Movimiento 19 de Julio - Guerrilla argentina en la actualidad

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¿QUIENES SOMOS?

A través de su Primer Congreso, fundacional, desde algún lugar de la Argentina, el M19 asumió un sendero claro, tomando el desafío histórico de construir la dirección revolucionaria político militar, que surja de lo profundo de los intereses de los trabajadores y el pueblo, y de nuestra Patria; partiendo de nuestra realidad económica, política, social y cultural, para entender las leyes particulares que rigen el proceso de nuestra Revolución.

El M19 asume su nombre “19 de julio” como un símbolo de consecuencia y coherencia en la lucha contra los monopolios, su Estado y todo el engranaje represivo. El 19 de julio de 1976 caía en combate Mario Roberto Santucho y la dirección del PRT ERP. El M19 es germinación de su sangre derramada en nuestra tierra. Asumimos a Santucho como héroe que supo luchar contra las injusticias y la inhumanidad del sistema capitalista, que supo desafiar al poder y enfrentar todo sacrificio, que supo morir por sus hermanos y que hoy renace en cada uno de los miembros del M19 y en todos los revolucionarios consecuentes.

El M19 surge de las raíces y necesidades históricas del pueblo trabajador y se organiza para ser vanguardia combatiente, bajo la luz del marxismo leninismo, de la clase obrera y el pueblo de Argentina. El M19 es heredero de las tradiciones revolucionarias de nuestra Patria y de las guerras de la primera independencia, asumiendo la continuidad de la trayectoria emancipadora de nuestro General Don José de San Martín. Asimismo, el M19 asume como faro estratégico el proyecto histórico del PRT-ERP, sintetizado en su Cuarto y Quinto Congreso, y en el “Poder Burgués y Poder Revolucionario” de Mario Roberto Santucho. La finalidad del M19 es la expulsión de los monopolios de nuestra tierra, el derrocamiento del sistema de explotación capitalista y la construcción de la Nueva Argentina a través de un gobierno revolucionario de los trabajadores y el pueblo, hacia la construcción del socialismo.

El M19 es un partido revolucionario de combate, político-militar, que desarrolla el despliegue de las fuerzas de todo el pueblo hacia la conquista del Poder Político, objetivo estratégico de nuestra fuerza. Este desarrollo implica el impulso y crecimiento de la capacidad combatiente de la clase obrera y el concurso de todas las fuerzas patrióticas antiimperialistas y antimonopólicas del país.

El M19 se dispone a caminar el campo de la lucha revolucionaria, haciendo un llamamiento al conjunto de fuerzas revolucionarias, patrióticas y a todas aquellas que mantengan en alto los ideales de una Nueva Argentina. No aspiramos caminar este sendero en soledad, pero si no encontráramos compañía, ello no significará que nos quedaremos de brazos cruzados. El M19 considera que el “trabajo gris” del período es la preparación de la resistencia antimonopólica, en todos los frentes y en todos los terrenos y sentidos.

El M19 es el pasado y el futuro que se unen, para enfrentar con decisión y heroísmo a los explotadores de nuestra clase y a los opresores de nuestra Nación, desde la idea certera de que vivir entre cadenas es vivir en indignidad e injusticia, y que pelear y morir por nuestra clase y nuestra Patria es vivir por siempre.

Con honor y gloria, sin desmayos, superando cualquier obstáculo, sabremos hacer honor a las hermosas tradiciones revolucionarias de nuestra Patria, transitando gloriosamente el camino de la lucha revolucionaria hasta que no quede un palmo de territorio argentino en manos de los monopolios, hasta que no haya un sólo compatriota explotado y oprimido: por los Trabajadores y la Patria, por la Revolución y el Socialismo.

¡Revolucionarios y revolucionarias del M19: decididos a combatir y a vencer!
¡La Patria está tan mal, la sabremos poner de pie! MOVIMIENTO 19 DE JULIO
M-19 de Argentina

MANIFIESTO

Hace años que muchos de los políticos que gobiernan el país han dejado de ser argentinos. Su ambición los ha conducido a vivir de los lujos que les tira su amo extranjero, las multinacionales y los banqueros. Ellos, con sus engaños y sus promesas han atado a la Argentina a los intereses de unos cuantos magnates financieros que hacen y deshacen como quieren, amparados en el poder del dinero. No sólo ello, sino que han arrancado del asta la representación nacional y la han reemplazado por las banderas de unas cuantas multinacionales, que podríamos sintetizar en por lo menos 15: Panamerican Energy, Barrick Gold, Ford, Esso, Osisko, Petrobras, Volkswagen, AGD, Cargill, Techint, Carrefour, Bunge, Shell, Toyota y Minera Alumbrera. Naturalmente, son unas cuantas más las que desprecian este país, lo saquean, lo explotan y lo contaminan.

NO, Y MIL VECES NO.
La naturaleza ha dotado a nuestra tierra de riquezas envidiables. Así, la codicia de las grandes empresas extranjeras, las ha conducido a convertir al país en una mesa de negocios. ¿La tierra? En manos de las multinacionales. ¿La industria? También. ¿Los servicios? Lo mismo.

¿Qué soberanía se puede construir si la gran mayoría de riquezas y los pilares de la economía está en manos privadas? ¿Qué nivel de bienestar puede alcanzar el pueblo si las riquezas son saqueadas para unas pocas empresas, garantizadas por la ambición y el soborno a los políticos que gobiernan?

Naturalmente, la producción de Argentina se orienta a satisfacer las demandas del mercado exterior, generando inmensas ganancias a estas pocas multinacionales que poseen en sus manos las mejores tierras, las fábricas, los bancos, el subsuelo, los ríos, casi todos los recursos naturales.

Entonces, ¿qué queda para el país? Retraso, dependencia y pobreza. Si hay inflación la paga el pueblo, si hay ajuste también. Las postergaciones y las necesidades de las amplias mayorías son el resultado de décadas de concentración de las riquezas. Ni políticos, ni millonarios empresarios, ni dirigentes sobornados sufren a diario lo que deben padecer los trabajadores, los pobres de la ciudad y el campo, y los jóvenes obreros. A estos personeros del gran capital hay que decirles NO, y mil veces no.

EL GOBIERNO DE LAS EMPRESAS EXTRANJERAS

Hace largo tiempo que Cristina Kirchner y sus funcionarios han dejado de lado su pertenencia a la Argentina. Nacieron en este país, pero su ambición los ha transformado en fieles servidores del imperialismo. Dirán algunos que los discursos. Dirán que los cambios no llegan en cuatro años. Dirán que se hace lo que se puede y que las “fuerzas ocultas del mal” son muy poderosas. Sin embargo, los discursos, lo que se hizo en cuatro años o lo que se pudo hacer, sólo benefició a las empresas extrajeras, profundizando el pillaje, imponiendo la extracción usurera de recursos naturales y los agro negocios en la tierra, la súper explotación de los asalariados y una industria dependiente de las necesidades del mercado exterior. En síntesis: súper ganancias para unos pocos y súper migajas para millones.

Detengámonos un momento en las cifras del INDEC. Según el organismo oficial una persona podría alimentarse diariamente con $6. Cualquier compatriota, sea cual sea su ideología o norte político, sabe que con $6 no sólo no se vive, sino que se garantiza la más perversa indigencia. Sin embargo, esta estadística oficial vergonzosa, demuestra dos cosas: en primer lugar el cinismo de la presidenta y sus funcionarios que cuentan con un patrimonio personal millonario, empresas y lujos por doquier. Si se vive con $6 por día ¿por qué los diputados ganan alrededor de 30.000 pesos mensuales? Estas y otras tantas preguntas tienen su respuesta en la corrupción.
En segundo lugar, la realidad del pueblo. Gran parte de nuestros compatriotas tienen ingresos similares o inferiores a los que difunde el INDEC. Es decir, que millones sobreviven por debajo de la línea de la pobreza, y otros tantos bajo la línea de la indigencia.

UNA OPOSICIÓN DOMINADA POR FUERZAS DE DERECHA Y SOCIALDEMÓCRATAS

En el marco de la construcción de fuerzas opositoras se da un fenómeno a tener presente. A pesar de que las mayorías populares sufren la injusticia diaria -y son, por ello, las más interesadas en cambios que generen bienestar y dignidad-, en lo que respecta al desarrollo de la oposición hay un pleno dominio de fuerzas de derecha y socialdemócratas; estos últimos, históricamente, han girado a la derecha para gobernar.
Desde una visión netamente institucional, estructurada para las elecciones legislativas y presidenciales, se van reubicando una serie de partidos que en el fondo no tienen intereses irreconciliables con el Gobierno Nacional y su plan de gestión pro imperialista. Todos estos sectores, con tácticas diferentes, son garantes de las multinacionales. Desde el derechista PRO, pasando por la golpeada UCR, hasta la dirección socialdemócrata que hegemoniza el Frente Amplio Progresista –el PS de Binner y el Gen de la ex “Alianza” Stolbizer-, adoptan posicionamientos que muestran el peso de diferentes fracciones de las grandes empresas extranjeras. Es también importante destacar que muchos sectores populares organizados se han visto atados a estas alianzas, por lecturas erróneas o por simple oportunismo.

Cuando se habla de los fracasos de la oposición se comete un error deliberado, por lo general de los grandes medios de comunicación. Si estas fuerzas han sido incapaces de tener éxito en la lucha opositora ha sido porque sus integrantes, ricos por lo general, no pretenden cambios reales que modifiquen la situación del país y del pueblo. Parafraseando al Che, sólo existen dos posiciones: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios. Y esta oposición, más de derecha o menos de derecha, ha demostrado estar a favor de los monopolios, o por lo menos, aceptar sus imposiciones con tibieza.

Este es el espacio que debe ocupar la izquierda revolucionaria. Pero sólo lo logrará asestando golpes duros, con la certera política de rebelión popular, al Gobierno y a las multinacionales. Esta posición de firmeza y audacia generará admiración y simpatía en el pueblo. Al tiempo que las fuerzas que impulsen el diálogo o las que padecen la falta de iniciativa, o las que pretendan llegar a buen entendimiento con las multinacionales, perderán importancia en el pueblo. Esta realidad también aplastará a los mediocres que ayer luchaban y hoy ostentan el título de traidores, asociados al oficialismo por prebendas y migajas.

Un primer paso en la ejecución de la política de rebelión popular es el impulso de un gran paro nacional, donde los revolucionarios no pueden ser espectadores. Hay que paralizar el país contra el ajuste, combinando todas las formas y medios de lucha al alcance. Hay que preparar un septiembre combativo.

DEL SEPTIEMBRE COMBATIVO AL RECHAZO DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS DE 2013

Las luchas se multiplican en los umbrales de septiembre. La necesidad y la certeza de un gran paro nacional -que ponga sobre la mesa las reivindicaciones centrales del movimiento popular y un freno al ajuste- esclarece las tareas de la hora: en primer lugar prepararse para paralizar el país. Será una gran experiencia para los trabajadores y el conjunto del pueblo, y para los revolucionarios y revolucionarias un gran desafío.
Deben recorrer, de norte a sur, las exigencias de salario mínimo vital y móvil de $5000, la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios (el salario no es ganancia), la eliminación de los topes y el aumento de las asignaciones familiares, el aumento y duplicación del “Plan Argentina Trabaja” y el apoyo irrestricto a todos los conflictos y enfrentamientos contra las multinacionales usureras.

El paro nacional ha de ser un hito de la resistencia popular, que exprese el inmenso descontento de los trabajadores y el pueblo ante las medidas de ajuste. Decimos hito desde la perspectiva ascendente que ha demostrado el nivel de confrontación por la defensa de los derechos del pueblo. Todo intento dialoguista, que intente frenar la conflictividad social o que anuncie tiempos de esperar para “negociar”, desenmascarará a muchos “falsos profetas” que han aprendido demasiado rápido a arrodillarse ante el poder.

Este proceso ascendente, de permanente acumulación de fuerzas, de construcción obrera y popular, de edificación de sólidas organizaciones revolucionarias, debe erigirse en referencia hacia un 2013 combativo. El régimen buscará recomponerse con más migajas al pueblo y los reformistas y socialdemócratas buscarán llevar el agua para su molino y así poder ganar una u otra banca legislativa. Debemos decirles NO, y mil veces no. Es historia repetida para las mayorías empobrecidas.

El camino de forjar la rebelión, desde un septiembre combativo, desde el gran paro nacional que reclaman los trabajadores, desde la paralización del país, hasta el rechazo activo a la farsa electoral de 2013, anunciará nuevos vientos de resistencia.

EN NUESTRA GENERACIÓN SE VISLUMBRA LA REVOLUCIÓN

A nuestra generación le toca una de las tareas más difíciles. Hay que pelear por tantos derechos aplastados, pero sin perder el norte estratégico y las tareas de largo aliento.

La caída de nuestro Comandante Santucho y la derrota de finales de los años ’70 concedieron un amplio margen de ventajas a las fuerzas que condenaron a la Patria y al Pueblo al retraso y al olvido, sosteniendo al injusto e inhumano capitalismo. La lucha revolucionaria se estancó y los combatientes de la libertad, los patriotas, entraron en franco repliegue, diluyéndose toda posibilidad de lucha real por cambios profundos, de fondo, que se plantearan liquidar el sistema económico y político para sustituirlo por un sistema nuevo y superior.

A nuestra generación le corresponde este deber insobornable, superando viejos hábitos conservadores y acomodaticios que han condenado “buenas intenciones” al fracaso histórico.

Somos los descendientes de Mario Roberto Santucho y de los héroes de las guerras de la primera independencia. Somos los que éramos niños o nacimos después de aquellos gloriosos combates por la revolución, y que hoy ya somos hombres y mujeres.

Muchos somos hijos de la rebelión popular de diciembre de 2001. Y la rebelión popular sigue siendo nuestro norte, para poner las cosas en su lugar. Para el M-19 esto significa invertir y poner de revés todos los órdenes de la vida en Argentina.
No queremos migajas para nuestro pueblo, ni diálogo con los explotadores y sus funcionarios. No queremos alianzas con los traidores ni con los que transan en nombre de las negociaciones por gangas.

Vamos por la revolución, porque son tiempos de ir al frente, de organizarse, de unir a nuestra generación, de poner de pie a los trabajadores y a la juventud.

Por la independencia nacional y el socialismo, por el bienestar y la felicidad de las amplias mayoría. Como dijo en General José de San Martín: “Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla.”

A PREPARAR TIEMPOS DE REBELIÓN
A CONSTRUIR UN GRAN PARO NACIONAL QUE PARALICE EL PAÍS
A EXIGIR Y CONQUISTAR LOS DERECHOS POPULARES MULTIPLICANDO LAS MOVILIZACIONES, LOS CORTES Y LAS PROTESTAS
A CONSTRUIR UN GRAN PROYECTO REVOLUCIONARIO QUE LIBERE A LA PATRIA Y AL PUEBLO TRABAJADOR
JURAMOS VENCER, Y VENCEREMOS.