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Estimados señores,
Escribo estas líneas para dejar clara mi postura. No pretendo hablar aquí en nombre de todos los trabajadores ni mucho menos, pero créanme cuando les digo que muchos de ellos suscribirán estas palabras.
En primer lugar, no les estoy agradecido por trabajar en su empresa. Eso significaría darles a ustedes algún tipo de mérito, que dudo mucho que se hayan ganado. Si trabajo en su empresa es porque yo lo valgo, no porque ustedes sean gratos conmigo. La mayoría de ustedes han despedido, han trampeado, han abusado y exigido por encima de nuestras posibilidades, y no contentos con ello, ¿aun se creen con la osadía de pretender que nosotros les agradezcamos algo?
Les recuerdo que trabajar es un derecho, no un lujo.
Miren, yo soy trabajador y soy honrado, cosa que ningún empresario puede decir, porque ustedes roban, mienten y explotan. Y eso me repugna. Me repugna ver día tras día cómo el dinero está mejor valorado que las personas. Y esto lo han fomentado ustedes. Ustedes, no se merecen ningún tipo de alabanza o respeto, ustedes practican el cinismo abiertamente y no tienen ninguna consideración con las personas.
Yo puedo decir con la cabeza bien alta que soy digno y consecuente. Si ustedes van por el mundo con la cabeza alta porque se enorgullecen de la hipocresía y la desfachatez que practican, significa entonces que ustedes son directamente monstruos de la especie humana. Y es por ello que no tengo ningún tipo de problema en decirles a ustedes, señores empresarios, que se metan la competitividad por el culo.
Yo no creo en la competitividad, porque no creo en la idea de defender una empresa que roba y explota a sus empleados, a costa de quitarles el trabajo a los empleados de otras empresas competidoras.
Yo creo en la cooperación, en que la unidad hace la fuerza. Y la competitividad no es ni la mejor forma de trabajar ni la única, de hecho, es muy probable que sea la peor de todas.
Y aprovecho la ocasión para comunicarles que la productividad, al igual que la competitividad, también se la pueden meter por el culo. Verán, desde que se inventaron las máquinas allá por el siglo XIX, el aumento de la productividad que éstas originaron y siguen originando, nunca se ha traducido en permitir a los trabajadores la reducción de su jornada laboral. Ustedes modernizan los medios de producción y con ello mejoran la productividad, pero pretenden que sigamos trabajando las mismas horas, y con la excusa de que somos poco productivos, y habiendo millones de personas sin trabajo (gracias a ustedes), nos han logrado someter para que aceptemos las más aberrantes condiciones laborales: trabajar a destajo, no cobrar horas extras, renunciar al Estatuto del Trabajador y a los Convenios Colectivos, realizar actividades peligrosas, asumir la bajada de salarios y nuestro propio empobrecimiento, etc.
Pero sepan ustedes, que con el nivel tecnológico y productivo presente, los trabajadores deberíamos trabajar como máximo 4 horas al día. Con ello se repartiría el trabajo y bastaría para que ustedes pudiesen obtener cuantiosas plusvalías y beneficios. Pero ustedes no se conforman con eso, necesitan cada vez más beneficios, más márgenes, más poder. ¿Que pasa, tenemos cara de idiotas?, ¿es eso lo que ustedes consideran que somos y por ello nos tratan así?
Va quedando en evidencia cuál es su forma de justificarlo todo: los trabajadores somos pobres, no porque ustedes nos exploten, no, ustedes son los genios del progreso. Los trabajadores somos pobres porque debemos ser tontos, ¿no es así? Pues se equivocan. Nosotros no vamos a aceptar este maltrato ingrato.
Son ustedes las personas más sinvergüenzas del planeta, y supongo que por ello han hecho un sistema a su imagen y semejanza, donde reina la miseria, el hambre, la pobreza, la ignorancia, la injusticia, la enfermedad, la mediocridad, y un largo etc. Todas ellas evitables, pero claro, de bien seguro que evitándolas no ganarían ustedes tanto dinero.
Sabemos que si son ustedes tan ricos, es solo gracias a nuestra sangre y sudor.
Por tanto, ustedes son los verdaderos portadores de las fatalidades que sufrimos los trabajadores. Ustedes nos oprimen, nos engañan, nos enferman, nos expropian, nos roban, nos despiden, nos estresan, nos enfrentan, nos contaminan y nos agobian. Y para colmo pretenden convencernos de que todo es culpa nuestra.
De eso nada.
Triunfar en la vida para ustedes significa una cosa muy distinta de lo que significa para nosotros. Para ustedes, triunfar en la vida comporta ser déspota, pisar a los demás, tratar a las mujeres como se tratan a los objetos, no tener contemplaciones con las personas que se interponen en su camino, ser avariciosos y conquistar la codicia. Pero para nosotros, triunfar en la vida no significa convertirnos en personas de éxito, sino en personas de valor. En personas que puedan disfrutar realizando su trabajo, que tengan las necesidades básicas cubiertas, que no tengan que preocuparse de acceder a la sanidad, la educación y las pensiones, que puedan formar una familia, y compaginar ocio y descanso con su trabajo.
Concluyendo, esto es a lo que muchos aspiramos, pero ustedes nos cortan las alas. Ustedes no tienen este plan para nosotros. Ustedes quieren a una clase trabajadora totalmente esclavizada, presa del miedo, ignorante, indefensa, desunida, que acepte las órdenes y las condiciones de vida impuestas sin rechistar. Y toda esta mierda, también se la pueden meter por el culo. Es más, como no aprendan a mostrar un poco más de respeto y consideración por los trabajadores, se la meteremos por el culo nosotros mismos.
PD: Les sugiero que no nos sigan poniendo a prueba.
Escribo estas líneas para dejar clara mi postura. No pretendo hablar aquí en nombre de todos los trabajadores ni mucho menos, pero créanme cuando les digo que muchos de ellos suscribirán estas palabras.
En primer lugar, no les estoy agradecido por trabajar en su empresa. Eso significaría darles a ustedes algún tipo de mérito, que dudo mucho que se hayan ganado. Si trabajo en su empresa es porque yo lo valgo, no porque ustedes sean gratos conmigo. La mayoría de ustedes han despedido, han trampeado, han abusado y exigido por encima de nuestras posibilidades, y no contentos con ello, ¿aun se creen con la osadía de pretender que nosotros les agradezcamos algo?
Les recuerdo que trabajar es un derecho, no un lujo.
Miren, yo soy trabajador y soy honrado, cosa que ningún empresario puede decir, porque ustedes roban, mienten y explotan. Y eso me repugna. Me repugna ver día tras día cómo el dinero está mejor valorado que las personas. Y esto lo han fomentado ustedes. Ustedes, no se merecen ningún tipo de alabanza o respeto, ustedes practican el cinismo abiertamente y no tienen ninguna consideración con las personas.
Yo puedo decir con la cabeza bien alta que soy digno y consecuente. Si ustedes van por el mundo con la cabeza alta porque se enorgullecen de la hipocresía y la desfachatez que practican, significa entonces que ustedes son directamente monstruos de la especie humana. Y es por ello que no tengo ningún tipo de problema en decirles a ustedes, señores empresarios, que se metan la competitividad por el culo.
Yo no creo en la competitividad, porque no creo en la idea de defender una empresa que roba y explota a sus empleados, a costa de quitarles el trabajo a los empleados de otras empresas competidoras.
Yo creo en la cooperación, en que la unidad hace la fuerza. Y la competitividad no es ni la mejor forma de trabajar ni la única, de hecho, es muy probable que sea la peor de todas.
Y aprovecho la ocasión para comunicarles que la productividad, al igual que la competitividad, también se la pueden meter por el culo. Verán, desde que se inventaron las máquinas allá por el siglo XIX, el aumento de la productividad que éstas originaron y siguen originando, nunca se ha traducido en permitir a los trabajadores la reducción de su jornada laboral. Ustedes modernizan los medios de producción y con ello mejoran la productividad, pero pretenden que sigamos trabajando las mismas horas, y con la excusa de que somos poco productivos, y habiendo millones de personas sin trabajo (gracias a ustedes), nos han logrado someter para que aceptemos las más aberrantes condiciones laborales: trabajar a destajo, no cobrar horas extras, renunciar al Estatuto del Trabajador y a los Convenios Colectivos, realizar actividades peligrosas, asumir la bajada de salarios y nuestro propio empobrecimiento, etc.
Pero sepan ustedes, que con el nivel tecnológico y productivo presente, los trabajadores deberíamos trabajar como máximo 4 horas al día. Con ello se repartiría el trabajo y bastaría para que ustedes pudiesen obtener cuantiosas plusvalías y beneficios. Pero ustedes no se conforman con eso, necesitan cada vez más beneficios, más márgenes, más poder. ¿Que pasa, tenemos cara de idiotas?, ¿es eso lo que ustedes consideran que somos y por ello nos tratan así?
Va quedando en evidencia cuál es su forma de justificarlo todo: los trabajadores somos pobres, no porque ustedes nos exploten, no, ustedes son los genios del progreso. Los trabajadores somos pobres porque debemos ser tontos, ¿no es así? Pues se equivocan. Nosotros no vamos a aceptar este maltrato ingrato.
Son ustedes las personas más sinvergüenzas del planeta, y supongo que por ello han hecho un sistema a su imagen y semejanza, donde reina la miseria, el hambre, la pobreza, la ignorancia, la injusticia, la enfermedad, la mediocridad, y un largo etc. Todas ellas evitables, pero claro, de bien seguro que evitándolas no ganarían ustedes tanto dinero.
Sabemos que si son ustedes tan ricos, es solo gracias a nuestra sangre y sudor.
Por tanto, ustedes son los verdaderos portadores de las fatalidades que sufrimos los trabajadores. Ustedes nos oprimen, nos engañan, nos enferman, nos expropian, nos roban, nos despiden, nos estresan, nos enfrentan, nos contaminan y nos agobian. Y para colmo pretenden convencernos de que todo es culpa nuestra.
De eso nada.
Triunfar en la vida para ustedes significa una cosa muy distinta de lo que significa para nosotros. Para ustedes, triunfar en la vida comporta ser déspota, pisar a los demás, tratar a las mujeres como se tratan a los objetos, no tener contemplaciones con las personas que se interponen en su camino, ser avariciosos y conquistar la codicia. Pero para nosotros, triunfar en la vida no significa convertirnos en personas de éxito, sino en personas de valor. En personas que puedan disfrutar realizando su trabajo, que tengan las necesidades básicas cubiertas, que no tengan que preocuparse de acceder a la sanidad, la educación y las pensiones, que puedan formar una familia, y compaginar ocio y descanso con su trabajo.
Concluyendo, esto es a lo que muchos aspiramos, pero ustedes nos cortan las alas. Ustedes no tienen este plan para nosotros. Ustedes quieren a una clase trabajadora totalmente esclavizada, presa del miedo, ignorante, indefensa, desunida, que acepte las órdenes y las condiciones de vida impuestas sin rechistar. Y toda esta mierda, también se la pueden meter por el culo. Es más, como no aprendan a mostrar un poco más de respeto y consideración por los trabajadores, se la meteremos por el culo nosotros mismos.
PD: Les sugiero que no nos sigan poniendo a prueba.
