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    "¡Por la emancipación de la mujer y de toda la humanidad!" - 8 de marzo de 2011: Centenario del Día Internacional de la Mujer - escrito distribuído por Grupo Comunista Revolucionario de Colombia

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    pedrocasca
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    "¡Por la emancipación de la mujer y de toda la humanidad!" - 8 de marzo de 2011: Centenario del Día Internacional de la Mujer - escrito distribuído por Grupo Comunista Revolucionario de Colombia Empty "¡Por la emancipación de la mujer y de toda la humanidad!" - 8 de marzo de 2011: Centenario del Día Internacional de la Mujer - escrito distribuído por Grupo Comunista Revolucionario de Colombia

    Mensaje por pedrocasca Sáb Oct 20, 2012 12:51 pm

    8 de marzo de 2011: Centenario del Día Internacional de la Mujer

    ¡Por la emancipación de la mujer y de toda la humanidad!

    texto distribuído por Grupo Comunista Revolucionario de Colombia

    Este 8 de marzo se cumplen 100 años desde que se celebrara por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El espíritu de esta fecha trasciende los tiempos desde los días en que las mujeres inmigrantes salieron de las fábricas estadounidenses y estremecieron a todo el mundo con su resolución.

    Ésta es una fiesta celebrada por los oprimidos de todo el planeta. Es una fiesta surgida de la lucha. En particular la lucha de las trabajadoras inmigrantes que eran costureras en Estados Unidos dio inspiración a la necesidad de que exista un día especial para celebrar la lucha de las mujeres.

    Al comenzar el siglo XX, miles de mujeres trabajaban en el distrito de la confección en Nueva York. La mayoría eran inmigrantes provenientes de Rusia, Italia y Polonia. Trabajaban hasta 15 horas al día, a destajo. Les cobraban las agujas, el hilo, la electricidad, e incluso las burdas cajas de madera en las que tenían que sentarse porque no disponían de sillas. Las multaban duro y por todo: por llegar tarde, porque se les dañara una prenda, por demorarse mucho en el baño…

    A veces una empresa tenía que dirimir una huelga cumpliendo algunas de las exigencias de los huelguistas hombres pero incluía cláusulas en el acuerdo que decían que ninguna parte de éste se aplicaba a las mujeres. En 1908 las mujeres comenzaron a hacer huelgas en varias fábricas de ropa. A pesar de la cantidad de arrestos y las altas multas, a pesar de las golpizas de parte de la policía y de matones a sueldo, las mujeres, muchas de ellas adolescentes, seguían las huelgas. Mujeres de clase media e incluso algunas de clase alta, inspiradas por las huelguistas, salían a apoyar a las obreras y también eran arrestadas. Y cuando la prensa comenzó a informar sobre estos inusuales arrestos, la población en general comenzó a conocer las brutales condiciones y los salarios de miseria de estas mujeres huelguistas.

    Luego de meses de pequeñas acciones en los talleres, las mujeres decidieron escalar la lucha llamando a una huelga general. Y, en contra incluso de los jefes de los sindicatos, el 22 de noviembre de 1909 comenzó el “Levantamiento de las 20.000”. Miles y miles salieron de las fábricas desde todos lados y marcharon hacia Union Square. El ánimo era tan elevado que no sólo les permitía soportar las penurias del cruel invierno sino que no les importaba lo que les pudiera pasar. No pensaban ni en el frío, ni en el hambre, ni en el aislamiento. No pensaban en nada de eso, éste era SU día.

    La huelga duró meses e inspiró más huelgas en otros sectores. Aunque fue sólo parcialmente exitosa en cuanto a cambiar las condiciones de trabajo, el levantamiento sí cambió cosas importantes. Hizo trizas la imagen que se tenía de lo que las mujeres inmigrantes y sin educación podían hacer, y llenó de orgullo y de fortaleza a muchas mujeres y a los inmigrantes y oprimidos más en general, en todo el sector industrial de la ciudad.

    En el aniversario de estas manifestaciones, en una conferencia internacional de socialistas y comunistas en 1910, se acordó que cada marzo se celebraría el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Desde entonces se ha celebrado en todo el mundo por parte de los revolucionarios y en especial por los que luchan por la liberación de la mujer y la emancipación de toda la humanidad, a pesar de que en muchos lugares se ha desdibujado el sentido político, cuando desde la década de 1970 las feministas burguesas lograron rebajarle el aspecto clasista, hasta la casi captura de la fecha por el comercio que ha degradado al nivel de un día de la madre o del amor y la amistad.

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    Un siglo después, aunque ha habido importantes avances en el mundo en general pero particularmente en las sociedades en que se comenzó a construir el socialismo durante algunas décadas (Rusia hasta mediados de los 50 y China hasta 1976, cuando se restauró el capitalismo) la situación de las mujeres sigue siendo de inferioridad en todos los sectores sociales. Una rápida ojeada a esta segunda década de siglo XXI no deja dudas:

    ▪ En Argentina, en los dos primeros meses de 2011 se dieron 14 casos de mujeres que perdieron la vida por quemaduras en incidentes donde las sospechas (o sentencias) recaen en la pareja. En 2010, 260 mujeres fueron muertas por golpes, balas o apuñalamiento, provocadas por su pareja. (BBC mundo, 1º de marzo 2011).

    ▪ Un jefe paramilitar en la Sierra Nevada en la costa norte colombiana, Hernán Giraldo, reconoció que tuvo 24 hijos con niñas menores de 14 años, y violó a decenas más. “‘El Patrón’ era como el rey, y entregarle una niña era igual que llevarle una gallina”. “Hubo papás que las entregaban a cambio de algunos gastos básicos y estudio”. “Ese capo fue todo un señor feudal”. (El Tiempo, 6 de marzo 2011)

    ▪ Miles de mujeres peruanas que fueron violentadas sexualmente durante la guerra popular que sacudió los cimientos del Perú en las décadas de 1980 y 1990 pueden quedar fuera del sistema estatal de reparaciones ya que el Ministerio de Justicia aduce que la violencia sexual no está contemplada como delito por el código penal. Barbaridades como el “pichaneo”, que consiste en permitir que toda la tropa viole a una sola mujer, eran práctica común de la Policía y los militares. Y muchos soldados y oficiales justifican estas prácticas diciendo que debería ser entendible ya que debido a la incontrolable sexualidad masculina los soldados tenían que “desfogarse”. (La República, 27 de febrero 2011).

    ▪ En Tailandia existen empresas como “Baby 101” que secuestran mujeres de la región, principalmente vietnamitas, para engendrar hijos por encargos de adopción. Las mujeres-incubadoras son violadas repetidamente o inseminadas con esperma del varón de la pareja que hace el encargo. (EFE, Caracol, 24 de febrero 2011).

    ▪ En Colombia se anunció la conformación de una coalición de credos para impulsar un proyecto modificatorio de la Constitución para prohibir el aborto en todas sus formas. A la iniciativa se han vinculado católicos, cristianos, evangélicos, judíos y musulmanes. (El Tiempo, 4 de marzo 2011).

    ▪ Cada segundo, la industria porno genera un total de US$ 3.075,64 en ventas. Cada segundo casi 30 mil personas están consumiendo pornografía por Internet. Cada segundo 372 personas hacen búsquedas de contenido adulto y pornográfico en la Internet. Cada 39 minutos, la industria pornográfica en Estados Unidos produce un video nuevo. (toptenreviews, 2009). [La pornografía y clubes de striptease concentran la opresión de las mujeres, las reducen a objetos de placer sexual y la depredación por los hombres, deshumanizándolas, cosificándolas, lo que frecuentemente se traduce en odio y brutalidad contra ellas, al punto de que hay quienes señalan no sin razón que “la pornografía es la teoría y la violación es la práctica”.]

    Estos no son simples casos aislados, la situación general es igual de inquietante: ▪ De los 25 millones de refugiados que hay en el mundo, el 80% son mujeres y niños. ▪ El 50% de las mujeres en el mundo han sido maltratadas por su pareja. ▪ Cerca del 70% de los 130 millones de menores que no asisten al colegio son niñas. ▪ Sólo el 37% de las mujeres son económicamente activas. ▪ Anualmente más de 8.000 niñas africanas sufren la ablación de clítoris por razones culturales, y al menos 5.000 mujeres son asesinadas en nombre de la “protección del honor de la familia”. ▪ Países como Irán y Afganistán castigan el adulterio de la mujer con la lapidación. ▪ En Afganistán, el 60% de las mujeres son obligadas a contraer matrimonio antes de cumplir 18 años. ▪ En países como Irán, Afganistán o Bangladesh, las mujeres son atacadas con ácido sulfúrico para desfigurar sus rostros por motivos injustificables: como separarse del marido, ser violadas por niños u hombres, no desear más hijos o una simple disputa familiar. ▪ Aún existen países donde las mujeres ni siquiera tienen derecho a voto (que incluye el derecho a no votar), como Arabia Saudí, Brunei o el Vaticano.

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    No se pueden romper todas las cadenas menos una. No se puede decir que uno quiere eliminar la explotación y la opresión, pero quiere que persista la opresión de la mujer por el hombre. No se puede decir que uno quiere liberar a la humanidad, pero mantener a una mitad esclavizada por la otra. La opresión de la mujer está íntimamente ligada a la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, y acabar con todo esto es imposible sin liberar completamente a la mujer. Por eso la mujer desempeñará un enorme papel en el proceso de hacer la revolución y garantizar que no pare a medias. Es imprescindible desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución - Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

    Se han dado ataques sumamente horribles contra la mujer pero al mismo tiempo también ha surgido una resistencia importante: más de un millón de mujeres italianas, bajo el lema “Si no es ahora, ¿cuándo?”, se manifestaron el pasado 13 de febrero contra el gobierno Berlusconi y su sexismo, aprovechado la ocasión para romper los diques de timidez y de maniobras de los dirigentes. Protestando contra la ley sobre la procreación asistida, la subida de la edad legal de jubilación, los ataques contra el derecho al aborto, los recortes en la seguridad social, las leyes represivas, etc., llenaron las plazas a los gritos de “¡Todas somos egipcias, huelga general!”

    En los levantamientos en el Medio Oriente y el norte de África ha sido notoria la participación de los jóvenes y las mujeres, y aunque hay quienes buscan reforzar las cadenas de la tradición (los fundamentalistas islámicos que tienen muchos puntos en común con los fundamentalistas cristianos), hay también quienes promueven la emancipación de la mujer como parte de los objetivos del movimiento.

    Y en las últimas tres décadas ha sido notoria la participación de las mujeres en las luchas revolucionarias y guerras populares en Asia y América Latina.

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    La fuente del patriarcado, la supremacía masculina y la opresión de la mujer, la causa fundamental de todo eso, es el sistema, pues las raíces de esa opresión son la división de la sociedad en clases entre explotadores y explotados, y la red de relaciones sociales que va de la mano con esa división. En el mundo de hoy sería totalmente imposible eliminar la opresión de la mujer desde dentro del sistema capitalista imperialista, pues es un elemento esencial de la naturaleza y del funcionamiento del sistema.

    No es posible desligar la emancipación del proletariado y el pueblo del mundo de la liberación de la mujer, pues no es posible eliminar la opresión de la mujer sin forjar una nueva sociedad sobre una base diferente: sin explotación y sin clases. Los eslabones de las cadenas que oprimen a la mujer son los eslabones de las cadenas entre los oprimidos de todo el mundo y el sistema imperialista.

    La opresión de la mujer afecta a las mujeres de toda clase social, y las mujeres rebeldes de todo el planeta están forjando movimientos para combatir toda forma de discriminación y control asfixiante. El funcionamiento del sistema empobrece a la población femenina. Al mismo tiempo, más mujeres ingresan a las filas del proletariado internacional, de modo que con otras fuerzas podrán librar una férrea batalla contra toda forma de opresión de la mujer y chovinismo masculino y llevar a cabo el deber revolucionario de transformar el mundo.

    Desde que se comenzó a celebrar, hace un siglo, el Día Internacional de la Mujer está ligado con la revolución. Ahora es el momento de levantarnos por millones y romper las cadenas de la opresión y la esclavitud y luchar por una sociedad sin discriminación, una lucha que será motor incluso de toda la transición hacia el comunismo.

    El futuro golpea a nuestras puertas, y exige que respondamos. Se quiere una sociedad que asuma cada vez más un enfoque científico para todo, incluyendo la relación entre el individuo y la sociedad y la cuestión de la mujer y la relación entre el modo de pensar y el sentir.

    Como acertada y rotundamente señala de Declaración del Partido Comunista evolucionario de EEUU “Por la emancipación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad”: “[P]ara el avance de todo ser humano, es necesario quitarle a la mitad de la humanidad la centenaria condena de ser la propiedad del hombre y de vivir despiadadamente explotada, humillada y degradada de mil maneras”.

    La misma declaración llama a “una resistencia masiva consecuente de mujeres y hombres por todo el mundo que no permiten que se oprima a la mujer, que la golpeen, la encarcelen, la insulten, la violen, abusen de ella, la acosen, la exploten, la asesinen, que le escupen o que le echen ácido, que la manoseen, la avergüencen y la subvaloren sistemáticamente”, desde ahora.

    Y va mucho más allá. Es una declaración verdaderamente comunista, digna de ser suscrita por todos los revolucionarios, que convoca a un movimiento revolucionario de emancipadores de la humanidad, a una transformación histórica de la sociedad, del mundo en su conjunto, que tiene que tener como una de sus piedras angulares —como una meta decisiva y fundamental y como una importante fuerza motriz— la lucha por la emancipación completa de la mujer. Ese es nuestro reto, y nuestra meta inclaudicable.

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