(Bueno, no soy budista, pero estudio el budismo y trato de ponerlo en practica, se trata de obtener autocontrol de uno mismo mediante la meditacion o un dharma correcto) aqui dejo algo:
EL BUDISMO, ¿UNA RELIGIÓN ATEA?
Buda nunca prohibió la adoración de dioses hindúes o a cualquier Dios. "El Buda mismo había tenido conversaciones con dioses hindúes como en el Sakkasamyutta y Vanasamyutta", señala el historiador Dr. De Zoysa. Para el Buda, no importa si alguien adora a Dios siempre que dicha creencia, religión o fe no haga daño a nadie ni a la sociedad y siempre que siga el Dharma, o el código de la vida virtuosa, afirma el investigador Dr. Weeraratne. Muchos budistas contemporáneos, como el maestro vietnamita Thich Nhat Hanh, incluso tienen en su altar una imagen de Jesucristo junto a la de Buda. El problema no es creer o no creer, pues aferrarse a alguna de esas definiciones genera apego y sufrimiento. Buda no estaba contento con la manera en que los brahmanes manipulaban las ideas teístas para satisfacer sus intereses. A través de su control sobre las prácticas de las religiones, especialmente los ritos de sacrificio, los brahmanes mejoraban su estatus social y su poder a expensas de las masas. Desde el comienzo mismo, el Buda considera esta situación insatisfactoria e injusta. Pensaba que la religión teísta permitía a los brahmanes explotar al pueblo a través del sistema de castas, en particular. Definir el budismo como una religión “atea” es entrar en polaridades, en definiciones que nos alejan de la esencia y el fin mismo del budismo. El Buda dice: "Llevados por el miedo los hombres van a las montañas sagradas, los bosques sagrados, árboles sagrados y santuarios. Dhammapada 188". El Buda nos enseñó a tratar de comprender nuestros miedos, disminuir nuestros deseos con calma y aceptar las cosas que no podemos cambiar. Reemplazó el miedo, no con creencias irracionales, sino con la comprensión racional. El budismo no te fuerza a creer en “algo” sino a que tú mismo puedas comprobar la veracidad de dichas afirmaciones. Basándose en su propia experiencia, el Buda vio que cada ser humano tenía la capacidad de purificar la mente, desarrollar amor infinito, compasión y comprensión. Cambió la atención “de los cielos” y nos centró en el corazón, animándonos a encontrar soluciones a nuestros problemas a través de la auto-comprensión, sin dependencias.
El budismo enseña que el foco de nuestra atención no debe ser un dios imaginario y la especulación sin sentido acerca de lo que Dios hizo en el pasado y lo que hará en el futuro. En cambio, el budismo es inmensamente más pragmático. Nos enseña a centrar nuestra atención en nosotros mismos para determinar cuál es la causa de nuestras penas y del dolor y encontrar la manera de liberarnos de ellos. Estas enseñanzas están encerradas en las Cuatro Nobles Verdades.
El budismo nunca se podrá posicionar “contra” nadie. Muchos creyentes de otras religiones han encontrado en el budismo un camino ecuménico que ha reforzado de forma más amplia y tolerante sus respectivas creencias. El budismo es una puerta abierta que tiene mucho que enseñar y ofrecer a esta sociedad intolerante, injusta, fanática y violenta.
EL BUDISMO, ¿UNA RELIGIÓN ATEA?
Buda nunca prohibió la adoración de dioses hindúes o a cualquier Dios. "El Buda mismo había tenido conversaciones con dioses hindúes como en el Sakkasamyutta y Vanasamyutta", señala el historiador Dr. De Zoysa. Para el Buda, no importa si alguien adora a Dios siempre que dicha creencia, religión o fe no haga daño a nadie ni a la sociedad y siempre que siga el Dharma, o el código de la vida virtuosa, afirma el investigador Dr. Weeraratne. Muchos budistas contemporáneos, como el maestro vietnamita Thich Nhat Hanh, incluso tienen en su altar una imagen de Jesucristo junto a la de Buda. El problema no es creer o no creer, pues aferrarse a alguna de esas definiciones genera apego y sufrimiento. Buda no estaba contento con la manera en que los brahmanes manipulaban las ideas teístas para satisfacer sus intereses. A través de su control sobre las prácticas de las religiones, especialmente los ritos de sacrificio, los brahmanes mejoraban su estatus social y su poder a expensas de las masas. Desde el comienzo mismo, el Buda considera esta situación insatisfactoria e injusta. Pensaba que la religión teísta permitía a los brahmanes explotar al pueblo a través del sistema de castas, en particular. Definir el budismo como una religión “atea” es entrar en polaridades, en definiciones que nos alejan de la esencia y el fin mismo del budismo. El Buda dice: "Llevados por el miedo los hombres van a las montañas sagradas, los bosques sagrados, árboles sagrados y santuarios. Dhammapada 188". El Buda nos enseñó a tratar de comprender nuestros miedos, disminuir nuestros deseos con calma y aceptar las cosas que no podemos cambiar. Reemplazó el miedo, no con creencias irracionales, sino con la comprensión racional. El budismo no te fuerza a creer en “algo” sino a que tú mismo puedas comprobar la veracidad de dichas afirmaciones. Basándose en su propia experiencia, el Buda vio que cada ser humano tenía la capacidad de purificar la mente, desarrollar amor infinito, compasión y comprensión. Cambió la atención “de los cielos” y nos centró en el corazón, animándonos a encontrar soluciones a nuestros problemas a través de la auto-comprensión, sin dependencias.
El budismo enseña que el foco de nuestra atención no debe ser un dios imaginario y la especulación sin sentido acerca de lo que Dios hizo en el pasado y lo que hará en el futuro. En cambio, el budismo es inmensamente más pragmático. Nos enseña a centrar nuestra atención en nosotros mismos para determinar cuál es la causa de nuestras penas y del dolor y encontrar la manera de liberarnos de ellos. Estas enseñanzas están encerradas en las Cuatro Nobles Verdades.
El budismo nunca se podrá posicionar “contra” nadie. Muchos creyentes de otras religiones han encontrado en el budismo un camino ecuménico que ha reforzado de forma más amplia y tolerante sus respectivas creencias. El budismo es una puerta abierta que tiene mucho que enseñar y ofrecer a esta sociedad intolerante, injusta, fanática y violenta.