"La trasformación socialista de la agricultura en Albania"
texto de Nexhumedin Dumani y Zydi Pepa - publicado en revista Albania Hoy en 1984
por cortesía de tovarich Dzerjinskii
se publica en el Foro en dos mensajes
EL PENSAMIENTO TEÓRICO MARXISTA LENINISTA DEL PTA Y DEL CAMARADA ENVER HOXHA SOBRE LA TRANSFORMACIÓN Y EL DESARROLLO SOCIALISTA DE LA AGRICULTURA
Generalizando la historia de las guerras seculares, la situación económico-social del país en su conjunto y del campo en particular, el camarada Enver Hoxha llegó a la importante conclusión de que, no obstante ser nuestro país un país agrario atrasado, tenía «... un campesinado de los más revolucionarios, que ha estado siempre al frente de las luchas por la tierra, por la libertad y la independencia».(1) Subrayó su gran papel progresista en pro de la libertad, de la independencia y el progreso social. Apreciando las grandes energías revolucionarias que ocultaba en su seno nuestro campesinado trabajador, ha señalado, que la lucha podía ganarla sólo «...la clase que tuviera de su lado al campesinado».(2) Esta definición ha sido la base para la elaboración de la estrategia y de la táctica del PTA a lo largo de la Lucha de Liberación Nacional y en el curso de la construcción de la sociedad socialista.
En las condiciones en que la clase obrera constituía un sector muy reducido de la población, el contar con un poderoso y numeroso aliado revolucionario, como era el campesinado trabajador, tenía una importancia particular y decisiva para los destinos de la Lucha de Liberación Nacional. Sobre esta base el Partido creó la alianza político-militar de la clase obrera con el campesinado trabajador en el curso de la Lucha de Liberación Nacional. El Partido recomendaba que al trabajo en el campo debe dedicársele una importancia particular, porque el campesinado representa la gran mayoría de nuestro pueblo y por eso allí debe estar la fuente de las prinsipales fuerzas para la lucha actual.
La alianza político-militar de la clase obrera con el campesinado, forjada durante la Lucha de Liberación Nacional, se fortaleció y consolidó aún más tras la Liberación del país también en el terreno económico, que después del triunfo de la revolución popular constituía la principal tarea. Todas las medidas que tomó el Partido tras la Liberación del país, para levantar la economía, aplicar la reforma agraria y llevar a cabo la transformación socialista de la agricultura, se han orientado por la enseñanza del camarada Enver Hoxha «...que el socialismo no se construye sólo en la ciudad ni únicamente para la clase obrera, sino también en el campo, y para el campesinado».(3) Esta importante tesis, de principios, ha sido y sigue siendo uno de los eslabones más importantes que ha garantizado la construcción con éxito del socialismo en nuestro país.
La Liberación del país encontró a la agricultura, como a todos los demás sectores de la economía, en una situación de acentuado atraso. Era trabajada sólo el 10,2 por ciento de la tierra e irrigada sólo el 10 por ciento de la superficie laborable. En la estructura de las siembras los cereales de panificación constituían el 83,5 por ciento de la superficie y sin embargo, Albania no estaba en condiciones de abastecer de pan a su población. El trabajo de la tierra se basaba en métodos primitivos, casi se desconocía el uso de los medios mecanizados, de fertilizantes químicos, de insecticidas, de semillas seleccionadas, etc. El potencial energético motriz constituía un 0,8 por ciento del potencial energético total.(4) Las más extensas y mejores tierras se encontraban en manos de los terratenientes, de la burguesía y del estado feudal-burgués, que en conjunto disponían del 39,6 por ciento de la superficie de la tierra laborable, en un momento en que alrededor del 13,9 por ciento de las familias campesinas del país no tenían tierras. (5)
En estas condiciones, el primer problema, era la transformación revolucionaria de las viejas relaciones agrarias. «No podía concebirse una democracia de forma diferente sin llevar a cabo grandes reformas sociales, económicas, políticas y culturales y, en primer lugar, sin realizar una reforma agraria y sobre todo en un país como el nuestro, donde el feudalismo existía en su forma más brutal, donde el campesino era explorado por el bey latifundista» (6) La aplicación de la reforma agraria, en las condiciones de nuestro país, obedecía a la necesidad de resolver la contradicción antagónica entre el campesinado trabajador y los latifundistas. Se trataba de una gran transformación democrática que había quedado pendiente por realizar en la agricultura.
Para resolver este problema, los clásicos del marxismo-leninismo han determinado dos caminos: ó nacionalizando toda la tierra o confiscando toda la tierra a los terratenientes y concediéndosela en uso a los campesinos sin tierra o con poca tierra. Han señalado que la nacionalización de la tierra, es condición socialmente imprescindible para asegurar el desarrollo y el progreso en la agricultura. «La tierra -escribía V.I. Lenin- debe ser propiedad de todo el pueblo» (7). Por otra parte, V. I. Lenin, puntualiza, que, en las condiciones de los países donde es acentuado el sentimiento de la propiedad privada sobre la tierra, el poder proletario no debe aplicar la inmediata abolición de la propiedad privada sobre la tierra.
El Partido y el camarada Enver Hoxha, analizando las relaciones económico-sociales que predominaban en nuestro campo, llegaron a la justa conclusión de que a la realidad de nuestro país se adecuaba mejor la consigna de confiscar la tierra a los terratenientes y de entregarlas en uso a los campesinos sin tierra o con poca tierra, mediante la aplicación de la Reforma Agraria.
La realización de la Reforma Agraria según el principio de «la tierra para el que la trabaja», prohibiendo la venta, el arrendamiento, la enajenación, la hipoteca o herencia de la tierra, etc., representan una aplicación creadora de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo en lo referente a este problema. «Nosotros, -dice el camarada Enver Hoxha-, no proclamamos la nacionalización de la tierra, porque esto no lo comprendería correctamente el campesinado en esa época, en el cual estaba fuertemente arraigado el sentimiento pequeñoburgués de la propiedad privada sobre la tierra. Nosotros promulgamos algunas leyes en base a las cuales el campesino no tenía derecho a enajenar la tierra, es decir no tenía derecho a venderla, intercambiarla o cederla en herencia. De este modo no proclamamos de jure la nacionalización, sino que de hecho con las medidas que tomamos gradualmente habíamos nacionalizado la tierra».[8]
La Reforma Agraria, tanto por el contenido, las formas y los métodos en que fue realizada constituía una verdadera revolución agraria porque liquidó definitivamente los remanentes del feudalismo en la economía.
La Reforma Agraria en nuestro país ha sido de tal profundidad que podía llevarse a cabo sólo entonces cuando la clase obrera estuviera en el poder. La Reforma Agraria se realizó por vías y con métodos revolucionarios y en condiciones de una dura lucha de clases. Fue aplicada por las masas trabajadoras del campo, dirigidas por la clase obrera y su Partido. Con la Reforma Agraria, los campesinos «...constataron de hecho su existencia en el poder, el gran cuidado e interés del Partido y del poder. Esto hizo que nuestro campesino se armara del coraje que no había tenido nunca, que conociera sus fuerzas, se formara la convicción de que tal como había ganado la guerra, bajo la dirección del Partido, con éste podía conquistar otros éxitos». (9)
La aplicación de la Reforma Agraria creó condiciones para iniciar la transformación socialista del campo. El único camino para la construcción del socialismo en el campo era el establecimiento de las relaciones socialistas de producción, la substitución de la propiedad privada sobre la tierra con la gran propiedad colectiva socialista. El PTA tenía en consideración la enseñanza de Lenin, que decía que la distribución de la tierra «...es buena como comienzo. Esta debe demostrar que la tierra se la confisca a los terratenientes y pasa a manos de los campesinos. Pero esto no es suficiente. La vía de salida es el trabajo en común de la tierra». (10)
La construcción del socialismo, exige necesariamente la transformación socialista también de la agricultura. «El Partido, señala el camarada Enver Hoxha, tiene en claro que nuestro. Estado, no puede basarse por un largo tiempo en dos bases económicas diferentes: en el sector socialista de la economía en la ciudad y en el sector privado de los pequeños productores del campo. Es pues una necesidad histórica para el triunfo del socialismo la creación del sector socialista también en la economía agrícola». (11)
La transformación de las pequeñas explotaciones privadas sobre bases socialistas no podía llevarse a cabo con los mismos métodos, caminos y medios con los que se realizó la socialización socialista de los principales medios de producción en la industria. Por eso el Partido recomendaba que sería extremadamente peligroso actuar en la creación del sector socialista del campo, del mismo modo como se actuó en la ciudad, nacionalizando los medios de producción, expropiando pues todas las explotaciones de los pequeños productores. El Partido, desde un comienzo, apoyándose en las enseñanzas inmortales del gran Lenin, ha subrayado que la construcción del socialismo en el campo se realizará mediante la organización gradual y con plena voluntad de las pequeñas explotaciones campesinas en grandes explotaciones colectivas, a través de la transformación socialista de la agricultura.
La vía de la expropiación y de la nacionalización de los medios de producción de los pequeños productores, es inaceptable no sólo en un comienzo, cuando la clase obrera toma el poder político en sus manos, sino también en el proceso posterior de la construcción socialista. Este camino, conduce al debilitamiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado.
En esta cuestión de tan particular importancia, el PTA y el camarada Enver Hoxha, se basan en las enseñanzas de V.I. Lenin, que ha subrayado que en las condiciones de la dictadura del proletariado y de la propiedad social socialista sobre los principales medios de producción, la cooperación constituye el camino más apropiado, más admisible, más fácil de comprender y más conveniente para el paso de las pequeñas explotaciones privadas a grandes explotaciones socialistas. La experiencia de 40 años de la construcción socialista ha confirmado que la transformación de la agricultura no puede realizarse sin asegurar el papel dirigente de la clase obrera y de su Partido, porque sería el Partido quien haría consciente al campesinado para que abrazara por libre voluntad el camino de la colectivización, quien transformaría la conciencia, la concepción del mundo y la psicología del campesino y esto representaba la garantía del éxito de este proceso revolucionario. Por esta razón, el camarada Enver Hoxha, desde los primeros pasos de la colectivización de la agricultura, recomendaba, «El convencimiento de los campesinos pobres y medios sobre la conveniencia y la necesidad imprescindible de que el paso de las explotaciones pequeñas, apartadas y pobres, al camino de las grandes explotaciones, reagrupadas cooperativistas y socialistas, será posible sólo mediante un vasto trabajo político y organizativo de los órganos de nuestro Partido.
Sin un trabajo ininterrumpido, aun si se crearan cooperativas, éstas se disolverán nuevamente o seguirán siendo siempre débiles». (12)
La garantía y el fortalecimiento continuos del papel dirigente del Partido, así como la creación del régimen cooperativista y el fortalecimiento y perfeccionamiento constantes de las relaciones socialistas en las cooperativas, el Partido los ha considerado y considera como una necesidad vital para la realización de la revolución y la construcción socialista en el campo.
Los clásicos del marxismo-leninismo han señalado que el paso al trabajo colectivo de la tierra, puede hacerse sólo voluntariamente, porque la tarea de la clase obrera que tiene el poder en sus manos, respecto a los campesinos pequeños y medios, consiste ante todo, en colectivizar su producción y su propiedad privadas, no con la fuerza, sino mediante su ejemplo y aportando su contribución social al efecto. Teniendo en consideración estas enseñanzas, el Partido ya en 1947 recomendaba que la cuestión de las cooperativas rurales de trabajo es una cuestión de importancia y también delicada, y que de ninguna manera debe obligarse a los campesinos a entrar en las cooperativas contraria mente a su voluntad porque tal cosa lejos de ser aconsejable es nociva.
El campesino debe convencerse e ingresar por propio deseo a la cooperativa.
Tanto en la constitución de las cooperativas agrícolas, como posteriormente, en el proceso del perfeccionamiento de las relaciones socialistas en el campo, en el gran trabajo realizado por la unión de las cooperativas agrícolas, la transformación de una parte de ellas en empresas agrícolas, en el perfeccionamiento de las formas de organización y de dirección, etc., el PTA se ha apoyado en la voluntad de los campesinos. Por otra parte, ha combatido contra los puntos de vista revisionistas de todo tipo, que especulando con este principio leninista, convirtiéndolo en un fetiche, pretendían abandonar el proceso de la colectivización socialista del campo a la espontaneidad total bajo la acción de las leyes y de las relaciones mercantiles.
El camarada Enver Hoxha tratando la necesidad de combinar el principio de la voluntariedad en el proceso de la colectivización de la agricultura con su dirección consciente por el Partido escribe: «... pueden decir que planificando la colectivización, puede violarse el principio leninista de la voluntariedad. De ninguna manera violamos este principio... De este modo, sin violar los principios leninistas de la colectivización, podemos hacer previsiones y así la colectivización se desarrolla de manera planificada en el llano» (13)
La colectivización socialista de los pequeños productores del campo, como ha confirmado nuestra experiencia se abre paso mediante la lucha de clases, que tiene sus causas objetivas y sirve como principal fuerza motriz para la realización de este proceso. En el correcto desarrollo de la lucha de clases en el campo, el Partido ha aplicado una política revolucionaria de clase. Analizando y determinando correctamente los grupos sociales del campesinado, se apoyó en los campesinos pobres en alianza con el campesinado medio y adoptó medidas para el aislamiento político, la limitación económica y la eliminación de los kulaks.
El camarada Enver Hoxha apoyándose en las enseñanzas de Lenin sobre la definición de los kulaks como clase, ha formulado las características del kulak en nuestro país. Esta definición sirvió como base para elaborar la política de diferenciación de los grupos sociales del campesinado en nuestro país y del desarrolló dé la lucha de clases en el campo. Al respecto señala: «La reforma agraria ha dejado al kulak sólo una parte de la tierra, que la mayoría de las veces, es igual a la del campesino medio. Pero de ningún modo podemos distinguir al kulak sólo por la tierra de que dispone; debemos tenerlo en cuenta también en el aspecto de los medios de producción, como los animales de labor, los instrumentos, la vivienda dónde habita, los establos, los depósitos, los galpones, las eras, etc. Pero la característica principal radica siempre en lo que dice Lenin, en la explotación de los obreros asalariados o los peones que utiliza el kulak aunque sea por un período breve... El kulak es identificado, asimismo, por su pasado cercano o lejano, por sus puntos de vista en aquella época, las relaciones con el bey y sus intendentes, por su antiguo patrimonio, por los medios de producción, por el comerció que ha hecho especulando y realizando el mercado negro. El pasado pesa sobre el kulak, esto no debe ser descuidado en su identificación.» (14)
La lucha contra el kulak debe desarrollarse correctamente sin identificar al campesino medio con el kulak ó presentar a este último como campesino medio. «Es un error muy grave -ha subrayado el camarada Enver Hoxha- permitir la atenuación de la dureza de la lucha de clases en el campo, pero es otro error, igualmente grande considerar como kulaks a los campesinos medios, quienes deben ser aliados de los campesinos pobres, en la lucha contra los kulaks.» (15)
Ya en el I Congreso, el Partido impartió la directriz: «La cooperativización es un nuevo sector de la economía agrícola con bases socialistas, que el Partido y el Estado harán todo lo posible por ampliar. El apoyo será desde todo punto de vista: material, organizativo, instructivo, y político-social.» (16)
El PTA, no sólo ha ayudado ampliamente a este sector, sino que ha considerado la ayuda que debe prestar a este sector, como una importante cuestión política, porque mediante esta ayuda, se garantiza el ulterior reforzamiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador, se garantiza en la práctica el papel hegemónico de la clase obrera, se encauza al campesinado por el camino de la colectivización y se refuerza el régimen cooperativista.
Para aplicar en la práctica las exigencias de este principio, el PTA ha orientado el desarrollo de la economía popular dando prioridad a la industria y dentro de ella a las ramas de la industria pesada, porque está en condiciones de crear posibilidades para que la ciudad preste al campo atrasado y diseminado tal ayuda radical técnica y social, de crear la base material para un considerable aumento de la productividad del trabajo en la agricultura y en general en las explotaciones campesinas, estimulando de este modo a los pequeños agricultores, para que con la fuerza de su ejemplo pasen a una gran agricultura colectiva, a la agricultura dotada de maquinaria.
El PTA siendo consciente del gran papel que desempeña el desarrollo de la industria en la creación de la base material y técnica de la agricultura, en la transformación socialista del campo, tomando medidas para su desarrollo y fortalecimiento, ha luchado al mismo tiempo contra los puntos de vista de los revisionistas yugoslavos, quienes preconizan que la colectivización de la agricultura debe iniciarse después de que se haya concluido la industrialización del país. Estos puntos de vista de los revisionistas yugoslavos son variante de la tesis antimarxista del surgimiento espontáneo del socialismo como resultado del alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y tienen por objetivo perpetuar el predominio de las relaciones capitalistas.
Para acudir en ayuda del sector cooperativista, nuestro Estado socialista, ha tomado medidas en todos los aspectos para la creación, la ampliación y el fortalecimiento de las Estaciones de Máquinas y Tractores con maquinaria agrícola, tractores, cuadros y especialistas. Con los recursos del Estado se han realizado grandes inversiones para la bonificación, el riego, el avenamiento, la roturación de nuevas tierras, la reglamentación y el drenaje de las superficies, para la creación de plantaciones de frutales, la electrificación, la instalación de la red telefónica, el desarrollo de la enseñanza, la cultura y la sanidad en el campo, que están al servicio de las cooperativas agrícolas.
Mas el PTA y el camarada Enver Hoxha han exigido continuamente que la ayuda prestada por el Estado para el desarrollo y el fortalecimiento del régimen cooperativista sea correctamente comprendida políticamente porque en este problema, como en cualquier otro es determinante el trabajo común de los propios campesinos, el apoyo en sus propias fuerzas. El PTA ha combatido contra las concepciones de que las cooperativas agrícolas lo esperen todo del Estado.
De gran importancia teórica y práctica para la transformación socialista de los productores pequeños y medios en el campo es la determinación de la forma más adecuada de la colectivización y de las etapas de solución de este problema.
El PTA y el camarada Enver Hoxha, dando importancia a las formas inferiores de cooperación, como son las realizadas en el terreno de la circulación (las cooperativas de compraventa), que jugaron un importante papel en la preparación de las condiciones para pasar a formas más elevadas de cooperación, para propagar en las filas del campesinado la idea de la colectivización en el terreno de la producción, al mismo tiempo, orientó la colectivización de la agricultura hacia la creación de cooperativas agrícolas de producción. El que el campesinado abrazara la orientación del Partido para pasar directamente a las cooperativas agrícolas de producción, ha dicho el camarada Enver Hoxha, se debió al hecho de que en el campesinado se había formado una elevada conciencia política y tenía firme confianza en la justeza de la línea del Partido, confianza que se creo ya durante la Lucha de Liberación Nacional y más tarde con las medidas que se tomaron en favor del campesinado como la Reforma Agraria, etc.
texto de Nexhumedin Dumani y Zydi Pepa - publicado en revista Albania Hoy en 1984
por cortesía de tovarich Dzerjinskii
se publica en el Foro en dos mensajes
EL PENSAMIENTO TEÓRICO MARXISTA LENINISTA DEL PTA Y DEL CAMARADA ENVER HOXHA SOBRE LA TRANSFORMACIÓN Y EL DESARROLLO SOCIALISTA DE LA AGRICULTURA
Generalizando la historia de las guerras seculares, la situación económico-social del país en su conjunto y del campo en particular, el camarada Enver Hoxha llegó a la importante conclusión de que, no obstante ser nuestro país un país agrario atrasado, tenía «... un campesinado de los más revolucionarios, que ha estado siempre al frente de las luchas por la tierra, por la libertad y la independencia».(1) Subrayó su gran papel progresista en pro de la libertad, de la independencia y el progreso social. Apreciando las grandes energías revolucionarias que ocultaba en su seno nuestro campesinado trabajador, ha señalado, que la lucha podía ganarla sólo «...la clase que tuviera de su lado al campesinado».(2) Esta definición ha sido la base para la elaboración de la estrategia y de la táctica del PTA a lo largo de la Lucha de Liberación Nacional y en el curso de la construcción de la sociedad socialista.
En las condiciones en que la clase obrera constituía un sector muy reducido de la población, el contar con un poderoso y numeroso aliado revolucionario, como era el campesinado trabajador, tenía una importancia particular y decisiva para los destinos de la Lucha de Liberación Nacional. Sobre esta base el Partido creó la alianza político-militar de la clase obrera con el campesinado trabajador en el curso de la Lucha de Liberación Nacional. El Partido recomendaba que al trabajo en el campo debe dedicársele una importancia particular, porque el campesinado representa la gran mayoría de nuestro pueblo y por eso allí debe estar la fuente de las prinsipales fuerzas para la lucha actual.
La alianza político-militar de la clase obrera con el campesinado, forjada durante la Lucha de Liberación Nacional, se fortaleció y consolidó aún más tras la Liberación del país también en el terreno económico, que después del triunfo de la revolución popular constituía la principal tarea. Todas las medidas que tomó el Partido tras la Liberación del país, para levantar la economía, aplicar la reforma agraria y llevar a cabo la transformación socialista de la agricultura, se han orientado por la enseñanza del camarada Enver Hoxha «...que el socialismo no se construye sólo en la ciudad ni únicamente para la clase obrera, sino también en el campo, y para el campesinado».(3) Esta importante tesis, de principios, ha sido y sigue siendo uno de los eslabones más importantes que ha garantizado la construcción con éxito del socialismo en nuestro país.
La Liberación del país encontró a la agricultura, como a todos los demás sectores de la economía, en una situación de acentuado atraso. Era trabajada sólo el 10,2 por ciento de la tierra e irrigada sólo el 10 por ciento de la superficie laborable. En la estructura de las siembras los cereales de panificación constituían el 83,5 por ciento de la superficie y sin embargo, Albania no estaba en condiciones de abastecer de pan a su población. El trabajo de la tierra se basaba en métodos primitivos, casi se desconocía el uso de los medios mecanizados, de fertilizantes químicos, de insecticidas, de semillas seleccionadas, etc. El potencial energético motriz constituía un 0,8 por ciento del potencial energético total.(4) Las más extensas y mejores tierras se encontraban en manos de los terratenientes, de la burguesía y del estado feudal-burgués, que en conjunto disponían del 39,6 por ciento de la superficie de la tierra laborable, en un momento en que alrededor del 13,9 por ciento de las familias campesinas del país no tenían tierras. (5)
En estas condiciones, el primer problema, era la transformación revolucionaria de las viejas relaciones agrarias. «No podía concebirse una democracia de forma diferente sin llevar a cabo grandes reformas sociales, económicas, políticas y culturales y, en primer lugar, sin realizar una reforma agraria y sobre todo en un país como el nuestro, donde el feudalismo existía en su forma más brutal, donde el campesino era explorado por el bey latifundista» (6) La aplicación de la reforma agraria, en las condiciones de nuestro país, obedecía a la necesidad de resolver la contradicción antagónica entre el campesinado trabajador y los latifundistas. Se trataba de una gran transformación democrática que había quedado pendiente por realizar en la agricultura.
Para resolver este problema, los clásicos del marxismo-leninismo han determinado dos caminos: ó nacionalizando toda la tierra o confiscando toda la tierra a los terratenientes y concediéndosela en uso a los campesinos sin tierra o con poca tierra. Han señalado que la nacionalización de la tierra, es condición socialmente imprescindible para asegurar el desarrollo y el progreso en la agricultura. «La tierra -escribía V.I. Lenin- debe ser propiedad de todo el pueblo» (7). Por otra parte, V. I. Lenin, puntualiza, que, en las condiciones de los países donde es acentuado el sentimiento de la propiedad privada sobre la tierra, el poder proletario no debe aplicar la inmediata abolición de la propiedad privada sobre la tierra.
El Partido y el camarada Enver Hoxha, analizando las relaciones económico-sociales que predominaban en nuestro campo, llegaron a la justa conclusión de que a la realidad de nuestro país se adecuaba mejor la consigna de confiscar la tierra a los terratenientes y de entregarlas en uso a los campesinos sin tierra o con poca tierra, mediante la aplicación de la Reforma Agraria.
La realización de la Reforma Agraria según el principio de «la tierra para el que la trabaja», prohibiendo la venta, el arrendamiento, la enajenación, la hipoteca o herencia de la tierra, etc., representan una aplicación creadora de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo en lo referente a este problema. «Nosotros, -dice el camarada Enver Hoxha-, no proclamamos la nacionalización de la tierra, porque esto no lo comprendería correctamente el campesinado en esa época, en el cual estaba fuertemente arraigado el sentimiento pequeñoburgués de la propiedad privada sobre la tierra. Nosotros promulgamos algunas leyes en base a las cuales el campesino no tenía derecho a enajenar la tierra, es decir no tenía derecho a venderla, intercambiarla o cederla en herencia. De este modo no proclamamos de jure la nacionalización, sino que de hecho con las medidas que tomamos gradualmente habíamos nacionalizado la tierra».[8]
La Reforma Agraria, tanto por el contenido, las formas y los métodos en que fue realizada constituía una verdadera revolución agraria porque liquidó definitivamente los remanentes del feudalismo en la economía.
La Reforma Agraria en nuestro país ha sido de tal profundidad que podía llevarse a cabo sólo entonces cuando la clase obrera estuviera en el poder. La Reforma Agraria se realizó por vías y con métodos revolucionarios y en condiciones de una dura lucha de clases. Fue aplicada por las masas trabajadoras del campo, dirigidas por la clase obrera y su Partido. Con la Reforma Agraria, los campesinos «...constataron de hecho su existencia en el poder, el gran cuidado e interés del Partido y del poder. Esto hizo que nuestro campesino se armara del coraje que no había tenido nunca, que conociera sus fuerzas, se formara la convicción de que tal como había ganado la guerra, bajo la dirección del Partido, con éste podía conquistar otros éxitos». (9)
La aplicación de la Reforma Agraria creó condiciones para iniciar la transformación socialista del campo. El único camino para la construcción del socialismo en el campo era el establecimiento de las relaciones socialistas de producción, la substitución de la propiedad privada sobre la tierra con la gran propiedad colectiva socialista. El PTA tenía en consideración la enseñanza de Lenin, que decía que la distribución de la tierra «...es buena como comienzo. Esta debe demostrar que la tierra se la confisca a los terratenientes y pasa a manos de los campesinos. Pero esto no es suficiente. La vía de salida es el trabajo en común de la tierra». (10)
La construcción del socialismo, exige necesariamente la transformación socialista también de la agricultura. «El Partido, señala el camarada Enver Hoxha, tiene en claro que nuestro. Estado, no puede basarse por un largo tiempo en dos bases económicas diferentes: en el sector socialista de la economía en la ciudad y en el sector privado de los pequeños productores del campo. Es pues una necesidad histórica para el triunfo del socialismo la creación del sector socialista también en la economía agrícola». (11)
La transformación de las pequeñas explotaciones privadas sobre bases socialistas no podía llevarse a cabo con los mismos métodos, caminos y medios con los que se realizó la socialización socialista de los principales medios de producción en la industria. Por eso el Partido recomendaba que sería extremadamente peligroso actuar en la creación del sector socialista del campo, del mismo modo como se actuó en la ciudad, nacionalizando los medios de producción, expropiando pues todas las explotaciones de los pequeños productores. El Partido, desde un comienzo, apoyándose en las enseñanzas inmortales del gran Lenin, ha subrayado que la construcción del socialismo en el campo se realizará mediante la organización gradual y con plena voluntad de las pequeñas explotaciones campesinas en grandes explotaciones colectivas, a través de la transformación socialista de la agricultura.
La vía de la expropiación y de la nacionalización de los medios de producción de los pequeños productores, es inaceptable no sólo en un comienzo, cuando la clase obrera toma el poder político en sus manos, sino también en el proceso posterior de la construcción socialista. Este camino, conduce al debilitamiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado.
En esta cuestión de tan particular importancia, el PTA y el camarada Enver Hoxha, se basan en las enseñanzas de V.I. Lenin, que ha subrayado que en las condiciones de la dictadura del proletariado y de la propiedad social socialista sobre los principales medios de producción, la cooperación constituye el camino más apropiado, más admisible, más fácil de comprender y más conveniente para el paso de las pequeñas explotaciones privadas a grandes explotaciones socialistas. La experiencia de 40 años de la construcción socialista ha confirmado que la transformación de la agricultura no puede realizarse sin asegurar el papel dirigente de la clase obrera y de su Partido, porque sería el Partido quien haría consciente al campesinado para que abrazara por libre voluntad el camino de la colectivización, quien transformaría la conciencia, la concepción del mundo y la psicología del campesino y esto representaba la garantía del éxito de este proceso revolucionario. Por esta razón, el camarada Enver Hoxha, desde los primeros pasos de la colectivización de la agricultura, recomendaba, «El convencimiento de los campesinos pobres y medios sobre la conveniencia y la necesidad imprescindible de que el paso de las explotaciones pequeñas, apartadas y pobres, al camino de las grandes explotaciones, reagrupadas cooperativistas y socialistas, será posible sólo mediante un vasto trabajo político y organizativo de los órganos de nuestro Partido.
Sin un trabajo ininterrumpido, aun si se crearan cooperativas, éstas se disolverán nuevamente o seguirán siendo siempre débiles». (12)
La garantía y el fortalecimiento continuos del papel dirigente del Partido, así como la creación del régimen cooperativista y el fortalecimiento y perfeccionamiento constantes de las relaciones socialistas en las cooperativas, el Partido los ha considerado y considera como una necesidad vital para la realización de la revolución y la construcción socialista en el campo.
Los clásicos del marxismo-leninismo han señalado que el paso al trabajo colectivo de la tierra, puede hacerse sólo voluntariamente, porque la tarea de la clase obrera que tiene el poder en sus manos, respecto a los campesinos pequeños y medios, consiste ante todo, en colectivizar su producción y su propiedad privadas, no con la fuerza, sino mediante su ejemplo y aportando su contribución social al efecto. Teniendo en consideración estas enseñanzas, el Partido ya en 1947 recomendaba que la cuestión de las cooperativas rurales de trabajo es una cuestión de importancia y también delicada, y que de ninguna manera debe obligarse a los campesinos a entrar en las cooperativas contraria mente a su voluntad porque tal cosa lejos de ser aconsejable es nociva.
El campesino debe convencerse e ingresar por propio deseo a la cooperativa.
Tanto en la constitución de las cooperativas agrícolas, como posteriormente, en el proceso del perfeccionamiento de las relaciones socialistas en el campo, en el gran trabajo realizado por la unión de las cooperativas agrícolas, la transformación de una parte de ellas en empresas agrícolas, en el perfeccionamiento de las formas de organización y de dirección, etc., el PTA se ha apoyado en la voluntad de los campesinos. Por otra parte, ha combatido contra los puntos de vista revisionistas de todo tipo, que especulando con este principio leninista, convirtiéndolo en un fetiche, pretendían abandonar el proceso de la colectivización socialista del campo a la espontaneidad total bajo la acción de las leyes y de las relaciones mercantiles.
El camarada Enver Hoxha tratando la necesidad de combinar el principio de la voluntariedad en el proceso de la colectivización de la agricultura con su dirección consciente por el Partido escribe: «... pueden decir que planificando la colectivización, puede violarse el principio leninista de la voluntariedad. De ninguna manera violamos este principio... De este modo, sin violar los principios leninistas de la colectivización, podemos hacer previsiones y así la colectivización se desarrolla de manera planificada en el llano» (13)
La colectivización socialista de los pequeños productores del campo, como ha confirmado nuestra experiencia se abre paso mediante la lucha de clases, que tiene sus causas objetivas y sirve como principal fuerza motriz para la realización de este proceso. En el correcto desarrollo de la lucha de clases en el campo, el Partido ha aplicado una política revolucionaria de clase. Analizando y determinando correctamente los grupos sociales del campesinado, se apoyó en los campesinos pobres en alianza con el campesinado medio y adoptó medidas para el aislamiento político, la limitación económica y la eliminación de los kulaks.
El camarada Enver Hoxha apoyándose en las enseñanzas de Lenin sobre la definición de los kulaks como clase, ha formulado las características del kulak en nuestro país. Esta definición sirvió como base para elaborar la política de diferenciación de los grupos sociales del campesinado en nuestro país y del desarrolló dé la lucha de clases en el campo. Al respecto señala: «La reforma agraria ha dejado al kulak sólo una parte de la tierra, que la mayoría de las veces, es igual a la del campesino medio. Pero de ningún modo podemos distinguir al kulak sólo por la tierra de que dispone; debemos tenerlo en cuenta también en el aspecto de los medios de producción, como los animales de labor, los instrumentos, la vivienda dónde habita, los establos, los depósitos, los galpones, las eras, etc. Pero la característica principal radica siempre en lo que dice Lenin, en la explotación de los obreros asalariados o los peones que utiliza el kulak aunque sea por un período breve... El kulak es identificado, asimismo, por su pasado cercano o lejano, por sus puntos de vista en aquella época, las relaciones con el bey y sus intendentes, por su antiguo patrimonio, por los medios de producción, por el comerció que ha hecho especulando y realizando el mercado negro. El pasado pesa sobre el kulak, esto no debe ser descuidado en su identificación.» (14)
La lucha contra el kulak debe desarrollarse correctamente sin identificar al campesino medio con el kulak ó presentar a este último como campesino medio. «Es un error muy grave -ha subrayado el camarada Enver Hoxha- permitir la atenuación de la dureza de la lucha de clases en el campo, pero es otro error, igualmente grande considerar como kulaks a los campesinos medios, quienes deben ser aliados de los campesinos pobres, en la lucha contra los kulaks.» (15)
Ya en el I Congreso, el Partido impartió la directriz: «La cooperativización es un nuevo sector de la economía agrícola con bases socialistas, que el Partido y el Estado harán todo lo posible por ampliar. El apoyo será desde todo punto de vista: material, organizativo, instructivo, y político-social.» (16)
El PTA, no sólo ha ayudado ampliamente a este sector, sino que ha considerado la ayuda que debe prestar a este sector, como una importante cuestión política, porque mediante esta ayuda, se garantiza el ulterior reforzamiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador, se garantiza en la práctica el papel hegemónico de la clase obrera, se encauza al campesinado por el camino de la colectivización y se refuerza el régimen cooperativista.
Para aplicar en la práctica las exigencias de este principio, el PTA ha orientado el desarrollo de la economía popular dando prioridad a la industria y dentro de ella a las ramas de la industria pesada, porque está en condiciones de crear posibilidades para que la ciudad preste al campo atrasado y diseminado tal ayuda radical técnica y social, de crear la base material para un considerable aumento de la productividad del trabajo en la agricultura y en general en las explotaciones campesinas, estimulando de este modo a los pequeños agricultores, para que con la fuerza de su ejemplo pasen a una gran agricultura colectiva, a la agricultura dotada de maquinaria.
El PTA siendo consciente del gran papel que desempeña el desarrollo de la industria en la creación de la base material y técnica de la agricultura, en la transformación socialista del campo, tomando medidas para su desarrollo y fortalecimiento, ha luchado al mismo tiempo contra los puntos de vista de los revisionistas yugoslavos, quienes preconizan que la colectivización de la agricultura debe iniciarse después de que se haya concluido la industrialización del país. Estos puntos de vista de los revisionistas yugoslavos son variante de la tesis antimarxista del surgimiento espontáneo del socialismo como resultado del alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y tienen por objetivo perpetuar el predominio de las relaciones capitalistas.
Para acudir en ayuda del sector cooperativista, nuestro Estado socialista, ha tomado medidas en todos los aspectos para la creación, la ampliación y el fortalecimiento de las Estaciones de Máquinas y Tractores con maquinaria agrícola, tractores, cuadros y especialistas. Con los recursos del Estado se han realizado grandes inversiones para la bonificación, el riego, el avenamiento, la roturación de nuevas tierras, la reglamentación y el drenaje de las superficies, para la creación de plantaciones de frutales, la electrificación, la instalación de la red telefónica, el desarrollo de la enseñanza, la cultura y la sanidad en el campo, que están al servicio de las cooperativas agrícolas.
Mas el PTA y el camarada Enver Hoxha han exigido continuamente que la ayuda prestada por el Estado para el desarrollo y el fortalecimiento del régimen cooperativista sea correctamente comprendida políticamente porque en este problema, como en cualquier otro es determinante el trabajo común de los propios campesinos, el apoyo en sus propias fuerzas. El PTA ha combatido contra las concepciones de que las cooperativas agrícolas lo esperen todo del Estado.
De gran importancia teórica y práctica para la transformación socialista de los productores pequeños y medios en el campo es la determinación de la forma más adecuada de la colectivización y de las etapas de solución de este problema.
El PTA y el camarada Enver Hoxha, dando importancia a las formas inferiores de cooperación, como son las realizadas en el terreno de la circulación (las cooperativas de compraventa), que jugaron un importante papel en la preparación de las condiciones para pasar a formas más elevadas de cooperación, para propagar en las filas del campesinado la idea de la colectivización en el terreno de la producción, al mismo tiempo, orientó la colectivización de la agricultura hacia la creación de cooperativas agrícolas de producción. El que el campesinado abrazara la orientación del Partido para pasar directamente a las cooperativas agrícolas de producción, ha dicho el camarada Enver Hoxha, se debió al hecho de que en el campesinado se había formado una elevada conciencia política y tenía firme confianza en la justeza de la línea del Partido, confianza que se creo ya durante la Lucha de Liberación Nacional y más tarde con las medidas que se tomaron en favor del campesinado como la Reforma Agraria, etc.
---fin del mensaje nº 1---