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![[GKB Bilbao 5 DICIEMBRE - Por la República] Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
Este jueves, 5 de diciembre, se celebrará en Bilbao una manifestación por la república. Gazte Komunisten Batasuna se ha sumado a ella y acudirá con sus símbolos.
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La monarquía reinstaurada por Franco en la figura de Juan Carlos de Borbón y Borbón se ha convertido en el centro sobre el que se ha construído toda la superestructura del Estado español. La propia Constitución Española establece que el Rey es el “símbolo de su unidad (la del Estado y de la propia nación española) y permanencia”. En efecto, la monarquía española es uno de los principales pilares del capitalismo monopolista español, del imperialismo ’Marca España’.
La monarquía constitucional que fue impuesta al pueblo durante la Transición aseguró el dominio del mismo capital financiero y de la burguesía oligarca y centralista que ostentaban el poder durante la Dictadura franquista, con la inefable colaboración del eurocomunismo y otros elementos traidores a la clase obrera.
Es patente la negación en su Carta Magna de derechos sociales y económicos fundamentales a través de la elevación del sistema de producción capitalista a deidad incuestionable. Esta misma burguesía parasitaria está llevando a cabo una campaña de acoso y derribo contra los derechos sociales y laborales a través de brutales recortes en servicios básicos como Bienestar Social, Educación y Sanidad. Además, bajo la forma actual del Estado español ha conseguido desarrollarse hasta llegar a ser hoy una más de las potencias imperialistas que aniquilan y expolian países enteros.
Tampoco podemos olvidar que la actual monarquía llegó al trono por medio del dictador y genocida Francisco Franco. Como heredero de su poder, también lo es de los cientos de miles de trabajadores y combatientes antifascistas asesinados, desaparecidos, torturados y exiliados que provocó su régimen. Y como Jefe de Estado en aquel entonces, también lo es del asesinato de 5 trabajadores vascos ocurridos el 3 de marzo de 1976, entre otros.
La misma Constitución que otorgo a la monarquía inviolabilidad e irresponsabilidad ante la Ley, dio continuidad a muchos aspectos de la Dictadura franquista, como la negación del derecho de autodeterminación para las naciones que conforman el actual Estado español -entre ellas las cuatro provincias de Hego Euskal Herria-, perpetuando además la violencia y opresión chovinistas contra la clase obrera de las mismas.
Está claro que detrás de la monarquía hay todo un sistema parasitario, corrupto, explotador y opresor para el pueblo. En este sentido, el capitalismo no responde a los intereses de los trabajadores y por consiguiente no puede solucionar los problemas actuales. El último de los borbones es la cabeza de un Estado en el que el capitalismo ha llegado a su última etapa, la imperialista, y donde la clase obrera tiene por delante la histórica tarea de emprender la revolución socialista que derroque el sistema e instaure un poder obrero que garantice un futuro para la mayoría, el socialismo y el comunismo.
En esa histórica tarea que tiene por delante la clase obrera del conjunto de España se sitúa como batalla a corto plazo la lucha por la República. Al contrario que ciertos republicanos de salón, los comunistas de GKB entendemos el republicanismo como algo concreto, material, y actuando de forma transversal sobre los problemas de las masas explotadas y de las naciones subyugadas. La República que ha de venir de la próxima revolución social en el Estado responderá a las necesidades de justicia social e instaurará un régimen verdaderamente democrático, donde los trabajadores sean quienes decidan sobre los aspectos económicos y políticos fundamentales. La futura República Española tendrá un marcado carácter antimonopolista y se pondrá en el lado opuesto de la Unión Europea, la OTAN y otras instituciones imperialistas. El control por parte de la clase obrera de todos los resortes de dicho Estado republicano no hará otra cosa que llevar al país hacia el socialismo y la correspondiente extinción de las clases parasitarias.
En esa República que propugnamos los marxistas leninistas de Euskal Herria, las naciones que componen el Estado español también tendrán un papel que jugar, pues una nación no puede ser libre si oprime a otra. Los comunistas defendemos el derecho de autodeterminación para las naciones oprimidas. Esto incluye, incluso, la separación del Estado del que forman parte. En efecto, bajo un régimen socialista las naciones serán libres para elegir su futuro. Pero el reconocimiento de este derecho no puede entenderse a la manera burguesa, al estilo PNV-CIU. La toma de su destino por parte de las naciones debe tener como sujeto principal a la clase obrera de dicha nación, a quien objetivamente no le interesa cambiar un capitalismo por otro, sino la construcción de su propio régimen socialista.
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La monarquía reinstaurada por Franco en la figura de Juan Carlos de Borbón y Borbón se ha convertido en el centro sobre el que se ha construído toda la superestructura del Estado español. La propia Constitución Española establece que el Rey es el “símbolo de su unidad (la del Estado y de la propia nación española) y permanencia”. En efecto, la monarquía española es uno de los principales pilares del capitalismo monopolista español, del imperialismo ’Marca España’.
La monarquía constitucional que fue impuesta al pueblo durante la Transición aseguró el dominio del mismo capital financiero y de la burguesía oligarca y centralista que ostentaban el poder durante la Dictadura franquista, con la inefable colaboración del eurocomunismo y otros elementos traidores a la clase obrera.
Es patente la negación en su Carta Magna de derechos sociales y económicos fundamentales a través de la elevación del sistema de producción capitalista a deidad incuestionable. Esta misma burguesía parasitaria está llevando a cabo una campaña de acoso y derribo contra los derechos sociales y laborales a través de brutales recortes en servicios básicos como Bienestar Social, Educación y Sanidad. Además, bajo la forma actual del Estado español ha conseguido desarrollarse hasta llegar a ser hoy una más de las potencias imperialistas que aniquilan y expolian países enteros.
Tampoco podemos olvidar que la actual monarquía llegó al trono por medio del dictador y genocida Francisco Franco. Como heredero de su poder, también lo es de los cientos de miles de trabajadores y combatientes antifascistas asesinados, desaparecidos, torturados y exiliados que provocó su régimen. Y como Jefe de Estado en aquel entonces, también lo es del asesinato de 5 trabajadores vascos ocurridos el 3 de marzo de 1976, entre otros.
La misma Constitución que otorgo a la monarquía inviolabilidad e irresponsabilidad ante la Ley, dio continuidad a muchos aspectos de la Dictadura franquista, como la negación del derecho de autodeterminación para las naciones que conforman el actual Estado español -entre ellas las cuatro provincias de Hego Euskal Herria-, perpetuando además la violencia y opresión chovinistas contra la clase obrera de las mismas.
Está claro que detrás de la monarquía hay todo un sistema parasitario, corrupto, explotador y opresor para el pueblo. En este sentido, el capitalismo no responde a los intereses de los trabajadores y por consiguiente no puede solucionar los problemas actuales. El último de los borbones es la cabeza de un Estado en el que el capitalismo ha llegado a su última etapa, la imperialista, y donde la clase obrera tiene por delante la histórica tarea de emprender la revolución socialista que derroque el sistema e instaure un poder obrero que garantice un futuro para la mayoría, el socialismo y el comunismo.
En esa histórica tarea que tiene por delante la clase obrera del conjunto de España se sitúa como batalla a corto plazo la lucha por la República. Al contrario que ciertos republicanos de salón, los comunistas de GKB entendemos el republicanismo como algo concreto, material, y actuando de forma transversal sobre los problemas de las masas explotadas y de las naciones subyugadas. La República que ha de venir de la próxima revolución social en el Estado responderá a las necesidades de justicia social e instaurará un régimen verdaderamente democrático, donde los trabajadores sean quienes decidan sobre los aspectos económicos y políticos fundamentales. La futura República Española tendrá un marcado carácter antimonopolista y se pondrá en el lado opuesto de la Unión Europea, la OTAN y otras instituciones imperialistas. El control por parte de la clase obrera de todos los resortes de dicho Estado republicano no hará otra cosa que llevar al país hacia el socialismo y la correspondiente extinción de las clases parasitarias.
En esa República que propugnamos los marxistas leninistas de Euskal Herria, las naciones que componen el Estado español también tendrán un papel que jugar, pues una nación no puede ser libre si oprime a otra. Los comunistas defendemos el derecho de autodeterminación para las naciones oprimidas. Esto incluye, incluso, la separación del Estado del que forman parte. En efecto, bajo un régimen socialista las naciones serán libres para elegir su futuro. Pero el reconocimiento de este derecho no puede entenderse a la manera burguesa, al estilo PNV-CIU. La toma de su destino por parte de las naciones debe tener como sujeto principal a la clase obrera de dicha nación, a quien objetivamente no le interesa cambiar un capitalismo por otro, sino la construcción de su propio régimen socialista.
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