Tal vez sea ya conocido en este círculo marxista leninista que compone el foro comunista esta información pero no la ví subida. Desde una posición de "vigilar y castigar", las instituciones coercitivas en la URSS no lo son ni mucho menos como en el sistema capitalista, el cual se basa en apartar al individuo que cometio una falta y no darle una rehabilitacion, mientras que en el sistema comunista si se ocupan por una rehabilitacion.
Un universo concentracionario rico en
contradicciones
contradicciones
Como el terror, también el universo concentracionario
producido por él no presenta una marcha rectilínea y un paisaje
homogéneo: lejos de ser «un sistema estático», éste «gira como
una peonza» y en todo caso «pasó por ciclos de relativa
crueldad y relativa humanidad». Son las consideraciones de una
historiadora estadounidense, que no solamente describe del
modo más oscuro posible la historia comenzada en octubre de
1917, sino que se mofa también de los «estadistas occidentales»,
que se dejaron engatusar por un «exterminador» tan taimado
como Stalin y llegaron a sentir por él un sentimiento de
respeto389. De manera similar argumenta el libro de un
historiador ruso dedicado también a demostrar la equivalencia
de la URSS estalinista y el Tercer Reich. Sin embargo las dos
monografías, a las que me referiré sobre todo al analizar el
universo concentracionario en la Rusia soviética, narran una
historia bastante diferente de las intenciones de sus autores. Es
más, el cuadro esbozado por la historiadora estadounidense
podría ser intercambiado a ratos por un producto de la
propaganda soviética, si no fuese porque proviene de una autora
ferozmente anticomunista! Comencemos a examinarlo. En 1921,
mientras se intensifica la guerra civil, así funciona la prisión
moscovita de Butyrka:
A los prisioneros se les permitía salir libremente
de la prisión. Organizaban sesiones de gimnasia
de la prisión. Organizaban sesiones de gimnasia
matutinas, habían formado una orquesta y un coro,
creado un "círculo" surtido con revistas extranjeras y
una buena biblioteca. Según la tradición de la época
pre-revolucionaria, tras la liberación cada prisionero
dejaba sus libros. Un consejo de prisioneros asignaba
las celdas, algunas de las cuales estaban bien
acondicionadas, con tapices en el suelo y las paredes.
Otro prisionero recordaba: «Paseábamos a lo largo
de los pasillos como si fueran callejuelas». A Babina
[socialista revolucionaria] la vida en prisión le pareció
irreal: «¿conseguirán mantenernos encerrados?»
Otra socialista revolucionaria, arrestada en 1924 y enviada
a Savatievo, se ve felizmente sorprendida al encontrarse en un
lugar «en absoluto parecido a una prisión». No solamente puede
conseguirles a los prisioneros políticos provisiones alimentarias y
ropa en abundancia gracias a sus contactos, sino que también
convierte su celda en la sección femenina de los socialistas
revolucionarios. Algún año después, vemos cómo los detenidos
en el archipiélago de las Soloveckie, muchos de los cuales eran
científicos de San Petersburgo, disponen de un teatro, una
biblioteca de 30.000 volúmenes, y un huerto botánico, crean
«también un museo de la flora, la fauna, el arte y la historia
locales» y producen «revistas mensuales y periódicos en los que
aparecían viñetas satíricas, poesías llenas de nostalgia y relatos
sorprendentemente sinceros»390. Es cierto, el retrato del sistema
sorprendentemente sinceros»390. Es cierto, el retrato del sistema
carcelario que surge en el mismo período no es homogéneo. Y
sin embargo, los arriba citados no son casos aislados. Por otro
lado, incluso si se tratase de oasis felices y fugaces, su existencia
ya sería de por sí significativa.
Desde luego, no faltan las protestas, pero es interesante
leer las reivindicaciones (parcialmente acogidas) expresadas
mediante una huelga de hambre de prisioneros políticos (en su
mayor parte trotskistas):
Ampliar la biblioteca, integrarla tanto con
periódicos publicados en la URSS como al menos
con ediciones de la sección de la KI [Internacional
Comunista]; actualizar sistemáticamente las secciones
de economía, política y literatura, y la de obras en
lenguas minoritarias. Subscribirse al menos a una
copia de periódicos extranjeros. Permitir la
inscripción en cursos por correspondencia. Organizar
para tal fin un fondo cultural, como ocurre incluso en
los centros penitenciaros criminales [...]. Permitir la
introducción en la cárcel de todas las ediciones
extranjeras admitidas en la URSS, en particular los
periódicos extranjeros permitidos, sin excluir los
burgueses [...]. Consentir el intercambio de libros
[...]. Adquirir papel en cantidad no inferior a 10
cuadernos al mes por persona391.
Estamos en junio de 1931, y la fecha es significativa.
Mientras conllevan una masiva extensión del universo
concentracionario, por otro lado la llegada al poder de Stalin y la
campaña lanzada por él para la «liquidación de los kulaks como
clase» no modifican de manera radical la situación existente
dentro de tal universo. Esto no vale solamente para los
prisioneros políticos: «los comienzos de los años treinta [...]
fueron para los detenidos una época casi "próspera" e incluso
"liberal"». La dirección del Gulag muestra «cierta tolerancia
religiosa» y acoge la petición de una dieta vegetariana avanzada
por los pertenecientes a ciertas «sectas religiosas»392. Aquí
tenemos un esbozo de las colonias penales en el extremo norte a
comienzos de los años treinta:
Se necesitaban hospitales y los administradores
los construyeron, introduciendo sistemas para
preparar a algunos detenidos en la profesión de
farmacéuticos y enfermeros. Para suplir las
necesidades alimentarias, construyeron sus propias
granjas agrícolas colectivas, depósitos y un sistema
propio de distribución. Necesitando electricidad,
construyeron plantas eléctricas, y para satisfacer la
demanda de material de construcción, construyeron
fábricas de ladrillos.
Al necesitar obreros especializados, adiestraron
Al necesitar obreros especializados, adiestraron
a los que tenían. Muchos de los ex kulaks eran
analfabetos o semianalfabetos, y esto provocaba
problemas enormes cuando se debían afrontar
proyectos de una cierta complejidad técnica. De
hecho la administración de los campos proporcionó
escuelas de formación técnica, que a su vez exigieron
más edificios y nuevos cuadros de trabajadores,
profesores de matemáticas y física, así como
"instructores políticos" para supervisar su trabajo. En
los años cuarenta, Vorkuta, una ciudad construida
sobre un terreno permanentemente helado, donde las
calles debían ser reasfaltadas y las tuberías reparadas
cada primavera, tenía ya un instituto geológico y una
universidad, teatros, pequeños teatros de marionetas,
piscinas y guarderías.
Por «extraño» que pueda parecer, «el Gulag poco a poco
llevaba la "civilización", si así puede llamarse, a remotas zonas
deshabitadas»393.
Entre los dirigentes y los administradores, no faltan
personas que dan prueba de humanidad e inteligencia:
Por lo que parece Berzin aprobaba en gran
medida (es más, al menos por sus palabras, con
entusiasmo) las ideas de Gorki sobre rehabilitación
entusiasmo) las ideas de Gorki sobre rehabilitación
de los prisioneros. Exudaba benevolencia y
paternalismo y abrió para sus detenidos salas
cinematográficas y círculos de discusión, bibliotecas y
cafeterías "estilo restaurante". Plantó jardines con
fuentes, y creó un pequeño jardín zoológico. Además
pagaba un salario regular a los prisioneros y ponía en
funcionamiento la misma política del «préstamo
anticipado a cambio de un buen trabajo» que los
comandantes del canal del mar Blanco.394
Por otro lado, provocadas por la hambruna, la necesidad
de aumentar la productividad de los detenidos, la
desorganización y a menudo la incompetencia o rapacidad de los
dirigentes locales, «las tragedias abundaban»395. Especialmente
atroz es la que en 1933 asalta a los deportados que deberían
haber debido cultivar la isla de Nazino (Siberia occidental). Una
tarea que en seguida se prueba desesperada: sin instrumentos,
con las medicinas y el alimento notablemente disminuidos
durante el viaje, en una isla «completamente virgen», carente de
«construcciones de cualquier tipo» y de «víveres», los
deportados intentan sobrevivir alimentándose de cadáveres o
realizando actos de auténtico canibalismo. Son detalles extraídos
de una carta enviada por un dirigente comunista local a Stalin, y
después transmitidos a todos los miembros del Politburó, que en
cierto modo se mostraron escandalizados «la tragedia de Nazino
tuvo gran resonancia y fue objeto de investigación por parte de
tuvo gran resonancia y fue objeto de investigación por parte de
diversas comisiones»396. Claramente, la causante del horror no
había sido una voluntad homicida: estamos en presencia de «un
ejemplo significativo de cómo podían torcerse las cosas por la
simple ausencia de programación». Al menos hasta 1937 en el
Gulag «la gente moría aleatoriamente» a causa de la
desorganización. Lo que caracteriza al universo
concentracionario soviético es en primer lugar la obsesión por el
desarrollo, y tal obsesión, si por un lado provoca la ignominia de
Nazino, por el otro tiene consecuencias bastante diferentes.
Como en la sociedad en su conjunto, también entre los
detenidos se intenta estimular la «emulación socialista»: aquellos
que se distingan pueden disfrutar de «un suplemento alimenticio»
además de «otros privilegios». Y no es todo:
Y finalmente, los obreros más eficientes eran
liberados anticipadamente; por cada tres días de
trabajo en los que el plan era realizado al cien por
cien, a cada detenido se le descontaba un día de
condena. Cuando el canal [del mar Blanco] fue
completado a tiempo, en agosto de 1933, fueron
liberados 12.484 prisioneros. Muchos otros
recibieron medallas y premios. Un detenido festejó su
liberación anticipada con una ceremonia en la que se
realizó también la tradicional ofrenda rusa de pan y
sal, mientras los asistentes gritaban: «¡Hurra por los
constructores del canal!». En el arrebato del
constructores del canal!». En el arrebato del
momento, comenzó a besar a una desconocida.
Acabaron pasando la noche juntos en las orillas del
canal.397
A la obsesión productiva se le añade la pedagógica, como
muestra la presencia en los campos de una «Sección educativocultural
» (KVC), una institución en la que «los dirigentes
moscovitas del Gulag [...] en realidad creían mucho».
Precisamente por esto, tomaban «bastante en serio los
periódicos murales». Y bien; si los leemos, vemos que las
biografías de los detenidos rehabilitados están escritas en «un
lenguaje extraordinariamente parecido al de los buenos
trabajadores fuera de la colonia: trabajaban, estudiaban, hacían
"sacrificios e intentaban mejorar»398. Se intenta «reeducar» a los
detenidos, transformándolos en estajanovistas listos para
participar en primera línea, y con entusiasmo patriótico, al
desarrollo del país. Demos una vez más la palabra a la
historiadora estadounidense del Gulag: «En los campos, como en
el mundo exterior, continuaban desarrollándose "competiciones
socialistas", Competiciones de trabajo en las que los detenidos
se enfrentaban por ser quienes consiguiesen producir más.
Además festejaban a los trabajadores estajanovistas por su
presunta capacidad de triplicar o cuadruplicar las cuotas»399.
¿No es casual que, hasta 1937, al dirigirse al prisionero, la
guardia lo llamase «compañero»400. La reclusión en el campo de
concentración no excluía la posibilidad de promoción social:
«Muchos detenidos acabaron trabajando como guardias o
administradores en los campos»401; sobre todo, como hemos
visto, no pocos aprenden una profesión a ejercer tras su
liberación.
Desde luego, un giro brutal se produce en 1937. Mientras
arrecia la tercera guerra civil y nubes de tormenta cada vez más
densas se agolpan en el horizonte internacional, la quinta
columna, real o presunta, se convierte en objeto de una caza
cada vez más obsesiva. En tales circunstancias el detenido ya no
es un potencial «compañero»: está prohibido llamarlo de este
modo; se le prescribe la calificación de «ciudadano», pero se
trata de un ciudadano que es un potencial enemigo del pueblo.
¿A partir de este momento, está el campo de concentración
soviético animado por una voluntad homicida?402 Así lo
considera la historiadora estadounidense aquí citada, aunque
todavía una vez más su propio relato la desmiente: «En los años
cuarenta, en teoría la KVC de cada campo tenía al menos un
instructor, una pequeña biblioteca y un círculo" donde se
organizaban espectáculos teatrales y conciertos, se organizaban
conferencias políticas y debates». Hay más. Mientras se
intensifica la guerra nazi de aniquilación y todo el país se
encuentra en una situación absolutamente trágica, «tiempo y
dinero» se invierten copiosamente para reforzar «la propaganda,
manifiestos y reuniones de adoctrinamiento político» de los
detenidos:
Solamente entre los papeles de administración
del Gulag, hay cientos y cientos de documentos que
certifican la intensa actividad de la Sección
educativo-cultural. En los primeros tres meses de
1943, en plena guerra, entre los campos y Moscú se
daba un frenético intercambio de telegramas, porque
los comandantes locales intentaban conseguir por
todos los medios instrumentos musicales para los
detenidos. Mientras, los campos organizaron un
concurso sobre el tema «la Gran guerra patriótica del
pueblo soviético contra los ocupantes alemanes
fascistas»: participaron cincuenta pintores y ocho
escultores detenidos403.
Todavía por las mismas fechas, el responsable de un
campo con 13.000 detenidos trazaba un significativo balance de
su actividad:
Destacaba con orgullo que en la segunda mitad
del año se habían desarrollado 762 conferencias
políticas, a las que habían asistido 70.000 prisioneros
(probablemente muchos participaban varias veces).
Además la KVC había organizado 444 reuniones de
información política, en las que habían participado
82.400 prisioneros, publicado 5.046 "periódicos
82.400 prisioneros, publicado 5.046 "periódicos
murales" leídos por 350.000 personas; habían
realizado 232 conciertos y espectáculos, proyectado
69 películas y organizado 38 compañías teatrales404.
Desde luego, a partir de la invasión nazi los detenidos
advierten dramáticamente los efectos de la escasez, pero esto no
tiene nada que ver con la aparición de una voluntad homicida:
Las altas tasas de mortandad en los campos de
concentración durante determinados años reflejaban
en parte los acontecimientos que se producían en el
exterior [...]. En el invierno de 1941-1942, cuando
un cuarto de la población del Gulag murió de
inanición, murió de hambre también alrededor de un
millón de habitantes en Leningrado, atrapada por el
bloqueo alemán.
La escasez y la desnutrición golpeaban a una gran parte de
la Unión Soviética405- Por otro lado, pese a la situación tan
desesperada, en enero de 1943 gobierno soviético instituyó un
"fondo alimentario" especial para el Gulag») Pese a que «la
situación de los suministros mejoró cuando la suerte de la guerra
se inclinó a favor de la Unión Soviética»406. Estamos tan lejos de
la aplicación de una voluntad homicida, que el clima de unidad
la aplicación de una voluntad homicida, que el clima de unidad
nacional suscitado por la Gran guerra patriótica se deja oír
también dentro del Gulag. Mientras, éste conoce una masiva
despoblación por una serie de amnistías; vemos a los exdetenidos
combatir valientemente, expresar satisfacción y orgullo
por el hecho de disponer de armas tecnológicamente avanzadas
y producidas «gracias a la industrialización del país» (que había
significado la primera y más consistente expansión del universo
concentracionario), hacer carrera en el Ejército rojo, ser
admitidos en el partido comunista, conseguir honores y medallas
al valor militar407.
Con la alternancia de fases relativamente "prósperas" o
"liberales", y fases de claro deterioro de las condiciones
económicas y jurídicas de los detenidos, la historia del Gulag
refleja la historia de la sociedad soviética. A los intentos de
realizar en el país en su conjunto la «democracia soviética», el
«democratismo socialista» e incluso un «socialismo sin la
dictadura del proletariado» corresponden los intentos de
restablecer en el Gulag la «legalidad socialista» o la «legalidad
revolucionaria». Es por ésto que se escuchan duras denuncias
del universo concentracionario soviético en su interior y en sus
cúpulas dirigentes. En 1930 es Yagoda el que pide intervenir en
«todo el sistema carcelario, que está marchito hasta la raíz». En
febrero de 1938 es el mismo Vysinsky, procurador general de la
URSS, el que denuncia las «condiciones de detención [...]
insatisfactorias, y en algunos casos absolutamente intolerables»,
que reducen a los hombres «a bestias salvajes». Algunos meses
después es Laurentii Beria, jefe de la policía secreta, el que
después es Laurentii Beria, jefe de la policía secreta, el que
apoya una política que invita a «castigar severamente a los
interrogadores que consideran los golpes como el principal
método de investigación y que lisian a los arrestados cuando no
tienen pruebas suficientes de su actividad antisoviética»408. No
se trata de denuncias rituales: cuando son descubiertos, los
responsables de los "abusos" son severamente castigados,
también con la muerte; muchos otros son despedidos; no faltan
tampoco conflictos entre la magistratura y el aparato represivo,
que se queja de la introducción de «reglas» que parecen «una
sorpresa extremadamente desagradable»409. Con el fin de
reforzar el control se anima la presentación de reclamaciones e
instancias por parte de los detenidos. Otras veces se intenta
mejorar la situación recurriendo a amnistías y descongestión de
los campos410. En el intervalo entre una denuncia y otra se asiste
a una mejora real: son las fases de "liberalismo", a menudo
arrolladas por la irrupción de nuevas crisis. A causa de la
coexistencia de circunstancias objetivas y responsabilidades
subjetivas, al igual que la sociedad en su conjunto,