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    "Los Comunistas y la Moral" - texto de Gustavo Ribadeneira - publicado en 2009 en la revista POLÍTICA, del PCML del Ecuador - se puede leer completo en el Foro - Interesante

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Lun Oct 17, 2011 5:36 pm

    LOS COMUNISTAS Y LA MORAL, de Gustavo Ribadeneira

    septiembre de 2009 – publicado en la revista POLÍTICA, del PCML del Ecuador

    La actividad de los comunistas es intensa y permanente, se desenvuelve en varios ámbitos: en la vida personal, en el rol que cumple en su organismo de militancia, forma parte del desarrollo del partido en su conjunto y de las responsabilidades que se asume a nivel público. En el cumplimiento de la dirección, es preciso que en determinados momentos se ponga más énfasis en el conocimiento de la moral comunista y el nivel asimilación ideológica que ha adquirido. En esta línea es imprescindible ir afirmando la práctica revolucionaria de nuestro partido, esclarecer de mejor manera su rol histórico, enseñar con el ejemplo y trabajar con mayor entusiasmo; asimilar las lecciones positivas, esclarecer las incomprensiones y corregir las prácticas reñidas con la moral comunista.
    La moral es el conjunto de valores que norman la vida humana, establecen el comportamiento social, su contenido está relacionado directamente con la formación económica social,está determinado por el modo de producción en la cual se desarrolla la sociedad en general, corresponde a la estructura social es decir tiene un contenido de clase.
    Es necesario el enfoque científico para ubicar la moral dentro de las clases sociales y no sobre o al margen de ellas, es indispensable para determinar su vinculación directa con los valores de la sociedad en un momento determinado, tomando en cuenta que son diferentes en las sociedades dominadas por las clases explotadoras frente aquellas que ya han superado estas relaciones. Son radicalmente opuestos los valores del capitalismo y del comunismo.
    Este enfoque permite definir que la ideología dominante es la que se impone en una sociedad determinada, la moral es parte de ella, de allí que calificar la moral como buena o mala, correcta o incorrecta no depende de la voluntad o el criterio individual sino que se debe tomar los parámetros en el contexto ideológico y en el momento histórico.
    En nuestro país debido a su Formación Económica Social no solo existe la burguesía como clase sino que existen otras clases y capas sociales que debemos tenerlas en cuenta al momento de valorar los contenidos de la moral.

    LA MORAL COMUNISTA

    El comunismo es un modo de producción en el que las relaciones de explotación no existen, las normas morales que rigen esta sociedad son totalmente diferentes a la moral burguesa. Para derrotar el capitalismo e instaurar el comunismo es imprescindible la existencia del partido comunista que guíe a las masas hasta lograr su emancipación definitiva.
    El partido comunista se guía por valores superiores, normas morales que están en permanente contradicción con el pensamiento y la práctica capitalista. En el Ecuador, el PCMLE tiene como objetivo instaurar el socialismo y el comunismo, para ello tiene normas que guían el quehacer revolucionario, valores sustentados en el marxismo leninismo, determinados en la teoría revolucionaria.
    La lealtad al partido, la consecuencia con la revolución, la vida modesta; la honestidad y el respeto entre camaradas, para la Organización y con las masas. El comportamiento sencillo que no es lo mismo que la simpleza. La democracia, la libertad, la soberanía. La firmeza en la lucha, la consecuencia en la defensa de sus principios en todo momento y en cualquier circunstancia.
    Concomitante con estos principios el militante comunista tiene como norma de vida la solidaridad, entendida, esta, en los múltiples aspectos de la actividad y compartida con los camaradas, con el pueblo, con la familia. Solidaridad comprendida como una identidad con las clases trabajadoras, opuesta a la caridad y a la bondad religiosa que practica la moral burguesa.
    La honestidad con el partido significa ser transparente, no ocultarle nada, actuar con sinceridad en las diferentes facetas o aristas de la vida partidaria. Dedicar nuestras mejores capacidades y recursos a la causa. Llevar una vida modesta, entregar todo el tiempo posible a la conquista de los objetivos revolucionarios, poner nuestra capacidad intelectual a esta gran tarea. Poner en segundo plano los intereses personales.
    El militante del partido —hombre y mujer— tiene que esforzarse, cada vez más, por entender que la mujer es un sujeto importante, valioso para la revolución y no un objeto para la explotación.
    El comunista respeta a las masas, utiliza los recursos idóneos para que se incorporen a la lucha por la emancipación.
    En toda actividad individual y colectiva tenemos que poner en primer plano estos valores para convertirnos en verdaderos referentes de lo que somos y queremos, de lo que es un revolucionario y la razón por la que luchamos.
    La libertad entendida desde el punto de vista de clase, libertad para los de abajo, libertad para el disfrute de nuestro trabajo, libertad para conducir los destinos de nuestro país.
    La democracia como expresión de la voluntad mayoritaria, debe surgir del interés colectivo del organismo del partido, que este al servicio de los intereses de la revolución, de los pueblos, de la nación.
    El patriotismo que promueve la defensa de los valores y de los símbolos cívicos que expresan la historia libertaria de los pueblos, que identifican la composición social y la lucha de las masas, su ideología e idiosincrasia.

    LA MORAL COMUNISTA EN DIRECTA RELACIÓN CON LA CONCIENCIA

    Toda ideología tiene su moral, consecuentemente toda moral, tiene sus valores; la moral no está separada de la concepción de la vida, al contrario determina la conducta de los individuos, le da sustento y argumentos para el comportamiento de las clases. Es idealismo pensar que la moral está por sobre las clases.
    Toda actividad de los seres humanos se mueve por intereses, son estos los que marcan el rumbo de la vida y de la historia; los comunistas tenemos intereses propios, revolucionarios, emancipadores, nuestra práctica está orientada a terminar con la burguesía, a liquidar la dependencia, alcanzar la liberación de los pueblos, a lograr una sociedad sin clases, este es el camino que los comunistas ecuatorianos estamos forjando, estos son los objetivos que marcan nuestras vidas.
    La conciencia es la asimilación de la ideología proletaria, cuando más afirmada está, más conciencia tenemos, cuando adquirimos más conciencia entendemos y practicamos mejor los valores morales. Estos valores necesitan ser transmitidos a los miles de seres que se involucran en la lucha revolucionaria, se constituye en la fuerza moral que atrae las conciencias, las mentes y los corazones de millones de trabajadores para que ejerzan su rol de en la forja del camino revolucionario.
    Transmitir la ideología proletaria, implica primero, asimilarla, tener convencimiento pleno de la importancia de la moral comunista, con esa seguridad hacerla carne de nuestra vida, practicarla con alegría y entusiasmo; en segundo lugar este convencimiento es el motor que conduce a los comunistas a formar nuevos militantes del partido, nuevos revolucionarios dispuestos a asumir la tarea revolucionaria y condicionar su vida a la moral que norma la vida revolucionaria.

    LA POLITICA REVOLUCIONARIA IDENTIFICA LA MORAL COMUNISTA

    Los principios de la política revolucionaria están sustentados en la moral comunista. Esto significa claridad y firmeza en la política a favor de los intereses de los pueblos, de la nación, de la revolución, del socialismo, del comunismo, son los intereses patrióticos, democráticos revolucionarios, los que enmarcan la política del partido.
    En el PCMLE es vital asimilar los valores morales para avanzar firme y más aceleradamente en la construcción del partido, en la concientización de los pueblos y en el desarrollo del movimiento
    revolucionario de masas.

    La consecuencia y la lealtad con los intereses del partido, son elementos vertebrales en la política revolucionaria, proporciona mayor claridad y precisión en la elaboración de nuestra política, asegura que los pasos que damos sean más firmes en el sinuoso y difícil camino hacia el socialismo y el comunismo.
    El personalismo es una concepción y practica en la cual el militante piensa que él y sus ideas constituyen la verdad absoluta. No hay nada sobre sus ideas, ni nadie mejor que él,
    piensa que el partido debe estar a su mandar. Esta es una de las más peligrosas concepciones que afectan gravemente al militante y al partido. Como es obvio es contraria a los valores nuestros y si no se combate a tiempo y con firmeza termina por antagonizar.
    La política pragmática está reñida con la revolución, está guiada por el oportunismo, no tiene como guía los intereses democráticos, patrióticos, revolucionarios, está al margen de las aspiraciones de cambio de las masas, está determinada por los cálculos personales, prebendas de grupo, busca obtener o mantener privilegios.
    El oportunismo anula la organización comunista, entiende a la lucha revolucionaria como un mecanismo para lograr apetitos de beneficio personales o de grupo, se esfuerza por alcanzar puestos dirigentes o cargos de otra naturaleza, no como reconocimiento que hace el partido al trabajo revolucionario, porque es entendido como asenso social y no como trinchera de la lucha revolucionaria, quienes así conciben su presencia en el partido utilizan métodos contrarios a la unidad del partido, desprestigian la labor de otros camaradas que puede constituirse en obstáculo para sus propósitos; no son de ninguna manera leninistas, son opuestos a la lucha ideológica, la crítica y autocrítica que son instrumentos de formación comunista. Cuando no se pone como norte y como guía estos valores surgen o pueden desarrollarse los atavismos que pueden desviarnos del camino revolucionario. Son prácticas que no están iluminadas por la moral comunista; estas manifestaciones al interior del partido, en la relación con las masas, demuestran que existen rezagos de la moral pequeño burguesa e inclusive burguesa. Son expresiones de la debilidad ideológica del militante que conducen, si no se corrigen oportunamente, a la descomposición ideológica del comunista, al debilitamiento de la organización.
    Los comunistas nos fundamentamos en los principios del marxismo leninismo, no nos guiamos por los principios de Maquiavelo, es decir para nosotros no es correcto una política en donde el fin justifique los medios, la teoría revolucionaria es la que determina nuestro pensamiento y nuestra acción; se trata entonces de que debemos tener claro cuáles son las fuerzas de la revolución, las fuerzas aliadas, las fuerzas contrarrevolucionarias, de igual manera tenemos claro el objetivo por el cual trabajamos tanto en el plano táctico como estratégico.
    Guiados en estos valores es que elaboramos la política en general y las acciones unitarias en particular, poniendo al centro el eje programático, no se trata de manera pragmática, de la unidad por la unidad sino que tiene contenidos y propósitos definidos.
    Los acuerdos y compromisos tienen el marco de la revolución, deben ser realizados analizando la realidad concreta en un momento concreto, pero siempre, con la luz del marxismo leninismo, con el propósito de avanzar.
    Basados en estos valores respaldamos los programas y proyectos políticos que favorezcan las masas, que defiendan a la nación ecuatoriana, que se contrapongan a los intereses del imperialismo. Apoyamos y luchamos por la política que combata a los enemigos de clase.
    Aplicar los valores morales en la política, afirmarnos en lo que somos, poner por delante los intereses del partido, de los pueblos, de la lucha por el poder, del socialismo y el comunismo y en este propósito ser flexibles en la política y firmes en los principios, analizando de manera concreta, saber con exactitud por qué y para qué los hacemos, tener claro la naturaleza de clase de las personas u organizaciones con quienes hacemos los compromisos, en nuestro caso siempre tener como razón, el objetivo revolucionario.

    EL PARTIDO SE AFIRMA CON LA MORAL COMUNISTA

    El partido como el comando de dirección más avanzado debe estar cobijado, pertrechado de la moral revolucionaria para que pueda cumplir su objetivo. A nivel individual, en el conjunto del partido, en las organizaciones que dirigimos, debemos impregnar la moral revolucionaria:
    el respeto, la honestidad, la vida modesta. El respeto del militante a la organización, al partido es importante para garantizar el cumplimiento de nuestro rol. Cumplir con los compromisos que conscientemente adquirimos, en cualquier nivel que sea, son compromisos con la revolución, entender que la sinceridad con el partido significa también ser serios con las decisiones que tomamos y honestos con la disposición para cumplirlos.
    Cada vez debe ser mejor la práctica de los comunistas de respetar a sus camaradas, tiene que cultivarse para que sea mutua, de tal manera que no se confunda con tolerancia de las ideas y prácticas opuestas a nuestros valores y principios. Tenemos los mismos objetivos, nos conducimos con iguales valores, entendemos que en el trato con nuestros camaradas, prima la valoración de sus virtudes, el estímulo a su práctica revolucionaria y naturalmente la corrección a sus errores y defectos que como humanos tenemos y que se presentan en toda práctica.
    Esto genera confianza y proyecta la actividad a niveles más altos. Por eso es que la moral comunista debe ser entendida para ser practicada en todo momento de la vida del militante, en todo lugar que desenvuelve su actividad. No hay concepto, salvo que no sea revolucionario, que justifique que el partido o las organizaciones que dirigimos deben estar al servicio de los intereses personales de los dirigentes. Actuar de esa manera es trastrocar la naturaleza del partido, no corresponde a los principios del sistema de organización que es el partido; el marxismo nos enseña que los individuos cumplimos un papel en el colectivo y en el proceso, entendemos que los intereses personales están supeditados a los intereses colectivos, del partido, de la revolución.
    El manejo honesto de los recursos materiales que son adquiridos para la revolución, es correspondiente con la confianza en la responsabilidad que el partido nos entrega, la confianza
    no es contraria al control riguroso de estas responsabilidades.
    Al contrario es demostración mutua de confianza del militante a la organización y viceversa, para sean bien utilizados, que no se distraigan en otras actividades no revolucionarias y resueltas individualmente, para impedir que se vayan adquiriendo ideas reñidas con la condición de comunistas.
    Practicamos los principios de la democracia, entendida en el marco del centralismo democrático; la moral comunista nos conduce a practicar la democracia proletaria, no la anarquía ni el autoritarismo.
    En esta misma línea que debemos relacionarnos con las masas, es con ellas que vamos a hacer la revolución, el respeto hacia las masas es una concepción revolucionaria y como tal es y debe ser una práctica que permite incorporarles a la actividad revolucionaria, encontrando argumentos que persuadan, que ganen razón y de esa manera se dispongan a trabajar por ella. Esto implica hacer la política de cara a las masas desechando cualquier manifestación de imposición, que no es otra cosa que expresiones de autoritarismo u otras formas que riñan con la moral comunista.

    El feminismo es una concepción opuesta a la moral comunista, reivindica a la mujer sin considerar la concepción de clase sino de mujer por ser mujer, nosotros trabajamos por incorporar a las mujeres al proceso de liberación social; debemos combatir y desterrar las expresiones de machismo en el partido, la vinculación de la mujer a la lucha revolucionaria es vital, la moral no es un problema de sexo sino de la posición ideológica, de asimilación de los valores comunistas, afirmar estos valores permite formar e incorporar al proceso revolucionario a miles de mujeres, dispuestas a asumir altas responsabilidades en el partido y fuera de él.
    Las expresiones de valores no comunistas tienen su origen en los rezagos pequeños burgueses de determinados camaradas. Debemos trabajar para exterminarlos afirmando los valores morales proletarios en la práctica cuotidiana del militante, enraizando al interior del partido, educándonos
    para afirmar la calidad de vanguardia del partido comunista.
    En el proceso de formación comunista podemos equivocarnos y de hecho así ha sucedido, precisamente para equivocarnos lo menos posible, para cometer menos errores, para avanzar más rápidamente tenemos que afirmarnos en la moral comunista.

    LA MORAL COMUNISTA INDISPENSABLE PARA LA REVOLUCIÓN

    Alcanzar los altos objetivos de la revolución empieza por los militantes y su vida entregada al partido, por la acumulación de fuerzas, la toma del poder. El combate a la burguesía en todas formas y prácticas culmina con la instauración del comunismo, esto puede realizarse con una práctica guiada por la moral comunista.
    Hablar del combate a la burguesía quiere decir al sistema en su conjunto y en esta línea el combate a la moral burguesa debemos realizarlo con firmeza diaria y permanentemente. En todo sistema se superponen los valores de la ideología dominante, precisamente en este escenario es que se contraponen los valores que los comunistas tenemos para enfrentar el capitalismo.
    Los comunistas somos de un temple especial y eso es lo que nos diferencia del común de las personas, somos seres humanos con una moral diferente, no obstante de estar inmersos en la sociedad capitalista, llevamos una vida diferente que si la expresamos bien, merece el cariño y el respeto de los demás.
    No quiere decir que seamos antisociales, al contrario somos personas que debemos ser atractivas a las masas, involucrarnos en todos los actos de la vida, tenemos relaciones sociales, nuestro comportamiento debe ser natural, oportuno; somos seres humanos que hacemos todos los esfuerzos para entender mejor el rol que debemos cumplir y como tales relacionarnos de manera natural con el entorno de nuestra actividad familiar, productiva o política para llevar a la práctica nuestra concepción.
    Representamos al partido entendiendo que es la garantía para la revolución, es una realidad concreta y no una entelequia, con el ejemplo los militantes aglutinamos a las masas para incorporarlas al proceso.
    La moral es un puntal ideológico y práctico para la revolución, demuestra la diferencia entre los valores del sistema capitalista y la sociedad que queremos y por la cual luchamos.

    LAS CONVICCIONES MORALES FORTALECEN LA RESISTENCIA DEL COMUNISTA

    La fortaleza ideológica, la asimilación de las normas comunistas, la consecuencia con el partido, la lealtad a las normas leninistas dotan al militante de una coraza para resistir las contingencias que en la lucha revolucionaria se presentan.
    Una de ellos puede ser la represión, en esta situación se pone en prueba la condición de comunista, la fortaleza del revolucionario y la convicción de luchadores que no claudicamos por difícil que sea la situación en la que nos encontremos. El valor y la resistencia se la demuestra con el comportamiento integro del comunista, para no claudicar en los principios, no olvidar que nuestra práctica está siendo vista por los revolucionarios y los pueblos en general, representamos a la historia, al presente y estamos forjando el futuro de nuestro pueblo, estos aspectos están por sobre cualquier circunstancia, por duras que sean las condiciones que el enemigo nos ponga, allí
    está en juego el temple del militante.
    Mantenernos firmes, comportarnos con inteligencia, asirnos a la moral cuando pretendan hacernos flaquear permitirá que no se revele el secreto de nuestra organización. Confiar siempre
    en el partido, que no estamos solos y que hay contingencias duras en la lucha revolucionaria.

    LA MORAL COMUNISTA SIEMPRE EN FUNCIÓN DE LA REVOLUCIÓN

    La moral comunista está ligada íntimamente con la conciencia revolucionaria, es determinante tomar en cuenta esta relación para que en la vida partidaria, familiar, laboral etc. Nuestra conducta sea nítida e irrefutable.
    El partido no debe ser el escudo para encubrir prácticas reñidas a nuestra moral, no debemos utilizar su nombre, argumentar la actividad revolucionaria para ocupar nuestro tiempo en cosas que nada tienen que ver con la revolución y peor que estén reñidas con ella. La condición de comunistas no es para conseguir prebendas, para alcanzar favores reñidos con la moral. La condición de dirigentes nos ha dado nuestra consecuencia con los intereses del partido, en ella confía la militancia y el pueblo, debemos hacer honor de esta condición, en la elaboración política, en la lucha por aplicarla, en el enfrentamiento al enemigo de clase. Allí nos formamos, nos afirmamos y vamos ganando autoridad. Con la moral por delante, enseñamos con el ejemplo y avanzamos. Nuestra representación en el sitio que estemos no la hemos conseguido a título personal, es por la confianza depositada por los comunistas, de los pueblos, a ellos los representamos, con ellos es nuestro compromiso; la moral comunista nos enseña la lealtad con el partido, con la causa revolucionaria, no solo que promueve la honestidad sino que la defiende y nos enseña a luchar por ella.
    La moral está íntimamente ligada a la conciencia, esto hay que entenderlo bien, de lo contrario hay el riesgo de caer en prácticas alejadas de la naturaleza del PCMLE y puede comprometer
    seriamente la vida del militante y naturalmente del partido. Si privilegiamos actividades secundarias a las altas y nobles responsabilidades revolucionarias significa incuestionablemente
    que no está plenamente afirmada la ideología, la conciencia y la moral comunista. Hacer el esfuerzo para asimilar cada vez más la teoría revolucionaria, recurrir a ella para afirmarnos en la moral, procurar ser mejores comunistas facilita el camino para alejar de nuestra perspectiva los apetitos mezquinos que ofrece el sistema capitalista, no dejarnos atrapara por los miles de tentáculos que tiene y cumplir con el rol que el partido demanda.

    LA MORAL IMPELE EL ENTUSIASMO REVOLUCIONARIO

    La moral comunista determina la objetividad de la realidad y la mentalidad positiva, tiene siempre presente el horizonte revolucionario, encuentra las posibilidades del cambio social, analiza y nos presenta condiciones para lograrlo. Por más adversas situaciones que se presenten, el comunista
    debe encontrar la luz para seguir adelante, con mayor razón si es dirigente del partido en cualquier nivel que tenga responsabilidad; si es un comunista que dirige a un sector de las masas
    siempre debe ser portador del entusiasmo para poner a sus dirigidos de cara a la revolución.
    La moral rescata las virtudes que tenemos los comunistas, que tienen los pueblos para ser protagonistas de la historia y hacedores de su propia emancipación. Los comunistas miramos y aprendemos de las experiencias positivas o negativas del pasado, pero, principalmente tenemos en cuenta el presente y el futuro, lo que se dice y se hace ahora en función del cambio revolucionario, en función de los intereses del partido. La moral comunista promueve siempre lo nuevo, trabajamos y apoyamos todo lo que beneficie a los pueblos, lo que contribuya a su progreso, lo que afirme el camino de la revolución, lo que permite avanzar hacia el socialismo y el comunismo. Los revolucionarios difundimos con energía y alegría a la vez, lo que hacemos, los que somos, por que luchamos; entregamos con gusto la vida a la construcción de nuestro partido, a la concientización de las masas, a luchar contra todo tipo de explotación, entregamos toda nuestra fuerza para acabar con este sistema y construir el nuevo, la sociedad de los trabajadores y los pueblos.

    TEORÍA Y PRÁCTICA CORRECTA CON LA MORAL COMUNISTA

    La toma del poder demanda una recia aplicación de la moral revolucionaria, que además de proclamarla debemos demostrarla en la práctica, impulsarla con todo el vigor revolucionario, difundirla en todos los medios posibles, exhibirla en todos los escenarios que se nos presente; no debemos olvidar nunca que la mejor manera de enseñar es la práctica. La moral comunista cobra mayor fuerza, es una necesidad vital en nuestra vida para que sea el espejo en donde se miren todos los revolucionarios.
    ¿Cómo puede explicar un comunista que su práctica no está plenamente unida a la moral?: es posible que la ignore, que no tenga conocimiento pleno de los valores morales, que interprete la moral según su pensamiento, si es así, es fácil resolverlo con el conocimiento, el estudio y la práctica; otra posibilidad es que conociendo los valores de la moral comunista no la tiene plenamente asimilada y por ello la aplica solo cuando le conviene, o hace lo que le conviene, que piense que la moral es lo que él interpreta según su situación, su criterio o su conveniencia. En este caso puede haber un proceso de desasimilación y ello implica enfrentar la lucha ideológica para resolverlo. No se trata de ser moralista desde la visión idealista, imitar a los santos o vanagloriarnos de puritanos, sino de ubicarnos como comunistas y asimilar nuestros valores.
    Estos elementos pueden explicar las limitaciones para entender plenamente el objetivo revolucionario ceñido necesariamente a una práctica con los principios morales del PCMLE. La moral guía y determina la conducta individual y colectiva del comunista, nos enseña a ser íntegros, ilumina el pensamiento para enrumbar los caminos más idóneos que nos conduzcan hacia el objetivo propuesto; tener una moral sólida y bien formada contribuye decididamente en el avance del partido, en la eficacia de nuestra acción y en acercar la meta de la gran causa del socialismo y el comunismo.



    Última edición por pedrocasca el Miér Ene 25, 2012 11:44 am, editado 1 vez
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    Mensaje por pedrocasca Lun Oct 17, 2011 5:47 pm

    Hay en el Foro al menos cuatro temas en los que se ha debatido acerca de la moral:

    La Moral del Comunista, de tovarich Honecker
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    La moral y el marxismo, de tovarich Gagarín
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Doble moral capitalista, de tovarich asterisco
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    MORAL- Decir la verdad o mentir, de tovarich obreromadrileño
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    También se han dado los links de descarga de La moral anarquista, de Pedro Kropotkin y de Su Moral y la Nuestra, de León Trotsky, en los temas del mismo nombre.
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    Mensaje por pedrocasca Mar Mayo 21, 2013 11:56 am

    Hay en el Foro al menos tres temas relacionados con Gustavo Ribadeneira, del PCML del Ecuador. Se pueden localizar con la utilización del conocido buscador Google o con el Buscador propio del Foro.






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