK debe encenderse para completar el frenado y poder alunizar. Por suerte para Leónov, la mayor parte de procedimientos están automatizados, aunque él se ha entrenado muy duramente para esta crítica fase final. El LK aterriza a poca distancia del anterior módulo lunar lanzado en la misión N1-8L. En teoría, en caso de emergencia Leónov podría usar este LK para regresar a la órbita lunar si el motor de su módulo no funcionase. Sin embargo, poco después se descubrirá que Leónov aterrizó demasiado lejos del LK de emergencia para poder usarlo. Durante la misión Zaryá 6, Alexéi Leónov se convierte en el primer ciudadano soviético y en la 11º ser humano en pisar la Luna. Leónov explora el Mare Imbrium durante unas horas mientras Makárov le espera pacientemente en órbita lunar dentro de la Soyuz LOK. Las huellas del traje Krechet marcan el regolito lunar y la bandera soviética 'ondea' cerca del LK. Pocas horas después, Leónov se sube al LK y enciende su motor para alcanzar la órbita. Makárov maniobra la Soyuz LOK para acoplarse con la parte superior de la cabina del LK mediante el sistema Kontakt. Leónov realiza otra actividad extravehicular para llevar las muestras lunares hasta el módulo orbital de la LOK, mientras Makárov lo ayuda enfundado en su traje Orlán.
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Así hubiese sido la huella que habría dejado Leónov con el traje Krechet (Novosti Kosmonavtiki).
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Un traje lunar Krechet-94 (Eureka).
Así hubiese sido la huella que habría dejado Leónov con el traje Krechet (Novosti Kosmonavtiki).
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Un traje lunar Krechet-94 (Eureka).
El azar quiere que el primer alunizaje soviético casi coincida en el tiempo con la misión Apolo 17, durante la cual Cernan y Engle exploraron el valle de Taurus-Littrow. Aunque la administración Nixon estuvo apunto de cancelar las misiones lunares Apolo más allá del Apolo 17, los éxitos soviéticos obligan a replantearse esta decisión. Finalmente, la NASA decide lanzar en 1973 la estación espacial Skylab y tres misiones tripuladas a la misma. Pero a partir de 1974 se retoman los alunizajes. Primero le toca el turno al Apolo 18. Richard Gordon, Harrison Schmidt y Vance Brandt exploran las colinas Marius. Le sigue el Apolo 19 con Fred Haise, William Pogue y Gerald P. Carr, que estudiarán el misterioso cráter Copérnico. Por último, Stuart Roosa, Jack Lousma y Don Lind investigarán el espectacular cráter Tycho durante el Apolo 20.
La siguiente misión de alunizaje soviética tendrá lugar en 1973. Valeri Bykovsky logrará pisar la Luna ayudado desde la órbita por Anatoli Voronov. Pero esta misión será la última del programa N1-L3. Mishin considera que este plan es demasiado arriesgado y desde 1971 se dedica a desarrollar el programa N1-L3M. Este nuevo plan hará uso de un N1 mejorado denominado N1F dotado de una cuarta etapa criogénica Blok-SR con un motor 11D56M de la oficina de Isayev y una capacidad de carga en órbita baja de 105 toneladas, diez toneladas más que la primera versión del lanzador.
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Entrenamiento con el LK: 'un pequeño paso para un proletario, pero un salto de gigante para el Homo Sovieticus' (Novosti Kosmonavtiki).
Entrenamiento con el LK: 'un pequeño paso para un proletario, pero un salto de gigante para el Homo Sovieticus' (Novosti Kosmonavtiki).
Según el nuevo esquema de misión, dos cohetes N1F pondrán en órbita sendas etapas Blok-SR, una etapa Blok-D y un módulo lunar LKM-E. Este módulo de 24 toneladas, una especie de LK en esteroides, permitirá que dos o tres cosmonautas vivan en la Luna durante varios días. El primer lanzamiento de un N1F lanzará una etapa Blok-SR con una Blok-DM. La Blok-SR situará la Blok-DM alrededor de la Luna. El segundo N1F pondrá en órbita una etapa Blok-SR y el LKM con dos cosmonautas. Una vez en órbita lunar, el LKM se acoplará con la etapa Blok-DM y descenderá hasta la superficie. Si por cualquier motivo el LKM no pudiera acoplarse con el Blok-DM, la tripulación regresaría a la Tierra sin pisar la Luna. Una vez finalizada su misión, la tripulación despegará desde la superficie lunar y entrará en la atmósfera terrestre de forma directa, ya que la nave está dotada de una cápsula interna similar al SA de una Soyuz.
Antes de la entrada en servicio del N1F y el LKM, en 1973 la URSS lanza la estación militar OPS Almaz de Cheloméi, conocida en Occidente como Salyut. El programa Salyut le otorgará a Mishin el tiempo necesario para sacar adelante su programa lunar mejorado mientras la Unión Soviética mantiene una presencia en el espacio. Para ahorrar dinero, las OPS usarán las naves Soyuz de la OKB-1 y no las TKS de la oficina de Cheloméi.
El plan N1-L3M demuestra a la NASA que la URSS va en serio. El programa Apolo no ha logrado convencer al mundo de la superioridad tecnológica de los EEUU y la administración Nixon estudia a regañadientes algún proyecto que le permita a la NASA vencer a la URSS en el espacio de una vez por todas. El proyecto del transbordador espacial no parece muy atractivo para este cometido, por lo que se propone una misión tripulada a Marte, misión que será apoyada en su fase preliminar por la administración Carter.
Pero eso es otra historia...
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La Tierra desde la Luna vista desde una nave Zond/L1.
La Tierra desde la Luna vista desde una nave Zond/L1.
Referencias:
Sputnik and the Soviet Space Challenge, Asif A. Siddiqi (University Press of Florida, 2003).
Skriti Kosmos, Nikolái Kamanin (Ed. Mashinostroenie, 1995).
Raketi i Liudi, Borís Chertok (Ed. Mashinostroenie, 1999).
RKK Energia imeni S. P. Koroliova (Ed. Menonsovpoligraf, 1996).
Fuente; Eureka