La noticia es una coña, por eso va a taberna, para echarse unas risas:
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El nuevo-nuevo-feminismo -el que habla de una “cuarta mujer” que nace en respuesta a la “tercera mujer” planteada por el feminismo de “tercera ola” vigente en los noventa, y que nace como respuesta al feminismo de “segunda ola” surgido durante los sesenta y que no era más que una actualización del feminismo de principios de siglo- está ya completamente desorientado sobre si está bien o mal que una mujer se arrodille ante un hombre para practicarle una felación, según han informado diversas fuentes.
Según teóricas cercanas a este nuevo-nuevo-feminismo, diversos grupos de estudiosos y estudiosas de esta corriente ideológica intentarán responder ante esta angustiante duda en el congreso “I Congreso Nuevo-nuevo-feminismo, la cuarta ola, ¿qué hacer ante una polla?” que se celebrará en Asturias la semana próxima.
“Con el feminismo surgió un modelo de mujer que luchaba por ser igual al hombre en todos los aspectos posibles y por vencer al yugo del patriarcado”, explica la experta Sonia Nargüelles, autora de varios artículos sobre esta cuarta ola del feminismo.
“El nuevo feminismo nació como respuesta a ese primer feminismo excesivamente simplista, postulando una mujer segura de sí misma y autónoma pero que sí podía exhibir orgullosa sus atributos femeninos y disfrutar de su cuerpo y de su sexo. Y ahora ha surgido un nuevo-nuevo-feminismo que nace en respuesta a este último y que, sinceramente, ya no sabe muy bien cómo enfrentarse al tema de comer pollas”, explica la filósofa.
“Y para eso vamos a celebrar este congreso, para salir de dudas”, ha aclarado en referencia al simposio.
Según la filósofa, las sucesivas corrientes feministas que matizan las anteriores han llevado a una encrucijada ideológica “en la que ya no sabemos qué hacer ante un pene tieso: si hay que agarrarlo con las dos manos mostrando orgullo o darle un puñetazo mostrando orgullo”.
“Lo que tenemos claro es que nadie tiene que decirnos lo que tenemos que hacer, eso sí que lo tenemos claro”, ha aclarado a los periodistas la autora de “Überuterus contra el patriarcado” (Gedesa 2011).
“También parece evidente que no hay que depilarse, esto sí que toda la literatura lo confirma”, ha añadido la filósofa para concluir. “Claro que quizá habría que matizarlo si se da el caso de que una mujer quiere realmente depilarse mostrando orgullo”.
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El nuevo-nuevo-feminismo -el que habla de una “cuarta mujer” que nace en respuesta a la “tercera mujer” planteada por el feminismo de “tercera ola” vigente en los noventa, y que nace como respuesta al feminismo de “segunda ola” surgido durante los sesenta y que no era más que una actualización del feminismo de principios de siglo- está ya completamente desorientado sobre si está bien o mal que una mujer se arrodille ante un hombre para practicarle una felación, según han informado diversas fuentes.
Según teóricas cercanas a este nuevo-nuevo-feminismo, diversos grupos de estudiosos y estudiosas de esta corriente ideológica intentarán responder ante esta angustiante duda en el congreso “I Congreso Nuevo-nuevo-feminismo, la cuarta ola, ¿qué hacer ante una polla?” que se celebrará en Asturias la semana próxima.
“Con el feminismo surgió un modelo de mujer que luchaba por ser igual al hombre en todos los aspectos posibles y por vencer al yugo del patriarcado”, explica la experta Sonia Nargüelles, autora de varios artículos sobre esta cuarta ola del feminismo.
“El nuevo feminismo nació como respuesta a ese primer feminismo excesivamente simplista, postulando una mujer segura de sí misma y autónoma pero que sí podía exhibir orgullosa sus atributos femeninos y disfrutar de su cuerpo y de su sexo. Y ahora ha surgido un nuevo-nuevo-feminismo que nace en respuesta a este último y que, sinceramente, ya no sabe muy bien cómo enfrentarse al tema de comer pollas”, explica la filósofa.
“Y para eso vamos a celebrar este congreso, para salir de dudas”, ha aclarado en referencia al simposio.
Según la filósofa, las sucesivas corrientes feministas que matizan las anteriores han llevado a una encrucijada ideológica “en la que ya no sabemos qué hacer ante un pene tieso: si hay que agarrarlo con las dos manos mostrando orgullo o darle un puñetazo mostrando orgullo”.
“Lo que tenemos claro es que nadie tiene que decirnos lo que tenemos que hacer, eso sí que lo tenemos claro”, ha aclarado a los periodistas la autora de “Überuterus contra el patriarcado” (Gedesa 2011).
“También parece evidente que no hay que depilarse, esto sí que toda la literatura lo confirma”, ha añadido la filósofa para concluir. “Claro que quizá habría que matizarlo si se da el caso de que una mujer quiere realmente depilarse mostrando orgullo”.