Andreu Nin estalinista
texto de Artur Cussó (fundador del Partit Català Proletari i del PSUC)
publicado en catalán en Diario Octubre el 12 de agosto de 2013 - tomado del otro Foro comunista
Después de que el pasado 17 de junio los antes pro-soviéticos PCC y PSUCviu de la mano de las formaciones trotskistas Lucha Internacionalista, Revolta Global y En Lucha, llevaron al Parlamento de Cataluña la figura de Andreu Nin para rendirle "un merecido homenaje", ya se puede decir que este ha sido elevado al panteón de las figuras incontrovertiblemente de izquierdas, mejor dicho indiscutiblemente de izquierdas. Modelo a seguir por las personas progresistas y los revolucionarios de Cataluña y poder del mundo entero.
Después de las intervenciones en el Parlamento de un representante de ERC, uno del PSC, otro de ICV / EUiA, uno de la CUP, además de los sindicatos CCOO y UGT, el historiador Pelai Pagès y la presidenta del Parlamento de Nuria de Gispert (de CIU), a todos aquellos que defendemos una otro proyecto histórico (con luces y sombras como toda historia rica en el tiempo) nos ha quedado claro que somos unos "estalos" retrógrados que debemos renegar con arrepentimiento y vergüenza de militar en unas ideas y defender una cierta parte de la historia del movimiento obrero internacional.
Como "estalinistas" impenitentes debemos renegar de nuestros ideales y creencias y aceptar como verdad revelada la nueva versión de los hechos. No aquella que parte de la Guerra Fría -¡qué mal pensados y "estalos" que sois los "estalos"!- sino de la más profunda convicción en "los valores democráticos del socialismo", el "respeto" a las "opiniones contrarias"... y la serie de lugares comunes de los que practican el cretinismo parlamentario.
Pero ante todo habría que hacer una aclaración sobre el calificativo "estalinista", que se ha convertido en una especie de etiqueta amorfa donde se puede colgar de todo. Una acusación política y de carácter social donde se puede incluir desde la normativa de una piscina municipal (¡Que "estalos" manejan con chanclas por la piscina!), hasta el debate dentro de una asamblea "chupi-guay" de un espacio social autogestionado (-Ecs, ¡Qué pedazo de "estalo"! ¡Quiere que votemos!). Para los más finos e intelectualoides, esta etiqueta tan estrujada queda reducida a la palabra "totalitario" (cuánto daño ha hecho Hanna Arendt) o en la versión "anarco-libre individualidad" como "autoritario" (otra palabra fetiche para definir a los enemigos ideológicos reales o hipotéticos).
Pero bueno, como decíamos, Andreu Nin se ha transformado en una figura simbólica de tal magnitud que cuestionársela no sólo es casi tabú, sino que a la larga, y el acto del Parlamento podría ser la primera piedra en esta meta, constitutivo de un delito a la manera de las leyes anti-negacionistas de Alemania o las anti-comunistas de Polonia. La figura histórica de Andreu Nin se ha convertido en algo tan épico que es el mártir de las izquierdas y, por encima de cualquier otra consideración, un ejemplo de cómo actúa el "sectarismo intolerante de los extremismos políticos" .
En su honor se le han dedicado bibliotecas, plazas, calles e institutos... realmente se puede decir que Andreu Nin es todo un revolucionario del sistema, un icono institucionalizado y asumido como el símbolo de "lo que no tiene que volverse a repetir" (¿Se refieren a la instauración del socialismo de manera efectiva en tres cuartas partes del mundo?... ¿Qué insinúas? ¡A callar "estalo"!).
El transfuguismo de Nin o travestismo político del que hizo gala a lo largo de su meteórica vida política (meteórica entendida como aquellos asteroides que surcan el espacio sin rumbo y terminan chocando contra una masa de superficie superior, de la cual acaban desmenuzados en muchos pequeños trocitos), es fruto no ya de una "de las figuras más destacadas del campo marxista catalán" sino del ego más grande que haya podido pisar nunca estas tierras. Nin sólo fue fiel a alguien y este fue el mismo Nin.
Primero militó en el nacionalismo ramplón de Unión Federal Nacionalista Republicana, después al PSOE (interesante deriva del nacionalismo no rupturista al centralismo madrileño), para pasar después al anarcosindicalismo (¡se hizo anti-autoritario y anti-estatal después de haber militado en el PSOE!), lo intenta en el PCE (vuelve a un partido de obediencia estatal), después en el BOC (expulsado del PCE donde había aspirado a la Secretaría General, ¡todo modestia en él!), después en Izquierda Comunista (otro grupúsculo como el BOC), de donde es expulsado y vuelve de nuevo al BOC para fundar el POUM. ¡Toda una carrera! ¡No está mal!
En medio un dato curioso y es que estuvo como delegado en Moscú de la Internacional Sindical Roja de 1921 a 1930 años del "terror estalinista" (de hecho la lucha del Estado soviético con Stalin al frente para evitar los complots involucionistas como bien explica Domenico Losurdo), llegando a ser un alto cargo de la burocracia soviética, después se convierte en Secretario de la ISR en 1926. Como alto miembro del aparato soviético durante esos años (y por tanto estalinista en sentido estricto, según la historiografía anti-comunista al uso), participó de los debates en contra de la oposición trotskista ratificando, como por otro lado hacían todos los altos cuadros de la Internacional Comunista, la condena y expulsión del PCR (b) de los oposicionistas de izquierda, con el mismo Trotsky a la cabeza.
Es decir que el señor Nin estuvo de acuerdo con la depuración de Trotsky y los elementos de la plataforma opositora que éste había montado para disputarle el Partido a Stalin. De esta manera Nin, posteriormente mártir del estalinismo, participó de las "depuraciones" estalinistas cuando ocupaba la silla en Moscú en la segunda mitad de los años 20. ¡Toda una lección magistral de la catadura política y moral de este personaje! Su capacidad para buscar sólo la situación más favorable a sus intereses personales, su falta de escrúpulos y su oportunismo político lo harían ser candidato a "estalo"-maquiavélico" por cualquiera de sus corifeos actuales.
Seguimos haciendo recuento. El POUM firmó dos veces el acuerdo de apoyo al Frente Popular, pero una vez expulsado Nin como Consejero de Justicia, pasó a pedir la aniquilación de la República (y esto no en tiempos parlamentarios pacíficos sino en medio de la lucha anti-fascista). A partir de que Nin deja de ser Consejero, la República pasa de ser el embrión soviético y revolucionario a convertirse en una República burguesa equiparable al fascismo del otro lado de la barricada. Así operaban los dirigentes del POUM en sus análisis y ésta es la versión que defienden sus admiradores actualmente.
¿De verdad un simple cambio institucional puede tener la repercusión histórica que le han querido dar los defensores de la "Revolución" del 36 por anatemizar los defensores de la opción de ganar primero la "Guerra"?. ¿No se trataba de acabar con el fascismo en los dos casos?. Para los poumistas y sus defensores posteriores resulta que la cosa no iba bien así. De esta manera ha pasado a categoría de hecho de trascendencia histórica (la destitución de Nin como Consejero) algo que sólo esconde un tacticismo institucional que después ha pasado a ser embellecido con una retórica izquierdistas del todo justificatoria. Para ello ha sido necesaria la connivencia entre el mundo universitario (Pelai Pagés y otros) con la esfera institucional (Parlamento de Cataluña, Diputación de Barcelona, sindicatos mayoritarios, partidos políticos...). Demasiada ayuda para una verdad supuestamente evidente, ¿verdad?
La propaganda anti-republicana del POUM continuaría hasta Mayo del 37 (por cierto si tan controlada estaba la Cataluña republicana por los "estalos", ¿por qué el POUM no fue ilegalizado hasta después del golpe del 37?. ¿Cómo es que "La Batalla" podía salir regularmente a la calle hasta esa fecha?. Más inquietante aún como es que el mismo Mayo del 37 se atribuye a los "estalos" cuando la orden de asalto la dio Artemio Aiguader de ERC y Consejero de Seguridad Interior?. Misterios del mito Nin-POUM...
Como Consejero de Justicia de la Generalitat Republicana, supo adaptarse a los nuevos tiempos y una vez pasado el "veranillo" anarquista (dos meses y pico les duró el control del poder a los anarquistas, a través del Comité de Milicias Antifascistas) ayudó a las autoridades de la Generalidad a restablecer el orden republicano. (¿Cómo? ¿Pero no era el PSUC aquel que traicionó la Revolución?).
Pues sí, allí estaba nuestro intrépido hombre, acompañando a Josep Tarradellas en Lleida un 30 de septiembre de 1936 para acabar con el "vacío de poder" que eran los organismos revolucionarios de las Juntas Locales del Comité de Milicias, controladas por pobres militantes de base de la CNT y el POUM que no habían entendido que lo de la revolución era cosa de "dirigentes" como ellos, sobre todo de Nin: teórico, militante y revolucionario ejemplar.
Ahí está como Consejero de Justicia decretando la legalización de los Tribunales Populares, pero una vez expulsado del Govern, apoyando la actuación de las Patrullas de Control hasta que éstas se les "escaparon de las manos" en Fatarella.
En fin, un muestrario de incongruencias con el único referente a seguir en el "candelero" político del momento al coste que fuera, de un personaje que francamente no habría pasado a la posteridad de la manera que lo hizo si no hubiera sido encumbrado de la manera que lo ha sido por objetivos del todo espurios. ¡Pero si incluso se le ha querido hacer pasar por teórico del nacionalismo cuando sólo hizo que vulgarizar las tesis expuestas sobre el tema por Lenin y Stalin!.
En fin, que hace gracia ver cómo los antes enemigos históricos y hasta hace dos días políticos (no son los del PCC y el PSUCviu de EUiA que formó parte del tripartito, ¿no son socios de ICV que tuvo como Consejero de Interior Saura?) ahora se unen para rendir homenaje a la "insigne" figura del "revolucionario" Andreu Nin. ¡Cualquier combinación es buena mientras lleve agua al molino del anti-comunismo!.
Sólo nos queda implorar mirando al cielo ¡Ay Stalin!. ¿Por qué siempre te llevaste los más chapuceros? ¿No podrías haberte cargado a Joan Comorera, a Antoni Sesé o a mí mismo? Quizás de esta manera ahora tendríamos nombres en plazas, calles, institutos públicos y bibliotecas, nos editarían libros y más libros, nos harían loas y alabanzas continuas... ¿Quién sabe si incluso una Cruz de San Jorge con carácter póstumo?. ¿O no?
texto de Artur Cussó (fundador del Partit Català Proletari i del PSUC)
publicado en catalán en Diario Octubre el 12 de agosto de 2013 - tomado del otro Foro comunista
Después de que el pasado 17 de junio los antes pro-soviéticos PCC y PSUCviu de la mano de las formaciones trotskistas Lucha Internacionalista, Revolta Global y En Lucha, llevaron al Parlamento de Cataluña la figura de Andreu Nin para rendirle "un merecido homenaje", ya se puede decir que este ha sido elevado al panteón de las figuras incontrovertiblemente de izquierdas, mejor dicho indiscutiblemente de izquierdas. Modelo a seguir por las personas progresistas y los revolucionarios de Cataluña y poder del mundo entero.
Después de las intervenciones en el Parlamento de un representante de ERC, uno del PSC, otro de ICV / EUiA, uno de la CUP, además de los sindicatos CCOO y UGT, el historiador Pelai Pagès y la presidenta del Parlamento de Nuria de Gispert (de CIU), a todos aquellos que defendemos una otro proyecto histórico (con luces y sombras como toda historia rica en el tiempo) nos ha quedado claro que somos unos "estalos" retrógrados que debemos renegar con arrepentimiento y vergüenza de militar en unas ideas y defender una cierta parte de la historia del movimiento obrero internacional.
Como "estalinistas" impenitentes debemos renegar de nuestros ideales y creencias y aceptar como verdad revelada la nueva versión de los hechos. No aquella que parte de la Guerra Fría -¡qué mal pensados y "estalos" que sois los "estalos"!- sino de la más profunda convicción en "los valores democráticos del socialismo", el "respeto" a las "opiniones contrarias"... y la serie de lugares comunes de los que practican el cretinismo parlamentario.
Pero ante todo habría que hacer una aclaración sobre el calificativo "estalinista", que se ha convertido en una especie de etiqueta amorfa donde se puede colgar de todo. Una acusación política y de carácter social donde se puede incluir desde la normativa de una piscina municipal (¡Que "estalos" manejan con chanclas por la piscina!), hasta el debate dentro de una asamblea "chupi-guay" de un espacio social autogestionado (-Ecs, ¡Qué pedazo de "estalo"! ¡Quiere que votemos!). Para los más finos e intelectualoides, esta etiqueta tan estrujada queda reducida a la palabra "totalitario" (cuánto daño ha hecho Hanna Arendt) o en la versión "anarco-libre individualidad" como "autoritario" (otra palabra fetiche para definir a los enemigos ideológicos reales o hipotéticos).
Pero bueno, como decíamos, Andreu Nin se ha transformado en una figura simbólica de tal magnitud que cuestionársela no sólo es casi tabú, sino que a la larga, y el acto del Parlamento podría ser la primera piedra en esta meta, constitutivo de un delito a la manera de las leyes anti-negacionistas de Alemania o las anti-comunistas de Polonia. La figura histórica de Andreu Nin se ha convertido en algo tan épico que es el mártir de las izquierdas y, por encima de cualquier otra consideración, un ejemplo de cómo actúa el "sectarismo intolerante de los extremismos políticos" .
En su honor se le han dedicado bibliotecas, plazas, calles e institutos... realmente se puede decir que Andreu Nin es todo un revolucionario del sistema, un icono institucionalizado y asumido como el símbolo de "lo que no tiene que volverse a repetir" (¿Se refieren a la instauración del socialismo de manera efectiva en tres cuartas partes del mundo?... ¿Qué insinúas? ¡A callar "estalo"!).
El transfuguismo de Nin o travestismo político del que hizo gala a lo largo de su meteórica vida política (meteórica entendida como aquellos asteroides que surcan el espacio sin rumbo y terminan chocando contra una masa de superficie superior, de la cual acaban desmenuzados en muchos pequeños trocitos), es fruto no ya de una "de las figuras más destacadas del campo marxista catalán" sino del ego más grande que haya podido pisar nunca estas tierras. Nin sólo fue fiel a alguien y este fue el mismo Nin.
Primero militó en el nacionalismo ramplón de Unión Federal Nacionalista Republicana, después al PSOE (interesante deriva del nacionalismo no rupturista al centralismo madrileño), para pasar después al anarcosindicalismo (¡se hizo anti-autoritario y anti-estatal después de haber militado en el PSOE!), lo intenta en el PCE (vuelve a un partido de obediencia estatal), después en el BOC (expulsado del PCE donde había aspirado a la Secretaría General, ¡todo modestia en él!), después en Izquierda Comunista (otro grupúsculo como el BOC), de donde es expulsado y vuelve de nuevo al BOC para fundar el POUM. ¡Toda una carrera! ¡No está mal!
En medio un dato curioso y es que estuvo como delegado en Moscú de la Internacional Sindical Roja de 1921 a 1930 años del "terror estalinista" (de hecho la lucha del Estado soviético con Stalin al frente para evitar los complots involucionistas como bien explica Domenico Losurdo), llegando a ser un alto cargo de la burocracia soviética, después se convierte en Secretario de la ISR en 1926. Como alto miembro del aparato soviético durante esos años (y por tanto estalinista en sentido estricto, según la historiografía anti-comunista al uso), participó de los debates en contra de la oposición trotskista ratificando, como por otro lado hacían todos los altos cuadros de la Internacional Comunista, la condena y expulsión del PCR (b) de los oposicionistas de izquierda, con el mismo Trotsky a la cabeza.
Es decir que el señor Nin estuvo de acuerdo con la depuración de Trotsky y los elementos de la plataforma opositora que éste había montado para disputarle el Partido a Stalin. De esta manera Nin, posteriormente mártir del estalinismo, participó de las "depuraciones" estalinistas cuando ocupaba la silla en Moscú en la segunda mitad de los años 20. ¡Toda una lección magistral de la catadura política y moral de este personaje! Su capacidad para buscar sólo la situación más favorable a sus intereses personales, su falta de escrúpulos y su oportunismo político lo harían ser candidato a "estalo"-maquiavélico" por cualquiera de sus corifeos actuales.
Seguimos haciendo recuento. El POUM firmó dos veces el acuerdo de apoyo al Frente Popular, pero una vez expulsado Nin como Consejero de Justicia, pasó a pedir la aniquilación de la República (y esto no en tiempos parlamentarios pacíficos sino en medio de la lucha anti-fascista). A partir de que Nin deja de ser Consejero, la República pasa de ser el embrión soviético y revolucionario a convertirse en una República burguesa equiparable al fascismo del otro lado de la barricada. Así operaban los dirigentes del POUM en sus análisis y ésta es la versión que defienden sus admiradores actualmente.
¿De verdad un simple cambio institucional puede tener la repercusión histórica que le han querido dar los defensores de la "Revolución" del 36 por anatemizar los defensores de la opción de ganar primero la "Guerra"?. ¿No se trataba de acabar con el fascismo en los dos casos?. Para los poumistas y sus defensores posteriores resulta que la cosa no iba bien así. De esta manera ha pasado a categoría de hecho de trascendencia histórica (la destitución de Nin como Consejero) algo que sólo esconde un tacticismo institucional que después ha pasado a ser embellecido con una retórica izquierdistas del todo justificatoria. Para ello ha sido necesaria la connivencia entre el mundo universitario (Pelai Pagés y otros) con la esfera institucional (Parlamento de Cataluña, Diputación de Barcelona, sindicatos mayoritarios, partidos políticos...). Demasiada ayuda para una verdad supuestamente evidente, ¿verdad?
La propaganda anti-republicana del POUM continuaría hasta Mayo del 37 (por cierto si tan controlada estaba la Cataluña republicana por los "estalos", ¿por qué el POUM no fue ilegalizado hasta después del golpe del 37?. ¿Cómo es que "La Batalla" podía salir regularmente a la calle hasta esa fecha?. Más inquietante aún como es que el mismo Mayo del 37 se atribuye a los "estalos" cuando la orden de asalto la dio Artemio Aiguader de ERC y Consejero de Seguridad Interior?. Misterios del mito Nin-POUM...
Como Consejero de Justicia de la Generalitat Republicana, supo adaptarse a los nuevos tiempos y una vez pasado el "veranillo" anarquista (dos meses y pico les duró el control del poder a los anarquistas, a través del Comité de Milicias Antifascistas) ayudó a las autoridades de la Generalidad a restablecer el orden republicano. (¿Cómo? ¿Pero no era el PSUC aquel que traicionó la Revolución?).
Pues sí, allí estaba nuestro intrépido hombre, acompañando a Josep Tarradellas en Lleida un 30 de septiembre de 1936 para acabar con el "vacío de poder" que eran los organismos revolucionarios de las Juntas Locales del Comité de Milicias, controladas por pobres militantes de base de la CNT y el POUM que no habían entendido que lo de la revolución era cosa de "dirigentes" como ellos, sobre todo de Nin: teórico, militante y revolucionario ejemplar.
Ahí está como Consejero de Justicia decretando la legalización de los Tribunales Populares, pero una vez expulsado del Govern, apoyando la actuación de las Patrullas de Control hasta que éstas se les "escaparon de las manos" en Fatarella.
En fin, un muestrario de incongruencias con el único referente a seguir en el "candelero" político del momento al coste que fuera, de un personaje que francamente no habría pasado a la posteridad de la manera que lo hizo si no hubiera sido encumbrado de la manera que lo ha sido por objetivos del todo espurios. ¡Pero si incluso se le ha querido hacer pasar por teórico del nacionalismo cuando sólo hizo que vulgarizar las tesis expuestas sobre el tema por Lenin y Stalin!.
En fin, que hace gracia ver cómo los antes enemigos históricos y hasta hace dos días políticos (no son los del PCC y el PSUCviu de EUiA que formó parte del tripartito, ¿no son socios de ICV que tuvo como Consejero de Interior Saura?) ahora se unen para rendir homenaje a la "insigne" figura del "revolucionario" Andreu Nin. ¡Cualquier combinación es buena mientras lleve agua al molino del anti-comunismo!.
Sólo nos queda implorar mirando al cielo ¡Ay Stalin!. ¿Por qué siempre te llevaste los más chapuceros? ¿No podrías haberte cargado a Joan Comorera, a Antoni Sesé o a mí mismo? Quizás de esta manera ahora tendríamos nombres en plazas, calles, institutos públicos y bibliotecas, nos editarían libros y más libros, nos harían loas y alabanzas continuas... ¿Quién sabe si incluso una Cruz de San Jorge con carácter póstumo?. ¿O no?
Última edición por pedrocasca el Mar Ago 13, 2013 10:50 pm, editado 1 vez