Así es.¿Insinúas que los militantes del antiguo destacamento de la UJC-Madrid no tienen vinculo con las masas?
A lo que se ve, en base a los precedentes, y en base a las obvias limitaciones.¿En base a que?
Una cosa es que lo diga dicha organización sobre los ex-militantes UP, con cuyos miembros mantengo una sincera relación de camaradería, y otra cosa es lo que tenga que ver contigo, es decir poco o nada.El caso del camarada de la John Deere con lo que no tiene nada que ver, desde luego, es con lo que dice el comunicado oficial de tu organización, donde insinuaba que los miembros de UP no tienen vinculo de las masas. Me alegra que se destape, aunque sea a costa de un error tuyo.
Ni falta que hace. Tuviste tu oportunidad y ya dejaste muy clarito en qué consistía.Sobre mi trabajo con las masas, pues sinceramente voy a entrar poco.
Yo sólo diré que espero que hayas conseguido no estar aislado de la lucha de clases y desplegar, como se esperaba, una activísima actividad militante. Para todo lo demás, esto:En fin. La ignorancia es osada. Lo tienes tan fácil como acudir a los frentes en los que tu organización coincide o ha coincidido recientemente con los camaradas expulsados o dados de baja y preguntar por allí acerca de la intervención que tiene cada uno. Con una "encuesta" semejante, ya tendrías material de sobra para hacerte una idea de quién puede dar lecciones de intervención y vinculación revolucionaria entre las masas y quién no.
El problema real es el triunfo de una línea pequeñoburguesa basada en un sectarismo burocrático y reformista, por mucho que en documentos oficiales se revista con ropaje de "estrategia correcta por el socialismo sin etapas intermedias", tal y como denuncian de una u otra forma los comunicados de causa de baja o de nulidad de procesos de unidad. Ésa es la causa real de todos los conflictos que ha habido en los últimos meses y lo que parece eludirse sistemáticamente. Es decir, ahí está el contenido político de todos estos procesos, más allá de las acusaciones de "fracción maoísta", de "submarinos de Izquierda Unida" y demás excusas con las que se miente a la propia militancia para eludir toda autocrítica.
Efectivamente, el Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. El problema es cuando el Partido se depura POR PARTE DE los elementos oportunistas. Ahí el Partido no solo no se fortalece, sino que se descompone, por mucho que crezca cuantitativamente. El crecimiento cuantitativo no es algo ajeno a los partidos revisionistas, como atestigua con nítida claridad el caso del PCE de Carrillo. Porque lo que importa no es el número de militantes y afiliados. Lo que importa es el número de CUADROS que se FORMAN, así como el número de trabajadoras y trabajadores que esos cuadros lideran hacia la lucha de la clase obrera por el poder político, hacia la lucha por el socialismo. Ese nuevo poder obrero y popular no cae del cielo, sino que se debe ir creando sus gérmenes a través de la intervención revolucionaria concreta y práctica, para ir elevando los niveles de conciencia, de lucha y de organización, en los movimientos de masas de la clase obrera y otras capas populares. Para ello no basta con la combatividad en las luchas por mejoras de las condiciones de vida y de trabajo o de resistencia frente a su empeoramiento, sino que hay que partir de ellas y encauzarlas hacia demandas y formas de organización para el control POLÍTICO de las y los trabajadores sobre esas mismas condiciones de vida y de trabajo. Y eso lo puede hacer un Partido de cuadros revolucionarios dotados de formación ideológica y experiencia práctica de intervención entre las masas, no un simple círculo de propaganda.
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