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    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago)

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    Mensaje por NG Lun Feb 04, 2013 7:43 pm

    La siguiente información es un compilado de información integramente fue expuesta y traducido por del camarada Tiago sobre el revisionismo yugoslavo:
    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo
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    El 28 de junio de 1948, la Cominform aprobó la siguiente resolución sobre la situación del Partido Comunista de Yugoslavia. Aunque no se menciona la palabra "expulsión", por lo común se la conoce como la resolución de expulsión de la camarilla de Tito.
    Resolución del Buró de Información
    “Sobre la situación del Partido Comunista de Yugoslavia”
    28 de junio de 1948

    El Buró de Información... después de discutir la situación del Partido Comunista de Yugoslavia y dejando constancia que los representantes del Partido Comunista de Yugoslavia se negaron a asistir a la sesión del Buró de Información, ha llegado por unanimidad a las siguientes conclusiones:

    1. El Buró de Información sostiene que recientemente la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia ha seguido una línea incorrecta sobre cuestiones fundamentales de política interior y exterior, una línea que representa un alejamiento del marxismo-leninismo. En relación con esto, el Buró de Información aprueba la acción del Comité Central del PCUS (b), que tomó lo iniciativa en exponer esa política incorrecta del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia, particularmente la política incorrecta de los camaradas Tito, Kardejl, Djilas y Rankovic.

    2. El Buró de Información declara que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia está siguiendo una política inamistosa hacia la Unión Soviética y el PCUS (b). En Yugoslavia se está llevando a cabo una indigna política de difamación de los expertos militares soviéticos y de descrédito de la Unión Soviética. Se ha establecido un régimen especial para los expertos civiles soviéticos en Yugoslavia. Ellos están bajo la vigilancia de los órganos de seguridad del estado yugoslavo y son seguidos continuamente.

    Los líderes del Partido Comunista de Yugoslavia han adoptado una postura indigna de comunistas y han comenzado a identificar la política exterior de la Unión Soviética con la política exterior de las potencias imperialistas, comportándose ante la Unión Soviética de la misma forma como se conducen ante los estados burgueses. Precisamente debido a esta postura anti-soviética, la propaganda difamatoria sobre de la “degeneración” del PCUS (b), sobre la “degeneración” de la URSS, etc., prestados del arsenal del trotskismo contrarrevolucionario, se ha hecho corriente en el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia.

    El Buró de Información denuncia esta actitud anti-soviética de los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia, que es incompatible con el marxismo-leninismo y es característica de los nacionalistas.

    3. En política interior, los líderes del Partido Comunista de Yugoslavia se están alejando de la posición de la clase obrera y están rompiendo con la teoría marxista de las clases y la lucha de clases. Niegan que en su país haya un crecimiento de los elementos capitalistas y, consecuentemente, niegan el agudizamiento de la lucha de clases en el campo. Esta negativa es el resultado directo del dogma oportunista que sostiene que la lucha de clases no se agudiza durante el periodo de transición del capitalismo al socialismo, como enseña el marxismo-leninismo, sino que pierde fuerza, como sostuvieron los oportunistas del tipo de Bujarin que propagaban la teoría del desarrollo pacífico del capitalismo al socialismo.

    Los líderes yugoslavos están siguiendo una política incorrecta en el campo, al ignorar la diferenciación de clases en el campo y al considerar a los campesinos individuales como entidades únicas, en contradicción con la doctrina marxista-leninista de las clases y la lucha de clases y en contradicción con la bien conocida tesis de Lenin que dice que las pequeñas explotaciones individuales engendran capitalismo y burguesía, continuamente, cada día, cada hora, espontáneamente y en masa. Además la situación política en el campo yugoslavo no da motivo para la satisfacción y la complacencia. En las condiciones actuales de Yugoslavia –donde predomina la explotación campesina individual, donde la tierra no se ha nacionalizado, donde existe la propiedad privada de la tierra, donde la tierra puede ser comprada y vendida, donde la tierra está concentrada en manos de los kulaks y donde se emplea el trabajo contratado–, no se puede educar al Partido en el espíritu del encubrimiento de la lucha de clases y la reconciliación de las contradicciones de clase, sin desarmar al Partido ante las dificultades relativas a la construcción del socialismo.

    Sobre la cuestión del rol dirigente de la clase obrera, los líderes del Partido Comunista Yugoslavo al sostener que el campesinado es el “pilar más firme del estado yugoslavo” se están alejando del camino marxista-leninista y están siguiendo el camino populista de un partido kulak. Lenin enseñó que el proletariado es “la única clase de la sociedad contemporánea que es revolucionaria hasta el fin… que debe ser el líder en la lucha de todo el pueblo por una completa transformación democrática, en la lucha de todo el pueblo trabajador y explotado contra los opresores y explotadores”.

    Los líderes yugoslavos están violando estas tesis del marxismo-leninismo.

    4. El Buró de Información considera que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia está revisando las enseñanzas del marxismo-leninismo acerca del Partido. De acuerdo con la teoría marxista-leninista, el Partido es la fuerza dirigente y principal del país, tiene su programa propio y específico y no se diluye en las masas sin partido. El Partido es la forma superior de organización y el arma más importante de la clase obrera…

    El Buró de Información considera que esta política del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia amenaza la existencia misma del Partido Comunista y conlleva, en última instancia, el peligro de la degeneración de la República Popular de Yugoslavia.

    5. El Buró de Información considera que el régimen burocrático creado en el Partido por sus dirigentes es desastroso para la vida y desarrollo del Partido Comunista de Yugoslavia, donde no existe democracia interna partidaria, no hay elecciones ni crítica y autocrítica…

    Es completamente intolerable que los más elementales derechos de los militantes del Partido Comunista sean suprimidos y que las más mínimas críticas de las medidas incorrectas en el Partido sean brutalmente reprimidas…

    El Buró de Información considera que ese régimen infortunado, déspota y terrorista no puede ser tolerado en el Partido Comunista. Los intereses de la existencia y desarrollo del Partido Comunista de Yugoslavia exigen que se ponga fin a este régimen.

    6. El Buró de Información considera que la crítica realizada por el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (b) y los Comités Centrales de otros partidos comunistas, de los errores del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia –que de esta manera le brindan una ayuda fraternal–, le ofrece al Partido Comunista de Yugoslavia todas las condiciones necesarias para corregir rápidamente los errores cometidos.

    Sin embargo, en lugar de aceptar honestamente esta crítica y seguir el camino bolchevique para la rectificación de sus errores, los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia –con ambición, arrogancia y engreimiento ilimitados– enfrentan esta crítica con beligerancia y hostilidad. Ellos toman el camino anti-partido de negar indiscriminadamente todos sus errores, violando la doctrina marxista-leninista sobre la actitud del partido ante sus errores, agravando de esta forma sus errores anti-partido…

    7. Tomando en cuenta la situación del Partido Comunista de Yugoslavia, y buscando mostrar a los dirigentes del Partido la salida de esta situación, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (b) y los Comités Centrales de los demás partidos hermanos, sugieren que la cuestión del Partido Comunista de Yugoslavia sea discutida en una reunión del Buró de Información

    8. En vista de esto, el Buró de Información expresa su total acuerdo con la evaluación de la situación del Partido Comunista de Yugoslavia, con la crítica de los errores del Comité Central de ese partido y con el análisis político de esos errores, contenidos en las cartas del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (b) al Partido Comunista de Yugoslavia, entre marzo y mayo de 1948.

    El Buró de Información, por unanimidad, concluye que –por sus puntos de vista anti-partido y anti-soviéticos, incompatibles con el marxismo-leninismo, y por su actitud y su negativa a asistir a la reunión del Buró de Información–, los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia se han situado en la oposición a los Partidos Comunistas afiliados al Buró de Información, han tomado el camino de la división del frente socialista unido contra el imperialismo, han optado por el camino de la traición a la causa de la solidaridad internacional del pueblo trabajador y han asumido la posición del nacionalismo.

    El Buró de Información condena la política anti-partido y la actitud del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia.

    El Buró de Información considera que, en vista de todo esto, el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia se ha ubicado a sí mismo y también al partido yugoslavo, fuera de la familia de Partidos Comunistas hermanos, fuera del frente comunista unido y por consiguiente fuera de las filas del Buró de Información.

    El Buró de Información considera que la base de los errores de la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia reside en el hecho indudable de que los elementos nacionalistas –que han existido, anteriormente, de forma disfrazada– han logrado obtener una posición dominante en la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia en los últimos cinco o seis meses, por lo que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia ha roto con las tradiciones internacionalistas del Partido Comunista de Yugoslavia y ha tomado el camino del nacionalismo.

    Sobreestimando las fuerzas internas nacionales de Yugoslavia y su influencia, los dirigentes yugoslavos piensan que pueden mantener la independencia yugoslava y construir el socialismo sin el apoyo de los Partidos Comunistas de los demás países, son el apoyo de las democracias populares, sin el apoyo de la Unión Soviética. Piensan que la nueva Yugoslavia se puede edificar sin la ayuda de esas fuerzas revolucionarias.

    Demostrando su pobre comprensión de la situación internacional y su temor de las amenazas chantajistas de los imperialistas, los dirigentes yugoslavos creen que haciendo concesiones pueden obtener el favor de los estados imperialistas. Piensan que serán capaces de negociar con ellos la independencia de Yugoslavia y lograr gradualmente que el pueblo de Yugoslavia se oriente hacia esos estados, esto es, hacia el capitalismo. Ellos proceden tácitamente de acuerdo con la archiconocida tesis nacionalista burguesa que dice que “los estados capitalistas son el mal menor para la independencia de Yugoslavia en comparación con la Unión Soviética”.

    Los dirigentes yugoslavos evidentemente no entienden, o posiblemente pretenden no entender, que esa línea nacionalista sólo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una república burguesa ordinaria, a la pérdida de su independencia y a su transformación en una colonia de los países imperialistas.

    El Buró de Información no tiene duda de que en el seno del Partido Comunista de Yugoslavia hay suficientes elementos sanos y leales al marxismo-leninismo, a las tradiciones internacionalistas del Partido Comunista de Yugoslavia y del frente socialista unido. Su tarea es obligar a los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia a reconocer abierta y honestamente sus errores y a rectificarlos, a romper con el nacionalismo, a regresar al internacionalismo, y a consolidar el frente socialista unido contra el imperialismo. Y si los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia se muestran incapaces de hacer esto, su tarea es reemplazarlos y promover un nuevo liderazgo internacionalista en el Partido.

    El Buró de Información no tiene duda de que el Partido Comunista de Yugoslavia será capaz de cumplir esta honrosa tarea.


    Fuentes:

    • Royal Institute of Internal Affairs, The Soviet-Yugoslav Dispute (London and New York, 1948), pp. 61-70, fragmentos.
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... yugo1.html

    • Robert V. Daniels, ed., A Documentary History of Communism, Vol. 2 (I.B. Tauris & Co. Ltd., 1987), pp. 156-158, fragmentos.
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... ia&f=false


    Nota:

    Las dos versiones de la resolución que se han utilizado para la presente traducción tienen, en su mayor parte, el mismo contenido. Difieren en la edición que han realizado del mismo documento. Una de ellas tiene partes que la otra no tiene; y la otra, a su vez, tiene partes que la primera no tiene. Se han complementado para obtener una versión más completa.
    Nikita Jruschov empezó su acercamiento a los revisionistas yugoslavos, al año siguiente de la muerte de Stalin. Luego de los regateos del caso, entre estos mercaderes de la política, Jruschov va al encuentro de Tito, en mayo de 1955.

    El XX Congreso del PCUS (1956) todavía no se ha realizado... pero otro "error" de Stalin se busca "corregir".

    Sin embargo, en esta revisión de la posición marxista-leninista con respecto a Yugoslavia, Jruschov no está solo, cuenta con la anuencia y la aprobación de otros Partidos Comunistas. La dirección del PCUS con Jruschov a la cabeza no es aún abiertamente revisionista, el "informe secreto" aún no se ha pronunciado...

    Declaración del Primer Secretario del PCUS, N.S. Jruschov, a su arribo al aeropuerto de Belgrado, el 26 de mayo de 1955


    Querido camarada Tito, miembros del gobierno y líderes de la Liga Comunista Yugoslava, queridos camaradas y ciudadanos:

    En nombre del Presídium del Soviet Supremo de la URSS, el gobierno de la URSS y el CC del PCUS, y en nombre del pueblo soviético, saludo a ustedes y los trabajadores de Belgrado, la gloriosa capital de Yugoslavia, y a todos los pueblos de Yugoslavia. La delegación soviética ha venido a vuestro país a decidir, junto a la delegación yugoslava, los caminos para desarrollar y consolidar la amistad y cooperación entre nuestros pueblos, a considerar nuestra tarea conjunta en la lucha de nuestros países por la prosperidad, por la disminución de la tensión, por el fortalecimiento de la paz en general y la seguridad de los pueblos.

    Como sabemos, durante muchos años nuestros se han desarrollado las mejores relaciones entre los pueblos de la Unión Soviética y Yugoslavia, entre nuestros estados y nuestros Partidos. Sin embargo, esas buenas relaciones fueron destruidas.

    Sinceramente, lamentamos lo que pasó y rechazamos resueltamente las cosas que ocurrieron, una tras otra, durante ese período…

    Hemos estudiado asiduamente los materiales sobre las que se basaron las serias acusaciones y ofensas dirigidas en ese momento contra los dirigentes de Yugoslavia. Los hechos demuestran que esos materiales fueron fabricados por enemigos del pueblo, detestables agentes del imperialismo que mediante métodos engañoso se abrieron paso en las filas de nuestro partido…

    El deseo de Yugoslavia de mantener relaciones con todos los estados de occidente y oriente tiene nuestra total comprensión. Consideramos que el fortalecimiento de la amistad y lazos entre nuestros países contribuirá a la consolidación de la paz general…

    Como representantes del Partido Comunista de la Unión Soviética, el partido creado por el gran Lenin, consideramos deseable establecer la mutua confianza entre nuestros Partidos. Los más fuertes lazos son creados entre los pueblos de nuestros países donde las fuerzas dirigentes son los Partidos que basan sus actividades en las enseñanzas del marxismo-leninismo…

    No cumpliríamos nuestro deber para con nuestro pueblo y el pueblo trabajador de todo el mundo, si no hiciéramos todo lo posible por establecer el entendimiento mutuo entre el Partido Comunista de la Unión Soviética y la Liga Comunista Yugoslava, sobre la base de las enseñanzas del marxismo-leninismo…
    En 1948, Liu Saochi escribió un artículo titulado “Internacionalismo y Nacionalismo”, donde destaca la posición del Partido Comunista de China ante la resolución de Cominform sobre el Partido Comunista de Yugoslavia.

    El PCCh no pertenecía a Cominform pero se solidarizó con la resolución aprobada en junio de 1948.

    Los términos expuestos por Liu Saochi son interesantes. Más aún si se confrontan con las posteriores posiciones del PCCh sobre la cuestión de Yugoslavia.

    El artículo completo se puede encontrar en:

    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... /index.htm
    Internacionalismo y Nacionalismo
    Liu Saochi
    (fragmentos)
    Introducción

    La resolución adoptada por el Buró de Información de los Partidos Comunistas y Obreros de Bulgaria, Rumania, Hungría, Polonia, URSS, Francia, Checoslovaquia e Italia, concerniente al Partido Comunista de Yugoslavia, condenó la posición anti-soviética de la camarilla de Tito, renegada del proletariado.

    La resolución señala que esta postura anti-soviética de la camarilla de Tito se deriva del programa nacionalista de la burguesía y está conduciendo a la traición de la causa de la unidad internacional del pueblo trabajador y a una posición nacionalista. La resolución dice: “Tal posición nacionalista solo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una república burguesa ordinaria, a la pérdida de su independencia y a su conversión en una colonia de los países imperialistas.

    La resolución del Comité Central del Partido Comunista de China sobre el Partido yugoslavo también señala que la camarilla de Tito, debido a su traición de una serie de puntos de vista fundamentales del marxismo-leninismo, ha caído en fango del nacionalismo burgués y los partidos burgueses… Asimismo, nuestro Comité Central señala que, al aprobar esta resolución, el Buró de Información ha “cumplido sus obligaciones con la causa de la preservación de la paz mundial y la democracia, y con la defensa del pueblo de Yugoslavia contra el engaño y la agresión del imperialismo norteamericano”.

    II. El concepto internacionalista proletario de nación.

    Sólo los comunistas y el proletariado internacional, sólo la Unión Soviética y las nuevas democracias dirigida por los Partidos Comunistas, son los amigos más confiables de todas las naciones oprimidas que luchan por su liberación de la opresión imperialista, por la independencia nacional. Abrigar desconfianza y enemistad hacia la Unión Soviética y las nuevas democracias dirigidas por los Partidos Comunistas y considerar a “los países capitalistas menos peligrosos para Yugoslavia que la Unión Soviética”, como lo hace la camarilla de Tito, es extremadamente incorrecto y dañino.

    Considerar que la política exterior de la Unión Soviética y las políticas exteriores de los países imperialistas son los mismo, o confundirlas, y adoptar la misma actitud ante la Unión Soviéticas y las nuevas democracias dirigidas por los Partidos Comunistas, que la adoptada ante los países imperialista –como lo hace la camarilla de Tito– es totalmente incorrecto y dañino, resultado de la traición a los principios básicos del marxismo-leninismo, al internacionalismo proletario, y constituye una degeneración a la posición del nacionalismo burgués.

    IV. Los dos campos en el mundo actual y el camino del movimiento de liberación nacional.

    …los comunistas y los pueblos de todos los países deben basarse en el internacionalismo proletario, en el concepto internacionalista proletario de nación y en los programas y políticas internacionalista-proletarios en relación con la cuestión de la nación, unirse con el pueblo trabajador y las fuerzas revolucionarias antiimperialistas del mundo y unirse con la Unión Soviética y las nuevas democracias de Europa oriental, en lucha común, asistencia mutua y apoyo recíproco, para liberar a las naciones oprimidas y resolver la cuestión nacional en el mundo actual.

    Esto quiere decir que si se sigue el concepto nacionalista burgués de nación y se adopta programas y políticas sobre la cuestión nacional, si se opone a la Unión Soviética en lugar de unirse con ella, si se opone a las nuevas democracias de Europa oriental en lugar de unirse con ellas, si se opone a los comunistas, al proletariado y a las fuerzas democráticas populares de todos los países en lugar de unirse con ellas, si se opone a los movimientos de liberación nacional de los países coloniales y semicoloniales en lugar de unirse con ellas, como lo hace la camarilla de Tito en Yugoslavia, entonces por supuesto se unirá a los imperialistas norteamericanos y otros, se alineará con el campo imperialista, se unirá con las fuerzas reaccionarias de todos los países, fracasará en obtener la liberación nacional, nunca llevará a cabo nada en la causa del socialismo, hará de su propia nación una presa del engaño y agresión de los imperialistas norteamericanos y otros, su propia nación perderá su independencia y se convertirá en una colonia de los imperialistas. De ahí que el Comité Central del Partido Comunista de China diga: La resolución del Buró de Información de los Partidos Comunistas está advirtiendo sobre este futuro peligroso para los pueblos del mundo y el pueblo de Yugoslavia, de tal manera que el pueblo de Yugoslavia se ponga vigilante y corrija los errores de la camarilla de Tito; la resolución “está cumpliendo sus obligaciones con la causa de la preservación de la paz mundial y la democracia, y defendiendo al pueblo de Yugoslavia del engaño y la agresión del imperialismo norteamericano.

    Esto quiere decir que al dirigir los movimientos de liberación nacional y los movimientos socialistas proletarios, los comunistas y los pueblos de todos los países deben basarse en el internacionalismo proletario, deben desechar el nacionalismo burgués, y deben ligarse estrechamente con la revolución democrática nacional de las naciones oprimidas y la revolución socialista del proletariado, para que puedan liberar a todas las naciones del mundo y puedan resolver las cuestiones nacionales del mundo de hoy. De otro modo, no sólo serán incapaces de ganar alguna victoria socialista sino que serán incapaces de obtener siquiera victorias reales en algún movimiento de liberación nacional.

    Esto quiere decir que la cuestión nacional del mundo actual debe ser vista en relación con la historia en su conjunto y el mundo en su conjunto, no debe ser visto desde un punto de vista aislado y estrecho, o desde un punto de vista irreal y abstracto. Precisamente como Lenin y Stalin dijeron: la cuestión nacional no debe ser evaluada aisladamente, debe ser evaluada a escala mundial.

    V. El carácter progresivo del nacionalismo burgués en condiciones históricas determinadas y la actitud marxista-leninista hacia tal nacionalismo

    …en las filas revolucionarias pueden aparacer gente como Chen Tusiu y Chang Kuotao en China y Tito en Yugoslavia. Esa gente capitula ante el nacionalismo burgués reaccionario, traiciona los intereses comunes de los trabajadores de todos los países y ponen en serio peligro la liberación de su propio pueblo. Ellos son voceros del nacionalismo burgués dentro de las filas del proletariado. Cínicamente, desertan –a mitad del camino– de la causa de la liberación nacional y desvían a su país por el camino que conduce a su conversión en una colonia imperialista. Los Partidos Comunistas de todos los países y cada comunista individualmente deben estar alertas ante este peligro.


    Última edición por NG el Dom Mayo 05, 2013 2:45 am, editado 1 vez
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    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago) Empty Re: El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago)

    Mensaje por NG Lun Feb 04, 2013 7:57 pm

    En su visita de reconciliación con los revisionistas yugoslavos, Jruschov de hecho desconoce la resoluciones de Cominform sobre Yugoslavia, de 1948 y 1949. Su objetivo no es solo restablecer armoniosas relaciones con el estado yugoslavo para reintegrarlo al campo socialista, sino reincorporar a la camarilla de Tito al movimiento comunista internacional pese a su claro abandono de los principios del marxismo-leninismo.

    Sin embargo, Tito no aceptará la idea del “campo socialista” sino la existencia de países socialistas individuales, cada uno siguiendo su propio camino al socialismo. Tampoco aceptará la idea de un movimiento comunista organizado sino la independencia de cada partido comunista que no acepta la “injerencia” de los otros partidos comunistas hermanos en los asuntos “internos” de “su” país “socialista”.

    La "Declaración de Belgrado", cuyos fragmentos, se reproducen a continuación, dejan bastante claro dos cosas: a) Jruschov cedió totalmente ante el revisionismo yugoslavo, haciendo a un lado los más elementales principios de la construcción del socialismo y de las relaciones entre países socialistas en el contexto de la revolución proletaria mundial; y b) La concepción del revisionismo titoísta de las relaciones entre los países socialistas, que renuncia al internacionalismo proletario y adopta como principio el nacionalismo burgués, que considera a los países socialistas en el mismo plano que cualquier otro país capitalista, y plantea que las relaciones entre países socialistas hermanos deban hacerse en los mismos términos que con cualquier otro estado capitalista.
    Declaración conjunta de los Gobiernos de la Unión Soviética y Yugoslavia
    Belgrado,

    2 de junio de 1955
    (Fragmentos)

    En su consideración de la cuestión tratada en el curso de las conversaciones y con miras al fortalecimiento de la confianza y cooperación entre naciones, los dos gobiernos han partido de los siguientes principios:

    Inviolabilidad de la paz sobre la que se basa la seguridad colectiva, respeto a la soberanía, independencia, integridad e igualdad entre los estados en sus relaciones mutuas y en sus relaciones con otros estados.

    Reconocimiento y desarrollo de la coexistencia pacífica entre las naciones, sin importar las diferencias ideológicas o diferencias de orden social, lo que presupone la cooperación de los estados en el campo de las relaciones internacionales en general, y más específicamente en el campo de las relaciones económicas y culturales…

    Conformidad con el principio de respeto mutuo y la no interferencia en los asuntos internos por ninguna razón sea de naturaleza económica, política e ideológica, porque las cuestiones de organización interna o diferencia de sistemas sociales y diferentes formas de desarrollo socialista son únicamente de interés de cada país.

    …Asistencia a través de los órganos pertinentes de las Naciones Unidas y en las formas que están en concordancia con los principios de las Naciones Unidas, tanto a las economías nacionales como las áreas económicamente subdesarrolladas en interés de los pueblos de esas áreas y del desarrollo de la economía mundial.

    …Ambos gobiernos han basado su política en los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas…

    …Ambos gobiernos saludan los resultados de la Conferencia de Bandung como una contribución importante a la idea de la cooperación nacional, como un apoyo a los pueblos de Asia y África para el fortalecimiento de su independencia política y económica; y consideran que todo eso contribuye al fortalecimiento de la paz mundial.
    La visita de Jruschov a Yugoslavia en 1955 se puede considerar una declaración de que: 1) Yugoslavia es todavía un país socialista, 2) la Liga Comunista de Yugoslavia es aún un partido marxista-leninista, y 3) Stalin y Cominform estuvieron equivocados, cometieron el error, al expulsar al Partido Comunista de Yugoslavia por su abandono del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario, y al declarar que en Yugoslavia se estaba siguiendo el camino de la degeneración capitalista y del sometimiento al imperialismo anglo-americano. Muchos partidos comunistas iniciaron el proceso para reincorporar a la Liga Comunista de Yugoslavia al movimiento comunista internacional encabezado por el PCUS, y del estado yugoslavo al campo socialista encabezado por la Unión Soviética.

    Sin embargo, existían dos problemas: 1) la camarilla de Tito no pensaba igual, no tenía el mismo objetivo y no tenía el mínimo interés en reincorporarse al movimiento comunista internacional y al campo socialista; 2) los dirigentes de los partidos comunistas encabezados por la dirección del PCUS no consideraron desde un punto de vista científico, marxista-leninista, la valoración que las resoluciones de Cominform hicieron de la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia, de la camarilla de Tito en particular y de la situación económica y política real de Yugoslavia.

    En febrero de 1956, se realizó el XX Congreso del PCUS. El revisionismo en las filas del partido soviético enfilaron sus baterías abierta, organizada y programáticamente contra los principios y las tradiciones marxista-leninistas. Jruschov pronunció su discurso secreto contra Stalin, marcando el punto de partida formal de la restauración del capitalismo en la URSS. El revisionismo soviético se sumó al revisionismo yugoslavo en la ofensiva contra la integridad del campo socialista y la unidad del movimiento comunista internacional. Dichas variantes del revisionismo contemporáneo desarrollaron una campaña feroz contra el marxismo-leninismo.

    El 5 de abril de 1956, el órgano central del PCCh publicó “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, donde se decía lo siguiente sobre la cuestión Yugoslava:
    “El [Stalin] cometió serios errores tales como: amplió el alcance de la supresión de la contrarrevolución, careció de la vigilancia necesaria en la víspera de la guerra antifascista, falló en prestar la atención adecuada al desarrollo de la agricultura y el bienestar material del campesinado, dio ciertos consejos equivocados en el movimiento comunista internacional, y en particular, tomó decisiones erróneas sobre la cuestión de Yugoslavia. En esos problemas, Stalin cayó víctima del subjetivismo y el unilateralismo, divorciándose de la realidad objetiva y de las masas”.
    El 17 de abril de 1956, se acordó la disolución de Cominform, no sin antes que sus partidos afiliados retiraran la segunda resolución sobre Yugoslavia, aprobada en noviembre de 1949. La disolución de Cominform y el retiro (o anulación) de la resolución mencionada, es el resultado de una condición que los revisionistas yugoslavos pusieron para restablecer relaciones con los partidos comunistas integrantes de Cominform y los demás partidos del campo socialista.

    El XX Congreso, la “desestalinización”, la crítica fácil a Stalin y la fragilidad ideológica de algunos dirigentes de dirigentes de los partidos comunistas, dieron mucho vuelo a los elementos revisionistas y reaccionarios en algunos países del campo socialista. En junio de 1956, se produjo la insurrección en Poznán, Polonia, que inició un proceso que se coronó con un compromiso entre la dirección soviética y los “derechistas” del partido polaco. En octubre de 1956, cuando la “calma” llegaba a Polonia, se inició una sublevación en Hungría, alentada por elementos reaccionarios, que sería sofocada violentamente con la intervención militar soviética. No es difícil ver la mano yugoslava en los sucesos contrarrevolucionarios de Hungría. Sin embargo, las negociaciones para la “reincorporación” de Yugoslavia siguieron en pie.

    En setiembre de 1956 se realizó el VIII Congreso del Partido Comunista de China donde se aprobaron tesis revisionistas. El informante principal, Liu Saochi, al hablar sobre el campo socialista, hace mención del caso de Yugoslavia.
    "No había otro país socialista cuando el pueblo de la Unión Soviética inició la construcción socialista después de la Revolución de Octubre. Ahora, cuando nuestro país está llevando a cabo la construcción socialista, las condiciones son fundamentalmente diferentes. Después de la Segunda Guerra Mundial, no solo la Union Soviética se ha hecho más fuerte, además muchos nuevos países socialistas se han creado en Europa y Asia. Los países socialistas, incluyendo China, suman una población total de novecientos millones –un tercio de la población total del mundo– y ocupan una vasta área geográfica, formando una gran familia de países socialistas hermanos encabezados por la Unión Soviética. La amistad fraternal, la asistencia mutua y la cooperación que existe entre nosotros se desarrolla y consolida permanentemente. La Unión Soviética y otros países socialistas han restablecido relaciones amistosas con la República Popular Federativa de Yugoslavia. Nuestro país también ha restablecido relaciones diplomáticas y ha desarrollado intercambios amistosos con le República Popular Federativa de Yugoslavia. (Liu Saochi, Informe Político del CC del PCCh al VIII Congreso Nacional del PCCh, 15 de setiembre de 1956)."
    Informe interno, secreto, acerca de su segundo viaje a Yugoslavia, rendido por escrito por Jruschov ante el Presídium del Comité Central en octubre de 1956, posterior al XX Congreso del PCUS de abril y en medio de los sucesos contrarrevolucionarios en Polonia y Hungría.
    Nota de Jruschov al Presídium del CC del PCUS sobre la conversación con los dirigentes yugoslavos en Belgrado
    6 de octubre de 1956
    (fragmentos)

    Aunque el brindis del camarada Tito fue breve, decidí convocar a los yugoslavos a hablar sobre los principales problemas en nuestras relaciones mutuas. Hablé y dije que mis camaradas y yo, miembros del Presídium del CC, estamos satisfechos con los logros alcanzados en el desarrollo de las relaciones amistosas con Yugoslavia en poco más de un año, que deseamos genuinamente fortalecer y desarrollar esas relaciones amistosas entre nuestros pueblos, esforzándonos por alcanzar un completo entendimiento y acuerdo en cuestiones ideológicas. Dije que se necesita decir abiertamente que todavía tenemos asuntos que necesitan esclarecerse y que se necesita intercambiar opiniones para remover las diferencias que quedan.

    Señalé que tenemos diferentes interpretaciones acerca de la construcción del socialismo. Fuerzas hostiles, sostuve, tratan de utilizar el “camino yugoslavo” de construcción del socialismo para sus propios fines. En varios países de democracia popular –como Polonia, Hungría y otros–, elementos reaccionarios están usando esos argumentos en su actividad hostil para no ponerse en evidencia, sosteniendo en particular que ellos siguen la vía yugoslava, que siguen el ejemplo de Yugoslavia, etc. De esa forma, los elementos reaccionarios que luchan contra los Partidos Comunistas y Obreros, hablan bajo la bandera de abogar por la llamada “vía yugoslava”. Así, los enemigos quieren quebrantar la unidad de los países socialistas. Si ustedes quieren realmente defender las posiciones marxista-leninistas, dije, entonces deben tomar una posición más definida sobre cuestiones ideológicas fundamentales.

    Dije además que no podemos pasar por alto los casos, en algunos países de democracia popular, donde diplomáticos yugoslavos tratan de interferir en los asuntos de partidos hermanos y mantienen lazos con gente que está luchando contra los Partidos Comunistas y Obreros. También sorprende el hecho de que los periódicos yugoslavos elogien a los oportunistas que fueron expulsados de los Partidos Comunistas y Obrero. Por ejemplo, ellos están defendiendo a Imre Nagy en Hungría.

    Para concluir, hablé nuevamente a favor de aclarar algunas cuestiones y expresé el deseo de que los camaradas yugoslavos entiendan correctamente que lo dicho fue expresado con buenas intenciones, con el fin de intercambiar opiniones abiertamente para acabar con las anormalidades y diferencias subsistentes de manera más rápida.

    En mi discurso, inicialmente toqué solo algunas de las cuestiones más importantes de las cuestiones fundamentales para provocar que los yugoslavos expresen sus opiniones.
    ...
    Después de mi discurso, se iniciaron las respuestas de los presentes, especialmente de Koca Popovic, que sostenían que estábamos sacando conclusiones basados en información incorrecta.

    Dije que nosotros constatamos los hechos con seriedad, y si nos piden pruebas, podemos presentarlas a ustedes en el momento oportuno.

    Luego Tito habló y dijo que un poco más de un año ha transcurrido desde la firma de la Declaración y que desde entonces ambas partes han realizado un gran trabajo. Pero nosotros, dijo, percibimos que hay aspectos que nos dividen, algo nos impide avanzar en el desarrollo de nuestras relaciones. Eso no afecta nuestra cooperación en la arena internacional, donde –como todos saben– recientemente hemos tenido puntos de vista comunes sobre los más importantes problemas de política internacional. Sin embargo, en cuestiones de ideología todavía tenemos diferencias…

    Es evidente para todos, dije, que hay dos sistemas en el mundo, el campo del imperialismo y el campo del socialismo, aunque a usted no le guste cuando hablo de esa forma.

    Tito replicó: Es mejor llamarlo mundo socialista.

    Yo objeté diciendo que ese es un concepto muy amplio.

    Alguien replicó (creo que fue Kardelj) que es mejor decir países socialistas.

    Yo dije que lo esencial del problema es que hay una lucha entre las fuerzas del socialismo y las del imperialismo y quién está en qué lado en esta lucha. Eso es lo principal. La lucha de clases se está desarrollando no solo en el interior de los países capitalistas sino entre dos sistemas, el socialista y el capitalista.

    K. Popovic replicó: Pero es imposible dividir entre lo puro y lo impuro.

    Yo dije: Usted no negará que los países socialistas y capitalistas existen. Esa división existe.

    Todorovic lanzó una frase: Esa es una comparación tosca.

    Dije que puede ser tosca pero es correcta porque hay fuerzas reaccionarias en el mundo que están combatiendo a los países socialistas.

    …Kardelj dijo: La cuestión de quiénes son marxista-leninistas no puede ser resuelto superficialmente…

    Tito dijo: nosotros (es decir, los yugoslavos) somos marxista-leninistas y no tenemos otro objetivo que la construcción del socialismo. Estoy seguro de que el futuro probará esto.

    Yo respondí que los verdaderos marxista-leninistas de un país deben apoyar a los de otro país, unir fuerzas y no dar a los enemigos una oportunidad para la provocación. Creemos que las decisiones del XX Congreso del PCUS fortalecen no solo a nuestro Partido sino también a todos los partidos revolucionarios que luchan por la causa del socialismo. En la prensa de ustedes, el término “desestalinización” es muy popular y ha sido tomado por los reaccionarios no solo en Occidente sino también por los reaccionarios en las democracias populares. Ustedes tienen esos elementos reaccionarios y nosotros todavía tenemos algunos…

    …Nosotros estamos construyendo el socialismo, dijo Kardelj, pero nosotros tenemos otros métodos basados en las características distintivas de nuestro país. No es posible que se nos condene por eso, y esa no debería ser razón para nuestras diferencias.

    Yo dije que tenemos diferencias no sólo en formas y métodos sino acerca de problemas fundamentales. Cité el ejemplo de China. Mucho de lo que se hace ahí es distinto a los otros países socialistas. Hay muchas nuevas formas en que los comunistas chinos han demostrado ser marxista-leninistas consistentes.

    …Pero no podemos quedarnos callados, camarada Tito, que después de su visita a nuestro país y después de que llegamos a acuerdos sobre asuntos partidarios, ustedes continúen procesando judicialmente a gente que consideró que las medidas con respecto a Yugoslavia eran correctas.

    Tito dijo: nosotros distinguimos entre los que realmente tuvieron convicción de lo correcto de su posición política sobre nuestras diferencias, y aquellos que actuaron con propósitos arribistas y huyeron del país. Tito declaró que se debe demostrar a la opinión pública yugoslava que aquellos que actuaron con esos fines no escaparán a la justicia.

    Kardelj agregó: Nuestra corte es independiente.

    …yo dije que en interés de la causa del socialismo, debemos fortalecer nuestros Partidos Comunistas y Obreros y no permitir la desinformación, y en ningún caso apoyar a aquellos que traten de fomentar posiciones hostiles contra la dirección de esos partidos. En conversaciones con vuestros representantes, nuestros amigos de algunos partidos hermanos informaron casos de comportamiento incorrecto de representantes diplomáticos yugoslavos. Por el desarrollo de buenas relaciones entre nuestros países, quisiéramos que los dirigentes yugoslavos pongan atención a estos casos de conducta incorrecta de varios de sus diplomáticos en países de democracia popular, tales como Bulgaria, Hungría y Albania…

    Al final de la conversación, el camarada Tito levantó su copa y dijo: Mis camaradas y yo le agradecemos, camarada Jruschov, por visitarnos y por haber tenido la oportunidad de hablar abiertamente acerca de muchas cuestiones… Los yugoslavos sabemos su rol y la participación de sus camaradas en la eliminación del conflicto que existió entre nosotros…

    …Yo levanté mi copa por la amistad entre los pueblos soviético y yugoslavo, por el logro del entendimiento entre el PCUS y la LCY, por la salud de los miembros del CC de la LCY, y por la salud del camarada Tito.


    N. Jruschov

    Fuente:
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    Molotov y la cuestión yugoslava en 1955:
    Molotov y la cuestión yugoslava en 1955

    En 1953-1954, hablé [contra la reconciliación con la] Yugoslavia [de Tito] en el Buró Político. Nadie me apoyó, ni Malenkov ni siquiera Kaganovich, ¡pese a que era stalinista! Jruschov no estaba solo. Había cientos y miles como él, de otra forma no hubiera llegado tan lejos. El simplemente representó el estado de ánimo de esa gente. Pero ¿adónde condujo eso? Incluso ahora hay muchos Jruschovs…

    Cuando Tito nos visitó por primera vez, me agradó su apariencia. No sabíamos nada sobre él en aquel momento. No se podía conocer a Tito en el primer encuentro. Me agradaba, pero al mismo tiempo había algo diferente en él. Me recordó a Malinovsky, el provocador.

    Tito no es imperialista, es un pequeñoburgués, un opositor al socialismo. Imperialismo es otra cosa.

    Traté de hablar sobre la cuestión yugoslava en 1955, criticando la política de Jruschov, pero los camaradas no me apoyaron. Sin embargo, yo gozaba de algún prestigio en el Partido. Es cierto que después dijeron que yo tuve razón.

    El cambio no empezó ahí [en el XX Congreso]. Si se reflexiona, se recordará que empezó antes, por supuesto. La cuestión yugoslava surgió en 1955, un año antes del XX Congreso. Creo que el viraje ya se había completado con la cuestión yugoslava. Por supuesto, hice el intento de hablar pero todos se opusieron a mi, todos, incluso aquellos que me respaldaron durante un año o año y medio.

    Entonces el viraje se dio antes de eso, y una vez que se completó, Jruschov seleccionó los delegados al XX Congreso que le gritarían “¡Vivas!”.

    Fuente: Felix Chuev, Molotov Remembers, Inside Kremlins Politics, Ivan R. Dee, 1991.
    La versión sobre la posición de Molotov sobre la cuestión de Yugoslavia, en la lucha interna del PCUS, expuesta por él mismo en el fragmento anterior, es confirmada por uno de los biógrafos occidentales de Jruschov, más conocidos:
    “No hubo ningún solo tema en el que Molotov no pusiera objeciones”, dijo Jruschov en el pleno del Comité Central de julio de 1955.

    Después de la muerte de Stalin, Molotov aprobó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Belgrado, pero no más. Yugoslavia “no es un país socialista”, insistía.

    En febrero de 1954, el Presídium ordenó al Ministro de Relaciones Exteriores mejorar las relaciones con Belgrado. Pero Molotov continuaba considerando a Yugoslavia como un estado fascista. Jruschov propuso una comisión para decidir qué tipo de sistema social tenía realmente Yugoslavia, y su informe concluyó que Yugoslavia era socialista después de todo. Cuando eso abrió el camino para el contacto directo con Tito, Molotov exigió que los yugoslavos fueran a Moscú para sostener conversaciones. Solo después de que Jruschov insistiera de que los yugoslavos no “vendrían rogando con el sombrero en sus manos”, sus colegas estuvieron de acuerdo con enviar una delegación encabezada por Jruschov –sin Molotov– a Belgrado, a fines de mayo de 1955.

    Aunque la visita produjo un sustancial deshielo en las relaciones con Tito, Molotov se rehusó a retroceder.

    Fuente: William Taubman, “Khrushchov: The man and his era”, 2003, Norton & Company
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    Última edición por NG el Lun Feb 04, 2013 8:58 pm, editado 1 vez
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    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago) Empty Re: El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago)

    Mensaje por NG Lun Feb 04, 2013 8:16 pm

    El Partido del Trabajo de Albania sobre la cuestión yugoslava en 1948 y 1956.

    El Partido del Trabajo de Albania fue el partido que más sufrió la ofensiva de la camarilla de Tito. Se había establecido que Albania y Yugoslavia, como países socialistas hermanos, debían desarrollar relaciones estrechas en todos los ámbitos, en camino a la futura unión de repúblicas socialistas que Lenin soñara. La ayuda soviética a Albania se hacía a través de Yugoslavia, desde 1946, como si fuera ayuda yugoslava. Los yugoslavos tenían presencia en la vida económica, política y partidaria de Albania. Miembros de la dirección yugoslava participaban en las reuniones del Comité Central del Partido Comunista de Albania.

    Eso explica que los albaneses conocieran mucho mejor que los otros partidos hermanos las actitudes, posiciones y planes de los titoístas. De ahí que estuvieran entre los primeros en aprobar las resoluciones de Cominform sobre la expulsión del Partido Comunista de Yugoslavia de 1948 y 1949.

    Años después de la muerte de Stalin, cuando Jruschov y otros dirigentes de los Partidos Comunistas y Obreros iniciaron, primero, el acercamiento a la camarilla revisionista de Tito, y luego, su reincorporación al campo socialista y al movimiento comunista internacional, los albaneses –que solo se habían permitido restablecer relaciones diplomáticas– fueron los únicos que manifestaron su desacuerdo con el reconocimiento de Tito y el Partido Comunista de Yugoslavia como marxista-leninistas y de Yugoslavia como país socialista. Los revisionistas soviéticos y otros consideraron esta renuencia de los albaneses como una manifestación de resentimiento por conflictos anteriores y persistencia de pequeñas querellas locales, pasando por alto el carácter principista.

    Mientras el PCUS y otros Partidos Comunistas y Obreros, desde 1955, volvían a llamar “camarada” a Tito, partido “hermano” al Partido Comunista de Yugoslavia y país “socialista” a Yugoslavia, Molotov y el Partido del Trabajo de Albania se mantuvieron en la posición marxista-leninista de Stalin.

    En la literatura marxista-leninista albanesa se puede encontrar mucho respecto a la cuestión yugoslava y al revisionismo yugoslavo, las palabras de Enver Hoxha que a continuación se copian, solo pretenden dejar constancia de su posición en dos momentos específicos: 1948, cuando se aprueba la resolución de Cominform sobre la cuestión de Yugoslavia, y 1956, cuando la mayoría del movimiento comunista internacional intenta reincorporar a su seno al revisionista Partido Comunista de Yugoslavia.

    En 1948:
    Todo nuestro Partido está en conocimiento de la Resolución de la Kominform “Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia”. Esta resolución analizada por los delegados del Comité Central en todo el Partido y en todas las organizaciones del Frente Democrático, fue aprobada por unanimidad por todos los comunistas y las masas trabajadoras de nuestro país, los cuales han manifestado su plena solidaridad con el Partido Bolchevique, con nuestro gran maestro Stalin, con la Kominform y con la Declaración del Comité Central de nuestro Partido.

    Los dirigentes traidores del Partido Comunista de Yugoslavia, con la camarilla de Tito, Kardelj, Rancovich, Gilas y otros a la cabeza, han pasado a posiciones antimarxistas, antisoviéticas y contrarias al campo socialista. Los dirigentes yugoslavos son revisionistas del marxismo-leninismo y auténticos continuadores de las teorías oportunistas y liquidadoras de Bernstein, Folmar, Bujarin y de los demás mencheviques y trotskistas. Han hecho suyas las teorías de todos esos traidores al marxismo, se han esforzado con su demagogia en disfrazarlas con nuevos ropajes y presentarlas como si fueran un desarrollo específico del marxismo, conforme a las nuevas condiciones surgidas de la Segunda Guerra Mundial. Desviándose del camino marxista-leninista, se han pasado a posiciones nacionalistas burguesas y a un chovinismo desenfrenado, abandonando y así combatiendo las tradiciones de internacionalismo del Partido Comunista de Yugoslavia.

    (Enver Hoxha, Informe presentado ante la Conferencia de activistas del Partido de Tirana sobre los análisis y las conclusiones del XI Pleno del CC del PCA, 4 de octubre de 1948, O.E. t. I, Tirana)
    En 1956:
    Está claro, camaradas, que el CC del PCUS sabe muy bien que nosotros, además de afirmar que la intervención del imperialismo en la contrarrevolución de Hungría ha sido evidente, decimos (y de esto estamos convencidos al cien por cien) que Tito y su camarilla han sido también cómplices en la organización de la misma. ¿En qué nos basamos apara afirmar esto? Nos basamos en los hechos. Tenemos asimismo nuestra propia experiencia, que nos enseña que en el curso de estos últimos ocho años, Tito y compañía se han esforzado y se esfuerzan por hacer saltar por los aires nuestro Partido y nuestra República Popular. No solamente en el pasado, sino también actualmente, a pesar de que están mejorando sus relaciones con la Unión Soviética y los demás países socialistas, siguen tramando complots contra nuestro Partido, pueblo y Estado. El PCUS lo sabe. Ha sido informado por nuestro Partido de que la camarilla de Tito interviene descaradamente en nuestros asuntos internos e intenta acabar con nuestro Partido y nuestro Poder Popular.

    De esta manera, Tito y sus colaboradores continuarán combatiéndonos en el futuro con más fuerza si cabe. Por eso no podemos estar de acuerdo con las actitudes mantenidas hacia Tito.

    …Pese a no estar de acuerdo con ciertas cuestiones que plantea el CC del PCUS, no debemos hacer públicas nuestras opiniones contrarias, porque esto iría en detrimento de la Unión Soviética y del campo socialista. Por otra parte, soy de la opinión que no debemos hacer concesiones del género de las que intenta hacer la dirección del PCUS, porque suponen una actitud acentuadamente oportunista…

    …debemos exponer abiertamente nuestras opiniones a la dirección del PCUS como lo hicimos para demostrar nuestro desacuerdo por el viaje que Jruschov hizo a Yugoslavia [en mayo de 1955] y con la apreciación que hizo de Tito. Hemos expresado ya nuestros puntos de vista y los hemos transmitido al CC del PCUS…

    Los camaradas soviéticos han subestimado no solamente el peligro titoísta, sino también la justa actitud de nuestro Partido… Suslov ha dicho que la dirección del PCUS conoce nuestras divergencias con Yugoslavia. Pero, al parecer, han considerado nuestros puntos de vista y nuestras actitudes como pequeñas cuestiones locales limitándose a decir que los “camaradas albaneses tienen razón”; posteriormente han agregado: “ahora Tito se ha autocriticado”, y por tanto, según ellos, “este respetable señor” puede estar con nosotros.

    …No faltan los hechos y documentos que prueban lo que han hecho el imperialismo y Tito. El tiempo ha demostrado su actividad de espionaje contra nuestros países socialistas. No sabemos si Tito actúa en colaboración con el imperialismo, pero los hechos demuestran que es su instrumento y que la Unión Soviética no toma en cuenta esta cuestión. Puede ser que los camaradas soviéticos revisen su actitud hacia Tito, esto es lo que deseamos, pero la situación creada por los titoístas se ha embrollado de tal manera que los soviéticos ahora no saben cómo salir de este enredo.

    (Enver Hoxha, Reunión del Buró Político del CC del PTA, 13 de noviembre de 1956, O.E. t. II, Tirana)
    Es necesario llamar la atención que en la conversación entre Jruschov y los líderes yugoslavos, en 1955, Tito reconoció –ante la aseveración de Jruschov– que representantes yugoslavos en Albania habían cometido actos provocadores en perjuicio del gobierno y del Partido del Trabajo de Albania. Jruschov citó casos concretos de participación yugoslava en acciones diversionistas, antialbanesas y antipartido… “No hubo ninguna réplica de los yugoslavos en respuesta a esto”. Y en otro momento en que sí hubo una réplica de uno de los líderes yugoslavos… “Tito le dijo bruscamente a [su cómplice] Popovic: No te exaltes, realmente, eso ocurrió”.
    (Sobre esto véase: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... tem=Nikita Khrushchev Collection)

    El Partido Comunista de China sobre la cuestión yugoslava en 1956

    Ya hemos visto antes que el PCCh apoyó la resolución de Cominform “Sobre la situación del Partido Comunista de Yugoslavia”, aprobado en 1948, que establecía que el PCY había abandonado el marxismo-leninismo, el internacionalismo proletario y el campo socialista. Pese a que Yugoslavia fue el primer país en reconocer a la nueva República Popular de China, el PCCh no estableció relaciones diplomáticas con el estado yugoslavo.

    Solo después de la muerte de Stalin y en consonancia con la política jruschovista, China estableció relaciones diplomáticas con Yugoslavia, la reconoció como país socialista y estableció relaciones entre el PCCh y la Liga Comunista de Yugoslavia. De esa forma se sumó a los Partidos Comunistas y Obreros que estuvieron por la reincorporación de Yugoslavia al campo socialista y de la Liga Comunista de Yugoslavia al movimiento comunista internacional.

    Al adoptar esa posición contraria a las resoluciones de Cominform, se sumó a la versión revisionista de Jruschov sobre los “errores” de Stalin en la cuestión de Yugoslavia, que a su vez no era otra cosa que el reconocimiento de la versión titoísta sobre el caso de Yugoslavia en 1948. Los dos Partidos Comunistas más importantes del mundo estaban de acuerdo en este punto y actuaron de común acuerdo en el proceso de reincorporación de la Liga Comunista de Yugoslavia y de la república yugoslava.

    Ya en su artículo “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, del 5 de abril de 1956, escrito después del XX Congreso revisionista del PCUS, los voceros del PCCh, defendiendo a Stalin sostenían:
    “…[Stalin] dio ciertos consejos equivocados en el movimiento comunista internacional, y en particular, tomó decisiones erróneas sobre la cuestión de Yugoslavia. En esos problemas, Stalin cayó víctima del subjetivismo y el unilateralismo, divorciándose de la realidad objetiva y de las masas. (Renmin Ribao, “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, del 5 de abril de 1956).
    Más tarde, en diciembre del mismo año -después de su propio congreso revisionista, después de los sucesos trágicos de Polonia y Hungría y después del desplante de Tito a los que buscaban regresarlo al redil– el PCCh publica el artículo "Una vez más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado", donde amplía su punto de vista sobre los “errores” de Stalin en la cuestión yugoslava. En ese artículo hace afirmaciones que –sin autocrítica– corregirá parcialmente en el conocido “¿Es Yugoslavia un país socialista?... Pero pone en claro algunas tesis contrarias a las tesis leninistas sobre el movimiento comunista internacional, el internacionalismo proletario y la unión de los países socialistas, que el PCCh seguirá defendiendo mucho después.
    En conjunto, en las relaciones con los países y partidos hermanos, Stalin asumió una posición internacionalista y ayudó a las luchas de otros pueblos y al crecimiento del campo socialista, pero al enfrentar ciertas cuestiones concretas demostró una tendencia hacia el chovinismo de gran nación y careció de un espíritu igualitario, para no hablar de educar a los cuadros en ser modestos. Algunas veces incluso intervino equívocamente, con graves consecuencias, en los asuntos internos de ciertos países y partidos hermanos.

    El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética ha demostrado gran decisión y coraje en alejarse de la fe ciega en Stalin, en exponer la gravedad de los errores de Stalin y en eliminar sus efectos. Los marxista-leninistas del mundo y todos aquellos que simpatizan con la causa comunista, apoyan los esfuerzos del Partido Comunista de la Unión Soviética en rectificar los errores y esperan que esos esfuerzos de los camaradas soviéticos tengan un éxito total.

    Es comprensible que los camaradas yugoslavos tengan un resentimiento especial contra los errores de Stalin. En el pasado, ellos hicieron valiosos esfuerzos por atenerse al socialismo bajo condiciones difíciles. Sus experiencias en la administración democrática de las empresas económicas y otras organizaciones sociales también han concitado atención. El pueblo chino aprueba la reconciliación entre la Unión Soviética y otros países socialistas de un lado, y Yugoslavia de otro, así como el establecimiento y desarrollo de relaciones amistosas entre China y Yugoslavia. Al igual que el pueblo yugoslavo, el pueblo chino desea que Yugoslavia sea más próspera y poderosa en camino al socialismo. Pero nos sorprende que, en su discurso, ataque a casi todos los países socialistas y a muchos Partidos Comunistas.

    La solidaridad internacional de los Partidos Comunistas es un tipo de relaciones completamente nueva en la historia de la humanidad. Es natural que su desarrollo no pueda estar libre de dificultades. Los Partidos Comunistas deben buscar la unidad, unos con otros, manteniendo su propia independencia. Si los Partidos Comunistas mantienen relaciones de igualdad entre ellos y alcanzan un entendimiento común y toman acción concertada mediante el genuino, no nominal, intercambio de opiniones, su unidad se fortalecerá. Por el contrario, si en sus mutuas relaciones, un Partido impone sus puntos de vista a los otros, o si los Partidos utilizan métodos de interferencia en los asuntos internos de los otros en lugar de sugerencias y críticas camaraderiles, su unidad será debilitada.

    El marxismo-leninismo ha insistido siempre en la combinación del internacionalismo proletario con el patriotismo del pueblo de cada país. Cada Partido Comunista debe educar a sus militantes y al pueblo en el espíritu del internacionalismo, porque los verdaderos intereses nacionales de todos los pueblos exigen la cooperación amistosa entre naciones. Por otro lado, cada Partido Comunista debe representar los intereses y sentimientos nacionales legítimos de su propio pueblo. Los comunistas siempre han sido verdaderos patriotas y entienden que sólo cuando representan correctamente los intereses y sentimientos de su nación ellos pueden gozar realmente la confianza y el cariño de las amplias masas de su propio pueblo, educándolos efectivamente en el internacionalismo y armonizando los sentimientos e intereses nacionales de los pueblos de diferentes países.

    Para fortalecer la solidaridad internacional de los países socialistas, los Partidos Comunistas de esos países deben respetar los intereses y sentimientos de otros países. Esto es de especial importancia para el Partido Comunista de un país grande en sus relaciones con el de un país pequeño. Para evitar resentimientos de parte del país pequeño, el Partido de un país grande debe tener cuidado en mantener siempre una actitud de igualdad. Como Lenin correctamente dijo: “Es el deber del proletariado comunista consciente de todos los países tratar con especial cuidado y atención los rezagos de los sentimientos nacionales en los países y nacionalidades que han sido largamente oprimidos”.

    Como hemos dicho antes, Stalin demostró ciertas tendencias al chovinismo de gran nación en sus relaciones con los partidos y países hermanos. La esencia de tales tendencias reside en la desconsideración del estatus independiente e igualitario de los Partidos Comunistas de varios lugares y de los países socialistas en el marco de la unión internacional.

    Como hemos señalado antes, la política exterior de la Unión Soviética ha estado, en lo fundamental, de acuerdo con los intereses del proletariado internacional, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo. En los pasados 39 años, el pueblo soviético ha hecho grandes esfuerzos y heroicos sacrificios al ayudar a la causa de los pueblos de muchos países. Los errores cometidos por Stalin, por supuesto, no pueden restarle mérito de esos logros históricos del gran pueblo soviético.

    Los esfuerzos del gobierno soviético por mejorar las relaciones con Yugoslavia, su declaración de Octubre de 1956, y sus conversaciones con Polonia en noviembre de 1956, manifiesta la determinación del Partido Comunista de la Unión Soviética y el gobierno soviético para eliminar totalmente los pasados errores en las relaciones exteriores. Esos pasos de la Unión Soviética son una contribución importante al fortalecimiento de la solidaridad internacional del proletariado.
    (Renmin Ribao, Una vez más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado, del 29 de diciembre de 1956).
    La participación de Mao Tsetung, por lo menos, en la supervisión de la redacción del primer documento es confirmada por él mismo:
    “Como primer punto, defendemos a Stalin y, como segundo, criticamos sus errores; es por eso que hemos escrito el artículo "Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado". A diferencia de aquellas gentes que denigran y liquidan a Stalin, nosotros lo tratamos conforme a la realidad”.
    (Mao Tsetung, Discurso pronunciado en la II Sesión Plenaria del VIII CC del PCCh, noviembre de 1956, O.E. t. V, Pekín, 1977).
    Su participación en la segunda parte del mismo queda patente por el hecho significativo de que en ese artículo se expone por primera vez su tesis “sobre las contradicciones en el seno del pueblo”.

    Recapitulando algunos momentos del proceso de acercamiento y reincorporación de Yugoslavia:

    1) En 1954, se inició el acercamiento a Yugoslavia.
    2) A fines de mayo de 1955, Jruschov viajó a Belgrado y se entrevistó con Tito.
    3) El 2 junio de 1955 se publicó la Declaración de Belgrado que formalizó las relaciones entre la Unión Soviética y Yugoslavia.
    4) El resto de países socialistas también restableció relaciones diplomáticas con la República de Yugoslavia y relaciones partidarias con la Liga Comunista de Yugoslavia. Albania sólo estableció relaciones diplomáticas.
    5) En febrero de 1956, se realizó el XX Congreso revisionista del PCUS, donde Jruschov pronunció su informe “secreto” contra Stalin.
    6) En abril de 1956, el PCCh publicó “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, donde sostiene que uno de los “errores” de Stalin en el movimiento comunista internacional fue relativo a la cuestión de Yugoslavia.
    7) En setiembre de 1956, se realizó el VIII Congreso del PCCh.

    La siguiente entrevista se realizó en el marco de ese VIII Congreso del PCCh.
    Conversación de Mao Tsetung con la delegación de la Liga Comunista de Yugoslavia en setiembre de 1956

    Les damos la bienvenida a China. Estamos muy complacidos por su visita… En el mundo de hoy, el frente marxista y comunista permanece unido, ahí donde [la revolución comunista] ha tenido éxito o no. Sin embargo, hubo momentos en que no estábamos tan unidos, hubo tiempos en que los dejamos solos. En el pasado, nosotros hicimos caso a las opiniones del Buró de Información. Aunque no tuvimos parte en los [asuntos] del Buró, fue difícil no apoyarlo. En 1949, el Buró los condenó [a ustedes] como carniceros y fascistas tipo Hitler, y nosotros nos quedamos callados sobre la resolución [que los condenaba], aunque publicamos artículos criticándolos a ustedes en 1948. En retrospectiva, no debimos haber hecho eso; debimos haber discutido [el asunto] con ustedes. [Vuestro] caso ofrece una lección histórica profunda para el movimiento comunista internacional.

    Cuando ustedes ofrecieron reconocer a China, nosotros no les contestamos.

    Los amigos soviéticos no querían que tuviéramos relaciones diplomáticas con ustedes, cuando la Unión Soviética nos pidió seguirlos en ese momento, fue difícil para nosotros oponernos. Se debía a que en ese entonces había algunas personas que decían que habían dos Titos en el mundo: uno en Yugoslavia y el otro en China.

    Ustedes apoyaron con entusiasmo la campaña de Jruschov de crítica a Stalin, nosotros no podemos hacer lo mismo porque a nuestro pueblo no le gustaría.

    Stalin los hizo sufrir, por eso la justicia está de vuestra parte.

    Sentimos haberlos herido antes, tenemos una deuda muy grande con ustedes. Nosotros los hemos criticado antes, pero ¿por qué aún nos quedamos callados? Antes de la crítica [de Jruschov] a Stalin, no estábamos en posición de ser explícitos acerca de algunas cuestiones como lo estamos ahora. En mis conversaciones previas con [el embajador] Bobkoveshi, solo podía decirle que mientras la Unión Soviética no criticara a Stalin, no estábamos en posición de hacerlo nosotros; que mientras la Unión Soviética no restaurara las relaciones [diplomáticas] con Yugoslavia, no podíamos establecer relaciones con ustedes. Ahora esos temas pueden ser discutidos abiertamente. Hablo con ustedes [acerca de los errores de Stalin con China] porque ustedes son nuestros camaradas.

    Ahora que Moscú ha criticado a Stalin, somos libres para hablar de esos problemas. Hoy les hablé sobre los cuatro errores cometidos por Stalin [en relación a China], pero para mantener las relaciones con la Unión Soviética, no podemos publicarlos en nuestros periódicos.

    Ahora que el enemigo está tomando ventaja de la crítica a Stalin para tomar la ofensiva a escala mundial, debemos apoyar a la Unión Soviética. Ellos corregirán sus errores. Jruschov ya está corrigiendo el error con respecto a Yugoslavia.

    Algunos, entre nuestra gente, aún están descontentos con la crítica a Stalin. Sin embargo, esa crítica tiene efectos positivos porque destruye mitos y abre cajas [negras]. Esto trae liberación, una “guerra de liberación”. Con ello, la gente se está haciendo tan valiente que dirá lo que piensa, y será capaz de pensar sobre los problemas.

    ¿Nuestra relación con Moscú es una relación padre-hijo o una entre hermanos? Fue de padre e hijo en el pasado; ahora se parece más o menos a una relación fraternal, pero la sombra de la relación padre-hijo no se ha removido completamente. Esto es comprensible porque los cambios no pueden completarse en un día… Durante tiempo [de Stalin] las mentes de las gentes estaban tan controladas que se sobrepasó incluso el control feudal. Mientras que algunos señores feudales o emperadores ilustrados aceptaban críticas, [Stalin] no toleraba nada.

    Fuente:
    Mao Zedong waijiao wenxuan [Documentos Diplomáticos Escogidos de Mao Zedong] (Beijing: Editora Central de Documentos Históricos, 1993), 251-262.
    Se puede descargar una versión en inglés en:
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    En octubre y noviembre de 1956 se produjeron los sucesos contrarrevolucionarios de Polonia y Hungría. En ambos casos, la participación de la camarilla revisionista yugoslava fue evidente, como lo expuso Jruschov en su informe al Presídium del CC del PCUS de octubre de 1956, del que publicamos fragmentos en un post anterior.

    El 11 de noviembre de 1956, Tito pronunció su discurso de Pula, donde críticó a todos los Partidos Comunistas y Obreros y a los países socialistas, especialmente a Albania; dividió a los dirigentes de estos partidos en “stalinistas” y “no stalinistas”; llamó a que se echara a los stalinistas recalcitrantes; críticó al PCUS por no ser consecuentemente anti-stalinista; persistió en el nacionalismo burgués y en su programa revisionista...

    En diciembre de 1956, el PCCh publicó “Una vez más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”, donde abundó sobre los supuestos errores de Stalin, en particular sobre el caso yugoslavo.

    El PCCh reconoció a Yugoslavia como país socialista y a la camarilla de Tito que dirigía la Liga Comunista de Yugoslavia como marxista-leninista.
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    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago) Empty Re: El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago)

    Mensaje por NG Lun Feb 04, 2013 8:41 pm

    Pero, ¿qué era lo que los jruschovistas y todos aquellos que los seguían en el proceso de reconciliación con Yugoslavia, consideraban la suma expresión del “error” de Stalin en relación con Yugoslavia?

    Luego de las previas invocaciones de parte del PCUS de Stalin y Cominform, la camarilla dirigente del Partido Comunista de Yugoslavia se rehusó a asistir a la reunión de junio de 1948, se rehusó a participar en conversaciones con los Partidos Comunistas y Obreros hermanos para explicar su posición, y se rehusó a asistir a la reunión del Buró de Información de noviembre de 1949 donde se discutió una vez más la situación del Partido Comunista de Yugoslavia (de la misma forma en que anteriormente se había discutido la situación de otros partidos comunistas). Al hacer esto, el Partido Comunista de Yugoslavia se negó a someterse a la crítica y a la autocrítica entre partidos hermanos y se negó a reconocer y corregir sus errores que lo conducían a alejarse del marxismo-leninismo, del internacionalismo proletario, del movimiento comunista y del campo socialista. El Partido Comunista de Yugoslavia que participó activamente en las reuniones de evaluación de otros partidos hermanos, se rehusó a ser evaluado por sus pares, alegando respeto por su “soberanía” e “independencia” y rechazando la “interferencia” en sus asuntos “internos”.

    La resolución aprobada por Cominform el 29 de noviembre de 1949, representó la declaración de guerra abierta del movimiento comunista internacional contra el revisionismo yugoslavo y la denuncia clara del proceso de restauración del capitalismo en Yugoslavia.

    A esta resolución, en particular, es a la que se refiere Mao Tsetung en su entrevista con los delegados de la rebautizada Liga Comunista de Yugoslavia que asistió al VIII Congreso revisionista del PCCh en setiembre de 1956, que se desarrolló bajo el influjo de la “desestalinización” iniciada por el XX Congreso del PCUS, con su crítica de los “errores” de Stalin y del culto a su personalidad.
    Resolución del Buró de Información del 29 noviembre de 1949
    El Partido Comunista de Yugoslavia en poder de asesinos y espías

    El Buró de Información, habiendo considerado la cuestión del “Partido Comunista de Yugoslavia en poder de asesinos y espías”, ha llegado por unanimidad a las siguientes conclusiones:

    Mientras en la reunión de 1948 el Buró de Información de los Partidos Comunistas advirtió el viraje de la camarilla Tito-Rankovic de la democracia y el socialismo hacia el nacionalismo burgués; durante el periodo que ha pasado desde la reunión del Buró de Información, esta camarilla ha recorrido todo el camino del nacionalismo burgués al fascismo y la abierta traición de los intereses nacionales de Yugoslavia.

    Los recientes sucesos demuestran que el gobierno yugoslavo es completamente dependiente de los círculos imperialistas extranjeros y se ha convertido en un instrumento de su política agresora, lo que ha conducido a la liquidación de la independencia de la República Yugoslava. El Comité Central del Partido y el Gobierno de Yugoslavia se han unido completamente a los círculos imperialistas contra el campo del socialismo y la democracia, contra los Partidos Comunistas del mundo, contra las nuevas democracias y la URSS.

    La camarilla de espías y asesinos mercenarios de Belgrado ha llegado a un pacto desvergonzado con la reacción imperialista y ha entrado a su servicio, como lo ha puesto en claro el juicio de Rajk-Brankov en Budapest. Este juicio demostró que los actuales gobernantes yugoslavos, al desertar del campo de la democracia y el socialismo al campo del capitalismo y la reacción, se han vuelto cómplices directos de los instigadores de una nueva guerra, y, con sus actos traicioneros, se están congraciando con los imperialistas e inclinándose ante ellos.

    El viraje al fascismo de la camarilla de Tito no fue casual. Fue realizado bajo las órdenes de sus amos, los imperialistas anglo-americanos, de quienes han sido mercenarios como ha quedado claro ahora.

    Los traidores yugoslavos, obedeciendo a los deseos de los imperialistas, se han dedicado a formar bandas políticas en las democracias populares, reclutando elementos reaccionarios, nacionalistas, clericales y fascistas, para ejecutar golpes contrarrevolucionarios en esos países, para arrebatárselos al campo socialista y la Unión Soviética, y someterlos a las fuerzas del imperialismo. La camarilla de Tito ha convertido Belgrado en un centro norteamericano para el espionaje y la propaganda anticomunista.

    Mientras todos los verdaderos amigos de la paz, la democracia y el socialismo ven en la URSS una poderosa fortaleza del socialismo, un fiel y firme defensor de la libertad y la independencia de las naciones, y el principal baluarte de la paz, la camarilla de Tito-Rankovic –sosteniéndose en el poder bajo la máscara de la amistad con la URSS– ha iniciado, por órdenes de los imperialistas anglo-americanos, una campaña de difamación y provocación contra la Unión Soviética, utilizando las más viles calumnias, prestadas del arsenal de Hitler.

    La transformación de la camarilla de Tito-Rankovic en una agencia directa del imperialismo y en cómplice de los belicistas, culminó con el alineamiento del gobierno yugoslavo con el bloque imperialista en las Naciones Unidas, donde Kardelj, Djilas y Bablres se unieron en un frente unido con los reaccionarios norteamericanos en asuntos fundamentales de política internacional.

    En el ámbito de la política interior, el principal resultado de la actividad de la camarilla traidora de Tito-Rankovic es la liquidación real del sistema democrático popular en Yugoslavia.

    Debido a la política contrarrevolucionaria de la camarilla de Tito-Rankovic que ha usurpado el poder del Partido y del estado, en Yugoslavia se ha establecido un estado policial anticomunista, un régimen de tipo fascista. La base social de este régimen está integrada por los kulaks en el campo y los elementos capitalistas de las ciudades.

    El poder en Yugoslavia está, de hecho, en manos de elementos reaccionarios antipopulares. Miembros activos de los viejos partidos burgueses, kulaks y otros enemigos de la democracia popular son parte activa de los órganos gubernamentales centrales y locales.

    Los gobernantes fascistas cuentan con un gigantesco aparato militar-policial, con la ayuda del cual oprimen a los pueblos de Yugoslavia. Han convertido al país en un campo militar, barriendo con todos los derechos democráticos del pueblo trabajador y pisoteando cualquier expresión libre de opiniones.

    Los gobernantes yugoslavos, demagógica e insolentemente, engañan al pueblo pretendiendo que están construyendo el socialismo en Yugoslavia.

    Pero es claro para todo marxista que no se puede hablar de construcción del socialismo en Yugoslavia desde el momento en que la camarilla de Tito ha roto con la Unión Soviética, con todo el campo del socialismo y la democracia, privando de esta forma a Yugoslavia del principal baluarte para la construcción del socialismo, y sometiendo económica y políticamente al país a los imperialistas anglo-americanos.

    El sector estatal de la economía en Yugoslavia ha dejado de ser propiedad del pueblo desde que el poder del estado está en las manos de los enemigos del pueblo.

    La camarilla de Tito-Rankovic ha creado amplias oportunidades para la penetración del capital extranjero en la economía del país y ha puesto la economía bajo el control de los monopolios capitalistas.

    Los círculos industriales financieros anglo-americanos invierten su capital en la economía yugoslava y están transformando a Yugoslavia en un proveedor de materias primas agrícolas para el capital extranjero.

    La creciente dependencia esclavizadora de Yugoslavia a manos del imperialismo ha llevado a intensificar la explotación de la clase obrera y al correspondiente empeoramiento del país.

    La política de los gobernantes yugoslavos tiene un carácter kulak-capitalista.

    La brutalidad con que los firmes luchadores por el comunismo están siendo aniquilados en Yugoslavia, se puede comparar únicamente con las atrocidades de los fascistas de Hitler o Franco en España.

    Al expulsar de las filas del Partido Comunista y aniquilar a comunistas leales al internacionalismo proletario, los fascistas yugoslavos han abierto las puertas, de par en par, a los elementos burgueses y kulaks.

    Como resultado del terror fascista de las bandas de Tito contra las fuerzas sanas del Partido Comunista de Yugoslavia, la dirección del Partido está en manos de espías y asesinos, mercenarios del imperialismo.

    Por eso el Buró de Información de los Partidos Comunistas y Obreros considera que la lucha contra la camarilla de Tito –de espías y asesinos mercenarios– es el deber internacional de todos los Partidos Comunistas y Obreros.

    Es el deber de los Partidos Comunistas y Obreros dar toda la ayuda posible a la clase obrera yugoslava y al campesinado trabajador que luchan por el regreso de Yugoslavia al campo de la democracia y el socialismo.

    Una condición necesaria para el retorno de Yugoslavia al campo socialista es la lucha activa de parte de los elementos revolucionarios dentro y fuera del Partido Comunista de Yugoslavia, por la regeneración del revolucionario y genuino Partido Comunista de Yugoslavia, fiel al marxismo-leninismo, a los principios del internacionalismo proletario y a la lucha por la independencia de Yugoslavia respecto del imperialismo.

    En su lucha por la causa del comunismo, las fuerzas comunistas leales de Yugoslavia –que en las actuales condiciones de terror fascista, son privadas de la posibilidad de realizar acciones contra la camarilla de Tito-Rankovic– han sido empujadas a seguir el camino de los comunistas de países donde el trabajo legal está prohibido.

    El Buró de Información expresa su firme convicción de que entre los obreros y campesinos de Yugoslavia se encontrarán las fuerzas capaces de asegurar la victoria sobre la camarilla de espías restauradores burgueses de Tito-Rankovic; de que el pueblo trabajador de Yugoslavia dirigido por la clase obrera triunfará en recuperar las conquistas históricas de la democracia popular, ganadas con grandes sacrificios y lucha heroica de los pueblos de Yugoslavia; y de que ellos seguirán el camino de la construcción del socialismo.

    El Buró de Información considera que una de las más importantes tareas de los Partidos Comunistas y Obreros es elevar la vigilancia revolucionaria en las filas del Partido, exponer y expulsar a los elementos nacionalistas burgueses y a los agentes del imperialismo, sin importar bajo qué bandera se esconden.

    El Buró de Información reconoce la necesidad de realizar un mayor trabajo ideológico en los Partidos Comunistas y Obreros, un mayor trabajo para formar a los comunistas en el espíritu de lealtad al internacionalismo proletario, en la intransigencia ante cualquier alejamiento de los principios del marxismo-leninismo y en el espíritu de lealtad a la democracia popular y el socialismo.

    Fuentes:
    [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ... -cpsu.html
    • Perry et al., ed., Sources of European History since 1900, Second Edition, Cengage Learning, pp. 320-321
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    En octubre de este año, la camarada Ereshkigal nos invitó a leer un artículo que se considera escrito por Stalin; en todo caso, es firmado por el Comité Central del PCUS (b) bajo su dirección. Fue publicado en Pravda el 8 de diciembre de 1948, es decir, meses después de la primera resolución de Cominform sobre el PC de Yugoslavia y un año antes de la segunda resolución condenatoria del revisionismo yugoslavo. Estos tres documentos dejan establecidas las características del revisionismo yugoslavo y de la degeneración del estado yugoslavo. Por eso considero oportuno reproducirlo en este hilo.

    Es interesante tomar nota de su contenido, cuyo valor trasciende lo específicamente histórico y la particularidad de estar dirigido contra el revisionismo yugoslavo. Muchas de esas características se reeditarán en las variantes soviética y china del revisionismo. Su estudio es fundamental para comprender que Stalin no se equivocó con respecto a Yugoslavia y a su camarilla dirigente, como sostuvieron el PCUS y el PCCh. No fue Stalin quien tuvo errores con respecto Yugoslavia sino el PCUS bajo la dirección de Jruschov y el PCCh.
    Stalin contra el revisionismo yugoslavo"¿Adónde conduce el nacionalismo del Grupo de Tito en Yugoslavia?"

    Este artículo fue publicado por primera vez en diciembre de 1948 con la firma del Comité Central del PCUS (b). La identidad del autor ha sido conocida sólo después de la desintegración de la URSS y la apertura de los archivos del PCUS. El examen de los documentos y de los materiales reunidos para la publicación de las Obras de Stalin ha revelado que el artículo estaba proyectado para ser publicado como parte del volumen 15 de la edición soviética. El artículo estaba precedido por la correspondencia entre Molotov y Stalin con Tito y Kardelj, entre marzo y mayo de 1948, detallando los errores políticos y económicos del Partido Comunista de Yugoslavia que culminaron en la resolución de Cominform de junio de 1948.1 El contexto inmediato de este artículo fueron los informes presentados al V Congreso del Partido Comunista de Yugoslavia que indicaban que Tito y sus socios proyectaban continuar su curso anti-socialista y anti-soviético.2 Esos sucesos negativos se confirmaron en los meses siguientes y fueron registrados en las resoluciones y documentos de la reunión de Cominform realizada en Hungría en noviembre de 1949.3 Hoy, cuando las consecuencias plenas del camino de Tito son tan claras, la lucha de Molotov, Stalin, el PCUS (b) y Cominform es un monumento a su compromiso por preservar los principios bolcheviques contra el asalto del revisionismo moderno.

    Referencias

    1. La correspondencia entre el Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia y el Comité Central del Partido Comunista de la Unión (bolchevique), Londres, 1948.

    2. Josip Broz Tito, "Informe Político del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia". Informe entregado al V Congreso del PCY, Belgrado, 1948; Edvard Kardelj, "El Partido Comunista de Yugoslavia en la lucha por la nueva Yugoslavia, por la Autoridad Popular y por el socialismo". Informe entregado al V Congreso del PCY, Belgrado, 1948; Boris Kidric, "Sobre la Construcción de la Economía Socialista en la RPFY ", discurso pronunciado en el V Congreso de PCY, Belgrado, 1948

    3. "La lucha por la paz, la independencia nacional y la unidad de la clase trabajadora", PCI, Bombay, 1950. Particularmente importante es la resolución, "El Partido Comunista de Yugoslavia bajo el poder de asesinos y espías", págs. 54-58. Véase también: editor. G. Procacci, "El Cominform, actas de las tres conferencias de 1947, 1948, 1949", Feltrinelli Editore, Milán, 1994.


    Vijay Singh
    ¿Adónde conduce el nacionalismo del Grupo de Tito en Yugoslavia?
    José Stalin
    "Pravda", 8 de diciembre de 1948

    En la bien conocida resolución del Buró de Información de los Partidos Comunistas, aprobada en junio de 1948, "Sobre la Situación del Partido Comunista de Yugoslavia", se afirma que en los últimos meses los elementos nacionalistas –que existían encubiertos y desde hace tiempo– han logrado dominar la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia, y que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia ha roto con las tradiciones internacionalistas del mismo y ha optado por el camino del nacionalismo.

    Todos los Partidos Comunistas, todo el campo de las democracias populares y el socialismo aceptan por unanimidad la resolución del Buró de Información "Sobre la Situación en el Partido Comunista de Yugoslavia". Todos los Partidos Comunistas del mundo reconocen que la actual dirección yugoslava, es decir, el grupo de Tito, al seguir una política nacionalista, hace el juego a los imperialistas, aislando y debilitando a Yugoslavia.

    ¿Ha aprendido el grupo de Tito alguna lección pertinente de estos hechos?

    ¿Ha comprendido el grupo de Tito que una política nacionalista significa la pérdida de los aliados más leales de Yugoslavia -representados por los Partidos Comunistas del mundo– y que esa política ya ha conducido al aislamiento y debilitamiento del Partido Comunista de Yugoslavia, tanto dentro como fuera del país?

    ¿Ha comprendido el grupo de Tito que la única salida de la difícil situación a la que ha conducido al partido y al país es reconocer su error, romper con la política nacionalista y volver a la fraternidad de los partidos comunistas?

    No, el grupo de Tito no ha aprendido lección alguna y no parece entender estos hechos sencillos e inequívocos.

    Por el contrario, ante cualquier crítica justificada y amistosa realizada por los Partidos Comunistas hermanos y el campo de las democracias populares y el socialismo, el grupo de Tito responde desde las páginas de la prensa de Belgrado con el lenguaje sucio de las calles, encendiendo el odio nacionalista hacia los pueblos de los países democráticos vecinos, con represión generalizada, con arrestos y asesinatos de comunistas y no comunistas que se atreven a expresar dudas acerca de la política nacionalista que sigue el grupo de Tito. Recientemente, el Coronel General Arso Iovanovich, héroe de la lucha de liberación de Yugoslavia, fue asesinado por agentes del asistente de Tito, el infame Rankovic. Fue asesinado porque expresó dudas acerca de la política nacionalista y terrorista del grupo de Tito. En relación con esto, en Yugoslavia se dice abiertamente que "el grupo de Tito ha degenerado en un clan de asesinos políticos".

    Es evidente que el grupo de Tito no tiene intención reconocer y corregir sus errores. Tiene miedo y carece de la valentía suficiente para reconocer sus errores, ya que para reconocerlos y corregirlos es necesario tener valentía. Peor aún, sin temor alguno, detiene y somete a la represión a todos los que se atreven a recordarle sus errores.

    Lenin dijo: "El modo en que un partido reconoce sus errores es el criterio más destacado y convincente sobre la importancia de un partido y su capacidad para cumplir sus obligaciones para con su clase y las masas trabajadoras. La capacidad de reconocer sus errores abiertamente, de desvelar sus causas, de analizar las condiciones que los han provocado y de discutir concienzudamente los medios para rectificarlos es la seña de un partido resuelto a llevar a cabo sus obligaciones tanto de educación y enseñanza de la clase trabajadora como, más tarde, de las masas".

    Es evidente que el grupo de Tito no puede ser incluido en las filas de los dirigentes valientes, honestos y entregados de que habla de Lenin.

    El aspecto más importante en la evolución del nacionalismo de grupo de Tito se produjo en la primavera de 1948, justo antes de la convocatoria del Buró de Información. La política no disimulada de nacionalismo del grupo de Tito comenzó con su negativa a participar en la reunión del Buró de Información de los Partidos Comunistas y a discutir con los Partidos Comunistas hermanos sobre la situación del Partido Comunista de Yugoslavia. A pesar de las numerosas peticiones que se hicieron para que el Partido Comunista de Yugoslavia enviara una delegación que explicara su posición en la reunión, siguiendo el ejemplo de otros partidos comunistas en reuniones anteriores, el grupo de Tito se negó descaradamente a participar en los trabajos de la reunión. Se hizo patente que el grupo de Tito no otorga ninguna importancia a la amistad con otros Partidos Comunistas, incluido el Partido Comunista de la Unión Soviética. Dicha actitud constituye una ruptura abierta con el frente unido internacional de los Partidos Comunistas. Ha roto con la posición del internacionalismo y se ha enrumbado en las vías del nacionalismo.

    El diario 'Borba', publicado en Belgrado, señala que Tito y sus cómplices apoyan el frente unido antiimperialista. Se trata, sin duda, de una farsa concebida para engañar a "la gente sencilla". Pero de qué posición antiimperialista se puede hablar, si este grupo no puede estar en el seno de una familia, incluso con los Partidos Comunistas de los países cercanos a Yugoslavia.

    El segundo hecho importante que señala la caída del grupo de Tito en el pecado del nacionalismo es la conducta deshonesta, hipócrita y antileninista del V Congreso del Partido Comunista de Yugoslavia. Algunos ingenuos esperaban que los trabajos del Congreso se desarrollasen bajo la bandera de la amistad con los Partidos Comunistas, bajo la bandera del fortalecimiento del frente antiimperialista de las democracias populares y la Unión Soviética. Sin embargo, lo que ocurrió en realidad fue todo lo contrario. El grupo de Tito convirtió el Congreso en un campo de batalla contra los Partidos Comunistas de los países vecinos, en un campo de batalla contra el frente unido antiimperialista de las democracias populares. Este Congreso fue una campaña contra las democracias populares y sus Partidos Comunistas, contra la Unión Soviética y su Partido Comunista.

    En Yugoslavia no es nada seguro abogar abiertamente una campaña contra la Unión Soviética y las democracias populares porque el pueblo yugoslavo apoya plenamente la unidad con las democracias populares y la Unión Soviética. Por eso, el grupo de Tito ha optado por el engaño y ha decidido disfrazar esta campaña reaccionaria tras pomposas palabras elogiando a la Unión Soviética, a la amistad con la Unión Soviética, al enorme papel de la Unión Soviética en los movimientos de liberación nacional, etc. Las cosas han llegado a tal punto que los cómplices de Tito aconsejaron a Stalin a unirse a esta campaña engañosa y que defienda al grupo nacionalista de Tito frente a las críticas del Partido Comunista de la Unión Soviética y de otros países democráticos. La prensa de Belgrado recurre a todas las estratagemas e intrigas posibles, ha dado las piruetas más inauditas y realizado las contorsiones más ridículas para demostrar a los pueblos de Yugoslavia que lo negro es blanco y lo blanco es negro, que la campaña del grupo de Tito contra el socialismo y la democracia es de importancia secundaria y que la “alianza” con la Unión Soviética y un frente unido con esta última es la preocupación principal del grupo de Tito. En realidad el grupo de Tito, en este periodo, se ha situado en el mismo campo con los imperialistas al denigrar a los Partidos Comunistas de las democracias populares y de la Unión Soviética, para satisfacción de los imperialistas de todo el mundo. En lugar de un frente unido con los Partidos Comunistas tenemos un frente unido con los imperialistas. El V Congreso del Partido Comunista de Yugoslavia aprobó y reforzó la política nacionalista del grupo de Tito.

    Los acróbatas políticos del diario 'Borba' exigen que los Partidos Comunistas dejen de exponer los errores del grupo y que le extiendan su apoyo y su confianza porque, de lo contrario, esta campaña puede dañar gravemente a Yugoslavia.

    Los Partidos Comunistas no pueden confiar ni dar su apoyo a la política nacionalista del grupo de Tito. Es posible que esta situación dañe a Yugoslavia. Los Partidos Comunistas no son responsables de ello, sino el grupo nacionalista de Tito que rompió con los Partidos Comunistas y les ha declarado la guerra.

    Los acróbatas políticos del diario 'Borba' deben tener en claro que el marxismo y el nacionalismo son incompatibles: el nacionalismo, como ideología burguesa, es antagónico al marxismo. Debe quedarles claro que el marxismo no puede reconciliarse con el nacionalismo o con las inclinaciones nacionalistas en el seno de los Partidos Comunistas y que deben eliminar el nacionalismo, cualquiera que sea la forma bajo la que se camufle: ya sea en nombre de los intereses de los trabajadores, en nombre de la libertad y de la amistad de los pueblos o en nombre de la construcción triunfante del socialismo.

    Lenin dijo: "El nacionalismo burgués y el internacionalismo proletario son dos lemas en constante incompatibilidad que corresponden a los campos de las dos clases principales del mundo capitalista en su conjunto y que reflejan dos políticas (y aún más, dos percepciones del mundo)".

    En condiciones en que se ha puesto fin al poder de la burguesía, la clase explotadora y sus agentes intentan utilizar el arma envenenada del nacionalismo para restaurar el antiguo orden.

    Stalin ha dicho, al respecto: "Las inclinaciones nacionalistas son una adaptación del internacionalismo de la clase obrera al nacionalismo de la burguesía, las inclinaciones nacionalistas son un reflejo de los intentos de "nuestra" burguesía nacionalista por restaurar el capitalismo."

    El nacionalismo en el Partido Comunista de Yugoslavia es un golpe no sólo al frente unido antiimperialista, sino sobre todo, a Yugoslavia, a los pueblos de Yugoslavia y a los intereses del Partido Comunista de Yugoslavia tanto en el ámbito de los asuntos internos como exteriores.

    El nacionalismo del grupo de Tito en las relaciones exteriores conduce a una ruptura con el frente unido del movimiento revolucionario mundial de los trabajadores, a la pérdida de los aliados más fieles de Yugoslavia y al aislamiento de Yugoslavia. El nacionalismo del grupo de Tito trabaja contra Yugoslavia frente a sus enemigos externos.

    El nacionalismo propagado por el grupo de Tito en el ámbito de las políticas internas conduce a una política de compromiso entre el explotado y el explotador, "a la unión" del explotado y el explotador en un frente "nacional" único, a una política de retirada de la lucha de clases, a la propagación de la mentira sobre la posibilidad de construir el socialismo sin lucha de clases, sobre la posibilidad de transformación pacífica de los explotadores bajo el socialismo, es decir, a la destrucción de la combatividad y la moral de la clase obrera yugoslava. El nacionalismo del grupo de Tito desarma a los trabajadores yugoslavos frente a sus enemigos internos.

    Hace un año, cuando el grupo de Tito aún no había manifestado inclinaciones nacionalistas y cooperaba con los Partidos Comunistas hermanos, Yugoslavia avanzaba poderosa y con intrepidez hacia adelante, apoyada por sus aliados más próximos, representados por los Partidos Comunistas de los otros países. Ésa era la situación en el pasado reciente. Sin embargo, después del cambio de rumbo del grupo de Tito hacia el nacionalismo, la situación se ha modificado radicalmente. Cuando el grupo de Tito rompió con el frente unido de los Partidos Comunistas y se mostró despreciativo hacia las democracias populares, comenzó a perder a sus aliados más leales y se encontró aislada frente a sus enemigos internos y externos.

    Ése es el triste resultado de la política nacionalista seguida por el grupo de Tito.

    El grupo de Tito no ha comprendido lo que es absolutamente claro y evidente para cualquier comunista. No ha comprendido la sencilla verdad de que, en las condiciones actuales de la situación internacional, la solidaridad de los Partidos Comunistas hermanos, la cooperación mutua y la amistad de las democracias populares, así como la cooperación y la amistad con la Unión Soviética, son el requisito fundamental para el crecimiento y la prosperidad de los países de democracia popular en la construcción del socialismo, y la garantía principal de su libertad e independencia nacionales frente a la presión imperialista.

    Los delincuentes políticos del diario 'Borba' afirman además que la crítica de los errores del grupo de Tito se ha exagerado hasta convertirla en una campaña contra el Partido Comunista de Yugoslavia y contra su pueblo.

    Se trata, por supuesto, de una falsedad. No ha habido nunca ni hay campaña alguna contra los pueblos de Yugoslavia. Sería criminal emprender una campaña contra los pueblos de Yugoslavia cuyo heroísmo es conocido por todos. Se sabe que los pueblos de Yugoslavia apoyan firmemente un frente unido con las democracias populares y la Unión Soviética. No son en absoluto responsables de la política nacionalista llevada a cabo por el grupo de Tito. Consideramos a los pueblos de Yugoslavia como nuestros verdaderos aliados.

    No ha habido nunca ni hay campaña alguna contra el Partido Comunista de Yugoslavia en su conjunto. Sabemos muy bien que el Partido Comunista de Yugoslavia apoya con determinación la amistad con los Partidos Comunistas de los otros países, así como la amistad con la Unión Soviética y su Partido Comunista. En modo alguno, se duda de la persistencia de las tradiciones antiimperialistas en la mayoría de los miembros del Partido Comunista de Yugoslavia. También sabemos que la mayoría del Partido Comunista de Yugoslavia no aprueba la política nacionalista del grupo de Tito. Sabemos que, por esa razón, está sometida a la brutal represión del grupo de Tito y sus agentes.

    No se trata de "una campaña" contra los pueblos de Yugoslavia y el Partido Comunista de Yugoslavia en su conjunto, sino contra el grupo nacionalista de Tito para ayudar a que el Partido Comunista de Yugoslavia comprenda los errores de dicho grupo y derrote la política nacionalista de la dirección yugoslava.

    Los delincuentes políticos del diario 'Borba' afirman, después de todo, que el grupo de Tito es inseparable del Partido Comunista de Yugoslavia y que representa a la mayoría del Partido Comunista de Yugoslavia.

    También eso es incorrecto. Hace un año el grupo de Tito representaba tal vez la mayoría en el seno del Partido Comunista de Yugoslavia. Pero eso fue hace un año. Ahora, después de romper con los Partidos Comunistas, después de haberse enfrentado a las repúblicas vecinas y de haberse pasado al campo del nacionalismo, el grupo de Tito ya no representa a la mayoría del Partido. Ahora el grupo de Tito representa a la facción de Tito que cuenta exclusivamente con la confianza de una minoría del Partido, que utiliza el aparato del estado con el propósito de suprimir a la mayoría internacionalista del Partido, que ha puesto al Partido bajo el dominio del verdugo Rankovic, que ha establecido un régimen de terror con su represión, sus detenciones en masa y sus asesinatos. De hecho, ahora, la facción de Tito está en estado de guerra con su propio Partido. Sólo un ciego no puede verlo. Si la facción de Tito ha sido incapaz de mantener la disciplina en el Partido por los métodos democráticos habituales y se ha visto obligada a utilizar la represión en masa, eso significa que ya ha perdido la confianza de la mayoría de los miembros del Partido Comunista de Yugoslavia.

    La facción de Tito representa sólo a una minoría dentro del Partido Comunista de Yugoslavia y no cuenta con la confianza del Partido, sino sólo del aparato administrativo y policial de Yugoslavia.

    TSEKA
    Comité Central del PCUS
    Nota:

    La versión en inglés sobre la que se han basado las traducciones al español se puede encontrar en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    A la traducción publicada en viewtopic.php?f=54&t=547, le hice algunas ligeras modificaciones de estilo, basándome en el “original” en inglés. Asimismo, he restaurado el orden en que se publicó en inglés: 1) Un artículo introductorio firmado por Vijay Singh (el mismo autor que escribió la introducción de la correspondencia entre Stalin y Mao en enero de 1949 que copié en el foro de la República Popular China. Ver: viewtopic.php?f=16&t=615), seguido por las notas de referencia; y 2) El artículo propiamente dicho atribuido a Stalin.

    La versión en español omite el nombre del autor y la fuente de la versión en inglés.

    ¿Era Yugoslavia un país socialista en 1954-1955-1956?

    Las resoluciones de Cominform de 1948 y 1949 y el artículo de Stalin –además de las cartas del PCUS (b) al Partido Comunista de Yugoslavia en esos años– definieron las características del revisionismo yugoslavo (y del revisionismo contemporáneo en general).

    En esos documentos se sostiene que el Partido Comunista se ha alejado del marxismo-leninismo para caer en el despeñadero del revisionismo y el nacionalismo burgués y que Yugoslavia ha dejado de ser un país socialista para tomar el camino de la restauración capitalista y la subordinación al imperialismo.

    A continuación una síntesis de las tesis sobre el revisionismo yugoslavo contenidas en las resoluciones de Cominform y en el artículo de Stalin.
    RENUNCIA A LA TEORÍA DE LA LUCHA DE CLASES BAJO EL SOCIALISMO Y EN CONSECUENCIA AL EJERCICIO DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO SOBRE LA BURGUESÍA

    “En política interior, los líderes del Partido Comunista de Yugoslavia se están alejando de la posición de la clase obrera y están rompiendo con la teoría marxista de las clases y la lucha de clases. Niegan que en su país haya un crecimiento de los elementos capitalistas y, consecuentemente, niegan el agudizamiento de la lucha de clases en el campo. Esta negativa es el resultado directo del dogma oportunista que sostiene que la lucha de clases no se agudiza durante el periodo de transición del capitalismo al socialismo, como enseña el marxismo-leninismo, sino que pierde fuerza, como sostuvieron los oportunistas del tipo de Bujarin que propagaban la teoría del desarrollo pacífico del capitalismo al socialismo”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    NEGACIÓN DEL PROLETARIADO Y SU PARTIDO COMO FUERZA PRINCIPAL Y DIRIGENTE EN LA SOCIEDAD SOCIALISTA Y DEBILITAMIENTO DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO

    “Sobre la cuestión del rol dirigente de la clase obrera, los líderes del Partido Comunista Yugoslavo al sostener que el campesinado es el “pilar más firme del estado yugoslavo” se están alejando del camino marxista-leninista y están siguiendo el camino populista de un partido kulak. Lenin enseñó que el proletariado es “la única clase de la sociedad contemporánea que es revolucionaria hasta el fin, que debe ser el líder en la lucha de todo el pueblo por una completa transformación democrática, en la lucha de todo el pueblo trabajador y explotado contra los opresores y explotadores”.

    De acuerdo con la teoría marxista-leninista, el Partido es la fuerza dirigente y principal del país, tiene su programa propio y específico y no se diluye en las masas sin partido. El Partido es la forma superior de organización y el arma más importante de la clase obrera.”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)


    DIRECCIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA USURPADA POR ELEMENTOS NACIONALISTAS, CAMBIO EN LA NATURALEZA DEL ESTADO YUGOSLAVO E INSTAURACIÓN DE UN RÉGIMEN FASCISTA

    “...la base de los errores de la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia reside en el hecho indudable de que los elementos nacionalistas –que han existido, anteriormente, de forma disfrazada– han logrado obtener una posición dominante en la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia en los últimos cinco o seis meses.”.
    (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    “En el ámbito de la política interior, el principal resultado de la actividad de la camarilla traidora de Tito-Rankovic es la liquidación real del sistema democrático popular en Yugoslavia”.

    “Debido a la política contrarrevolucionaria de la camarilla de Tito-Rankovic que ha usurpado el poder del Partido y del estado, en Yugoslavia se ha establecido un estado policial anticomunista, un régimen de tipo fascista. La base social de este régimen está integrada por los kulaks en el campo y los elementos capitalistas de las ciudades”.

    (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)


    DESARROLLO DEL CAPITALISMO EN EL CAMPO, CONTINUAMENTE, CADA DIA, CADA HORA, ESPONTANEAMENTE Y EN MASA

    “Los líderes yugoslavos están siguiendo una política incorrecta en el campo, al ignorar la diferenciación de clases en el campo y al considerar a los campesinos individuales como entidades únicas, en contradicción con la doctrina marxista-leninista de las clases y la lucha de clases y en contradicción con la bien conocida tesis de Lenin que dice que las pequeñas explotaciones individuales engendran capitalismo y burguesía, continuamente, cada día, cada hora, espontáneamente y en masa. Además la situación política en el campo yugoslavo no da motivo para la satisfacción y la complacencia. En las condiciones actuales de Yugoslavia –donde predomina la explotación campesina individual, donde la tierra no se ha nacionalizado, donde existe la propiedad privada de la tierra, donde la tierra puede ser comprada y vendida, donde la tierra está concentrada en manos de los kulaks y donde se emplea el trabajo contratado.”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    EXPROPIACIÓN DE LA PROPIEDAD SOCIALISTA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN

    “El sector estatal de la economía en Yugoslavia ha dejado de ser propiedad del pueblo desde que el poder del estado está en las manos de los enemigos del pueblo”. (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)

    ECONOMÍA CONTROLADA Y SUBORDINADA A LOS INTERESES DEL CAPITAL IMPERIALISTA

    “La camarilla de Tito-Rankovic ha creado amplias oportunidades para la penetración del capital extranjero en la economía del país y ha puesto la economía bajo el control de los monopolios capitalistas.

    Los círculos industriales financieros anglo-americanos invierten su capital en la economía yugoslava y están transformando a Yugoslavia en un proveedor de materias primas agrícolas para el capital extranjero.

    La creciente dependencia esclavizadora de Yugoslavia a manos del imperialismo ha llevado a intensificar la explotación de la clase obrera y al correspondiente empeoramiento del país.

    La política de los gobernantes yugoslavos tiene un carácter kulak-capitalista”

    (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)
    .

    AGENTES, CÓMPLICES E INSTRUMENTOS DEL IMPERIALISMO EN SU LUCHA CONTRA LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO

    “Los recientes sucesos demuestran que el gobierno yugoslavo es completamente dependiente de los círculos imperialistas extranjeros y se ha convertido en un instrumento de su política agresora.

    Los traidores yugoslavos, obedeciendo a los deseos de los imperialistas, se han dedicado a formar bandas políticas en las democracias populares, reclutando elementos reaccionarios, nacionalistas, clericales y fascistas, para ejecutar golpes contrarrevolucionarios en esos países, para arrebatárselos al campo socialista y la Unión Soviética, y someterlos a las fuerzas del imperialismo”.

    (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)


    ABANDONO DEL INTERNACIONALISMO PROLETARIO, DEL CAMPO SOCIALISTA Y DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL

    “Sobreestimando las fuerzas internas nacionales de Yugoslavia y su influencia, los dirigentes yugoslavos piensan que pueden mantener la independencia yugoslava y construir el socialismo sin el apoyo de los Partidos Comunistas de los demás países, sin el apoyo de las democracias populares, sin el apoyo de la Unión Soviética. Piensan que la nueva Yugoslavia se puede edificar sin la ayuda de esas fuerzas revolucionarias”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    “Demostrando su pobre comprensión de la situación internacional y su temor de las amenazas chantajistas de los imperialistas, los dirigentes yugoslavos creen que haciendo concesiones pueden obtener el favor de los estados imperialistas. Piensan que serán capaces de negociar con ellos la independencia de Yugoslavia y lograr gradualmente que el pueblo de Yugoslavia se oriente hacia esos estados, esto es, hacia el capitalismo. Ellos proceden tácitamente de acuerdo con la archiconocida tesis nacionalista burguesa que dice que “los estados capitalistas son el mal menor para la independencia de Yugoslavia en comparación con la Unión Soviética”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    “...es claro para todo marxista que no se puede hablar de construcción del socialismo en Yugoslavia desde el momento en que la camarilla de Tito ha roto con la Unión Soviética, con todo el campo del socialismo y la democracia, privando de esta forma a Yugoslavia del principal baluarte para la construcción del socialismo, y sometiendo económica y políticamente al país a los imperialistas anglo-americanos”. (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)

    “...el grupo de Tito no otorga ninguna importancia a la amistad con otros Partidos Comunistas, incluido el Partido Comunista de la Unión Soviética. Dicha actitud constituye una ruptura abierta con el frente unido internacional de los Partidos Comunistas. Ha roto con la posición del internacionalismo y se ha enrumbado en las vías del nacionalismo”. (Stalin, ¿Adónde conduce el nacionalismo del grupo de Tito en Yugoslavia?)

    “...en las condiciones actuales de la situación internacional, la solidaridad de los Partidos Comunistas hermanos, la cooperación mutua y la amistad de las democracias populares, así como la cooperación y la amistad con la Unión Soviética, son el requisito fundamental para el crecimiento y la prosperidad de los países de democracia popular en la construcción del socialismo, y la garantía principal de su libertad e independencia nacionales frente a la presión imperialista’. (Stalin, ¿Adónde conduce el nacionalismo del grupo de Tito en Yugoslavia?)


    ADOPCIÓN DE LA POSICIÓN DEL NACIONALISMO BURGUÉS Y LUCHA CONTRA EL CAMPO SOCIALISTA

    “...en los últimos meses los elementos nacionalistas –que existían encubiertos y desde hace tiempo– han logrado dominar la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia, y que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia ha roto con las tradiciones internacionalistas del mismo y ha optado por el camino del nacionalismo”. (Stalin, ¿Adónde conduce el nacionalismo del grupo de Tito en Yugoslavia?)

    “En realidad el grupo de Tito, en este periodo, se ha situado en el mismo campo con los imperialistas al denigrar a los Partidos Comunistas de las democracias populares y de la Unión Soviética, para satisfacción de los imperialistas de todo el mundo. En lugar de un frente unido con los Partidos Comunistas tenemos un frente unido con los imperialistas”. (Stalin, ¿Adónde conduce el nacionalismo del grupo de Tito en Yugoslavia?)

    “...el marxismo y el nacionalismo son incompatibles: el nacionalismo, como ideología burguesa, es antagónico al marxismo. Debe quedarles claro que el marxismo no puede reconciliarse con el nacionalismo o con las inclinaciones nacionalistas en el seno de los Partidos Comunistas y que deben eliminar el nacionalismo, cualquiera que sea la forma bajo la que se camufle: ya sea en nombre de los intereses de los trabajadores, en nombre de la libertad y de la amistad de los pueblos o en nombre de la construcción triunfante del socialismo.

    Stalin ha dicho, al respecto: "Las inclinaciones nacionalistas son una adaptación del internacionalismo de la clase obrera al nacionalismo de la burguesía, las inclinaciones nacionalistas son un reflejo de los intentos de "nuestra" burguesía nacionalista por restaurar el capitalismo."

    El nacionalismo propagado por el grupo de Tito en el ámbito de las políticas internas conduce a una política de compromiso entre el explotado y el explotador, "a la unión" del explotado y el explotador en un frente "nacional" único, a una política de retirada de la lucha de clases, a la propagación de la mentira sobre la posibilidad de construir el socialismo sin lucha de clases, sobre la posibilidad de transformación pacífica de los explotadores bajo el socialismo, es decir, a la destrucción de la combatividad y la moral de la clase obrera yugoslava. El nacionalismo del grupo de Tito desarma a los trabajadores yugoslavos frente a sus enemigos internos”.

    (Stalin, ¿Adónde conduce el nacionalismo del grupo de Tito en Yugoslavia?)


    TAREAS DE LOS COMUNISTAS EN YUGOSLAVIA EN LA LUCHA CONTRA EL TITOISMO

    “...en el seno del Partido Comunista de Yugoslavia hay suficientes elementos sanos y leales al marxismo-leninismo, a las tradiciones internacionalistas del Partido Comunista de Yugoslavia y del frente socialista unido. Su tarea es obligar a los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia a reconocer abierta y honestamente sus errores y a rectificarlos, a romper con el nacionalismo, a regresar al internacionalismo, y a consolidar el frente socialista unido contra el imperialismo. Y si los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia se muestran incapaces de hacer esto, su tarea es reemplazarlos y promover un nuevo liderazgo internacionalista en el Partido”. (Resolución de Cominform de junio de 1948)

    “Una condición necesaria para el retorno de Yugoslavia al campo socialista es la lucha activa de parte de los elementos revolucionarios dentro y fuera del Partido Comunista de Yugoslavia, por la regeneración del revolucionario y genuino Partido Comunista de Yugoslavia, fiel al marxismo-leninismo, a los principios del internacionalismo proletario y a la lucha por la independencia de Yugoslavia respecto del imperialismo”. (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)

    “...entre los obreros y campesinos de Yugoslavia se encontrarán las fuerzas capaces de asegurar la victoria sobre la camarilla de espías restauradores burgueses de Tito-Rankovic; de que el pueblo trabajador de Yugoslavia dirigido por la clase obrera triunfará en recuperar las conquistas históricas de la democracia popular, ganadas con grandes sacrificios y lucha heroica de los pueblos de Yugoslavia; y de que ellos seguirán el camino de la construcción del socialismo”. (Resolución de Cominform de noviembre de 1949)
    Al reconciliarse con la Liga Comunista Yugoslava y con Yugoslavia, al llamarlos partido marxista-leninista y país socialista, respectivamente, el PCUS y el PCCh se ubicaron en una posición contraria a las resoluciones de Cominform y al punto de vista de Stalin sobre la cuestión del revisionismo yugoslavo. Como resultado de ello, le atribuyeron un "error" más al gran Stalin.

    ¿Cuáles fueron los argumentos del PCUS y el PCCh para revisar la posición del M.C.I. bajo la dirección de Stalin, sobre la cuestión de Yugoslavia, en 1954?


    Los argumentos del PCUS (según Jruschov):
    “Yo propuse que se formara una comisión, conformada por funcionarios y economistas del partido, que reuniera toda la información necesaria y que analizara categoría por categoría, para determinar si Yugoslavia era socialista o se había convertido en país capitalista. No se puede adoptar una posición voluntarista al tratar de responder a una cuestión como ésa. Uno no puede decir: “Esta es la respuesta que yo quiero”. La cuestión de qué tipo de país es depende de la presencia de elementos económicos y sociales particulares. Shepilov también era parte de la comisión. La comisión nos informó que no había base para considerar que Yugoslavia era capitalista. Los medios de producción estaban en manos del estado, al igual que el intercambio y comercio a gran escala. El campesinado tenía la propiedad de la tierra pero también habían granjas colectivas en el campo. Los bancos estaban en manos del estado. El poder del estado se basaba en la dictadura de la clase obrera y el gobierno era de tipo socialista. Todas las acusaciones que habían servido de base para nuestro conflicto con Yugoslavia no tenían fundamento. Todo se derrumbó como un castillo de naipes. Fue entonces cuando decidimos restablecer contactos con Yugoslavia”.
    (Sergei Khrushchev (ed.), Memoirs of Nikita Khrushchev, vol. 3. Statesman (1953-1964), 2007, pp. 533-534)
    Los argumento del PCCh (según el artículo "Es Yugoslavia un país socialista?" de 26 de Setiembre de 1963):
    La posición de principio del PCCh sobre el problema de Yugoslavia


    La carta abierta del Comité Central del PCUS afirma que por un tiempo, “a los dirigentes del PCCh no les surgían ninguna clase de dudas respecto al carácter del régimen socialista en Yugoslavia”, y que ahora los dirigentes chinos “han cambiado bruscamente de posición respecto al problema yugoslavo”.

    Es verdad que Yugoslavia fue un país socialista y que por algún tiempo avanzó por el camino socialista.

    Pero poco después, a causa de a traición de la camarilla de Tito, el sistema social de Yugoslavia fue degenerando paso a paso.

    En 1954, cuando Jruschov propuso el mejoramiento de las relaciones con Yugoslavia, accedimos a tratarla como a un país hermano socialista a fin de hacerla volver al camino socialista y de continuar observando cómo se desarrollaría la camarilla de Tito.

    Aun en aquel tiempo, no ciframos esperanzas excesivas en la camarilla de Tito. En su carta al Comité Central del PCUS, del 10 de junio de 1954, el Comité Central del PCCh señaló que se debía tener en cuenta el hecho de que los dirigentes de Yugoslavia habían ido ya bastante lejos en sus relaciones con el imperialismo, y que era posible que ellos rechazaran los esfuerzos por ganarlos y se negaran a volver al camino socialista; “pero incluso si esto ocurriese, no le causaría ningún daño político al campo de la paz, la democracia y el socialismo, sino que al contrario, pondría aún más de manifiesto la hipocresía de los dirigentes yugoslavos ante los pueblos de Yugoslavia y del mundo entero”.

    Desafortunadamente, ¡nuestra predicción resultó cierta! La camarilla de Tito en verdad ha rechazado categóricamente nuestros esfuerzos por ganarla y ha ido cada vez más lejos por el camino del revisionismo.
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    El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago) Empty Re: El M.C.I. y la lucha contra el revisionismo yugoslavo (por Tiago)

    Mensaje por NG Lun Feb 04, 2013 10:35 pm

    De las justificaciones expuestas por el PCUS y el PCCh podemos resaltar algunos hechos:

    1) El PCUS cambió su posición con respecto a Yugoslavia como resultado de una “investigación” que su Comité Central realizó sobre el sistema social y económico de ese país. El informe de la comisión encargada concluyó que Yugoslavia era un país socialista, que no hubo base para que Cominform considerara que Yugoslavia había abandonado el camino socialista, que el PCUS yla Unión Soviética de Stalin se equivocaron sobre esta cuestión, que era necesario reincorporarla al campo socialista, etc.
    2) El PCCh cambió su posición ante la propuesta de Jruschov, no mencionan si hicieron su propio estudio de la realidad de Yugoslavia, ni que el PCUS les entregara el informe que les sirvió de base a su revisión del problema.

    Hablar del revisionismo de Jruschov puede considerarse como “llover sobre mojado”, abundar sobre lo mucho que ya se ha dicho; aunque considero que nunca será suficiente. Hablar de la posición revisionista del PCCh en esos años, sí suena fuera de tono, parece traído de los cabellos. Sin embargo, si se revisan los diversos documentos de la época, disponibles, veremos que existen hechos que contradicen la idea generalmente aceptada que se tiene sobre la política y la conducta del PCCh en esos años. Eso nos impulsaría a investigar, estudiar, analizar y sacar conclusiones que nos pueden ayudar a comprender la política y la conducta del PCCh en los años posteriores, cuando retoma una posición marxista-leninista, que abandonará posteriormente.

    Antes de comentar brevemente el documento “¿Es Yugoslavia un país socialista?” del PCCh, repasemos un poco el fragmento del acápite titulado “La posición de principio del PCCh sobre el problema de Yugoslavia”, copiado en el post anterior.

    1) En el primer párrafo, se hace referencia a una carta del PCUS que afirma dos cosas que son ciertas –como hemos podido ver en los pocos documentos copiados en este hilo–:

    a) “a los dirigentes del PCCh no les surgían ninguna clase de dudas respecto al carácter del régimen socialista en Yugoslavia”;
    b) [ahora los dirigentes chinos] “han cambiado bruscamente de posición respecto al problema yugoslavo”.

    No por ser revisionista descarado, Jruschov dejó de tener razón al hacer esas afirmaciones, especialmente la primera. Existen muchos ejemplos más que confirman que a los dirigentes del PCCh, con Mao Tsetung a la cabeza, no “les surgían ninguna clase de dudas respecto al carácter socialista en Yugoslavia”. Hemos visto que en sus documentos publicados, en sus conversaciones privadas, en sus discursos semipúblicos y en su conducta pública, los dirigentes del PCCh asumieron que Cominforn y Stalin estuvieron equivocados en la cuestión yugoslava, que Yugoslavia fue y seguía siendo un país socialista, que el Partido Comunista de Yugoslavia era un partido marxista-leninista y que Tito y su camarilla eran camaradas. Durante 1954-1957, al PCCh no le cupo duda de eso. La “duda” empezó en 1958. Pero fue una “duda” que también la tuvo el PCUS de Jruschov. Es después de la Conferencia de Moscú de 1960, cuando los caminos del PCUS y el PCCh se empiezan a separar, a medida que el PCUS va profundizando su revisionismo y el PCCh va retomando la línea marxista-leninista.

    2) En los dos párrafos siguientes, el PCCh dice sin comprometerse:

    a) “Es verdad que Yugoslavia fue un país socialista y que por algún tiempo avanzó por el camino socialista”.
    b) “Pero poco después, a causa de la traición de la camarilla de Tito, el sistema social de Yugoslavia fue degenerando paso a paso”.

    En este debate era importante que el PCCh precisara: cuándo fue Yugoslavia un país socialista y cuando dejó de serlo. Solo dice: “por algún tiempo”, sin profundizar en el tema, como si éste no importara.

    A renglón seguido, dice: “poco después¡”, pero tampoco dice cuándo. Las afirmaciones se desplazan en el tiempo sin precisar en ningún momento ¡el tiempo!. Lo que hay en realidad es una secuencia o sucesión de “hechos”: Yugoslavia fue socialista, por algún tiempo avanzó por el camino socialista, pero poco después, causa de la traición de la camarilla de Tito, fue degenerando paso a paso. Referencia temporal sin tiempo.

    Casi todos esos “hechos” –mencionados en la secuencia temporal–, no son evidentes por sí mismos, por eso necesitan definirse los tiempos pedestres en que ocurrieron. El único hecho que podría considerarse evidente es “la traición de la camarilla de Tito”. Bastaría que se nos dijera cuándo ocurrió esa traición para discutir si fue en ese o en otro momento. Pero tampoco se proporciona una referencia histórica sobre la ocurrencia de ese hecho. Y esta omisión es significativa.

    ¿Cuándo ocurrió la traición de la camarilla de Tito? ¿En 1948, cuando fue expulsada del movimiento comunista? ¿En 1956, cuando estuvo detrás de los movimientos contrarrevolucionarios en Polonia y Hungría? ¿En 1958, cuando se puso abierta y descaradamente a disposición de la política exterior del imperialismo norteamericano (entre otros, en el asunto de Taiwan) o cuando el programa de la Liga Comunista de Yugoslavia desnudó su indudable revisionismo? ¿O después, pero antes de setiembre de 1963 en que se publica “¿Es Yugoslavia un país socialista?”?

    La respuesta es fundamental para determinar quién se equivocó y por qué: ¿Stalin o el PCUS y el PCCh? Pero no hay respuesta.

    3) El título del acápite dice entre otras cosas: “la posición de principio” del PCCh. Recordemos que el PCUS para revisar la posición marxista-leninista, realizó un estudio del sistema social de Yugoslavia. ¿Qué hizo el PCCh?:

    a) En 1954, “Jruschov propuso el mejoramiento de las relaciones con Yugoslavia”
    b) “accedimos a tratarla como a un país hermano socialista
    c) “a fin de hacerla volver al camino socialista y de continuar observando cómo se desarrollaría la camarilla de Tito”.

    Creo que el PCCh consideró la cuestión de Yugoslavia como un tema menor, no le dio la importancia que merecía, creyó que era -en el mejor de los casos– una exageración de Stalin, que venía bien corregir. No tomó con seriedad el peligro del revisionismo en el seno del movimiento comunista internacional, lo que también ayuda a entender lo que algunos historiadores han llamado la “luna de miel” del PCUS y el PCCh durante los años 1954-1957, precisamente aquellos años en que es difícil encontrar una discrepancia de principio entre ambos Partidos (a excepción del asunto de la coexistencia pacífica). Esto quiere decir que durante el periodo en que surge la segunda variante del revisionismo contemporáneo, el PCCh conciliaba con el revisionismo yugoslavo.

    La explicación que da el PCCh en 1963, sobre su posición en 1954, no es seria. Dice que Jruschov propuso y ellos accedieron. No dice nada de algún análisis que haya hecho de la sociedad yugoslava. Trata de limpiarse la cara diciendo que accedió “a tratarla” como país socialista pero no afirma ni niega si en ese entonces Yugoslavia era socialista o no. Lo que está claro es que en esos años el PCCh sí consideraba que Yugoslavia era socialista. Pero en 1963, no quiere recordar esos años y evita en todo momento una autocrítica de ese grave error cometido, al seguir al PCUS de Jruschov.

    Inmediatamente después, dice que accedió a la propuesta de Jruschov “a fin” de hacerla “volver” (¡sic!)… ¿adónde? “al camino socialista”. Esto es algo que el PCCh no explica ni puede explicar sin rechazar abiertamente parte de su historia. El artículo “¿Es Yugoslavia un país socialista?” es un reconocimiento, de hecho, de que Stalin estuvo en lo correcto sobre la cuestión de Yugoslavia, un reconocimiento de hecho de que el PCUS y el PCCh estuvieron equivocados en cuanto a este supuesto “error” de Stalin. Desafortunadamente, el PCCh no practicó lo que predicó: no realizó ninguna autocrítica sobre esta cuestión.

    El VIII Congreso del PCCh se reunió en setiembre de 1956. En mayo de 1958, se realizó una ampliación de ese congreso, denominándola Segunda Sesión del VIII Congreso del PCCh. En esta segunda sesión se aprobó la resolución que a continuación se copia:
    Resolución sobre las reuniones en Moscú de los representantes de los Partidos Comunistas y Obreros, realizado entre el 14 y 19 de noviembre de 1957.
    Adoptada el 23 de mayo de 1958 en la Segunda Sesión del VIII Congreso del PCCh
    (Fragmentos pertinentes a la cuestión de Yugoslavia)

    El VIII Congreso Nacional del PCCh, en su Segunda Sesión, habiendo escuchado el informe del camarada Teng Siaoping sobre la reunión de representantes de los Partidos Comunistas y Obreros de los países socialistas, realizada en Moscú, del 14 al 16 de noviembre de 1957, y la reunión de los representantes de los 64 Partidos Comunistas y Obreros, del 16 al 19 de noviembre, aprueba por unanimidad la Declaración adoptada en las dos reuniones y expresa su satisfacción con el trabajo de la delegación del Partido Comunista de China encabezada por el camarada Mao Tsetung durante las dos reuniones.

    El VIII Congreso Nacional del PCCh, en su Segunda Sesión, considera básicamente correcta y necesaria la crítica realizada en 1948 por el Buró de Información de los Partidos Comunistas y Obreros en su resolución “Sobre la situación del Partido Comunista de Yugoslavia”, relativa al hecho de que el Partido Comunista de Yugoslavia se ha apartado de los principios del marxismo-leninismo y ha tomado el camino incorrecto del nacionalismo burgués; aunque hubieron defectos y errores en los métodos adoptados al momento de tratar ese problema. Nuestro Partido está de acuerdo y apoya esa crítica. La segunda resolución concerniente al Partido Comunista de Yugoslavia adoptada por el Buró de Información de los Partidos Comunistas y Obreros en 1949, sin embargo, fue incorrecta y fue retirada después por los Partidos Comunistas que asistieron a la reunión del Buró de Información. Desde 1954, el Comité Central del PCUS encabezado por el camarada N.S. Jruschov inició el mejoramiento de las relaciones con Yugoslavia y adoptó una serie de medidas con ese fin. Esto fue completamente necesario y correcto. Esta iniciativa del PCUS tuvo el respaldo de todos los países socialistas y los Partidos Comunistas de varios países. Nosotros también dimos pasos similares a los de la Unión Soviética y establecimos relaciones entre China y Yugoslavia y entre los Partidos chino y yugoslavo. Partiendo del deseo de la unidad, el PCUS y algunos otros Partidos Comunistas interesados han realizado una autocrítica necesaria de sus defectos pasados en sus relaciones con Yugoslavia. Con el fin de mejorar las relaciones con la Liga de Comunistas de Yugoslavia, los Partidos Comunistas de varios países, desde entonces, han realizado sus mejores esfuerzos, esperando pacientemente que los dirigentes de la Liga de Comunistas de Yugoslavia regresen a la posición del marxismo-leninismo. Sin embargo, los dirigentes de la Liga Comunista de Yugoslavia han ignorado completamente los esfuerzos bienintencionados de los Partidos Comunistas de varios países, no han querido reconocer sus propios errores y no han hecho ninguna autocrítica. Más aún, ellos han atacado y difamado constantemente a los países socialistas y a los Partidos Comunistas de varios países, y han ido más lejos, al hacerse eco de los ataques de los imperialistas contra el campo socialista y el movimiento comunista internacional. Ellos han jugado el deshonroso papel de provocadores e intervencionistas en la sublevación contrarrevolucionaria en Hungría. Sus cálculos fallaron sólo porque los camaradas dirigentes del Partido Obrero Socialista de Hungría consistentemente mantuvieron una actitud principista y correcta durante y después de la sublevación contrarrevolucionaria. Y ahora, cuando las reuniones de Moscú han fortalecido la solidaridad de los Partidos Comunistas de varios países, los dirigentes yugoslavos dan muestra de una recalcitrante posición anti-marxista-leninista en su Programa y una intensa hostilidad hacia los países socialistas y Partidos Comunistas de varios países. No hay duda de que con esta posición y conducta, los líderes yugoslavos se han excluido de las filas del movimiento comunista internacional. Esto, de ninguna manera, está de acuerdo con los intereses de los verdaderos comunistas de Yugoslavia y el pueblo yugoslavo.

    El VIII Congreso Nacional del PCCh, en su Segunda Sesión, respalda plenamente la decisión del Comité Central del Partido de no enviar una delegación sino solamente un observador para que esté presente en el Sétimo Congreso de la Liga de Comunistas de Yugoslavia. Es la opinión unánime del Congreso que se realice una lucha resuelta contra el revisionismo moderno que ha emergido en el movimiento comunista internacional. El deber sagrado de nuestro Partido hacia la clase obrera internacional, es trabajar junto con los Partidos hermanos por la derrota total del revisionismo moderno, política y teóricamente, y por la defensa del marxismo-leninismo y la unidad del movimiento comunista internacional sobre la base de la ideología marxista-leninista.

    El VIII Congreso Nacional del PCCh, en su Segunda Sesión, expresa su plena confianza en que la causa de la paz, la democracia y el socialismo superará todos los obstáculos para obtener nuevas y aún más grandes victorias en todo el mundo.

    Fuente:

    Harvard University, Communist China 1955-1959: Policy Documents with Analysis, Volume 1, pp. 411-416 (Tercera Reimpresión, 1971)
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    Nota:

    La versión contenida en el libro que se menciona como fuente, proviene de la versión oficial en inglés publicada en el folleto titulado “In Refutation of Modern Revisionism” de Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, de 1958.
    En el artículo “¿Es Yugoslavia un país socialista?” (1963), el PCCh sostiene que en 1954, accedió, ante una propuesta de Jruschov, a tratar a Yugoslavia como país socialista. La idea que se transmite es que su acercamiento a Yugoslavia fue resultado de un compromiso. El PCCh no deja claro si en 1954 –al margen de la propuesta de Jruschov y su aceptación– consideraba a Yugoslavia un país socialista o no. Sin embargo, si uno observa los documentos posteados y otros más, el PCCh nunca cuestionó que se considerara a Yugoslavia como país socialista y a la Liga Comunista como marxista-leninista.

    Cuando se actúa bajo un compromiso, se aceptan determinadas condiciones y se hacen ciertas concesiones para lograr un objetivo superior. Pero en los discursos, conversaciones y en las acciones, el PCCh fue más allá de “tratar” a Yugoslavia como país socialista. En todo momento se observa una convicción y determinación en cuanto a considerar a Yugoslavia como país socialista y a los revisionistas titoístas como marxista-leninistas. Cuando se actúa bajo un compromiso, nadie da más de lo que se le pide; sin embargo es evidente que el PCCh dio más de lo que el supuesto compromiso le exigía. Esto no es fácil de explicar si consideramos que el PCCh fue siempre conocido por usar bien el lenguaje esópico y el simbólico cuando no quieren decir algo directamente. Todos los documentos posteados son claros ejemplos de que no hubo compromiso sino coincidencia de posiciones entre el PCUS de Jruschov y el PCCh durante el periodo 1954-1958.

    El PCUS y el PCCh criticaron el discurso de Tito de noviembre de 1956, en el que éste expone sin tapujos su esencia reaccionaria y antisocialista. Sin embargo, esto no impidió que el PCUS y el PCCh continuaran cortejando a Tito. En enero de 1957, Peng Chen en Belgrado y Chou Enlai en Moscú propusieron a los yugoslavos conversar sobre la posibilidad de organizar una reunión de partidos comunistas del mundo que sería auspiciada por el PCCh y la Liga Comunista de Yugoslavia. Esta idea no prosperó solo porque Tito declinó la propuesta, debido a que no era partidario de conferencias internacionales que pudieran obligar a la Liga yugoslava; en cambio, aceptó reuniones bilaterales o multilaterales de partidos. Poco después, Jruschov informó al PCCh que estaban considerando convocar a una conferencia de partidos comunistas. La situación del campo socialista y el liderazgo del PCUS se habían visto afectados con los sucesos de Polonia y Hungría, y era necesario evitar que se den otros casos. Para ello, el PCUS y el PCCh se ocuparían de convencer a los otros Partidos sobre la necesidad de llevar adelante esa reunión de Partidos Comunistas. Ante un dubitativo PCUS, le correspondió al PCCh persuadir a los otros Partidos sobre la necesidad de tener al PCUS y a la Unión Soviética a la cabeza del movimiento comunista internacional y del campo socialista. El discurso de Mao en la Reunión de Partidos Comunistas y Obreros de noviembre de 1957, realizada en Moscú (Véase viewtopic.php?f=16&t=663&p=2936#p2936), es una muestra de ese esfuerzo. Por si fuera poco, el PCUS y el PCCh fueron los autores del proyecto de Declaración que se aprobó en dicha reunión.

    En particular, se puede destacar el trabajo del PCCh para convencer a los polacos y otros partidos para que acepten al PCUS y a la Unión Soviética como cabezas. Aunque parezca increíble, había fuerte resistencia (no del PCCh) a este reconocimiento. Tanta que el mismo Jruschov era de la idea de que no se hablara al respecto en el proyecto de declaración. El PCCh convenció al PCUS y a los otros Partidos sobre la necesidad de que se reconociera un centro, una cabeza: la Unión Soviética y su Partido. También merece una mención especial, el trabajo de persuasión que el PCCh desplegó para convencer a los renuentes “camaradas” yugoslavos para que asistan a la Reunión de Partidos Comunistas y Obreros, la que significaría su reincorporación formal al movimiento comunista internacional. Luego de tanta resistencia, los titoístas accedieron a participar, poniendo condiciones: 1) sólo asistirían a la reunión de los 64 partidos del mundo y no a la de los países socialistas, 2) no firmarían la Declaración de los Partidos de los países socialistas, 3) no aceptarían ninguna obligación como resultado de su participación en dicha Reunión, y 4) no iría Tito sino Kardejl, encabezando la delegación. Gracias al esfuerzo del PCCh, los "comunistas" yugoslavos estuvieron presentes en la Conferencia de Moscú de 1957 que reunió a los Partidos Comunistas y Obreros del mundo.

    Recién en 1958, cuando la Liga Comunista de Yugoslavia (en camino a la realización de su Séptimo Congreso en 1958) envió su proyecto de programa a los principales Partidos Comunistas del mundo, el PCUS y el PCCh se dieron cuenta (!sic!) que la camarilla titoísta se estaba revelando como el abierto representante del revisionismo más descarado. Los yugoslavos no aceptaron ninguna de las críticas que se le enviaron, solicitándoles que corrigieran ese proyecto de programa. En consecuencia, el PCUS publicó en abril de 1958, en Kommunist, un artículo criticando “camaraderilmente” ese proyecto revisionista; e informó a la Liga que no enviaría una delegación a ese congreso. En mayo de 1958, el PCCh publicó un artículo en el Diario del Pueblo, caracterizando el proyecto de programa como “anti-marxista-leninista” y a sus autores de “revisionistas”. A partir de entonces, empezaron las reconsideraciones sin autocrítica.

    En la Segunda Sesión del VIII Congreso del PCCh de mayo de 1958, se aprobó una resolución que reconocía como “básicamente correcta” a la primera Resolución de Cominform de junio de 1948, aunque decía –sin mencionarlos– que se habían cometido “errores de método” al abordar la cuestión yugoslava. Sin embargo, todavía consideraba que la segunda Resolución de Cominform era incorrecta, pese a todos los hechos que demostraban lo contrario, hechos que después iban a ser utilizados como respaldo del artículo de 1963, “¿Es Yugoslavia un país socialista?”. Se puede afirmar que, en 1958, la posición del PCCh era una posición ecléctica.

    La actividad contrarrevolucionaria de los yugoslavos continuó siendo tan descarada que, ese mismo año (¡sic!), los soviéticos (¡sic!) rompieron (¡sic!) relaciones diplomáticas con Yugoslavia. Y una vez más, siguiendo los pasos de los soviéticos, China rompió relaciones diplomáticas con Yugoslavia en setiembre de 1958.

    En 1960, la Declaración de la Reunión de los 81 Partidos Comunistas y Obreros del mundo decía, ya no pudo seguir haciéndose de la vista gorda, ante el descaro de los revisionistas yugoslavos:
    “Los partidos comunistas han condenado unánimemente la variedad yugoslava del oportunismo internacional, expresión concentrada de las ‘teorías’ de los revisionistas contemporáneos.”

    “Haciendo traición al marxismo-leninismo y declarándolo caduco”…“los dirigentes de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia han contrapuesto su programa revisionista anti-leninista a la Declaración de 1957; han contrapuesto la Liga de los Comunistas de Yugoslavia a todo el movimiento comunista internacional.” [Ellos se han colocado] “en una situación dependiente de la llamada ‘ayuda’ de los imperialistas norteamericanos y demás y han creado así el peligro de que se vean reducidas a la nada las conquistas revolucionarias logradas por el pueblo yugoslavo en su heroica lucha.”

    “Los revisionistas yugoslavos realizan una labor de zapa contra el campo socialista y el movimiento comunista mundial” y “...despliegan actividades perjudiciales a la unidad de todas las fuerzas y Estados amantes de la paz.”
    Esa Declaración de 1960 caracterizó al partido y al gobierno de Yugoslavia como enemigos del socialismo y aliados del imperialismo, tipificando a la camarilla de Tito como agente del imperialismo. De este modo, la Declaración de 1960 se refirió a la camarilla de Tito en los mismos términos que la segunda Resolución de Cominform de noviembre de 1949, que el PCCh consideraba incorrecta.

    De este modo, en 1960, el PCUS y el PCCh habían dado un giro de 360 grados en relación con la cuestión de Yugoslavia. Habían completado la circunferencia. Habían vuelto al punto de partida: las resoluciones de Cominform de 1948 y 1949. Entonces, ¿Quién cometió errores?... ¿Stalin?...

    Algún obcecado dirá que Stalin se precipitó en 1948-49 y que sólo en 1960 recién se pudo afirmar con fundamento lo que la resolución de 1949 sostenía. En otras palabras: en 1949, Yugoslavia todavía era socialista y solo se alejó del socialismo una década después de las resoluciones de Cominform, fue “todo un proceso” (¿?). Eso es lo que trató de explicar un editorial del Diario del Pueblo de 1958 y lo que se trató de justificar en el artículo de 1963.

    Sin embargo, ese tipo de justificación no logra explicar ¿por qué el artículo “¿Es Yugoslavia un país socialista?” de 1963, además de utilizar los mismos argumentos de las resoluciones de Cominform, está cargado de hechos y evidencias que vienen desde la aprobación de esas resoluciones y otros anteriores a 1955 (cuando se produce el acercamiento con Tito)?

    Recordemos, entonces, lo que dice el artículo “¿Es Yugoslavia un país socialista?” de setiembre de 1963.

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