LOS PUNTOS DE LA BRÚJULA: Hacia una alternativa socialista
artículo de Erik Olin Wright
publicado en Marxismo crítico en abril de 2013
Durante casi todo el siglo XX, el socialismo constituyó la matriz ideológica central para imaginar alternativas al capitalismo y orientar las luchas anticapitalistas, aun si el establecimiento de un orden socialista no era un objetivo político inmediato. Pero si bien las disposiciones institucionales históricamente vinculadas al socialismo se consideran ahora incapaces de cumplir sus promesas, muchas de las críticas socialistas tradicionales del capitalismo parecen más apropiadas que nunca: la desigualdad, la polarización económica y la inseguridad en el empleo empeoran; corporaciones gigantes dominan los medios de comunicación y la producción cultural; la política es cada vez más sumisa hacia los grandes capitalistas y más insensible hacia los necesitados. La urgencia de una alternativa real al capitalismo es mayor que nunca.
Mi objetivo en este ensayo es proponer un marco para las eventuales alternativas al capitalismo a partir de la observación de que tanto la democracia social como el socialismo contienen el término «social»1. Este término sugiere normalmente un compromiso con el bienestar de toda la sociedad, más que con los estrechos intereses de elites particulares. En las versiones más radicales se confronta la «propiedad social» con la «propiedad privada»; pero en la práctica aquélla se ha reducido habitualmente a la propiedad estatal, por lo que el concepto de «propiedad social» acaba resultando de poca ayuda para el trabajo analítico. Argumentaré que lo «social» puede indicar un conjunto de principios y visiones que diferencian al socialismo tanto del proyecto capitalista como de lo que se puede llamar una respuesta puramente estatista al capitalismo. Estos principios giran en torno a lo que llamaré «incremento del poder social». En la primera parte situaré el problema de repensar el socialismo en el seno de una agenda más amplia de teoría social emancipadora. En la segunda parte presentaré una crítica sinóptica del capitalismo, señalando los problemas para los que el socialismo pretende ser una solución. En la tercera parte exploraré el problema general de elaborar alternativas institucionales creíbles a las estructuras existentes de poder y privilegio. En ella concretaré la idea de «incremento del poder social» y explicaré qué podría significar un socialismo basado en ésta. En la cuarta parte propondré un conjunto de vías al poder social que abarcan los principios de un socialismo «social». La quinta parte pone fin al ensayo con un análisis del problema de la transformación (...)
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artículo de Erik Olin Wright
publicado en Marxismo crítico en abril de 2013
Durante casi todo el siglo XX, el socialismo constituyó la matriz ideológica central para imaginar alternativas al capitalismo y orientar las luchas anticapitalistas, aun si el establecimiento de un orden socialista no era un objetivo político inmediato. Pero si bien las disposiciones institucionales históricamente vinculadas al socialismo se consideran ahora incapaces de cumplir sus promesas, muchas de las críticas socialistas tradicionales del capitalismo parecen más apropiadas que nunca: la desigualdad, la polarización económica y la inseguridad en el empleo empeoran; corporaciones gigantes dominan los medios de comunicación y la producción cultural; la política es cada vez más sumisa hacia los grandes capitalistas y más insensible hacia los necesitados. La urgencia de una alternativa real al capitalismo es mayor que nunca.
Mi objetivo en este ensayo es proponer un marco para las eventuales alternativas al capitalismo a partir de la observación de que tanto la democracia social como el socialismo contienen el término «social»1. Este término sugiere normalmente un compromiso con el bienestar de toda la sociedad, más que con los estrechos intereses de elites particulares. En las versiones más radicales se confronta la «propiedad social» con la «propiedad privada»; pero en la práctica aquélla se ha reducido habitualmente a la propiedad estatal, por lo que el concepto de «propiedad social» acaba resultando de poca ayuda para el trabajo analítico. Argumentaré que lo «social» puede indicar un conjunto de principios y visiones que diferencian al socialismo tanto del proyecto capitalista como de lo que se puede llamar una respuesta puramente estatista al capitalismo. Estos principios giran en torno a lo que llamaré «incremento del poder social». En la primera parte situaré el problema de repensar el socialismo en el seno de una agenda más amplia de teoría social emancipadora. En la segunda parte presentaré una crítica sinóptica del capitalismo, señalando los problemas para los que el socialismo pretende ser una solución. En la tercera parte exploraré el problema general de elaborar alternativas institucionales creíbles a las estructuras existentes de poder y privilegio. En ella concretaré la idea de «incremento del poder social» y explicaré qué podría significar un socialismo basado en ésta. En la cuarta parte propondré un conjunto de vías al poder social que abarcan los principios de un socialismo «social». La quinta parte pone fin al ensayo con un análisis del problema de la transformación (...)
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