La Cárcel
escrito por Mumía Abú-Jamal
Cada cárcel es lo mismo... Cada cárcel es diferente.
Cada cárcel tiene sus propios mitos (piense en Alcatraz, Sing Sing, Ática), sus propios ritmos. Duras, frías, impenetrables, tranquilas, austeras, o de máxima seguridad. Y cada cárcel es manejada por una clase --como las cortes de justicia o los administradores han clasificado los crímenes según los intereses que son amenazados.
Por ejemplo, en las celdas de alta segutridad de las cárceles estatales, donde tienen a los condenados a muerte, hombres y mujeres con las peores sentencias viven vidas menos complicadas, con menos conflictos. Si los pueden pagar (en verdad si sus familias pueden pagarlos), tienen televisión, radios y otras amenidades --si pueden pagarlas. Algunos hacen trabajos de la prisión por el glorioso sueldo de más o menos de $35 a $50 al mes (si... al mes!) En esas celdas, todos los pensamientos se centran en la pena máxima --la pena de muerte-- y pensando en esa inmensidad, cualquier amenidad es trivial.
Pero, el Corredor de la Muerte es solo una clase (como en clasificación.) Después hay un mundo de clasificaciones que son tan exasperantes como mundanas --AC (Custodia Administrativa), DC (Custodia Disciplinaria, PC (Custodia Protectiva) y muchas más.
Todas son formas de encierro; todas estas formas tienen reglas distintas de lo que es y no es permitido, y todas tienen grados de represión.
Todo libro básico de historia de los Estados Unidos define a este país como virtualmente sin clases, porque éso de rígidas distinciones de clase son asuntos más propios de Inglaterra o de los otros países europeos. ¿Cómo entonces una Nación que se dice sin clases ha producido tales instituciones que están tán llenas de diferenciaciones de clase?
En verdad, los Estados Unidos de Norteamérica nunca ha sido un país sin clases sociales; y no solo tuvo clases sociales rígidas, si no que también tuvo (y aún las tiene) castas, que son tan rígidas como la piedra. Millones de Negros viven en tal casta. Michelle Alexander lo ha comprobado recientemente en su excelente libro, The New Jim Crow.
La clase adinerada que gobierna este país construye cortes de justicia y cárceles para protegerse y para proteger sus fortunas de las masas. Esta clase también ha creado la ilusión ideológica de la sociedad sin clases, ilusión que es mantenida por sus medios de comunicación. Se jactan de la libertad, mientras construyen el más masivo complejo de cárceles que el mundo jamás ha visto --el complejo industrial de cárceles.
Los ricos han convertido a los Estados Unidos en una Nación de Cárceles.
escrito por Mumía Abú-Jamal
Cada cárcel es lo mismo... Cada cárcel es diferente.
Cada cárcel tiene sus propios mitos (piense en Alcatraz, Sing Sing, Ática), sus propios ritmos. Duras, frías, impenetrables, tranquilas, austeras, o de máxima seguridad. Y cada cárcel es manejada por una clase --como las cortes de justicia o los administradores han clasificado los crímenes según los intereses que son amenazados.
Por ejemplo, en las celdas de alta segutridad de las cárceles estatales, donde tienen a los condenados a muerte, hombres y mujeres con las peores sentencias viven vidas menos complicadas, con menos conflictos. Si los pueden pagar (en verdad si sus familias pueden pagarlos), tienen televisión, radios y otras amenidades --si pueden pagarlas. Algunos hacen trabajos de la prisión por el glorioso sueldo de más o menos de $35 a $50 al mes (si... al mes!) En esas celdas, todos los pensamientos se centran en la pena máxima --la pena de muerte-- y pensando en esa inmensidad, cualquier amenidad es trivial.
Pero, el Corredor de la Muerte es solo una clase (como en clasificación.) Después hay un mundo de clasificaciones que son tan exasperantes como mundanas --AC (Custodia Administrativa), DC (Custodia Disciplinaria, PC (Custodia Protectiva) y muchas más.
Todas son formas de encierro; todas estas formas tienen reglas distintas de lo que es y no es permitido, y todas tienen grados de represión.
Todo libro básico de historia de los Estados Unidos define a este país como virtualmente sin clases, porque éso de rígidas distinciones de clase son asuntos más propios de Inglaterra o de los otros países europeos. ¿Cómo entonces una Nación que se dice sin clases ha producido tales instituciones que están tán llenas de diferenciaciones de clase?
En verdad, los Estados Unidos de Norteamérica nunca ha sido un país sin clases sociales; y no solo tuvo clases sociales rígidas, si no que también tuvo (y aún las tiene) castas, que son tan rígidas como la piedra. Millones de Negros viven en tal casta. Michelle Alexander lo ha comprobado recientemente en su excelente libro, The New Jim Crow.
La clase adinerada que gobierna este país construye cortes de justicia y cárceles para protegerse y para proteger sus fortunas de las masas. Esta clase también ha creado la ilusión ideológica de la sociedad sin clases, ilusión que es mantenida por sus medios de comunicación. Se jactan de la libertad, mientras construyen el más masivo complejo de cárceles que el mundo jamás ha visto --el complejo industrial de cárceles.
Los ricos han convertido a los Estados Unidos en una Nación de Cárceles.