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    Amílcar Cabral y la educación popular

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    Amílcar Cabral y la educación popular  Empty Amílcar Cabral y la educación popular

    Mensaje por Granma Lun Oct 10, 2011 2:33 am

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    Por: Mirna Sojo

    “La dinámica de la lucha exige la práctica de la democracia, de la crítica y de la autocrítica, la creciente participación de las poblaciones en la gestión de su propia vida, la alfabetización, la creación de escuelas y servicios sanitarios, la formación de “cuadros” extraídos de los medios campesinos y obreros y de otras muchas realizaciones que implican una gran aceleración del proceso cultural de la sociedad. Si se considera todo eso, es claro que la lucha por la liberación no es sólo un hecho cultural, sino un factor de cultura” Amílcar Cabral

    El camarada Amílcar Cabral, africano natural de Guinea Bissau, líder colectivo de la emancipación de su pueblo durante finales de la década de los 60 y principios de los 70, es parte del acumulado histórico de los hombres y mujeres cuyo referente esta aún vivo hoy.

    Hablar de Amílcar Cabral es hablar de la conducción que sobre el pueblo de Guinea Bissau de habla portuguesa ejerció desde una militancia consecuente con los legados ancestrales, luchas históricas por la liberación de la esclavización subyugante de los portugueses en los pueblos africanos, aunque no fue maestro “oficial”, ejerció este oficio desde la sencillez y la pertinencia de quien necesariamente comprende los niveles de dominación ideológica que subyace en un pueblo oprimido, de allí que valoramos sus aportes educativos en tiempos de lucha y que se convierten en legados propicios para nuestra reconstrucción revolucionaria.

    Su pensamiento político y educativo iba dirigido a la africanización de su gente, es decir tomar la identidad propia de un pueblo despojado e invisibilizado de su cultura, de su voz y de sus ideas, dominado y vapuleado como todos los pueblos nuestros por los imperios.

    Durante la lucha por la liberación colectiva de su pueblo, logró desde la lucha por la liberación, avances muy importantes dentro del plano educativo integrado a la vida social y en plena dinámica de la guerra por la liberación a través del partido PAIG (Partido Africano de Integración de Guinea) que operaba local e internacionalmente y al que logra aglutinar militancia en una causa común y apoyo de gobiernos y pueblos, veamos:

    * Los círculos de lectura, espacios propios y donde se desarrollaba la politización del pueblo, la desideologización impuesta por el régimen dominador. Estos círculos eran espacios de debate y lectura, sus maestros gente del pueblo dispuesta a dar la lucha y el reconocimiento de la fuerza propia e insurgente del mismo. Los círculos eran encuentros en sitios sencillos, y donde el proceso de “africanización” como lo denominaba Amílcar Cabral, se definía permanentemente.

    * La africanización de los guineanos, donde desmontar al invasor fue tarea titánica del movimiento por la liberación nacional, pero trabajo que dio sus frutos, pues muchos comprendieron a fondo quién era el enemigo y cómo luchar contra él, acercándose al hermano, desarrollándose desde el conocimiento y la acción revolucionaria.

    * Las escuelas creadas desde las propias necesidades de la guerra, y después de ésta en el proceso de reconstrucción nacional, eran espacios de trabajo colectivo por la recuperación de la siembra y el consumo de lo que las regiones de Guinea producían (no los que los invasores impusieron), el retome del gusto por sus comidas y alimentos propios, el trabajo útil y productivo en manos de la comunidad y estudiantes unidos en una sola voz por lograr su soberanía alimentaria. Se crearon para ello los almacenes del pueblo, espacios donde el consumo era parte del trabajo y la entrega. En esta experiencia se lograron autosustentar comunidades enteras.

    Esta educación que retoma los espacios comunitarios a través de sus escuelas fue la bandera revolucionaria, a mi modo de ver, de este gran pedagogo africano en las esferas de la educación popular, donde sabía que con el sistema educativo del dominador no habría desarrollo alguno, por lo menos en cuanto a los más pobres. Las escuelas creadas desde la necesidad de la revolución trastocaron las lógicas de las escuelas burguesas del dominador portugués (horarios, planes de estudios, entre otras)

    La vinculación teoría-práctica se obtenía a través de la siembra y consumo de sus propios alimentos, de allí que la tarea revolucionaria fue pensar en programas más pertinentes en áreas como la historia, geografía, matemática, la sustitución de los textos de lectura, los cuales estaban cargados de las ideas del invasor. Aquí el proceso guineano dio al traste al incorporar el estudio de su propia historia la de la resistencia y sus luchas invisibilizadas, la geografía que emanaba de sus localidades y territorios inmediatos, la necesidad de incorporar al pueblo a la reconstrucción nacional.

    En pleno proceso de reconstrucción nacional se crea el programa “la escuela al campo” como parte del desarrollo productivo, el traslado de los estudiantes a las zonas rurales para aprender junto al campesino su trabajo y su vida y a su vez intercambiando con ellos. Esta reciprocidad fue escuela transformadora del momento, las escuelas entonces no hacían ejercicios de agricultura sino era en el campo donde se apostaba a la producción, con esta forma muchas escuelas urbanas contaban con sus “campos agrícolas”.

    Debo rescatar de su pensamiento que las escuelas no debían ser grados o estancos en sentido literal, sino un espacio para el crecimiento cultural de todos, en tanto que cultura es la revolución del pensamiento y la acción transformadora de valores que, para la nueva sociedad en construcción, era necesario retomar y fortalecer a través de la educación. Durante la lucha jóvenes y niños, así como viejos, asumieron esta escuela sin tantos mitos sino la lucha por su liberación.

    En palabras de Freire: “Nació una verdadera escuela de trabajo vinculada con la producción y preocupada por la formación política, en respuesta a las exigencias misma de la lucha de liberación” (Freire en Cartas a Guinea Bissau p. 27).

    Un gran número de guineanos para los años 1974-75 logran incursionar en este modelo educativo producto de su exclusión en edades comprendidas desde los 10 años de edad, donde 258 maestros enseñaban a 14.531 niños y jóvenes. De igual modo la escuela también tenía la misión de formar los cuadros para seguir en la lucha por la liberación nacional.

    La formación de maestros fue tarea inmediata de la revolución, la recapacitación de los maestros ya formados, sobre todo estos, últimos los cuales eran de especial atención por cuanto traían en su seno la ideología dominante de los portugueses y su escuela burguesa.

    La lucha ideológica fue una tarea desplegada por el partido y las instituciones del gobierno pues se sabían opuestas al desarrollo de la lucha y la liberación.

    * La lucha incesante y el reconocimiento del invasor que ocupa y oprime al pueblo fue una de sus trabajos comunicacionales, hacía uso de la radio para comunicar y formar al pueblo guineano.

    * Planteaba el “suicidio de clase”: aquellos que creían y asumían la lucha debían ponerse al lado del pueblo y su liberación de manera convincente y práctica. Decía que “la burguesía revolucionaria tiene que ser capaz de suicidarse como clase para resucitar como trabajadora revolucionaria”, identificada con las aspiraciones del pueblo al que pertenece.

    * La sencillez y su amor hacia su pueblo oprimido, su respeto hacia el mismo y la recuperación de su dignidad fueron objetivos claros y aspectos que este maestro legó de manera desprendida y práctica.

    Pero no sólo se queda allí su pensamiento revolucionario para Guinea Bissau. El desarrollo de la educación de adultos recibe posteriormente apoyo del camarada Paulo Freire (1974), quien con un profundo respeto hacia los desarrollos alcanzados por el pueblo, llega a Guinea con el único propósito de ser un militante más y aportar entre militantes sus experiencias y el intercambio de ideas para seguir creando el sistema educativo de la revolución a partir de lo ya hecho en las zonas que se liberaron durante la guerra.

    Freire analizaba que un sistema educativo impuesto por el dominador no podía ser el espacio para implantar otro sistema. Muy por el contrario, reconoció conjuntamente con la dirigencia política de educación el otro sistema desarrollado durante la lucha por la liberación y se fortaleció desde las experiencias de educación popular el reconocimiento de la lucha, es decir el acumulado histórico y sus modelos propios.

    Finalizo reflexionando junto con Simón Rodríguez: ¿A dónde iremos a buscar modelos? Si los pueblos abyayalanos, afrodescendientes y africanos (triple AAA). Tenemos los legados, la historia, el desarrollo y las derrotas impuestas a nuestros proyectos añejos e ideales y que, tenemos el deber histórico y político de convertir en victoria definitiva en este momento, no habrá otro.

    Escuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe.

    Movimiento Pedagógico Revolucionario

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    Amílcar Cabral y la educación popular  Empty Re: Amílcar Cabral y la educación popular

    Mensaje por Granma Dom Mar 04, 2012 3:56 pm

    Recordando a Amílcar Cabral, líder anticolonialista de Guinea Bissau

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    Ulises Estrada Lescaille
    Tricontinental

    Amílcar continuó sus esfuerzos por la liberación del colonialismo mediante la lucha armada. Su empeño fue tal que se convirtió en un obstáculo insalvable para la política colonial. Los principios que defendía también afectaban los intereses imperialistas. Por eso decidieron eliminarlo. El 1ro de enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible, fue asesinado por militantes traidores reclutados por los portugueses, los cuales pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.

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    Mestizo, delgado, de mediana estatura, con espejuelos de armadura oscura, de andar erecto y rostro iluminado por una sonrisa. Fue uno de los más preclaros líderes fundadores de la nacionalidad africana. Aunque no era comunista, tenía vastos conocimientos del marxismo- leninismo. Leyó a los grandes filósofos de la humanidad.

    Dirigente político y militar, abrazó la guerra de guerrillas como vía fundamental para liberar a su pueblo del colonialismo portugués. No se concentró en el combate anticolonial en Guinea Bissau, sino que lo extendió también a Cabo Verde, isla poblada fundamentalmente por mestizos con un alto nivel cultural y económico. Esta operación se frustró por razones de seguridad, y Pedro Pírez, jefe del grupo caboverdiano se incorporó con su comando al combate en Guinea Bissau.

    Fue solidario, además, con las batallas que se libraban en las restantes colonias portuguesas. Artífice de la unidad interna, se enfrentó a las tendencias tribales, religiosas y regionales que dividían a su país. A todos los llevó a combatir juntos por la independencia, sentando las primeras bases del sentimiento nacional.

    Amílcar Cabral, nacido el 12 de septiembre de 1924, en Bafatá, Guinea Bissau, marchó con su familia a Cabo Verde a los ocho años de edad, donde cursó la enseñanza media en la escuela San Vicente. En 1945 viajó a Lisboa para estudiar en el Instituto Superior de Agronomía, con excelentes resultados docentes. En 1950 se graduó de ingeniero y regresó a Bissau a trabajar en su profesión por cuenta del gobierno portugués.

    En Lisboa, junto a otros estudiantes de las colonias portuguesas, dedicó sus esfuerzos a la búsqueda de las raíces africanas y revitalizó, con ese objetivo, la Casa de África, a la vez que fundaba el Centro de Estudios Africanos. Luego de trabajar en la Estación Agrónoma de Lisboa, regresó a Guinea Bissau y recorrió el país. A su paso, conoce de cerca la explotación colonial de que eran víctimas los campesinos y el pueblo guineano en general. Por sus ideas políticas en 1955 es expulsado de Bissau y se incorpora a la organización y lucha del movimiento independentista en Angola. Posteriormente organiza el Partido Africano para la Independencia (PAI), que luego adopta el nombre de Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC).

    Amílcar no cesa en su batallar y a través del PAIGC inicia la guerra de guerrillas en Guinea Bissau el 23 de enero de 1962; ya en 1965 combatían en los frentes norte, sur y este del país. Mantuvo siempre, con toda claridad, la ideología revolucionaria, antimperialista, anticolonialista, contra el apartheid y todas las formas de racismo y discriminación que, derivadas de este, existían en aquellos momentos en el continente africano, al sur del Sahara.

    Es a finales de 1964 que conoce al comandante Ernesto Che Guevara en la República de Guinea (Conakry), a quien explica en detalle la causa que defiende, y solicita el apoyo directo de Cuba con respecto a instructores militares, uniformes, medicinas e instrumentos agrícolas para cosechar la tierra en las zonas liberadas.

    En enero de 1966 participa como fundador de la I Conferencia Tricontinental, en La Habana. Su discurso fue una clara exposición de la situación política, económica y social existente en el continente africano y la lucha que libraban los pueblos en las colonias portuguesas. Allí se reúne con el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien de inmediato se solidariza con sus pronunciamientos y acción y lo invita, en compañía de Oscar Oramas, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores que servía de traductor, a recorrer las montañas del Escambray, uno de los escenarios de la lucha contra la dictadura batistiana, a la vez que le traslada las experiencias vividas en los combates en las montañas, ciudades y llanos, y la resistencia del pueblo cubano a las agresiones diversas del imperialismo estadounidense.

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    Cubanos en Guinea

    Oramas fue designado posteriormente embajador de Cuba en la República de Guinea con la tarea principal de atender las relaciones con el PAIGC, mientras que a mí, como oficial de la Inteligencia cubana vinculado al apoyo a movimientos de liberación nacional, el comandante Manuel Piñeiro me asignó la misión de llevar en abril de 1966, en la motonave cubana Uvero, la ayuda solicitada por Amílcar y otras prometidas por el Che a diferentes movimientos de liberación nacional. Paralelamente se unen al PAIGC los primeros tres médicos y asesores militares cubanos, quienes participan en el primer combate contra el ejército portugués el primero de mayo de ese año.

    Una vez concluida la misión en el Uvero, en noviembre de 1966, a pesar de la preocupación de Amílcar -que no se encontraba en el país-, por temor a la muerte o captura de uno de nosotros en los frentes de batalla, me uno a las guerrillas comandadas por Domingo Ramos, comisario político del PAIGC, en la primera operación militar de envergadura en la que participan los instructores militares cubanos, bajo el principio de convertir el combate en una escuela.

    Así, en el Frente Este, atacamos el cuartel de Madina Boé, una fortaleza muy bien protegida por los tugas (portugueses) con el apoyo de miembros de la tribu fula, que eran los que estaban en la superficie, ya que los soldados estaban en trincheras bien cubiertas o bajo tierra.

    Me encontraba al lado de Domingo, quien con la mitad de su cuerpo cubría el mío para protegerme, cosa que no pude evitar, y abrimos fuego con un cañón B-10 desde una pequeña elevación situada a unos 600 metros del cuartel. Los portugueses tenían colimada la zona y respondieron con certeros disparos de mortero, mientras nosotros continuamos haciendo fuego con el cañón sin retroceso, ametralladoras y fusiles.

    Un rato después de iniciado el combate, sentí que corría por el lado derecho de mi espalda un líquido caliente y pensé que estaba herido por uno de los morterazos que caían a nuestro alrededor. Era Domingo, sangraba copiosamente. Tomé su cuerpo en unión de otro compañero y lo condujimos al puesto médico, situado a unos cien metros de la zona de combate. El médico cubano me informó que había fallecido. No podíamos dejar el cadáver del dirigente guineano en manos portuguesas. Tomamos su cuerpo y en un camión nos trasladamos a través de sembrados de arroz hacia la frontera con Conakry. Llegamos a Boké, donde se encontraba el puesto de mando fronterizo y entregamos su cadáver al compañero Arístides Pereira, para que pudieran darle sepultura y rendirle los honores que merecía este luchador, que fue uno de los primeros altos jefes del PAIGC en caer en combate.

    Los cubanos continuaron combatiendo junto al PAIGC en numerosas acciones militares. Nueve de ellos entregaron allí su sangre generosa: Raúl Pérez Abad, Raúl Mestres Infante, Miguel A. Zerquera Palacio, Pedro Casimiro LLopins, Radamés Sánchez Bejerano, Eduardo Solís Renté, Felipe Barriendo Laporte, Radamés Despaigne Robert y Edilberto González.

    Las zonas liberadas crecían por día. Amílcar continuó sus esfuerzos por la liberación del colonialismo mediante la lucha armada. Su empeño fue tal que se convirtió en un obstáculo insalvable para la política colonial. Los principios que defendía también afectaban los intereses imperialistas. Por eso decidieron eliminarlo. El 1ro de enero de 1973, cuando ya la victoria era irreversible, fue asesinado por militantes traidores reclutados por los portugueses, los cuales pagaron ante la justicia revolucionaria su crimen.

    Nueve meses después, Guinea Bissau obtenía su independencia nacional. Aquel hombre que había sabido llevar a su pueblo a la guerra liberadora, en un país empobrecido, de menos de un millón de habitantes, dividido en unos 20 grupos tribales, ofrendó su vida a cambio de un futuro mejor e independencia para sus hermanos. Sus ideas han quedado grabadas para siempre en aquellos que se mantienen leales a su pensamiento, a su valeroso ejemplo y se proponen hoy construir una Guinea unida, enfrentarse a la pobreza y alcanzar un escalón más alto en la vida de sus hombres y mujeres.


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    Amílcar Cabral y la educación popular  Empty Re: Amílcar Cabral y la educación popular

    Mensaje por Granma Lun Oct 29, 2012 1:02 pm

    (Audio en inglés, subtítulos en portugués).

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    Mensaje por Galin Mar Abr 01, 2014 9:27 pm

    Dejo un esquema de "La educación como cultura" , aporte del camarada Cabral en el primer post

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