¿Por qué debemos reivindicar que el 8 de marzo es el día de la mujer trabajadora?
El 8 de marzo pertenece, nos pertenece a las mujeres trabajadoras, en contraposición a muchos sectores que le acuñan simplemente como día de la mujer.
La razón, es porque Clara Zetkin, comunista alemana y presidenta del movimiento internacional de las mujeres socialista, quien en 1910 decidió que el 8 de marzo se considerara el día internacional de la mujer trabajadora, en homenaje a las luchas que anteriormente habían organizado las mujeres trabajadoras. Las mujeres que lucharon por hacer frente a la opresión del patriarcado y a la explotación del capitalismo.
El patriarcado es un sistema que se basa en la división de la sociedad en función del sexo y por tanto realiza una división sexual del trabajo. Hemos de reconocer que esta división es común a todas las mujeres con independencia de la clase social a la que pertenezcan, aunque se concreta de forma muy distinta en cada una de ellas. No debemos olvidar que la lucha de las mujeres burguesas se orienta a obtener los derechos de las mujeres dentro del capitalismo.
¿Y que supone el capitalismo para las mujeres trabajadoras?
El capitalismo es un sistema cuya única ley es la ganancia. Por ello, en el trabajo el capitalista nos explota como al obrero. Pero al reforzarse en el sistema patriarcal, vamos a recibir menor salario, condiciones más precarias, obteniendo el capitalista mayores beneficios, es decir mayor tasa de plusvalía.
Por tanto el 8 de marzo es el día de la mujer trabajadora, el día de las mujeres que somos explotadas doblemente, oprimidas por el patriarcado y explotadas por el capitalismo.
Y para conseguir nuestra emancipación debemos luchar contra ambas.
Cabe destacar la triple explotación el de las mujeres trabajadoras inmigrantes, siendo víctimas del racismo y la xenofobia.
Esta situación de discriminación se acentúa con las consecuencias de la crisis económica en España, que están repercutiendo sobre la clase trabajadora y, en particular sobre sus sectores más vulnerables entre los que se encuentran las mujeres trabajadoras, especialmente las jóvenes y las inmigrantes.
Estas consecuencias se muestran en:
* Las mujeres seguimos recibiendo salarios menores por realizar el mismo trabajo en torno a un 35% menos que los hombres.
* La tasa de paro femenina continúa siendo superior a la masculina.
* Las mujeres seguimos siendo las más precarias, ocupando los más altos índices de trabajo temporal, contratación a tiempo parcial, trabajo sumergido.
* Las mujeres seguimos ocupando los empleos menos valorados socialmente. Nos concentramos en profesiones feminizadas como sanidad, educación y limpieza.
* A pesar de que nuestro nivel educativo ha mejorado claramente, las mujeres desempeñamos tareas laborales muy por debajo de nuestra cualificación profesional, ya que los procedimientos de promoción no se dan en condiciones de igualdad, es lo que se conoce como techo de cristal.
Somos las que en mayor medida carecemos de prestaciones por desempleo.
Por todo ello nuestras tasas de pobreza son mucho mayores. Es el fenómeno que denominamos feminización de la pobreza. Más del 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres
Esta situación empuja a muchas mujeres a salidas de emergencia como la prostitución y el aborto.
Con el objetivo de reducir las consecuencias de la crisis, las empresas y el gobierno “socialista” recurren a medidas como el recorte de derechos laborales, los despidos masivos o el recorte de gasto social. Los servicios públicos se ven seriamente afectados, recortándose los presupuestos de educación, salud, servicios sociales, integración cultural, fomento de la igualdad de género, ley de dependencia, ley contra la violencia de género, pensiones, vivienda pública, transporte.
Todo esto repercute especialmente sobre las mujeres trabajadoras que son las que normalmente también soportan el trabajo domestico, las tareas reproductivas, la crianza y socialización de los hijos e hijas, los cuidados y asistencia a las personas dependientes y el intercambio de afectos en el entorno familiar.
Esta situación produce una sobrecarga personal de trabajo, y una mayor dificultad, en muchos casos, de poder intervenir en luchas obreras y populares, imprescindibles en la batalla contra el capitalismo y el patriarcado.
Por todo ellos creemos necesarios:
* Acabar de una vez por todas con la desigualdad entre hombres y mujeres, que abarque todos los aspectos en que la discriminación se manifiesta, desde el lenguaje, la educación, la publicad, etc.
* Igualdad salarial, a igual trabajo, igual salario. No podemos permitir que por el hecho de ser mujer, recibamos un salario en torno a un 35% inferior que los hombres por la realización del mismo trabajo.
* Equidad de género en el fomento del empleo y en la protección del desempleo. Con esto me refiero a que las medidas de apoyo al empleo se concentran en los sectores de la construcción y del automóvil, profesiones masculinizadas. Sin embargo no se encuentra ningún impulso del empleo femenino. Respecto a la protección del desempleo, debemos mostrar especial atención puesto que las mujeres trabajadoras hemos sido las primeras excluidas en el trabajo laboral y además somos paradas de larga duración.
* Eliminar las ETTS, la contratación temporal y toda forma de contrato precario, tanto para las mujeres nativas como extranjeras. No podemos permitir que las empresas sigan justificando que este tipo de contratos benefician a las mujeres, ya que de esta forma pueden compaginar las tareas domesticas y las laborales o porque el embarazo y posterior cuidado del niño o de la niña apartaran a la madre de sus responsabilidades laborales.
* Reducir la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial ni de derechos, para la buena conciliación de la vida familiar tanto de hombres como mujeres. Y por tanto el reparto equitativo del trabajo y de las responsabilidades entre hombres y mujeres.
* Reconocimiento, valorización y cuantificación del trabajo domestico y asistencial. Debemos exigir esto fundamentalmente porque no debemos permitir que el capitalismo se sigue asegurando su subsistencia mediante un trabajo invisible y no remunerado que le asegura la reproducción de la fuerza de trabajo productiva.
* Reconocimiento de pensiones dignas a mujeres trabajadoras en edad de jubilación. Ya que por ejemplo las mujeres campesinas reciben pensiones asistenciales que las colocan por debajo del umbral de la pobreza.
* Medidas especiales para la protección de las inmigrantes. Los empresarios no pueden seguir justificando salarios inferiores y condiciones aun mas precarias para las trabajadoras inmigrantes, basándose en el racismo y la xenofobia.
* Desarrollar un amplio sector público. Por dos razones principalmente: porque el desarrollo del sector público crea empleo y además atiende a necesidades sociales. Como la creación de guarderías; dotación presupuestaria, aplicación y desarrollo de las leyes de igualdad y de dependencia; educación y sanidad gratuitas.
Por todo ello, creemos necesaria la huelga general, ya que es el arma más potente con la que cuenta la clase obrera tanto para presionara al gobierno que nos quiere cargar con medidas como la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años, aumento de la jornada laboral a 65 horas, la reforma laboral… como para mantener al movimiento obrero y al movimiento sindical a la ofensiva para continuar conquistando derechos.
Como conclusión, la crisis económica actual evidencia el fracaso del sistema capitalista y nos proporciona la oportunidad para revertirlo. Por ello debemos enmarcar la lucha feminista en la lucha general contra el capitalismo, para lograr un nuevo modelo de sociedad. El socialismo, una sociedad donde mujeres y hombres seamos libres.
El 8 de marzo pertenece, nos pertenece a las mujeres trabajadoras, en contraposición a muchos sectores que le acuñan simplemente como día de la mujer.
La razón, es porque Clara Zetkin, comunista alemana y presidenta del movimiento internacional de las mujeres socialista, quien en 1910 decidió que el 8 de marzo se considerara el día internacional de la mujer trabajadora, en homenaje a las luchas que anteriormente habían organizado las mujeres trabajadoras. Las mujeres que lucharon por hacer frente a la opresión del patriarcado y a la explotación del capitalismo.
El patriarcado es un sistema que se basa en la división de la sociedad en función del sexo y por tanto realiza una división sexual del trabajo. Hemos de reconocer que esta división es común a todas las mujeres con independencia de la clase social a la que pertenezcan, aunque se concreta de forma muy distinta en cada una de ellas. No debemos olvidar que la lucha de las mujeres burguesas se orienta a obtener los derechos de las mujeres dentro del capitalismo.
¿Y que supone el capitalismo para las mujeres trabajadoras?
El capitalismo es un sistema cuya única ley es la ganancia. Por ello, en el trabajo el capitalista nos explota como al obrero. Pero al reforzarse en el sistema patriarcal, vamos a recibir menor salario, condiciones más precarias, obteniendo el capitalista mayores beneficios, es decir mayor tasa de plusvalía.
Por tanto el 8 de marzo es el día de la mujer trabajadora, el día de las mujeres que somos explotadas doblemente, oprimidas por el patriarcado y explotadas por el capitalismo.
Y para conseguir nuestra emancipación debemos luchar contra ambas.
Cabe destacar la triple explotación el de las mujeres trabajadoras inmigrantes, siendo víctimas del racismo y la xenofobia.
Esta situación de discriminación se acentúa con las consecuencias de la crisis económica en España, que están repercutiendo sobre la clase trabajadora y, en particular sobre sus sectores más vulnerables entre los que se encuentran las mujeres trabajadoras, especialmente las jóvenes y las inmigrantes.
Estas consecuencias se muestran en:
* Las mujeres seguimos recibiendo salarios menores por realizar el mismo trabajo en torno a un 35% menos que los hombres.
* La tasa de paro femenina continúa siendo superior a la masculina.
* Las mujeres seguimos siendo las más precarias, ocupando los más altos índices de trabajo temporal, contratación a tiempo parcial, trabajo sumergido.
* Las mujeres seguimos ocupando los empleos menos valorados socialmente. Nos concentramos en profesiones feminizadas como sanidad, educación y limpieza.
* A pesar de que nuestro nivel educativo ha mejorado claramente, las mujeres desempeñamos tareas laborales muy por debajo de nuestra cualificación profesional, ya que los procedimientos de promoción no se dan en condiciones de igualdad, es lo que se conoce como techo de cristal.
Somos las que en mayor medida carecemos de prestaciones por desempleo.
Por todo ello nuestras tasas de pobreza son mucho mayores. Es el fenómeno que denominamos feminización de la pobreza. Más del 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres
Esta situación empuja a muchas mujeres a salidas de emergencia como la prostitución y el aborto.
Con el objetivo de reducir las consecuencias de la crisis, las empresas y el gobierno “socialista” recurren a medidas como el recorte de derechos laborales, los despidos masivos o el recorte de gasto social. Los servicios públicos se ven seriamente afectados, recortándose los presupuestos de educación, salud, servicios sociales, integración cultural, fomento de la igualdad de género, ley de dependencia, ley contra la violencia de género, pensiones, vivienda pública, transporte.
Todo esto repercute especialmente sobre las mujeres trabajadoras que son las que normalmente también soportan el trabajo domestico, las tareas reproductivas, la crianza y socialización de los hijos e hijas, los cuidados y asistencia a las personas dependientes y el intercambio de afectos en el entorno familiar.
Esta situación produce una sobrecarga personal de trabajo, y una mayor dificultad, en muchos casos, de poder intervenir en luchas obreras y populares, imprescindibles en la batalla contra el capitalismo y el patriarcado.
Por todo ellos creemos necesarios:
* Acabar de una vez por todas con la desigualdad entre hombres y mujeres, que abarque todos los aspectos en que la discriminación se manifiesta, desde el lenguaje, la educación, la publicad, etc.
* Igualdad salarial, a igual trabajo, igual salario. No podemos permitir que por el hecho de ser mujer, recibamos un salario en torno a un 35% inferior que los hombres por la realización del mismo trabajo.
* Equidad de género en el fomento del empleo y en la protección del desempleo. Con esto me refiero a que las medidas de apoyo al empleo se concentran en los sectores de la construcción y del automóvil, profesiones masculinizadas. Sin embargo no se encuentra ningún impulso del empleo femenino. Respecto a la protección del desempleo, debemos mostrar especial atención puesto que las mujeres trabajadoras hemos sido las primeras excluidas en el trabajo laboral y además somos paradas de larga duración.
* Eliminar las ETTS, la contratación temporal y toda forma de contrato precario, tanto para las mujeres nativas como extranjeras. No podemos permitir que las empresas sigan justificando que este tipo de contratos benefician a las mujeres, ya que de esta forma pueden compaginar las tareas domesticas y las laborales o porque el embarazo y posterior cuidado del niño o de la niña apartaran a la madre de sus responsabilidades laborales.
* Reducir la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial ni de derechos, para la buena conciliación de la vida familiar tanto de hombres como mujeres. Y por tanto el reparto equitativo del trabajo y de las responsabilidades entre hombres y mujeres.
* Reconocimiento, valorización y cuantificación del trabajo domestico y asistencial. Debemos exigir esto fundamentalmente porque no debemos permitir que el capitalismo se sigue asegurando su subsistencia mediante un trabajo invisible y no remunerado que le asegura la reproducción de la fuerza de trabajo productiva.
* Reconocimiento de pensiones dignas a mujeres trabajadoras en edad de jubilación. Ya que por ejemplo las mujeres campesinas reciben pensiones asistenciales que las colocan por debajo del umbral de la pobreza.
* Medidas especiales para la protección de las inmigrantes. Los empresarios no pueden seguir justificando salarios inferiores y condiciones aun mas precarias para las trabajadoras inmigrantes, basándose en el racismo y la xenofobia.
* Desarrollar un amplio sector público. Por dos razones principalmente: porque el desarrollo del sector público crea empleo y además atiende a necesidades sociales. Como la creación de guarderías; dotación presupuestaria, aplicación y desarrollo de las leyes de igualdad y de dependencia; educación y sanidad gratuitas.
Por todo ello, creemos necesaria la huelga general, ya que es el arma más potente con la que cuenta la clase obrera tanto para presionara al gobierno que nos quiere cargar con medidas como la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años, aumento de la jornada laboral a 65 horas, la reforma laboral… como para mantener al movimiento obrero y al movimiento sindical a la ofensiva para continuar conquistando derechos.
Como conclusión, la crisis económica actual evidencia el fracaso del sistema capitalista y nos proporciona la oportunidad para revertirlo. Por ello debemos enmarcar la lucha feminista en la lucha general contra el capitalismo, para lograr un nuevo modelo de sociedad. El socialismo, una sociedad donde mujeres y hombres seamos libres.