Gran Marcha Hacia el Comunismo
Agosto 2006
Agosto 2006
Ningún partido político puede en modo alguno dirigir un gran movimiento revolucionario a la victoria a menos que posea una teoría revolucionaria y un conocimiento de la historia y cuente con una profunda comprensión del movimiento práctico.
Mao Tsetung
Estudiar la historia y buscar la verdad en los hechos
Mao Tsetung nos ha enseñado:
Frente a cualquier cosa, los comunistas tienen siempre que preguntarse el porqué y utilizar su propia cabeza para examinar minuciosamente si corresponde a la realidad y si está bien fundada; no deben en absoluto seguir ciegamente a otros ni preconizar el servilismo.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido, O.E. tomo III, p. 46, Pekín 1968
En el proceso de estudio e investigación respecto a diversos aspectos y cuestiones de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y la historia y desarrollo del movimiento obrero y comunista internacional, la cuestión de Lin Piao merece una especial atención. En esta tarea ha prevalecido el principio de buscar la verdad en los hechos. Como señalara Mao Tse-tung:
Por “hechos” entendemos todas las cosas que existen objetivamente; por “verdad”, la ligazón interna de las cosas objetivas, es decir, las leyes que las rigen, y por “buscar”, estudiar.
Reformemos nuestro estudio, O.E. tomo III, p.19, Pekín 1968
Lin Piao fue uno de los dirigentes más destacados de la Revolución china y en 1969 los Estatutos del Partido Comunista de China (PCCh) aprobados en su IXº Congreso le definieron como “el íntimo compañero de armas y sucesor de Mao Tsetung”. ¿Verdadera y realmente quiso Lin Piao asesinar a Mao Tsetung a través de un golpe de estado contrarrevolucionario apenas dos años después? ¿Acaso fueron verdaderas y ciertas las acusaciones que sobre Lin Piao recayeron tachándole de “arribista burgués, intrigante, elemento de doble faz, renegado y traidor”, como le calificó Chou En-lai en 1973 en el Xº Congreso del PCCh y la posterior infamante y tergiversadora campaña de crítica que sobre él se lanzó en China –ligando su nombre al de Confucio- añadiendo a los anteriores calificativos los no menos oprobiosos de payaso, terrateniente, estafador político, vendepatria, caudillo militar y embaucador político que no leían libros, periódicos ni documentos, déspota, perro faldero de la burguesía, parásito, escoria, elemento nocivo, lujuriosos, disipado, superespía, imbécil, cobarde, etc., etc.?
A la luz de los hechos e investigación realizada por Gran Marcha Hacia el Comunismo, la acusación que la dirección del Partido Comunista de China desde 1972 y hasta la actualidad ha vertido sobre Lin Piao calificándole como un contrarrevolucionario que quería capitular ante el socialimperialismo soviético resulta completamente falsa. Esta acusación fue asumida de forma seguidista por la brumadora mayoría de los partidos y organizaciones integrantes del movimiento marxista-leninista-maoísta de la época[1]. Transcurridas más de tres décadas, y pese a la documentación que ha aparecido a lo largo de este tiempo que echa por tierra las acusaciones de la dirección del PC de China contra Lin Piao desde 1972 hasta la actualidad[2], la mayoría de los partidos que se declaran marxistas-leninistas-maoístas –como los que integran o apoyan al Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), no sólo no han hecho una valoración científica del papel de Lin Piao y los motivos que llevaron a su asesinato sino que persisten en sus ataques contra él ajenos al principio de buscar la verdad en los hechos.
Aquellos que niegan la actividad revolucionaria de Lin Piao y que ven solo aspectos negativos –lo que califican como “linpiaoísmo” o sinónimo de militarismo, de dar más importancia a lo militar que a lo político[3] se equivocan. Si de verdad existió un “linpiaoísmo” esta nada tiene que ver con los ataques e injurias vertidos sobre Lin Piao sino que se referiría a la defensa del maoísmo, la lucha por defender las conquistas de la Gran Revolución Cultural Proletaria, la lucha contra el imperialismo yanqui y el socialimperialismo soviético, etc. Es necesario que Lin Piao sea, de una vez por todas, correctamente apreciado.
Una vida al servicio de la Causa de la Revolución y el Comunismo
Lin Piao nació el 5 de Diciembre de 1908 en la localidad de Huanggang, provincia china de Hubei. Siendo estudiante de secundaria, estuvo involucrado en las huelgas del 30 de Mayo y boicot de 1925, formando parte de la Asociación para el Bienestar Social de Wuchang, presidida por Yun Tai-ying (quien años más tarde sería uno de los principales dirigentes comunistas asesinados por el Kuomintang). A los 19 años, Lin Piao entra en la Academia Militar de Whampoa y en 1926 ingresó en las filas del Partido Comunista de China. Muy pronto destacó por su excepcional talento estratégico. Habiendo alcanzado muy joven el grado de coronel, en 1927 se une con su regimiento a los grupos guerrilleros comunistas liderados por Mao Tsetung.
Lin Piao dirigió el I Cuerpo de Ejército del Ejército Rojo chino y llevó personalmente la vanguardia del mismo durante la gesta de la Gran Marcha (1934-1935) y participó en la ocupación de Yenan en Diciembre de 1936. De esta época son sus escritos sobre “Revolución y Guerra”, en los que se hace énfasis en los problemas del contacto con las masas y establece, junto a Mao Tsetung, los reglamentos del Ejército Rojo, según los cuales los soldados deben ayudar a los campesinos e introducirlos en las ideas comunistas por su conducta ejemplar.
Durante la resistencia contra la invasión de China por los imperialistas japoneses, Lin Piao dirigió los destacamentos del Ejército Rojo (que pasó a denominarse Octavo Ejército de Ruta) en el norte de Shansi. Su 115 División propinó una formidable derrota a las tropas invasoras japonesas. Tras resultar herido en combate en 1938, pasó dos años de convalecencia médica en la URSS.
De regreso a China, Lin Piao se incorpora a la dirección de la lucha revolucionaria. Tras la expulsión de los invasores japoneses, iniciada la Tercera Guerra Civil Revolucionaria contra Chiang Kai-shek– al que apoyaba el imperialismo norteamericano-, en 1946 es designado comandante en jefe del Ejército Rojo en Manchuria. En tan solo un año sus tropas cercaron y derrotaron al núcleo de las fuerzas de Chiang Kai-shek, armadas y entrenadas por los imperialistas yanquis, capturando o liquidando a 36 generales enemigos. Tras la victoria del Ejército Rojo en Manchuria, Lin Piao aplastó al grueso de las fuerzas de Chiang Kai-shek en el norte de China, antes de marchar sobre Pekín que se rindió sin oponer resistencia alguna. Derrotado Chiang Kai-shek, el 1 de Octubre de 1949 Mao Tsetung proclamó, desde la Plaza de Tian An-men en Pekín, la República Popular China.
En 1950, al estallar el conflicto armado en Corea, Lin Piao dirigió el “Cuerpo de Voluntarios Populares Chinos” en apoyo del pueblo coreano contra el imperialismo yanqui y sus títeres de Corea del Sur. En una contraofensiva que tomó por sorpresa al mando norteamericano en el Sur del país dirigido por el general MacArthur, y utilizando la táctica de la “marea humana”, empujó a las tropas de la coalición yanqui y de sus aliados hasta casi derrotarlos. Aquejado de una dolencia, Lin Piao fue retirado del escenario bélico coreano y trasladado para su recuperación nuevamente a la URSS. Mao Tsetung habló de Lin Piao como “el mariscal sin par” y “el mariscal invencible”. Stalin dijo de él que era “la primera jerarquía china, cuya inteligencia y coraje superan los de todos. Su rojo puño es de hierro”.
De regreso a la República Popular China, tras ser barrida la línea oportunista de derecha encabezada por Peng Te-huai en la VIII Sesión Plenaria del Comité Central del PCCh celebrada en agosto de 1959, Lin Piao fue nombrado Ministro de Defensa, Vicepresidente ejecutivo de la Comisión Militar y miembro del Comité Permanente del Buró Político del PCCh.
Tras la X Sesión Plenaria del VIII Comité Central del PCCh –que sentó las bases del Movimiento de Educación Socialista- Lin Piao, al frente del Ejército Popular de Liberación de China (EPL), inició en su seno profundas transformaciones, destacando la abolición el 1 de Junio de 1965, delos rangos –incluido el suyo mismo de Mariscal- así como los privilegios de que gozaban los oficiales y fortaleciéndose en sus filas el trabajo político e ideológico, popularizando Lin Piao el maoísmo a través de la compilación por él mismo y la edición por vez primera del libro de Citas del Presidente Mao Tsetung (1964) –el famoso Libro Rojo- lo que se tradujo en convertir el EPL en un poderoso bastión y soporte del marxismo-leninismo-maoísmo.
En su histórico trabajo “¡Viva el Triunfo de la Guerra Popular!” (publicado el 3 de Septiembre de 1965), Lin Piao sistematizó brillantemente y extendió a escala mundial la teoría de la guerra popular de Mao Tsetung, desarrollando la tesis de que las “zonas rurales” del mundo, es decir, Asia, Africa y América Latina, cerquen las llamadas “ciudades del mundo”, refiriéndose a América de Norte y Europa Occidental, además de destacar ya entonces la decisiva importancia de la ideología maoísta al afirmar que Mao Tsetung “ha desarrollado de manera creadora el marxismo-leninismo, proporcionando nuevas armas al arsenal general del marxismo-leninismo”.
En 1966, la prensa de la República Popular China se refería a las tesis de Lin Piao como parte integral del Pensamiento de Mao Tsetung y el Partido Comunista de China declaró a Lin Piao “el íntimo compañero de armas de Mao Tsetung”. Tras el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China celebrado en Agosto de 1966, que aprobó la histórica “Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria”, Lin Piao fue designado Vicepresidente del Partido, Primer Vicepresidente del Comité de Asuntos Militares del Partido y Primer Vicepresidente del Consejo de Estado.
Fue en su papel como dirigente, codo con codo con Mao Tsetung, de la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1969) contra la línea burguesa y revisionista dentro del Partido propugnada por Liu Shao-shi, Teng Hsiao-ping y otros, donde Lin Piao alcanzó un enorme prestigio tanto entre el proletariado y el pueblo chinos como entre el proletariado y las masas revolucionarias del mundo entero. Fue precisamente esta labor de líder revolucionario la que le valió pronunciar su importantísimo Informe ante el IX Congreso del Partido Comunista de China (1 de Abril de 1969) y que los Estatutos aprobados por dicho Congreso definieran a Lin Piao como “el íntimo compañero de armas y el sucesor de Mao Tsetung”.
¿Por qué eliminaron a Lin Piao y a sus seguidores?
La eliminación de Lin Piao y sus seguidores dentro del PC de China y del EPL se produjo como resultado de la lucha que tuvo lugar al finalizar la década de los años 60 del siglo pasado entre las diferentes opiniones que en el seno del PCCh deseaban avanzar y profundizar la Gran Revolución Cultural Proletaria (liderados por Lin Piao y Chen Po-ta) y quienes querían frenarla y paralizarla (encabezados por Chou En-lai). La lucha parece que ya se inició durante los trabajos del IXº Congreso del PCCh y se prolongó posteriormente en la IIª Sesión Plenaria del IXº Comité Central –celebrado en Lushan (Agosto de 1970)- respecto a cuestiones como el papel del Partido y el EPL tras la Gran Revolución Cultural Proletaria, su relación con los nuevos Comités Revolucionarios, la continuidad o no del Grupo Central de la Revolución Cultural, etc. Las acusaciones lanzadas contra Lin Piao y Chen Po-ta, convirtiéndoles en los responsables de “alabar al genio” –para referirse a Mao- tergiversan la realidad de los hechos[4].
Una de las razones claves que culminaron con la liquidación de Lin Piao fueron las divergencias a principios de los años 70 del siglo veinte en cuanto a la situación internacional y el establecimiento de una alianza entre la República Popular China de un lado y el imperialismo norteamericano y sus aliados occidentales de otro, para hacer frente a la agresividad militar de la URSS, línea esta elaborada por Chou En-lai y que se concretaría en la llamada “teoría de los tres mundos” –formulada formalmente en abril de 1974 en boca de Teng Hsiao-ping en el discurso que pronunció ante la VI Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la ONU. Dicha línea fue apoyada por Mao Tsetung, Chiang Ching, Chang Chun-chiao, Wang Hong-wen, Yao Wen-yuan y Kang Sheng, y a la que se opusieron Lin Piao y sus seguidores.
Mientras Chou En-lai y los suyos maniobraban en la arena diplomática para sentar las bases de la alianza chino-norteamericana y preparar las visitas de los máximos cabecillas del imperialismo norteamericano a la RP de China, primero del Secretario de Estado Henry Kissinger y luego del Presidente Richard Nixon, Lin Piao no cesó de defender su postura de clara oposición a la misma. Así, por ejemplo, el 9 de julio de 1971, como Ministro de Defensa, Lin Piao dirigió una carta al Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de Defensa de la República Popular de Albania, Beqir Balluku, con motivo del XXVIIIº aniversario de la fundación del Ejército Popular de Albania, la cual finalizaba con las siguientes palabras: “El imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético se encuentran en un dilema sin precedentes, y ya no está lejos su ruina final. ¡Que los pueblos de China y Albania nos unamos con todos los pueblos del mundo y nos esforcemos juntos por derrotar cabalmente a los agresores yanquis y a todos sus lacayos!”[5].
Nada puede haber más ridículo en la actualidad –y lo contrario es ponerse una venda en los ojos para no verlo- que seguir aceptando la falsa, disparatada y rocambolesca historia oficial según la cual Lin Piao capituló ante el socialimperialismo soviético y murió tratando de huir a la URSS estrellándose sobre Mongolia en el avión en que viajaba.
La purga y eliminación física de Lin Piao y sus partidarios se inició en la madrugada del 9 de Septiembre de 1971. Al respecto existen distintas versiones: según unas fuentes Lin Piao, su esposa Ye Chun –dirigente también del PCCh y su hijo Lin Li-kuo, comandante suplente del grupo aéreo a cargo de la frontera con la República Popular de Mongolia y vicedirector del comando de ataque de la fuerza aérea, tras ser detenidos y negarse a firmar confesiones sobre sus supuestas conspiraciones, fueron asesinados en alguna prisión militar de Pekín o en el aeropuerto[6]; según otra versión, Lin Piao y su esposa Ye Chun fueron asesinados en Pekín por fuerzas de una unidad militar especial de seguridad, que lanzó varios proyectiles sobre el coche en que viajaban, el cual resultó destrozado, resultando ambos muertos en el acto. Todas las versiones señalan que las órdenes provenían de Chou En-lai.
“En la noche del 9 de septiembre –escribe Robinson Rojas, comunista y periodista chileno que vivió en China en los años 1970-1971- fueron desmembrados el estado mayor general del EPL, el estado mayor dela fuerza aérea, el de la marina y el del ejército, y purgados el departamento político general del EPL, la dirección general de logística y el departamento de ferrocarriles militares. En total, cerca de 35 generales fueron apresados esa noche. (…) Los generales Juang Yung-sheng y Li Tsuo-peng fueron arrestados en sus automóviles cuando se dirigían desde la embajada de Corea al ministerio de defensa en el centro de Pekín. Así, a la medianoche del 9 de septiembre, cinco de los ocho miembros del estado mayor general estaban presos: los generales Juang, jefe del EMG y miembro del buró político del partido; Wu Fa-sien, subjefe del EMG y miembro del buró político y jefe de la fuerza aérea; Chiu Jui-tsuo, subjefe, y miembro del buró político; Li Tseuo-peng, subjefe, miembro del buró político y comisario político de la marina; Yen Chug-chuan, miembro suplente del comité central, subjefe. El subdirector del departamento político general, miembro suplente del comité central, Juang Chi-yung, también estaba preso. Dicho en lenguaje político. Ocho de los 25 miembros del buró político del partido, la más alta instancia de poder en China, estaban bajo las bayonetas al terminar el banquete en la embajada de Corea. Junto a esos ocho, casi treinta generales del comando superior. El golpe de mano de las fuerzas de Chu fue dado en el más estricto secreto (…)”[7]
“Un recuento de las personas que arrastró en su caída [Lin Piao] –señala en relación con estos mismos acontecimientos el periodista y escritor K.S. Karol que se encontraba en China en 1971- permite apreciar su amplitud: de los veintiún miembros titulares de la secretaría política, solo diez permanecieron en funciones (…) Por otra parte, más de sesenta altos cargos y, entre los destituidos, figuraban “celebridades nacionales” como P`an Fu.chih, promotor de la toma del poder “modelo” en la provincia de Heilungkiang, Wang Hsiao-yu, presidente del Comité Revolucionario de Shantung (citado igualmente como ejemplo para la nación en 1967), Liu Ko-pìng y Chang Jih-ching, presidente y vicepresidente, respectivamente, del muy alabado Comité Provincial de Shansi; y la lista no acaba aquí, ni mucho menos. En el Ejército Popular de Liberación, la tala alcanzó al jefe del estado mayor, a tres de sus adjuntos y a la mayoría de los responsables de la aviación, de la infantería, de los servicios políticos de la marina y a militares de diferentes graduaciones en las provincias. Este recuento, aun siendo provisional, hace pensar que los “conspiradores” no carecían de partidarios en el conjunto de las instituciones que había creado la revolución cultural, y que estaban reclutados de entre los mejores activistas del movimiento que, en los años anteriores, se había fijado como objetivo alcanzar cimas “que nadie había alcanzado nunca”. En realidad, en caso de que los conceptos de “mayoría” y de “minoría” pudieran tener un sentido en un asunto en que el voto no intervenía, habría que admitir que fue una minoría quien impuso la nueva línea internacional e interior”[8].
Tras la eliminación de Lin Piao y sus partidarios en 1971, la política de colaboración con el imperialismo norteamericano avanzó a pasos agigantados convirtiéndose en el eje de la política exterior de la República Popular China, concretizándose en la contrarrevolucionaria “teoría de los tres mundos”, diseñada por Chou y Teng. Y esto más claro que el agua –o como dice un refrán español “no hay más ciego que el que no quiere ver”. La eliminación de Lin Piao y sus seguidores significó la liquidación de aquellos que en el seno del PCCh y del EPL rechazaban la aproximación con el imperialismo norteamericano, entonces encabezado por los asesinos Nixon y Kissinger y su aproximación a gobiernos reaccionarios proyankis (como el de Franco en España, el de Pinochet en Chile, el de Marcos en Filipinas o el de Mobutu en Congo).
A la vista de los hechos es incorrecto calificar a Lin Piao como un contrarrevolucionario en base a la campaña plagada de falsedades lanzada tras su asesinato. La liquidación física de Lin Piao y la eliminación y depuración de sus seguidores no sólo tuvo un efecto traumático en China sino que creó un terreno fértil para que el revisionismo volviera a ganar franjas de poder que había perdido durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, culminando con el golpe de estado contrarrevolucionario a la muerte de Mao Tsetung en octubre de 1976 y la restauración del capitalismo de la mano de Hua Kuo-feng, Teng Hsiao-ping y compañía.
A escala internacional, y para muchos militantes y simpatizantes del movimiento marxista-leninista-maoísta y de la República Popular China, la forma en que la dirección del PCCh abordó la muerte de Lin Piao creó confusión, muchas preguntas quedaron sin responder, muchas dudas sin resolver, lo que trajo como resultado que el PCCh –sumado a su nueva política internacional de colaboración con el imperialismo yanqui y sus lacayos burgueses en Europa y otros países del mundo consecuencia de la “teoría de los tres mundos”- comenzó a perder prestigio y autoridad entre los comunistas y revolucionarios del mundo.
Es preciso puntualizar que las posiciones erróneas de Mao Tsetung condenando a Lin Piao y apoyando la línea derechista de capitulación ante los imperialistas occidentales para hacer frente al socialimperialismo soviético –que tenía como máximo ideólogo a Chou En-lai, en modo alguno empañan la grandiosa vida y obra política de Mao Tsetung a lo largo de más de 50 años. Fueron errores en el curso de bregar con problemas de gran envergadura tanto en la nueva experiencia que supuso la Gran Revolución Cultural Proletaria –primera revolución proletaria bajo el socialismo- como en la compleja situación internacional de finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo veinte, consecuencia de la feroz rivalidad entre el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético a escala mundial y la línea táctica derivada de ello y elaborada por Chou En-lai, apoyada por Mao Tsetung y otros dirigentes chinos como Wuang Hong-wen, Chiang Ching, Chang Chun-chiao y Yao Wen-yuan los cuales, tras la muerte de Mao Tsetung, en Octubre de 1976 al producirse el golpe de estado contrarrevolucionario de Hua Kuo-feng, fueron detenidos, encarcelados y juzgados por los revisionistas chinos. En modo alguno, en el caso de Mao Tsetung, se debieron a problemas ideológicos fundamentales.
Retomar la vida y la obra de Lin Piao
Los marxistas-leninistas-maoístas, los comunistas y revolucionarios deben oponerse a la crítica inadecuada de Lin Piao, hecha con argumentos falsos y con métodos erróneos.
Porque Lin Piao, en la lucha contra la burguesía y sus agentes, contra el oportunismo y el revisionismo de todo tipo, defendió el marxismo-leninismo-maoísmo.
Porque Lin Piao, con sus obras y escritos teóricos, políticos y militares, hizo un aporte imborrable al marxismo-leninismo-maoísmo y al Movimiento Comunista Internacional.
Porque en vida de Lin Piao, el Partido Comunista de China y el Gobierno de la República Popular China, aplicaron una política exterior que correspondía al internacionalismo proletario y prestaron gran ayuda a las luchas revolucionarias de los pueblos de diversos países (Corea, Vietnam, India, Filipinas, Malasia, Colombia, Brasil, Palestina, Francia, Italia, España, etc. ).
Porque Lin Piao se puso al frente de la corriente histórica, dirigiendo la lucha revolucionaria; fue enemigo irreconciliable del imperialismo, del socialimperialismo y de todos los reaccionarios.
Porque la vida de Lin Piao fue la vida de un gran marxista-leninista-maoísta, de un gran revolucionario proletario.
Lin Piao fue un gran marxista-leninista-maoísta, que defendió el marxismo-leninismo-maoísmo de todos los enemigos y revisionistas tanto de dentro como de fuera de China e hizo una valiosa contribución en su comprensión y desarrollo. Lin Piao cuenta con grandes méritos en el desarrollo y victoria de la Revolución china, y muy especial en el lanzamiento y desarrollo dl Movimiento de Educación Socialista (1963) y la campaña en el seno del Ejército Popular de China para el estudio del Pensamiento Mao Tsetung (1964). Y, sobre todo y muy especialmente, en la gestación y desarrollo de la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1969), que impidió la restauración del revisionismo y el capitalismo en China durante algunos años (más hasta producirse en 1976 el golpe de estado de Hua Kuo-feng tras la muerte de Mao Tsetung) y supuso un avance para el Movimiento Comunista Internacional y las luchas de liberación de los pueblos del mundo entero.
Por todas estas razones Lin Piao gozó de una gran autoridad no solo entre el proletariado y las masas populares de la República Popular China sino también entre el proletariado y las masas populares de los cinco continentes. En las cuestiones esenciales, como es la defensa de los intereses del proletariado y de la teoría marxista-leninista-maoísta, en la lucha contra el imperialismo y el socialimperialismo, el revisionismo y demás enemigos del socialismo, Lin Piao fue y será siempre un ejemplo para los comunistas y revolucionarios.
Por todo ello, los marxistas-leninistas-maoístas, los comunistas y revolucionarios del siglo veintiuno deben retomar la vida y la obra de Lin Piao.
El proletariado internacional y el Movimiento Comunista Internacional cuentan en la actualidad con un inmenso bagaje de experiencias, tanto positivas como negativas, para afrontar las nuevas batallas contra la burguesía y el imperialismo y en la gran marcha hacia el Socialismo y el Comunismo. Y, muy especialmente, cuentan con la ideología del marxismo-leninismo-maoísmo, la ciencia de la revolución elaborada por Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung, resultado de todo el periodo histórico iniciado en el siglo XIX con la Primera Internacional, pasando por la Comuna de París, la Gran Revolución Socialista de Octubre en Rusia y la construcción de la URSS, la Tercera Internacional Comunista y la Gran Revolución Cultural Proletaria en China.
Notas
[1]A saber, sólo un puñado de organizaciones como la Liga Marxista Leninista de Italia (que tenía su base en Brescia y editaba el periódico “Lotta di classe”) o el Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista), liderado por Mahadev Mukherjee tras el asesinato de Charu Mazumdar, continuaron defendiendo a Lin Piao después de 1972. En España no parece que ninguna organización de ideología maoísta mantuviera esta misma posición. La actitud de los partidos y organizaciones alineados ideológicamente con el PC de China entonces siguieron una postura seguidista y acrítica respecto a éste en la cuestión de Lin Piao.[2] Ver, por ejemplo, Livio Maitan, El Ejército, el Partido y la Masas en la Revolución China, Akal Editor, Madrid 1978; Richard Wich, La crisis política chino-soviética, Fondo de Cultura Económica, México 1983; Yao Ming-Le, Conspiración y muerte de Lin Piao, Editorial Argos Vergara, Barcelona 1984; Chen Jian, La China de Mao y la Guerra Fría, Ediciones Paidos Ibérica, Barcelona 2005.
[3] No ayuda al avance y fortalecimiento ideológico de los partidos y organizaciones marxistas-leninistas-maoístas seguir presentando en la actualidad a Lin Piao como un renegado junto a Liu y Teng y negar la responsabilidad que tuvo Mao Tse-tung en el cambio de orientación en la política del PC de China a principios de los años 70 del siglo veinte estableciendo una alianza con Nixon y el imperialismo norteamericano -como hizo por ejemplo el Partido Comunista de Nepal (maoísta) cuando afirmaba en su IIª Conferencia de Febrero de 2001:
Algunas personas no comprenden la complejidad de la revolución cultural y culpan a Mao por una serie de compromisos en el periodo más tardío, lo que es completamente erróneo
Some Important Documents of Communist Party of Nepal (Maoist), p. 57, Janadisha Publications, Nepal 2004
[4] No olvidemos que el propio Mao Tsetung en su conversación con Edgar Snow en 1965 declaró que era necesario más culto a la personalidad; que Chou En-lai en el IXº Congreso del PCCh ensalzó el desarrollo del marxismo-leninismo por Mao con los calificativos “con genio y de forma creativa”. Kang Sheng en un discurso pronunciado el 21 de enero de 1967 se refería “al Presidente Mao que imprime al marxismo-leninismo un impulso fecundo, a él el jefe supremo de los pueblos del universo, y a su genial pensamiento”. También en 1968, Chiang Ching proclamaba en un discurso “…es la voz de nuestro gran jefe, el presidente Mao! Larga, larga vida al Presidente Mao!” (Pekín Informa 68/37 de 17 de septiembre de 1968) y Yao Wen-yuan en un artículo publicado en Pekín Informa 68/35, de 3 de septiembre de 1968, se refería a Mao Tsetung como “el gran jefe de la clase obrera”, etc., etc.
[5] Robinson Rojas, “China: una revolución en agonía”, Ediciones Martínez Roca, Barcelona 1978, pp. 282-283.
[6] Ibid., p. 293
[7] Ibid., p. 291
[8] K. S. Carol, “La segunda revolución china”. Seix Barral, Barcelona 1977, pp. 476-477.
Mao Tsetung
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Estudiar la historia y buscar la verdad en los hechos
Mao Tsetung nos ha enseñado:
Frente a cualquier cosa, los comunistas tienen siempre que preguntarse el porqué y utilizar su propia cabeza para examinar minuciosamente si corresponde a la realidad y si está bien fundada; no deben en absoluto seguir ciegamente a otros ni preconizar el servilismo.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido, O.E. tomo III, p. 46, Pekín 1968
En el proceso de estudio e investigación respecto a diversos aspectos y cuestiones de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y la historia y desarrollo del movimiento obrero y comunista internacional, la cuestión de Lin Piao merece una especial atención. En esta tarea ha prevalecido el principio de buscar la verdad en los hechos. Como señalara Mao Tse-tung:
Por “hechos” entendemos todas las cosas que existen objetivamente; por “verdad”, la ligazón interna de las cosas objetivas, es decir, las leyes que las rigen, y por “buscar”, estudiar.
Reformemos nuestro estudio, O.E. tomo III, p.19, Pekín 1968
Lin Piao fue uno de los dirigentes más destacados de la Revolución china y en 1969 los Estatutos del Partido Comunista de China (PCCh) aprobados en su IXº Congreso le definieron como “el íntimo compañero de armas y sucesor de Mao Tsetung”. ¿Verdadera y realmente quiso Lin Piao asesinar a Mao Tsetung a través de un golpe de estado contrarrevolucionario apenas dos años después? ¿Acaso fueron verdaderas y ciertas las acusaciones que sobre Lin Piao recayeron tachándole de “arribista burgués, intrigante, elemento de doble faz, renegado y traidor”, como le calificó Chou En-lai en 1973 en el Xº Congreso del PCCh y la posterior infamante y tergiversadora campaña de crítica que sobre él se lanzó en China –ligando su nombre al de Confucio- añadiendo a los anteriores calificativos los no menos oprobiosos de payaso, terrateniente, estafador político, vendepatria, caudillo militar y embaucador político que no leían libros, periódicos ni documentos, déspota, perro faldero de la burguesía, parásito, escoria, elemento nocivo, lujuriosos, disipado, superespía, imbécil, cobarde, etc., etc.?
A la luz de los hechos e investigación realizada por Gran Marcha Hacia el Comunismo, la acusación que la dirección del Partido Comunista de China desde 1972 y hasta la actualidad ha vertido sobre Lin Piao calificándole como un contrarrevolucionario que quería capitular ante el socialimperialismo soviético resulta completamente falsa. Esta acusación fue asumida de forma seguidista por la brumadora mayoría de los partidos y organizaciones integrantes del movimiento marxista-leninista-maoísta de la época[1]. Transcurridas más de tres décadas, y pese a la documentación que ha aparecido a lo largo de este tiempo que echa por tierra las acusaciones de la dirección del PC de China contra Lin Piao desde 1972 hasta la actualidad[2], la mayoría de los partidos que se declaran marxistas-leninistas-maoístas –como los que integran o apoyan al Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), no sólo no han hecho una valoración científica del papel de Lin Piao y los motivos que llevaron a su asesinato sino que persisten en sus ataques contra él ajenos al principio de buscar la verdad en los hechos.
Aquellos que niegan la actividad revolucionaria de Lin Piao y que ven solo aspectos negativos –lo que califican como “linpiaoísmo” o sinónimo de militarismo, de dar más importancia a lo militar que a lo político[3] se equivocan. Si de verdad existió un “linpiaoísmo” esta nada tiene que ver con los ataques e injurias vertidos sobre Lin Piao sino que se referiría a la defensa del maoísmo, la lucha por defender las conquistas de la Gran Revolución Cultural Proletaria, la lucha contra el imperialismo yanqui y el socialimperialismo soviético, etc. Es necesario que Lin Piao sea, de una vez por todas, correctamente apreciado.
Una vida al servicio de la Causa de la Revolución y el Comunismo
Lin Piao nació el 5 de Diciembre de 1908 en la localidad de Huanggang, provincia china de Hubei. Siendo estudiante de secundaria, estuvo involucrado en las huelgas del 30 de Mayo y boicot de 1925, formando parte de la Asociación para el Bienestar Social de Wuchang, presidida por Yun Tai-ying (quien años más tarde sería uno de los principales dirigentes comunistas asesinados por el Kuomintang). A los 19 años, Lin Piao entra en la Academia Militar de Whampoa y en 1926 ingresó en las filas del Partido Comunista de China. Muy pronto destacó por su excepcional talento estratégico. Habiendo alcanzado muy joven el grado de coronel, en 1927 se une con su regimiento a los grupos guerrilleros comunistas liderados por Mao Tsetung.
Lin Piao dirigió el I Cuerpo de Ejército del Ejército Rojo chino y llevó personalmente la vanguardia del mismo durante la gesta de la Gran Marcha (1934-1935) y participó en la ocupación de Yenan en Diciembre de 1936. De esta época son sus escritos sobre “Revolución y Guerra”, en los que se hace énfasis en los problemas del contacto con las masas y establece, junto a Mao Tsetung, los reglamentos del Ejército Rojo, según los cuales los soldados deben ayudar a los campesinos e introducirlos en las ideas comunistas por su conducta ejemplar.
Durante la resistencia contra la invasión de China por los imperialistas japoneses, Lin Piao dirigió los destacamentos del Ejército Rojo (que pasó a denominarse Octavo Ejército de Ruta) en el norte de Shansi. Su 115 División propinó una formidable derrota a las tropas invasoras japonesas. Tras resultar herido en combate en 1938, pasó dos años de convalecencia médica en la URSS.
De regreso a China, Lin Piao se incorpora a la dirección de la lucha revolucionaria. Tras la expulsión de los invasores japoneses, iniciada la Tercera Guerra Civil Revolucionaria contra Chiang Kai-shek– al que apoyaba el imperialismo norteamericano-, en 1946 es designado comandante en jefe del Ejército Rojo en Manchuria. En tan solo un año sus tropas cercaron y derrotaron al núcleo de las fuerzas de Chiang Kai-shek, armadas y entrenadas por los imperialistas yanquis, capturando o liquidando a 36 generales enemigos. Tras la victoria del Ejército Rojo en Manchuria, Lin Piao aplastó al grueso de las fuerzas de Chiang Kai-shek en el norte de China, antes de marchar sobre Pekín que se rindió sin oponer resistencia alguna. Derrotado Chiang Kai-shek, el 1 de Octubre de 1949 Mao Tsetung proclamó, desde la Plaza de Tian An-men en Pekín, la República Popular China.
En 1950, al estallar el conflicto armado en Corea, Lin Piao dirigió el “Cuerpo de Voluntarios Populares Chinos” en apoyo del pueblo coreano contra el imperialismo yanqui y sus títeres de Corea del Sur. En una contraofensiva que tomó por sorpresa al mando norteamericano en el Sur del país dirigido por el general MacArthur, y utilizando la táctica de la “marea humana”, empujó a las tropas de la coalición yanqui y de sus aliados hasta casi derrotarlos. Aquejado de una dolencia, Lin Piao fue retirado del escenario bélico coreano y trasladado para su recuperación nuevamente a la URSS. Mao Tsetung habló de Lin Piao como “el mariscal sin par” y “el mariscal invencible”. Stalin dijo de él que era “la primera jerarquía china, cuya inteligencia y coraje superan los de todos. Su rojo puño es de hierro”.
De regreso a la República Popular China, tras ser barrida la línea oportunista de derecha encabezada por Peng Te-huai en la VIII Sesión Plenaria del Comité Central del PCCh celebrada en agosto de 1959, Lin Piao fue nombrado Ministro de Defensa, Vicepresidente ejecutivo de la Comisión Militar y miembro del Comité Permanente del Buró Político del PCCh.
Tras la X Sesión Plenaria del VIII Comité Central del PCCh –que sentó las bases del Movimiento de Educación Socialista- Lin Piao, al frente del Ejército Popular de Liberación de China (EPL), inició en su seno profundas transformaciones, destacando la abolición el 1 de Junio de 1965, delos rangos –incluido el suyo mismo de Mariscal- así como los privilegios de que gozaban los oficiales y fortaleciéndose en sus filas el trabajo político e ideológico, popularizando Lin Piao el maoísmo a través de la compilación por él mismo y la edición por vez primera del libro de Citas del Presidente Mao Tsetung (1964) –el famoso Libro Rojo- lo que se tradujo en convertir el EPL en un poderoso bastión y soporte del marxismo-leninismo-maoísmo.
En su histórico trabajo “¡Viva el Triunfo de la Guerra Popular!” (publicado el 3 de Septiembre de 1965), Lin Piao sistematizó brillantemente y extendió a escala mundial la teoría de la guerra popular de Mao Tsetung, desarrollando la tesis de que las “zonas rurales” del mundo, es decir, Asia, Africa y América Latina, cerquen las llamadas “ciudades del mundo”, refiriéndose a América de Norte y Europa Occidental, además de destacar ya entonces la decisiva importancia de la ideología maoísta al afirmar que Mao Tsetung “ha desarrollado de manera creadora el marxismo-leninismo, proporcionando nuevas armas al arsenal general del marxismo-leninismo”.
En 1966, la prensa de la República Popular China se refería a las tesis de Lin Piao como parte integral del Pensamiento de Mao Tsetung y el Partido Comunista de China declaró a Lin Piao “el íntimo compañero de armas de Mao Tsetung”. Tras el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China celebrado en Agosto de 1966, que aprobó la histórica “Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria”, Lin Piao fue designado Vicepresidente del Partido, Primer Vicepresidente del Comité de Asuntos Militares del Partido y Primer Vicepresidente del Consejo de Estado.
Fue en su papel como dirigente, codo con codo con Mao Tsetung, de la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1969) contra la línea burguesa y revisionista dentro del Partido propugnada por Liu Shao-shi, Teng Hsiao-ping y otros, donde Lin Piao alcanzó un enorme prestigio tanto entre el proletariado y el pueblo chinos como entre el proletariado y las masas revolucionarias del mundo entero. Fue precisamente esta labor de líder revolucionario la que le valió pronunciar su importantísimo Informe ante el IX Congreso del Partido Comunista de China (1 de Abril de 1969) y que los Estatutos aprobados por dicho Congreso definieran a Lin Piao como “el íntimo compañero de armas y el sucesor de Mao Tsetung”.
¿Por qué eliminaron a Lin Piao y a sus seguidores?
La eliminación de Lin Piao y sus seguidores dentro del PC de China y del EPL se produjo como resultado de la lucha que tuvo lugar al finalizar la década de los años 60 del siglo pasado entre las diferentes opiniones que en el seno del PCCh deseaban avanzar y profundizar la Gran Revolución Cultural Proletaria (liderados por Lin Piao y Chen Po-ta) y quienes querían frenarla y paralizarla (encabezados por Chou En-lai). La lucha parece que ya se inició durante los trabajos del IXº Congreso del PCCh y se prolongó posteriormente en la IIª Sesión Plenaria del IXº Comité Central –celebrado en Lushan (Agosto de 1970)- respecto a cuestiones como el papel del Partido y el EPL tras la Gran Revolución Cultural Proletaria, su relación con los nuevos Comités Revolucionarios, la continuidad o no del Grupo Central de la Revolución Cultural, etc. Las acusaciones lanzadas contra Lin Piao y Chen Po-ta, convirtiéndoles en los responsables de “alabar al genio” –para referirse a Mao- tergiversan la realidad de los hechos[4].
Una de las razones claves que culminaron con la liquidación de Lin Piao fueron las divergencias a principios de los años 70 del siglo veinte en cuanto a la situación internacional y el establecimiento de una alianza entre la República Popular China de un lado y el imperialismo norteamericano y sus aliados occidentales de otro, para hacer frente a la agresividad militar de la URSS, línea esta elaborada por Chou En-lai y que se concretaría en la llamada “teoría de los tres mundos” –formulada formalmente en abril de 1974 en boca de Teng Hsiao-ping en el discurso que pronunció ante la VI Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la ONU. Dicha línea fue apoyada por Mao Tsetung, Chiang Ching, Chang Chun-chiao, Wang Hong-wen, Yao Wen-yuan y Kang Sheng, y a la que se opusieron Lin Piao y sus seguidores.
Mientras Chou En-lai y los suyos maniobraban en la arena diplomática para sentar las bases de la alianza chino-norteamericana y preparar las visitas de los máximos cabecillas del imperialismo norteamericano a la RP de China, primero del Secretario de Estado Henry Kissinger y luego del Presidente Richard Nixon, Lin Piao no cesó de defender su postura de clara oposición a la misma. Así, por ejemplo, el 9 de julio de 1971, como Ministro de Defensa, Lin Piao dirigió una carta al Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de Defensa de la República Popular de Albania, Beqir Balluku, con motivo del XXVIIIº aniversario de la fundación del Ejército Popular de Albania, la cual finalizaba con las siguientes palabras: “El imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético se encuentran en un dilema sin precedentes, y ya no está lejos su ruina final. ¡Que los pueblos de China y Albania nos unamos con todos los pueblos del mundo y nos esforcemos juntos por derrotar cabalmente a los agresores yanquis y a todos sus lacayos!”[5].
Nada puede haber más ridículo en la actualidad –y lo contrario es ponerse una venda en los ojos para no verlo- que seguir aceptando la falsa, disparatada y rocambolesca historia oficial según la cual Lin Piao capituló ante el socialimperialismo soviético y murió tratando de huir a la URSS estrellándose sobre Mongolia en el avión en que viajaba.
La purga y eliminación física de Lin Piao y sus partidarios se inició en la madrugada del 9 de Septiembre de 1971. Al respecto existen distintas versiones: según unas fuentes Lin Piao, su esposa Ye Chun –dirigente también del PCCh y su hijo Lin Li-kuo, comandante suplente del grupo aéreo a cargo de la frontera con la República Popular de Mongolia y vicedirector del comando de ataque de la fuerza aérea, tras ser detenidos y negarse a firmar confesiones sobre sus supuestas conspiraciones, fueron asesinados en alguna prisión militar de Pekín o en el aeropuerto[6]; según otra versión, Lin Piao y su esposa Ye Chun fueron asesinados en Pekín por fuerzas de una unidad militar especial de seguridad, que lanzó varios proyectiles sobre el coche en que viajaban, el cual resultó destrozado, resultando ambos muertos en el acto. Todas las versiones señalan que las órdenes provenían de Chou En-lai.
“En la noche del 9 de septiembre –escribe Robinson Rojas, comunista y periodista chileno que vivió en China en los años 1970-1971- fueron desmembrados el estado mayor general del EPL, el estado mayor dela fuerza aérea, el de la marina y el del ejército, y purgados el departamento político general del EPL, la dirección general de logística y el departamento de ferrocarriles militares. En total, cerca de 35 generales fueron apresados esa noche. (…) Los generales Juang Yung-sheng y Li Tsuo-peng fueron arrestados en sus automóviles cuando se dirigían desde la embajada de Corea al ministerio de defensa en el centro de Pekín. Así, a la medianoche del 9 de septiembre, cinco de los ocho miembros del estado mayor general estaban presos: los generales Juang, jefe del EMG y miembro del buró político del partido; Wu Fa-sien, subjefe del EMG y miembro del buró político y jefe de la fuerza aérea; Chiu Jui-tsuo, subjefe, y miembro del buró político; Li Tseuo-peng, subjefe, miembro del buró político y comisario político de la marina; Yen Chug-chuan, miembro suplente del comité central, subjefe. El subdirector del departamento político general, miembro suplente del comité central, Juang Chi-yung, también estaba preso. Dicho en lenguaje político. Ocho de los 25 miembros del buró político del partido, la más alta instancia de poder en China, estaban bajo las bayonetas al terminar el banquete en la embajada de Corea. Junto a esos ocho, casi treinta generales del comando superior. El golpe de mano de las fuerzas de Chu fue dado en el más estricto secreto (…)”[7]
“Un recuento de las personas que arrastró en su caída [Lin Piao] –señala en relación con estos mismos acontecimientos el periodista y escritor K.S. Karol que se encontraba en China en 1971- permite apreciar su amplitud: de los veintiún miembros titulares de la secretaría política, solo diez permanecieron en funciones (…) Por otra parte, más de sesenta altos cargos y, entre los destituidos, figuraban “celebridades nacionales” como P`an Fu.chih, promotor de la toma del poder “modelo” en la provincia de Heilungkiang, Wang Hsiao-yu, presidente del Comité Revolucionario de Shantung (citado igualmente como ejemplo para la nación en 1967), Liu Ko-pìng y Chang Jih-ching, presidente y vicepresidente, respectivamente, del muy alabado Comité Provincial de Shansi; y la lista no acaba aquí, ni mucho menos. En el Ejército Popular de Liberación, la tala alcanzó al jefe del estado mayor, a tres de sus adjuntos y a la mayoría de los responsables de la aviación, de la infantería, de los servicios políticos de la marina y a militares de diferentes graduaciones en las provincias. Este recuento, aun siendo provisional, hace pensar que los “conspiradores” no carecían de partidarios en el conjunto de las instituciones que había creado la revolución cultural, y que estaban reclutados de entre los mejores activistas del movimiento que, en los años anteriores, se había fijado como objetivo alcanzar cimas “que nadie había alcanzado nunca”. En realidad, en caso de que los conceptos de “mayoría” y de “minoría” pudieran tener un sentido en un asunto en que el voto no intervenía, habría que admitir que fue una minoría quien impuso la nueva línea internacional e interior”[8].
Tras la eliminación de Lin Piao y sus partidarios en 1971, la política de colaboración con el imperialismo norteamericano avanzó a pasos agigantados convirtiéndose en el eje de la política exterior de la República Popular China, concretizándose en la contrarrevolucionaria “teoría de los tres mundos”, diseñada por Chou y Teng. Y esto más claro que el agua –o como dice un refrán español “no hay más ciego que el que no quiere ver”. La eliminación de Lin Piao y sus seguidores significó la liquidación de aquellos que en el seno del PCCh y del EPL rechazaban la aproximación con el imperialismo norteamericano, entonces encabezado por los asesinos Nixon y Kissinger y su aproximación a gobiernos reaccionarios proyankis (como el de Franco en España, el de Pinochet en Chile, el de Marcos en Filipinas o el de Mobutu en Congo).
A la vista de los hechos es incorrecto calificar a Lin Piao como un contrarrevolucionario en base a la campaña plagada de falsedades lanzada tras su asesinato. La liquidación física de Lin Piao y la eliminación y depuración de sus seguidores no sólo tuvo un efecto traumático en China sino que creó un terreno fértil para que el revisionismo volviera a ganar franjas de poder que había perdido durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, culminando con el golpe de estado contrarrevolucionario a la muerte de Mao Tsetung en octubre de 1976 y la restauración del capitalismo de la mano de Hua Kuo-feng, Teng Hsiao-ping y compañía.
A escala internacional, y para muchos militantes y simpatizantes del movimiento marxista-leninista-maoísta y de la República Popular China, la forma en que la dirección del PCCh abordó la muerte de Lin Piao creó confusión, muchas preguntas quedaron sin responder, muchas dudas sin resolver, lo que trajo como resultado que el PCCh –sumado a su nueva política internacional de colaboración con el imperialismo yanqui y sus lacayos burgueses en Europa y otros países del mundo consecuencia de la “teoría de los tres mundos”- comenzó a perder prestigio y autoridad entre los comunistas y revolucionarios del mundo.
Es preciso puntualizar que las posiciones erróneas de Mao Tsetung condenando a Lin Piao y apoyando la línea derechista de capitulación ante los imperialistas occidentales para hacer frente al socialimperialismo soviético –que tenía como máximo ideólogo a Chou En-lai, en modo alguno empañan la grandiosa vida y obra política de Mao Tsetung a lo largo de más de 50 años. Fueron errores en el curso de bregar con problemas de gran envergadura tanto en la nueva experiencia que supuso la Gran Revolución Cultural Proletaria –primera revolución proletaria bajo el socialismo- como en la compleja situación internacional de finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo veinte, consecuencia de la feroz rivalidad entre el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético a escala mundial y la línea táctica derivada de ello y elaborada por Chou En-lai, apoyada por Mao Tsetung y otros dirigentes chinos como Wuang Hong-wen, Chiang Ching, Chang Chun-chiao y Yao Wen-yuan los cuales, tras la muerte de Mao Tsetung, en Octubre de 1976 al producirse el golpe de estado contrarrevolucionario de Hua Kuo-feng, fueron detenidos, encarcelados y juzgados por los revisionistas chinos. En modo alguno, en el caso de Mao Tsetung, se debieron a problemas ideológicos fundamentales.
Retomar la vida y la obra de Lin Piao
Los marxistas-leninistas-maoístas, los comunistas y revolucionarios deben oponerse a la crítica inadecuada de Lin Piao, hecha con argumentos falsos y con métodos erróneos.
Porque Lin Piao, en la lucha contra la burguesía y sus agentes, contra el oportunismo y el revisionismo de todo tipo, defendió el marxismo-leninismo-maoísmo.
Porque Lin Piao, con sus obras y escritos teóricos, políticos y militares, hizo un aporte imborrable al marxismo-leninismo-maoísmo y al Movimiento Comunista Internacional.
Porque en vida de Lin Piao, el Partido Comunista de China y el Gobierno de la República Popular China, aplicaron una política exterior que correspondía al internacionalismo proletario y prestaron gran ayuda a las luchas revolucionarias de los pueblos de diversos países (Corea, Vietnam, India, Filipinas, Malasia, Colombia, Brasil, Palestina, Francia, Italia, España, etc. ).
Porque Lin Piao se puso al frente de la corriente histórica, dirigiendo la lucha revolucionaria; fue enemigo irreconciliable del imperialismo, del socialimperialismo y de todos los reaccionarios.
Porque la vida de Lin Piao fue la vida de un gran marxista-leninista-maoísta, de un gran revolucionario proletario.
Lin Piao fue un gran marxista-leninista-maoísta, que defendió el marxismo-leninismo-maoísmo de todos los enemigos y revisionistas tanto de dentro como de fuera de China e hizo una valiosa contribución en su comprensión y desarrollo. Lin Piao cuenta con grandes méritos en el desarrollo y victoria de la Revolución china, y muy especial en el lanzamiento y desarrollo dl Movimiento de Educación Socialista (1963) y la campaña en el seno del Ejército Popular de China para el estudio del Pensamiento Mao Tsetung (1964). Y, sobre todo y muy especialmente, en la gestación y desarrollo de la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1969), que impidió la restauración del revisionismo y el capitalismo en China durante algunos años (más hasta producirse en 1976 el golpe de estado de Hua Kuo-feng tras la muerte de Mao Tsetung) y supuso un avance para el Movimiento Comunista Internacional y las luchas de liberación de los pueblos del mundo entero.
Por todas estas razones Lin Piao gozó de una gran autoridad no solo entre el proletariado y las masas populares de la República Popular China sino también entre el proletariado y las masas populares de los cinco continentes. En las cuestiones esenciales, como es la defensa de los intereses del proletariado y de la teoría marxista-leninista-maoísta, en la lucha contra el imperialismo y el socialimperialismo, el revisionismo y demás enemigos del socialismo, Lin Piao fue y será siempre un ejemplo para los comunistas y revolucionarios.
Por todo ello, los marxistas-leninistas-maoístas, los comunistas y revolucionarios del siglo veintiuno deben retomar la vida y la obra de Lin Piao.
El proletariado internacional y el Movimiento Comunista Internacional cuentan en la actualidad con un inmenso bagaje de experiencias, tanto positivas como negativas, para afrontar las nuevas batallas contra la burguesía y el imperialismo y en la gran marcha hacia el Socialismo y el Comunismo. Y, muy especialmente, cuentan con la ideología del marxismo-leninismo-maoísmo, la ciencia de la revolución elaborada por Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung, resultado de todo el periodo histórico iniciado en el siglo XIX con la Primera Internacional, pasando por la Comuna de París, la Gran Revolución Socialista de Octubre en Rusia y la construcción de la URSS, la Tercera Internacional Comunista y la Gran Revolución Cultural Proletaria en China.
Notas
[1]A saber, sólo un puñado de organizaciones como la Liga Marxista Leninista de Italia (que tenía su base en Brescia y editaba el periódico “Lotta di classe”) o el Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista), liderado por Mahadev Mukherjee tras el asesinato de Charu Mazumdar, continuaron defendiendo a Lin Piao después de 1972. En España no parece que ninguna organización de ideología maoísta mantuviera esta misma posición. La actitud de los partidos y organizaciones alineados ideológicamente con el PC de China entonces siguieron una postura seguidista y acrítica respecto a éste en la cuestión de Lin Piao.[2] Ver, por ejemplo, Livio Maitan, El Ejército, el Partido y la Masas en la Revolución China, Akal Editor, Madrid 1978; Richard Wich, La crisis política chino-soviética, Fondo de Cultura Económica, México 1983; Yao Ming-Le, Conspiración y muerte de Lin Piao, Editorial Argos Vergara, Barcelona 1984; Chen Jian, La China de Mao y la Guerra Fría, Ediciones Paidos Ibérica, Barcelona 2005.
[3] No ayuda al avance y fortalecimiento ideológico de los partidos y organizaciones marxistas-leninistas-maoístas seguir presentando en la actualidad a Lin Piao como un renegado junto a Liu y Teng y negar la responsabilidad que tuvo Mao Tse-tung en el cambio de orientación en la política del PC de China a principios de los años 70 del siglo veinte estableciendo una alianza con Nixon y el imperialismo norteamericano -como hizo por ejemplo el Partido Comunista de Nepal (maoísta) cuando afirmaba en su IIª Conferencia de Febrero de 2001:
Algunas personas no comprenden la complejidad de la revolución cultural y culpan a Mao por una serie de compromisos en el periodo más tardío, lo que es completamente erróneo
Some Important Documents of Communist Party of Nepal (Maoist), p. 57, Janadisha Publications, Nepal 2004
[4] No olvidemos que el propio Mao Tsetung en su conversación con Edgar Snow en 1965 declaró que era necesario más culto a la personalidad; que Chou En-lai en el IXº Congreso del PCCh ensalzó el desarrollo del marxismo-leninismo por Mao con los calificativos “con genio y de forma creativa”. Kang Sheng en un discurso pronunciado el 21 de enero de 1967 se refería “al Presidente Mao que imprime al marxismo-leninismo un impulso fecundo, a él el jefe supremo de los pueblos del universo, y a su genial pensamiento”. También en 1968, Chiang Ching proclamaba en un discurso “…es la voz de nuestro gran jefe, el presidente Mao! Larga, larga vida al Presidente Mao!” (Pekín Informa 68/37 de 17 de septiembre de 1968) y Yao Wen-yuan en un artículo publicado en Pekín Informa 68/35, de 3 de septiembre de 1968, se refería a Mao Tsetung como “el gran jefe de la clase obrera”, etc., etc.
[5] Robinson Rojas, “China: una revolución en agonía”, Ediciones Martínez Roca, Barcelona 1978, pp. 282-283.
[6] Ibid., p. 293
[7] Ibid., p. 291
[8] K. S. Carol, “La segunda revolución china”. Seix Barral, Barcelona 1977, pp. 476-477.
Fuente; GMHC