xtraído de ODIO DE CLASE: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... trega.html
[ Documento muy interesante de los camaradas del Centro Marxista-Leninista-Maoísta de Bélgica en que realizan un estudio sobre la Guerra Popular y las diferentes posiciones existentes en el MCI sobre su aplicación. Lo iremos publicando por partes. ]
Traducido por el camarada SADE para ODC
Traducido de Clarté Rouge, órgano teórico del Centro Marxista-Leninista-Maoísta (Bélgica)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Introducción
Tras nuestra segunda contribución al debate sobre la guerra popular, que aborda la cuestión del carácter universal de ésta, el presente número de Claridad Roja ofrece una primera serie de textos del Partido Comunista del Perú con un interés teórico directo para el debate sobre la guerra popular. La edición francesa de los textos del PCP adolece a menudo de muchas deficiencias (errores de traducción, notas inexistentes, citas retraducidas, jerarquía de títulos aproximativa, etc.). A pesar de nuestros esfuerzos, nuestra edición no constituye una excepción: es indigna del gran valor de estos textos.
La publicación de los documentos del Presidente Gonzalo nos obliga a repetir nuestra posición sobre las “cartas de paz”. No sabemos si fueron escritas por el Presidente Gonzalo (sometido a unas condiciones de detención espantosas), o si son falsificaciones. Cualquiera que sea la hipótesis que manejemos, han dado lugar a una lucha de líneas entre una fracción “acuerdista”, capituladora y liquidacionista (CRH, MOVADEF) y una fracción “proseguir” que asume el pensamiento Gonzalo cuya última expresión por boca de Gonzalo mismo es el discurso de 24 de septiembre de 1992. La polémica lanzada por el coMRI y los avakianistas sobre la autenticidad de las “cartas de paz” es sólo una cortina de humo echada ante el contenido esencialmente contrarrevolucionario de esas cartas.
Quizá nosotros, comunistas belgas, nos inclinamos más a aceptar la idea de la traición de un dirigente. El movimiento comunista belga guarda en su memoria el vergonzoso recuerdo de la colaboración con la Gestapo de Xavier Relecom, miembro del Buró Político (BP) y Secretario General del Comité Central del Partido así como de otros tres miembros del BP (incluido el comandante nacional de los partisanos, Pierre Joye) tras su detención en julio de 1943. Sin ser torturados, se derrumbaron ante los policías nazis. Mantuvieron una supuesta “reunión del Buró Político” en el campo de concentración de Breendonck. Afirmaron haber “analizado la situación de resultas de la detención de la dirección del Partido y los Partisanos” y haber “extraído las conclusiones”: había que “deponer las armas”, detener “por el momento” cualquier actividad y disolver las organizaciones. So capa de que sólo se respetaría la vida de quienes aceptaran “dichas conclusiones”, afirmaban que así se podría “salvar lo que se pueda salvar” y “salvar posibilidades de acción para la posguerra”. Estos traidores, en presencia de agentes de la Gestapo, llegaron a ordenar al jefe del Estado Mayor de los Partisanos, Jacques Grippa, que resistía sometido a torturas atroces, que respetara la disciplina del partido aplicando “las decisiones del BP” y comunicando a los interrogadores lo que querían saber. Nosotros, comunistas belgas, vivimos con esta mancha en el pasado heroico de nuestro partido y de nuestra clase.
Sabemos por experiencia que los dirigentes, por brillantes y prestigiosos que sean, son sólo personas no siempre capaces de superar todas las pruebas. Porque mientras estos cobardes vendían al Partido, las masas y los comunistas daban muestras de una combatividad y un heroísmo inaudito en su resistencia contra el fascismo, lo que constituye una nueva confirmación del valor del maoísmo y del papel que atribuye a las masas y a la línea de masas, a la clase y a la conciencia de clase, al Partido y al espíritu de Partido.
2. Contribución del Centro MLM (B)
Del carácter universal de la guerra popular prolongada de tipo maoísta
1. Cuestiones previas
1.1. Diferentes enfoques incluyendo el nuestro
Al estudiar las diferentes posiciones de los revolucionarios sobre la afirmación de la necesidad de la guerra popular prolongada (GPP), se constata que:
- Una posición parte del análisis de las victorias y derrotas del movimiento revolucionario, y en especial del éxito de la Revolución China, tratando de extraer las enseñanzas de estas victorias y de estas derrotas, tratando de identificar los factores de los éxitos y de los fracasos, tratando de distinguir lo que era específico de una situación socio-histórica dada y lo que es generalizable, etc.
- La otra posición parte del análisis concreto de la situación concreta de la lucha de clases en su país y en su época, considerada en todos sus aspectos (político, económico, social, ideológico, militar, etc.).
Si la adopción de la GPP como estrategia revolucionaria puede ser (y, en la práctica, así ha sido a menudo) el resultado del segundo enfoque, la tesis de la universalidad de la GPP se deriva del primer enfoque. Dicho enfoque se transpone a nivel nacional mediante un procedimiento que va de lo general (la validez universal de la GPP) a lo particular.
El GPP podría imponerse en la política militar revolucionaria de los revolucionarios de los centros imperialistas de dos maneras:
- Bien determinando que la GPP es universal, y entonces la cuestión que se les plantea a los revolucionarios de los países imperialistas es “¿Cuáles son sus principios y cómo aplicarlos en nuestras condiciones específicas?”
- O bien no queda determinado que la GPP es universal, pero que las condiciones específicas de los país imperialistas a día de hoy la imponen como única estrategia correcta.
Si se determina que la GPP es universal, es evidente que cualquier análisis del segundo enfoque, si se realiza correctamente, debe conducir a la conclusión de que debe emprenderse la GPP. No se trata en este punto de un simple e ingenioso juego de palabras. En el seno del movimiento revolucionario europeo, existen fuerzas que, claramente, llegan a la GPP siguiendo uno u otro de estos enfoques. Algunos pretenden aplicar la GPP maoísta desde lo general a lo particular de su situación, otros (como las fuerzas herederas de las Brigadas Rojas en Italia) han “redescubierto” casi empíricamente algunas tesis maoístas. Así, algunos camaradas han llegado al maoísmo partiendo de análisis (y en ocasiones de una práctica) ML “premaoísta” que concluía en la necesidad de una guerra revolucionaria prolongada.
Por nuestra parte, en este documento, nos proponemos identificar los contenidos fundamentales de la GPP para contrastarlos con las realidades sociopolíticas contemporáneas, empezando por la de la urbanización.
1.2. Distinguir los principios de la GPP de las condiciones de la GPP
Antes de abordar la cuestión de la universalidad de la GPP, conviene ante todo distinguir entre los principios de la GPP y las condiciones de la GPP.
Los principios son el corazón de la teoría, la teoría misma. Si se modifican los principios, se modifica la teoría, en pocas palabras: estaríamos hablando de algo distinto...
Si se confunden los principios y las condiciones, el debate sobre la universalidad de la GPP carece por completo de sentido: si se decide por decreto, por ejemplo, que la GPP no puede desarrollarse, por definición; que al apoyarse en el campesinado explotado en condiciones cuasi feudales está claro que el debate sobre la universalidad de la GPP carece de sentido al quedar excluidos todos los países donde el campesinado explotado en condiciones cuasi feudales es inexistente o marginal...
Para que el debate sobre la universalidad de la GPP tenga sentido, nos fijaremos, pues, en cuatro principios básicos para la GPP. Se trata de los principios invocados por casi todas las fuerzas que se declaran partidarias de la GPP. Por la misma razón, son los principios más generales, los más alejados de las condiciones objetivas particulares de un país cualquiera en un momento cualquiera. He aquí dichos principios:
1.- El proceso revolucionario pasa por un largo enfrentamiento armado con el poder. Este proceso conoce tres fases: defensiva (acumulación de fuerzas), equilibrio, ofensiva.
2.- El partido revolucionario plantea desde el principio la cuestión del poder (puede plantear reivindicaciones parciales de tipo social, económico o nacional, pero las mismas no deben sustituir u ocultar el objetivo de conquista del poder).
3.- El proceso revolucionario está animado por el Partido Comunista, el Ejército Rojo y el Frente que reagrupa, alrededor del partido, a las capas sociales hostiles a la burguesía y al imperialismo.
4.- El proceso revolucionario requiere el establecimiento de bases de apoyo donde se templan las fuerzas revolucionarias y donde emergen las formas del nuevo poder.
1.3. Características de la GPP
Enunciar los principios de la GPP significa asimismo enunciar lo que constituye su especificidad, lo que la distingue de otras grandes estrategias revolucionarias.
1.- El principio que sostiene que el proceso revolucionario pasa por un largo enfrentamiento armado distingue la estrategia maoísta del insurreccionalismo kominterniano que se basaba en una preparación legal y “paralegal” de las masas para la insurrección (1) .
2.- El principio que sostiene que el partido revolucionario plantea desde un inicio la cuestión del poder distingue la estrategia maoísta de las diversas formas de reformismo radical.
3.- El principio que sostiene que el proceso revolucionario esté dirigido por el Partido proletario (dirigiendo él mismo el Ejército Rojo y el Frente) distingue la estrategia maoísta de las estrategias espontaneistas-insurreccionalistas, extremoizquierdistas y anarquizantes.
4.- El principio del establecimiento de bases de apoyo distingue el maoísmo de las diferentes formas de militarismo, (guerrillerismo, foquismo, etc.).
-----------
(1) Esta diferencia es fundamental: invalida la tesis del (Nuevo) Partido Comunista de Italia para el que la Revolución de Octubre fue una forma particular de GPP. Volveremos sobre esta cuestión.
[ Documento muy interesante de los camaradas del Centro Marxista-Leninista-Maoísta de Bélgica en que realizan un estudio sobre la Guerra Popular y las diferentes posiciones existentes en el MCI sobre su aplicación. Lo iremos publicando por partes. ]
Traducido por el camarada SADE para ODC
Traducido de Clarté Rouge, órgano teórico del Centro Marxista-Leninista-Maoísta (Bélgica)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Introducción
Tras nuestra segunda contribución al debate sobre la guerra popular, que aborda la cuestión del carácter universal de ésta, el presente número de Claridad Roja ofrece una primera serie de textos del Partido Comunista del Perú con un interés teórico directo para el debate sobre la guerra popular. La edición francesa de los textos del PCP adolece a menudo de muchas deficiencias (errores de traducción, notas inexistentes, citas retraducidas, jerarquía de títulos aproximativa, etc.). A pesar de nuestros esfuerzos, nuestra edición no constituye una excepción: es indigna del gran valor de estos textos.
La publicación de los documentos del Presidente Gonzalo nos obliga a repetir nuestra posición sobre las “cartas de paz”. No sabemos si fueron escritas por el Presidente Gonzalo (sometido a unas condiciones de detención espantosas), o si son falsificaciones. Cualquiera que sea la hipótesis que manejemos, han dado lugar a una lucha de líneas entre una fracción “acuerdista”, capituladora y liquidacionista (CRH, MOVADEF) y una fracción “proseguir” que asume el pensamiento Gonzalo cuya última expresión por boca de Gonzalo mismo es el discurso de 24 de septiembre de 1992. La polémica lanzada por el coMRI y los avakianistas sobre la autenticidad de las “cartas de paz” es sólo una cortina de humo echada ante el contenido esencialmente contrarrevolucionario de esas cartas.
Quizá nosotros, comunistas belgas, nos inclinamos más a aceptar la idea de la traición de un dirigente. El movimiento comunista belga guarda en su memoria el vergonzoso recuerdo de la colaboración con la Gestapo de Xavier Relecom, miembro del Buró Político (BP) y Secretario General del Comité Central del Partido así como de otros tres miembros del BP (incluido el comandante nacional de los partisanos, Pierre Joye) tras su detención en julio de 1943. Sin ser torturados, se derrumbaron ante los policías nazis. Mantuvieron una supuesta “reunión del Buró Político” en el campo de concentración de Breendonck. Afirmaron haber “analizado la situación de resultas de la detención de la dirección del Partido y los Partisanos” y haber “extraído las conclusiones”: había que “deponer las armas”, detener “por el momento” cualquier actividad y disolver las organizaciones. So capa de que sólo se respetaría la vida de quienes aceptaran “dichas conclusiones”, afirmaban que así se podría “salvar lo que se pueda salvar” y “salvar posibilidades de acción para la posguerra”. Estos traidores, en presencia de agentes de la Gestapo, llegaron a ordenar al jefe del Estado Mayor de los Partisanos, Jacques Grippa, que resistía sometido a torturas atroces, que respetara la disciplina del partido aplicando “las decisiones del BP” y comunicando a los interrogadores lo que querían saber. Nosotros, comunistas belgas, vivimos con esta mancha en el pasado heroico de nuestro partido y de nuestra clase.
Sabemos por experiencia que los dirigentes, por brillantes y prestigiosos que sean, son sólo personas no siempre capaces de superar todas las pruebas. Porque mientras estos cobardes vendían al Partido, las masas y los comunistas daban muestras de una combatividad y un heroísmo inaudito en su resistencia contra el fascismo, lo que constituye una nueva confirmación del valor del maoísmo y del papel que atribuye a las masas y a la línea de masas, a la clase y a la conciencia de clase, al Partido y al espíritu de Partido.
2. Contribución del Centro MLM (B)
Del carácter universal de la guerra popular prolongada de tipo maoísta
1. Cuestiones previas
1.1. Diferentes enfoques incluyendo el nuestro
Al estudiar las diferentes posiciones de los revolucionarios sobre la afirmación de la necesidad de la guerra popular prolongada (GPP), se constata que:
- Una posición parte del análisis de las victorias y derrotas del movimiento revolucionario, y en especial del éxito de la Revolución China, tratando de extraer las enseñanzas de estas victorias y de estas derrotas, tratando de identificar los factores de los éxitos y de los fracasos, tratando de distinguir lo que era específico de una situación socio-histórica dada y lo que es generalizable, etc.
- La otra posición parte del análisis concreto de la situación concreta de la lucha de clases en su país y en su época, considerada en todos sus aspectos (político, económico, social, ideológico, militar, etc.).
Si la adopción de la GPP como estrategia revolucionaria puede ser (y, en la práctica, así ha sido a menudo) el resultado del segundo enfoque, la tesis de la universalidad de la GPP se deriva del primer enfoque. Dicho enfoque se transpone a nivel nacional mediante un procedimiento que va de lo general (la validez universal de la GPP) a lo particular.
El GPP podría imponerse en la política militar revolucionaria de los revolucionarios de los centros imperialistas de dos maneras:
- Bien determinando que la GPP es universal, y entonces la cuestión que se les plantea a los revolucionarios de los países imperialistas es “¿Cuáles son sus principios y cómo aplicarlos en nuestras condiciones específicas?”
- O bien no queda determinado que la GPP es universal, pero que las condiciones específicas de los país imperialistas a día de hoy la imponen como única estrategia correcta.
Si se determina que la GPP es universal, es evidente que cualquier análisis del segundo enfoque, si se realiza correctamente, debe conducir a la conclusión de que debe emprenderse la GPP. No se trata en este punto de un simple e ingenioso juego de palabras. En el seno del movimiento revolucionario europeo, existen fuerzas que, claramente, llegan a la GPP siguiendo uno u otro de estos enfoques. Algunos pretenden aplicar la GPP maoísta desde lo general a lo particular de su situación, otros (como las fuerzas herederas de las Brigadas Rojas en Italia) han “redescubierto” casi empíricamente algunas tesis maoístas. Así, algunos camaradas han llegado al maoísmo partiendo de análisis (y en ocasiones de una práctica) ML “premaoísta” que concluía en la necesidad de una guerra revolucionaria prolongada.
Por nuestra parte, en este documento, nos proponemos identificar los contenidos fundamentales de la GPP para contrastarlos con las realidades sociopolíticas contemporáneas, empezando por la de la urbanización.
1.2. Distinguir los principios de la GPP de las condiciones de la GPP
Antes de abordar la cuestión de la universalidad de la GPP, conviene ante todo distinguir entre los principios de la GPP y las condiciones de la GPP.
Los principios son el corazón de la teoría, la teoría misma. Si se modifican los principios, se modifica la teoría, en pocas palabras: estaríamos hablando de algo distinto...
Si se confunden los principios y las condiciones, el debate sobre la universalidad de la GPP carece por completo de sentido: si se decide por decreto, por ejemplo, que la GPP no puede desarrollarse, por definición; que al apoyarse en el campesinado explotado en condiciones cuasi feudales está claro que el debate sobre la universalidad de la GPP carece de sentido al quedar excluidos todos los países donde el campesinado explotado en condiciones cuasi feudales es inexistente o marginal...
Para que el debate sobre la universalidad de la GPP tenga sentido, nos fijaremos, pues, en cuatro principios básicos para la GPP. Se trata de los principios invocados por casi todas las fuerzas que se declaran partidarias de la GPP. Por la misma razón, son los principios más generales, los más alejados de las condiciones objetivas particulares de un país cualquiera en un momento cualquiera. He aquí dichos principios:
1.- El proceso revolucionario pasa por un largo enfrentamiento armado con el poder. Este proceso conoce tres fases: defensiva (acumulación de fuerzas), equilibrio, ofensiva.
2.- El partido revolucionario plantea desde el principio la cuestión del poder (puede plantear reivindicaciones parciales de tipo social, económico o nacional, pero las mismas no deben sustituir u ocultar el objetivo de conquista del poder).
3.- El proceso revolucionario está animado por el Partido Comunista, el Ejército Rojo y el Frente que reagrupa, alrededor del partido, a las capas sociales hostiles a la burguesía y al imperialismo.
4.- El proceso revolucionario requiere el establecimiento de bases de apoyo donde se templan las fuerzas revolucionarias y donde emergen las formas del nuevo poder.
1.3. Características de la GPP
Enunciar los principios de la GPP significa asimismo enunciar lo que constituye su especificidad, lo que la distingue de otras grandes estrategias revolucionarias.
1.- El principio que sostiene que el proceso revolucionario pasa por un largo enfrentamiento armado distingue la estrategia maoísta del insurreccionalismo kominterniano que se basaba en una preparación legal y “paralegal” de las masas para la insurrección (1) .
2.- El principio que sostiene que el partido revolucionario plantea desde un inicio la cuestión del poder distingue la estrategia maoísta de las diversas formas de reformismo radical.
3.- El principio que sostiene que el proceso revolucionario esté dirigido por el Partido proletario (dirigiendo él mismo el Ejército Rojo y el Frente) distingue la estrategia maoísta de las estrategias espontaneistas-insurreccionalistas, extremoizquierdistas y anarquizantes.
4.- El principio del establecimiento de bases de apoyo distingue el maoísmo de las diferentes formas de militarismo, (guerrillerismo, foquismo, etc.).
-----------
(1) Esta diferencia es fundamental: invalida la tesis del (Nuevo) Partido Comunista de Italia para el que la Revolución de Octubre fue una forma particular de GPP. Volveremos sobre esta cuestión.