Alguna vez he escuchado aquello de que los anarquistas en general y Mera en concreto mantuvieron en las cárceles madrileñas a los presos del PCE para ofrecérselos en bandeja a Franco a la entrada de sus tropas, o incluso que realizaron ejecuciones. ¿Qué hay de cierto en eso? Copio parte de la entrevista que antes de morir le hicieron al escritor anarquista Gregorio Gallego:
Gregorio Gallego forma parte de la primera Junta de Defensa de Madrid por la CNT entre septiembre y octubre de 1936. Posteriormente se desplaza al frente y participa en varias batallas. Todas sus memorias sobre el Madrid prebélico y su participación en los primeros meses de Guerra nos lo trasmite en su libro Madrid, corazón que se desangra, donde hace un amplio y ameno recorrido sobre sus vivencias e impresiones.
- S: Termina la guerra y te encarcelan. Cuéntanos un poco como fue.
- G: Bueno, al final de la guerra, yo como siempre he sido un poco “gilipollas” e idealista, me retrasé a la salida, pues intenté sacar de la cárcel a Cazorla y a otros miembros del PCE que habían sido encerrados con motivo de la algarada de marzo, y en eso perdí tiempo. De hecho Cazorla se marchó, aunque luego le cazaron por el camino. Yo conseguí llegar hasta Tarancón, y allí me detuvo una brigada italiana. Me recluyeron en un campo de concentración en Alcalá de Henares, y de allí pasé a los Pirineos a hacer fortificaciones.
- S: Dices que estuviste liberando a Cazorla y a otros presos del PCE ¿Habías recibido esa orden de alguien?
- G: No, eso lo hice por mi cuenta, independientemente de que Mera ordenase liberar a los presos antifascistas que estaban detenidos por distintos motivos. Él movió los hilos para que se les diera el pasaporte y que se marcharan.
- S: ¿Mera hizo eso?
- G: Sí, lo que pasa es que yo lo desconocía en ese momento, y por eso actué por mi cuenta. De hecho a bastantes prisioneros incluso se les proporcionó transporte para marcharse a Valencia.
- S: Bueno, pero tú sabes que lo que suele decir el PCE es que a esos prisioneros se les dejó encarcelados para que los asesinara Franco.
- G: Eso es mentira. Es posible que en las prisas por salir, cuando se están derrumbando los frentes, quizá no se hicieran las cosas tan bien como se debían haber hecho, pero se les intentó poner en libertad, para que no cayeran en manos de Franco. Otra cosa es que luego los pillasen, lo mismo que nos pillaron a otros que no habíamos estado detenidos.
Gregorio Gallego forma parte de la primera Junta de Defensa de Madrid por la CNT entre septiembre y octubre de 1936. Posteriormente se desplaza al frente y participa en varias batallas. Todas sus memorias sobre el Madrid prebélico y su participación en los primeros meses de Guerra nos lo trasmite en su libro Madrid, corazón que se desangra, donde hace un amplio y ameno recorrido sobre sus vivencias e impresiones.