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    “La ilusión del metacontrol imperial del caos (La mutación del sistema de intervención militar de los Estados Unidos)” - texto de Jorge Beinstein - enero de 2013 - Interesante

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Miér Mar 13, 2013 10:16 am

    “La ilusión del metacontrol imperial del caos”

    La mutación del sistema de intervención militar de los Estados Unidos

    texto de Jorge Beinstein

    Conferencia dictada en el Seminario “Nuestra América y Estados Unidos: desafíos del Siglo XXI”. Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central del Ecuador, Quito, 30 y 31 de Enero de 2013.

    “Las Ilusiones desesperadas generan vida en tus venas” - St. Vulestry

    “La gente cree que las soluciones provienen de su capacidad de estudiar sensatamente la realidad discernible. En realidad, el mundo ya no funciona así. Ahora somos un imperio y, cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras tú estás estudiando esa realidad, actuaremos de nuevo, creando otras realidades que también puedes estudiar. Somos los actores de la historia, y a vosotros, todos vosotros, sólo os queda estudiar lo que hacemos”. - Karl Rove, asesor de George W. Bush, verano de 2002 (1)

    Guerra y economía

    Conceptos tales como “keynesianismo militar” o “economía de la guerra permanente” constituyen buenos disparadores para entender el largo ciclo de prosperidad imperial de los Estados Unidos: su despegue hace algo más de siete décadas, su auge y el reciente ingreso a su etapa de agotamiento abriendo un proceso militarista-decadente actualmente en curso.

    En 1942 Michal Kelecki exponía el esquema básico de lo que posteriormente fue conocido como “keynesianismo militar”. Apoyándose en la experiencia de la economía militarizada de la Alemania nazi, el autor señalaba las resistencias de las burguesías de Europa y Estados Unidos a la aplicación de políticas estatales de pleno empleo basadas en incentivos directos al sector civil y su predisposición a favorecerlas cuando se orientaban hacia las actividades militares (2). Más adelante Kalecki ya en plena Guerra Fría describía las características decisivas de lo que calificaba como triángulo hegemónico del capitalismo norteamericano que combinaba la prosperidad interna con el militarismo descripto como convergencia entre gastos militares, manipulación mediática de la población y altos niveles de empleo (3).

    Esta línea de reflexión, a la que adhirieron entre otros Harry Magdoff, Paul Baran y Paul Sweezy, planteaba tanto el éxito a corto-mediano plazo de la estrategia de “Manteca + Cañones” (“Guns and Butter Economy”) que fortalecía al mismo tiempo la cohesión social interna de los Estados Unidos y su presencia militar global, como sus límites e inevitable agotamiento a largo plazo.

    Sweezy y Baran pronosticaban (acertadamente) hacia mediados de los años 1960 que uno de los límites decisivos de la reproducción del sistema provenía de la propia dinámica tecnológica del keynesianismo militar, pues la sofisticación técnica creciente del armamento tendía inevitablemente a aumentar la productividad del trabajo reduciendo sus efectos positivos sobre el empleo y finalmente la cada vez más costosa carrera armamentista tendría efectos nulos o incluso negativos sobre el nivel general de ocupación (4).

    Es lo que se hizo evidente desde fines de los años 1990, cuando se inició una nueva etapa de gastos militares ascendentes que continúa en la actualidad, marcando el fin de la era del keynesianismo militar. Ahora, el desarrollo en los Estados Unidos de la industria de armas y sus áreas asociadas incrementa el gasto público causando déficit fiscal y endeudamiento, sin contribuir a aumentar en términos netos el nivel general de empleo.

    En realidad, su peso financiero y su radicalización tecnológica contribuyen de manera decisiva a mantener altos niveles de desocupación y un crecimiento económico nacional anémico o negativo transformándose así en un catalizador que acelera, profundiza la crisis del Imperio (5).

    Por otra parte los primeros textos referidos a la llamada “economía de la guerra permanente” aparecieron en los Estados Unidos a comienzos de los años 1940. Se trataba de una visión simplificadora que, por lo general, subestimaba los ritmos y atajos concretos de la historia, pero que hoy resulta sumamente útil para comprender el desarrollo del militarismo en el muy largo plazo.

    Hacia 1944 Walter Oakes definía una nueva fase del capitalismo donde los gastos militares ocupaban una posición central; no se trataba de un hecho coyuntural impuesto por la Segunda Guerra Mundial en curso, sino de una transformación cualitativa integral del sistema cuya reproducción ampliada universal durante más de un siglo, había terminado por generar masas de excedentes de capital que no encontraban en las potencias centrales espacios de aplicación en la economía civil productora de bienes y servicios de consumo y producción.

    La experiencia de los años 1930, como lo demostraba Oakes, señalaba que ni las obras públicas del New Deal de Roosevelt en los Estados Unidos, ni la construcción de autopistas en Alemania nazi, habían conseguido una significativa recuperación de la economía y el empleo: solo la puesta en marcha de la economía de guerra, en Alemania primero y desde 1940 en los Estados Unidos, había logrado dichos objetivos (6).

    En el caso alemán la carrera armamentista terminó con una derrota catastrófica, en el caso norteamericano la victoria no llevó a la reducción del sistema militar-industrial sino a su expansión.

    Al reducirse los efectos de la guerra, la economía de los Estados Unidos comenzó a enfriarse y el peligro de recesión asomó su rostro, pero el inicio de la guerra fría y luego la guerra de Corea (1950) alejaron al fantasma abriendo un nuevo ciclo de gastos militares. En octubre de 1949 el profesor de la Universidad de Harvard Summer Slichter, de gran prestigio en ese momento, señalaba ante una convención de banqueros: “[La Guerra Fría] incrementa la demanda de bienes, ayuda a mantener un alto nivel de empleo, acelera el progreso tecnológico, todo lo cual mejora el nivel de vida en nuestro país… en consecuencia nosotros deberíamos agradecer a los rusos por su contribución para que el capitalismo funcione mejor que nunca en los Estados Unidos”. Hacia 1954 aparecía la siguiente afirmación en la revista U.S. News & World Report: “¿Qué significa para el mundo de los negocios la Bomba H?: un largo período de grandes ventas que se incrementarán en los próximos años. Podríamos concluir con esta afirmación: la bomba H ha arrojado a la recesión por la ventana” (7).

    Como lo señalaba a comienzos de los años 1950 T. N. Vance, uno los teóricos de la “economía de la guerra permanente”, los Estados Unidos habían ingresado en una sucesión de guerras que definían de manera irreversible las grandes orientaciones de la sociedad, después de la guerra de Corea solo cabía esperar nuevas guerras [8].

    En su texto fundacional de la teoría, Walter Oakes realizaba dos pronósticos decisivos: la inevitablidad de una tercera guerra mundial que ubicaba hacia 1960 y el empobrecimiento de los trabajadores norteamericanos desde fines de los años 1940, provocada por la dinámica de concentración de ingresos motorizada por el complejo militar-industrial (9).

    Podemos en principio considerar desacertados a dichos pronósticos. No se produjo la tercera guerra mundial aunque se consolidó la Guerra Fría, que mantuvo la ola militarista durante más de cuatro décadas, atravesada por dos grandes guerras regionales (Corea y Vietnam) y una densa serie de pequeñas y medianas intervenciones imperiales directas e indirectas. Cuando se esfumó la Guerra Fría, luego de un breve intermedio en los años 1990 la guerra universal del Imperio prosiguió contra nuevos “enemigos” que justificaban su desarrollo (“guerras humanitarias”, “guerra global contra el terrorismo”, etcétera): la oferta de servicios militares, el “aparato militarista” y las áreas asociadas al mismo creaban, inventaban, su propia demanda.

    Artículo Completo:

    son 13 páginas de buen formato pdf que se pueden descargar desde el link:

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    Mensaje por pedrocasca Vie Jul 26, 2013 12:24 pm

    En el Foro hay al menos cuatro textos de Jorge Beinstein que se localizan con el uso del buen Buscador del Foro o con Google.

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