Foro Comunista

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    Integrarse en el PCPE

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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 7:26 pm

    El PCPE es el partido ideológicamente mejor posicionado en coherencia con el marxismo-leninismo y que en esta coherencia hace los análisis más acertados de la realidad. Siendo el PCPE además coherente en su organización y funcionamiento es el PC auténtico del estado español y el Partido de referencia para la clase obrera de los Pueblos que lo componen. El PCPE es el partido leninista que representa el Partido del proletariado, el verdadero partido marxista-leninista.
    Por tanto el mejor escenario es que PCE(m-l), el PCE(r), el PTE, etc. se integren en el PCPE aunando bajo sus siglas la organización política revolucionaria de la clase obrera en lucha por la República Socialista Confeferal.
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    Mensaje por Ashandarei Jue Ene 16, 2014 8:09 pm

    Soldado Rojo escribió:El PCPE es el partido ideológicamente mejor posicionado en coherencia con el marxismo-leninismo y que en esta coherencia hace los análisis más acertados de la realidad. Siendo el PCPE además coherente en su organización y funcionamiento es el PC auténtico del estado español y el Partido de referencia para la clase obrera de los Pueblos que lo componen. El PCPE es el partido leninista que representa el Partido del proletariado, el verdadero partido marxista-leninista.
    Por tanto el mejor escenario es que PCE(m-l), el PCE(r), el PTE, etc. se integren en el PCPE aunando bajo sus siglas la organización política revolucionaria de la clase obrera en lucha por la República Socialista Confeferal.

    Leer esto ha sido como escuchar a un cura decir:

    "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu dueño, hágase su voluntad..."

    Vamos, que has soltado tres cosas sin justificación y te has quedado ancho.

    ¿Quién ha decidido y cómo que es el mejor posicionado en coherencia con el marxismo-leninismo? ¿Cuándo se ha erigido como "El Partido" del Estado español, estableciendo un vínculo entre la vanguardia del proletariado con las amplias masas, y más aún, cuándo estas últimas lo han señalado como SU partido?

    Y lo más curioso, y hablo desde un profundo desconocimiento sobre el PCE(m-l) y el PTE, pero algo más conocedor de, al menos, la línea del PCE(r),¿cómo van a agruparse cuando uno considera al Estado español fascista y el otro democrático burgués, cuando en definitiva a cada período histórico le corresponde una táctica distinta?

    Vamos, que lo que vienes a decirnos aquí en definitiva es que el PCPE es maravilloso y que todos vayan a él.
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    Mensaje por PequeñoBurgués Jue Ene 16, 2014 8:09 pm

    trololo?
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    Mensaje por Evta Jue Ene 16, 2014 8:16 pm

    Saludos,

    ¿Encuentra, usted, coherencia organizativa en aplicar una retórica revolucionaria pero, en último término, pugnar por la posición reformista para con el logro del proletariado sobre su opresor?

    Me gustaría contemplar, si pudiese, sus argumentos en virtud de ´´intentar´´ vislumbrar por qué dicho destacamento es marxista-leninista cuando defiende un anacronismo en su programa esperando ir a la zaga del espontaneísmo, defendiendo el sindicalismo, entre otras cosas.

    Le cito un documento del MAI en torno al cuál iniciar el debate y, con el fin, de que replantee sus pugnas ante la defensa y el cierto carácter demagógico, y poco científico, que cobra su alegato sobre un destacamento revisionista y, máxime, cumbre representante del oportunismo reformista.

    MAI - La sempiterna vuelta sobre sí del revisionismo escribió:Señalaba Marx en El Capital, al describir el papel de la manufactura en el desarrollo del capitalismo, que la cooperación en la producción (entendida como unidad o “coincidencia” de los obreros individuales para producir en un mismo tiempo y lugar y bajo las órdenes de un mismo capitalista) no fue en modo alguno un producto consciente de los trabajadores, sino que emanó del modo en que los empleaba el capital, aseverando que “la concatenación de sus funciones y su unidad como cuerpo total productivo están fuera de ellos, en el capital que los reúne y los mantiene juntos (…) Como personas independientes los obreros son individuos que entran en relación con el capital, pero no consigo mismos. Su cooperación no se inicia sino en el proceso de trabajo, pero en éste han cesado ya de pertenecerse a sí mismos. (…) Como obreros que cooperan (…) no son más que un modo especial de existencia del capital.”[1]
    Esta es sólo una de las muchas formas en que Marx interpretó la situación de la clase obrera como clase producto de unas condiciones que le son ajenas y ante las cuales la supresión de su posición subalterna sólo puede presentarse en la forma aniquiladora de todo el sistema social existente que, con el marchar de la historia accionada por el proletariado consciente, toma la forma de dictadura revolucionaria proletaria hasta la total extinción de las clases sociales.
    Apreciada esta premisa marxista, hemos de ponderarla ante la última de las propuestas emanadas del campo revisionista en el Estado español en un momento social marcado por la reconfiguración del imperialismo europeo y su concreción a nivel estatal. La radicalización de la aristocracia obrera, determinada por la agresión a que la está sometiendo la burguesía monopolista, obliga a su reivindicación política “extrema”, el revisionismo, a tomar oxígeno, a pulsarse y purgarse a sí misma para ser una referencia creíble ante sus masas, máxime cuando la crisis económica pone en efervescencia a los movimientos de resistencia que, como agua de mayo, esperaba el oportunismo. La proletarización de sectores de la aristocracia obrera y la pequeña burguesía  “impone un cambio” en las directrices políticas del revisionismo de tal modo que, según ellos, han de modificar su “estrategia revolucionaria”[2]. Argumento éste, el de cambio con respecto a la estrategia propulsado por la crisis, inserto en la definición clásica de oportunismo por cuanto señala que la estrategia de la Revolución depende de las crisis puntuales del capital y no del carácter de las relaciones sociales y del Estado en que cristalizan, así como de la (re)constitución del sujeto revolucionario, sin el cual no puede desatarse la estrategia revolucionaria. Sólo con estas premisas dadas, entonces sí, hay que tener en cuenta las medidas políticas que implementa la clase dominante, que no son más que la forma que toma la correlación de fuerzas de clase en un contexto determinado, y que por tanto atienden al soporte táctico de la revolución; y no a la caracterización estratégica de la misma.
    Así ocurre que la base en torno a la que pivota hoy la derecha del movimiento comunista en el Estado español, el PCPE, cambia la efímera “propuesta histórica” que representaba el colorido “frente de izquierdas” hacia la tercera república por el “frente obrero y popular” que ha de guiar hasta un Poder homónimo a los trabajadores. Un nuevo frente que estará nucleado por los Comités para la Unidad Obrera (CUO) una vez las masas hayan comprendido, a base de huelgas y arañando derechos al capital, que el PCPE es su Estado Mayor.

    Un sindicalismo transversal…

    La trayectoria histórica del sindicalismo muestra que sus contradicciones para con el estado de las cosas no llevan en sí más que la pujanza mercantil por arrancarle a la clase capitalista condiciones favorables para reproducir la fuerza de trabajo del proletariado, que tan pronto la pone en marcha deja de pertenecerle. Desde los albores del anti-maquinismo hasta la moderna negociación colectiva, toda disposición política de la clase asalariada en el terreno de la lucha económica ha ido, en última instancia, hacia la convergencia con su contrario, el capital. Sólo el grito de ruptura de este marco social, realizado por la Revolución Proletaria Mundial, pudo silenciar esa anodina melodía sindical al romper el escenario natural de las relaciones sociales burguesas. Mas el hilo del sindicalismo se mantiene claro en el proceso social: En la era del capitalismo concurrencial el sindicato, sin subvertir el orden, se convierte en la primera representación social de la clase obrera, esa clase que es “un modo especial de existencia del capital”; con el advenimiento del capitalismo monopolista[3] y la incursión del movimiento revolucionario comunista[4], el sindicato, como organismo social, da muestra de su limitación política y pasa a representar a las capas del proletariado mejor situadas, que se funden con los intereses de su burguesía para emparentarse directamente con los beneficios que el sistema imperialista mundial reporta a las clases parasitarias.
    El PCPE desde su IX Congreso (diciembre 2010) ha propuesto a los CUO como su instrumento para “dotar de combatividad” al movimiento sindical, situándose “transversalmente” entre los “sectores organizados de los trabajadores”[5]. Aspiran a ser un sindicato, actúan como un sindicato, pero en boca de sus precursores no son un sindicato. Bien, cada cual es libre de bautizar a sus vástagos como le viene en gana. Tampoco ahondaremos en algunos de los argumentos que esgrimen estos “marxista-leninistas” que apuntalan la “necesidad” de los CUO como “nuevo referente sindical” en la “pérdida” de las CCOO[6]. Pérdida que en todo caso las masas proletarias jamás han podido sufrir directamente, teniendo en cuenta que el proyecto de las CCOO, tan pronto tuvo incidencia en el Estado español, lo hizo de la mano del PCE de la reconciliación nacional, apuesta política que no tenía más objetivo que el situar a la aristocracia obrera española al nivel de sus parientes europeos. Conflictos interrevisionistas a parte, la labor encomendada a los CUO parece clara:

    “Sin lugar a duda, se trata de una iniciativa clasista propiciada por los y las comunistas con el doble objetivo de: 1) dotarnos de una política de intervención en una de las dos expresiones clásicas del movimiento obrero – el sindicato-. 2) Avanzar de forma decidida en la articulación de un referente organizativo transversal nítidamente de clase en el campo sindical.”[7]

               Una de “las dos expresiones clásicas del movimiento obrero” dice el PCPE en referencia al sindicato. La leyenda debiera seguir con la otra expresión “clásica” del movimiento obrero: el viejo partido obrero de masas cuya única tarea reside en guiar al sindicato hacia la urna electoral. La proposición de los C.U.O. como elemento transversal del movimiento sindical en la perspectiva de construir el “frente obrero y popular por el socialismo” resulta no ser más que una “nueva” categorización del sindicato como el elemento a través del cual se movilizan masas y se acumulan fuerzas para la “revolución”, en detrimento del sujeto político consciente, el proletariado constituido en Partido Comunista. El transversalismo sindical desbanca a la conciencia revolucionaria en el esquema revisionista y sucede que esta novísima aportación del PCPE exportada, en términos geográficos, desde Atenas, repite palmo por palmo la línea entrista por la cual el PCE de Ibárruri, Carrillo, etc. se propuso como tarea la de infiltrar el sindicalismo oficial fascista para crear su propio movimiento. La propuesta del PCE como ya hemos dicho, no era crear movimiento revolucionario para destruir el Estado burgués, sino postularse como fuerza gestora de la dictadura del capitalismo español vía reconciliación nacional, tal como ocurrió en el proceso transitorio de los 70. Y es que integrarse en el Estado burgués es el plan de toda fuerza política que acomete su plan de construcción “revolucionaria” desde el sindicalismo y la reforma.
    Pero la deformación que el PCPE hace de los lineamientos del movimiento político revolucionario no se queda solo ahí. El PCPE se contenta con el binomio partido/sindicato para definir al movimiento obrero. ¿Dos expresiones clásicas del movimiento obrero? Veamos que decía la Comintern, haciendo balance de la experiencia del movimiento obrero, sobre esta cuestión:
    “La vieja subdivisión clásica del movimiento obrero en tres formas (Partido, Sindicatos y cooperativas) pertenece ya al pasado. La revolución proletaria en Rusia ha creado la forma esencial de la dictadura del proletariado, los Soviets. En todas partes, la nueva división que debemos sostener es: 1º el Partido; 2º el Soviet y 3º el Sindicato.”[8]

    Para la Internacional Comunista son tres los elementos del movimiento obrero, tanto en la época “clásica”, ya superada (la era ascensional del capitalismo que coincide con el movimiento en sí de la clase obrera); como en la época del imperialismo y la Revolución Proletaria en la que, al surgir el movimiento obrero de nuevo tipo, el Poder revolucionario (el Soviet) se sustancia como forma fundamental que adquiere el proletariado revolucionario (una vez se ha constituido en Partido) para ejercer su dictadura de clase. Sin embargo el PCPE, siendo consecuente con su visión sindicalista de la revolución, se limita a advertir sobre dos elementos, partido y sindicato, amputando la línea de construcción de los tres elementos de la revolución, y que lo más avanzado de la experiencia del Ciclo de Octubre muestra que se construyen concéntricamente y de forma planificada, al eliminar la cuestión del Poder. Así la línea de construcción se limita a un partido al que se une el sindicato, terminando aquí la planificación de la “revolución” que, una vez dadas estas “dos expresiones clásicas” ha de contentarse con la batalla por modificar los resultados de la explotación capitalista a través de la acumulación de fuerzas desde la práctica reformista hasta el momento en que se dé la “crisis revolucionaria”.
    Lenin expresó los límites históricos del tradeunionismo entendiendo por éste no simplemente a los “sindicatos” sino al movimiento político que sustentaba su base material en las luchas espontáneas de las masas, las cuales transfería al ámbito político en forma de tabla reivindicativa asumible por la maquinaria estatal de la burguesía. En la advertencia iskrista en torno a cómo se compone el movimiento revolucionario el elemento principal va a ser el de la conciencia revolucionaria[9]. Para Lenin convertir en políticas las demandas de las masas no es traducir la demanda económica (por ejemplo, que se frenen los desahucios) a demanda político-parlamentaria (que se reorganice el derecho burgués para que se institucionalice la “dación en pago”, los “parques de viviendas sociales”, etc.). Para Lenin el nudo gordiano en la construcción del movimiento revolucionario se encuentra en cómo se va engarzando la teoría revolucionaria con sectores cada vez más amplios de las masas, para dotar definitivamente a éstas de política revolucionaria (en nuestro ejemplo, hacer comprender a las masas que la vivienda ha de ser un bien social que han de defender por sí mismas, dotándolas de los instrumentos necesarios para que defiendan y amplíen sus conquistas frente al Estado burgués). Qué duda cabe que para realizar esta labor los revolucionarios no pueden descender a la categoría de sindicalistas radicales (tal como intenta hoy el revisionismo) que por la simple propaganda hagan ver a las masas la verdad inapelable de sus consignas. Por el contrario, el comunismo ha de dotarse de un sistema de organizaciones que dé forma al movimiento político revolucionario y permita a las masas “por su propia experiencia” comprobar qué le espera bajo la dictadura del capital y que puede obtener si ejecutan por sí mismas su dictadura revolucionaria. Una sistematización de eslabones de la que se desgajarán tareas de distinto grado, en forma de organizaciones de distinto nivel,  que unidas bajo una sola dirección habrán de representar esa unidad, cualitativamente superior, entre vanguardia y masas, a través de sus mediaciones políticas, que se sustancian en el Partido de nuevo tipo. Pero Lenin ahonda muchísimo más en las raíces en torno a la constitución del movimiento revolucionario. Para llegar a ese punto en que las grandes masas marchen hacia la Revolución es una condición inamovible que la vanguardia teórica cuente con una línea política revolucionaria, es decir, que la ideología marxista sea la que funcione como centro motor de la constitución del movimiento político, sea la base de unidad partidaria:

    “La vanguardia proletaria está conquistada ideológicamente. Esto es lo principal. Sin ello es imposible dar ni siquiera el primer paso hacia el triunfo. Pero de esto al triunfo dista todavía bastante. Con sólo la vanguardia, es imposible triunfar. (…)Si la primera tarea histórica (atraer a la vanguardia consciente del proletariado al Poder soviético y a la dictadura de la clase obrera) no podía ser resuelta sin una victoria ideológica y política completa sobre el oportunismo y el socialchovinismo, la segunda tarea que resulta ahora de actualidad y que consiste en saber llevar a las masas a esa nueva posición capaz de asegurar el triunfo de la vanguardia en la revolución, esta segunda tarea no puede ser resuelta sin liquidar el doctrinarismo de izquierda, sin enmendar por completo sus errores, sin desembarazarse de ellos.”[10]

    … para un Partido de viejo cuño

    El PCPE a lo más que alcanza es a presentar al partido como organismo que va a la zaga de las luchas espontáneas de la clase para guiarlas con justeza el día del juicio final. Se observa el movimiento de resistencia económica como la base de la revolución, de ahí que el “partido” no tenga más que estar preparado para el “momento final”. La conciencia revolucionaria sucumbe al, ya determinado por estos señores, devenir histórico que delimita al sujeto consciente a ser el observador más audaz de lo espontáneo, el nuevo anunciador de esa mesiánica “crisis revolucionaria” que no se sabe qué forma terrenal adoptará pero que, realizando un acto de fe sindical, (cuya corporeidad se transcribe a través de la práctica unificadora de los frentes de resistencia)  hemos de esperar:

    “Esa acumulación de fuerzas del lado del socialismo en confrontación creciente con el capitalismo monopolista se orienta hacia la crisis revolucionaria. Como apuntó Lenin, “sólo cuando los de abajo no quieren vivir como antes, y los de arriba no pueden continuar como antes, puede triunfar la revolución”. No se puede determinar cuál será el motivo concreto que desencadene la crisis revolucionaria: la tarea es lograr que el proletariado, en alianza con las capas populares, y con su Partido Comunista al frente, esté preparado y en condiciones de cumplir su tarea histórica llegado el momento.”[11]


    Resulta lógico que con estos mimbres a nuestros revisionistas les parezca absurdo el papel principal que ha de ocupar la teoría revolucionaria en la reconstitución comunista. Para ellos lo que importa es el movimiento espontáneo engordado por la “acumulación de fuerzas del lado del socialismo”, que se refiere al conjunto de movimientos parciales (estudiantiles, de género, laborales, por la paz…) tras de los que se agazapan en cada huelga y manifestación para realizar su práctica oportunista. Al revisionismo no le resulta práctica la tarea de reconstituir ideológica y políticamente el comunismo para que el proletariado pueda intervenir en la lucha de clases de forma independiente. Y más extraña es aún para estas gentes la consecuente labor de realizar un balance sobre toda la praxis revolucionaria que nos precede[12] desentendiéndose absolutamente del Balance del Ciclo de Octubre.
    Sobre la máxima oportunista que el partido es la suma de frentes de resistencia de la clase en el proceso que desencadena la “crisis revolucionaria”, se lapida el aserto leninista en torno a la posición “externa” que la conciencia  revolucionaria mantiene con respecto al movimiento espontáneo de la clase, en el proceso previo a constituir dicho organismo social. Como hemos dicho, la “fusión” de ambos factores no pasa, en el ideal revisionista, de ese formalismo limitado a que su parafernalia sea la que encabece las demandas económicas de la clase (esas que agrupan en sus programas de Poder). No logran concebir que la relación contradictoria entre la conciencia y el movimiento sólo se puede superar a través de la unión dialéctica de ambos elementos, unión que transforma a los mismos e impide necesariamente que la práctica de ese nuevo organismo social, el partido de nuevo tipo, tenga que ver con la vieja política sindical, cualitativamente perteneciente a los intereses de clase enmarcados en las inercias (económicas, políticas, culturales) de la sociedad burguesa y que el proletariado destruye con su praxis revolucionaria. Razón por la cual en la era de la Revolución Proletaria resulta inservible el viejo partido obrero y se hace necesario el Partido Comunista, como movimiento político que moviliza a las masas hacia el Poder de nuevo tipo, hacia la construcción del Nuevo Estado desatando planificada y conscientemente la Guerra Popular contra toda forma de capital.
    Los adalides oportunistas de la “práctica” se convierten en los primeros en situar al marxismo en una posición burguesa, para que el sujeto consciente no sea más que el observador de lo espontáneo, ya que el “comunista” interviene, desde su particular esquema, en la lucha de clases, pero sólo como sindicalista. Se desentienden así de la necesidad de un plan en torno a las tareas de la Revolución (táctica-plan) y se atrincheran en la anquilosada teoría oportunista del movimiento por el movimiento (táctica-proceso) que invita a “organizar” y “preparar” ese “frente obrero y popular” (suma cuantitativa de movimientos espontáneos) que espere la definitiva crisis del sistema que “no se sabe” cuando va a caer. Y ocurre que en vez de la Revolución Socialista parece que estas gentes se están preparando para el diluvio universal reuniendo en su arca (léase partido) a una pareja de cada especie (léase movimientos espontáneos) para sortear la beligerancia de las aguas impuesta por una deidad incorruptible (léase devenir de las luchas espontáneas). Un esquema cuasi bíblico, que sospechosamente estará integrado por las mismos especímenes que, hasta 2010, debían abanderar la lucha por la Tercera república desde el Frente de izquierdas, salvando que, donde antes estaban las plataformas republicanas ahora se sitúan los CUO. Un sesgo éste que evidencia la “enorme profundidad” de los cambios acaecidos en la línea política del PCPE.
    La construcción del movimiento partidario desde el agregado de la resistencia y la reforma no supera el charco del mercadeo laboral. Claro que para el revisionismo, como línea política unida a la aristocracia obrera, por cuanto el afán de reforma del Estado burgués coincide con el interés social de aumentar el nicho dentro del Estado imperialista, esta es su posición política natural, por lo que entiende que la “práctica revolucionaria” se origina a base de interpelar a la clase sobre lo malas que son sus condiciones bajo el capital y presentándole, como prescripción “revolucionaria”, un recetario de reformas. Como decimos la dialéctica le es ajena. Se le hace incompresible lo que, objetivamente, implica el Partido Comunista como organismo social: para llevar a cabo praxis revolucionaria se necesita un sujeto nuevo, que no puede surgir del mero desenvolvimiento de la producción capitalista como ocurriera con el sindicato y el viejo partido de masas. Para realizar praxis revolucionaria se requiere de un salto cualitativo, de una negación dialéctica, que no consiste en decir “no” al sindicalismo oficial proponiendo un sindicalismo de clase y combativo, sino que implica la unión en una síntesis superior del objeto, la clase proletaria, y el sujeto, la conciencia revolucionaria, que cristaliza en movimiento proletario revolucionario y cuya praxis no puede ni acercarse a la que protagonizaban los viejos elementos burgueses, alcanzando así el máximo sentido la sentencia leniniana de que la política sindicalista es la política burguesa de la clase obrera.

    Una consecuencia lógica

    Ya hemos señalado que el oportunismo encuentra su base material en los sectores privilegiados de la clase asalariada, esto es, la aristocracia obrera. Por ello, para batallar por sus masas, el pantano del siglo XXI ha de entrar en el juego de quienes las encuadran:

    “¿Qué papel están jugando CC.OO y UGT en esta dramática situación?”

    “Se equivocan quienes han cogido a estas dos organizaciones sindicales como el saco de las hostias. Es gravísima la responsabilidad de sus direcciones sindicales absolutamente vendidas y funcionales al sistema de dominación, y también de una parte de sus cuadros sindicales, pero buena parte de la clase obrera organizada está en esos sindicatos. Es un grave error alejarse de esa base obrera, e incluso confrontar con ella. Dentro de la campaña de la burguesía contra todo lo que sea actividad sindical nadie que se considere del lado de la clase obrera puede hacer de comparsa de esa campaña de enorme calado contra toda la clase obrera y su derecho a la organización sindical. (…) El PCPE no va a colaborar ni un minuto en dividir a la clase obrera por la sigla sindical en la cual se organice. Otra cosa es la lucha contra la dirigencia traidora, ahí no hay concesiones.”[13]


    Estas palabras del secretario general del PCPE resumen el verdadero carácter del “análisis concreto de la situación concreta” oportunista. La aristocracia obrera como clase burguesa que es genera un inflado aparato burocrático de representación. Las cúspides sindicales representan el consejo de administración de los intereses de la aristocracia obrera, a su vez ligado al consejo general de administración de los intereses del conjunto de la clase dominante.
    El PCPE reconoce la existencia de la aristocracia obrera en abstracto, pero no le otorga ningún papel en el actual marco de la lucha de clases en el Estado español[14]. En su análisis imagina a la “burocracia sindical” desligada por completo de su base, intentando casar la realidad con la ensoñación que de la misma se ha hecho. Realizan la misma parodia que la casta gobernante cuando intenta explicar la podredumbre de su sistema social y político a través de ruedas de prensa sobre indemnizaciones en diferido y cuentas suizas. Cierto es que el sindicalismo oficial atraviesa una crisis de representatividad con respecto a sus masas, crisis que atañe en los últimos años al conjunto institucional de la burguesía. Pero esto no implica que esos organismos y que sus bases hayan perdido su particular esencia de clase (si bien ahora hay un sector que ha de enfrentarse a un proceso de proletarización). En la pugna por las masas motor del reformismo, el PCPE entra en colisión con las estructuras que gestionan las luchas económicas de las capas asalariadas privilegiadas en el Estado español, CCOO y UGT; a la vez se ve obligado a converger con toda la masa que forma dicha estructura para reconvertirla a la “revolución”, sin separarla un solo centímetro de la práctica político-sindical más estrecha.
    Por cierto, en el imaginario revisionista aparece constantemente la idea que en esos organismos incrustados en la maquinaria de la burguesía (CCOO, UGT), es donde está organizada gran parte de la clase obrera. Un simple vistazo a las estadísticas pone el último clavo en la caja de pino del discurso revisionista: En 2010 el número de asalariados en el Estado español ascendía a 15.346.800[15]. Estaban encuadrados en sindicatos el 18,9 % (2. 894.200). De éstos apenas medio millón (el 17,9% del total de afiliados sindicales) tenía un salario igual o menor a 1.000€. En este sector del proletariado la tasa de afiliación estaba en el 10,7 %. Mientras que entre los asalariados asentados en el compás de los 1.601-2.100€, el porcentaje de afiliados era del 30,4%. Es decir, que entre los que no llegan al mileurismo y los que perciben un salario medio-alto la diferencia es de 20 puntos. Una diferencia similar a la establecida entre los asalariados del sector privado (15,1% afiliación) y el público (31%); y que se mantiene (aunque reducida) entre los trabajadores temporales (11,7) y los indefinidos (21,2). Datos todos éstos que señalan que las masas proletarias no están en los sindicatos, en todo caso están desmovilizadas, y que a la par dibujan el perfil del afiliado sindical, de la base social a la que se remite el revisionismo con su propuesta política, bien cercana a la reforma y al mantenimiento de las prebendas de la democracia burguesa que el capital monopolista deslizó hacia abajo en forma de salario diferido y que, al ser removido, lanza a la calle, en forma de mareas de colores, a los sectores que principal y más directamente participaron de ello.      
    El PCPE separa al sindicalismo de sus resultados, pretendiendo la existencia de ese “sindicalismo puro y combativo”. Referencia bucólica a la era del capitalismo concurrencial que idealiza, y esconde, los límites objetivos del sindicalismo y que dispone al revisionismo para recoger el testigo de los gerifaltes de la representación obrera si estos se ven “superados” por la protesta social. Como representación programática de la aristocracia obrera, el revisionismo busca la cohesión social y, frente a la desafección de las masas por los organismos funcionales de la dictadura burguesa alza la voz, no para hacer propaganda comunista y suministrar a la clase proletaria los organismos políticos que necesita para hacer la Revolución Socialista, sino para parchear esas viejas estructuras, mancilladas por sus direcciones y las que nuestros revisionistas pretenden restaurar su honorabilidad.
    Una consecuencia lógica, la de buscar la redención del sindicalismo oficial, pues el rudo y combativo sindicalismo del PCPE no es más que la versión 2.0 de las organizaciones mayoritarias de los asalariados privilegiados por el sistema imperialista mundial, que no buscan la ruptura radical de la realidad burguesa, para lo que se requiere la planificación y la resolución de tareas en la perspectiva de la Guerra Popular contra el Estado capitalista, sino que sólo buscan la confrontación sindicalista para promocionar una paz social en la que la aristocracia obrera recupere las posiciones perdidas ante la fuerte embestida del capital monopolista que ha roto el equilibrio de la correlación de clases en el, para los proletarios, falso idilio del Wohlfahrtsstaat.

    Un “poder obrero” a la medida de la burguesía

    En cuanto al poder, el PCPE habla en algún lugar de sus tesis congresuales de la dictadura del proletariado[16], lo cual está muy bien. Aunque más allá el “control obrero” es el nuevo garante del in dubio pro operario del derecho burgués. Dicen algo sobre el socialismo. Y en otro lado se expone la alianza del “frente obrero y popular” que desgranan en las elecciones con su “Todo para la clase obrera”. Pero resulta que el programa que nos va a llevar al socialismo tiene el mismo contenido “anti-monopolista” y “anti-oligárquico” que proponían “antaño” para la Tercera República: nacionalización de sectores estratégicos, paralización de privatizaciones de “lo público”, medidas de tipo laboral (jornada 35h, salario mínimo, etc.). También señala que “hay que reducir el gasto militar”; sin olvidar la reivindicación por un “ejército de milicias populares”, la cual, por otra parte, hace mucho ya figuraba “en los programas de todos los partidos que deseen llamarse socialistas”[17], más allá de su verdadero trasfondo. Pero ¿en qué quedamos, reducimos el gasto militar o destruimos el ejército reaccionario? Además ¿cómo se va a formar este ejército de milicias populares? ¿Va a organizarse una vez se haya disuelto el ejército burgués o va a ser el instrumento a través del cual el Partido Comunista movilice a las masas de la clase para derribar a la burguesía siendo el mar armado de masas de la Revolución Socialista en el Estado español? Ni una palabra al respecto por parte del PCPE. Su llamada a ese ejército miliciano tan solo consta en su programa electoral.
    Los CUO se insertan en la tesis del PCPE sobre el “Poder obrero y popular”. Según esta organización los CUO, que no son un sindicato aunque hacen sindicalismo[18], forman parte de la “táctica para disputarle la hegemonía al reformismo y, desde esa disputa, comenzar a construir estructuras paralelas de poder popular que confronten con el estado y el sistema de dominación burgués (objetivo estratégico).”[19]
    Los CUO, ese movimiento sindical compuesto básicamente por la militancia del partido y que, juran y perjuran, no es un sindicato, será elemento vertebrador de “estructuras paralelas de poder popular”, ¡ahí es nada! Con estas aguerridas proclamas sería de justicia decir que el PCPE por fin ha abandonado esa costumbre de relegar el marxismo a una doctrina liberal, reinterpretándolo hasta el punto de remarcar torpemente que existe, como reconoce de refilón que “hizo”, una etapa intermedia entre el estado imperialista y la Revolución Socialista:

    “En esta perspectiva, el Congreso debate un tema fundamental: la necesidad de superar la postura asumida por el comunismo español (y por otras secciones del movimiento comunista internacional), según la cual existe una fase democrática intermedia, de carácter antimonopolista y antilatifundista, entre el capitalismo monopolista y el socialismo, restableciendo la tesis leninista que afirma, por el contrario, que entre el capitalismo y el socialismo ni existe un sistema social ni un poder político intermedio entre el poder estatal de la burguesía y el de la clase obrera.”[20]

    ¿Postura asumida por el comunismo español? Postura asumida ¡por la mayoría! del comunismo español. Por todos los oportunistas a los que hemos declarado la guerra, empezando por el PCPE, y que durante años se han parapetado detrás del republicanismo (puerta que dejan abierta al hacer depender a su línea estratégica de las idas y venidas cíclicas del capital) para desatender las verdaderas tareas, marcadas por la reconstitución, que ante los comunistas sitúa el estado concreto de la lucha de clases.
    Pero más allá de la vergonzante “autocrítica” que hace el PCPE ¿qué conciben en esta organización como Poder Obrero y Popular? ¿La dictadura del proletariado o una versión roja del Estado de bienestar? La respuesta se encuentra, ecléctica y difusa, en las pequeñas dosis propagandísticas con que este partido adorna sus concursos electorales y sus tareas sindicales. Cuando hablan, por ejemplo, del “Control Obrero” o del “Nuevo Estatuto Obrero”:

    “(…)-Control obrero del respeto al medioambiente en la producción. -Establecimiento de un vínculo legal entre la celebración de comités de empresa y asambleas previas, con periodicidad bimensual. La asamblea de trabajadores tendrá decisiones vinculantes en la inclusión de puntos y en la celebración de comités extraordinarios. -Democratización de la negociación colectiva regulando el debate en asambleas de centro de trabajo. (…) -Fortalecimiento del Derecho a la Huelga como derecho fundamental, democrático y colectivo, que debe prevalecer sobre los derechos patronales e individuales. -Protección legal de la actividad de los piquetes informativos ante el terror y la represión patronal en las huelgas.”[21]

     ¡Así se educa al proletariado en la revolución! Convirtiendo al Estado burgués en el árbitro de la contienda entre clases. Frente al terror patronal nuestros sindicalistas no oponen el terror revolucionario de las masas, sino la pacificación gubernamental. El contenido político “camino del socialismo” que el PCPE, mediante los CUO, ofrece a la clase obrera es un compendio de medidas sociales del Estado burgués. Si fuesen un partido de demócratas radicales del período previo a la revolución de 1848, cuando el proletariado aún no había experimentado que era imposible tomar la máquina estatal de la burguesía para sí, aún tendrían algo de progresivo. Pero el revisionismo nada tiene que ver con los demócratas revolucionarios de hace 180 años. Aquellos se habrían puesto a la cabeza del armamento de las masas proletarias. Nuestros sindicalistas encabezarían el desarme. Precisamente los límites del “poder popular” pecepero evidencian lo que anunciábamos sobre el carácter del revisionismo: resulta que las “estructuras paralelas de poder popular” no son más que, renombradas, las estructuras que ya tiene el Estado imperialista para mediar en la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía.
    Sin embargo, para los comunistas revolucionarios hablar de Poder obrero y popular, y en esto reconocemos nuestro alejamiento radical de académicos pequeñoburgueses y de pérfidos oportunistas, sólo puede referirse a hablar de ejecución del Programa de la Revolución Proletaria. Para ello el proletariado ha de conquistar el instrumento con el cual aplicar ese programa, el Partido Comunista y, desde éste, construir el Ejército Rojo (o Popular) junto a las masas que con Guerra Popular van creando el Frente-Nuevo Poder desde el cual las masas realizan su obra revolucionaria. El Nuevo Poder que surge con y mediante guerra popular y que supone que la clase obrera destruye el poder del capital construyendo el suyo propio. Esta es la esencia de la Revolución Socialista y que engarza los tres ejes en los que se subdivide el movimiento obrero, formados por el Partido, el Ejército Rojo y el Nuevo Poder (o Soviet, como reclamaba la IC). Hay que ser meticulosamente claros en esto. No dejar al azar ningún elemento en la cadena constitutiva del movimiento revolucionario organizado como hace el revisionismo. La línea revolucionaria no permite, pues la clase proletaria no puede permitírselo, las oquedades conceptuales y discursivas del oportunismo.
    En aquella circunstancia a la que nos referíamos más arriba sobre el problema actual de la vivienda y los desahucios, el Partido Comunista, reconstituido, actuará tomando las propiedades de usureros y especuladores y poniéndolas a disposición de las masas. Hecho esto el P.C. constituirá, si no lo estaban ya, milicias rojas armando a esas masas para que defiendan esos hogares, ya que el sujeto político consciente tiene como tarea constituir los organismos necesarios para que las masas hondas y profundas del proletariado puedan ver cubiertas sus demandas sin necesidad de rogar leyes al Estado capitalista. De esta forma el P.C. se vinculará y movilizará a las masas con guerra popular para que éstas, siendo Base de Apoyo de la Revolución Socialista, experimenten por sí mismas qué es y cómo se realiza la dictadura revolucionaria de los explotados, poniendo en marcha el Programa de la Revolución Socialista que no es más que la fusión de los principios políticos del proletariado con las demandas de la clase. Esta es la única fórmula desde la que puede visualizarse el Nuevo Poder, que horroriza por igual al honrado oportunista, al académico burgués y al pútrido revisionista. Esta es la forma que toma el marchar del sistema único de organizaciones representado por en el Partido de nuevo tipo que utiliza todos los mecanismos sociales a su alcance para derrocar la dominación de la clase expropiadora.
    Y esta práctica no está desapegada, como vociferan los oportunistas desde la tribuna sindical,  ni de la experiencia histórica de la lucha revolucionaria en torno al poder; ni de lo que la propia resistencia de las masas supura en el día a día: En la actualidad existen por un lado movimientos espontáneos (surgidos al calor de aquellas movilizaciones de indignados a los que el PCPE veía como un peligro para sus cuentas electorales[22]) como los que luchan contra los desahucios que, con el pacifismo y el reformismo por bandera (como no puede ser de otro modo dado el estado de desintegración en que se encuentra la alternativa revolucionaria), evitan que la democracia burguesa ejecute sus designios paralizando cientos de desahucios al anteponerse a las fuerzas del orden y la justicia. Por otra parte, cientos, sino miles, de familias sin hogar ocupan ya edificios provenientes de la burbuja inmobiliaria[23], sin necesidad que ningún organismo estatal bendiga su actividad. Esto, con todas las taras que acompañan a las características de los movimientos espontáneos, da muestra de la potencialidad de las masas que, para realizar su resistencia frente al Estado, no necesitan de la presencia ni de comunistas-sindicalistas de medio pelo ni de sus programas mínimos, que llevan demostrando demasiado tiempo que, no solo están alejados de los principios del marxismo y de las tareas propias de la  vanguardia, marcadas por la etapa de preparación del siguiente Ciclo de la Revolución Proletaria Mundial; sino que además están completamente desnortados con respecto a lo que la calle reclama: movimientos de masas se enfrentan a los dictados constitucionales de la burguesía sobre la propiedad privada; incluso empiezan a poner en entredicho el monopolio estatal de la violencia (si bien el escrache no rebasa la pacífica intervención social, sobre el cual  el gobierno pretende aplicar medidas contra-terroristas el mismo); y mientras los revisionistas siguen en el lodazal del laboralismo buscando una componenda para mejorar las condiciones de explotación del proletariado. Y esta es la gente que luego fanfarronea de estar allá donde están las masas.
    Además de sacar los colores al revisionismo,  la práctica de las masas en su resistencia al capital da una vez más carta de naturaleza a la posibilidad de generar espacios en los que la burguesía se ve incapacitada para intervenir[24] y que, una vez el movimiento político revolucionario esté (re)constituido (con toda la modificación del marco social que esto conllevará: todos estos movimientos de masas que surgen en ausencia de un referente marxista-leninista tienen la marca de agua de la burguesía. Por tanto, para desterrar cualquier ilusión espontaneísta, no estamos diciendo que en las circunstancias actuales pudieran convertirse en parte del movimiento revolucionario. Lo que estamos reivindicando es que este tipo de movimientos señalan cual es el suelo social en que puede prender el movimiento proletario revolucionario pues el imperialismo genera las condiciones objetivas para la Revolución Socialista), podrán ser generados, o ensanchados si son producto de la explosión social, por el Partido Comunista, que, entonces sí, podrá rellenarlos con el Poder revolucionario de las masas armadas, con los comités de base del Nuevo Poder.
    Pero para el revisionismo esto queda demasiado alejado de “los centros de trabajo” y la actividad parlamentaria, hoy limitada a las pegadas de carteles, a labores jurídicas contra los “pucherazos” y a algún que otro pacto presupuestario municipal, ya que el PCPE, a la que puede, demuestra que su labor parlamentaria no consiste en denunciar el carácter burgués de las instituciones y obstaculizar la labor de las mismas, sino en hacer viable la gobernabilidad de la dictadura del capital, eso sí, en nombre de los trabajadores[25]. Porque para el revisionismo el Poder consiste en ejecutar medidas sin distinción de los instrumentos que se utilicen, es decir, sin mirar bajo qué dictadura de clase se llevan a cabo esas medidas.
    No obstante habrá quien reproche que el PCPE no cierra la puerta a esta línea revolucionaria, puesto que la concreción de la estrategia en torno al Poder la deja pendiente de perfilar para futuros análisis concretos. Podemos entonces recurrir, sin peligro de equívoco, a la luz que arrojan sus camaradas del Partido Comunista de Venezuela (envuelto en un movimiento “anti-imperialista” que redefine el marco de relaciones sociales capitalistas en el país), con el que comparten militancia internacional[26] y al que no dudan en ofrecer calurosos saludos en defensa de su “poder obrero”[27]. Los del PC de Venezuela, fuerza subsidiaria de la burguesía “bolivariana”, hablan con efusividad de las leyes que se desarrollan desde las instituciones burguesas. En especial de la “revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo”, prima hermana del “Nuevo Estatuto Obrero” que propone el PCPE:

    “La nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo (LOT) que el PCV propone (…) Dotar a las clases oprimidas de ciertos medios y procedimientos de lucha para el derrocamiento de los opresores (exactamente lo contrario a lo que impone el orden estatal burgués, en palabras de Lenin). Propiciar el establecimiento de una nueva correlación de fuerzas en la sociedad venezolana, que sirva a la lucha revolucionaria de la clase obrera y de todo el pueblo trabajador (…) para avanzar hacia la conquista de su poder político, su ascenso como clase dominante, indispensable para la derrota del poder de la burguesía y el inicio de la real construcción del Socialismo.”[28]

    En vez de construir organismos genuinamente proletarios enfrentados al poder de la burguesía, el PCV propone que la clase obrera ha de maniobrar con los dictámenes jurídicos de las instituciones burguesas para poder “avanzar hacia la conquista de su poder político”. Los Comités de Base del Nuevo Poder, Consejos Obreros o Soviets, (como instrumento del proletariado revolucionario organizado en clase dominante) se quedan en pura fantasía. Kautsky es, una vez más, devuelto a la vida por el revisionismo para que el “poder obrero y popular” se torne en una interpretación social liberal de la dictadura burguesa, donde elementos como el “control obrero” no son más que la conversión del proletario en administrador solidario de la producción capitalista bajo la dictadura del Estado burgués. En su espasmódica reiteración de la práctica histórica del revisionismo, los pragmáticos ortodoxos “marxista-leninistas” desoyen cualquier advertencia de la historia de la lucha de clases y tropiezan con las tesis burguesas sobre el Estado y la revolución socialista:

      “El periódico Die Freiheit ("La Libertad"), órgano de prensa de la socialdemocracia alemana "independiente" (léase: mezquina, filistea, pequeñoburguesa), publica en su Nº 74, del 11 de febrero de 1919, un llamamiento titulado "Al proletariado revolucionario de Alemania". Este llamamiento está firmado por la dirección de dicho partido y por toda su minoría de la "Asamblea Nacional", la "Constituyente" alemana. En él se acusa a los Scheidemann de tener la intención de eliminar los Soviets y propone -- ¡no se rían! -- combinar los Soviets con la Constituyente, conferir a los Soviets ciertos derechos estatales, un determinado lugar en la Constitución.
    ¡Conciliar, unir la dictadura de la burguesía con la dictadura del proletariado! ¡Qué sencillo! ¡Qué idea filistea más genial!
    Sólo es de lamentar que la hayan experimentado ya bajo Kerenski, en Rusia, los mencheviques y eseristas unidos, esos demócratas pequeñoburgueses que se creen socialistas.
    Quien, al leer a Marx, no haya comprendido que en la sociedad capitalista, en cada situación grave, en cada importante conflicto de clases, sólo es posible la dictadura de la burguesía o la dictadura del proletariado, no ha comprendido nada de la doctrina económica ni de la doctrina política de Marx. Pero la idea genialmente filistea de Hilferding, Kautsky y Cía. de unir de un modo pacífico la dictadura de la burguesía con la dictadura del proletariado exige un análisis especial, siempre que se quiera analizar a fondo los absurdos económicos y políticos acumulados en este notabilísimo y ridiculísimo llamamiento del 11 de febrero. Habrá que aplazarlo, pues, para otro artículo”[29]

    Un sueño revisionista hecho realidad con el que también converge toda la neoizquierda occidental, decididamente anti-comunista, que falta de inspiraciones en el viejo continente y que tras arrojar el marxismo al basurero por antigualla, ha encontrado en la decimonónica espada de Bolívar la redención del nuevo siglo. De la mano, revisionistas ortodoxos y los enfants terribles de la izquierda estatal[30] nos llevan, una vez más, a 1848. Si al proletariado parisino que ansiaba un ministerio del trabajo en la República Social Marx lo “acusó” de falto de experiencia (histórica), al revisionismo sólo se le puede juzgar, desde que se inició la era del imperialismo, como elemento burgués nacido del seno mismo de la clase asalariada y puesto contra la mayoría proletaria, explotada por el capital; y junto a la minoría burguesa que vive del parasitismo imperialista al que sirve con fervor.

    La única ruptura revolucionaria del laberinto sindical

    Los CUO y el “frente obrero y popular” del PCPE tan “novedosos”, tan “cercanos” al socialismo-comunismo, son la sempiterna vuelta sobre sí del revisionismo. En cuanto a la construcción partidaria, el PCPE sigue proponiendo las luchas espontáneas de las masas, cuyo centro es la lucha sindical, como agente propulsor de la revolución. Consecuentemente con esta visión, el determinismo se empodera de su línea con respecto al problema del poder de tal modo que ni siquiera se detiene a planificar la forma en que se ha de tomar el mismo. Cierto que hay sectores de nuestro movimiento que en un exceso de condescendencia, advierten que los comunistas-sindicalistas encumbran su línea de “acumulación de fuerzas” economicista con la insurrección. Pero el revisionismo nada dice al respecto. Ni elecciones, ni insurrecciones, ni guerras revolucionarias… Porque nos propone el movimiento por el movimiento mientras se ahonda, supuestamente, en cual va a ser el desencadenante de la “crisis revolucionaria”. Se pretende que desde instituciones burguesas y con un contenido programático burgués el proletariado puede desenvolver su práctica revolucionaria. Cuestión bastante absurda si se reconoce que las tareas pendientes de la Revolución son de carácter Socialista. Se conmina al proletariado a dar palos de ciego, como si la experiencia de la lucha de clases no ofreciese ya suficientes elementos para comprender que los instrumentos de la Revolución se construyen concéntricamente, mediante el desarrollo dialéctico de la relación entre vanguardia y masas, elementos contradictorios que cambian conforme se avanza en la reconstitución del movimiento revolucionario: Partiendo de la resolución de las contradicciones en el seno de la vanguardia ideológica (conquistando así el elemento central, la ideología), siguiendo por conquistar a la vanguardia práctica (que se entrelaza con la ideológica) y finalmente resolviendo, ya mediante la praxis revolucionaria, las contradicciones entre la vanguardia (teórica y política) y las amplias masas que se fusionan en el Partido Comunista para desatar la guerra popular.
    Así, en base a la Línea de Reconstitución que desentraña la táctica-plan del proletariado revolucionario, se va abriendo la brecha de la Revolución en la realidad burguesa, que se repite una y otra vez, aunque nunca de igual de modo, como enseñan tanto sus crisis cíclicas como las repetidas resoluciones temporales que les pone enfrente: haciendo descender el valor de la fuerza de trabajo; refundándose, con Keynes, la Escuela de Chicago o la Troika sobre los mismos esquemas del poder imperialista; o rebautizando, con la república intermedia o la fantasía sindical, la línea política de su última, y a la vez primera, barricada, el revisionismo.
    Traíamos a colación la cita de Marx en la que sentaba que el proletariado es una forma especial de existencia del capital. Esto impone al proletariado que su representación dentro de la sociedad burguesa no pueda desprenderlo de esa posición que ocupa como forma de capital, por mucho que se le quiera llevar a las esferas del poder burgués como regidor de la producción y sujeto de derecho de alguna ley burguesa. El proletariado necesita dotarse de los instrumentos que garanticen y sustancien su independencia como clase revolucionaria con respecto al capital. Desde la ideología revolucionaria, primer núcleo duro que cimenta los principios de la Revolución y eleva al proletariado en la comprensión de las leyes del desarrollo social; y pasando por el Partido de nuevo tipo que media entre esta teoría de vanguardia y las hondas masas explotadas; hasta que concreten su Poder en su armamento como clase revolucionaria dominante y lo extienden hasta extinción de las clases sociales.
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:19 pm

    Hablo de coherencia ideológica en los análisis, el PCPE es el PC ideológicamente mejor posicionado del estado, querido teórico líder del marxismo
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:21 pm

    Es mi perspectiva y no pretendo convencer a nadie
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    Mensaje por Evta Jue Ene 16, 2014 8:24 pm

    Soldado Rojo escribió:Es mi perspectiva y no pretendo convencer a nadie

    Desde luego, pero le invito a reflexionar sobre lo expuesto así como a, sí afirma tal empresa, argumentar de manera científica por qué es así y no a establecer afirmaciones absolutas en torno a la misma.
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:26 pm

    Si tienes la lucha hecha un lío y no sabes a quien seguir no es mi problema
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:29 pm

    Podría razonártelo sin problemas pero entre que me has menospreciado de entrada y que escribo con tablet no me spetece
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    Mensaje por Evta Jue Ene 16, 2014 8:30 pm

    Soldado Rojo escribió:Si tienes la lucha hecha un lío y no sabes a quien seguir no es mi problema

    No solo la tengo clara sino que además tengo claro por qué yerra, usted, en apoyar su ´´lucha´´. De cualquier manera, dada la situación, seguiré estudiando mientras usted procede a la descalificación en el debate sin haber dado, aún, ningún argumento científico y/o marxista-leninista en torno a la defensa que realiza.

    Soldado Rojo escribió:Podría razonártelo sin problemas pero entre que me has menospreciado de entrada y que escribo con tablet no me spetece

    No he menospreciado, simplemente he introducido un debate con la exposición teórica confrontada que puede observar más arriba, sí la hubiera leído claro.

    Saludos.


    Última edición por Evta el Jue Ene 16, 2014 8:34 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:31 pm

    ¡¡¡VIVA EL PCPE!!!
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    Mensaje por Camarada Navarro Jue Ene 16, 2014 8:34 pm

    Soldado Rojo escribió:¡¡¡VIVA EL PCPE!!!
    ¡¡¡Y los CJC y Carmelo!!!
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:34 pm

    Eso, estudia, que te va a venir bien
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 8:36 pm

    Eso es, y los CJC y Caramelo Suárez que no te haría mal escucharlo
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    Mensaje por PequeñoBurgués Jue Ene 16, 2014 8:51 pm

    Como diría Carmelo: "este ya es el Partido Comunista y cuando la clase obrera vea a su Partido, vendrá a unirse a nosotros."

    Así con tol nivelaso del mundo.
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    Mensaje por Soldado Rojo Jue Ene 16, 2014 9:02 pm

    ¿esto qué es? ¿el patio de marujas psuedo-comunistas?
    a este nivel solo puedo dejar que ladréis lo que os salga por la boca
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    Mensaje por namregpxp Jue Ene 16, 2014 9:02 pm

    No es el partido revolucionario por 3 motivos principales
    1-No tiene guerrilla o cualquier otro cuerpo paramilitar que pueda liderar una revolución.
    2-Se presenta a las elecciones burguesas eso un partido marxista leninista no lo hace si quieres saber porque infórmate lo que le paso al pce(r).
    3-Muchas de las resoluciones de ese partido son verdaderamente revisionistas, incluso forma parte de IU.

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    Mensaje por Galin Jue Ene 16, 2014 10:02 pm

    namregpxp escribió:No es el partido revolucionario por 3 motivos principales
    1-No tiene guerrilla o cualquier otro cuerpo paramilitar que pueda liderar una revolución.
    2-Se presenta a las elecciones burguesas eso un partido marxista leninista no lo hace si quieres saber porque infórmate lo que le paso al pce(r).
    3-Muchas de las resoluciones de ese partido son verdaderamente revisionistas, incluso forma parte de IU.

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    El PCE ML tiene una guerrilla?
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    Mensaje por namregpxp Vie Ene 17, 2014 3:47 pm

    Galin escribió:
    namregpxp escribió:No es el partido revolucionario por 3 motivos principales
    1-No tiene guerrilla o cualquier otro cuerpo paramilitar que pueda liderar una revolución.
    2-Se presenta a las elecciones burguesas eso un partido marxista leninista no lo hace si quieres saber porque infórmate lo que le paso al pce(r).
    3-Muchas de las resoluciones de ese partido son verdaderamente revisionistas, incluso forma parte de IU.

    Para mi criterio el partido mas puro es el pce ml

    El PCE ML tiene una guerrilla?

    No pero cuando crezca seguro que forma una.
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    Mensaje por Galin Vie Ene 17, 2014 3:51 pm

    namregpxp escribió:
    Galin escribió:
    namregpxp escribió:No es el partido revolucionario por 3 motivos principales
    1-No tiene guerrilla o cualquier otro cuerpo paramilitar que pueda liderar una revolución.
    2-Se presenta a las elecciones burguesas eso un partido marxista leninista no lo hace si quieres saber porque infórmate lo que le paso al pce(r).
    3-Muchas de las resoluciones de ese partido son verdaderamente revisionistas, incluso forma parte de IU.

    Para mi criterio el partido mas puro es el pce ml

    El PCE ML tiene una guerrilla?

    No pero cuando crezca seguro que forma una.

    Una guerrilla no tiene sentido si no es un partido muy mayoritario con posibilidades de asumir el control del Estado. Por ejemplo al nivel que está IU no la formaría, al nivel del PSOE sí (al nivel me refiero a votantes, que como dijo Engels es el barómetro de la madurez de la clase obrera, en España por los suelos..)

    Sobre el punto 2 no lo entiendo, ¿no se supone que los partidos comunistas participan en la vida política?
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    Mensaje por DP9M Vie Ene 17, 2014 9:28 pm

    Soldado rojo si vuelves a poner un post con un comentario como si esto fuese un chat te sanciono.

    Todo lo que tengas que decir lo sueltas en un post con opiniones bien desarrolladas y fundadas.

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    Mensaje por DP9M Vie Ene 17, 2014 10:08 pm

    Lo que se ve es precisamente esto mismo, el sectarismo mesainico y dogmatico de las lineas del PCPE.

    Son el partido de la revolucion y la vanguardia cuando apenas llegan a 200 ?¿? en todo el pais....

    Asi es el M-L de estos cojonudos. LA cuestion parece ser, NO ES que las masas identifiquen y proyecten una vanguardia avanzada si no que las masas tiene que DESCUBRIR que el PCPE es su vanguardia....

    Yo en mi corta experiencia con las CJC, solo puedo decir que este partido jamás podrá llegar a nada. Es revisionismo puro, en el lado contrario al PCE.

    Lo siento pero no he conocido otra cosa, no me dio tiempo porque me acusaron de ser policia por comentarios debe de ser demasiado forzados intelectualmente para la media de la militancia...


    A mi el responsable politico de Vallekas me decia que si queria militar, tenia que aceptar que el PCPE era el partido de la revolución, la vanguardia ya madurada y formada, reconocida por las masas.... Vamos, que hay un panorama patetico y esto se permite como no cabe de otra forma desde la propia estructura que le interesan estas lineas, es mas es que las incentiva.

    No hay nada mas antimarxista y mas acientifico que adoptar posturas en base a simple fé.

    Y en este tipo vemos estas lineas. Declara que es la vanguardia y el partido de la revolución por medio del argumento mesianico, que vaya, tenemos que creer por fé que lo es!!! En vez de tener que convencernos con hechos y superioridad y ejemplo, para que la gente voluntariamente acepte que es o no es vanguardia, aqui lo tienes que aceptar por fe para entrar a la secta.



    Por cierto, no he visto nada mas antimarxista y mas acientifico que las opiniones en ciertos asuntos de gente de las CJC y del PCPE, osea esa superioridad y ejemplaridad de analisis no se de qué.... Y bueno, realizar analisis sobre Libia, o Siria, o Cuba no es nada complicado, el asunto es cuando en temas mundanos y simples te encuentras con este panorama.

    Asi jamás se podra ser vanguardia de nada, porque siempre que se trastoca el metodo cientifico y se realizan actividades artificiales se peca de subjetivismo perdiendo todo el caracter empirico y objetivo que es el que materialmente puede llevar a la revolución.

    Lo que se tiene que hacer es higienizar el movimiento de elementos atrasados disponiendolos en el lugar que les corresponde dentro del movimiento sin que lo infesten con su mediocridad y subdesarrollo que se perpetua porque nadie esta dispuesto a emitir una correcta educacion marxista.


    Para mi el PCPE es revisionista, carece de funcionamiento comunista, es mas , como revisionista, considero que es reaccionario porque confunde a la gente y la desvia en conceptos y comportamientos que son alergicos para el MArxismo Leninismo.



    Vaya vanguardia debe de ser, 30 años de "correcto analisis Marxista Leninista" y estamos ya con indices de explotacion infantil, muertos de hambre, niños que se desmayan en las escuelas porque no tienen que comer, etc.......

    Si alguien emitiese un correcto analisis M-L desde hace 30 años en este pais, hace al menos 10 que tendriamos socialismo o al menos habria algun tipo de lucha consistente, y este no es el caso.

    No existe metodo que explique el que unas lineas sean acertadas analiticamente lo que se proyecta en una actividad material, con el atraso tan brutal que se tiene respecto a las masas.

    La situacion actual del movimiento y de las masas solo explica una cosa: No se han hecho bien las cosas ni se hacen bien por la clara miopia e infestacion de elementos degradados en el movimiento.


    Hay que higienizar al movimiento y crear algo de verdad avanzado con lo que se puedan indentificar y que puedan tomar como ejemplo las masas de forma VOLUNTARIA. Es decir, cuando un trabajador medio vea a un comunista y tenga claro que quiere ser como el por su superioridad a todos los niveles y ejemplo de una sociedad superior. Yo los que he conocido en las CJC de Vallekas , al menos los que infulencian el funcionamiento, apenas saben atarse los cordones sin supervision de adultos para no ahogarse con ellos...copan estructuras por recreacion personal de sus complejos de inferioridad y falta de atención social. Si un partido comunista no es capaz de corregir esto , jamás podra emitir un correcto funcionamiento y mucho menos, ser algo con lo que se pueda identificar las masas que en muchos casos tienen mayor valor y nivel que alguien de esas estructuras que se cree que el ser vanguardia es forzar a las amsas a que le acepten como dirigente porque lleva una banderita roja.


    Por cierto, el sectarismo y este revisionismo antimarxista se entiende cuando una agrupacion grita " Le pique a quien le pique, Revolucion Bolchevique". No hay nada mas antimarxista que este tipo de cosas.

    ¿Desde cuando los M-L hacen revoluciones , le pique a quien le pique, por que asi les apetece a ellos ? Si la revolucion le pica al pueblo, no habrá revolucion ninguna.


    Lo que tenemso en España es mucho folclore , mucha tribu urbana, mucho individuo que se cree comunista pero no etiende lo que es esto. Es un sustrato mas aprovechable por el anarquismo mas que por el comunismo. Yo cuando he hablado con un Anarquista y un Comunista de las CjC la unica diferencia que he encontrado es que uno no quiere Estado y el otro si. Si esta es la unica diferencia que uno encuentra entre un anarquista y un comunista mal vamos, pero muy muy mal, cuando eres incapaz de diferenciar a uno de otro de un simple vistazo porque proyectan el mismo caracter y la misma "ejemplaridad".


    Los comunistas en la Rusia zarista eran la elite de la sociedad, los individuos mas avanzados entre todos que eran ejemplo y modelo a seguir para un pais conformado por un 80% de campesinos totalmente analfabetos que viven en regimenes de propiedad de semiesclavitud, que vivian en chabolas de estiercol y paja. Eran el ejemplo de valores superiores, de moral avanzada, eran la cara visible de esa sociedad futura a la que podia aspirar cualquier campesino u obrero explotado desde los 7 años.

    ¿ Que es el concepto de muchos comunista en España para la mayoría de la población ? Ni por calidad, ni por superioridad, ni por moral o valores avanzados, ni por actitudes ni proyecciones de caracteres que puedan ser idnetificados como ejemplares para la media de las masas. Es en muchos casos lumpen, que piensa , actua y se comporta como cualquier residual sacado de un estercolero que se cree anarquista. Y para ser lumpen no hace falta tener cresta, puede estar muy bien vestido, pero es la actitud , el caracter, esa egolatria infantil y primitiva que degenera e infesta todo con su mediocridad porque entiende como ofensa personal el intentar avanzar o crecer.

    El problema es que a organizaciones como las CJC lo que yo he conocido , acceden elementos residuales por recreacion social y personal, y usan estructuras para lo que no tienen que ser usadas, y como es logico de esto , jamás se avanzará en ningun lado fuera de la marginalidad a la que la sumen estos propios elementos viciados.


    Si un partido M-L es incapaz de corregir estas cosas, pero luego ampara y defiende a estos elementos por las herramientas M-L, nunca se llegará a nada. Es como si metiesemos a todo tipo de elementos de naturaleza reaccionaria en medio de un partido y pretendamos esperar que el Centralismo Democratico funcione correctamente después.


    Vamos, es junto a mi prueba y error personal de mi experiencia que por lo que veo mas o menos se identifica en criticas a otro nivel del mimso funcionamiento de una estructura. Identificar al PCPE como partido de la revolucion es como intentar hormonar algo de forma artificial que siempre lastrará a la marginalidad todo poque simplemente no funciona como una autentica agrupacion comunista.

    Saluds.

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    Mensaje por Camarada Navarro Vie Ene 17, 2014 11:40 pm

    Totalmente de acuerdo con el camarada SS-18.

    Los comunistas no tenemos que creer que llevando banderas rojas a las manifestaciones la gente va a apoyarnos. Es necesario un buen analisis marxista-leninista que haga comprende a la gente la situacion tan desastrosa que estamos viviendo y que asi se den cuenta que es necesario un cambio de sistema para arreglar estos problemas.

    Nadie critica al PCPE sin motivos. Su tactica de presentarse a todas las elecciones es un error claro. No tienen suficiente apoyo como para conseguir ni siquiera un escaño. Por ello es necesario hagan autocritica y reflexionen sobre que estan haciendo mal.

    Una vez que abandone sus posturas revisionistas, el PCPE si que podria formar una coalicion con otros partidos marxistas-leninistas. La union de todos los partidos ml seguramente beneficiaria al movimiento comunista en España, dandole mayor fuerza.

    Saludos.
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    Mensaje por DP9M Sáb Ene 18, 2014 12:14 am

    La cuestion es que el PCPE no esta dispuesto a ello. Pretenden fagocitar a todo el movimiento y estructurarlo bajo sus cabecillas. No es cuestion de presentarse o no a las elecciones es el propio funcionamiento estructural, la psicología que emite una agrupación, sus practicas y como resuelven sus conflictos.

    Puede ser, y muy posiblemente cumpla con rasgos de una secta. Por eso algo tan simple de entender para un marxista como es la critica, la autocritica , la proyeccion de valores superiores, la forma que tienen sus militantes de cerrarse monoliticamente en torno a una linea de las siglas sin atender a ningun tipo de razón marxista........ esta forma de intentar meter con vaselina que son el partido de la revolución y la vanguardia de una forma tan ridicula como el griterio de consignas sin abordar el asunto de forma medianamente Marxista.....


    Y bueno, yo no creo que cualquiera valga para el frente comun revolucionario, ni que tampoco cualquiera valga para comunista. Hay gente que esta equivocada pero es buen aspirante a comunista y hay otros que se creen comunistas y son autenticos elementos reaccionarios por su naturaleza marginal y acomplejada sin ningun interes por evolucionar o mejorar.


    Las masas necesitan vanguardia y de entre las masas aparecerán los elementos mas destacados , reconocidos , que formen la vanguardia con la que las masas se plegarán dirigidas por los comunistas rescatados del oscurantismo imperante . El PCPE no es ni por asomo algo parecido ni de lejos a esa supuesta vanguardia. YA me explicara la gente que puñetas es creerse el aprtido de la revolución y la vanguardia madurada y formada sin tener ningun tipo de repercusion frente a las masas. Es como si los coleguis se creen que el unico problema d ela revolucion es que sean pocos y no exista un buen numero de simpatizantes que los apoyen desde las bases al poder. No entienden que para que las condiciones subjetivas cambien y lleguen a los niveles politicos y revolucionarios necesarios ninguno de nosotros , para entonces, seremos algo parecido a lo que somos ahora. El problema es que la peña se creen comunistas ya formados y madurados preparados para abordar una revolucion y la guia de las masas. No tienen el sentido materialista de ver la realidad mirandose a un espejo.


    Si el movimiento esta tan atrasado no es mas que porque los elementos que lo han dirigido han sido elementos atrasados. No hay tanta diferencia entre un alienado sin posicionamiento politico entre un alienado que se cree comunista llevando banderolas rojas. La cuestion no es fundirese o no con otros destacamentos, la cuestión es abordar de forma correcta la evolución y el camino por la construcción de un movimiento adecuado tanto apra formar comunistas como para atraer a las masas.


    Yo he llegado a encontrarme con casos de que un tipo decía que el era comunista pro defender sus propios itnereses. No entiende que un comunista es algo superior a eso. Confunden que el ser simpatizante es ser comunista. Le explicas que un comunista tiene que ser ejemplo para los demás y se lo toma a mal... Vamos pura psicología anarquista...


    Si es que el problema de todo , es que no es tan complicado nada de esto, lo complican elementos marginales y lumpenar, que en vez de ser corregidos se perpetuan y vician al movimiento usando estructuras de poder simplemente para rellenar sus vidas sociales. Por eso una critica cientifica se lo toman por lo personal y reaccionan como cualquier mediocre al que amenazas con quitarle el sistema que le da cobijo a sus complejos de inferioridad.

    Un comunista es un cientifico, la critica y autocritica es algo principal de el y de su manera de ver la vida. Es como si un cientifico se enfadase o se tomase por lo personal el fallo de un analisis en vez de tomarlo como un indicio por mejorar y estructurar una correcta posicion.

    ¿ de que os creeis que son este tipo de facilidades para acusar de policia a la gente ? Nadie es tan retrasado como para creerselo de verdad mediante pruebas de semejante calibre. Solo que les viene bien, y quieren promocionar ante los suyos como efectivos cazadores de policias, como una autentica secta, un club de amigos donde si no le has caido bien a uno ya se puede montar toda una historieta porque se lo puede permitir.



    Cuando los propios comunistas empiecen a emitir valores y actitudes como comunistas, como elementos activos y responsables por la correción y ejemplo para los demás, aprendiendo del mejor , entonces se podrá combatir todo esto y crear las bases adecuadas de un movimiento aprovechable para las masas y para los comunistas. Cuando marquen la diferencia, y sean visiblemente superiores en todo, no uno mas solo que llevando banderolas rojas.


    Saludos.

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    Mensaje por Kirtash Sáb Ene 18, 2014 1:03 pm

    Vamos a ver, yo pertenezco a JCPC (que son las CJC de Cat), no considero al PCPE El Partido Comunista, pero si considero que es el eje sobre el que se construirá.

    En el PCPE hay crítica y autocrítica, yo conozco la organización desde dentro y os lo puedo asegurar. Ayer fué la movilización en BCN (Y otros lugares) de apoyo a Gamonal, en la proxima reunión del colectivo diremos que hicimos bien, que hicimos mal y se harán las críticas correspondientes en caso de que sean necesarias.

    Has tenido una mala experiencia con CJC, pero bueno, no puedes juzgar la organización de forma tan determinista sin conocerla mejor. Yo la conozco desde dentro y desde fuera (pues no he nacido militando) y mi experiencia ha sido muy positiva. Quizas hayas tenido mala suerte, o quizas no, no lo se.

    No se en otros lugares de españa, pero la juventud comunista en Catalunya esta constituida por hijos de obreros en su gran mayoria. Hay un porcentaje elevado de jovenes que trabajan, o que trabajan y estudian.

    El presentarse a las elecciones lo veo como una postura correcta. En periodo electoral la gente esta más receptiva a los discursos políticos y tienen más facilidad para escuchar la propaganda comunista. Es decir, que sirve para acumular fuerzas aunque no entremos en el parlamento.

    Tambien has de tener en cuenta que la juventud es una escuela de comunistas y de cuadros, nadie nace con el manifiesto comunista en la mano.

    Saludos!

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