Yo personalmente considero que lo que está sucediendo en Venezuela es una suma de errores y que si bien de momento es muy posible revertir todo hasta un punto de estabilidad, si se sigue en esta senda no se llegará a ningún buen resultado.
Esto porque existe una incomprensión por parte del gobierno bolivariano de Nicolás Maduro para entender y comprender el fenómeno de la inflación y por ende, al no comprender en qué se sostiene este fenómeno, no comprende tampoco como tratarlo. Y con cada medida tomada, se escala más a entrar en una espiral de conflictos y problemas que afectarán a todos los venezolanos.
Partamos con la concepción errada del gobierno venezolano sobre el problema inflacionario. Éste (al igual que buena parte de la izquierda) se sostiene en la teoría de los monopolios que rigen los precios. Teoría que viene desde los tiempos de Lenin y Hilferding, por parte del marxismo, y de Kalecki por parte del keynesianismo. Básicamente se cree que conforme pasó el siglo XX la economía capitalista dejó su característica competitiva dominante durante el siglo XIX y pasó a tener una característica eminentemente monopolizada, en la que pocas empresas se harían de gran parte del poder. Desde entonces la concepción de Marx de la competencia capitalista y los precios, queda invalidada y se pasa a una concepción de un capitalismo nada competitivo y donde buena parte de los precios se pueden fijar por convenio. Esto porque cuando pocas empresas dominan un sector económico, y una economía nacional, pueden darse el lujo de elevar los precios a voluntad sin temer que vayan a tener pérdidas, pues, a fin de cuentas como son las empresas que monopolizan el sector, no se puede hacer nada en su contra (ya que como son esas las empresas que monopolizan el sector, sus compradores y vendedores, no tienen otra salida).
El problema de esta teoría es que parte de una concepción teórica errada. Pues si de verdad pasara que los oligopolios y monopolios son capaces de vender de manera generalizada a un precio mayor que el de los costos de producción, y pudieran elevar los precios para elevar su ganancia muy por sobre del valor realmente generado con su producción, no estaríamos más que frente a un caso de transferencia neta de ganancias de un sector a otro, es decir, a una suerte de robo sistémico. Pero es imposible que las empresas monopólicas puedan en conjunto, en una hipotética economía dominada por los sectores económicos concentrados, puedan generar ganancias extraordinarias extrayendo las ganancias de empresas más pequeñas, menos concentradas y con menor nivel tecnológico. Es imposible que las empresas monopólicas que tienen, por ejemplo en conjunto, el 51% del total de la producción a nivel nacional, se hagan de ganancias extraordinarias cuando las empresas no monopolizadas, que concentran el 49%, producen menos que ellos. Sería una trampa que se notaría inmediatamente porque generaría quiebras masivas y se comería a sí misma.
Pero además, otro problema con esta teoría de los monopolios, es que en la realidad no se ha demostrado a la luz de los datos. Así, la evidencia empírica lo que ha demostrado es que lo que sí predomina en la economía capitalista tanto a nivel global como a nivel nacional, es la competencia establecida por Marx. Es decir, una competencia en la que los capitalistas luchan por elevar sus niveles de productividad y presionar los precios hacia la baja. Lo que es contrario al 100x100 de la teoría de los precios fijados por monopolio. Porque, a pesar de que haya sectores económicos con una relativa mayor concentración que otros, la competencia esgrimida por Marx no se ciñe a la concentración o desconcentración, sino que más bien a la fuerza de estos competidores para ganar terreno en el mercado capitalista. Y esto puede ocurrir tanto en un sector económico relativamente desconcentrado, así como en un sector económico más concentrado.
Y bien, como dije, la evidencia empírica demuestra exactamente lo contrario a la teoría de los monopolios que fijan precios, y avala mucho más la teoría de Marx del valor.
Por ejemplo veamos los casos en Estados Unidos.
Fábrica de automóviles: Desde fines de la década de los 90, las productoras de automóviles se enfrentaron a fuertes presiones por bajar y reducir sus precios, esto explicado porque se da una estandarización en la producción de los carros, que con excepción de los productos de alta tecnología, lleva a que la producción se haga mucho más eficiente, productiva y veloz. Lo que en Estados Unidos reduce durante los últimos años de la década de los 90, en un 2% anual el precio de los autos.
Bancos: la liberalización del negocio bancario llevo a un incremento en el nivel de competencia y a que, ciertos actores, como grandes Banco tipo City, a peligrosas políticas como los créditos a tasas más bajas que las de la competencia. Lo que terminó en graves pérdidas para el banco durante la recesión del 2001.
Ordenadores portátiles: La competencia en esta área económica también se vio agudizada durante los años 90, lo que germinó en una sobrecapacidad y una baja del precios que se materializó en un 20% a fines de los años 90. Esta guerra de precios terminó en la compra de Compaq por parte de Dell, a lo que HP también gana terreno durante inicios de los años 2000 mediante la guerra de precios, lo que provocó una caída en los precios de los ordenadores portátiles más pronunciada.
Líneas aéreas: La desregulación de los 80 también dio paso a una mayor competencia entre las empresas, cierre de algunas aerolíneas, y fusiones de otras. Todo lo que llevó a que, el precio pasajero-milla se redujera un 18% durante la década de los 90.
Estos casos son ilustrativos, pero reflejan que la lógica en la que opera la economía capitalista es la lógica de la competencia ilustrada por Marx, y no la lógica de los monopolios que describieron Lenin y Hilferding.
Finalmente, hay otro problema con esta teoría al momento de explicar los fenómenos inflacionarios, ¿por qué se daría la inflación? Si nos guiamos por la teoría de los monopolios, deberíamos decir que se da porque en un país hay más monopolios que en otro, y que por ello se pueden elevar más los precios. ¿Y por qué entonces durante los años 70 la inflación era relativamente baja en Venezuela? ¿Es que´habían menos monopolios que durante los años 80? ¿Es que desde inicios de los 80 los monopolios hicieron su aparición rápidamente? ¿Y es que Venezuela tiene una economía más concentrada que otras de la región y del mundo? Sencillamente la explicación de los monopolios no se condice a la realidad ni tiene un asidero empírico sostenible. Además, en el mismo caso económico de Venezuela, se sabe que de los sectores económicos uno de los menos concentrados es el sector de alimentos, y es precisamente donde los precios más se han elevado. Contrario a ello, hay otros sectores, especialmente los industriales donde la concentración es mayor, y los precios no se han elevado de igual manera.
De hecho, si entre el 2001 y 2012 hay una acumulación de 1101% para los precios de Caracas como promedio, los alimentos y bebidas acumulan una inflación en el mismo período y lugar de 2145%, muy por sobre el promedio. Y si analizamos los datos por origen, los productos agrícolas acumulan un 5759% de alza, mientras que las manufacturas acumulan solo un 1018% de inflación en igual período. Lo que quiere decir que, a pesar de que el sector alimenticio esté bastante menos concentrado que el sector manufacturero, es el primero el que muestra los aumentos de precios más marcados. Si nos guiamos por la teoría de los monopolios, entonces deberíamos creer que es al revés, pero la realidad muestra lo contrario.
Entonces... ¿a qué se debe la inflación en Venezuela?
Para comprender el fenómeno inflacionario, es menester a mi juicio, volver a la teoría de Marx y comprender la teoría monetaria de Marx. La que creo es la más adecuada para entender estos fenómenos.
Según Marx;
Suma de precios de las mercancías/número de rotaciones de las monedas =masa del dinero.
En otras palabras, si en un inicio el precio de las mercancías era 4 y la velocidad 2, se requerirá una masa monetaria de 2 monedas (por ejemplo) para que pueda darse ese precio. Ahora bien, si el precio de las mercancías aumenta a 6, y la velocidad sigue siendo 2, ahora se requerirá un incremento de la masa monetaria hasta 3 unidades.
Marx a su vez corrobora que no necesariamente todo se da así, y dependerá de las circunstancias, por ejemplo;
a) Permaneciendo invariable los precios de las mercancías (su valor), puede aumentar la masa monetaria lo que generará que suban los precios aun cuando su valor permanezca invariable. O, puede disminuir el número de rotaciones (velocidad) lo que llevará a un aumento de precios, aun cuando el valor no haya visto incremento. A su vez también se puede dar a la inversa.
b) El valor puede tender a bajar pero la masa monetaria permanecerá constante en relación al valor por lo que los precios se mantendrán invariables, lo mismo puede ocurrir con la velocidad de rotación del dinero. Y a la inversa también se puede dar, es decir, el valor puede disminuir pero el precio puede aumentar si la masa monetaria se incrementa en proporción.
c) Si el valor tiende a incrementarse, el precio puede permanecer constante si la masa monetaria se ajusta o si la velocidad de rotación del dinero se ajusta a las fluctuaciones del momento.
Por lo que, según Marx, el precio puede fluctuar dependiendo de la mezcla de los factores dinero, masa de mercancías y velocidad de circulación. Por lo que en un primer momento podríamos argüir que un proceso de inflación galopante se puede dar por, i) un incremento de la masa del dinero, ii) un incremento del valor de los bienes o servicios, iii) una caída de la velocidad del dinero.
En una primera instancia podemos creer que bajo este razonamiento el capitalista puede elevar los precios de producción a conveniencia propia para así elevar sus ganancias. Pero dentro de la teoría de Marx esta explicación no tiene asidero, primero porque una ley dentro del capitalismo es la competencia. Y la competencia se da vía baja de precios, es decir, el capitalista competirá con sus rivales buscando entregar precios menores. De ahí a la búsqueda constante de la innovación y el cambio tecnológico. De ahí la inversión en capital constante y las crisis cíclicas del capitalismo. Y segundo esta explicación no tiene asidero porque el capitalista tiene como limitante para elevar los precios, el régimen monetario imperante en su país.
Por esto, la explicaciones de los fenómenos inflacionarios e hiperinflacionarios se deben buscar en la raíz monetaria. Marx sabe que a pesar de que es el oro la encarnación del valor dinero, también sabe que éste comienza a ser reemplazado por el billete de curso forzoso. El cual es creado, pero que durante sus años estaba respaldado por el oro, por ello Marx fue claro al decir que si un billete por ejemplo, equivalía a una moneda de oro, y luego, se creaba otro billete sin otra moneda de respaldo, el billete vería reducido su valor en un 50%, lo que significaba inflación.
Entonces, según Marx la inflación galopante (como diríamos nosotros) se da porque se crea dinero de curso forzoso sin un respaldo en oro adecuado.
Sin embargo la teoría monetaria de Marx ha sido dejada de lado incluso por corrientes marxistas pues con la existencia del dinero fiduciario ya muchos creen que el dinero ha perdido su nexo con el oro. Lo cual no es cierto. El dinero sigue anexado al oro, solo que ya no es de forma tan formal como antes.
Por un lado, el oro es representado por el dólar como dinero mundial y encarnación del valor. Y además por el oro mismo. Por eso los bancos centrales atesoran tanto en oro y en divisa internacional (dólar). Hasta inicio de los 70 el dólar tenía un valor fijo en oro, luego no pero ello no significó una independencia de su nexo en oro, sino que más bien su desvalorización, por lo que cuando el dólar pierde valor, el oro gana el valor que el dólar perdió (como en los 70 y parte de los 80), y cuando el dólar gana valor, el oro pierde valor (como parte de los 80 y 90). Es decir, todavía existe un nexo con el oro, solo que dependiendo de las vicisitudes del momento, puede variar entre la divisa del momento, y el oro mismo.
Ahora bien, luego de esta larga perorata que espero no los haya aburrido, se debe decir que cuando un país entra en un proceso de hiperinflación, se da por un aumento exacerbado de la masa monetaria sin un respaldo en oro y divisa. Por eso los casos más notorios en la historia actual (Chile a inicios de los 70, Israel en los 80, Argentina a fines de los 80, Alemania a principios del 20) de hiperinflación, se deben a este fenómeno de señoraje en el que el Estado (banco central, casa de moneda) emite papel moneda sin un respaldo detrás. Con esto no estoy avalando la teoría que usan los neoliberales, la "teoría cuantitativa del dinero", pues según la teoría monetaria de Marx la masa monetaria sí puede crecer sin generar inflación dependiendo de las circunstancias, así, una emisión monetaria para captar divisas, no es inflacionaria, pero sí lo sería una emisión monetaria para cubrir los déficit fiscales, lo que es lo mismo que un bono pagadios.
De ahí a que en Argentina y Venezuela, la inflación sea de dos dígitos y esté entre el 20 y 30%, porque el gobierno cae en recurrentes déficit fiscales rellenados con emisión monetaria que genera inflación y termina por generando las constantes necesidades de devaluar la moneda. Y por eso otros países de la región no caen en esos niveles de inflación, porque en lugar de emitir para cubrir los déficit fiscales, se endeudan en el mercado (Chile opta por ejemplo, en emitir bonos).
Y es por esta razón, que ni las medidas promulgadas por el neoliberalismo (libertad de precios) ni las medidas aplicadas por la izquierda sudamericana (control de precios) surten efecto. Si se liberan los precios, efectivamente buena parte de los productores venderán los productos que tienen acaparados pero la inflación será aún mayor. Y si se controlan los precios, los productores tenderán a ocultar sus mercancías porque no estarán llamados a vender a un precio tan poco atractivo.
De ahí a que el fenómeno del acaparamiento sea un fenómeno que se tiende a dar cuando se fija un precio máximo de venta, el cual, en el mercado no es aceptado como rentable generándose como consecuencia el mercado negro. Que es lo que evidentemente existe en Venezuela.
La lógica y el discurso en contra del capitalista especulador y acaparador no daré buen rumbo, y no solucionará el problema. Ya que los precios no los puede fijar el gobierno, a menos que sea un gobierno soviético con planificación centralizada, los precios se fijan en el mercado capitalista sumando el capital constante, el capital variable y la plusvalía (margen de ganancia), por ende en el mercado capitalista (Venezuela es un país capitalista) los precios se fijan en función a las reglas capitalistas. Pero en un marco en el que la moneda pierde tanto valor, e incluso hay límites poco claros de su valor mismo (existiendo más de uno) la ley de valor no se puede sostener totalmente, y se generan distorsiones como los especuladores de Daka, que, de ser cierto todo, serían una consecuencia de los problemas económicos venezolanos, y no una causa.
Yo personalmente lo he dicho antes, y lo digo otra vez. Una solución para este problema sería dejar de financiar los déficit fiscales con emisión monetaria, y en lugar de ello, comenzar a financiarlos con impuestos. De hecho los impuestos en Venezuela son muy bajos, los más bajos de la región en cuanto cobertura del PIB. Pero si se sigue así, financiando los déficit fiscales con emisión monetaria sin respaldo, se seguirá generando presión inflacionaria, lo que seguirá encareciendo el tipo de cambio y mermando la capacidad de las reservas internacionales, lo que, llevará otra vez a una devaluación y así a un suma y sigue de problemas económicos que no pueden terminar nada bien. Tampoco puede terminar nada bien el rumbo que se ha tomado en Venezuela para solucionar el problema inflacionario y las consecuentes distorsiones en el mercado.
Se están repitiendo los mismos errores que repitió la izquierda antigua al aplicar el modelo desarrollista cepaliano. Y no se puede repetir la historia.
Saludos.