A través de Europa el que para muchos era un cadáver ha vuelto a empezar a caminar otra vez. El sistema capitalista imperialista, llevando al límite las contradicciones internas de su modo de producción, se ha lanzado a la crisis económica más grave que haya conocido, arrastrando consigo a los trabajadores de todo el mundo. Los ataques imperialistas ocurren con mayor frecuencia, acercando el choque inter-imperialista total. Junto con esto los movimientos neo-nazis aumentan en todo el continente. El Capital monopolista sabe que la estrategia de alimentar a la aristocracia obrera ya no le es rentable. Por eso, ante el incremento de la lucha de clases, contra las acciones y explosiones aisladas espontaneas y desorganizadas que irán aumentando al principio, pero sobre todo contra la lucha organizada que el proletariado llevará a cabo mas adelante, está criando a sus productos perrunos más contrarrevolucionarios: los fascistas, para que, asimilando las ideas más reaccionarias de la superestructura ideológica de este, con intención de defender el orden burgués, encaucen el odio contra quienes dentro de esta estructura opresora están en una situación más precaria, mantengan a los trabajadores en la explotación, y, sobre todo, para llevar a cabo la limpia de los luchadores de la Revolución Socialista.
¿Pero en qué consiste el fascismo?
La Internacional Comunista (III. Internacional) lo definió así en 1935:
“(…)No, el fascismo no es un poder situado por encima de las clases, ni el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero. El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y el sector revolucionario de los campesinos y de los intelectuales. El fascismo, en política exterior, es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva un odio bestial contra los demás pueblos.(…)
La subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de la dominación de clase de la burguesía -la democracia burguesa- por otra, por la dictadura terrorista abierta. Pasar por alto esta diferencia sería un error grave, que impediría al proletariado revolucionario movilizar a las más amplias capas de los trabajadores de la ciudad y del campo para luchar contra la amenaza de la toma del poder por los fascistas, así como aprovechar las contradicciones existentes en el campo de la propia burguesía. Sin embargo, no menos grave y peligroso es el error de no apreciar suficientemente el significado que tienen para la instauración de la dictadura fascista las medidas reaccionarias de la burguesía que se intensifican actualmente en los países de democracia burguesia, medidas que reprimen las libertades democráticas de los trabajadores, restringen y falsean los derechos del parlamento y agravan las medidas de represión contra el movimiento revolucionario.(…)”
La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo – Dimitrov
Visto así, parece, que hoy en día no hay ningún Estado fascista en la Unión Europea. En todos manda el parlamentarismo burgués, en el cual mediante “sufragio universal” se decide que miembro o grupo de la clase dominante llevará el gobierno de la dictadura capitalista. Por lo tanto, a pesar de que el predominio del Capital monopolista es completo, las capas de la burguesía no-monopolista pueden hacer política, fundamentándose todo esto en la alienación de las masa trabajadoras.
¿Pero que ocurre en el Estado español?
En los tiempos de la Transición, en el año 1978, el Estado que la ONU consideraba fascista, después de cumplir los parámetros que la burguesía imperialista occidental exigía para ser “democrático”, fue nombrado como tal. Por un lado, junto con la Constitución redactada por los franquistas se implantaban el Rey y la monarquía elegidas por el dictador fascista, los cargos del Ejercito siguieron en sus puestos, el tribunal para la represión política TOP pasaba a ser la Audiencia Nacional, el cuerpo asesino de la Guardia Civil y todo el sistema de tortura se mantuvieron intactos, la Falange continuó siendo legal, la Iglesia Católica mantuvo todas las posesiones conseguidas y la Amnistía que supuestamente era para los presos políticos revolucionarios (no todos) sirvió para que los franquistas no pudieran ser juzgados. Más tarde leyes como la “ley antiterrorista” y la “ley de Partidos” se sumarían a este andamiaje de terror y represión. Por otro lado, el PSOE, a órdenes de la CIA, se conformaba como partido socialdemócrata principal del Capital monopolista (el que más adelante crearía los GAL y otros grupos de la muerte y que metió al Estado burgués en la OTAN), los burgueses fascistas se juntaban alrededor del partido AP, los partidos de las burguesías que tenían otro punto de vista nacional se creaban o revivían y todo tipo de oportunistas, reformistas y revisionistas podían hacer política (siempre y cuando aceptaran la reforma franquista), posibilitando que la aristocracia obrera pudiera jugar como parte del bloque dominante, provocando todo esto cambios patentes en la superestructura ideológica.
En el País Vasco Sur, la gran-burguesía fascista consiguió traer a su lado (de nuevo) al partido principal de la burguesía no-monopolista vasca, el PNV, integrándolo totalmente en su aparato de Estado. Junto a todo esto le ofreció la posibilidad de poder conseguir mediante la política provecho dentro de la burguesía imperialista occidental, y el cuerpo policial de cipayos que defendería sus intereses, la Ertzaintza, creada con ayuda de las SAS británicas y los servicios secretos alemanes. Pero aquí había algo que se salía de la ecuación de la reforma franquista: el MLNV, y sobre todo la lucha armada de ETA, lo que les obligó a hacer más concesiones que en otros territorios. Por parte del Estado burgués (y el bloque dominante renovado unido a este) con el “plan ZEN” (ocupación militar-policial, guerra psicológica mediante los medios de propaganda, la extensión de lacayos a sueldo de la burguesía…) y el aumento y endurecimiento de las leyes represivas se buscaba el aplastamiento de los sectores más progresistas del Pueblo Trabajador Vasco, de la izquierda abertzale, para que los trabajadores no llevaran a cabo su lucha. Las actividades contrarrevolucionarias desarrolladas a partir de esto han sido usadas contra otros movimientos contrarios al orden burgués. A pesar de que a causa de la lucha de clases el MLNV se haya alejado del camino de la liberación de la clase obrera, es evidente que hoy en día se mantiene el “estado de excepción permanente” intacto. Es reseñable que en toda esta represión legal el Estado francés haya ido de la mano del Estado español.
A la hora de definir el carácter del Estado español, hay dos posturas principales que tienen legitimidad entre los marxistas-leninistas:
Están los que, después de la Transición, consideran al Estado español como democracia-burguesa, pero la cual está en proceso de “fascistización”. El argumento principal de estos es que la burguesía lleva a cabo su dominación mediante la alienación de la mayor parte del pueblo trabajador, y que no necesita de la “dictadura terrorista abierta”. Esta alienación se fundamenta en que el Capital tiene la propiedad de los medios de producción y en la utilización de los medios de propaganda para fortalecer su dictadura de clase. La violencia utilizada por este Estado, no sería más que la que la dictadura burguesa necesita para garantizar su poder, y también para cuidar su posición en su bloque imperialista. Asi, los derechos burgueses son respetados y los trabajadores pueden llevar a cabo sus labores de organización dentro de la legalidad.
Aquí surgen varias preguntas: ¿Cuando dejó el Estado de ser fascista para estar ahora “fascistizandose”? ¿No será la falta de organización de los grupos marxista-leninistas o el peligro nulo para el Estado burgués, lo que, (todavía) no atrae la represión, y no el “respeto” de los derechos? ¿Donde quedan los acosos, amenazas y ataque que reciben revolucionarios de diversos tipos por parte de los perros uniformados del Estado burgués?…
“(…)El desarrollo del fascismo y la propia dictadura fascista revisten en los distintos países formas diferentes, según las condiciones históricas, sociales y económicas, las particularidades nacionales y la posición internacional de cada país. En unos países, principalmente allí, donde el fascismo no cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha entre los distintos grupos en el campo de la propia burguesía fascista es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar con el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la socialdemocracia, cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudezca de un modo especial su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo.(…)”
La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo – Dimitrov
Otros, sin embargo, dicen que el fascismo es un fenómeno que aparece de la mano del paso del capitalismo a su fase imperialista (cuando el Capital financiero se fusiona con el Capital industrial, esto es, cuando los bancos se convierten en dueños de todo el proceso productivo, dando el Capital monopolista). En la época pre-monopolista del capitalismo, los partidos burgueses eran expresión de diferentes grupos de la propia burguesía, teniendo la pequeña-burguesía peso importante. La democracia-burguesa consistía en la solución de las contradicciones entre estos mediante negociación, en el parlamento, basada en el apoyo de los ciudadanos. Después de implantar su superioridad económica, el Capital monopolista implantó su superioridad política mediante el capitalismo monopolista de Estado, apartando a las demás capas de la burguesía. Esto no quiere decir que no haya contradicciones dentro de la burguesía, pero los partidos ya no son reflejo de esto, sino aparatos al servicio del Capital monopolista. Lo mismo ocurre con sindicatos, servicios de salud y educación, y demás, acrecentando el control del Capital. En los casos en los que hay parlamento, este es un teatro que no vale para nada, pues es la burocracia del Estado monopolista el que impone la voluntad del Capital monopolista, sobre todo mediante los jueces, porque son los defensores de la Constitución y estos están por encima de la ley. Todo esto se ata mediante la aplicación del Estado de Derecho, que dice que el pueblo no tiene la capacidad de hacer las leyes, sino la obligación de cumplir estas leyes. Es decir, la soberanía esta en el Derecho y no en el pueblo.
Aquí también surgen las siguientes preguntas: ¿Para que necesitaba la burguesía española la adecuación de su estructura de dominación a los parámetros de la burguesía imperialista occidental, si los Estados de estas eran ya fascistas (monopolistas)? ¿Qué pasa hoy en día con los demás bloques imperialistas y sus aliados? ¿Colombia es fascista y Venezuela no?…
Ahora volvamos a la Unión Europea. Después de la II. Guerra Mundial, EEUU consiguió que la mitad de Europa continuara bajo el poder de la burguesía imperialista occidental, poniendo dentro de este bloque a los anglosajones en situación hegemónica, después de someter a los alemanes. Para garantizar su poder, en el seno del bloque dominante, además del Capital monopolista, volvieron a entrar las demás capas burguesas, incluida la aristocracia obrera, posibilitándoles el hacer política mediante el régimen parlamentario, al mismo tiempo imponiendo mecanismos contra cualquier cambio en esas Constituciones. Los capitalistas que fueron expropiados por el Ejército Rojo en el este de Alemania fueron integrados en este bloque, ayudándoles a recomponer sus fortunas. Junto con esto, llevando a cabo los planes de los nazis (pues para algo habían mantenido la mayoría de las estructuras de poder y lacayos de estos), empezó a construirse la confederación de estos Estados capitalistas ( el estado español no entro debido a su falta de parlamentarismo). La Unión Europea tenía como objetivo luchar contra el Socialismo y poner a todas las potencias imperialistas occidentales a las ordenes de EEUU. Para dejar claro el fundamento de esto, el “acuerdo contra el terrorismo” de 1977 no fue más que la renovación del “pacto Anti-komintern” de Hitler y Mussolini. Los EEUU, a causa de la lucha de clases que se desarrollaba en todo el mundo, fueron restringiendo el tipo de decisiones que los parlamentos podían tomar, implantaron la doctrina de la contrarrevolución preventiva y fueron construyendo los mecanismos para imponer estados de excepción de manera más rápida y fácil. Junto con el desarrollo de la tecnología, y bajo protección de la “ley Patriótica”, se han extendido la vigilancia y la total perdida de privacidad de la población.
¿A qué conclusiones nos lleva todo esto?
Para empezar, hay que tener claro que tanto en la forma parlamentaria como en la fascista, la dictadura burguesa es la estructura política y militar para oprimir a los trabajadores y garantizar la superioridad del Capital, la cual se materializa en el Estado burgués. Así, la represión, la militarización, el control social, los recortes de derechos… producidos por esta irán acrecentándose en la medida en que la decadencia y las contradicciones del imperialismo vayan acentuándose, sea cual sea su forma de dominación.
Por lo tanto, estas formas de dominación se diferencian así: la democracia-burguesa, es cuando el estado burgués puede ser políticamente gestionado por todas las capas burguesas que constituyen el bloque dominante, basándose en la alienación del pueblo trabajador el apoyo que estas reciben, lo que de ninguna manera relega el uso de la violencia. A pesar de esto, es muy diferente el cometido del parlamento en la época pre-monopolista, comparado con la monopolista (imperialista). El fascismo, es cuando el Capital monopolista, debido a crisis política, aparta a todas las demás capas del bloque dominante, estableciendo su control político total. Esta crisis política, generalmente es debida a la pérdida de legitimidad que el bloque dominante tiene sobre el pueblo trabajador, y sobre todo, a la lucha de clases consciente contra el capitalismo llevada a cabo por los trabajadores. Por esto, generalmente se da junto con crueles matanzas, valiéndose para ello de ideologías chovinistas que defienden sus intereses, apoyándose mayormente en la pequeña-burguesía (pero también en el lumpenproletariado y los elementos más retrasados de la clase obrera). Se puede definir como el “frenazo de última hora” para defender el orden burgués.
Después de ver todo esto, es evidente que hoy en día, debido al nivel de decadencia del imperialismo, los trabajadores NO TIENEN ninguna oportunidad dentro de la legalidad burguesa, y que cualquier organización marxista-leninista, además de tener grupos que solo trabajen secretamente, debe hacer su trabajo publico de manera lo mas clandestina posible, si quiere luchar contra el Capital de manera eficaz. Es cierto que la historia de la lucha de clases no va para atrás, pero esta no es una línea recta ascendente, sino una espiral.
De cualquier modo, la Victoria de la clase obrera y de todas las masas trabajadoras solo será alcanzada, construyendo, organizando y fortaleciendo el Partido marxista-leninista, uniendo el papel de la vanguardia teórica basada en el materialismo dialectico entre las capas más combativas de los trabajadores, teniendo como objetivo el Socialismo que se encamine a la sociedad sin clases, utilizando para ello la Dictadura del Proletariado.
¡Guerra a la falsa paz!
¡Revolución o muerte!
AURRERA LANGILERIA