El surgimiento del fascismo sólo se puede dar en períodos revolucionarios, en períodos de grandes crisis sociales, cuando no es posible ningún arreglo pacífico entre las clases, cuando la salida no puede ser otra que victoria de la reacción o victoria de la revolución. O dicho de otra forma: o socialismo o fascismo.
En estas situaciones de crisis social, la burguesía atrae a los sectores de la clase obrera menos concienciados, a través de discursos populistas, pseudoanticapitalistas, obreristas y nacionalistas hacia su causa y los organiza paramilitarmente como fuerza de choque contra contra militantes obreros, sedes de sindicatos, mítines etc. Todo ello bajo la base teórica de la "construcción nacional" y/o racial como empresa común superior y en hermandad de clases sociales" con tal de neutralizar los conflictos clasistas inevitables en estos momentos de crisis social.
Las causas del auge del fascismo en tiempos de crisis es debido también a la incapacidad de la clase obrera de tomar el poder y transformar la sociedad, debido sobre todo a la ausencia de de un partido comunista de masas, como también al bajo nivel de concienciación de éstas.
Sin embargo, tengamos presente que los grupúsculos fascistas van a existir siempre. Todos ellos con sus conexiones con el aparato del Estado. Según un informe publicado en Madrid en 1994, el 13% de los miembros de BB.AA. eran miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. La cuestión es apreciar cuando existe el peligro real del neofascismo. Sobre todo, identificar cuando un grupúsculo fascista puede adquirir una fuerza de masas. Para que esta variable pueda convertirse en realidad la sociedad tiene que entrar necesariamente en un período revolucionario.
Resultado: para combatir eficazmente a la nueva ola de fascismo que se nos avecina la receta es: lucha obrera, construir el partido revolucionario que sintonice con los reales intereses del proletariado y concienciación, mucha concienciación.
En estas situaciones de crisis social, la burguesía atrae a los sectores de la clase obrera menos concienciados, a través de discursos populistas, pseudoanticapitalistas, obreristas y nacionalistas hacia su causa y los organiza paramilitarmente como fuerza de choque contra contra militantes obreros, sedes de sindicatos, mítines etc. Todo ello bajo la base teórica de la "construcción nacional" y/o racial como empresa común superior y en hermandad de clases sociales" con tal de neutralizar los conflictos clasistas inevitables en estos momentos de crisis social.
Las causas del auge del fascismo en tiempos de crisis es debido también a la incapacidad de la clase obrera de tomar el poder y transformar la sociedad, debido sobre todo a la ausencia de de un partido comunista de masas, como también al bajo nivel de concienciación de éstas.
Sin embargo, tengamos presente que los grupúsculos fascistas van a existir siempre. Todos ellos con sus conexiones con el aparato del Estado. Según un informe publicado en Madrid en 1994, el 13% de los miembros de BB.AA. eran miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. La cuestión es apreciar cuando existe el peligro real del neofascismo. Sobre todo, identificar cuando un grupúsculo fascista puede adquirir una fuerza de masas. Para que esta variable pueda convertirse en realidad la sociedad tiene que entrar necesariamente en un período revolucionario.
Resultado: para combatir eficazmente a la nueva ola de fascismo que se nos avecina la receta es: lucha obrera, construir el partido revolucionario que sintonice con los reales intereses del proletariado y concienciación, mucha concienciación.