e permito responder a tu pregunta, compañero.
La patria vencerá escribió:Estoy de acuerdo con tu argumentación, camarada Condottieri. Mucho mejor expresado, es justamente lo mismo que yo he intentado argumentar en este hilo. Pero, solo quiero hacer una salvedad con respecto al ejemplo que he puesto de los "nuevos autónomos" (supuestamente dueños de sus herramientas de producción), pero igual o más dependientes de sus amos que antes, cuando aún eran obreros por cuenta ajena. ¿No consideras que el capitalismo ha aprendido a darle una nueva vuelta de tuerka a la situación y está consiguiendo dejar algunas de nuestras clasificaciones cada vez más vacías de contenido?.
Un saludo
Decía un teórico marxista a propósito de la burocracia soviética correspondiente a las décadas posteriores a los cincuenta que sólo podía existir en la medida en que negaba su existencia. Bien, no me parece desafortunado decir que esto es igualmente válido para el capitalismo. El capitalismo no
existe -ironía-. Existe una economía de libre mercado; unas democracias occidentales y un sinfín de eufemismos destinados a hacer perder al lenguaje su razón de ser; a construir falsas interpretaciones de la realidad en los dominios más extendidos de la ideología burguesa. Es que el capitalismo cuenta con millones de universidades, fundaciones,
think tanks; millones de cabezas pensantes al servicio del sistema imperante y por tanto difusores profesionales de ideología burguesa: de conceptos, articulaciones teóricas, categorías nominales; en suma, de interpretaciones de la realidad, histórica, presente o futura asentadas sobre los firmes pilares del mantenimiento del statu-quo capitalista. Ante esto, las posibilidades que tenemos los comunistas de difundir nuestras interpretaciones son muy limitadas.
Hoy en día, y creo que esto Pablo Iglesias y su gente lo han aprehendido bien, expresarse políticamente en términos clásicos tales como
proletariado o
burguesía resulta infructuoso por no hallar recepción entre los sectores populares. El sistema capitalista ha propagado-importado una cultura masiva que ha difuminado los trazos que unían a la sociedad con el movimiento obrero. Monedero diría con razón que se ha borrado la memoria histórica colectiva. Ante eso la tarea de reapropiarse de dicha memoria resulta compleja. Sacar las viejas banderas, propagar panfletos con viejas consignas y rememorar luchas pasadas evocando himnos revolucionarios es algo que no haya ninguna acogida más allá de ser catalogado entre desconfianza y recelo con el epíteto de comunista, lo cual a su vez, y por ello mismo, es asociado a las ingentes cantidades de manipulación que el sistema ha vertido sobre el pasado soviético, sobre Lenin, sobre Marx, sobre las hoces y martillos. Es decir, políticamente es una opción muerta. Duele reconocerlo, pero es una tarea obligada llegar a percatarse de que ese camino tiene un corto recorrido.*
Ahora bien, el sistema capitalista tiene sus contradicciones y es preciso explotarlas con audacia, con análisis y con atrevimiento, tal como hicieran los bolcheviques. Actualmente, en virtud de la crisis política-económica dichas contradicciones permiten ser explotadas con visos de éxito, abriendo una brecha dentro de la ideología dominante: es que la hegemonía burguesa está en riesgo. Tiendo a pensar que Podemos está justamente haciendo eso: abrir brechas, instalar un sentido común que se encamina hacia el socialismo. Los de arriba y los de abajo, la casta. Probablemente no sea un lenguaje científico pero bajo las actuales circunstancias ya es un atrevimiento que se está rentabilizando provocando el pánico entre la burguesía, que ve como su sistema de dominación está resquebrajándose; no por nada hace tiempo dijo un empresario catalán que deberían crear un
Podemos de derechas.
En conclusión: mientras nuestros conceptos marxistas sigan pudiendo designar de manera precisa e inequívoca la realidad, podemos albergar certezas. Dejando eso sí, paso a la creatividad y al análisis de los nuevos tiempos, luchando políticamente con audacia, rigor, valentía. Es preciso hacer llegar el mensaje, por otros canales y bajo otras designaciones pero manteniendo su esencia.
*) Ojo que esto también es muy peligroso. Con el mismo argumento el oportunismo y el revisionismo tienen vía libre para hacer sus tesis hegemónicas y asestar un nuevo golpe al movimiento obrero revolucionaria. Se pueden hacer ciertas concesiones, pero teniendo siempre presentes quiénes somos y de dónde venimos.
Saludos.