por Platon Sáb Oct 12, 2013 4:38 am
Para que el estado socialista garantice "los derechos y la dignidad de los trabajadores" éste debe estar en contacto directo con las masas. En contacto, no sólo con la vanguardia -aglutinada en el Partido-, sino, también, con las masas sin partido -aglutinadas en los sindicatos, comités de fabricas y demás organizaciones de base. La revolución no la hacen sólo las masas afiliadas al Partido, creer esto y actuar en consecuencia sería cometer un suicidio político. En la revolución y en la posterior construcción del socialismo las masas sin partido cumplen un rol fundamental. Es por eso que no se puede simplemente decretar la disolución de los sindicatos y demás organizaciones de base.
"El mayor peligro -dice Trotski- consiste en la burocratización del aparato del Partido. Eso también es falso. El peligro no consiste en eso, sino en la posibilidad de que el Partido se aísle efectivamente de las masas sin-partido. Podéis tener un partido con un aparato democráticamente estructurado, pero si no está ligado a la clase obrera, esa democracia será vana, no valdrá nada. El Partido existe para la clase. Y mientras esté ligado a la clase, mientras tenga contacto con ella, mientras goce de prestigio y sea apreciado por las masas sin-partido, podrá existir y desarrollarse incluso con defectos burocráticos. Si no se dan todas estas condiciones, podéis organizar el Partido como queráis, burocrática o democráticamente: el Partido perecerá, sin ningún género de dudas. El Partido es parte de la clase, existe para la clase, y no para sí mismo. " (Stalin: "Resumen de la discusión".)
Las negritas son mías.