EL CAPITALISMO ES LA CRISIS, EL SOCIALISMO LA SOLUCIÓN.
En una explicación sencilla entendemos la producción como aquello que la sociedad produce para satisfacer sus necesidades.
A partir de esta definición nos damos cuenta, fácilmente, de que la producción tiene un evidente carácter social (la sociedad produce para satisfacer sus necesidades). Saco a relucir esto porque es aquí donde radica la principal contradicción inherente al modo de producción capitalista, el porqué decimos que el capitalismo es en sí mismo la crisis, que la crisis está en la propia naturaleza del capitalismo.
Sabemos que el modo de producción, el modo en que la sociedad produce lo que necesita, está determinado por el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones establecidas entre los individuos para organizar la producción. El grado de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción determinan a su vez el grado de desarrollo de la sociedad (la producción es la base de la sociedad, su infraestructura).
Resulta que en el capitalismo, las relaciones de producción se establecen entre aquellos que poseen los medios de producción (que son una minoría insignificante) y los que no los poseen (que son la inmensa mayoría), es decir, en el modo de producción capitalista los medios de producción son de propiedad privada. Esa insignificante minoría que tiene en su propiedad los medios que sirven para producir, necesita comprar a la inmensa mayoría que no posee los medios de producción su fuerza de trabajo (entendida ésta como la capacidad física y mental de realizar un trabajo) para producir aquello que la sociedad necesita. De esta forma, como apuntan Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: “La burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios”.
Ocurre pues en el modo de producción capitalista que la fuerza de trabajo es una mercancía más, por tanto su valor se establece como el de cualquier otra mercancía, atendiendo a la cantidad de trabajo necesaria para producirla, por lo que el valor de la fuerza de trabajo lo determina el valor de las mercancías que consume el trabajador. A su vez, el valor de la fuerza de trabajo y de las mercancías está intrínsecamente ligado al desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo, pues la cantidad de mercancías que el trabajador consume son producidas en menos tiempo, por lo que el tiempo de trabajo necesario para que el trabajador produzca las mercancías que consume, es menor al tiempo de trabajo que el trabajador trabaja para el capitalista que compró su fuerza de trabajo. Pongamos un ejemplo: el trabajador tiene una jornada laboral de 10 horas. En 3 horas el trabajador ya ha producido la cantidad de mercancías que consume en un día, por lo que las 7 horas restantes, el trabajador está trabajando gratuitamente produciendo mayor cantidad de mercancías, beneficiándose de esta situación el capitalista que compra al trabajador su capacidad de trabajo, es la plusvalía. En una explicación sencilla, ésta se entiende como la apropiación, por parte del capitalista, de los beneficios generados por el trabajador al que paga un salario proporcionalmente menor a éstos. Como apunta Lenin en Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo: “El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de las fábricas, de los instrumentos de trabajo. El obrero emplea una parte de la jornada de trabajo en cubrir el costo de su sustento y el de su familia (salario); durante la otra parte de la jornada trabaja gratis, creando para el capitalista la plusvalía, fuente de las ganancias, fuente de la riqueza de la clase capitalista”.
Siguiendo a Lenin, “el capital creado por el trabajo del obrero, oprime al obrero, arruina a los pequeños propietarios y crea un ejército de desocupados”. Tanto en la industria como en la agricultura, la gran producción se impone sobre la pequeña producción: “Al azotar la pequeña producción, el capital lleva al aumento de la productividad del trabajo y a la creación de una situación de monopolio para los consorcios de los grandes capitalistas. La misma producción va adquiriendo cada vez más un carácter social - cientos de miles y millones de obreros ligados entre sí en un organismo económico sistemático -, mientras que un puñado de capitalistas se apropia del producto de este trabajo colectivo”.
Esta concentración de la riqueza producida por los trabajadores, esta acumulación de capital por parte de la clase burguesa, va en proporción directa con el aumento de la miseria entre la clase obrera. Es una regla sencilla que podemos observar en la realidad económica-social de nuestros días: cuanto mayor es la concentración de capital en pocas manos, más destrucción de puestos de trabajo se produce. Esto tiene como consecuencia directa, tal y como apuntábamos anteriormente citando a Lenin, la creación de eso que Marx denominó “ejército industrial de reserva” (desempleados, obreros en paro), lo que permite al capitalista, al burgués, “chantajear” a los obreros que tienen trabajo precarizando sus condiciones laborales acentuando, de esta forma, su explotación laboral.
La concentración de la producción, de la riqueza, de las propiedades que los trabajadores producen y que los capitalistas, los burgueses se apropian, lleva aparejada la propia crisis capitalista, resultado de la contradicción que apuntábamos al principio entre el carácter social de la producción y la apropiación privada de capital. Las crisis capitalistas son crisis de sobreproducción, esto lo explica Marx a través de la llamada “Ley de la Caída Tendencial de la Tasa de ganancia” que, en un resumen rápido, consiste en que al capitalista le interesa única y exclusivamente el beneficio que consigue aumentando la tasa de ganancia. Para aumentar dicha tasa el capitalista invierte en capital constante (masa de capital invertida en medios de producción), lo que le permite producir mercancías en menos tiempo y al menor coste, compitiendo en condiciones ventajosas contra los demás capitalistas (de ahí que, como apuntábamos anteriormente, la pequeña producción no pueda competir con la gran producción, al poseer ésta, en comparación, una masa de capital mucho mayor a invertir en medios de producción). Esto aumenta la tasa de ganancia a corto plazo, pero a largo plazo, una vez generalizadas las nuevas condiciones de la producción y desarrolladas las fuerzas productivas, la tasa de ganancia disminuye al existir un excedente de mercancías por la imposibilidad de la sociedad de consumir todo lo que se produce. Al no venderse las mercancías, se desvaloriza el capital invertido llegando, incluso, a destruirse. Los pequeños propietarios cierran sus tiendas, muchas fábricas dejan de producir, se destruye el tejido industrial, se despide de forma masiva a los trabajadores, disminuyen los salarios y se precarizan las condiciones laborales (debido a la creación de ese Ejército industrial de reserva que mencionamos); citando nuevamente a Lenin: “Se intensifican la anarquía de la producción, las crisis, la carrera desesperada en busca de mercados, y se vuelve más insegura la vida de las masas de la población”.
Es por esto que el capitalismo es en sí mismo la crisis, que las crisis capitalistas tienen un carácter estructural: no es que sean un fenómeno aislado sino que son un fenómeno inherente al propio modo de producción capitalista. El capital al intentar aumentar sus ganancias consigue, precisamente, lo contrario.
Como vemos, lo único que aporta el capitalismo a la clase obrera es explotación, paro y miseria; por eso se hace necesaria su superación histórica, resolviendo esa contradicción básica a la que hacíamos referencia entre el carácter social de la producción y la apropiación privada de la riqueza producida por los trabajadores. La superación histórica del capitalismo, será el triunfo del proletariado en la lucha de clases, es decir, el socialismo, donde se socializarán los medios de producción y la riqueza generada se reinvertirá en la sociedad.
¡PORQUE SÓLO ÉL NOS LIBRARÁ DEL YUGO CAPITALISTA, SOCIALISMO O BARBARIE!