Portal
Flores para Stalin - Porque Yo No Condeno A Stalin
texto anónimo (firmado por El caminante) publicado en el blog de Euskal Herria Sozialista - 16 de noviembre de 2012
Comienza el texto: Esto aquí está escrito para todos los amigos, compañeros y camaradas, quienes están de verdad con todo su corazón de este lado de nuestra causa y quienes no se aman mas a sí mismo que a esta causa..., como algunos tantos demasiados.
Un inmenso numero, tan vergonzoso como histérico, muy adentro de la izquierda asegura con apuro sospechoso, cuando se toque el nombre de Stalin, que era asesino, que haya matado mas Comunistas que Hitler, que el promovió el culto a su personalidad, que era un dictador, etc., etc. Esto parece no necesitar ninguna prueba o sostén. Es así porque sí. Aquí no hay bochorno intelectual. La lengua está suelta. Se puede olfatear un factor común, tan sutil, que sea, en todos: miedo. También se llama oportunismo.
Si no existiera el miedo a las odiosas y represivas calumnias y mentiras de la reacción, todo seríamos comunistas y viviéramos ya en una etapa histórica, digna de la humanidad, en el comunismo puro. No existiera el oportunismo.
No cabe duda, que Stalin era y es el líder proletario mas odiado por la burguesía.
Aunque ya han pasado años después de su muerte, los ideólogos del sistema no omiten ninguna oportunidad para desprestigiarlo, sea en el cine, en la televisión en los magazines, en los periódicos etc. etc. A estos ingenieros de la memoria histórica les aprieta el miedo al fantasma del comunismo el cuello todavía. Por buenas razones, digo yo, y para siempre.
Pero al otro lado es extraño la afinidad que tienen personas, quienes se consideran progresistas, con las viseras podridas de los antagonistas contemporáneos de todo progreso y es asombrosa la facilidad con la cual absorben a incluso cualquier susurro de la propaganda culebrina burguesa.
Por la gran suerte de todos los oportunistas, cómodos, egoístas, cobardes y/o timoratos, quienes temen a la solidaridad social como el diablo al agua bendita, también a nosotros, a los comunistas, en medio de una lucha feroz y en campo históricamente virgen y desconocido, nos ha caído el Zapote de vez en cuando. Deberían agradecernos nuestros adversarios, para tan magnifico pretexto, para seguir refocilándose en egoísmo social, en la indiferencia humana del mercado capitalista y en la irracionalidad de la inercia espiritual. Que magnifico pretexto lo justifica: Los mismísimos comunistas cometieron errores. ¡WAO! Sería horrible, si de repente tuviesen que carecer los reaccionarios de nuestros desaciertos tan imprescindibles para su liviana excusa permanente, que les sirve tanto para su reacia y desesperada resistencia a cambiar. Somos los comunistas los únicos, quienes en última consecuencia han abolido el sistema de explotación capitalista y quienes han puesto el mayor numero de sus combatientes en muertos y perseguidos en contra los enemigos de la humanidad. Siempre me ha dado la gana de preguntar a los flamantes críticos anticomunistas, que han hecho ellos personalmente, para acabar con el genocidio, el hambre, el guerrerismo, el desempleo, la misoginia, el analfabetismo. Se debería preguntar a cada uno de ellos: ¿Cuantos tú has realmente organizado, cuantos has realmente despertado o alertado, - y sobre todo - ¿cuanto has sacrificado tú, comparado con los combatientes de la clase obrera y otros, comunistas y no comunistas - para llenarte tanto la boca, viendo los toros de largo? ¿O es acaso, que tú no ves la necesidad, porque vives bien con todo esto, con todo este sistema?.
¡Pero bien! Aquí no se trata en primer lugar de defender a una persona por su nariz bonita. El caso de Stalin pone en evidencia la miseria ideológica de la izquierda, la cual quiero sintetizar en una frase. Si la izquierda – o por lo menos una parte considerable de esta – sigue condenando a Stalin, seguirá condenándose a si misma y llegará a ningún lado. No se trata aquí solamente de la persona del camarada Stalin en si, sino de la manera como se trata al asunto en sí, como revolucionario profesional y comprometido.
Tengo como objetivo de poner el dedo en la llaga de una inseguridad profunda dentro de la izquierda, cuando está llamada a defender ideológicamente la causa de su clase.
Al otro lado se respeta la intención de todas personas de buena voluntad, quienes están al lado del progreso social y el caso de Stalin no es fácil. En un principio, cuando uno tropieza con el tema, le cuesta a uno ser objetivo. Por esto, yo, al contrario: parto de mi situación subjetiva, la cual es igual a aquella de millones de otras personas en este mundo.
Soy un individuo en este planeta en la era del capitalismo monopolista. Es una era que ha pasado su fase progresista hace mucho tiempo y se hunde cada día mas y más rápido en el caos de sus propias contradicciones internas. Miles de millones de personas están en la miseria, en el hambre, en los vejámenes de guerra, en el desempleo o en cualquiera de las infelicidades objetivas y subjetivas posibles (...)
Se puede descargar el documento completo desde: (formato doc - unas 30 páginas, según tipo y tamaño de letra que se utilice)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
texto anónimo (firmado por El caminante) publicado en el blog de Euskal Herria Sozialista - 16 de noviembre de 2012
Comienza el texto: Esto aquí está escrito para todos los amigos, compañeros y camaradas, quienes están de verdad con todo su corazón de este lado de nuestra causa y quienes no se aman mas a sí mismo que a esta causa..., como algunos tantos demasiados.
Un inmenso numero, tan vergonzoso como histérico, muy adentro de la izquierda asegura con apuro sospechoso, cuando se toque el nombre de Stalin, que era asesino, que haya matado mas Comunistas que Hitler, que el promovió el culto a su personalidad, que era un dictador, etc., etc. Esto parece no necesitar ninguna prueba o sostén. Es así porque sí. Aquí no hay bochorno intelectual. La lengua está suelta. Se puede olfatear un factor común, tan sutil, que sea, en todos: miedo. También se llama oportunismo.
Si no existiera el miedo a las odiosas y represivas calumnias y mentiras de la reacción, todo seríamos comunistas y viviéramos ya en una etapa histórica, digna de la humanidad, en el comunismo puro. No existiera el oportunismo.
No cabe duda, que Stalin era y es el líder proletario mas odiado por la burguesía.
Aunque ya han pasado años después de su muerte, los ideólogos del sistema no omiten ninguna oportunidad para desprestigiarlo, sea en el cine, en la televisión en los magazines, en los periódicos etc. etc. A estos ingenieros de la memoria histórica les aprieta el miedo al fantasma del comunismo el cuello todavía. Por buenas razones, digo yo, y para siempre.
Pero al otro lado es extraño la afinidad que tienen personas, quienes se consideran progresistas, con las viseras podridas de los antagonistas contemporáneos de todo progreso y es asombrosa la facilidad con la cual absorben a incluso cualquier susurro de la propaganda culebrina burguesa.
Por la gran suerte de todos los oportunistas, cómodos, egoístas, cobardes y/o timoratos, quienes temen a la solidaridad social como el diablo al agua bendita, también a nosotros, a los comunistas, en medio de una lucha feroz y en campo históricamente virgen y desconocido, nos ha caído el Zapote de vez en cuando. Deberían agradecernos nuestros adversarios, para tan magnifico pretexto, para seguir refocilándose en egoísmo social, en la indiferencia humana del mercado capitalista y en la irracionalidad de la inercia espiritual. Que magnifico pretexto lo justifica: Los mismísimos comunistas cometieron errores. ¡WAO! Sería horrible, si de repente tuviesen que carecer los reaccionarios de nuestros desaciertos tan imprescindibles para su liviana excusa permanente, que les sirve tanto para su reacia y desesperada resistencia a cambiar. Somos los comunistas los únicos, quienes en última consecuencia han abolido el sistema de explotación capitalista y quienes han puesto el mayor numero de sus combatientes en muertos y perseguidos en contra los enemigos de la humanidad. Siempre me ha dado la gana de preguntar a los flamantes críticos anticomunistas, que han hecho ellos personalmente, para acabar con el genocidio, el hambre, el guerrerismo, el desempleo, la misoginia, el analfabetismo. Se debería preguntar a cada uno de ellos: ¿Cuantos tú has realmente organizado, cuantos has realmente despertado o alertado, - y sobre todo - ¿cuanto has sacrificado tú, comparado con los combatientes de la clase obrera y otros, comunistas y no comunistas - para llenarte tanto la boca, viendo los toros de largo? ¿O es acaso, que tú no ves la necesidad, porque vives bien con todo esto, con todo este sistema?.
¡Pero bien! Aquí no se trata en primer lugar de defender a una persona por su nariz bonita. El caso de Stalin pone en evidencia la miseria ideológica de la izquierda, la cual quiero sintetizar en una frase. Si la izquierda – o por lo menos una parte considerable de esta – sigue condenando a Stalin, seguirá condenándose a si misma y llegará a ningún lado. No se trata aquí solamente de la persona del camarada Stalin en si, sino de la manera como se trata al asunto en sí, como revolucionario profesional y comprometido.
Tengo como objetivo de poner el dedo en la llaga de una inseguridad profunda dentro de la izquierda, cuando está llamada a defender ideológicamente la causa de su clase.
Al otro lado se respeta la intención de todas personas de buena voluntad, quienes están al lado del progreso social y el caso de Stalin no es fácil. En un principio, cuando uno tropieza con el tema, le cuesta a uno ser objetivo. Por esto, yo, al contrario: parto de mi situación subjetiva, la cual es igual a aquella de millones de otras personas en este mundo.
Soy un individuo en este planeta en la era del capitalismo monopolista. Es una era que ha pasado su fase progresista hace mucho tiempo y se hunde cada día mas y más rápido en el caos de sus propias contradicciones internas. Miles de millones de personas están en la miseria, en el hambre, en los vejámenes de guerra, en el desempleo o en cualquiera de las infelicidades objetivas y subjetivas posibles (...)
Se puede descargar el documento completo desde: (formato doc - unas 30 páginas, según tipo y tamaño de letra que se utilice)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
