RECTIFIQUEMOS EL ESTILO DE TRABAJO EN EL PARTIDO
Discurso pronunciado por el camarada Mao Tse-tung en el acto inaugural de la Escuela del Partido adjunta al Comité Central - 1º de febrero de 1942
tomado del blog canario Diario de una colonia en enero de 2013, en donde se presenta de la siguiente manera: Reproducimos un discurso dado por Mao Zedong, que consideramos de total actualidad por sus planteamientos contra el subjetivismo, el sectarismo, el practicismo y el teoricismo. Construir el Partido debe hacerse aprendiendo de los errores pasados y rechazándolos, no disculparlos y obviarlos.
publicado en el Foro en dos mensajes
---mensaje nº 1---
Hoy se abre la Escuela del Partido; deseo que tenga muchos éxitos.
En esta ocasión, quisiera decir algo acerca del estilo de trabajo en nuestro Partido.
¿Por qué hace falta un partido revolucionario? Porque en el mundo existen enemigos del pueblo que lo oprimen y éste desea sacudirse esa opresión. En la era del capitalismo y el imperialismo, se necesita un partido revolucionario como el Partido Comunista. Sin un partido así, al pueblo le es de todo punto imposible sacudirse la opresión de sus enemigos. Nosotros somos el Partido Comunista, tenemos el deber de dirigir al pueblo en la lucha para derrotar al enemigo, y por eso, debemos mantener nuestras filas bien alineadas, marchar al mismo paso y disponer de tropas selectas y de buenas armas. Sin esas condiciones, no podremos derrotar al enemigo.
¿Cuáles son los problemas que se presentan ahora en nuestro Partido? Su línea general es acertada y no plantea ningún problema; su labor ha sido fructífera. El Partido cuenta con centenares de miles de militantes, que dirigen al pueblo en una lucha extraordinariamente dura contra el enemigo. Esto es claro para todos y a nadie deja dudas.
¿No hay, pues, ningún problema en nuestro Partido? Yo digo que sí, y que, en cierto sentido, el problema es bastante serio.
¿Cuál es? Que en la mente de algunos camaradas se manifiestan ciertos fenómenos que no son muy correctos ni convenientes.
Esto quiere decir que todavía hay algo incorrecto en nuestros estilos de estudio y de relaciones internas y externas, así como en nuestro estilo literario. Por algo incorrecto en el estilo de estudio, se entiende el mal del subjetivismo en el estilo de relaciones del Partido, el mal del sectarismo, y en el literario, el mal del estilo de cliché del Partido. Todos ellos son estilos incorrectos, pero no barren todo el cielo como el viento del Norte en invierno. El subjetivismo, el sectarismo y el estilo de cliché del Partido ya no son estilos dominantes, sino ráfagas de viento contrario, bocanadas de aire viciado que salen de un refugio antiaéreo. (Risas.) No obstante, es malo que esos vientos sigan soplando en el Partido. Debemos tapar las bocas por donde se escapa ese aire viciado. Todo nuestro Partido debe emprender esta labor, y lo mismo debe hacer la Escuela del Partido. Estos tres vientos nefastos — el subjetivismo, el sectarismo y el estilo de cliché del Partido — tienen su origen histórico. Si bien ya no predominan en el Partido, siguen haciéndonos un daño constante y acometiendo contra nosotros, por lo cual es preciso contrarrestar su acción, estudiarlos, analizarlos y hacer claridad sobre ellos.
Nuestra tarea es combatir el subjetivismo para rectificar el estilo de estudio, combatir el sectarismo para rectificar el de relaciones del Partido, y combatir el estilo de cliché del Partido para rectificar el estilo literario.
A fin de derrotar a nuestro enemigo, es imperativo cumplir la tarea de rectificar el estilo de trabajo en el seno de nuestro Partido. Nuestros estilos de estudio y literario también forman parte del estilo de trabajo del Partido. Siempre que este estilo de trabajo sea del todo correcto, el pueblo entero seguirá nuestro ejemplo. Los no militantes del Partido que padezcan de los malos hábitos mencionados, aprenderán de nosotros y corregirán sus errores si son gente de buena fe; de este modo, influiremos en la nación entera. Con tal que los comunistas mantengamos nuestras filas bien alineadas, marchemos al mismo paso y dispongamos de tropas selectas y de buenas armas, podremos derrotar a cualquier enemigo, por poderoso que sea.
Hablaré ahora del subjetivismo.
El subjetivismo es un mal estilo de estudio, contrario al marxismo-leninismo e incompatible con el Partido Comunista. Lo que necesitamos es un estilo de estudio marxista-leninista. Cuando hablamos del estilo de estudio, no sólo nos referimos al estilo de estudio en los centros de enseñanza, sino también al de todo el Partido. Es un problema relativo al modo de pensar de los miembros de nuestros organismos dirigentes, de todos nuestros cuadros y de todos los militantes de nuestro Partido; se trata de nuestra actitud hacia el marxismo-leninismo, de la actitud de todos los camaradas del Partido respecto al trabajo. Es, pues, una cuestión de importancia excepcional, de primordial importancia.
Actualmente, ciertas ideas confusas cunden entre mucha gente. Por ejemplo, ideas confusas acerca de qué es un teórico, qué es un intelectual, y qué significa la integración de la teoría con la práctica.
Ante todo, hagámonos la siguiente pregunta: ¿Es alto o bajo el nivel teórico de nuestro Partido? Ultimamente, se han traducido más obras marxista-leninistas, y el número de lectores ha crecido también. Esto es algo muy bueno. Pero, ¿podemos decir que el nivel teórico de nuestro Partido es ya muy elevado? Es cierto que ahora el nivel es un poco más alto, pero nuestro frente teórico no guarda ninguna proporción con el rico contenido del movimiento revolucionario chino, y una comparación entre uno y otro muestra un retraso muy grande en el dominio de la teoría. En términos generales, nuestra teoría todavía no ha podido ponerse a la par de la práctica revolucionaria, para no hablar ya de que se haya colocado a su vanguardia, como debería ser. Todavía no hemos elevado nuestra práctica, tan rica en contenido, a su debido nivel teórico. No hemos examinado aún todos los problemas de la práctica revolucionaria, ni siquiera los de importancia, para elevarlos a la etapa de la teoría. Juzguen ustedes: En los terrenos económico, político, militar y cultural de China, ¿cuántos de nosotros hemos creado teorías dignas de tal nombre, que puedan ser consideradas científicas y minuciosamente elaboradas, y no bosquejos imprecisos? Especialmente en el campo de la teoría económica, a pesar de que el capitalismo chino cuenta ya con cien años de desarrollo desde la Guerra del Opio, no se ha producido todavía ni una sola obra teórica, auténticamente científica, Que concuerde con la realidad del desarrollo económico de China. En el estudio de los problemas económicos de nuestro país, por ejemplo, ¿podemos decir que ya es alto nuestro nivel teórico? ¿Podemos decir que nuestro Partido posee ya teóricos en economía dignos de este nombre? Ciertamente que no. Hemos leído muchas obras marxista-leninistas, pero ¿podemos pretender que ya tenemos teóricos? No, no podemos. Pues el marxismo-leninismo es la teoría creada por Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la base de la realidad, la conclusión general extraída por ellos de la realidad histórica y de la práctica revolucionaria. Si nos limitamos a leer sus obras sin dar un paso adelante para estudiar, a la luz de su teoría, la realidad histórica y la práctica revolucionaria de China y sin tratar de reflexionar en esta última desde el ángulo teórico, no podremos llamarnos, presuntuosamente, teóricos marxistas. Si nosotros, siendo miembros del Partido Comunista de China, cerramos los ojos a los problemas del país y no sabemos más que citar de memoria conclusiones o principios sueltos extraídos de las obras marxistas, entonces nuestros logros en el frente teórico serán, fuerza es decirlo, muy pobres. Si lo único que sabe hacer una persona es aprenderse de memoria la economía o la filosofía marxistas y recitarlas fluidamente desde el primer capítulo hasta el último, pero no sabe en absoluto aplicarlas, ¿puede ser considerada como teórico marxista? ¡No! No puede serlo. ¿Qué clase de teóricos necesitamos? Teóricos que, de conformidad con la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas, puedan interpretar certeramente los problemas prácticos que surgen en el curso de la historia y de la revolución, y dar interpretaciones científicas y explicaciones teóricas de los problemas económicos, políticos, militares y culturales de China. Estos son los teóricos que necesitamos. Para ser un teórico así, uno tiene que asimilar verdaderamente la esencia del marxismo-leninismo, tener una real comprensión de la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas, así como de la doctrina de Lenin y Stalin sobre la revolución en las colonias y en China, y saber aplicar todo ello para analizar de modo penetrante y científico los problemas prácticos de China y descubrir así las leyes de su desarrollo. Tales son los teóricos que realmente necesitamos.
El Comité Central del Partido ha tomado una decisión en la que llama a nuestros camaradas a que aprendan cómo aplicar la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas para estudiar seriamente la historia de China y sus asuntos económicos, políticos, militares y culturales, para analizar de modo concreto cada problema sobre la base de materiales detallados, y luego extraer conclusiones teóricas. He ahí la responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros.
Los camaradas de la Escuela del Partido jamás deben considerar la teoría marxista como un dogma sin vida. Hay que dominar la teoría marxista y saber aplicarla; dominarla con el único objetivo de aplicarla. Si uno puede aclarar uno o dos problemas prácticos desde el punto de vista marxista-leninista, merecerá elogios y podrá decirse que ha logrado algunos éxitos. Mientras más problemas aclare y más amplia y profundamente lo haga, mayores serán sus éxitos. La Escuela del Partido debe adoptar la siguiente regla: para calificar a un estudiante es necesario examinar cómo ve los problemas de China después de haber estudiado el marxismo-leninismo, si los ve de una manera clara o confusa y si sabe o no enfocarlos.
Viene ahora la cuestión de los intelectuales. Ya que China es un país semicolonial y semifeudal y su cultura no se ha desarrollado, los intelectuales son particularmente apreciados. Hace más de dos años, el Comité Central del Partido tomó una decisión sobre el problema de los intelectuales, según la cual debemos ganárnoslos en gran número y dar una buena acogida a todos aquellos que sean revolucionarios y estén dispuestos a participar en la resistencia al Japón. Tenemos toda la razón para respetarlos, porque sin intelectuales revolucionarios no puede triunfar la revolución. Pero sabemos que muchos intelectuales, creyéndose muy instruidos, se dan aires de eruditos, sin comprender que esos aires son malos y perjudiciales y les impiden progresar. Deberían comprender la verdad de que en realidad muchos llamados intelectuales son, en términos relativos, los más ignorantes, mientras los obreros y los campesinos con frecuencia saben más que ellos. Alguien me dirá: “(¡Ajá! Usted está volviendo las cosas al revés y diciendo tonterías.” (Risas.) Pero, camarada, no se impaciente; algo de verdad hay en lo que acabo de decir.
¿Qué son los conocimientos? Desde que existe la sociedad de clases, en el mundo ha habido sólo dos categorías de conocimientos: unos son los de la lucha por la producción y otros, los de la lucha de clases. Las ciencias naturales y sociales son la cristalización de estas dos categorías de conocimientos, y la filosofía es la generalización y resumen del conocimiento de la naturaleza y de la sociedad. ¿Hay alguna otra categoría de conocimientos? No. Veamos ahora el caso de los estudiantes educados en centros docentes separados por completo de las actividades prácticas de la sociedad. ¿Qué sucede con ellos? Empiezan sus estudios en una escuela primaria de ese tipo, los terminan en una universidad del mismo género, obtienen su diploma, y entonces son considerados gente instruida. Pero lo que han adquirido no son sino conocimientos librescos; aún no han tomado parte en ninguna actividad práctica ni han aplicado lo aprendido en ningún campo de la vida. ¿Personas así pueden ser consideradas intelectuales completos? Me parece muy difícil, porque sus conocimientos no son todavía completos. ¿Qué son, pues, conocimientos relativamente completos? Todo conocimiento más o menos completo se forma en dos etapas: la primera, el conocimiento sensorial, y la segunda, el conocimiento racional, que es una etapa superior de desarrollo del primero.
¿Qué tipo de conocimientos son los adquiridos por los estudiantes en los libros? Suponiendo que todos sus conocimientos fueran verdaderos, no son, sin embargo, conocimientos conseguidos por medio de su experiencia personal, sino teorías establecidas por sus antecesores, fruto de la síntesis de las experiencias de éstos en la lucha por la producción y en la lucha de clases. Por supuesto, es absolutamente necesario que los estudiantes adquieran este tipo de conocimientos; no obstante, debe entenderse que, en cuanto a ellos concierne, estos conocimientos son en cierto sentido unilaterales, algo que ha sido comprobado por otros, y no por ellos mismos. Lo más importante es saber aplicar estos conocimientos en la vida y en la práctica. Por eso, aconsejo a aquellos que tienen sólo conocimientos librescos pero que todavía no han tenido contacto con la práctica o han adquirido poca experiencia en ella, que se den cuenta de sus propias deficiencias y sean un poco más modestos.
¿Cómo hacer que se conviertan en auténticos intelectuales aquellos que sólo poseen conocimientos librescos? La única manera es que participen en el trabajo práctico y se conviertan en trabajadores prácticos, y que quienes se ocupan del trabajo teórico estudien problemas prácticos de importancia. Así se logrará este objetivo.
Lo dicho no dejará de enfadar a algunos, que dirán: “Según su explicación, ni el propio Marx puede ser considerado como intelectual.” A eso responderé: Están en un error. Marx no sólo tomó parte en la práctica del movimiento revolucionario, sino que también creó la teoría de la revolución. Partiendo del más simple elemento del capitalismo, la mercancía, hizo un estudio minucioso de la estructura económica de la sociedad capitalista. Millones y millones de personas veían y utilizaban a diario la mercancía, pero estaban tan acostumbradas a ella que no se daban cuenta de lo que representaba. Sólo Marx la estudió científicamente. Hizo un enorme trabajo de investigación de su transformación real y dedujo una teoría completamente científica de algo que existía universalmente. Estudió la naturaleza, la historia y la revolución proletaria y creó así el materialismo dialéctico, el materialismo histórico y la teoría de la revolución proletaria. De este modo, Marx llegó a ser el intelectual más completo; representa la cima de la sabiduría humana, y es fundamental la diferencia que existe entre él y aquellos que sólo tienen conocimientos librescos. Marx realizó investigaciones y estudios detallados en medio de la lucha práctica, formuló generalizaciones y luego comprobó sus conclusiones llevándolas a la lucha práctica.
He ahí lo que llamamos trabajo teórico. Nuestro Partido necesita que muchos camaradas aprendan a realizar esta labor. Ahora tenemos en nuestro Partido un gran número de camaradas que pueden aprender a hacer estudios teóricos de este género, y la mayor parte son inteligentes y promisorios; debemos darles importancia. Pero ellos deben guiarse por los principios correctos y no repetir los errores del pasado. Tienen que desechar el dogmatismo y no quedarse en frases sacadas de los libros.
En el mundo sólo existe una clase de teoría verdadera, la teoría extraída de la realidad objetiva y comprobada en ella; ninguna otra cosa merece el nombre de teoría en el sentido que damos a esta palabra. Stalin dijo que la teoría deja de tener objeto cuando no se halla vinculada a la práctica. Una teoría que no tiene objeto es inservible y errónea, y debe ser descartada. Hay que avergonzar a los aficionados a propagar tales teorías. El marxismo-leninismo es la verdad más correcta, científica y revolucionaria, nacida de la realidad objetiva y comprobada en ella, pero muchos de quienes lo estudian lo toman como un dogma sin vida, impidiendo así el desarrollo de la teoría, perjudicándose a sí mismos y causando daño también a otros camaradas.
Por otro lado, aquellos camaradas dedicados al trabajo práctico también tendrán tropiezos si hacen mal uso de su experiencia. Es verdad que ellos tienen a menudo mucha experiencia, lo que es bien digno de aprecio, pero sería muy peligroso que se contentaran con su experiencia. Deben comprender que sus conocimientos son principalmente sensoriales y parciales, y que les faltan conocimientos racionales y generales; en otras palabras, les falta teoría y sus conocimientos son también relativamente incompletos. La labor revolucionaria no puede realizarse bien sin conocimientos relativamente completos.
Así pues, hay dos clases de conocimientos incompletos: aquellos que se encuentran ya elaborados en los libros y aquellos que son principalmente sensoriales y parciales; unos y otros son unilaterales. Sólo su combinación puede producir conocimientos válidos y relativamente completos.
Sin embargo, para estudiar la teoría, nuestros cuadros con un pasado obrero o campesino deben primero adquirir una instrucción elemental. Sin ella, no podrán aprender la teoría marxista-leninista. Adquirida esa instrucción, podrán estudiarla en cualquier momento. De niño, nunca tuve la oportunidad de ingresar en una escuela marxista-leninista. Sólo me enseñaban cosas como ésta: “El Maestro dijo: ‘¡Qué agradable es aprender y repasar constantemente lo aprendido!’” No obstante ser anticuado el contenido de ese género de enseñanza, de ella saqué algo bueno, pues aprendí a leer. Ahora ya no estudiamos los clásicos confucianos, sino materias nuevas, como chino moderno, historia, geografía y ciencias naturales, que una vez dominadas, nos serán útiles en todas partes. El Comité Central de nuestro Partido exige ahora especialmente que nuestros cuadros con un pasado obrero o campesino adquieran una instrucción elemental, pues así podrán luego aprender cualquier materia: política, ciencia militar o economía. Si no, por muy rica que sea su experiencia, nunca serán capaces de estudiar la teoría.
De ahí se desprende que, para luchar contra el subjetivismo, debemos ayudar a los dos tipos de personas antes mencionados a desarrollar el aspecto en que son deficientes y a integrarse un tipo con el otro. Los que tienen conocimientos librescos deben desarrollarse en el aspecto práctico; ésta es la única manera de no quedarse estancados en los libros ni caer en el error de dogmatismo. Los que tienen experiencia en el trabajo práctico deben estudiar la teoría y leer a conciencia; sólo así podrán sistematizar y sintetizar sus experiencias para elevarlas al nivel de la teoría, y evitarán tomar sus experiencias parciales por verdades universales, así como caer en el error de empirismo. Tanto el dogmatismo como el empirismo son subjetivismo, aunque parten de dos polos opuestos.
Por lo tanto, en nuestro Partido hay dos formas de subjetivismo: el dogmatismo y el empirismo. Cada uno de éstos ve sólo una parte y no el todo. Si no tenemos cuidado, si no comprendemos que esta unilateralidad es un defecto ni hacemos todos los esfuerzos por corregirlo, será fácil que tomemos un camino equivocado.
De estas dos formas de subjetivismo, sin embargo, es el dogmatismo el que en la actualidad constituye un mayor peligro para nuestro Partido. Pues los dogmáticos pueden tomar fácilmente el disfraz de marxistas para asombrar, cautivar y poner a su servicio a los cuadros con un pasado obrero o campesino, para quienes es difícil descubrirlos; también pueden asombrar y cautivar a la juventud ingenua e inexperta. Si superamos el dogmatismo, los cuadros con conocimientos librescos se unirán de buen grado a aquellos que poseen experiencia práctica, y estarán dispuestos a estudiar los fenómenos reales; entonces surgirán muchos buenos trabajadores que integren la teoría con la experiencia, así como teóricos auténticos. Si superamos el dogmatismo, los camaradas con experiencia práctica tendrán buenos maestros que les ayuden a elevar sus experiencias al nivel de la teoría y de este modo evitarán caer en el error de empirismo.
Discurso pronunciado por el camarada Mao Tse-tung en el acto inaugural de la Escuela del Partido adjunta al Comité Central - 1º de febrero de 1942
tomado del blog canario Diario de una colonia en enero de 2013, en donde se presenta de la siguiente manera: Reproducimos un discurso dado por Mao Zedong, que consideramos de total actualidad por sus planteamientos contra el subjetivismo, el sectarismo, el practicismo y el teoricismo. Construir el Partido debe hacerse aprendiendo de los errores pasados y rechazándolos, no disculparlos y obviarlos.
publicado en el Foro en dos mensajes
---mensaje nº 1---
Hoy se abre la Escuela del Partido; deseo que tenga muchos éxitos.
En esta ocasión, quisiera decir algo acerca del estilo de trabajo en nuestro Partido.
¿Por qué hace falta un partido revolucionario? Porque en el mundo existen enemigos del pueblo que lo oprimen y éste desea sacudirse esa opresión. En la era del capitalismo y el imperialismo, se necesita un partido revolucionario como el Partido Comunista. Sin un partido así, al pueblo le es de todo punto imposible sacudirse la opresión de sus enemigos. Nosotros somos el Partido Comunista, tenemos el deber de dirigir al pueblo en la lucha para derrotar al enemigo, y por eso, debemos mantener nuestras filas bien alineadas, marchar al mismo paso y disponer de tropas selectas y de buenas armas. Sin esas condiciones, no podremos derrotar al enemigo.
¿Cuáles son los problemas que se presentan ahora en nuestro Partido? Su línea general es acertada y no plantea ningún problema; su labor ha sido fructífera. El Partido cuenta con centenares de miles de militantes, que dirigen al pueblo en una lucha extraordinariamente dura contra el enemigo. Esto es claro para todos y a nadie deja dudas.
¿No hay, pues, ningún problema en nuestro Partido? Yo digo que sí, y que, en cierto sentido, el problema es bastante serio.
¿Cuál es? Que en la mente de algunos camaradas se manifiestan ciertos fenómenos que no son muy correctos ni convenientes.
Esto quiere decir que todavía hay algo incorrecto en nuestros estilos de estudio y de relaciones internas y externas, así como en nuestro estilo literario. Por algo incorrecto en el estilo de estudio, se entiende el mal del subjetivismo en el estilo de relaciones del Partido, el mal del sectarismo, y en el literario, el mal del estilo de cliché del Partido. Todos ellos son estilos incorrectos, pero no barren todo el cielo como el viento del Norte en invierno. El subjetivismo, el sectarismo y el estilo de cliché del Partido ya no son estilos dominantes, sino ráfagas de viento contrario, bocanadas de aire viciado que salen de un refugio antiaéreo. (Risas.) No obstante, es malo que esos vientos sigan soplando en el Partido. Debemos tapar las bocas por donde se escapa ese aire viciado. Todo nuestro Partido debe emprender esta labor, y lo mismo debe hacer la Escuela del Partido. Estos tres vientos nefastos — el subjetivismo, el sectarismo y el estilo de cliché del Partido — tienen su origen histórico. Si bien ya no predominan en el Partido, siguen haciéndonos un daño constante y acometiendo contra nosotros, por lo cual es preciso contrarrestar su acción, estudiarlos, analizarlos y hacer claridad sobre ellos.
Nuestra tarea es combatir el subjetivismo para rectificar el estilo de estudio, combatir el sectarismo para rectificar el de relaciones del Partido, y combatir el estilo de cliché del Partido para rectificar el estilo literario.
A fin de derrotar a nuestro enemigo, es imperativo cumplir la tarea de rectificar el estilo de trabajo en el seno de nuestro Partido. Nuestros estilos de estudio y literario también forman parte del estilo de trabajo del Partido. Siempre que este estilo de trabajo sea del todo correcto, el pueblo entero seguirá nuestro ejemplo. Los no militantes del Partido que padezcan de los malos hábitos mencionados, aprenderán de nosotros y corregirán sus errores si son gente de buena fe; de este modo, influiremos en la nación entera. Con tal que los comunistas mantengamos nuestras filas bien alineadas, marchemos al mismo paso y dispongamos de tropas selectas y de buenas armas, podremos derrotar a cualquier enemigo, por poderoso que sea.
Hablaré ahora del subjetivismo.
El subjetivismo es un mal estilo de estudio, contrario al marxismo-leninismo e incompatible con el Partido Comunista. Lo que necesitamos es un estilo de estudio marxista-leninista. Cuando hablamos del estilo de estudio, no sólo nos referimos al estilo de estudio en los centros de enseñanza, sino también al de todo el Partido. Es un problema relativo al modo de pensar de los miembros de nuestros organismos dirigentes, de todos nuestros cuadros y de todos los militantes de nuestro Partido; se trata de nuestra actitud hacia el marxismo-leninismo, de la actitud de todos los camaradas del Partido respecto al trabajo. Es, pues, una cuestión de importancia excepcional, de primordial importancia.
Actualmente, ciertas ideas confusas cunden entre mucha gente. Por ejemplo, ideas confusas acerca de qué es un teórico, qué es un intelectual, y qué significa la integración de la teoría con la práctica.
Ante todo, hagámonos la siguiente pregunta: ¿Es alto o bajo el nivel teórico de nuestro Partido? Ultimamente, se han traducido más obras marxista-leninistas, y el número de lectores ha crecido también. Esto es algo muy bueno. Pero, ¿podemos decir que el nivel teórico de nuestro Partido es ya muy elevado? Es cierto que ahora el nivel es un poco más alto, pero nuestro frente teórico no guarda ninguna proporción con el rico contenido del movimiento revolucionario chino, y una comparación entre uno y otro muestra un retraso muy grande en el dominio de la teoría. En términos generales, nuestra teoría todavía no ha podido ponerse a la par de la práctica revolucionaria, para no hablar ya de que se haya colocado a su vanguardia, como debería ser. Todavía no hemos elevado nuestra práctica, tan rica en contenido, a su debido nivel teórico. No hemos examinado aún todos los problemas de la práctica revolucionaria, ni siquiera los de importancia, para elevarlos a la etapa de la teoría. Juzguen ustedes: En los terrenos económico, político, militar y cultural de China, ¿cuántos de nosotros hemos creado teorías dignas de tal nombre, que puedan ser consideradas científicas y minuciosamente elaboradas, y no bosquejos imprecisos? Especialmente en el campo de la teoría económica, a pesar de que el capitalismo chino cuenta ya con cien años de desarrollo desde la Guerra del Opio, no se ha producido todavía ni una sola obra teórica, auténticamente científica, Que concuerde con la realidad del desarrollo económico de China. En el estudio de los problemas económicos de nuestro país, por ejemplo, ¿podemos decir que ya es alto nuestro nivel teórico? ¿Podemos decir que nuestro Partido posee ya teóricos en economía dignos de este nombre? Ciertamente que no. Hemos leído muchas obras marxista-leninistas, pero ¿podemos pretender que ya tenemos teóricos? No, no podemos. Pues el marxismo-leninismo es la teoría creada por Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la base de la realidad, la conclusión general extraída por ellos de la realidad histórica y de la práctica revolucionaria. Si nos limitamos a leer sus obras sin dar un paso adelante para estudiar, a la luz de su teoría, la realidad histórica y la práctica revolucionaria de China y sin tratar de reflexionar en esta última desde el ángulo teórico, no podremos llamarnos, presuntuosamente, teóricos marxistas. Si nosotros, siendo miembros del Partido Comunista de China, cerramos los ojos a los problemas del país y no sabemos más que citar de memoria conclusiones o principios sueltos extraídos de las obras marxistas, entonces nuestros logros en el frente teórico serán, fuerza es decirlo, muy pobres. Si lo único que sabe hacer una persona es aprenderse de memoria la economía o la filosofía marxistas y recitarlas fluidamente desde el primer capítulo hasta el último, pero no sabe en absoluto aplicarlas, ¿puede ser considerada como teórico marxista? ¡No! No puede serlo. ¿Qué clase de teóricos necesitamos? Teóricos que, de conformidad con la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas, puedan interpretar certeramente los problemas prácticos que surgen en el curso de la historia y de la revolución, y dar interpretaciones científicas y explicaciones teóricas de los problemas económicos, políticos, militares y culturales de China. Estos son los teóricos que necesitamos. Para ser un teórico así, uno tiene que asimilar verdaderamente la esencia del marxismo-leninismo, tener una real comprensión de la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas, así como de la doctrina de Lenin y Stalin sobre la revolución en las colonias y en China, y saber aplicar todo ello para analizar de modo penetrante y científico los problemas prácticos de China y descubrir así las leyes de su desarrollo. Tales son los teóricos que realmente necesitamos.
El Comité Central del Partido ha tomado una decisión en la que llama a nuestros camaradas a que aprendan cómo aplicar la posición, el punto de vista y el método marxista-leninistas para estudiar seriamente la historia de China y sus asuntos económicos, políticos, militares y culturales, para analizar de modo concreto cada problema sobre la base de materiales detallados, y luego extraer conclusiones teóricas. He ahí la responsabilidad que pesa sobre nuestros hombros.
Los camaradas de la Escuela del Partido jamás deben considerar la teoría marxista como un dogma sin vida. Hay que dominar la teoría marxista y saber aplicarla; dominarla con el único objetivo de aplicarla. Si uno puede aclarar uno o dos problemas prácticos desde el punto de vista marxista-leninista, merecerá elogios y podrá decirse que ha logrado algunos éxitos. Mientras más problemas aclare y más amplia y profundamente lo haga, mayores serán sus éxitos. La Escuela del Partido debe adoptar la siguiente regla: para calificar a un estudiante es necesario examinar cómo ve los problemas de China después de haber estudiado el marxismo-leninismo, si los ve de una manera clara o confusa y si sabe o no enfocarlos.
Viene ahora la cuestión de los intelectuales. Ya que China es un país semicolonial y semifeudal y su cultura no se ha desarrollado, los intelectuales son particularmente apreciados. Hace más de dos años, el Comité Central del Partido tomó una decisión sobre el problema de los intelectuales, según la cual debemos ganárnoslos en gran número y dar una buena acogida a todos aquellos que sean revolucionarios y estén dispuestos a participar en la resistencia al Japón. Tenemos toda la razón para respetarlos, porque sin intelectuales revolucionarios no puede triunfar la revolución. Pero sabemos que muchos intelectuales, creyéndose muy instruidos, se dan aires de eruditos, sin comprender que esos aires son malos y perjudiciales y les impiden progresar. Deberían comprender la verdad de que en realidad muchos llamados intelectuales son, en términos relativos, los más ignorantes, mientras los obreros y los campesinos con frecuencia saben más que ellos. Alguien me dirá: “(¡Ajá! Usted está volviendo las cosas al revés y diciendo tonterías.” (Risas.) Pero, camarada, no se impaciente; algo de verdad hay en lo que acabo de decir.
¿Qué son los conocimientos? Desde que existe la sociedad de clases, en el mundo ha habido sólo dos categorías de conocimientos: unos son los de la lucha por la producción y otros, los de la lucha de clases. Las ciencias naturales y sociales son la cristalización de estas dos categorías de conocimientos, y la filosofía es la generalización y resumen del conocimiento de la naturaleza y de la sociedad. ¿Hay alguna otra categoría de conocimientos? No. Veamos ahora el caso de los estudiantes educados en centros docentes separados por completo de las actividades prácticas de la sociedad. ¿Qué sucede con ellos? Empiezan sus estudios en una escuela primaria de ese tipo, los terminan en una universidad del mismo género, obtienen su diploma, y entonces son considerados gente instruida. Pero lo que han adquirido no son sino conocimientos librescos; aún no han tomado parte en ninguna actividad práctica ni han aplicado lo aprendido en ningún campo de la vida. ¿Personas así pueden ser consideradas intelectuales completos? Me parece muy difícil, porque sus conocimientos no son todavía completos. ¿Qué son, pues, conocimientos relativamente completos? Todo conocimiento más o menos completo se forma en dos etapas: la primera, el conocimiento sensorial, y la segunda, el conocimiento racional, que es una etapa superior de desarrollo del primero.
¿Qué tipo de conocimientos son los adquiridos por los estudiantes en los libros? Suponiendo que todos sus conocimientos fueran verdaderos, no son, sin embargo, conocimientos conseguidos por medio de su experiencia personal, sino teorías establecidas por sus antecesores, fruto de la síntesis de las experiencias de éstos en la lucha por la producción y en la lucha de clases. Por supuesto, es absolutamente necesario que los estudiantes adquieran este tipo de conocimientos; no obstante, debe entenderse que, en cuanto a ellos concierne, estos conocimientos son en cierto sentido unilaterales, algo que ha sido comprobado por otros, y no por ellos mismos. Lo más importante es saber aplicar estos conocimientos en la vida y en la práctica. Por eso, aconsejo a aquellos que tienen sólo conocimientos librescos pero que todavía no han tenido contacto con la práctica o han adquirido poca experiencia en ella, que se den cuenta de sus propias deficiencias y sean un poco más modestos.
¿Cómo hacer que se conviertan en auténticos intelectuales aquellos que sólo poseen conocimientos librescos? La única manera es que participen en el trabajo práctico y se conviertan en trabajadores prácticos, y que quienes se ocupan del trabajo teórico estudien problemas prácticos de importancia. Así se logrará este objetivo.
Lo dicho no dejará de enfadar a algunos, que dirán: “Según su explicación, ni el propio Marx puede ser considerado como intelectual.” A eso responderé: Están en un error. Marx no sólo tomó parte en la práctica del movimiento revolucionario, sino que también creó la teoría de la revolución. Partiendo del más simple elemento del capitalismo, la mercancía, hizo un estudio minucioso de la estructura económica de la sociedad capitalista. Millones y millones de personas veían y utilizaban a diario la mercancía, pero estaban tan acostumbradas a ella que no se daban cuenta de lo que representaba. Sólo Marx la estudió científicamente. Hizo un enorme trabajo de investigación de su transformación real y dedujo una teoría completamente científica de algo que existía universalmente. Estudió la naturaleza, la historia y la revolución proletaria y creó así el materialismo dialéctico, el materialismo histórico y la teoría de la revolución proletaria. De este modo, Marx llegó a ser el intelectual más completo; representa la cima de la sabiduría humana, y es fundamental la diferencia que existe entre él y aquellos que sólo tienen conocimientos librescos. Marx realizó investigaciones y estudios detallados en medio de la lucha práctica, formuló generalizaciones y luego comprobó sus conclusiones llevándolas a la lucha práctica.
He ahí lo que llamamos trabajo teórico. Nuestro Partido necesita que muchos camaradas aprendan a realizar esta labor. Ahora tenemos en nuestro Partido un gran número de camaradas que pueden aprender a hacer estudios teóricos de este género, y la mayor parte son inteligentes y promisorios; debemos darles importancia. Pero ellos deben guiarse por los principios correctos y no repetir los errores del pasado. Tienen que desechar el dogmatismo y no quedarse en frases sacadas de los libros.
En el mundo sólo existe una clase de teoría verdadera, la teoría extraída de la realidad objetiva y comprobada en ella; ninguna otra cosa merece el nombre de teoría en el sentido que damos a esta palabra. Stalin dijo que la teoría deja de tener objeto cuando no se halla vinculada a la práctica. Una teoría que no tiene objeto es inservible y errónea, y debe ser descartada. Hay que avergonzar a los aficionados a propagar tales teorías. El marxismo-leninismo es la verdad más correcta, científica y revolucionaria, nacida de la realidad objetiva y comprobada en ella, pero muchos de quienes lo estudian lo toman como un dogma sin vida, impidiendo así el desarrollo de la teoría, perjudicándose a sí mismos y causando daño también a otros camaradas.
Por otro lado, aquellos camaradas dedicados al trabajo práctico también tendrán tropiezos si hacen mal uso de su experiencia. Es verdad que ellos tienen a menudo mucha experiencia, lo que es bien digno de aprecio, pero sería muy peligroso que se contentaran con su experiencia. Deben comprender que sus conocimientos son principalmente sensoriales y parciales, y que les faltan conocimientos racionales y generales; en otras palabras, les falta teoría y sus conocimientos son también relativamente incompletos. La labor revolucionaria no puede realizarse bien sin conocimientos relativamente completos.
Así pues, hay dos clases de conocimientos incompletos: aquellos que se encuentran ya elaborados en los libros y aquellos que son principalmente sensoriales y parciales; unos y otros son unilaterales. Sólo su combinación puede producir conocimientos válidos y relativamente completos.
Sin embargo, para estudiar la teoría, nuestros cuadros con un pasado obrero o campesino deben primero adquirir una instrucción elemental. Sin ella, no podrán aprender la teoría marxista-leninista. Adquirida esa instrucción, podrán estudiarla en cualquier momento. De niño, nunca tuve la oportunidad de ingresar en una escuela marxista-leninista. Sólo me enseñaban cosas como ésta: “El Maestro dijo: ‘¡Qué agradable es aprender y repasar constantemente lo aprendido!’” No obstante ser anticuado el contenido de ese género de enseñanza, de ella saqué algo bueno, pues aprendí a leer. Ahora ya no estudiamos los clásicos confucianos, sino materias nuevas, como chino moderno, historia, geografía y ciencias naturales, que una vez dominadas, nos serán útiles en todas partes. El Comité Central de nuestro Partido exige ahora especialmente que nuestros cuadros con un pasado obrero o campesino adquieran una instrucción elemental, pues así podrán luego aprender cualquier materia: política, ciencia militar o economía. Si no, por muy rica que sea su experiencia, nunca serán capaces de estudiar la teoría.
De ahí se desprende que, para luchar contra el subjetivismo, debemos ayudar a los dos tipos de personas antes mencionados a desarrollar el aspecto en que son deficientes y a integrarse un tipo con el otro. Los que tienen conocimientos librescos deben desarrollarse en el aspecto práctico; ésta es la única manera de no quedarse estancados en los libros ni caer en el error de dogmatismo. Los que tienen experiencia en el trabajo práctico deben estudiar la teoría y leer a conciencia; sólo así podrán sistematizar y sintetizar sus experiencias para elevarlas al nivel de la teoría, y evitarán tomar sus experiencias parciales por verdades universales, así como caer en el error de empirismo. Tanto el dogmatismo como el empirismo son subjetivismo, aunque parten de dos polos opuestos.
Por lo tanto, en nuestro Partido hay dos formas de subjetivismo: el dogmatismo y el empirismo. Cada uno de éstos ve sólo una parte y no el todo. Si no tenemos cuidado, si no comprendemos que esta unilateralidad es un defecto ni hacemos todos los esfuerzos por corregirlo, será fácil que tomemos un camino equivocado.
De estas dos formas de subjetivismo, sin embargo, es el dogmatismo el que en la actualidad constituye un mayor peligro para nuestro Partido. Pues los dogmáticos pueden tomar fácilmente el disfraz de marxistas para asombrar, cautivar y poner a su servicio a los cuadros con un pasado obrero o campesino, para quienes es difícil descubrirlos; también pueden asombrar y cautivar a la juventud ingenua e inexperta. Si superamos el dogmatismo, los cuadros con conocimientos librescos se unirán de buen grado a aquellos que poseen experiencia práctica, y estarán dispuestos a estudiar los fenómenos reales; entonces surgirán muchos buenos trabajadores que integren la teoría con la experiencia, así como teóricos auténticos. Si superamos el dogmatismo, los camaradas con experiencia práctica tendrán buenos maestros que les ayuden a elevar sus experiencias al nivel de la teoría y de este modo evitarán caer en el error de empirismo.
Última edición por pedrocasca el Vie Ene 04, 2013 2:03 pm, editado 3 veces